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Capitulo 5: Participación de las mujeres rurales en el poder


Capitulo 5: Participación de las mujeres rurales en el poder

El termino "participación" ha tenido y tiene toda suerte de acepciones. Su estudio, sin embargo, impone restricciones metodológicas derivada" del hecho de que poco puede ser comprendido sobre tal categoría, sin profundizar en loa aspectos socioeconómicos y culturales que la condicionan. En este capítulo se dará cuenta de todas las formas de participación que fueron detectadas, haciendo la salvedad de las limitaciones inherentes a la bibliografía disponible, e intentando analizar aquellas que se relacionan con el acceso al poder en la familia, en el trabajo, en la comunidad y en la política.

5.1. Participación en la toma de decisiones en la producción

A pesar de contribuir activamente en la producción agrícola, la literatura revisada, muestra que en general las mujeres rurales tienen escasa participación en la administración de los predios y en las decisiones acerca del destino de la producción y la utilización de los ingreso".

Las mujeres suelen tomar las decisiones que corresponden al manejo interno del hogar. En cambio, las decisiones sobre que producir, sobre el resultado de la producción y, en general, sobre las relaciones de la unidad productiva con el exterior, las maneja el hombre (León de Leal, Mujer y Capitalismo Agrario, 1980, en Errázuriz 1987). En Bolivia, por ejemplo, el presupuesto familiar y la estructura de los gastos es definida por el hombre, mientras que su administración es tarea de la mujer. Se priorizan los gastos destinados a la producción, en segundo lugar los destinados a la alimentación y en tercer lugar los de vestimenta, educación y salud (Arteaga: "Recesión económica, estrategias de vida y el rol de la mujer en Bolivia, 1988, en FAO 1991b).

No obstante lo anterior, existen ciertas condiciones en las cuales es posible observar una mayor participación femenina. Una investigación realizada en comunidades campesinas de Colombia y Perú observó que la incidencia de las mujeres en las decisiones acerca del uso de insumos crecía a medida que el tamaño de la finca era menor, y que las mujeres tomaban las decisiones acerca del uso de semillas y fertilizantes en el 52% de las fincas mas pobres y en el 27% de las mas ricas (Mujer y modernización agropecuaria; balance, perspectivas y estrategias, IICA 1991, en FAO 1993d).

En la misma línea, se ha observado en algunas comunidades andinas que cuando la ocupación y el tipo de producción se diversifica y declina la importancia de la agricultura en la generación de los ingresos, la participación de la mujer en las decisiones y en las tareas aumenta (FAO 1993d).

La participación de la mujer en la administración de los predios se relaciona también con la ausencia temporal o permanente de su pareja, cuestión que la obliga a asumir el rol de jefa de hogar. Al respecto, Crummet (1987) señala que la participación de la mujer en la producción familiar y su responsabilidad se ha incrementado en aquellas familias en que el jefe de hogar migra, lo que está asociado a un menor tamaño de la propiedad, a la conformación de familias extensas y a la disminución de oportunidades de empleo agrícola. En el Caribe, por ejemplo, la migración masculina, ya sea por períodos cortos o largos, ha hecho que la mujer se vea obligada a hacerse cargo del predio. Esto ha llevado a una "feminización" del manejo de la tierra, aumentando la participación de las mujeres rurales caribeñas.

Sin embargo, junto a esta "feminización" de la gestión, se ha producido una expulsión de población femenina: a medida que se han expandido las actividades económicas de los países de esa Región, la mujer rural ha sido atraída a los sectores no agrícolas, especialmente a los industriales. Estaríamos aquí frente a un doble fenómeno: por un lado una "feminización" de la gestión del terreno agrícola y por otro una "feminización" de ella, dada por la búsqueda de empleo por parte de la mujer fuera del sector agrícola. Sin embargo, encontrarse en una u otra situación no es aleatorio, sino que está en relación con la edad y los niveles educativos de las mujeres. Aquellas que abandonan el sector agrícola son por lo general jóvenes que han alcanzado un nivel mínimo de educación. Aquellas que permanecen o regresan son mayores y con niveles de educación relativamente más bajos (Chase, 1989).

