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La comunicaciónen un mundo en evolución

En estos últimos decenios del siglo xx, el mundo ha contemplado la aparición de un nuevo entorno político, social, tecnológico y económico. Se han producido transformaciones importantes del papel del Estado, y los gobiernos han abandonado determinadas funciones, que van quedando en manos del sector privado. Las sociedades exigen nuevas formas de gestión pública que den más margen a la democracia, la descentralización, la participación popular y el pluralismo. Se están formando nuevos marcos institucionales y un número cada vez mayor de tareas son asumidas por las organizaciones no gubernamentales, las organizaciones de la sociedad civil, las instituciones rurales y los dirigentes locales. La globalización está configurando la economía mundial y la actual revolución de la información crea una sociedad basada en los conocimientos. Se desarrollan con rapidez nuevas tecnologías de la comunicación, que cada vez están disponibles de manera más general, aunque su transferencia se produzca mediante la inversión privada: actualmente los mercados mundiales de los medios de comunicación están dominados por unas pocas empresas transnacionales.

Para que, gracias a la comunicación, las mujeres rurales puedan hacer oír su voz, es necesario que dichas mujeres tengan acceso a los canales y medios de comunicación, además de los conocimientos y técnicas para utilizarlos.

Al mismo tiempo, siguen prevaleciendo la pobreza y las desigualdades sociales, especialmente en las zonas rurales. La distancia entre los ricos y los pobres continúa aumentando como consecuencia de las diferencias en el acceso a los recursos, los conocimientos y la tecnología.

La mayoría de cuestiones importantes que figuran en el programa de labores de desarrollo representan un desafío para la comunidad mundial. Entre ellas se cuentan las siguientes: ordenar el medio ambiente de manera sostenible; reducir las tasas exponenciales de crecimiento demográfico y de urbanización; lograr la seguridad alimentaria; atender las necesidades de salud humana y educación; aumentar la alfabetización; aliviar la pobreza; y lograr la igualdad de género. Aunque en general se reconoce que tanto las mujeres como los hombres tienen un papel crítico que desempeñar en la agricultura y el desarrollo rural, las actividades encaminadas a mejorar las oportunidades para las mujeres rurales han tenido un éxito limitado. El desarrollo sostenible se ve obstaculizado por el acceso restringido de las mujeres rurales a la tierra, el crédito y el asesoramiento jurídico, así como a la educación, la capacitación, la extensión y otros servicios de apoyo a la agricultura.

Los conocimientos relativos a la información y los procesos participativos de transformación social son esenciales para que las mujeres y los hombres puedan responder a las oportunidades y a los principales desafíos del próximo siglo.

Estamos en la era de la comunicación, y la actual revolución de la información aumenta espectacularmente las posibilidades de intercambiar información en todo el mundo. Se ha comparado la revolución de la información que estamos viviendo hoy con el invento de la imprenta de tipos móviles en el siglo xv o con nuestra transición general de una sociedad agraria a una sociedad industrial en el siglo xix. Aunque la liberalización económica ha concentrado la propiedad de los medios de comunicación mundiales en manos de unas pocas empresas, el entorno de la comunicación en los países en desarrollo se está transformando. Las tecnologías y los medios de comunicación son cada vez más apropiados para las condiciones de las zonas rurales. La democratización, las políticas de liberalización de los gobiernos y el pluralismo han estimulado la descentralización de la producción de información, que ha dejado de ser patrimonio de los gobiernos centrales, mientras que los procesos horizontales e interpersonales sustituyen a las tradicionales líneas de comunicación verticales. Los criterios participativos han allanado el camino para la propiedad y la utilización comunitarias de varios procesos y medios de comunicación.


Los procesos de comunicación que tengan en cuenta las diferencias de género y que faciliten el aprendizaje y el cambio social pueden propiciar que las mujeres controlen mejor sus vidas y participen en plano de igualdad con los hombres en la promoción de la seguridad alimentaria y el desarrollo rural para las generaciones actuales y futuras.

En el actual clima de cambio político y socio-económico, la comunicación puede desempeñar un papel decisivo en la promoción del desarrollo. Al fomentar el diálogo entre la población rural y otros sectores de la sociedad, los procesos de comunicación pueden propiciar que tanto las mujeres como los hombres faciliten información y conocimientos como base para el cambio y la innovación, adopten decisiones relativas a sus propios medios de vida y, por ende, incrementen su participación general en el desarrollo. Los procesos de comunicación pueden dar a las mujeres rurales una voz para propugnar cambios en las políticas, en las actitudes o en las costumbres o los comportamientos sociales que las afectan negativamente. Los mismos procesos pueden ayudar a las mujeres a intercambiar experiencias, a encontrar un terreno común para la adopción de decisiones, a controlar mejor sus vidas y a añadir valor a su función de participantes activas en el desarrollo rural sostenible.

Dado que las mujeres y los hombres desempeñan papeles diferentes en la agricultura y el desarrollo rural, las estrategias y los medios de comunicación deberían reflejar sus necesidades y prioridades distintas. Para que, gracias a la comunicación, las mujeres rurales puedan hacer oír su voz y realizar su potencial, deben tener primero los medios de ser escuchadas. Dicho de otro modo, necesitan acceso a los canales y medios de comunicación, además de los conocimientos y técnicas para utilizarlos.

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