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Programas de inversión en plantaciones de teca: perspectiva desde la India

K. Balooni

Kulbhushan Balooni es Profesor Asistente en
el Indian Institute of Management,
Kozhikode, CEDT Campus, Calicut, India.

Prácticas inmorales y pretensiones desorbitadas ponen en entredicho el futuro de los planes de inversiones en plantaciones de teca en la India.

Las inversiones en plantaciones forestales, que siempre eran re-lativamente bajas en la India, han crecido recientemente en importancia. Las industrias con una base forestal, reconociendo que los bosques actuales no pueden seguir suministrándoles la materia prima que necesitan, tendrán que asumir un papel importante en el aumento de las inversiones en programas de plantación durante los próximos años. La inversión privada en plantaciones de teca ha irrumpido como respuesta a la demanda creciente de maderas destinadas a vivienda y mobiliario, entre las cuales la teca es la más apreciada. La India es uno de los mayores productores de teca en el mundo, pero la oferta no basta para cubrir la demanda nacional.

Desde 1991, las compañías plantadoras de la India han promovido planes que ofrecen a los inversores árboles de teca a un costo nominal con expectativas de rendimientos espectaculares tras sólo 20 años. Estas plantaciones podrían sin duda contribuir al suministro de madera y otros productos arbóreos, y ayudar al mismo tiempo a aumentar la cubierta forestal del país. Sin embargo, algunas compañías carentes de escrúpulos, insuficientemente controladas, han explotado a los inversores prometiendo réditos imposibles, para cerrar después sus negocios o no plantar árboles en absoluto. Muchas de las pretensiones expuestas por los promotores de programas de inversión en el negocio de la teca son incompatibles con las investigaciones forestales y económicas sobre la teca. Estas prácticas inmorales y pretensiones desorbitadas ponen en entredicho el futuro de los programas de inversiones en plantaciones de teca en la India.

En este artículo se examina la importancia creciente de las inversiones en plantaciones forestales en la India; la participación de las industrias forestales en el establecimiento de plantaciones para cubrir sus necesidades de materia prima; y los mitos y realidades que rodean a los programas de inversiones en la teca.

Gran plantación de teca establecida en los montes de Bengala Occidental, India

- OFICINA REGIONAL DE LA FAO PARA ASIA Y EL PACÍFICO/M. KASHIO

LAS PRIMERAS PLANTACIONES DE TECA EN LA INDIA

La necesidad de plantaciones forestales se comprendió ya a mediados del siglo XIX. El primer intento de plantación organizada en la India fue una plantación de teca establecida en 1842 en Nilambur, Kerala, India meridional, con el propósito de enriquecer los bosques (Bapat y Phulari, 1995). Chatu Menon, conocido como el padre de las plantaciones de teca en la India, cultivó más de un millón de plantas de teca entre 1842 y 1862 (Parameswarappa, 1995). Después se establecieron plantaciones en otras partes del país. Estas actividades se extendieron con la introducción en las plantaciones de teca del sistema taungya, método de establecimiento de un cultivo forestal en asociación temporal con cultivos agrícolas, iniciado en Myanmar en el decenio de 1850 para la replantación de árboles de teca (Negi, 1986). Plantaciones organizadas en gran escala se intentaron sólo después de 1948, y hasta 1951 la plantación no llegó a ser una actividad regular y extensiva (Tewari, 1992).

INVERSIONES GUBERNAMENTALES EN PLANTACIONES DE ÁRBOLES

En la India, las inversiones en el sector forestal han sido siempre muy bajas en comparación con el alto nivel de ingresos obtenidos de los bosques. En los sucesivos planes quinquenales del país desde 1951, los fondos gubernamentales dedicados al sector forestal no pasaron del 1 por ciento del total de gastos del sector público hasta el séptimo plan (1985 a 1990). En tiempos pasados, el bajo nivel de inversión en los bosques (tanto en reforestación como en actividades extractivas) se tradujo en una baja producción y en escasas inversiones en programas de plantación y reforestación. Lo que interesaba era obtener el máximo beneficio de los bosques, y poco se hacía para restaurar la naturaleza degradada.

Tras la independencia de la India en 1947, empezaron las plantaciones de árboles planificadas con el primer plan quinquenal (1951 a 1956). Al principio, se plantaba principalmente en bosques públicos, y se prestó poca atención a las plantaciones en tierras privadas. Las leyes contra la tala y comercialización de árboles de tierras tanto públicas como privadas, promulgadas para reducir una alarmante pérdida de cubierta forestal, tuvieron un efecto contrario: los agricultores, temerosos de no poder vender los árboles, plantaron cada vez menos (Kerr, 1997).