5.2. Participación en organizaciones sociales

Las políticas y las intenciones en este ámbito están claras. La Conferencia Mundial de Reforma Agraria y Desarrollo Rural, organizada por la FAO en 1979, elaboró un Programa de Acción cuya declaración de principios (ítem XIV) establece que "la mujer debe participar en igualdad de condiciones con el hombre en los procesos sociales, económicos y político" del desarrollo rural y compartir plenamente los beneficios del mejoramiento de las condiciones de vida de las zonas rurales" (FAO, 1991a: 5). Se plantea que, para lograr la integración de la mujer al desarrollo de los países, es fundamental el apoyo a su participación organizada. Esto implica transferirles el poder político necesario, que conduzca a su participación en la toma de decisiones en la familia y en la comunidad, en defensa de sus intereses individuales y colectivos. Como siempre, lo clave es saber cuánto de dichas orientaciones se ha traducido realmente en un cambio de la realidad.

Los análisis sobre la participación de la mujer rural en actividades ajenas al ámbito familiar y doméstico concluyen que, en general, la mujer no siente mayor interés en participar, por cuanto estima que ello la aleja de su ámbito central que es la casa. Cuando se involucra en el plano local, tiende a proyectar su rol doméstico en forma ampliada. También se ha dicho que la doble jornada a que está sujeta la mujer campesina hace que le resulte muy difícil participar en organizaciones, ya que no le queda tiempo ni energía para desarrollar otras actividades que no sean las domésticas y productivas. Además, el rol secundario que desempeña en la sociedad hace difícil que la comunidad le otorgue un espacio de participación (Errásutiz, 1987).

En todo" los países de la Región, la participación de las mujeres rurales en organizaciones sociales presenta algunas características comunes:

En cuanto a la participación de las mujeres en las cooperativas de producción, por lo general se ven excluidas, ya que el criterio de afiliación es la propiedad o la jefatura del hogar, cuestiones reservadas para los hombres. Cuando la. mujeres participan, su participación es escasa (FAO, 1989). Sin embargo, existen ciertos casos en los cuales las mujeres desarrollan importantes papeles en este tipo de asociaciones. En Paraguay, por ejemplo, tres grandes cooperativas rurales son dirigidas por mujeres: Ñeembucú, Itacarubí de la Cordillera y Paraquarí (13) (Instituto de la Mujer, España-FLACSO Chile, ed. 1993. Paraguay).

13 Existen 125 cooperativas con reconocimiento legal en el medio rural de Paraguay y corresponden a producción, ahorro y crédito. El documento citado no especifica el año en que se produce esta situación, ni las características de las cooperativas con dirección femenina

En los últimos años, muchas organizaciones gremiales y sindicales campesinas han generado, en su interior, departamentos femeninos. Por ejemplo, en Paraguay, Movimiento Campesino Paraguayo (MCP), creó en 1985 la Coordinación de Mujeres Campesinas (CMC). Esta ha realizado do. congresos nacionales, en 1989 y 1991. En el último, se elaboraron diversas resoluciones, entre ellas, estructurar la organización en todos los niveles, dar a las campesinas capacitación político-ideológica para asumir puestos de liderazgo, crear centros de alfabetización y fomentar la producción de autoconsumo. Además reclamaron el apoyo de sus compañeros del Movimiento Campesino Paraguayo y pidieron al gobierno mayor inversión social y mejores precios para sus productos. Al parecer, en Paraguay, las organización de mujeres rurales es débil: de un total de 26 organizaciones de mujeres existentes en el Paraguay en 1993, en el área rural se contabilizaba solo la coordinación de Mujeres Campesinas (CMC) (Instituto se la mujer, España-FLACSO Chile, ed. 1993. Paraguay).

En Ecuador, la. principales confederaciones de campesinos poseen un departamento de la mujer, entre ellas, la Unión Campesina del Azuay (UNASAY) y la Federación Provincial de Organizaciones Campesinas y Populares del Sur (FUPOCPS) (Instituto de la mujer, España-FLACSO Chile, ed. 1993. Ecuador).

