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11. La influencia recíproca entre el mejoramiento genético y el cultivo intensivo

E. GIORDANO

ERVEDO GIORDANO es Coordinador de Investigaciones en el Centro de Experimentación Agrícola y Forestal, Roma (Italia) y Profesor Adjunto de la Universidad de Bari.

Pocas investigaciones han tenido como objeto la influencia recíproca entre el mejoramiento genético y el cultivo intensivo. Este tema, en realidad, no ha interesado mucho en el pasado a los genetistas ni a los silvicultores. Sin embargo, el problema existe y debe recibir más atención en lo futuro. Wright (1962) señaló la importancia del problema cuando escribió que el mejoramiento forestal es sumamente eficaz para las especies cultivadas, habiéndose comprobado que es de menor importancia para los árboles de reproducción natural.

La FAO (1970) estimó que las plantaciones forestales existentes en 1965 cubrían una superficie de cerca de 80 millones de hectáreas. La producción anual maderera de dichos bosques, cuando alcancen su madurez, será de cerca de 500 millones de metros cúbicos. Solamente con el mejoramiento se puede aumentar considerablemente tal producción, pero el mejoramiento genético efectuado con vistas a prácticas intensivas de cultivo conducirá a las máximas ganancias en productividad.

Por lo tanto, se pensó que era adecuado dividir este informe en dos partes principales: la primera, trata de la influencia ejercida por las practicas de cultivo intensivo en los viveros y en el campo sobre los fenotipos de las plantas; la segunda, resume los cuidados más importantes para lograr los mejores resultados con el material mejorado.

La mayor parte de las presentes observaciones se refieren a especies de rápido crecimiento, tales como eucaliptos, álamos, Pinus radiata, Pseudotsuga menziesii y Cryptomeria japonica de las que se tiene mayor experiencia en el cultivo. Sin embargo, otras especies merecen también más atención.

Prácticas de cultivo intensivo en los viveros

EFECTOS DE LOS RECIPIENTES

El uso de recipientes para cultivar árboles forestales se ha extendido rápidamente en los últimos años, iniciándose en las regiones secas y propagándose hasta las templadas. Verdaderamente, esta práctica asegura menor daño y desecación del sistema de raíces que el que se obtiene al trasplantar con las raíces desnudas.

Los envases o recipientes rígidos, como bolsas o tubos de plástico, recipientes de hojalata y macetas de barro presentan, sin embargo, algunos inconvenientes. El sistema de raíces, una vez que ha alcanzado el fondo del recipiente, se retuerce hacia arriba en forma de espiral y sufre algunas deformaciones. Giordano (1967), después de cultivar plantitas durante 9 meses en bolsas de polietileno, constató deformaciones de un 67 por ciento en las raíces de Eucalyptus bridgesiana, 61 por ciento en E. globulus, 54 por ciento en E. trabutii y 47 por ciento en E. viminalis.

La influencia de las deformaciones de la raíz sobre el porte del árbol es evidente en todo tipo de suelos. Efectivamente, algunos años después de plantados, la parte alrededor del cuello radicular de estos árboles muestra un abultamiento, debido a la reacción de los tejidos del cuello y al hecho de que las raíces laterales crecen juntas. Además, Pinus radiata presenta generalmente una disminución del diámetro en la base del árbol; en esta zona, la corteza pierde sus características, se presenta lisa y de un color gris negruzco. Las alteraciones más severas se encuentran en la zona de conexión entre el cuello y las raíces; en muchos casos, la conexión consiste solamente en un pequeño retorcimiento basal, de sólo unos centímetros de espesor. En tales condiciones se restringen tanto las cantidades de agua como las de minerales que reciben las raíces y, a la larga, el árbol sufre una marcada detención en su crecimiento.

El peligro de usar material de plantación con un sistema radicular retorcido ha sido ya puesto de relieve por Toumey y Korstian (1942) y confirmado por Gruschow (1959) sobre Pinus taeda. Según informan Little y Mergen (1966), los cambios externos e internos asociados a la forma del retorcimiento basal en P. rigida y P. echinata, afectan al porte del árbol por un período de 10 a 12 años.