En 1976, el informe de la Comisión Nacional de Agricultura aconsejó inversiones en bosques sociales, en especial agrosilvicultura, para cubrir las necesidades de leña y madera pequeña de las poblaciones rurales (Gobierno de la India, 1976). Durante el sexto plan quinquenal (1980 a 1985), los programas de plantaciones de árboles cobraron gran impulso. Los gastos en plantaciones se dispararon de 1 073 millones de rupias (153 millones de dólares EE.UU.) en el quinto plan (1974 a 1979) hasta 9 260 millones de rupias (780 millones de dólares) en el sexto plan (1980 a 1985) (Indian Council of Forestry Research and Education, 1999). La mayoría de los programas de agrosilvicultura en tierras privadas ofrecieron subvenciones a los agricultores (Balooni, 1991).

Más recientemente, al crecer el interés por el desarrollo ecológicamente sostenible, se ha dado más importancia a la plantación de árboles en la India, como lo acredita la Política Forestal Nacional de 1988 que contempla un aumento de la cubierta forestal (que es actualmente de alrededor del 19,5 por ciento) hasta por lo menos un tercio de la superficie total del país. Entre 1990 y 1996, se establecieron plantaciones de árboles sobre casi 6 millones de hectáreas de tierras públicas, incluidas tierras forestales, y se distribuyeron más de 7 000 millones de plántulas para ser plantadas en tierras privadas (Indian Council of Forestry Research and Education, 1999).

Los programas de plantaciones requieren gran aportación de capital. Los fondos extranjeros para las plantaciones han aumentado notablemente en los últimos años gracias a organismos donantes internacionales. Sin embargo, no hay seguridad de que las inversiones del Gobierno de la India en plantaciones o en el conjunto del sector forestal aumenten en el futuro, ya que otros sectores de la economía reclaman también inversiones en la actual era de liberalización económica. Por ello el sector privado tendrá que asumir también un papel importante en el aumento de las inversiones en los años venideros. Las inversiones ayudarán a superar la escasez de materia prima para las industrias de transformación y aumentarán también la cubierta forestal del país.

PAPEL DE LAS INDUSTRIAS FORESTALES EN LAS PLANTACIONES

Hasta hace poco, el sector privado ha mostrado escaso interés por invertir en plantar árboles, pese a que las industrias dedicadas a la manufactura de productos como papel, pasta, rayón y contrachapados dependían de los bosques para recibir sus materias primas. Las industrias forestales gozaban de una alta rentabilidad porque la mayoría de ellas recibían la materia prima de los bosques a precios subvencionados; el resultado fue un crecimiento explosivo de la capacidad industrial y el uso no sostenible de las reservas forestales (Gadgil y Guha, 1992).

Las industrias forestales han comprendido ya que los bosques actuales serán incapaces de satisfacer su creciente demanda de materias primas. Además, la oferta de madera está limitada por restricciones o prohibiciones sobre la extracción de bosques naturales en algunos estados de la India. Reconociendo su necesidad, muchas de estas industrias han iniciado plantaciones en tierras privadas, con la colaboración de agricultores a los que proporcionan asistencia financiera y técnica. Las industrias se han dirigido también al Gobierno para arrendar bosques degradados y hacer en ellos plantaciones con miras a cubrir sus necesidades de materias primas. La Política Forestal Nacional de 1988 dispone que: «En lo posible, una industria de base forestal deberá obtener la materia prima que necesite estableciendo una relación directa entre la fábrica y las personas que puedan cultivar la materia prima». Muchas de estas industrias, por ejemplo Western India Match Company Ltd (WIMCO), ITC Bhadrachalam Paper Mills y Ballarpur Industries Ltd, han concertado acuerdos con agricultores para cubrir sus necesidades de materias primas facilitando asistencia financiera y técnica para iniciar y mantener plantaciones en tierras privadas. La industria garantiza a los agricultores un precio mínimo, aunque los agricultores tienen libertad para vender su producto a cualquiera (Centre for Environmental Law, 1995). Se prevé que muchas otras industrias seguirán este ejemplo.