En Brasil, en 1990 se realizó el Primer Congreso del Departamento Nacional de los Trabajadores Rurales (DNTR-CUT). En esa oportunidad, se creó la "Comisión Nacional de la Cuestión de la Trabajadora Rural", destinada a asesorar a la dirección ejecutiva del DNTR (Instituto de la mujer, España-FLACSO Chile, ed. 1993. Brasil).

También han surgido organizaciones de mujeres campesinas, relativamente autónomas de otras instancias (asociaciones gremiales de campesinos, partidos políticos). Dichas organizaciones específicamente femeninas, han planteado diversas demandas, entre ellas el acceso a la propiedad de la tierra, que ha sido muy evocada en los últimos años: en Bolivia, la Federación Nacional de Mujeres Campesinas creada en 1980; en Colombia, la Asociación Nacional de Mujeres Campesinas e Indígenas creada en 1984; en Brasil durante el Primer Congreso de Mujeres Rurales (1985); en Honduras, la Federación de Mujeres Campesinas. En Nicaragua y Cuba, diversas organizaciones sociales han representado fuerzas substantivas para la integración de las mujeres a las cooperativas agrarias (León, Prieto y Salazar, 1987).

5.3. Visión de las propias mujeres acerca de su participación en organizaciones sociales

Tal vez la mirada más adecuada para analizar la participación de la mujer rural en organizaciones sociales, es revisar la opinión de las propias mujeres. Estudios realizados en algunos países de la zona andina, muestran esta perspectiva, aludiendo a los principales logros y limitaciones que las mujeres rurales organizadas vislumbran en su propia organización en particular, abarcando también algunos aspectos de la vida en el mundo campesino, en general.

La metodología utilizada consistió en la aplicación de la Investigación Participativa entre Mujeres (IPEM). Las participantes en el Taller realizaron procesos de reflexión acerca de su condición de mujeres y su organización, como también una evaluación de los principales logros y limitaciones de su organización. Excepción es el estudio de la Asociación Nacional de Mujeres Campesinas e Indígenas de Colombia (ANMUCIC), donde el análisis de los logros incorpora, además de la opinión de las mujeres, información obtenida de fuentes secundarias y entrevistas individuales a líderes de la Asociación y a funcionarios que han conocido la trayectoria de la organización.

5.3.1. La confederación nacional de clubes do madres de Bolivia (CNCMB)

Es interesante detenerse en un tipo de organización tradicional de mujeres, los clubes o centros de madres. En Bolivia, se analizó la situación de la Confederación Nacional de Clubes de Madres de Bolivia (CNCMB), que aglutina a los clubes de madres del área urbana y rural (FAO 1991b). Los clubes de madres surgieron en la década de los sesenta, inducidos por políticas gubernamentales que tenían por objeto racionalizar la entrega de alimentos. La CNCMB se crea en la década de los ochenta. En las áreas rurales, es la única organización nacional de mujeres de base que aglutina a campesinas de diferentes etnias, culturas y ecorregiones, cuya única restricción es que sus integrantes sean madres. Algunos clubes de madres en las áreas rurales realizan proyectos productivos diverso tipo y en la mayoría de los casos no cuentan con la asistencia técnica adecuada.

El estudio citado trabajó con dos clubes de madres: el de Pairumani y el de Santiago de Llallaqua. Las integrantes del primero son quechuas y las del segundo aymaras. Ambos clubes realizan actividades productivas, presentando el primero una mayor organización y diversidad en sus actividades.

Según la opinión de las participantes en la investigación, las mujeres lograron sensibilizar a sus esposos para que las de J oran asistir a las reuniones del club, y también para que se hicieran cargo del cuidado de los niños y la" tareas domésticas de ese día. Adquirieron un espacio propio en sus comunidades, así como el reconocimiento y valoración del trabajo de la mujer, tanto por ellas mismas como por su comunidad. Además, han aprendido a expresarse en público. Pese a esto, señalan que no han logrado legitimar su participación como género en la toma de decisiones de su comunidad. Ello se debería a que, en general, en las zonas campesinas, especialmente la. aymarás, no se acepta la representación de las mujeres en sus instancias organizativas tradicionales, ni en los sindicatos campesinos.