Este problema no debe ser descuidado en el caso de plantaciones que empleen material escogido y las establecidas para estudiar el comportamiento de diferentes materiales genéticos. Como ejemplo, el 11 por ciento de Eucalyptus dalrympleana fueron derribados por el viento, debido al crecimiento defectuoso en los viveros, que dificultó su comparación con seis procedencias, cuando todos estos árboles fueron trasplantados al campo abierto en las afueras de Grosseto, Italia, con vistas a establecer su resistencia a las bajas temperaturas. Esto representa, indudablemente, un gran inconveniente, cuando la prueba ha sido planeada en escala internacional (Gemignani, 1969). Es indispensable, por lo tanto, proporcionar a las plantas condiciones de crecimiento normal, eliminando la deformación de las raíces por medio de podas adecuadas o usando macetas que se deshagan, como las de turba, fibras de madera o papel.

La adaptabilidad de las plantitas que van a ser cultivadas en recipientes varía de especie a especie, siendo importante determinar los diferentes grados de adaptabilidad y tomar en cuenta sólo aquellos tipos o formas que posean el sistema de raíces apropiado.

EFECTOS DE LA PODA DE LA RAÍZ PRIMARIA

La poda de las raíces es una práctica muy extendida para producir ejemplares con un buen equilibrio entre el fuste y la raíz y para favorecer la diferenciación de las diversas raíces laterales. En algunas especies, por ejemplo en Picea excelsa, la proporción fuste-raíz no varía con la edad antes del trasplante; en otras especies aumenta rápidamente.

La poda de las raíces en las coníferas es generalmente positiva cuando se lleva a cabo en el debido momento y de modo correcto. No tiene una influencia negativa sobre el porte del árbol o sus características, al menos en la etapa juvenil. Se ve claramente, sin embargo, que las plantas jóvenes pueden sufrir por la falta de nutrientes, cuando se poda más del 50 por ciento del sistema radicular.

En los árboles de frondosas esta práctica está limitada a las especies que se cultivan en viveros más de un año. La poda de las raíces impide que el tronco tenga un crecimiento excesivo. El efecto es el mismo que en las coníferas, sólo que se debe prestar atención especial al contenido mineral del suelo. En el caso de Liriodendron tulipifera (Thor, 1965), por ejemplo, la poda de raíces no dio resultados muy positivos cuando el contenido de nitrógeno del suelo era bajo.

Cuando se cultivan en recipientes las especies de rápido crecimiento, en particular los eucaliptos, la raíz principal crece tan rápidamente que es necesario podarla dos o tres veces. Estos cortes repetidos afectan marcadamente al desarrollo favorable de las raíces y al crecimiento del árbol; de acuerdo con Mangieri (1961), los fracasos pueden llegar a alcanzar del 20 al 30 por ciento. Además, el poder de reemplazar la raíz principal por otras raíces varía considerablemente de especie a especie. Esto ocurre más fácilmente en Eucalyptus camaldulensis y E. trabutii que en E. globulus y E. viminalis. En estas últimas especies tal actitud puede poner en peligro el crecimiento en altura y la estabilidad de la planta. La rapidez del desarrollo de la raíz principal es, por lo tanto, una característica que debe ser auspiciada en muchas especies.

EFECTOS DEL DESPUNTADO DE LAS PLANTITAS

El despuntar las plantitas es una práctica que se hace en muchos viveros para evitar que crezcan a una altura excesiva y para establecer un buen equilibrio entre la raíz y el tronco, antes del trasplante.

Las yemas apicales predominan especialmente en las coníferas, en las que sus meristemas apicales impiden o detienen el desarrollo de las yemas laterales. Aparte de tal polaridad morfológica, también existe clara evidencia de polaridad fisiológica. Los carbohidratos y otros metaboloides tienden a trasladarse a las zonas de crecimiento activo, tales como los meristemas apicales (Kramer y Kozlowski, 1960). El desequilibrio entre las yemas apicales y laterales puede producir plantas bifurcadas o de forma anormal. Por ejemplo, el examen de plantitas de Pinus radiata nueve meses después de haber sido despuntadas, mostró que una yema lateral era dominante apicalmente sólo en un 42 por ciento de los ejemplares, mientras que en el resto se desarrollaban dos o tres yemas al mismo tiempo (Giordano, 1968).

