Indice Página siguiente


1. SITUACION ACTUAL DEL CULTIVO DE ALGAS AGAROFITAS EN AMERICA LATINA Y EL CARIBE

Por:
José A. Zertuche González

1.1 ANTECEDENTES

El alto desarrollo que alcanzó el cultivo del alga agarofita Gracilaria en Chile al final de la década de los ochenta, creó la posibilidad de extender esta experiencia a otros países de América Latina y el Caribe. En 1988, el Programa Regional FAO GCP/RLA/075/ITA (AQUILA primera fase) estableció un proyecto regional para impulsar el desarrollo del cultivo del alga productora de agar, Gracilaria sp. El proyecto incluyó la transferencia de las técnicas de cultivo de Chile a Brasil y México, donde existen especies similares. Los primeros cultivos experimentales en el caso de México dieron resultados alentadores con la especie Gracilaria pacifica con la que se lograron producciones similares a las conocidas en Chile. La primera fase concluyó con un taller que se llevó a cabo, en junio de 1989, en la ciudad de Ensenada, México, donde se transmitió la experiencia de casos de Chile, Brasil y México a otros cuatro países de América Latina con interés en el tema: Colombia, Cuba, Perú y Venezuela. De entonces a la fecha, se conoce de varios otros países de la región que tienen interés por el cultivo de agarofitas.

1.2. OBJETIVO

El objetivo del presente trabajo es dar un diagnóstico actualizado del cultivo de algas agarofitas en América Latina, su tecnología y aprovechamiento, mercado y comercialización con el propósito de identificar las líneas de investigación que deban de promoverse para estimularar al desarrollo de esta industria. Finalmente, se sugiere un plan de acción que podría implementarse a nivel regional en apoyo a esta actividad.

1.3. METODOLOGÍA

La recopilación de la información que se presenta en este trabajo se origina de tres fuentes principales: La primera consistió en elaborar un cuestionario con preguntas específicas enfocadas al objetivo del trabajo que fueron enviadas directamente a colegas académicos relacionados con el tema (ver Anexo 1.1.). En algunos casos la información se obtuvo directamente de empresas que se dedican al cultivo de algas (México y Venezuela). Se obtuvo también información de una compañía comercializadora de algas a nivel mundial. Esta información fue complementada con aquella disponible en la literatura. Finalmente, parte de la información se obtuvo directamente de la experiencia del autor responsable del programa del cultivo de Gracilaria en México.

Aun cuando el presente trabajo considera algas agarofitas cultivables, esta actividad en su fase comercial se limita en su mayor parte al cultivo de Gracilaria. Solamente en Cuba se considera el cultivo de Bryothamnion como fuente de agar. En varios países (principalmente Brasil, Chile y México) se han llevado a cabo estudios para el cultivo de diversas especies de Gelidium pero los resultados aún no han motivado el desarrollar proyectos a nivel piloto comercial, debido principalmente al lento crecimiento de este género.

El presente trabajo no puede considerarse como una información absoluta de lo posiblemente disponible. El carácter monopólico de la industria de los ficocoloides hace también que la información sea confidencial por parte de los industriales. En otros casos, la comunicación en la región es difícil, por lo que parte de la información fue completada con contactos parciales.

1.4. DIAGNÓSTICO GENERAL SOBRE LA TECNOLOGÍA Y EL APROVECHAMIENTO

Se obtuvo información en forma directa de diez países de la región: Argentina, Brasil, Colombia, Cuba, Chile, Ecuador, México, Perú, St. Lucia y Venezuela. Diez especies de Gracilaria y una especia de Bryothamnion son consideradas por estos países como potencialmente cultivables a nivel comercial (Tabla 1.1.). En cinco de ellos se realizan cultivos comerciales o piloto comercial promovidos por empresas privadas. En México Gelidium robustum es una importante fuente de agar para la industria

local que procesa alrededor de 1,000 tm secas al año y aunque existen estudios hacia el cultivo de la especie, estos están aún lejos de tener una aplicación comercial. McHugh (1991) reportó una producción de 420 tm de Gelidium para Chile, la cual representa solo el 3% de su producción de agarofitas.

Tabla 1.1. Especies de agarofitas cultivadas o identificadas como potencialmente cultivables por país.
PAISESPECIE
ArgentinaGracilaria verrucosa
BrasilGracilaria cornea, G. domingensis, G. sp.
CubaBryothamnion triquetrum, G. domingensis
ColombiaGracilaria cylindrica (G. blodgetii)
ChileGracilaria chilensis, G. verrucosa
EcuadorGracilariopsis lemaneiformis
MéxicoGracilaria pacifica
PerúGracilariopsis lemaneiformis
St. LuciaGracilaria verrucosa (GT), G. cornea (G. debilis), G. domingensis, G. crassissima
VenezuelaGracilaria debilis, G. lemaneiformis

Nota: los nombres de la especies se reportan como fueron proporcionados por los colegas encuestados, sin embargo, se hace la aclaración de que Gracilaria cylindrica esta en sinonimia con G. blodgetii y el nombre correcto para Gracilaria debilis es G. cornea (comunicación personal del Dr. Eurico de Oliveira).

