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Introducción del Director General

Tengo el honor de presentar a la Conferencia las propuestas relativas al Programa de Labores y Presupuesto para 2002-2003.
Los Miembros recordarán que, en el último período de sesiones de la Conferencia, aprobaron el Marco Estratégico que abarcaba el período 2000-2015. Ese documento fundamental no sólo estableció, por vez primera, las principales orientaciones normativas para la Organización a más largo plazo, sino que también determinó los elementos esenciales de un proceso mejorado de programación y rendición de cuentas. En consecuencia, en el Plan a Plazo Medio (PPM) se propuso un programa para el período más breve de 2002-2007, en el que se abordaban directamente los doce objetivos estratégicos establecidos en el Marco Estratégico. En noviembre de 2000, el Consejo ratificó el programa detallado en el PPM, como referencia de lo que debería hacer la FAO en los seis años siguientes.
Por consiguiente, la formulación del presente Programa bienal de Labores y Presupuesto (PLP) ha tenido la ventaja de estar firmemente basado en esos dos documentos. También se ha beneficiado de la orientación complementaria sobre las prioridades sectoriales dada por los Comités Técnicos del Consejo en sus períodos de sesiones celebrados a finales de 2001.
En el Resumen del PLP, puse de relieve las solicitudes suplementarias que estaba recibiendo la Organización como resultado de la necesidad de ayudar a los Miembros a cumplir los compromisos adquiridos en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación (CMA) y como consecuencia de las conclusiones de las Conferencias Regionales y de las diversas reuniones de los Comités del Consejo y del propio Consejo. No repetiré aquí esas solicitudes: baste decir que no ha habido tregua en la petición de servicios de la FAO.
Las propuestas del Resumen del PLP presentadas al Consejo en su 120º período de sesiones de junio de 2001, por conducto de los Comités del Programa y de Finanzas, estaban rigurosamente estructuradas para responder en la mayor medida posible a esas solicitudes. Representaban un porcentaje de crecimiento real del 5,4 por ciento con respecto al actual presupuesto aprobado a costos constantes y al mismo tipo de cambio presupuestario. Esta fórmula conciliatoria fue criticada por algunos países que eran partidarios del aumento del 9,6 por ciento indicado en el PPM como muy conveniente para el bienio 2002-2003.
Entonces expliqué por qué el Jefe Ejecutivo de una Organización a la que se había encomendado un mandato tan importante como la erradicación del hambre y la malnutrición consideraba su deber invitar a los Miembros a que aceptaran la reanudación del crecimiento real en su presupuesto ordinario. La misma lógica imperiosa me obliga a reiterar esta invitación en el contexto de estas propuestas del PLP completo y a recabar la aceptación de un crecimiento real del orden de 35,5 millones de dólares EE.UU.
En resumen, cuando la tasa anual de reducción del número de personas subnutridas en el mundo a la luz del objetivo, ya prudente, que se acordó en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación es tristemente insuficiente; después de haber agotado las posibilidades realistas, en contraposición a las posibilidades teóricas y potencialmente perturbadoras, que ofrecían las reformas estructurales y las medidas de eficacia para hacer frente a una situación prolongada de recursos en descenso; y teniendo en cuenta la lista impresionante de solicitudes hechas a la FAO, que supongo que los Miembros desean que se traduzcan en acciones tangibles y no se queden en buenas intenciones, ¿estarán dispuestos esos mismos Miembros a asignar más recursos a esta Organización después de más de ocho años de descenso y estabilización del presupuesto?
Sin embargo, en el último Consejo no hubo acuerdo sobre la cuantía del presupuesto. Esta falta de consenso fue acompañada de peticiones de algunos miembros para que se prepararan diversas hipótesis, incluida una de crecimiento nominal cero. Sin embargo, en ausencia de cualquier indicación sobre las esferas en las que podían efectuarse reducciones para llegar a una situación hipotética de ese tipo, no he sido capaz de atender esa petición.
Volviendo al contenido programático de las propuestas de este documento del PLP completo, hago observar que, cuando se examinó el Resumen del PLP, la mayoría de los miembros del Consejo apoyaron el equilibrio propuesto en el fortalecimiento de los programas técnicos de la FAO. Por consiguiente, las propuestas que tienen ante sí incorporan prioridades de la misma índole que las que se presentaban en el Resumen, con algunos ajustes para tener en cuenta las recomendaciones hechas en el Consejo, especialmente en lo concerniente a las consignaciones relativas para los sectores pesquero y forestal, así como para el PCT. Las características más salientes siguen siendo: permitir aumentos selectivos en actividades técnicas de gran prioridad; elevar la parte de la consignación del PCT como habían solicitado la mayoría de los Miembros; y fortalecer la amplitud y profundidad de la labor de la FAO en los países.
Como se recomendó al Consejo de junio, en el documento se explican las consecuencias de una hipótesis de crecimiento real cero.
Examinaré ahora los otros dos factores que influyen en el nivel de las cuotas asignadas a los Miembros: los aumentos de costos y el tipo de cambio.
Como se recordará, la Secretaría presentó al Consejo un documento suplementario con los datos más recientes sobre los aumentos de costos que en esos momentos se estimaban en 49 millones de dólares EE.UU., suponiendo que el tipo de cambio presupuestario para el bienio actual fuera de 1,0327 dólares EE.UU. por euro (1 875 liras por dólar EE.UU.). En el mismo suplemento se ofrecía un cálculo inicial de los efectos de un dólar más fuerte sobre los aumentos de costos, pero entonces no se preveían los tipos mucho más favorables que se registraron en julio.
Las amplias variaciones en los tipos de cambio y, por consiguiente, en la cantidad necesaria para hacer frente a los aumentos de costos constituyen una gran preocupación para mí. Y lo es en particular cuando prácticamente todos los informes profesionales sobre el tema indican que el dólar EE.UU. está sobrevalorado y que es de prever cierto debilitamiento en los próximos meses. Ese debilitamiento reduciría el poder adquisitivo de cualquier cantidad que finalmente se aprobara para el presupuesto, por lo que he llegado a la conclusión de que a la Organización (es decir a los Miembros y a la Secretaría que les presta servicios) le interesa sacar provecho de la firmeza del dólar EE.UU. firmando un contrato de compra a término para cubrir nuestras necesidades de euros con las tasas de gasto actuales para todo el bienio 2002-03.
Tengo el placer de informar que esa compra se ha realizado a un tipo medio efectivo de 0,88 dólares EE.UU. por euro (2 200 liras por dólar EE.UU.), que propongo que se utilice también como tipo de cambio presupuestario, habida cuenta de que el contrato garantiza este tipo para el período de dos años que abarca el presupuesto propuesto. Por esta razón, los aumentos de costos se calculan y aplican a este tipo de cambio en todo el documento.
La buena noticia que se deriva de esta acción es que actualmente se estima que los aumentos de costos serán ligeramente superiores a 3,2 millones de dólares EE.UU., con la consecuencia de que tendrán efectos limitados sobre las cuotas de los miembros. De hecho, el aumento neto solicitado es del 6,0 por ciento, que abarca tanto las propuestas de crecimiento presentadas en el documento como las tendencias inflacionarias.
Desearía ocuparme brevemente de la forma de presentación del PLP, en la que seguimos introduciendo mejoras basadas en las observaciones de los Miembros. Por consiguiente, señalo a su atención los puntos siguientes:

Esos cambios no son de carácter normativo, pero los menciono para recordar a los Miembros nuestro deseo de responder a sus preocupaciones en la mayor medida posible.
Para terminar, espero con interés que los Miembros de esta Organización renueven su compromiso, expresado en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación de 1996 al nivel político más alto. Esta oportunidad se presentará en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación: cinco años después, que tendrá lugar durante la Conferencia. Confío en que renovarán también sus expectativas de que la FAO debería contribuir -aunque fuera modestamente- a apoyar sus propios esfuerzos y seguir constituyendo un foro internacional en sus importantes esferas de competencia. De esto se deduce que espero que los Miembros, al renovar ese compromiso, reconocerán la coherencia entre ese acto y la necesidad de aprobar recursos suplementarios para la labor de esta Organización.
En esta introducción a las propuestas del PLP, he decidido utilizar palabras que están en plena consonancia con lo que mi conciencia me dicta que aconseje a los Miembros en las circunstancias actuales. Los directores son conscientes de que, cuando defienden la necesidad de aumentar los recursos para las partes interesadas, asumen cierto riesgo de ser criticados o interpretados erróneamente. Acepto ese riesgo, en la confianza de que el mensaje se examinará teniendo en cuenta su fundamento. La decisión final, como siempre, corresponde a los Miembros reunidos en la Conferencia.

Jacques Diouf
Director General

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