El despuntado de las plantitas no produce ningún inconveniente serio en las especies sin polaridad bien definida, como en los eucaliptos. El éxito de las raíces es mayor en los árboles desmochados (Goes, 1962). Sin embargo, hay diferencias marcadas entre las distintas especies: Eucalyptus globulus y E. viminalis tienen una reacción menor a este tratamiento que E. botryoides, E. camaldulensis y E. trabutii.

El desmochado debe hacerse sólo cuando sea indispensable, y con mucho cuidado. Siempre que los árboles se desmochen, hay que aceptar el riesgo de producir aquellos cuyo fenotipo resulte modificado.

EFECTOS DE LA SELECCIÓN DE PLANTITAS

La selección previa de las plantitas que van a ser sembradas se practica generalmente en la mayoría de los viveros forestales, estando regulada por la morfología de la planta, su tamaño y las condiciones fitosanitarias. La eliminación de ejemplares defectuosos, que no sean sanos, que hayan sufrido daños o que muestren alguna torcedura, tallos bifurcados o múltiples, favorece la creación de rodales con menos fracasos y árboles más uniformes.

La influencia del tamaño de las plantitas sobre el futuro crecimiento del árbol aún no es bien conocida, a causa de que la complejidad de los factores externos encubre las diferencias genéticas. Sweet y Wareign (1966), estudiando el crecimiento de plantitas de un año de Betula pubescens, Larix leptolepis y Pinus radiata, mostraron que las considerables discrepancias observadas fueron ocasionadas por algunas influencias en el momento de la germinación de la semilla o poco después. Además, mientras el ritmo de crecimiento absoluto es de importancia al determinar el tamaño de las plantitas de un año, no hay pruebas ciertas hasta ahora de que tenga igual importancia durante las últimas etapas del desarrollo del árbol. De igual modo, aunque el cultivador pudiera, si se le pidiera así, elegir las plantitas por su más rápido crecimiento, no es posible garantizar actualmente que ello produjera árboles más grandes en la edad de la rotación.

Sin embargo, la selección temprana, tal como se practica en muchos viveros, ofrece ciertas ventajas. Callaham y Duffield (1963) observaron que las progenies de Pinus ponderosa, seleccionadas de acuerdo con el crecimiento en altura después de dos años, eran superiores en altura a la edad de 15 años. Bethune y Langdon (1966) señalaron que las plantitas más grandes de P. elliottii, escogidas en los viveros, eran un 35 por ciento más altas 6 años después de plantadas que el material de vivero de tamaño medio.

La selección en los viveros es de la mayor importancia para las especies con grado de heterogeneidad, como los eucaliptos. Un ejemplo concreto lo proporcionan los resultados obtenidos en el Brasil por la doble selección, es decir, seleccionando primero cuando las plantitas se siembran en los recipientes y después cuando se trasplantan al suelo. En algunas plantaciones de Eucalyptus saligna, formadas con ejemplares seleccionados en los viveros, el número de árboles no comerciables (de diámetro inferior a 5 cm) se había reducido al 8 por ciento, mientras que alcanzó un 36 por ciento en los no seleccionados en los viveros. Al fin de la rotación, el rendimiento de árboles provenientes de material seleccionado se comprobó que era mayor que el de ejemplares no escogidos de los viveros (De Andrade, 1961).

En un análisis completo de los resultados obtenidos en los últimos años, Nanson (1968) subrayó la influencia positiva de la selección en masa que elimina las plantas más pequeñas.

Establecer plantaciones homogéneas es de primordial importancia para muchos países. Con miras a este propósito, muchos países miembros de la Comunidad Económica Europea han estado considerando el tomar medidas estrictas para la producción y venta de árboles forestales que tengan rasgos específicos de altura y diámetro. Las especies que se han considerado son: Abies alba, Fagus silvatica, Larix decidua, L. leptolepis, Picea abies P. sitchensis, Pinus nigra, P. sylvestris, P. strobus, Pseudotsuga menziesii, Quercus borealis, Q. pedunculata, Q. sessiliflora y los álamos. La importancia de seleccionar las plantitas para el máximo crecimiento en altura es evidente para los álamos, ya que las plantitas han de propagarse vegetativamente y los árboles tienen que cultivarse en rotaciones muy cortas.