Chile sigue siendo el único país en la región donde el cultivo de algas agarofitas es una actividad plenamente desarrollada. En Argentina, se reporta la actividad como comercial por parte de una empresa privada, pero sus datos de producción no son divulgados. En México y Venezuela existen programas piloto comerciales que están siendo implementados directamente por empresarios privados. En México, una empresa denominada Pro-Algas mantiene un cultivo intermareal de media hectárea utilizando cultivo en cuerdas y sembrado directo con horquillas. Su proyecto contempla desarrollar una granja de 10 ha, sin embargo, mantiene una área de mantos naturales de aproximadamente 45 ha la cual explota considerando tiempos de reposo y rotación simulando una granja de cultivo. En Venezuela, la empresa Geles del Caribe, tiene un programa piloto con una granja de 3.0 ha donde cultiva Gracilaria lemaneiformis en cuerdas suspendidas por flotadores. Los rendimientos reportados por ha son altos (40–50 tm secas/ha) así como sus rendimientos y fuerza de gel (13 a 16% y 1,200 a 1,600 g/cm2, respectivamente). La empresa pretende en un mediano plazo extender su cultivo a 50 ha para sostener una industria local. Mientras tanto pretende vender su producto a mercados internacionales.

Argentina, Brasil, Chile y México, cuentan con plantas procesadoras para la producción de agar pero solo en Chile (y posiblemente en Argentina) se cultiva y procesa Gracilaria. La disponibilidad de grandes mantos de Gracilaria recientemente localizados en México y el éxito de las actividades del cultivo, posiblemente permitan integrar esta especie a la producción nacional a corto plazo (ver capítulo 6.).

Existe el caso particular de Santa Lucia (West Indies) en la región del Caribe, donde el cultivo de Gracilaria es una actividad ya comercialmente establecida, aunque en pequeña escala y bajo un esquema radicalmente diferente al desarrollado en Chile para la industria del agar. La situación de esta actividad en el Caribe ha sido recientemente descrita por Smith (1992). El consumo de algas rojas como alimento es una costumbre comúnmente practicada en las islas caribeñas de habla inglesa. Estas algas rojas incluyen agarofitas y carragenofitas (diez especies y seis géneros) y son conocidas como “seamoss” (“Irish moss” en Jamaica). Su consumo es principalmente en forma de bebida o budín. La preparación más común consiste en la disolución de ficocoloides en agua caliente a la que se le agregan leche y especies y se sirve como una bebida fría. Parte de la producción se embotella y exporta a los Estados Unidos, particularmente a zonas con alta migración caribeña. La disminución de mantos naturales por sobreexplotación motivó el desarrollo del cultivo de Gracilaria a principios de los ochenta.

Aun cuando la producción de alga en esta zona es muy reducida, el precio de la misma es significativamente mayor que el del alga utilizada para la producción de agar, pues alcanza hasta aproximadamente US$15.00 el kilo ($7.20 la libra) (Smith, 1992). El éxito del cultivo en Santa Lucía motivó el establecimiento de una granja en Granada. Actualmente se realizan pruebas de cultivo en Jamaica y Trinidad y Tobago. Barbados, San Vicente y Granadinas planean pruebas en breve. El cultivo es promocionado por el Caribbean Natural Resources Institute.

Con excepción de Colombia, el resto de los países considerados en este trabajo tienen programas de investigación a través de oficinas de gobierno o universidades que desarrollan proyectos hacia el cultivo de Gracilaria u otras agarofitas los cuales se han visto muy limitados por la falta de financiamiento.

1.5.1 Análisis de la situación del mercado y comercialización en la Región

La industria de las algas en América Latina juega un papel importante a nivel mundial pues aproximadamente el 17% de las algas que se industrializan para gomas marinas provienen de esta región. En las algas rojas es donde su contribución es más significativa ya que contribuye con el 37% de la biomasa, aproximadamente. El mayor protagonista es sin duda Chile quien aporta un 13% de las algas que se procesan a nivel mundial y es el país de mayor producción de agarofitas (aprox. 21%) y el mayor productor de Gracilaria (50%). Sin embargo, Argentina, Brasil y México contribuyen con cantidades importantes de algas productoras de carragenofitas y algas pardas productoras de alginatos (McHugh, 1991) (Tablas 1.2. y 1.3.).

Tabla 1.2. Aportación de América Latina a la producción mundial de agarofitas en tm secas.
PAÍSGelidiumGracilaria% de la producción mundial
Argentina 2,500 (10%)5.4
Brasil 1,000 (4%)2.2
Chile430 (2%)12,800 (50%)28.6
México1,500 (7%) 3.2
Total1,930 (9%)16,32039.4

Fuente: los datos fueron tomados de McHugh (1991) con correcciones para México.


Tabla 1.3. Aportación de América Latina a la producción mundial de algas productoras de ficocoloides en tm secas. Las cifras en paréntesis representa el porcentaje con respecto a la producción mundial.
PAÍSCarragenofitasAlginatofitasAgarofitas
Argentina805002,500
Brasil1,100 1,000
Chile7,30019,60012,820
México3004,0001,500
Peru20  
Total8,800 (11%)24,100 (14%)17,820 (37%)

Fuente: los datos fueron tomados de McHugh (1991) con correcciones para México.

Con respecto a la transformación de agarofitas, América Latina tiene también un contribución significativa. Aunque de nuevo Chile contribuye con la gran mayoría, pues ha pasado en poco tiempo de ser un país exportador de algas a ser exportador de agar. En 1992 procesó el 84% de su producción de Gracilaria y exportó 1,233 tm de agar. La exportación de Gracilaria para el mismo año fue de 1,503 tm secas. Así, mientras que el valor de las exportaciones de agar alcanzó la cantidad de $23'420,700 dólares, las exportaciones de Gracilaria fueron por US$2'284,300 (Aquanoticias Internacional, 1993). El valor de un kilo de agar es en promedio, aproximadamente 12.5 veces el valor de un kilo de alga seca. México y Argentina cuentan también con industrias procesadoras para la producción de agar aunque sus producciones son significativamente menores a las chilenas (alrededor 80 y 200 tm, respectivamente). Su producción, sin embargo, esta limitada principalmente por la disponibilidad de materia prima. En ambos países existen programas para incrementar el abastecimiento del alga a partir de cultivos. En México se han localizado recientemente importantes bancos de Gracilaria los cuales podrían coadyuvar a incrementar la producción de agar.