Los principales problemas que las mujeres señalaron son: a) sobrecarga de trabajo, que implica falta de tiempo para desarrollar otras actividades que no sean las domésticas; b) carencia de agua para riego, que incide en sus tareas productivas y domésticas; e) acceso restringido a la educación y b) excesiva parcelación de las tierras y carencia de ésta. Manifiestan que ella. mismas, los maridos, los hijos, la comunidad, la religión y la sociedad en general consideran a la mujer como inferior al hombre: "Nosotras estimemos al esposo y ello. tienen el deber de anidarnos como a un huevo"; "Eva fue pecadora, nosotras cargamos con ese pecado"; "La mujer debe obedecer al hombre" (FAO 1991b: 32). Señalaron también que la generación de sus abuelas gozaba de mejor salud, alimentación y mayor producción, pero al mismo tiempo valoran que BUS hijas tengan la posibilidad de acceder a la escuela, ya que esto redundara en una mayor calidad de vida para ellas.

Las soluciones propuestas incluyen 18 asistencia técnica, incluida la formación de líderes, mecanismos de acceso al crédito, mayor educación y capacitación, división del trabajo doméstico al interior de la familia y algunas obras de infraestructura en relación a la falta de agua. Esto implicarla el desarrollo de una mayor capacidad de negociación, asunción de la conciencia de género por parte de las campesinas y el estímulo y fortalecimiento de los proyectos productivos.

5.3.2. La organización de mujeres de la federación departamental de campesinos del Cusco (OMFDCC)

Un estudio similar realizado en Perú (FAO 1991c) analizo a una organización de mujeres, que forma parte de una asociación gremial campesina. Estas organizaciones han sido espacios generado. al interior de la Federación Campesina, con el objeto de lograr una mayor presencia de la mujer Campesina y de sus problemas específicos. Si bien se ha avanzado en términos de consolidar las agrupaciones de mujeres al interior de la Federación, se considera que los espacios ganados por la" mujeres en la organización son insuficientes: muy pocas mujeres ocupan cargos centrales y para asumir responsabilidades deben desarrollar una larga cadena de méritos.

A pesar de esto, la participación en estas organizaciones ha impactado a las mujeres, a nivel personal, familiar, de la comunidad y de la organización, en forma similar a lo descrito en el caso de Bolivia. A nivel personal, han superado el temor y la inseguridad al expresar sus En el plano familiar, se ha logrado un apoyo de los esposos y de los hijos, lo que implico algunas veces duras batallas al interior de las familias. Destacan esta modificación a nivel familiar señalando, entre otro. aspectos, "Consultamos con nuestros esposos para cualquier actividad" (op. cit. pág. 21). Esto indica la relegación que han sufrido tradicionalmente, de manera tal que la "consulta" se convierte en un logro significativo. A nivel de la comunidad, han obtenido un reconocimiento de sus actividades. A nivel de la organización, han desarrollado la capacidad de generar recursos propios, lo que les ha entregado cierta autonomía. A pesar de que se señalan logros en la comunidad y en la familia, estos fueron los menos expresados y las mujeres sienten que les falta mucho por obtener.

Las principales limitaciones externas para la organización que señalan las propias mujeres abarcan el ámbito del gobierno, de los partidos políticos y de la comunidad a la que pertenece la organización.

Respecto del gobierno, señalaron que en sus instituciones son maltratadas al realizar trámites por el hecho de ser mujeres y campesinas, a lo cual se suma la discriminación racial. Además, las políticas de apoyo social entregan ayuda sólo a los "Clubes de Madres". Esto ha implicado que muchas organizaciones cambiaran su denominación de "Comité de Mujeres" por "Club de Madre". Esto implica un desperfilamiento del objetivo con el que se crearon tales organizaciones y si bien se ha producido un aumento de socias, muchas de ellas permanecen en la organización mientras esta ayuda se mantiene.