PROPAGACIÓN VEGETATIVA

La propagación por estaquillas o injertos es el método más rápido de obtener material mejorado. El injerto ha sido adoptado profusamente para establecer huertos de semillas. Durante siglos se ha recurrido a la propagación por estaquillas, especialmente para los álamos en Europa y para Cryptomeria japonica en el Japón. Los árboles seleccionados obtenidos de las estaquillas son más uniformes que los procedentes de semilla y muestran un crecimiento inicial más rápido. El número de especies para ser propagadas en gran escala por medio de estaquillas ha aumentado cada vez más en los últimos años. Se han señalado notables adelantos en la propagación de eucaliptos, cipreses (Franclet, 1969) y Pinus radiata (Thulin, 1969).

El tipo de material del que se toman las estaquillas ejerce una influencia considerable sobre el fenotipo. Thulin observó que las estaquillas de árboles de P. radiata de 7 años conservan la etapa morfológica de desarrollo alcanzada por los árboles progenitores. Una propagación vegetativa repetida puede, sin embargo, dar lugar a algunos inconvenientes. Miyajima (1969) informa que la repetida propagación por cortes o estaquillas de Cryptomeria japonica puede producir una disminución en la fuerza del crecimiento.

Por lo tanto, la creación de plantaciones monoclonales hace aconsejable la formación de «bancos de genes» para evitar el peligro de la reducción en frecuencia o eliminación de genes que pueden ser útiles para un ulterior perfeccionamiento.

EFECTOS DE LOS INVERNADEROS DE PLÁSTICO

Los invernaderos de polietileno y las cubiertas plásticas se han difundido mucho en los últimos anos para la producción de árboles forestales. En el norte de Europa, principalmente en Finlandia, se ha perfeccionado una práctica de cultivo para plantas de semillas escogidas de los árboles «plus». Los resultados son muy prometedores, ya que al sembrarlas debajo de cubiertas plásticas se permite a las plantitas desarrollarse más rápidamente. También se está produciendo bajo cubiertas plásticas material de plantación para ensayos comparativos entre distintos materiales genéticos.

Los invernaderos de plástico también están demostrando ser especialmente útiles tanto para la propagación en estaquitas como para la de injertos. En el sur de Europa han demostrado su gran utilidad para revelar las diferencias genéticas.

Los invernaderos de plástico crean problemas. Se debe prestar atención especial a la esterilización del suelo, para evitar la propagación de malas hierbas y hongos parasitarios. Como regla general, las plantitas cultivadas en los invernaderos son menos leñosas que las que han crecido al aire libre, y tales árboles requieren un período de adaptación más largo cuando pasan del ambiente húmedo del invernadero al exterior, que casi siempre es más seco.

Efectos de la práctica cultural intensiva en el campo

EFECTOS DE LA PREPARACIÓN DEL SUELO

La profundidad del suelo para el desarrollo de las raíces ejerce una notable influencia sobre el porte de la planta y su crecimiento, principalmente durante los primeros años. Un ejemplo característico de esto es Pinus halepensis, que cuando crece sobre subsuelo rocoso o suelo poco profundo muestra un tronco sinuoso o torcido y una ramificación irregular. Por el contrario, presenta un tronco derecho y bien diferenciado en tierra profunda. Este comportamiento es típico de muchas otras especies, pero es más evidente en las de crecimiento rápido, principalmente los eucaliptos. Por consiguiente, es evidente la importancia de arar la tierra profundamente para proporcionar a los árboles un desarrollo regular.

INFLUENCIA DEL ESPACIAMIENTO

El espaciamiento es uno de los factores que afecta a la altura y aún más al crecimiento del diámetro de los árboles. La formación de la ramificación y su desarrollo también dependen en parte del mismo. De este modo, el espaciamiento puede modificar totalmente el porte del árbol.

La reacción de las plantas al fototropismo está grandemente influenciada por el espaciamiento. La mayoría de los híbridos suramericanos son muy susceptibles al fototropismo. Si se plantan muy juntos, los troncos se inclinan hacia la luz. Por ello, hay que prestar mucha atención al fototropismo cuando la producción de álamos híbridos se destina a pasta y paneles. Por el contrario, Populus nigra var. pyramidalis, y en especial los procedentes de Turquía, crecen perfectamente derechos, aunque se les plante muy unidos (40-50 cm).