No existe ningún estudio que considere la situación del mercado y comercialización de algas agarofitas en la región. Del Sol y Aguilera (1989), dentro de un estudio sobre la industria chilena de Gracilaria y sus derivados concluyen que la oferta mundial de esta especie es muy incierta, en parte por que se desconoce el potencial global del cultivo y recomiendan promover investigaciones para resolver dicha incógnita. No existen estadísticas confiables que indiquen cual es la producción mundial de Gracilaria (Armisen & Galatas, 1987). McLahlan y Bird (1983) estimaron la producción mundial de Gracilaria en 30,000 tm secas, mayor parte se producida en Taiwan y Chile. Sin embargo, el éxito del cultivo en Chile y la reducción en la producción de Gracilaria hacen cualquier estadística anterior a 1985 obsoleta.

La demanda mundial de agar para 1983 fue de 7,000 tm (McLahlan y Bird, 1983) de la cual se supone que el 60% provino de Gracilaria: asumiendo un rendimiento del 15%, se requerirían 28,000 tm secas. Para 1989, en Chile ya se obtenían 23,000 tm húmedas (cerca de 4,000 tm secas) por medio del cultivo, lo que representó el 38% del desembarque total (60,526 tm húmedas o cerca de 10,000 tm secas). La producción de Gracilaria en Chile para 1990 se estimó en 13,000 tm secas, de las cuales 6,020 provinieron de cultivo (McHugh, 1991). En 1991 la producción de Gracilaria por cultivo en Chile alcanzó las 58,000 tm húmedas. Del Sol y Aguilera (1989) mencionan que la demanda de Gracilaria esta directamente relacionada con la demanda de agar, que no es suficientemente conocida. Esto, aunado a la incertidumbre que existe respecto a la oferta del recurso, según los autores, crea una perspectiva de precios altamente riesgosa por lo que urgen una investigación que permita conocer la tendencia de la demanda mundial de Gracilaria y las posibilidades que existen de aumentarla mediante el fomento del consumo mundial de agar.

La producción mundial de agarofitas fue estimada por McHugh (1991) como de 48,340 tm secas con la siguiente composición; Gracilaria con 25,540 (53%), Gelidium con 21,500 (44%) y Pterocladia y Gelidiella con 1,300 (3%). Cuatro países en América Latina contribuyen con el 39% de las agarofitas utilizadas en la producción mundial de agar. De la producción mundial de Gracilaria, Argentina, Brasil y Chile participan con el 10,4 y 50%, respectivamente. En el caso de Gelidium, los países contribuyentes de la región, Chile y México, participan con el 2 y el 7%, respectivamente (Tabla 1.2.). Otros países de la región como Perú y Santa Lucia exportan agarofitas en pequeñas cantidades que aún no figuran a nivel mundial.

Mclachlan y Ragan (1990), mencionan que en la ex-Unión Soviética, se producían 1,000 tm de ficocoloides a partir de Phyllofora nervosa y Ahnfeltia plicata. Según el comentario de algunos productores de algas, la desintegración de Rusia y situación actual de la Europa del Este ha provocado que la demanda y uso de agar sea nula. Además se sabe que tenían inventarios importantes no usados. Sin embargo, también coinciden en la opinión de que esta es una situación temporal que tenderá a mejorar.

En Chile, los precios de exportación de Gracilaria de enero a abril de 1993 fluctuaron entre US$800 a US$900 por tonelada seca para algas de origen sur y US$1,500 a US$1,600 US dólares para algas del norte (valor FOB). La diferencia de precio se debe a la diferencia en calidad medida en fuerza de gel (700 g/cm2 para algas del sur y 1,000 g/cm2 para algas del norte). El precio pagado por los fabricantes locales fue de US$600 para algas de origen sur y de US$1,600 para algas de origen norte. Los valores promedio de exportación para Gracilaria de Chile en 1991 y 1992 fueron de 1.70 y $ 1.5 US$/kg, respectivamente. Es por esto que se considera que la relativa mala situación del mercado es solo válida para los de baja fuerza de gel.

En México, actualmente se está exportando Gracilaria a US$1,000 por tonelada seca.

El bajo precio actual de Gracilaria se debe a los siguientes factores: la disminución del uso de agar por los países de Europa del Este, la sustitución de agar en parte importante de sus usos por la Gellan-Gum producido por la compañía KELCO (a partir de algas pardas) y a el aumento de oferta de Gracilaria de cultivo a bajo precio de países asiáticos como Indonesia. Sin embargo, se prevé una recuperación debido a que los bajos precios han desalentado a algunos cultivadores lo que producirá una baja en la oferta. Por otro lado, el bajo precio del agar lo hará más competitivo contra el GellanGum y ampliará su demanda. Estas consideraciones se aplican principalmente para algas que producen baja fuerza de gel pues se siguen pagando altos precios por algas con alta fuerza de gel debido a la escasez de este tipo de agar (Multiexport, com. pers.)

