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II. ACTIVIDADES DE LA ORGANIZACION

1. LA SITUACION MUNDIAL DE LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACION EN 1949/50 Y PERSPECTIVAS PARA 1950/51

Se preparó el siguiente informe como expresión del parecer del Consejo sobre la situación mundial de la alimentación, que fué discutida tanto en el Décimo como en el Décimoprimer Períodos de Sesiones.

Introducción

En los primero meses del año agrícola de 1949/50 se registró un acontecimiento de la mayor importancia para la alimentación y la agricultura mundiales: la modificación del tipo de cambio de la libra esterlina y de otras muchas monedas, que ejerció un efecto casi inmediato sobre el volumen y la dirección del comercio mundial. En la última parte del año hubo otros dos acontecimientos de importancia aún mayores: el comienzo del Programa Ampliado de Asistencia Técnica y la ruptura de las hostilidades en Corea.

En vista de que este último acontecimiento tuvo lugar casi al terminar el año agrícola de 1949/50, parece evidente la necesidad de dividir este informe en dos partes: un estudio del estado mundial de la agricultura y la alimentación durante el año de 1949/50, es decir, de la “situación antes de Corea” y otro estudio de las perspectivas para el año de 1950/51, es decir, de la “situación después de Corea”.

Para la preparación de este informe, el Consejo ha contado con la inestimable ayuda que le proporcionó el informe del Director General que se titula Perspectivas Mundiales y Estado de la Agricultura y la Alimentación, 1950. Por haberse cambiado la fecha de la Conferencia, el Director General tropezó con muchas dificultades en la redacción del documento antes mencionado, ya que al iniciarla aún no se habían recibido casi ninguno de los informes que, con arreglo al Artículo XI de la Constitución, deben presentar los países miembros (Véase en la página 20, Informes exigidos en el Artículo XI de la Constitución). El Consejo es del parecer que debe rendírsele cordial tributo tanto al Director General como a sus colaboradores por la preparación de su informe, tomando en cuenta las dificultades con que tropezaron para la obtención del material necesario.

Son ya muchas las veces en que el Director General se ha visto obligado a preparar sus informes sin suficiente material que le sirva de base. Siguen siendo muchos los gobiernos miembros que no presentan el informe que deberían remitir en cumplimiento de las obligaciones que les señala el Artículo XI de la Constitución, o que presentan informes muy imperfectos, por lo que el Consejo desea recordarles una vez más la necesidad de que cumplan con ese deber.

No obstante, el Consejo no está del todo convencido de que, aun en el caso de que todos los gobiernos miembros cumplieren con sus obligaciones, el informe del Director General sea completamente satisfactorio en su forma actual, e--

-- Insta al Director General a que en los años venideros comunique a las naciones miembros toda la información más importante que le proporcionen los diferentes miembros sobre los aspectos sociales de la agricultura, tanto si son favorables, como las mejorías en la vida rural, reforma agraria y seguridad social en el campo (incluyendo la sanidad rural), como si son desfavorables, como por ejemplo los obstáculos con que se tropiece para el mejoramiento rural y el desequilibrio entre el número de brazos disponibles para la agricultura y las oportunidades para encontrar empleo en la misma.

El Consejo espera también que en los números de esta serie que se publiquen en el futuro se incluya de nuevo el índice de producción de alimentos, omitido en el de este año, cosa que ha dificultado al Consejo la comparación de las cifras de producción de alimentos en 1949/50 con las de años pasados. Comprende el Consejo, sin embargo, que la ausencia de ese índice se debe a la circunstancia de estarse revisando el método empleado en su preparación.

El Consejo sugiere asimismo que se inste al Director General a que estudie la posibilidad de hacer mayor uso de las oficinas regionales como “ojos y oídos” de la Organización, haciéndolas que remitan a las oficinas centrales material apropiado para incluirlo en el informe sobre la situación mundial.