El espaciamiento puede influenciar otras características del árbol, como gravedad específica, densidad básica y rasgos de la fibra. Las observaciones llevadas a cabo en Turquía por Curr y otros (1965) sobre un rodal de Populus x euramericana sembrados en tierra a cuatro distancias distintas, mostraron que ni el peso específico ni la densidad básica sufrían variaciones importantes con diferentes espaciamientos. Por el contrario, el largo de la fibra disminuía cuando el espaciamiento era menor, variando de 1 780 micrones con un espaciamiento de 5 x 8 m, a 984 micrones con el espaciamiento de 3 x 4 m, mientras que el diámetro de la fibra aumentaba con menos espaciamiento entre los árboles (25,6 micrones para un espaciamiento de 5 x 8 m y 28,5 para el de 3 x 4 m).

EFECTOS DEL ACLAREO SELECTIVO

El aclareo es particularmente importante para las plantaciones jóvenes ya que responden vigorosamente al aclareo derivado de la competencia. Los árboles son elegidos generalmente por su tamaño, porte, crecimiento potencial y condiciones de salud.

Los árboles que deben ser favorecidos son los que produzcan la mayor cantidad de madera, en comparación con el espacio que ocupan (Matthews, 1963). Por ello, es necesario tomar en consideración no solamente los rasgos morfológicos, sino también las influencias fisiológicas. En términos fisiológicos, los aclareos son eficaces cuando aumenta el proceso de crecimiento. Por consiguiente, es de la mayor importancia asegurar el mejor desarrollo de la copa. Algunas plantas producen muchos conos y utilizan sus reservas de carbohidratos en detrimento de su crecimiento. De acuerdo con Matthews, tales árboles deben ser eliminados en la etapa juvenil.

INFLUENCIA DE LA PODA

Una fuerte competencia entre el eje central y las ramas laterales se produce en muchas especies. Cuando no se eliminan a tiempo, las ramas laterales se desarrollan considerablemente, dando a los árboles un porte irregular. Este fenómeno es evidente en las especies de rápido crecimiento. Para algunas especies, como Pseudotsuga menziesii, Pinus radiata y Chamaecyparis lawsoniana, la poda está estrechamente unida al tipo de utilización de la madera y economía de la operación. La poda es indispensable para los eucaliptos y los álamos, con el fin de dar a los árboles la forma deseada. El efecto de la poda sobre el porte de los eucaliptos es evidente. Favorece el desarrollo de árboles con un tronco bien diferenciado y una altura superior (Gemignani, 1967).

Durante los cuatro primeros años, la poda puede favorecer el desarrollo de un tronco regular en los álamos que se plantan corrientemente con un amplio espaciamiento. En realidad, en la región mediterránea, los clones escogidos de álamo tienen debajo de la yema apical ramas grandes, que tienden a prevalecer sobre la guía desde el segundo año de la plantación. Cuando no se cortan estas ramas, los álamos jóvenes presentan una altura moderada y una copa achatada. Con miras a propiciar el crecimiento en altura, los álamos deben podarse muy temprano, desde el segundo año de su crecimiento en los viveros.

INFLUENCIA DEL TRATAMIENTO DE TALLAR SIMPLE

El tratamiento de tallar simple se practica mucho en los árboles de frondosas, sobre todo el castaño, la haya, el aliso y el sauce. El mismo tratamiento sobre los eucaliptos, con rotaciones de 12 a 14 años, ha sido extensamente adoptado por muchos países. La influencia del tratamiento de tallar simple sobre el porte del árbol es muy clara. Como regla general, Eucalyptus camaldulensis y E. trabutii muestran troncos más derechos y un ramaje más uniforme desde el primer tratamiento. Los rodales aparecen también más uniformes. Esta mejora se ha observado también en algunas especies, como E. estellulata, que generalmente presentan un tronco torcido.

Finalmente, es interesante observar que el tratamiento de tallar simple, repetido dos veces a cortos intervalos en algunas plantas de E. viminalis, de ramaje muy tupido, hizo posible que se lograran ejemplares de forma normal.