Recientemente en América del Norte se ha identificado un fuerte interés por la utilización de Gracilaria como alimento para abulón (Haliotis sp.). En Taiwan, el 85% de la producción de Gracilaria en estanques se dedica a la alimentación de esta especie. La granjas de abulón en California, Estados Unidos y el éxito de las actualmente en desarrollo en la costa Pacífico norte de México, podrían significar un consumo importante del alga. Abulones alimentados con Gracilaria tuvieron un crecimiento 50% mayor que los alimentados con Macrocystis (su dieta tradicional in situ). El cultivo de abulón puede representar una fuente de consumo de Gracilaria si se considera que los abulones consumen diariamente entre el 10 y el 30% de su peso (incluyendo la concha) (Hahn, 1989; Hone, 1992). El posible desarrollo del cultivo de esta especie o similares en Chile podrían extender esta demanda.

Los argumentos proporcionados por comercializadores de algas y sus derivados permiten considerar que un incremento en la producción de algas, promueve su consumo y lleva a la consolidación de la industria en un mediano plazo. Por otro lado, demuestra que el mercado tiene fuertes variantes de acuerdo a la calidad del producto, por lo que es posible dirigir la producción al mercado deseado, siempre y cuando se tenga la posibilidad de producir materia prima de calidad. Existe además, un importante mercado de algas para consumo directo al cual América Latina no ha promovido. La experiencia del Caribe (Santa Lucía) deberá de considerarse con más detenimiento.

El desarrollo del cultivo masivo de Eucheuma en las Filipinas redujo las grandes variaciones en precios de la materia prima, lo que ocasionó una mayor estabilidad en la industria (McHugh, 1984). Lo mismo se ha observado en la más reciente industria del cultivo de Gracilaria en Chile. La posibilidad de mantener una producción continua de mayor calidad beneficia a productores y compradores a mediano y largo plazo (Hugo Pino, com. pers.).

1.5.2 Evaluación cualitativa y cuantitativa de bancos de agarofitas

En la mayoría de los países se sabe de la presencia de algas agarofitas pero se desconoce su abundancia y su calidad de agar. Las estimaoiones de biomasa normalmente requieren de intensas campañas de campo que demandan cubrir zonas muy amplias lo que frecuentemente resulta costoso. Sin embargo, para conocer la posibilidad de considerar si el recurso es susceptible de explotarse comercialmente, es indispensable conocer su abundancia.

Con excepción de algunas zonas en Chile, en el resto de la región no existe un conocimiento sobre la disponibilidad de biomasa de algas agarofitas. En la mayoría de ellos, sin embargo, se conoce la localización de las especies y se tiene personal que se dedica a esta actividad. En países como Argentina, Brasil, Chile, México y Venezuela se tiene información sobre la calidad de los agares producidos por algunas de las especies. En Ecuador se esta iniciando un programa financiado por la Escuela Superior Politécnica del Litoral que incluye un diagnóstico cualitativo de especies agarofitas. Recientes descubrimientos de extensas praderas de Gracilaria en México hacen suponer que aún existen amplias extensiones de costa que no han sido adecuadamente evaluadas.

La determinación cualitativa de los bancos de algas es de suma importancia pues de esto depende fuertemente su posible comercialización. La mayoría de los países de la región no tienen un inventario de la calidad de ficocoloide que producen sus algas. La calidad del agar, en términos industriales, se determina en función de su fuerza de gel, su temperatura de gelación y derretimiento, y la diferencia entre estas. Los métodos utilizados a nivel laboratorio para determinar la calidad del agar normalmente incluyen; fuerza de gel, grado de sulfatación, contenido de 3,6-ahidrogalactosa y metilación (Cragie & Hellebust, 1979). La pruebas de calidad en las industrias son muy diferentes (Armisen & Galatas, 1987) por lo que los datos son difícilmente extrapolables. Normalmente, para que un industrial compre algas, debe de hacer una serie de evaluaciones de acuerdo a su proceso de extracción (el cual comúnmente se reserva como secreto comercial) antes de comprometerse a comprar grandes volúmenes. Sin embargo, algunos productores de alga han optado por realizar pruebas estándares de laboratorio para tener una referencia propia de la calidad de su alga. A nivel industrial se reconocen tres tipos de agar: agar bacteriológico, agar reactivo al azúcar (retiene su fuerza de gel con la adición de azúcar) y el agar de grado alimenticio; el primero alcanza el mayor precio y el último el más bajo. El agar bacteriológico proviene principalmente de Gelidium y Pterocladia, y en algunos casos de Gracilaria. El agar reactivo al azúcar proviene principalmente de especies de Gracilaria de Pacifico Este (Santelices & Doty, 1989). El agar que no cumple con ninguna de las condiciones mencionadas se vende como grado alimenticio y tradicionalmente es el de menor precio.

1.5.3 Tecnologías de cultivo

Los métodos considerados para el cultivo de Gracilaria consisten en una amplia gama de opciones que incluyen cultivos en el mar, cultivos en posas y cultivos en tanques (Santelices & Doty, 1989). Sin embargo, solo los cultivos en el mar y en posas a partir de propagación vegetativa han prevalecido como comercialmente rentables. El cultivo en posas, ampliamente establecido en Taiwan (Chiang, 1981), y también promovido en la isla Hainan, China (Li Ren-Zhi et al. 1984), y en Tailandia (Edwards & Tan, 1984) no se ha practicado en América. En posas, el método más practicado es el policultivo con peces (Chanos chanos), camarones (Penaeus monodon) o cangrejos (scylla serrata) (Chiang, 1981). El cultivo en posas supone grandes ventajas particularmente donde no existen costas protegidas pues el cultivo de Gracilaria en zonas expuestas aún no ha resultado viable (Zertuche González, et al. 1988) y es la opción donde se puede plantear maximizar la capacidad biológica de la especie bajo el control de las variables que determinan el crecimiento (Zertuche González, 1989). La viabilidad económica de este tipo de cultivo aún no ha sido probada y requiere de más investigación (Santelices & Doty, 1989).