La Situación en 1949/50

Al pasar revista al año de 1949/50, resalta como conclusión más evidente la de que tanto desde el punto de vista de los productores como de los consumidores, el año ha sido bastante bueno. En lo que a los productores se refiere, si bien se redujo algo la producción de algunos alimentos, como por ejemplo la de deteminados cereales, en términos generales se mantuvo o incluso aumentó la del conjunto de los productos vegetales; esta circunstancia y el efecto residual de la buena cosecha de 1948 hizo que fuera posible ensanchar la industria ganadera y que el nivel general de los precios de los productos agropecuarios fuera satisfactorio en la mayoría de los países. No obstante, en algunos países empezó a ser causa de preocupación el desequilibrio entre los precios agrícolas y los salarios y el precio de los productos manufacturados. El año se caracterizó también por el hecho de que gracias a los adelantos logrados en la rehabilitación mundial, por primera vez desde la declaración de la segunda guerra mundial hubo abundancia de fertilizantes y de maquinaria agrícola, en el sentido de que los productores agrícolas pudieron comprar todos los fertilizantes y toda la maquinaria que se mostraron dispuestos a pagar.

Las palabras “se mostraron dispuestos a pagar” han de ser interpretadas no sólo en función de la disponibilidad de dinero, sino también en función de la disponibilidad de determinadas monedas, y en particular de dólares. Aunque en algunos países no hubo escasez de dinero, sí la hubo de dólares para comprar toda la maquinaria necesaria. El problema del “déficit de dólares” ha seguido revistiendo gravedad, a pesar de la mejoría que se dejó sentir al modificarse los tipos de cambio en septiembre de 1949. Otra de las dificultades con que tropezaron los productores agrícolas en unos cuantos países fué que el precio unitario de algunos de esos fertilizantes y máquinas agrícolas resultó tan elevado que no parecía remunerador comprarlos.

En lo que a los consumidores se refiere, las estadísticas compiladas por el Secretariado muestran claramente que en aproximadamente la mitad de los países del mundo sobre los que se dispone de cifras, el contenido energético y proteínico que se les calcula a las provisiones medias nacionales de alimentos por persona y por día, fué mayor en 1949/50 que en 1948/49, y que en casi todos los demás países fué aproximadamente igual en ambos años. El único país del que comunican reducciones de importancia es Turquía, el cual por causa de las malas cosechas pudo disponer de un 5 a un 6 por ciento menos de calorías, total de proteínas y de proteínas animales. Las cifras no son completas; no se dispone de ningunas sobre China, Europa oriental, ni sobre ninguna de las regiones de Africa situadas al sur del Sahara, con la exepción de la Unión Sudafricana; no obstante, salvo esas omisiones la información es casi completa.

Al decir que la situación alimentaria fué mejor en casi todas partes en 1949/50 que en 1948/49, no se quiere decir que fuera satisfactoria en todos los sitios. El significado de esa afirmación es que durante el año los pueblos del mundo recibieron aproximadamente tantos alimentos como habían venido recibiendo en años recientes y, por término medio, algo más que el año inmediatamente anterior y, en casi todas partes más que en ningún otro año desde 1940. De todos modos persiste el hecho de que las provisiones de alimentos no se encontraban uniformemente distribuí das por todo el mundo.

Por ejemplo, el cuadro del consumo diario de calorías por persona, que tal vez sea lo que más directamente indica la disponibilidad de alimentos, muestra grandes diferencias de unos países a otros, encontrándose Irlanda, Nueva Zelandia e Islandia en un extremo de la escala y la India en el opuesto, con el primer grupo de países consumiendo casi el doble de calorías diarias por persona que el segundo. La diferencia entre los dos no es tan importante como a primera vista parece, por el hecho de que las necesidades calóricas varían con el clima y con otros factores, pero de todos modos es muy seria. El caso no es tampoco que los pueblos que menos tienen que comer vayan reduciéndose o extinguiéndose mientras que los que más tienen para comer vayan multiplicándose con rapidez. La realidad es más bien lo contrario, ya que en su conjunto son las masas de población que de menos alimentos diarios por persona pueden disponer las que parecen desarrollarse con mayor celeridad.

