Conclusión

La información de género es esencial para un desarrollo equitativo y sostenible. Las cuestiones de género deben ser abordadas en muchas partes del mundo no sólo para subsanar las disparidades actuales entre la participación del hombre y la mujer en el proceso de desarrollo, sino también para asegurar un entorno favorable a la mejora de la seguridad alimentaria y a la consecución de un desarrollo sostenible. Este breve examen de los datos disponibles y deseables y de sus fuentes indica que los sistemas para la recopilación, organización y análisis de estadísticas agrícolas vigentes en muchos países deben ser revisados para colmar la laguna en los datos. Esto puede hacerse :

• prestando especial atención a la coordinación, integración y nueva tabulación de datos demográficos, agrícolas y relativos a la fuerza de trabajo, desglosados por sexo y por edad a nivel subnacional, siempre que sea posible;
• realizando encuestas menos frecuentes, pero más especializadas, sobre relaciones de género y cuestiones relativas a la participación en la fuerza de trabajo;
• organizando encuestas piloto y en pequeña escala para recopilar datos sobre el empleo del tiempo;
• organizando estudios por hogares para tener una visión general del estado de salud, nutrición y seguridad alimentaria de la población rural, así como de otros aspectos de su calidad de vida (por ejemplo, tasas de alfabetización, niveles de educación, ingresos, consumo y gasto) y sus condiciones de trabajo (por ejemplo, acceso al riego y a los servicios de crédito y extensión);
• haciendo esfuerzos especiales para recoger información sobre los pequeños agricultores, dada su creciente importancia en relación con la seguridad alimentaria nacional y mundial y la degradación del medio ambiente inducida por la pobreza; este sector suele ser excluido del ámbito de aplicación de los censos y encuestas agropecuarios.

Sin embargo, como en el caso de otros muchos desafíos del desarrollo rural, la calidad deficiente de los datos procedentes de zonas rurales de países en desarrollo no debe utilizarse como excusa para no tomar medidas con respecto a cuestiones acuciantes. Actuar basándose en una información que dista de ser perfecta siempre llevará consigo riesgos, pero eso sucede en muchas otras esferas que son motivo de preocupación, como la ecología o el desempleo. Por consiguiente, la FAO aconseja a sus miembros que, al tiempo que trabajan para mejorar la calidad de los datos procedentes de las zonas rurales en general, y de los datos sobre recursos humanos y cuestiones de género en particular, deben hacer también el mejor uso posible de los datos existentes para respaldar las necesidades actuales en materia de política y de adopción de decisiones responsables.

Las estadísticas son a la vez un instrumento de conocimiento y una herramienta de promoción. Por ello, nuestros esfuerzos están guiados por un doble objetivo:

• construir una base sólida de conocimientos que permita sustentar de manera plausible hipótesis y realidades con respecto a las funciones respectivas de la mujer y el hombre en el desarrollo rural y, en consecuencia, a los beneficios derivados de una distribución más equitativa de los recursos;
• ofrecer conocimientos nuevos y significativos a las categorías pertinentes de usuarios públicos y privados, mediante estrategias y medios de comunicación eficaces.

Es posible formular mensajes claros y bien articulados a diversos públicos cuando estos mensajes se basan en datos sólidos. Al fundamentar la elección social en una información de buena calidad, estos mensajes favorecerán la adopción de medidas concretas, ya que tendrán grandes posibilidades de promover la rendición de cuentas, la buena administración y la participación de los interesados, que a la larga propiciarán el desarrollo sostenible y la seguridad alimentaria para todos.