Los métodos comerciales empleados en el cultivo de Gracilaria tienen la característica de ser sencillos y requieren de poca inversión, y todos ellos se basan en la propagación vegetativa del alga. Las tecnologías que se promueven en otros países en proyectos piloto-comerciales son aquellas que se han desarrollado en Chile y han sido claramente descritas en la literatura (Santelices & Doty, 1989; Westermeier & Rivera, 1989). En general, consisten en cultivos vegetativos intermareales o submareales donde manojos del alga son sujetados al substrato por medio de cuerdas, mangas de polietileno (chululos) o directamente enterrados en el sedimento. Aun cuando las metodologías son relativamente sencillas, cuidadosas pruebas de escalamiento deben de practicarse para cada sitio con el fin de establecer las mejores condiciones de cultivo, tales como: la adecuación del manojo al substrato, selección de cepa, predadores, patrones de sedimentación, densidades del cultivo, resistencia a cosechas, etc… Ningún método a probado ser estándar para algún tipo de ambiente.

Sin duda, la permanencia del cultivo de las algas agarofitas como industria, requiere de su continua superación en los niveles de producción como en la calidad de la misma. La selección de cepas es quizás el aspecto biológico que proporcione una mayor rentabilidad a la industria. El control de características de relevancia comercial tales como; rápido crecimiento, alto rendimiento, alta calidad, resistencia a condiciones adversas, etc…, son aspectos que deben de mantenerse en continua investigación. Así, de acuerdo con la opinión generalizada de los expertos de la región, los aspectos de desarrollo biotecnológico que se considera pudieran resultar en un mejoramiento significativo de los métodos de cultivo comerciales son: la selección de cepas que sean resistentes al cultivo y produzcan geles de alta calidad y el cultivo por esporas que permita garantizar la disponibilidad de cepas de calidad para el cultivo.

El método de cultivo empleado en Santa Lucia comenzó entrelazando manojos de la planta a cuerdas de polipropileno sujetas a estacas de manglar blanco (Smith et al., 1984). La sobreexplotación de los manglares utilizados principalmente como fuente de carbón, motivó la construcción de cuadrantes flotantes de bambú. Aunque este método resultó rentable implicaba costos adicionales de transporte y no fue capaz de soportar fuertes marejadas. Últimamente, los cultivadores han optado por cuerdas de 10 a 15 m ancladas en cada extremo y suspendidas por botellas de plástico a manera de boyas (long-lines). Una variante de este método son cuerdas sujetas a llantas rellenas con cemento y suspendidas verticalmente con botellas de plástico. Estos dos últimos métodos han resultado económicos y resistentes a temporales, además tienen la gran conveniencia de que no utilizan recursos naturales de la zona (Smith, 1992).

Diversos programas para la implementación de pruebas de cultivo se han visto limitados por falta de promoción en la región. Una imagen desgastada por fracasos pasados de programas mal conducidos (en gran medida por la falta de apoyo) han limitado el desarrollo de la maricultura de algas. La experiencia Chilena en el Pacífico ha demostrado que esta industria puede tener una contribución significativa en la región. El caso de Santa Lucia, aunque no comparable en términos económicos con la situación de Chile, puede tener un impacto local de interés para apoyar grupos marginados. En países como Brasil y Chile existe una gran cantidad de conocimiento sobre la biología de las algas, con una aplicación directa a la productividad de las mismas que se produce en forma continua pero es poco difundida en la región.

1.5.4 Plan de manejo

Con excepción de algunos mantos de Gracilaria en Chile, no se tienen planes de manejo sobre las mayoría de los mantos comerciales de algas. En México existe el caso de los mantos de Macrocystis pyrifera (alginofita) que se han explotado en forma continua y sostenida por más de cuarenta años lo cual se ha logrado en gran medida por ser una industria monopólica aún subexplotada que le permite descansar y rotar zonas sin problemas (Barilotti & Zertuche-González, 1990; Molina, 1989). En otros casos como Lessonia en Chile, Gracilaria e Hypnea en Brasil, se tienen numerosos estudios sobre la biología de esta algas, pero no se aplican hacia el manejo de la especie pues faltan estudios que soporten efectos de cosecha y la manera de como implementar los criterios regulatorios, aunque existen propuestas desde el punto de vista biológico (Vázquez, 1990). Recientes estudios en México sobre Gigartina canaliculata demuestran como esta especie a sido subexplotada por ser considerada como una especie de poca abundancia (Ballesteros & García, 1993).

Un adecuado manejo de praderas naturales ha probado tener resultados similares al cultivo. De hecho, varias de las zonas concesionadas para cultivo en Chile limitan su actividad a la cosecha de mantos naturales bajo programas de manejo. Las estrategias de manejo, para tener éxito, se han basado en estudios iniciales sobre los efectos de las cosechas. La estrategia que se recomienda varía de zona a zona. Restricciones en el tiempo de cosecha ha permitido que se lleven a cabo cosechas regulares cada dos meses sobre mantos naturales en el sur de Chile (Santelices & Doty, 1989). Este tipo de experiencias pretenden adoptarse para la explotación de mantos de Gracilaria en México. En ningún otro país de la región se han aplicado acciones para el manejo de praderas naturales debido a la falta de estudios. La pregunta sobre los efectos de las cosechas en mantos comerciales ha sido recientemente cuestionada (Foster & Barilotti, 1990). Criterios similares podrían ser aplicados sobre especies en América Latina para establecer un adecuado programa de manejo.