Sin embargo, sigue dándose el caso de que unos pueblos comen mucho menos que otros, y desde luego mucho menos de lo que en realidad necesitan para que sus vidas se desarrollen sana y felizmente. La razón es muy clara: la renta efectiva por persona de esos pueblos es baja, y por consiguiente tienen ellos menos posibilidades de las que son de desear para producir o comprar sus alimentos. Bien sea que estén consagrados a la producción de alimentos, a la de materias primas para la industria o a la de artículos manufacturados (y estos últimos representan una parte insignificante de la producción total de los países insuficientemente desarrollados), la producción anual de cada trabajador es muy escasa si se compara con la de los países más adelantados. Las causas de que la producción sea tan escasa son en parte debidas a las desfavorables condiciones físicas (clima, etc.), que no se pueden alterar, o por lo menos no en un corto plazo de tiempo, y en parte a otros factores que sí se pueden alterar, de los cuales los más importantes son la falta de pericia y de conocimientos técnicos y la falta de equipo o de capital para comprarlo. En vista de que casi todos los productores de los países desnutridos e insuficientemente desarrollados son agricultores, es evidente que la FAO es el organismo internacional a que más compete promover la corrección de los factores desfavorables que se pueden alterar, bien sea gracias a los propios esfuerzos de la Organización, como ocurre con los asuntos que caen por entero dentro de su propia esfera de actividad, como es el caso en lo referente a la capacitación agrícola, o bien, dando a conocer la situación a los organismos internacionales competentes cuando el asunto se sale de su campo, como ocurre en lo relativo a la inversión internacional de capitales.

Ya se ha dicho más arriba que una parte del problema que plantea el escaso ritmo de producción es la falta de pericia agrícola en los países insuficientemente desarrollados. Es éste uno de los puntos que más diferencian a dichos países de los más adelantados. No es sólo por casualidad que en años recientes se han recogido cosechas abundantísimas en los países más adelantados, sobre todo en los de Norteamérica y Europa Occidental. Es cierto que las condiciones naturales han sido inusitadamente favorables durante este período, y que de no haberlo sido no se habrían podido obtener tan buenos rendimientos, pero de todos modos se afirma la tendencia a que a la larga aumente el rendimiento de la agricultura en estos países. La razón es que las persistentes labores que hace tiempo emprendieran los hombres de ciencia y los investigadores de la agricultura están dando cada vez fruto más abundante, y que en determinadas condiciones climatológicas, sean éstas buenas o indiferentes, o incluso poco menos que muy malas, una extensa y muy productiva superficie de tierra de los países adelantados producirá mejores rendimientos hoy día que en las mismas condiciones hace cosa como de cincuenta años. La conclusión está clara. Si se pudiera aplicar un caudal análogo de conocimientos agronómicos en los países insuficientemente desarrollados se podría esperar con confianza que en el transcurso de los años el rendimiento de la agricultura experimentaría una mejoría similar, y en consecuencia subirían comparablemente la renta nacional y el nivel nutricional de esos países. Eso sin perjuicio, desde luego, de que en los países en que la población crece rápidamente el aumento de la renta agrícola no resolvería por sí solo el problema. Se necesitará aumentar la renta nacional también por otros medios, como el de la industrialización.

Este es el motivo de que la iniciación del Programa Ampliado de Asistencia Técnica de la FAO revista tan capital importancia. Por primera vez en la historia se ha dotado a un organismo internacional de los medios necesarios para promover una mejoría verdaderamente considerable en el bienestar de los países que más la necesitan. Esta mejoría puede conseguirse sobre todo de dos maneras, por la investigación básica y por la aplicación de métodos de extensión ya conocidos y de comprobada eficacia que incorporen el resultado de los trabajos realizados en otros países. Esta última manera es la que permite la asistencia técnica en una forma más inmediatamente satisfactoria.

