Página precedenteIndice


Cartas los lectores

28 de diciembre de 1999

Sr. Editor:

El número sobre «Los productos forestales no madereros y la generación de ingresos» (Unasylva, Vol. 50, Nº 198) nos pareció de gran valor e interés. Sin embargo, queremos expresar algunas discrepancias acerca del artículo titulado «Efectos del control estatal de productos forestales no madereros sobre la administración forestal conjunta en la India».

El artículo sólo refleja las actividades relacionadas con los productos forestales no madereros (PFNM) hasta 1996. De hecho, desde entonces han ocurrido muchas cosas que han sido completamente ignoradas. En especial, la 73ª modificación de la Constitución y la consiguiente promulgación por el Parlamento Nacional de la Ley sobre las disposiciones de los panchayats (extensión a las zonas registradas) de 1996, que prevé la concesión de la propiedad de los productos forestales secundarios a instituciones rurales, constituye un hito en el establecimiento de un marco sostenible dinámico y favorable a la población para el aprovechamiento de los PFNM.

En el Cuadro 2, la recolección de hojas de tendu durante el período comprendido entre 1981 y 1988 se cifra en 6 a 7 millones de sacos estándar. De hecho, la recolección media durante ese período fue de 5,31 millones de sacos. Solamente en el año 1988-1989 alcanzó la recolección los 7 millones de sacos. Ese fue el último año de la regalía por una suma global, en que se permitió a los contratistas recolectar la cantidad de hojas que desearan.

En el mismo cuadro, la recolección anual para el período 1989-1996 se cifra en 4 millones de sacos. El análisis no se debería haber detenido en 1996, pues el período posterior es de gran importancia, dado que las medidas adoptadas a este respecto han comenzado a dar diversos resultados positivos. En 1999, la recolección fue de 4,93 millones de sacos. Así pues, casi ha alcanzado el nivel medio del período 1981-1988. Sin duda, la transferencia creciente del poder de decisión a las instituciones rurales debe redundar en una mejora de la situación.

En el Cuadro 4, bajo el objetivo «Asegurar salarios equitativos con pagos puntuales y justos», el autor señala que en Madhya Pradesh los pagos se demoran y son insuficientes. Los hechos no parecen corroborar estas afirmaciones. Con respecto a la puntualidad de los pagos, las sociedades primarias han intervenido en el pago de los salarios y en la mayor parte de los lugares se efectúan semanalmente. Prácticamente todos los sueldos se han pagado ya a finales de junio de cada año, es decir, dentro de los quince días siguientes a la conclusión del período de recolección. Gracias a la participación de las organizaciones populares, cualquier demora o irregularidad se conoce y se afronta de inmediato. Respecto al nivel de los salarios, se han multiplicado casi por cinco desde 1988, pasando de 85 rupias por saco en 1988 a 400 en 1999. La suma total desembolsada en concepto de recolección ha aumentado de 613 millones de rupias en 1988 a casi 2 000 en 1999. Además, la decisión del gobierno estatal de transferir todo el beneficio neto a instituciones comunales y de pagar el 50 por ciento de ese beneficio a los recolectores de hojas supondrá 500 millones de rupias adicionales en concepto de recolección. Considerando que se está destinando el 20 por ciento de ese beneficio neto al desarrollo de los recursos, se afrontará la mayor parte de los puntos planteados en el Cuadro 4, en el subapartado «Ordenación forestal sostenible».

Le saluda atentamente,

Dr. R.C. Sharma
Conservador Jefe de Bosques y Director de Gestión
Federación de Productos Forestales Menores de Madhya Pradesh
Bhopal, India


1 de febrero de 2000

Estimado Editor:

En el artículo sobre las repercusiones de la descentralización en la actividad forestal participativa en Escocia (Unasylva, Vol. 50, Nº 199), Andrew Inglis aporta numerosos datos para la reflexión. Sin embargo, hay algunos aspectos que merecen una puntualización.