Prácticas de cultivo intensivo para el material mejorado

Al material mejorado deben aplicarse todas las asistencias culturales que sean necesarias para impedir que, por causas externas, se reduzca su potencial de productividad. Tales prácticas significan, por supuesto, gastos mayores. Es tarea del mejorador el buscar las formas de las plantas que reduzcan al mínimo los cuidados culturales o que reaccionen favorablemente a ellos.

ELECCIÓN DE LA ESTACIÓN

Deben ser destinadas a los ejemplares perfeccionados las estaciones más favorables. En casos excepcionales, el objetivo puede ser producir plantas que se adapten a condiciones difíciles de estación. De todos modos deben evitarse los suelos con una reacción inadecuada y condiciones físico-químicas anómalas.

PREPARACIÓN DEL SUELO

La preparación de la estación, incluida una cuidadosa ordenación del suelo, es indispensable para el éxito de la plantación.

Está justificada la tendencia actual a abandonar la ordenación localizada en casillas pequeñas en favor del arado completo o a fajas. Una mejor labranza proporcionará raíces con mayor superficie de terreno para extenderse. La mayoría de las especies reaccionan favorablemente a esta nueva práctica.

Cayford (1961) pudo apreciar en Manitoba que el éxito de trasplantes de Picea glauca (2 + 3), Picea marina (2 + 2) y Pinus banksiana era mayor en suelo arado en fajas que en suelos sin cultivar. Stoeckler (1962), en las colinas de Wisconsin, preparó el suelo en terrazas de 3,5 m de largo con 1,80 m de separación, consiguiendo una elevada supervivencia (90 a 95 por ciento) para 25 000 plantas de 11 especies. El importante trabajo de forestación efectuado en España, Francia, Israel e Italia es una prueba más de la influencia positiva de la aradura completa. Las investigaciones efectuadas en Francia por Duchaufour y otros (1961) sobre terra rossa revelaron que los pinos y los cedros muestran un mayor crecimiento en plantaciones completamente cultivadas que en las plantaciones en hoyos o casillas, debido a un mayor contenido de humedad durante el verano.

También el crecimiento inicial es afectado positivamente por la ordenación del suelo. Smith y Smith (1963) probaron que el crecimiento inicial de P. palustris era mucho mayor en suelo arado.

Además, la profundidad de preparación del suelo ayuda al crecimiento de la planta por un largo período de tiempo. Las pruebas realizadas en Ucrania por Drjucenko (1963) señalaron el efecto positivo de la aradura profunda sobre P. sylvestris y P. nigra var. caramanica, hasta cerca de 11 años después del establecimiento de la plantación.

El arar profunda y completamente el suelo se está practicando cada vez más en los suelos destinados a cultivos especializados, como el del álamo, ya que la plantación en hoyos sobre suelos compactos puede producir serios inconvenientes. En realidad, y especialmente si la plantación en hoyos se lleva a cabo por perforadoras mecánicas, la compacción del suelo obstaculiza el desarrollo normal de las raíces.

ELIMINACIÓN DE LA VEGETACIÓN ESPONTÁNEA

La preparación del suelo tiene dos objetivos principales: eliminar la vegetación competitiva y hacer productivos los elementos nutritivos (Huygh, 1957).

En la práctica, es difícil lograr que haya un término medio entre la extirpación completa de malas hierbas y el mantenimiento de la máxima fertilidad del suelo. Un notable adelanto a este respecto se ha conseguido recientemente por medio de los herbicidas. La mayoría de las investigaciones sobre este tema se refieren a la supresión de malas hierbas en los viveros, pero en algunos países también se han alcanzado resultados muy alentadores llevando a cabo la regeneración natural y artificial y mejorando el crecimiento de plantaciones jóvenes. En Nueva Zelandia, particularmente, la eliminación de la vegetación competitiva es fundamental para el éxito de los rodales de P. radiata (Little, 1966). En la República Federal de Alemania, Günther (1966) investigó sobre el uso de herbicidas (2,4,5T y dalapón) en gran escala. También se demostró que los herbicidas eran muy útiles para favorecer el crecimiento de las plantas en las estepas de Ucrania (Tarasov, 1967).