El examen de la situación alimentaria mundial que contiene el Informe del Quinto Período de Sesiones de la Conferencia hace ver que la principal diferencia entre los años anteriores a la Segunda Guerra Mundial y 1948/49, por lo que hace a la producción y el comercio internacional de alimentos, radica en el aumento considerable de la proporción que corresponde en ambos aspectos a la América del Norte. Esta proporción no fué, sin embargo, tan grande en 1949/50 como en los años inmediatamente anteriores, gracias a que la situación va mejorando bastante en los países que más sufrieron durante la guerra. Disminuyó un poco el comercio de los alimentos más importantes por haber aumentado la producción de los mismos en los países importadores, por lo que éstos pudieron permitirse importar menos sin que con ello padeciera el nivel de vida de sus pueblos; y por este motivo varió la proporción relativa en que cada país figuró en este comercio. La disminución se debió más que nada a la gran reducción del volumen de las exportaciones de Norteamérica y a reducciones más pequeñas en el volumen de las exportaciones de la América Latina y de Oceanía, que contrarrestaron en exceso el aumento en el volumen de las exportaciones de Europa, Cercano y Lejano Oriente y Africa. La variación de los tipos de cambio que se mencionó en el primer párrafo de este informe fué uno de los factores que más contribuyó a esta modificación.

Uno de los hechos desfavorables del año 1949/50 que no debe dejarse de señalar es el daño que constantemente han venido causando las plagas y la enfermedades. Cierto que el único artículo de primera importancia cuya producción se ha reducido mucho este año como consecuencia de enfermedades es el cacao, y que la langosta, que es de todas las plagas la que mayores destrucciones encierra en potencia, ha sido bastante bien dominada durante este período, pero a pesar de todo han brotado enfermedades y plagas de plantas, árboles y animales en una porción de países que, en su conjunto, han reducido bastante la producción mundial de alimentos y materias primas. Además de las pérdidas experimentadas antes de que las cosechas lleguen a la madurez, hay una diversidad de productos almacenados que sufren mucho deterioro e incluso pérdidas importantes por causa de una porción de plagas. Es esencial combatir estas plagas hasta dominarlas. En el mundo moderno, en que tan fáciles y tan rápidas son las comunicaciones, estas plagas y estas enfermedades presentan peligros mucho más graves que nunca hasta ahora; es esencial mantener una vigilancia constante, contar con personal muy capacitado, realizar en algunos casos investigaciones científicas y asegurar siempre la más estrecha colaboración entre los países, para impedir que se produzcan brotes verdaderamente peligrosos y extendidos y para asegurar que no se sufran las pérdidas que humanamente sea posible evitar.

Perspectivas

El año agrícola de 1950/51 se encuentra ya suficientemente avanzado para poder decir con cierta confianza que, en conjunto, las disponibilidades de alimentos y materias primas industriales, exceptuando el algodón, serán probablemente algo mayores que en 1949/50. La producción de cosechas alimenticias* será posiblemente igual a la del año pasado y es probable que la producción pecuaria mejore. Hay razones para esperar que siga aumentando el número de cabezas de ganado en los países en que la industria depende de pastos naturales o de forrajes producidos en el país, pero que, por el contrario, en los países en que el desarrollo de la ganadería depende de la importación de cantidades crecientes de forrajes adicionales, la expansión seguirá a ritmo más lento. Se ha conseguido este favorable resultado a pesar de que, por condiciones atmosféricas adversas, no se cree que los cereales recogidos en algunas partes de Norteamérica, de la Europa Occidental y de Australia vayan a ser de calidad tan satisfactoria y de cantidad tan abundante como en un principio se había esperado; a pesar también de que en la cuenca del Danubio la sequía ha perjudicado mucho a las cosechas de aquella zona y sobre todo a las de Yugoeslavia; y a pesar, por último, de que la producción de algodón, tanto en el Hemisferio Occidental como en Egipto, ha sido mucho menor de lo que se esperaba. En realidad, de no ser por la ruptura de las hostilidades en Corea, es posible que se hubieran producido algunas bajas de precios en el caso de ciertos productos agrícolas.

* Los términos “producción de cosechas alimenticias” no son muy precisos, por lo que sería conveniente encontrar otros mejores. Aquí han sido utilizados en el sentido de “alimentos de origen vegetal para consumo del hombre” es decir, azúcar, frutas, nueces, grasas y aceites vegetales y aquellas partes de las cosechas de cereales, verduras y raíces que se usan para consumo humano y no de los animales.