Después de 1980 WIMCO, para cubrir sus necesidades de materia prima, emprendió un programa de cultivo de álamos en terrenos privados en los estados de Uttar Pradesh, Haryana y Punjab en colaboración con el National Bank for Agriculture and Rural Development. Aunque no se trataba todavía de un programa de inversión en árboles, como WIMCO no recibía dinero alguno de los agricultores, era el principio de la participación de una empresa en el cultivo de una plantación comercial en colaboración con los agricultores (Banerjee y Balooni, 1997).

Las industrias forestales solicitaron del Gobierno de la India, ya desde la década de 1970, arrendamientos a largo plazo de tierras forestales. Pero los ecologistas, los defensores del medio ambiente y las organizaciones no gubernamentales se han opuesto a esas solicitudes argumentando que su concesión tendría los siguientes efectos negativos (Centre for Environmental Law, 1995):

El Gobierno de la India no ha resuelto todavía el desacuerdo, y se está tratando de llegar a un entendimiento entre las industrias y sus oponentes.

Trabajadores cargando troncos de teca, Maharashtra, India

- FAO/13543/I. DE BORHEGYI

PROGRAMAS COMERCIALES DE INVERSIÓN EN ÁRBOLES

Tras los programas del Gobierno de la India y las industrias forestales de plantación de árboles a gran escala vinieron los programas comerciales promovidos por varios empresarios que estimularon la inversión privada en plantaciones de árboles. Los primeros casos fueron el cultivo de la especie Eucalyptus por compañías de plantaciones de 1981 a 1990 (Chaturvedi, 1995).

Los empresarios han entrado en el negocio del cultivo de árboles con el fin de obtener grandes beneficios de la venta del producto. Les ha estimulado en parte la subida extraordinaria de los precios de la madera y de sus productos en los últimos veinte años como resultado de la demanda creciente. Este crecimiento de la demanda ha sido especialmente acusado para las maderas destinadas a viviendas y mobiliario, por obra de la creciente urbanización y el auge actual del consumo (Bebarta, 1999). De esta manera, mientras los precios de la madera en rollo y aserrada siguieron en la India la evolución general de los precios de 1950 a 1970, aumentaron en más del 600 por ciento entre 1975 y 1990, cuando los precios generales registraban un aumento del 164 por ciento (Bajaj, 1994). El precio de los troncos de teca aumentó en el 970 por ciento de 1975 a 1990 (Cuadro 1).

Actualmente unas 3 600 compañías en toda la India promueven planes de plantaciones privadas (Aiyar, 1998). En general, las compañías plantadoras expiden para los inversores certificados de inversión como justificante para futuras reclamaciones.

Precio medio anual de los troncos de teca de 120 a 150 cm de circunferencia en la India

Año

Precio por m3 (Rupias)

1970

646

1971

810

1972

963

1973

850

1974

1390

1975

1256

1976

1511

1977

1583

1978

2809

1979

2965

1980

2965

1981

3919

1982

4603

1983

4840

1984

6862

1985

7801

1986

8359

1987

6075

1988

no disponible

1989

9964

1990

13449

Fuente: Bebarta, 1999.

PROGRAMAS DE INVERSIONES EN LA TECA

Entre las maderas de calidad para viviendas y mobiliario, la teca ocupa en la India el primer lugar. Los bosques naturales de teca ocupan en la India más de 9,77 millones de hectáreas (Bapat y Phulari, 1995), pero las severas restricciones en la explotación de estos bosques naturales, introducidas en 1997, han limitado la oferta nacional. Pese a ser la India uno de los mayores productores de teca del mundo, tiene que importar grandes cantidades de madera para satisfacer la demanda interna de la industria de chapas y contrachapados (Bebarta, 1999). Las plantaciones de teca son ahora importantes para salvar el desnivel entre la demanda y la oferta de madera. Hay en el país más de 500 000 hectáreas de plantaciones de teca, y está en marcha un amplio programa para plantar casi 50 000 hectáreas anualmente (Khullar, 1995).

El primer intento de promover inversiones privadas en plantaciones de teca empezó tal vez en 1991, cuando Sanghi Plantations, con sede en Hyderabad en la India meridional, anunció un plan que ofrecía a los inversores árboles de teca a un costo nominal de 1 000 rupias con un rendimiento de 50 000 rupias después de 20 años1 (Prasad, 1992; Press Trust of India, 1992). Entre las primeras compañías que entraron en el negocio de la teca estuvieron también Sterling Tree Magnum (India) Limited, Cochin (Srivinasan, 1993) y Anubhav Plantations, Madras (Rajappa, 1994). Las plantaciones de teca proliferaron en la India meridional; en Madrás se registraron 40 y en Bangalore ocho de enero a septiembre de 1992 (Kakkar, 1994).