El uso de los herbicidas en gran escala requiere ser aún más perfeccionado, ya que algunas veces puede perjudicar a las plantaciones (Oldekamp, 1966). Por ejemplo, pueden producirse daños o lesiones en el cuello de la raíz, y los efectos residuales del tratamiento del suelo son aún poco conocidos.

La mejora de los árboles que puedan resistir la competencia de las malas hierbas representa un factor de éxito.

EL ACLAREO

El empleo de material mejorado requiere eliminar la excesiva competencia entre las plantas, para no reducir su crecimiento. El aclareo temprano o espaciado inicial amplio es de la mayor importancia para el futuro desarrollo de los rodales. Muchos factores apoyan la validez de esta práctica de cultivo. El uso de material de pequeñas dimensiones por las industrias papeleras ha dado al aclareo temprano un nuevo interés práctico.

El aprovechamiento de clones de álamos de crecimiento rápido, como P. x euramericana 'I 214', hace indispensable el aclareo. En una plantación de álamos establecida cerca de Roma con estaquillas plantadas con un espaciamiento de 1,5 x 1,5 m, se pudo observar una marcada disminución en el crecimiento del diámetro desde el tercer año (Giordano y Avanzo, 1968).

Con referencia a los eucaliptos, el aclareo está generalmente limitado a los rodales destinados a la producción de madera para aserrío, con el objeto de quitar los árboles que se eliminan, que tienen diámetros inferiores a 15 cm; en el Brasil esto se lleva a cabo al décimo año después de plantados.

El aclareo temprano es de suma importancia para P. radiata que se está cultivando en Nueva Zelandia.

Tendrá que determinarse el calendario para el espaciado inicial y el aclareo y ajustarlo para cada variedad mejorada. Siempre que sea posible, el espaciado inicial deberá ser lo suficientemente amplio para permitir que continúe el crecimiento rápido hasta que pueda hacerse el primer aclareo con provecho.

LA PODA

La poda es el método más directo para un ulterior mejoramiento de la calidad del fuste en los clones seleccionados. La poda es indispensable para que los álamos produzcan madera libre de nudos, cuando va a ser utilizada para tableros contrachapados y para fósforos.

La finalidad de la poda es lograr en poco tiempo fustes limpios, de 6 a 8 m de altura, sin comprometer el crecimiento. La falta de poda, o la poda defectuosa, pueden anular los beneficios de emplear clones selectos escogidos por su gran capacidad de producción, o por las propiedades especiales de la madera. Esto ha sido confirmado recientemente en Europa; debido a una crisis en el mercado del álamo, el precio de la madera de árboles que no habían estado sujetos a una poda regular disminuyó considerablemente.

En cuanto a los eucaliptos, la poda está limitada a los dos primeros años de crecimiento. Favorece la diferenciación del eje principal y el aligeramiento de la copa. En algunas especies, por ejemplo E. globulus, las copas anchas se desarrollan desde el segundo año, y los árboles son fácilmente partidos por el viento. De acuerdo con Goes (1962), después de los dos primeros años las ramas basales no deben dejarse sin podar hasta 1,30 m de altura.

Los tratamientos intensivos de cultivo pueden aumentar el número de ramas, por lo que pueden también aumentar las necesidades de poda. En ciertos casos, el cultivo intensivo para producir más ramas puede compensar la mejora positiva para reducir el número de ramas o acelerar la caída natural de las mismas.

FIGURA 23. - Plantación industrial de Pinus strobus de corta edad, en Italia. En los primeros años, se siguen haciendo labores de cultivo mecánicas que, junto con el espaciamiento, presentan una interacción con el genotipo.

FOTO: INSTITUTO NAZIONALE PIANTE DA LEGNO, TORINO

FERTILIZACIÓN Y RIEGO

El uso de fertilizantes en los bosques es relativamente reciente, y aún hay mucho que hacer para poder lograr el máximo beneficio de los mismos. Las investigaciones efectuadas en Suecia, Noruega, Nueva Zelandia y otros países indican que la aplicación de fertilizantes provoca un aumento del crecimiento que dura de 5 a 10 años. Además de aumentar la producción de madera, los fertilizantes hacen a las plantase más vigorosas y resistentes a los ataques de los insectos, bacterias y hongos. Los efectos de la fertilización son aún más pronunciados cuando se añaden nutrientes a los suelos relativamente deficientes.