Sin embargo, los acontecimientos de Corea han hecho cambiar espectacularmente la situación, sobre todo en el dominio de las materias primas para la industria. La campaña de rearme, en' particular la de Norteamérica y Europa Occidental, ha hecho aumentar mucho la demanda de una porción de materias primas industriales de consumo inmediato. Esta demanda se ha visto reforzada por la demanda debída a las compras destinadas a la acumulación de reservas. No sólo han estado adquiriendo algunos gobiernos considerables cantidades de ciertos productos con objeto de constituir reservas para fines estratégicos, sino que los fabricantes que los utilizan, a los que las perspectivas de mayores disponibilidades en el futuro habían inducido un sentimiento de seguridad que les hizo dejar que sus reservas de operación se redujeran a niveles peligrosamente bajos, se alarmaron de pronto y empezaron a comprar con actividad para aumentar sus reservas.

El efecto de este repentino aumento de la demanda, reforzado desde tantos frentes, ha sido una espectacular subida de precios de una porción de materias primas industriales, de origen tanto vegetal como mineral, habiéndose llegado a niveles que los mismos productores consideran excesivamente elevados. Es cierto que la subida de precios es el mejor indicio que se puede encontrar de que la demanda ha aumentado y es cierto también que esa subida de los precios presenta, por lo menos, la ventaja de haber estimulado o de estar estimulando la producción de artículos que el mundo necesita, pero no cabe duda de que la subida ha sido excesiva y de que debe hacerse todo lo posible por reajustar esos precios ordenadamente, llevándolos a niveles más razonables para de ese modo evitar un derrumbamiento fatal cuando pase la ola de compras en gran cantidad.

Una manera de hacerlo sería que los gobiernos y las personas e instituciones particulares que ahora muestran tanta ansiedad por comprar para acumular reservas, redujeran el ritmo de sus adquisiciones siempre que les sea posible sin por ello limitar sus objetivos finales en cuanto a acumulación de reservas. Eso tendría las ventajas de hacer bajar los actuales precios excesivos y de repartir las compras a lo largo de un período más prolongado, mitigando de ese modo el derrumbamiento, con lo cual los productores tendrán tiempo para adaptarse a la menor demanda que es inevitable una vez que se hayan alcanzado los objetivos de acumulación de reservas. La acumulación de reservas de materias primas y alimentos por parte de los consumidores, aunque presenta ventajas inmediatas para los productores, por aumentar el mercado de sus artículos, puede, a la larga, ser sumamente desventajosa para los mismos, ya que aun en el caso de que no se liquiden las reservas, el mero hecho de que existan y de que en algún momento puedan ser liquidadas tal vez ejerza una influencia permanente a la baja sobre el mercado. Por consiguiente, es esencial que si se liquidan las reservas, se proceda a hacerlo de manera gradual y ordenada.

A pesar de que los acontecimientos de Corea han influído más que nada sobre las materias primas industriales, también los alimentos han resultado afectados. Uno de los alimentos han resultado afectados. Uno de los resultados más inmediatos de la crisis fué que el miedo hizo comprar, en gran cantidad, ciertos alimentos en algunos países en que la gente creía que los acontecimientos de Corea no eran sino el preludio inmediato de una tercera guerra mundial. Con este motivo reinó bastante confusión en el mercado de varios productos alimenticios. Con el éxito de la campaña que las Naciones Unidas está llevando a cabo en Corea, se ha impuesto un criterio de mayor serenidad y han disminuído las compras debidas al miedo. Si no fuera por los resultados indirectos de la crisis, la situación de algunos de esos alimentos sería ahora de nuevo más o menos normal. Sin embargo, estos resultados indirectos han sido muy significativos. El rearme de Norteamérica y de la Europa Occidental, con todo lo que eso implica, ha hecho aumentar notablemente el número de empleos en los países de esas regiones en que aún había algo de desempleo, y ha hecho cambiar la distribución de los trabajadores en los países en que no había desempleo. Estos aumentos y estos cambios bastan por sí mismos, según podía esperarse, para elevar en términos generales la renta en efectivo y por consiguiente para acentuar la demanda de alimentos en los países en que son los recursos económicos más bien que las existenicas los que han estado limitando la compra de comestibles.