1.6. Sugerencias para un plan de acción para el desarrollo de la actividad en la Región

Una opinión generalizada entre los países encuestados es el que las algas pueden ser un recurso económico de importancia regional. Sin embargo, se ha carecido de programas de apoyo formal para la evaluación y promoción del mismo. Algunas experiencias de éxitos preliminares como el caso de Santa Lucia, Cuba o México, se han desarrollado muy lentamente por la falta de un apoyo adecuado. Existe un gran vacío de información sobre la disponibilidad de mantos naturales y la calidad de los mismos y se identifican un sinnúmero de posibilidades de cultivo en toda la región que no han sido probados. A continuación mencionamos los aspectos más relevantes que debiera de considerar un programa de promoción encaminado al desarrollo de la industria de las algas, considerando la situación actual de la región con base a lo determinado por este trabajo.

La evaluación cualitativa sobre la disponibilidad de algas productoras de ficocoloides se deberá plantear como un primer paso para que cada país cuente con un banco de información que permita definir las acciones prioritarias sobre las diferentes opciones a seguir. Diversos grupos en la región cuentan con la capacidad de hacer estos análisis y tienen la capacidad de dar entrenamiento a técnicos de otros países a través de estancias relativamente cortas (dos a tres semanas).

Una vez identificadas las especies de valor comercial, el siguiente paso sería el evaluar su disponibilidad en biomasa a partir de bancos naturales. Las evaluaciones de biomasa pueden llevarse a cabo con diferentes aproximaciones y puede requerir de un gran esfuerzo pues en ciertos países podría representar evaluar el recurso a lo largo de cientos de kilómetros de costa. El objetivo para el que se aplique la evaluación definirá el grado de precisión y método a utilizar. No existe una metodología estándar y son pocos los estudios que consideran evaluaciones de biomasa con el fin de determinar el recurso disponible en una región amplia o en todo el país. En ocasiones, la morfología y localización del alga permite utilizar métodos sinópticos que cubran gran escala como la fotografía aérea o la imagen de satélite. Conocimientos previos sobre la biología de la especie y la época de mayor abundancia permitirían que una sola evaluación, durante el tiempo de biomasa máxima, fuese suficiente para estimar el recurso disponible en relación al establecimiento de una industria. Por otro lado, la disponibilidad de ecosondas de alta sensibilidad y videos submarinos, como la posibilidad de estimar áreas con relativa alta precisión con posicionadores por satélite, provee la capacidad de estimar biomasa en grandes extensiones con relativa facilidad y a bajo costo. Algunas de estas experiencias han sido empleadas en la región pero, sin duda, en la mayoría de los países no se puede responder la pregunta sobre cuanto hay. Un plan para el desarrollo de la industria de las algas en la región deberá considerar la evaluación cuantitativa del recurso y la prueba de nuevas tecnologías, con la posible realización de talleres académicos y de entrenamiento donde puedan definirse las mejores metodologías para cada caso y pueda contarse con asesoría.

El siguiente aspecto a considerar es el establecer un Plan de Manejo donde se determine cuales especies de algas tienen valor económico y si sus mantos poseen las características (densidad de algas, área total del manto, accesibilidad, etc...) para una explotación rentable.

Mediante estudios básicos de la biología de la especie, estimaciones de biomasa, así como el conocimiento de los efectos de cosecha en función de la frecuencia y el método de extracción, es posible establecer programas de manejo que garanticen una explotación sostenida a largo plazo.

La sobreexplotación de mantos naturales puede conducir a la extinción de los mismos. Esto ha sucedido por ejemplo en gran escala en las costas nórticas de Chile. Además ha afectado indirectamente las operaciones de cultivo ya que estos dependen de los mantos naturales como fuente de materia prima para la siembra. Por lo tanto el desarrollo del cultivo de algas a un nivel controlado puede contribuir a la preservación de mantos naturales, inclusive sirve como instrumento para repoblar áreas afectadas por la sobreexplotación.

Aunque en el cultivo de algas las inversiones iniciales y los gastos operativos son más elevados que en la pesquería de algas, a largo plazo el cultivo garantiza una producción más estable y de mayor calidad. En la región existen técnicas probadas con gran éxito con diversas variantes adecuadas para diferentes tipos de ambientes. No existe, sin embargo, un apoyo adecuado para la transmisión de estas experiencias. Aun cuando existen diversas publicaciones al respecto, es necesario contar con la experiencia práctica, sobre todo, a una escala adecuada para establecer los costos y actividades de operación. Idealmente, un programa de promoción debiera contar con granjas demostrativas a niveles piloto comerciales (por lo menos de l hectárea) donde pudiera haber un entrenamiento técnico in situ. Por otro lado, en estas granjas deberán llevarse a cabo programas para el desarrollo de nuevas técnicas que permitan el constante mejoramiento de las mismas, tanto desde el punto de vista técnico y de la ingeniería (como pudieran ser las pruebas de nuevos materiales o el mecanizado de la siembra y cosecha del alga), como desde el punto de vista biológico como la prueba de nuevas cepas genéticamente mejoradas.