Los fertilizantes son aconsejables cuando se utiliza material mejorado. Los álamos euramericanos, por ejemplo, responden de modo apreciable a los mismos. En Italia, en el valle del Po, el peso medio del árbol, registrado al fin de la rotación de 13 años, resultó ser de 12 quintales para los árboles fertilizados y de 4,5 para los no fertilizados. Tanto en Portugal como en el Brasil, la fertilización de los eucaliptos dio resultados satisfactorios en las zonas de gran precipitación, pero fue menos eficaz en regiones de poca pluviosidad. Considerando que la mayoría de los programas de mejoramiento de árboles tiene como objetivo aumentar la producción maderable, es evidente la necesidad de proporcionar a las plantas la oportunidad de que puedan aprovechar por completo la capacidad productiva del suelo.

El riego es de capital importancia para el éxito de las plantaciones establecidas con material seleccionado de álamo en la mayoría de los países del Mediterráneo y del Cercano Oriente.

Recientemente, se han llevado también a cabo en los Estados Unidos ensayos de cultivo intensivo mediante fertilización y riego de material seleccionado de álamos. Además, la selección de los clones más resistentes a la sequía se está haciendo en diferentes países mediterráneos, debido a las escasez de recursos hídricos.

A medida que se perfecciona el mejoramiento, se espera tener más conocimientos acerca de las necesidades que tienen las distintas variedades de nutrientes y agua. Sin duda, el mejoramiento forestal será paralelo al de las plantas de cultivo y se producirán variedades que tendrán relativamente escasas necesidades de nutrientes y humedad.

LUCHA CONTRA LOS INSECTOS Y LAS ENFERMEDADES

Muchas investigaciones sobre la mejora de los árboles tienen como objetivo directo el descubrir o producir material de plantación resistente a las enfermedades (Schreiner, 1966). En algunos casos, la selección se practica también para encontrar especies y formas menos susceptibles a los ataques de los insectos. Callaham (1966) pone de relieve la importancia creciente que este tipo de investigación adquirirá en el futuro, debido a las peligrosas consecuencias que resultan del uso cada vez mayor de los insecticidas.

Deben ser tenidos en consideración los medios apropiados de lucha en los programas normales de plantación cuando vaya a utilizarse en gran escala material mejorado. En Italia, por ejemplo, se han estudiado medidas especiales de lucha para las plantaciones de álamos del valle del Po, que fueron recientemente atacadas por Marssonina brunnea, causando una defoliación temprana. En Texas y Misisipí, solamente se pueden utilizar clones seleccionados de álamos cuando los árboles son tratados preventivamente con plaguicidas sistemáticos para prevenir los ataques de los defoliadores. Por supuesto, esto representa un gasto mayor, pero indispensable, si no se quiere destruir el fruto de una labor de mejoramiento de muchos años.

El cultivo intensivo puede tener tanto efectos positivos como negativos en los daños causados por las plagas. En el caso positivo, los tratamientos que aceleran el crecimiento mejoran generalmente la salud de los árboles y reducen su susceptibilidad a las plagas. En el caso negativo, el cultivo intensivo puede conducir a epidemias, lo que es particularmente cierto cuando solamente una o pocas variedades susceptibles se plantan en zonas extensas y contiguas. Puede efectuarse la lucha biológica disgregando la masa de material susceptible y plantando variedades híbridas multiclonales (Schreiner, 1966).

Conclusiones

La evaluación de la influencia recíproca entre mejoramiento y el cultivo intensivo resulta extremadamente difícil. Sin embargo, se ve claramente que hay que ofrecer al material mejorado todos los cuidados necesarios, para no anular o disminuir las ventajas que se derivan de su uso.

La mayoría de los tratamientos culturales mencionados son o deberían ser practicados en plantaciones establecidas con materiales forestales no mejorados. Es de esperar que el mejoramiento genético orientado a mejorar los efectos de prácticas de cultivo particulares, representará en el futuro la manera de alcanzar la máxima producción biológica y económica.

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