En relación a los partidos políticos, señalaron que todos los partidos sin exclusión limitan la autonomía de la organización de mujeres e intentan someterla a distintas consignas.

Respecto de la comunidad, se señaló que en muchas de ellas existe una fuerte presión "acial, destinada bonitamente a limitar la participación de las mujeres, siendo la ridiculización frecuentemente utilizada como herramienta de disuasión de las mismas.

Entre las limitaciones internas señaladas por las mujeres, se encuentra la heterogeneidad de las integrantes en términos de interés y participación. Esto produce distintas actitudes hacia la organización y redunda muchas veces en dificultades de funcionamiento. Además, cuesta formar nuevas líderes, por lo que la rotación en los cargos directivos es muy escasa. El analfabetismo, la educación en español y el acceso limitado a una capacitación adecuada, inciden en la capacidad de generar nuevas dirigentes. Mencionaron además que existen dificultades en términos de la comunicación de las dirigentes con las bases: las mujeres demandan mayor información. Finalmente, señalaron que los programas de ayuda del gobierno producen divisiones internas y la falta de fondos limita el funcionamiento de la Organización de Mujeres.

Los principales problemas que las mujeres perciben en la Organización de Mujeres de la Federación Departamental de Campesinos del Cusco, tienen relación con:

Interesante resulta la propuesta de regreso a la medicina y transporte tradicionales. Aparentemente, la "modernidad" no ha llegado a estas mujeres y tampoco visualizan cercano su acceso.

5.3.3. El circulo femenino popular do puerto nutrias

En el caso de Venezuela se estudió el Círculo Femenino Popular de Puerto Nutrias (FAO 1991e). Su origen se remonta a 1973 y surge bajo el amparo de la Iglesia Católica, dirigida al conocimiento de la Biblia y a la practica religiosa. Actualmente, se centra en la promoción de la organización y formación de las mujeres populares, con el fin de ayudarlas a descubrir su papel y el aporte que puede hacer al desarrollo de la organización popular y de la comunidad. Tanto los logros, como las limitaciones externas e internas que las mujeres señalan son similares a los mencionados por las mujeres campesinas bolivianas y peruanas.

En relación a los principales logros de la organización mencionaron:

Respecto de las limitaciones, entre las externas figuran:

Dentro de las limitaciones internas de la organización se señalaron:

5.3.4. La asociación nacional de mujeres campesinas o indígenas do Colombia (ANMUCIC)

En el caso de Colombia, se estudió la Asociación Nacional de Mujeres Campesinas e Indígenas de Colombia (ANMUCIC), creada en 1986 (FAO 1991d). Al contrario de las organizaciones analizadas más arriba de Bolivia, Perú y Venezuela, ésta presenta la particularidad de haber surgido desde el Estado "como apoyo y condición de éxito para la continuidad y fortalecimiento de la política de desarrollo de la mujer rural, cuyo objetivo básico es la capacitación de la mujer para su participación en proyectos productivos y en procesos de desarrollo social y comunitario" (op. cit. pág. 18). Básicamente, se trata de una organización que surge a nivel cupular y que posteriormente busca respaldo en las bases, a través de la creación de comités regionales y locales. Justamente por ser una organización creada desde el nivel cupular y por iniciativa del gobierno, no ha estado exenta de críticas por otras organizaciones y dirigentes campesinas (ver FAO 1991d, anexo 1). Una de sus particularidades importantes e" que asume postulados relacionados básica y expresamente con reinvidicaciones de género.

No obstante la diferencia entre esta organización y la. de Bolivia, Perú y Venezuela, los logros y, especialmente, las limitaciones mencionadas por las mujeres rurales colombianas no difieren sustancialmente de los señalados por las mujeres de dicho. países.