Se han establecido plantaciones en todos los estados del sur y el centro de la India y en Maharashtra, Gujarat, Uttar Pradesh, Haryana, Orissa y Bengala Occidental, y posiblemente en otros estados; no hay cálculos sobre la superficie a la que se extienden los planes de plantaciones de teca.

Muchas de las plantaciones de teca en el marco de los planes de inversión se han establecido en tierras baldías cultivables, de la que la India tiene unos 104 millones de hectáreas. Estas tierras están incultas sobre todo por la falta de agua para regarlas. Es fácil transferir a los compradores la propiedad de este tipo de tierras (Manjeshwar, 1993).

Algunos planes son de plantaciones en monocultivo mientras que otros proponen plantaciones mixtas, por ejemplo teca combinada con Dalbergia latifolia (palo rosa) y Swietenia macrophylla (caoba). A veces se combina la teca con especies hortícolas como Mangifera indica (mango), Carica papaya (papaya) y Psidium guajava (guayabo), aunque predomine la teca.

Para atraer a los inversores y ganar su confianza, las empresas han practicado varias estrategias de promoción. Tentadores anuncios de plantaciones aparecen a menudo en diarios y revistas con promesas de altos rendimientos -50 000 o incluso 100 000 rupias en apenas veinte años- por la compra de árboles a un costo nominal que varía de 495 a 2 500 rupias (Kinhal, 1995). Por ejemplo, Sterling Tree Magnum (India) Limited ofrecía a los inversores unos rendimientos seguros de más de 62 000 rupias a los 20 años por una inversión de 1 275 rupias por un árbol de teca (Saxena, 1993).

Probablemente el deseo de elevadas ganancias fue el principal factor que llevó a la gente a invertir en los planes de plantación de teca. Muchos de los inversores procedían de zonas rurales y ciudades pequeñas y carecían de oportunidades o información para lanzarse a otras formas de inversión como el mercado de valores. Algunas compañías despertaron interés especialmente entre familias de clase media ofreciendo ganancias muy elevadas por pequeñas inversiones, en comparación con los tipos de interés ofrecidos por depósitos a largo plazo por instituciones financieras y con los rendimientos del mercado de valores.

Es indudable que estas plantaciones de árboles pueden aumentar los suministros de madera y otros productos forestales en el futuro y pueden contribuir a hacer más extensa la cubierta forestal del país. El Centre for Environmental Law (1995) ha observado que «la reciente proliferación de compañías que ofrecen plantaciones de teca a los ricos urbanos es el único ejemplo en que el capital privado urbano está siendo invertido en zonas rurales; en general, el capital hasta ahora ha huido del sector rural al urbano». Sin embargo, en la mayor parte de lo que se escribe sobre planes de plantaciones de teca apenas hay referencias a las consecuencias socioeconómicas de tales planes para las poblaciones rurales y para la economía rural (Balooni, 2000).

Como las plantaciones comerciales de árboles son un hecho reciente, no se han investigado a fondo los diversos aspectos del funcionamiento de las compañías y los planes. Según Kinhal (1995), no se dispone de datos de crecimiento fiables sobre los árboles de teca cultivados en una empresa comercial. Las estimaciones y presunciones respecto a estos planes de plantación sólo pueden compararse con los datos disponibles sobre las plantaciones de teca establecidas por los departamentos forestales de la India sobre terrenos forestales (Rawat, 1995).

Al principio las compañías dedicadas a plantaciones comerciales no entraban en el ámbito de competencia de la Comisión de Monopolios y Prácticas Restrictivas del Comercio ni del Departamento de Asuntos Empresariales del Gobierno de la India. Por ello algunas compañías sin escrúpulos pudieron penetrar en el sector con prácticas inmorales y explotar a los inversores. Por ejemplo, ya no quedan trazas de la Jubilee Plantation de Madhya Pradesh o de Green Everest de Hyderabad, dos compañías que recaudaron dinero del público con promesas incumplidas (Subramaniam, 1994). Muchas compañías de plantaciones son promovidas por personas como contables autorizados, secretarios de empresas y analistas financieros, tras los cuales no hay empresa importante ni grupo industrial alguno (Saxena, 1993).