El apoyo al desarrollo del aprovechamiento de las algas en la región deberá de concebirse con un programa de investigación que atienda los problemas inherentes a incrementar la producción y la calidad de la misma. El establecer un programa de transferencia de tecnología sin considerar que la misma será obsoleta a mediano plazo sería un error. Por otro lado, se tiene identificados aspectos biotecnológicos que actualmente limitan la producción sobre los cuales se pueden plantear proyectos de investigación hacia su solución. Entre los aspectos reproductivos destaca la necesidad de desarrollar más investigación hacia el cultivo por esporas así como la posibilidad de desarrollar cepas híbridas para ampliar la posibilidad de disminuir el riesgo por introducción de especies exóticas, cuyas ventajas y desventajas son aún motivo de gran discusión. La adecuada implementación de planes de manejo requiere investigación dirigida a conocer la disponibilidad del recurso como la evaluación de los efectos de las cosechas.

La disponibilidad de información sobre oferta y demanda, y su relación con respecto a la calidad del producto como capacidad de abasto son poco conocidas, por lo que un productor no fácilmente puede evaluar las ventajas de incrementar la calidad o cantidad de su producto. Esta condición no beneficia a productores ni consumidores de algas. Los vaivenes que sufre la industria, por otro lado, no son diferentes a ninguna otra donde el producto final constituye una industria madura. Pero estos podrían verse reducidos si se tuviera una mejor información sobre la demanda y oferta mundial y las variables que la controlan. Desde el punto de vista económico, un plan de promoción de esta actividad debe de plantear estudios que le permita generar información confiable sobre las producciones nacionales. Por ejemplo, en el caso de México, por razones fiscales, el productor se beneficia al reportar menores producciones de las realmente vendidas, y los mecanismos de registro no son capaces de detectar estas anomalías. Posiblemente este caso se repite en otros países. No existe una estandarización regional sobre como registrar un producto. En ocasiones es más confiable un dato de importación de un país extranjero para conocer la producción del país exportador. Así, se torna necesario el plantear mecanismos para la adquisición adecuada de la información económica. Por otro lado, se requieren estudios que consideren los efectos de cambios en la oferta y la demanda, y estudios que consideren el costobeneficio del cultivo y el procesado del alga.

La región cuenta con expertos y experiencias que pueden conjugarse para la implementación de un programa de apoyo al desarrollo de la industria de las algas productoras de ficocoloides. Entre Argentina, Brasil, Chile, México, Santa Lucia y Venezuela, se cuenta con cuadros académicos y técnicos que pueden aportar experiencias con respecto a la evaluación del recurso, la determinación de su calidad y la posibilidad de su cultivo. Se requiere, sin embargo, que el programa promueva de manera eficiente la transmisión de las experiencias a otros países. La región es muy amplia y existe poca tradición y facilidades para la comunicación de intercambio académico. Seguramente, es el aspecto de la comunicación de resultados y experiencias donde deba darse un mayor énfasis.

1.7. Bibliografía

Areces, M.A. & L.R. Soberats. 1992. Optimización del cultivo in situ de Bryothamnion triquetrum (Gmelin) Howe, mediante evaluación de diversos sistemas de sujeción. Ciencias Marinas. V.18 (2) :65–76.

Areces, M.A.J. 1990. Mariculture of agarophytes: status, trends and perspectives in Cuba. In: Oliveira, E.C. de, Kautsky, N. (eds.): Cultivation of Seaweeds in Latin America.pp. 105–109.

Armisen, R.& F. Galatas. 1987. Production, properties and uses of agar. In: Production and utilization of products from commercial seaweeds (McHugh, D.J.ed.). FAO Fish. Tech. Pap., 288: 189 p.

Ballesteros, G.& G. García-Lepe. 1993. Distribución y abundancia de Gigartina canaliculata, Harvey, en Baja California, México. Ciencias Marinas (en prensa).

Barilotti, D.C. & J.A. Zertuche González. 1990. Ecological effects of seaweed harvesting in the Gulf of California and Pacific Ocean off Baja California and California. Hydrobiologia 204/205: 35–40.

Chiang, Y.M. 1981. Cultivation of Gracilaria (Rhodophyta, Gigartinales) in Taiwan. Procc. Int. Seaweed Symp. 10:569–574.

Del Sol, P.& J.M. Aguilera. 1989. Análisis de la industria de Gracilaria y sus derivados. 126 pp.

Edwards, P. & D.M. Tan. 1984. The potential from Gracilaria farming in Thailand. Hydrobiologia 116/117: 246–248.

Hahn, K.O. 1989. Nutrition and growth of abalone. In: Handbook of culture of abalone and other marine gasteropds (Hahn, K.ed.). CRC. 135–155.

Hone, P. 1992. Preliminary results of artificial diet trials. In: Proceedings of the biotechnology aquaculture workshop: Abalone artificial diets, 15, july 1992 (Hone, ed.). Department of Primary Industries, ARS, Adelaide, Australia 14–20.

Li Ren-Zhi, Chong Ren-Yi & Meng Zhao-Cai. 1984. A preliminary study of raft cultivation of Gracilaria verrucosa and G. sjostedtii. Hydrobiologia 116/117: 252–254.

McLachlan, J.L. & M.A. Ragan. 1990. Visit to USSR marine phycology laboratories. Applied Phycology Forum. V.7 (2): 3–10.

McHugh, D.J., 1991. Worldwide distribution of comercial resources of seaweeds including Gelidium. In: International Workshop on Gelidium (Juanes, J.A., B. Santelices & J.L. McLachlan, eds.). Kluwer Academic Publishers, The Netherlands: 19–30 pp.