Pero la mayor producción de armamentos no es, en el verdadero sentido de la palabra, un aumento de riqueza real, por oposición ésta a la renta en dinero, y en varios países de Norteamérica y de la Europa Occidental se ha producido cierta inflación. Existe, por consiguiente, el peligro de que aún aumentando la renta en dinero, su poder adquisitivo y por tanto su capacidad para comprar alimentos, quizá no sólo no aumente sino que tal vez disminuya. Por otra parte, al incrementarse la actividad industrial, gracias principalmente al rearme, puede ser que suba el precio de los productos manufacturados a ritmo más rápido que el de los productos agrícolas. Todavía no se ve con claridad cuál ha de ser el resultado final y qué tendencias se han de producir en conexión con el consumo de comestibles. Lo que sí parece seguro es que las tendencias no serán las mismas en los diferentes países.

Sin embargo, una cosa es cierta. Al concentrarse los esfuerzos en la producción para fines militares, serán menores las disponibilidades de algunos artículos indispensables para la agricultura, tales como maquinaria, productos químicos, acero, e incluso tal vez fertilizantes (y en particular los nitrogenados), a menos que se hagan esfuerzos particulares por mantener la producción de esos artículos indispensables; en algunos países es también posible que quede menor número de trabajadores a disposición de la agricultura del que es necesario para la producción plena.

Otro resultado indirecto de la crisis de Corea es que Norteamérica ha reducido sus exportaciones y aumentado sus importaciones. Como consecuencia, al menos temporalmente, el “déficit de dólares” ha perdido algo de su anterior importancia, sin por ello dejar de seguir siendo uno de los factores más importantes en el campo de la economía internacional. Por otra parte, la subida de los precios de las materias primas industriales y de algunos comestibles hace que las condiciones del comercio se vuelvan aún más adversas para los países que tienen que importarlos en elevada proporción.

La crisis de Corea ha ejercido una influencia económica inmediata sobre Norteamérica, Europa Occidental y Oceanía, pero también ha influído indirectamente sobre la economía del mundo entero. La subida de los precios de las materias primas industriales como el algodón, la lana y otras fibras, así como el caucho, ha beneficiado de manera directa a los productores de estos artículos. No obstante, estos beneficios serán bastante ilusorios para los países que, pudiendo producir los mismos alimentos que materias primas industriales, estén ahora dedicando una proporción demasiado elevada de sus esfuerzos a la producción de materias primas y reduciendo en consecuencia la de alimentos para consumo nacional. Con ello, no sólo se verán obligados a importar los comestibles que en otro caso hubieran producido por símismos, sino que además se reducirá la cantidad absoluta disponible de las clases de comestibles que son precisamente las más esenciales para los países de alimentación más deficiente.

En conjunto, las perspectivas para el porvenir son aún más inciertas que de ordinario, pero tal vez sea seguro decir que las posibilidades económicas de la situación actual son más prometedoras de lo que han sido desde hace mucho tiempo, si se procede juiciosamente. Este “juiciosamente” es un calificativo que debe, desde luego, interpretarse de manera diferente en cada situación. Para los países más adelantados, significa, por ejemplo, que disminuyan el ritmo de sus compras destinadas a constituir reservas de materias primas escasas, sin por ello reducir sus metas finales. También significa para ellos, la necesidad de mantener la producción de fertilizantes, de maquinaria agrícola y de otros productos esenciales para la agricultura y de dar toda la ayuda posible a los países insuficientemente desarrollados, más que nada en forma de asistencia técnica. Significa también que deben formular y poner en práctica las políticas agrícolas que más ventajosas hayan de ser a la larga para sus pueblos. Para los países insuficientemente desarrollados, el “juiciosamente” significa que tienen que darse cuenta de que la única forma efectiva de mejorar su situación radica en aumentar la eficiencia de la producción, valiéndose para ello, sobre todo, de sus propios esfuerzos. Es muy cierto, sin embargo, que el ritmo del desarrollo aumentaría claramente con la ayuda del exterior, tanto técnica como económica. Si bien la inversión de capitales, como es natural, facilitará mucho su desenvolvimiento, ya que es esencial para ciertas formas de desarrollo, pueden hacer grandes progresos por los métodos ya acreditados de enseñar a cada productor las técnicas y procedimientos agrícolas más modernos que les sean accesibles y que ya se estén empleando normalmente en otros países más adelantados.