Es cierto que la decisión de mantener la Comisión Forestal como un organismo público transfronterizo fue considerada como un triunfo. Sin embargo, ese triunfo fue ampliamente compartido por las ONG ambientales y la industria, por las partes interesadas tradicionales y por las comunidades forestales de Escocia, Inglaterra y Gales. El punto de vista general era que la Comisión Forestal posee un acervo de experiencia y profesionalidad que se perdería si se desgajara en tres partes. La decisión se adoptó también por razones de eficacia, a fin de no triplicar los recursos administrativos, técnicos y de política básicos.

No se ajusta a la realidad sugerir que el Comité de Asuntos Rurales del Parlamento de Escocia recibió una estrategia forestal como un hecho consumado. Antes bien, el Ministro de Asuntos Forestales de Escocia pidió a la Comisión Forestal que antes de proceder a la descentralización iniciara un proceso que permitiera al Parlamento de Escocia elaborar una estrategia forestal. Todo lo que ocurrió antes de la descentralización fue la distribución de un documento inicial de consulta para recabar ideas, con el fin de iniciar un proceso de deliberación mediante la organización de seminarios a nivel local y nacional. La consulta sobre el proyecto de estrategia comenzará en breve, cuando se haya presentado el proyecto al Comité de Asuntos Rurales del Parlamento de Escocia en el mes de marzo. El Ejecutivo escocés ha acogido con agrado el trabajo preliminar y ha fomentado el proceso de consulta.

El autor ha interpretado erróneamente la posición referente a las facultades de la Comisión Forestal. Antes de la descentralización, la Junta de Comisarios tenía determinadas facultades en relación con la concesión de donaciones, la reglamentación y la ordenación forestal, pero la Junta siempre ha estado sometida a la dirección de los ministros de asuntos forestales, en número de tres, que representaban a Inglaterra, Escocia y Gales en el Parlamento del Reino Unido. La descentralización supone que los poderes ministeriales están ahora en manos de los parlamentos y pueden ser ejercidos por separado en cada país.

Cuando afirmé que podían existir algunas cuestiones en las que la política forestal del Reino Unido prevaleciera sobre los nuevos parlamentos, me refería principalmente a la esfera internacional, en la que el Reino Unido es la entidad soberana. Aunque existen mecanismos a través de los cuales Westminster puede consultar a los países que conforman el Reino Unido, en lo que respecta a las negociaciones con Europa o los acuerdos internacionales, como las convenciones sobre el cambio climático y la Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas de flora y fauna silvestres (CITES), o los convenios sobre el patrimonio mundial, la responsabilidad compete a Westminster como Parlamento soberano. Esto explica por qué la función de ministro principal ha revertido al Ministro de Asuntos Forestales de Inglaterra, pues es el ministro en el Parlamento soberano. Además, la investigación forestal, la sanidad vegetal y la cuarentena y registro de material reproductivo forestal continuarán siendo financiados por Westminster.

Se han acometido cambios estructurales importantes para transferir las cuestiones de política y apoyo ministerial a los conservadores jefe de cada país. Pretendimos hacerlo de manera que no interfiriera con la prestación adecuada de servicios a los propietarios de bosques y a los grupos de interés comunitarios sobre el terreno. Este era el sentido de mi afirmación (que se cita en el artículo), de que «no creo que los cambios estructurales sean muy notables». En definitiva, la auténtica prueba de la nueva estructura es si resulta de utilidad para llevar adelante unas estrategias y políticas que reflejen las necesidades de cada país, no si los cambios estructurales son notables.

Por último, el autor interpretó erróneamente una observación que hice sobre el hecho de que la Comisión Forestal había aprovechado la oportunidad para hacer desaparecer el pensamiento conservador de las posiciones clave. Esto no fue el resultado de la descentralización, sino que ocurrió cuatro años antes, cuando la Comisión Forestal, conjuntamente con muchos otros departamentos del Estado, acometió un importante programa de reducción de gastos, perdiendo una parte significativa de las personas de 50 años y de mayor edad. Aunque inicialmente tuvimos que esforzarnos para colmar las lagunas de conocimientos, ahora nos beneficiamos de la existencia de nuevas ideas y energía en nuestro equipo de gestión, que nos han permitido responder rápidamente a las demandas de descentralización.

Le saluda atentamente,

David J. Bills
Director General
Comisión Forestal
Edimburgo, Reino Unido


Página precedenteInicěo de página