McHugh, D.J. 1984. Marine phycoculture and its impact on the seaweed colloid industry. Hydrobiologia 116/117: 351–354.

Molina Martínez, J. 1986. Notas sobre tres especies de algas marinas: Macrocystis pyrifera, Gelidium robustum y Gigartina canaliculata de interés comercial en la costa occidental de Baja California, México. pp. 16–39. In: Contribuciones biológicas y tecnológico-pesqueras. Documento Técnico Informativo N°3. Secretaría de Pesca, INP, CRIP, Ensenada, Baja California. 110 pp.

Oliveira, E.C. 1990. Marine phycology in Cuba. Applied Phycology Forum. V 7(2): 2–3.

Oliveira, E.C. & N. Kautsky. 1990. Cultivation of seaweeds in Latin America. Procc. of a workshop. International Foundation for Science-University of São Paulo. 141 pp.

Ortega, R.V.,C. Jelvez & J. Marambio. 1988. Desarrollo de técnicas para el cultivo de algas Gracilaria a nivel artesanal. Instituto de Fomento Pesquero. Santiago de Chile, Chile. 75 pp. + anexos.

Saint-Paul, U. 1992. Status of aquaculture in Latin America. J. Appl. Ichthyol. 8: 21–39

Santelices, B. & M.S. Doty. 1989. A review of Gracilaria farming. Aquaculture 78: 95–133.

Smith, A.H. 1992. Seaweed cultivation in the West Indies. Proc. of the First Inter. Worshop on Sustainable Seaweed Resource Development in Sub-Saharan Africa. Windhoek, Namibia, March, 22– 29, 1992. (CANARI contribution N°41): 337–351

Smith, A. H, K. Nichols & J.L. McLachlan. 1984. Cultivation of seamoss (Gracilaria) in St. Lucia, West Indies. Hydrobiologia, 116/117: 249–251.

Westermeier, R. & P. Rivera. 1989. Evaluación de sistemas de cultivos. Instituto de Fomento Pesquero, Chile. 222 pp.

Zertuche González, J.A. 1989. Las macroalgas y el desarrollo de su cultivo. Cap. 11:319-337. In: Temas de Oceanografía Biológica en México (Rosa-Vélez, J. de la & F. González-Farias, eds.). Universidad Aut. de Baja California. Ensenada, México. 337 pp.

Zertuche González, J.A. & J. García Esquivel. 1989. Promoción del cultivo de Gracilaria sp. Proyecto FAQ-AQUILA, GCP/RLA/075/ITA. Informe Final. 35 pp.

Zertuche González, J.A., C. G. Schlenk & B.H. Brinkhuis. 1987. Cultivo de Gracilaria tikvahiae (McLahlan) (Rhodophyta, Gigartinales) en aguas no protegidas. Ciencias Marinas. 14 (i). 15–29.

Anexo 1.1. — Directorio de Contribuyentes

Dr. Cesar Acleto
y/o Mario J. Benavente Palacios
Universidad Nacional de San Marcos
Museo de Historia Natural
Av. Arenales # 1256
Apartado 14-0434
Lima, 14-Perú
Tel. (55-14) 71 01 17
Fax. 30 06 07

Dr. Arsenio José Areces
Instituto de Oceanología
lera. No. 18406 entre 184 y 186
Rpto. Flores, Marianao
La Habana, Cuba
Tel. (53-7) 21 03 00
21 60 51
21 06 23
Fax. 33 82 12/13


Dr. Alejandro Buschmann
Depto. Acuicultura y Recursos Acuáticos
Instituto Profesional de Osorno
Av. Fuchslocher s/n
Casilla 933
Osorno, Chile
Tel. (56-64) 23 53 77/79
Fax. 23 95 17

Dr. Germán Bula Meyer
Depto. de Biología
Universidad Tecnológica del Magdalena
Ap. 890
Santa Marthe, Colombia
Tel. (575-4) 20 82 92
Fax 20 86 92

Oc. Roberto Marcos Ramírez
Productora de Algas, S.A. de C.V.
Calle Floresta # 1394-2
Ensenada, B.C. 22830
México
Tel. (617) 6 51 02
Fax. 6 39 75

Dr. Eurico C. de Oliveira
Universidad de São Paulo
Instituto de Biociencias y Centro de Biologia
Marinha
São Paulo, SP Brazil
Fax. (55-11) 818-7416
e-mail [email protected]

Sr. Hugo Pino
Multiexport S.A.
Av. Americo Vespucio Sur 842
Santiago, Chile
Tel. (56-2) 251 6855
228 3642
Fax. 228 6263

Dra. María Luz Piríz
Centro Nacional Patagónico
28 de Julio 28
(9120) Pto. Madryn-Chubut
Argentina
Fax. (54-965) 5 15 43

Dr. Enzo Racca
Geles del Caribe (Gelca)
Cumaná, Venezuela
Fax. (58-93) 671 529

Biól. Magdalena Salazar de Panta
Escuela Superior Politécnica del Litoral
CICYT-ESPOL
Guayaquil Campus Prosperina
Km. 30.6 Vía Perimetral
Apdo. 09-01-5863
Fax. (5934) 354 629

Dr. Allan H. Smith
Eastern Caribbean Natural Area Management
Programme
Bergasse Building
Clarke Street
Vieux Fort, Santa Lucia
West Indies
Tel. (809) 454 6878
Fax. 454 5188


Inicěo de página Página siguiente