Entre los logros de Asociación Nacional de Mujeres Campesinas e Indígenas de Colombia ANMUCIC se pueden señalar:

Las limitaciones externas que las mujeres campesinas ven presentes en el funcionamiento de la organización son:

Las limitaciones internas señaladas por las mujeres fueron:

5.4. Conclusiones y recomendaciones

Por lo general, la participación de las mujeres en la administración de lo. predios y en la toma de decisiones en la producción es escasa. En general, tampoco participan en la determinación de los gestos familiares. Todo esto, a posar de su contribución activa a la producción familiar y a la generación de ingresos para el hogar.

Suelen tomar decisiones cuando aquello que está en juego disminuye en importancia o bien cuando quien toma por derecho propio las decisiones está ausente. Es así como ciertas condiciones favorecen una mayor participación femenina. Estas dicen relación con la disminución del tamaño de 108 predios, la declinación de la actividad agrícola como generadora de ingresos, la ausencia temporal o permanente de su pareja. En síntesis, en todas aquellas situaciones en la" cuales la importancia de la actividad agrícola en la vida familiar disminuye, más que conquistar espacios de poder y autonomía, la mujer campesina de ve forzada a asumir responsabilidades, que en condiciones normales no podría-querría-sabría asumir fácilmente. Y allí es difícil determinar cuál de lo" verbos es el que mejor corresponde, siendo lo más probable que todos a la vez.

Las mujeres se ven excluidas de la participación, pero sobre todo de la toma de decisiones en las cooperativas y otras organizaciones de índole laboral, fundamentalmente porque la afiliación está definida según criterios reservados, en general, a los hombres: ser propietarios o jefe. de hogar.

La participación de las mujeres rurales en organizaciones sociales y comunitarias también es escasa. En general, por una parte, cuando participan tienden a hacerlo en formas que reproducen o extienden su rol doméstico. Pero, por otra parte, parecen tener poco interés en participar en ámbitos distintos al de su hogar, incidiendo en ello, entre varios factores, el poso de las obligaciones domésticas que no les dejarían tiempo ni energía para participar. Se observa el conocido encadenamiento: no se participa porque falta tiempo para ello, pero falta tiempo porque la participación no es un asunto prioritario. Asimismo, los hombre. y las organizaciones sociales sostienen que no se invita a las mujeres a participar, no porque se desee discriminarlas sino porque ellas no se interesan....

Si bien muchos cuestionan su existencia, hay evidencia acerca de que discriminaciones de género especifican y concretas limitan la participación y la toma de decisiones de la mujer en las organizaciones sociales y en la comunidad, siendo la principal aquella de que el hombre es socialmente definido como el representante de la familia y que la mujer no debe intentar traspasar el ámbito doméstico.

En varios países han surgido organizaciones de mujeres, muchas veces en respuesta a sus necesidades económicas y problemas comunes, siendo algunas relativamente autónomas de otras instancias organizativas. Además, también se han creado en las ultimas décadas departamentos femeninos al interior de las federaciones o sindicatos campesinos. En las organizaciones mixtas, cada vez es mayor la participación femenina a nivel de las bases, pero hay fuertes barreras para que ellas accedan a los cargos directivos.

La participación de las mujeres rurales en organizaciones sociales pareciera asumir algunos elementos comunes, aún en organizaciones de distinto tipo y en distintos países. Al menos, eso es lo que se desprende de la visión de mujeres que integran organizaciones tan diferentes como un Club de Madres de Bolivia, un Departamento Femenino de una Federación Campesina de Perú, una organización Femenina Popular de Venezuela y una Organización Femenina impulsada por el gobierno colombiano.

Como es esperable, la discriminación es menor hacia las mujeres que participan en clubes de madres, mientras que la participación de las mujeres en organizaciones con claros contenidos de género puede llegar a ser hasta ridiculizada por los miembros de su propia comunidad.

Con distintos matices, las mujeres señalan que BU participación ha producido cambios favorables a nivel personal, de la familia y de la comunidad. A nivel personal, el contacto con otras mujeres, que viven en condiciones similares, les ha permitido aprender a expresarse en público, superar la timidez y tomar conciencia de género. A nivel de la familia, han logrado que sus parejas apoyen su participación. A nivel de la comunidad, han obtenido reconocimiento de sus actividades.