El Ministerio de Hacienda de la India ha aclarado recientemente que las compañías de plantaciones están bajo la jurisdicción del Consejo de Valores y Bolsa de la India, el cual ha prohibido a las compañías que acepten nuevas inversiones antes de estar registradas en el Consejo y de someterse a clasificación crediticia. Sin embargo, estas medidas llegaron tarde para muchos inversores crédulos que han sido ya engañados por compañías plantadoras. De las 34 compañías que pidieron su clasificación crediticia a los cuatro principales organismos clasificadores del país, 33 fueron clasificadas en el grado V, lo que significa que las inversiones en esas compañías son arriesgadas y que es posible que incumplan sus compromisos de pago (Aiyar, 1998). Aunque no se sabe cuántas de las plantaciones clasificadas eran de teca, las estadísticas dan una idea de la gravedad del problema. Por añadidura, se prevé que millones de rupias obtenidas de gran número de inversores quedarán inmovilizadas durante decenios, ya que estas colocaciones privadas no cotizan en los mercados de valores (Punnathara, 1992).

El fracaso de muchas plantaciones ha confirmado las sospechas y ha avivado los temores de los inversores. Diarios y revistas han dado cuenta varias veces de las fechorías de estos negocios de moda. Muchos de los promotores que han recaudado del público decenas de millones de rupias han cerrado sus compañías, mientras que otros no han adquirido todavía ni una sola hectárea de terreno ni plantado un árbol. Por ejemplo, la compañía Desert Gold India Irrigation Ltd, con sede en Bombay, que en 1992 recaudó del público unos 130 millones de rupias, prometiendo beneficios de
51 000 rupias en 20 años por cada inversión de 1 000 rupias, no plantó ni una sola plántula (Paul, 1993). Al anunciar el plan, la compañía dijo haber adquirido 101 ha de tierras para plantaciones de teca. Sin embargo, las inves-tigaciones pusieron de manifiesto que no se había comprado tierra alguna en nombre de la compañía. Jain (1998) informó que el propietario y otros altos empleados de SPG Green Gold Plantation Ltd, Delhi, desaparecieron tras haber recaudado millones de rupias de los inversores. Informaciones periodísticas han sostenido que en varios casos el dinero recaudado del público se había desviado hacia otros negocios. Según Aiyar (1998), en una petición a la Corte Superior de Delhi, el Foro de Inversores de Compañías Agroforestales solicitó que el Consejo de Valores y Bolsa preparara un conjunto de medidas para salvar 25 000 millones de rupias invertidas en compañías de plantaciones.

En 1994, un pequeño grupo de compañías constituido por Parasrampuria, Anubhav Plantations, Sterling Tree Magnum (India), NP Agro, Prince Plantations y Khaitan Agro se dirigieron al Inspector General de Bosques de la India, en el marco de la All-India Teak Planters Association, para formular un código de conducta que fuera vinculante para todas las firmas activas en el negocio de las plantaciones de teca (Subramaniam, 1994). Estas compañías temían que si se permitía la entrada de operadores sin escrúpulos, la imagen de su negocio quedaría deslucida. Recientemente, muchas de estas compañías se han unido para formar la Association of AgriPlantation Companies of India con objeto de salvaguardar sus intereses en vista de las muchas críticas a los planes de plantación (Aiyar, 1998).

El trabajo de investigación es necesario para comprobar la viabilidad de las compañías plantadoras de teca; aquí, oficiales del Servicio Forestal de la India miden árboles de teca de seis años de una plantación

- FAO/13546/I. DE BORHEGYI

RENDIMIENTO DE LA TECA: MITOS Y REALIDADES

Los anuncios seductores de los plantadores de teca que prometen réditos espectaculares a los inversores no concuerdan con las investigaciones de los silvicultores sobre la teca, ni en la calidad de la madera ni en los beneficios monetarios esperados (Chaturvedi, 1995; Kinhal, 1995; Parameswarappa, 1995).

La teca de primera calidad, que se encuentra en Myanmar y en los estados indios de Karnataka y Kerala, se obtiene después de 50 a 60 años, por lo menos, en condiciones ideales. La proyección de una compañía de un volumen medio de 1,06 m3 por árbol a los 20 años con una densidad de plantación de 927 árboles por hectárea (mencionada por Chaturvedi, 1995) es 16 veces superior al volumen obtenido a los 20 años en las plantaciones más productivas de la India. Un árbol de teca con un volumen de 1,06 m3 tendría un diámetro de unos 50 cm, que se consigue en la teca de óptima calidad al cabo de unos 45 años. Con esa edad el número usual de árboles por hectáreas es de unos 100, frente a la proyección de la compañía de 927 árboles por hectárea a los 20 años. El volumen total proyectado, 982,6 m3 por hectárea, supone un incremento anual medio (IAM) completamente irreal de 49,1 m3 por hectárea. Según un análisis de Kinhal (1995), en la División Forestal de Konni en Kerala el IAM alcanzó en una rotación de 70 años 2,46 m3 por hectárea.

Srinivasan (1993) ha explicado que un intento de cultivar árboles de teca en una plantación de alta densidad en sólo 1 400 ha fracasó en las islas Andaman, lo mismo que intentos análogos de los departamentos forestales del estado indio de Tamil Nadu.

Las plantaciones tienen largos períodos de gestación, tasas de rendimiento muy conjeturales y cierto nivel de riesgo dados los caprichos de la naturaleza. Tampoco es la supervivencia de los árboles hasta la madurez suficiente para asegurar la rentabilidad; una atenta comercialización es también esencial. Las compañías que prometen cuidar de este aspecto pueden no vivir para cumplir sus promesas cuando llega el momento de la recolección de la teca.

Ello no obstante, algunos estudios trazan un cuadro positivo de los planes de inversión en la teca. Por ejemplo, Mehta (1995) consideró financieramente viables las plantaciones comerciales de teca de Vanashree Plantation, emprendidas por Orient Resorts (India) Private Ltd en 1992 en el estado de Gujarat. Esta plantación está situada en el lindero de una zona de crecimiento natural de la teca. Se ha plantado una superficie de 31,5 ha con 52 751 plántulas adjudicadas a los inversores, que han aportado en total 480 000 rupias. El análisis financiero realizado por Mehta reveló que el valor neto actual es de 6 857 rupias, la tasa interna de rendimiento es de 30 a 35 por ciento y la razón beneficio/costo es 9,6. Sin embargo, concluyó que los beneficios de la compañía serían muy superiores a los de los inversores al final del plan, ya que la compañía conservará la tierra adquirida con el dinero de los inversores. Además, la teca es una especie que rebrota bien de la cepa, y después de la recolección final Vanashree Plantation se habrá beneficiado al ahorrar los gastos iniciales para ulteriores planes de plantación.

CONCLUSIONES

Dado el escepticismo suscitado por algunas compañías plantadoras, no está claro el futuro de los programas de inversiones en la teca. Las proyecciones contradictorias sobre el crecimiento de la teca han tenido graves repercusiones para las compañías privadas dedicadas a las plantaciones de teca, negocio que después de todo está todavía en su comienzo. Escasean ciertamente las publicaciones fidedignas sobre funcionamiento de las compañías dedicadas a planta-ciones privadas en la India.

El Gobierno de la India está tratando de comprobar la viabilidad tanto financiera como técnica de las compañías planta-doras de teca. El Instituto de Investigaciones Forestales de la India ha tomado ya una iniciativa en este sentido de
acuerdo con algunas de las compañías plantadoras para realizar trabajos de investigación (J.K. Rawat, comunicación personal, 1999). Además, el Gobierno de la India ha puesto ya a las compañías plantadoras bajo la jurisdicción del Consejo de Valores y Bolsa de la India. Este paso gigante ayudará a vigilar, regular y controlar las compañías plantadoras en beneficio de los inversores. Es preciso también esforzarse por reunir información sobre compañías plantadoras morosas, para ayudar a distinguir las dignas de confianza de las probables incumplidoras.

Dado el creciente desnivel entre la oferta y la demanda de madera en una economía floreciente con una población en crecimiento, es tiempo para considerar los programas de inversiones en árboles como una empresa importante en el país. Kinhal (1995) propone que el Gobierno de la India estimule tales inversiones ofreciendo incentivos en forma de préstamos subvencionados, seguro contra catástrofes y exenciones fiscales para realizar los objetivos de la política forestal. Esto sólo puede hacerse si se modifica la actual política forestal garantizando la cuidadosa reglamentación de los programas de inversión en plantaciones. 

Bibliografía

1 1 dólar EE.UU. = unas 44 rupias (febrero de 2000).


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