Pese a que las mujeres señalan estos cambios, afirman también que la familia y la comunidad constituyen obstáculos a su participación. Fundamentalmente, el trabajo doméstico les deja muy poco tiempo para participar. Al parecer, el apoyo familiar que las mujeres declaran tener no se traduce en una manifestación concreta, lo que lleva, por ejemplo, a que las bolivianas planteen como solución la redistribución del trabajo doméstico.

Si bien las opiniones de las mujeres en términos de la familia y la comunidad pudieran considerarse contradictorias, esta contradicción es sólo aparente: sugiere que tanto en el plano familiar y como en el comunal se están produciendo algunos cambios, pero la modificación de valores y actitudes basados en la discriminación de género supone un proceso que tardará mucho más tiempo. Las mismas mujeres sienten que se ha avanzado, pero que ano queda mucho por hacer.

Con excepción de las participantes en el club de madres, las mujeres señalan dificultades en su relación con el gobierno y los partidos políticos. A nivel del gobierno, afirman de que suelen ser discriminadas, que los programas dirigidos hacia ellas son de corte asistencial y que muchas veces se sienten manipuladas. Los casos analizados grafican muy bien lo señalado. Por ejemplo, en el Perú los beneficios sociales del gobierno son otorgadas sólo a los clubes de madres, lo que ha llevado a que muchos "Comité de Mujeres" cambiaran BU denominación por "Club de Madre n. En Colombia, pese a que la organización es impulsada por el gobierno con claros objetivos de género, las mujeres afirman que las entidades del sector agropecuario en general les han prestado escaso apoyo. En relación a los partidos políticos, opinan que todos, sin excepción, intentar coartar su independencia y tratan de manipularlas para que asuman sus consignas.

Mujeres de las distintas organizaciones coinciden en lo que se refiere al ámbito productivo. Las mujeres le otorgan gran importancia a la capacidad de generar recursos y señalan que la falta de fondos muchas veces limita el desarrollo de su organización. De hecho, las mujeres de Perú y Venezuela consideran que uno de sus logros es haber podido generar recursos propios mediante actividades productivas. Sus problemas y demandas se centran en: acceso al crédito, asistencia técnica, capacitación en proyectos productivos, formación de líderes, restricciones para el transporte, y problemas para la comercialización de sus productos. En síntesis, en aquellas áreas en las cuales pueden potenciar BU capacidad de gestión y obtener recursos propios, generando una mayor independencia y autonomía en la organización.

Pareciera ser que el deseo de independencia y autonomía es una cuestión muy presente en las mujeres, muy en particular respecto del gobierno y de los partidos políticos.

Como es dable esperar, las dificultades no provienen todas de factores externos. En las organizaciones de mujeres, ellas destacan que la generación de nuevas líderes es escasa y está relacionada con sus carencias educativas y falta de capacitación. El problema de la falta de rotación de líderes parece estar asociado también a dificultades de comunicación entre las dirigentes y las bases, y entre mujeres de distintas comunidades. La ausencia de canales adecuados de comunicación se convierte, de esta forma, en un obstáculo importante para el funcionamiento y desarrollo de la organización.

En síntesis, la participación de mujeres en las áreas rurales enfrenta una serie de obstáculos, los que probablemente son comunes a la mayoría de los países de la Región y están relacionados con una cultura que relega a la mujer al ámbito doméstico y que penetra en las instituciones, en la comunidad y hasta en las propias mujeres, que muchas voces se visualizan como inferiores. De acuerdo a esto, cualquier acción destinada al fortalecimiento de la participación de las mujeres rurales debe considerar una acción global que incluya no solamente a las mujeres, sino que también a sus familias, al resto de las organizaciones y a la comunidad en su conjunto. Tales acciones deberían estar sujetas como requisito previo, a estudios de mayor profundidad a través de loa cuales puedan esclarecerse loa determinantes socioeconómicos y culturales que condicionan la participación, y la manera diferencial como los mismos actúan según "el tipo de mujer rural" al cual se haga referencia.

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