No debe suponerse que sea fácil mejorar de este modo la situación de los países insuficientemente desarrollados y que no haya peligros que evitar. Aunque los principios básicos de la agricultura son universales, la aplicación de los mismos varía mucho según las condiciones locales. La posibilidad de aumentar los rendimientos por hectárea depende en muy gran medida de que se disponga de buenos materiales para plantar, y esto a su vez exige trabajos de fitotécnia y selección que por fuerza han de prolongarse durante un período de años en la misma región en que haya de utilizarse el material mejorado. Además, no es invariablemente cierto que sea ventajoso aumentar la producción de todos los artículos. En un país en que se disponga de una cantidad excesivamente pequeña de alimentos, nunca puede ser equivocado el aumentar la producción de comestibles para consumo interno. Por ejemplo, la necesidad de carnes para consumo local en Africa es prácticamente ilimitada en comparación con las disponibilidades actuales. Del mismo modo, en el sureste de Asia existe una necesidad imperiosa de mayores cantidades de arroz. Pero tratándose de la mayoría de los cultivos de exportación el caso es muy diferente, por lo que los países que piensen aumentar su producción harían muy bien en estudiar, en consulta con la FAO, si habrá mercado para esas mayores disponibilidades. Prescindiendo de la demanda que recientemente se ha originado con motivo del rearme, hay todavía escasez de muchas materias primas, alimentos y forrajes. Por ejemplo, existe todavía una gran demanda insatisfecha de yute, artículo que tanto contribuye a la capacidad de compra en el exterior de la India y del Pakistán. Pero en cambio, la demanda de algunos otros productos de exportación tiene límites. Por ejemplo, ya empiezan a existir cantidades suficientes de grasas y aceites vegetales para satisfacer la demanda actual. En los casos en que existen organismos especializados (grupos de estudio y otros por el estilo) encargados de examinar la situación en cuanto a esos productos, constituyen ellos el lugar más apropiado para debatir los asuntos de esta naturaleza. En los casos en que no existen organismos de esa índole, la FAO es la organización internacional más adecuada para asesorar a los países sobre esos problemas.

Sin embargo, la mejoría relativa de la situación mundial de la alimentación que se indica en este documento no debe ser causa de que se ponga excesiva confianza en el porvenir, ni de que se aminoren los esfuerzos. Después de todo, basta con que haya una mala cosecha en una de las regiones productoras más importantes, para que reine la escasez y se pierda todo el terreno tan penosamente ganado en años recientes. Dicho de otro modo, aunque las cosas van mejorando, aún falta por realizar la parte principal de la tarea que tienen ante sí la FAO y sus países miembros en cuanto a aumentar la producción de alimentos, mejorar su distribución y elevar el nivel nutricional de los pobladores del mundo.

2. PROBLEMAS DE PRODUCTOS ESENCIALES

En su Décimo Período de Sesiones el Consejo pasó revista al informe del Comité de Productos Esenciales, en el que éste daba cuenta de las labores realizadas a partir del Quinto Período de Sesiones de la Conferencia. Al remitir este informe a la Conferencia reunida en su Período Extraordinario de Sesiones, recomendó el Consejo la conveniencia de que exista un comité para el estudio de los problemas que plantean los productos esenciales, así como que la Conferencia le asigne las funciones y el cometido a dicho comité.

En vista de las dificultades que presentan las diferencias que existen entre las constituciones y los métodos de trabajo de los diversos organismos especializados en productos esenciales, el Consejo pidió al Director General que preparara y distribuyera entre los gobiernos miembros, con bastante anticipación al Décimo Segundo Período de Sesiones del Consejo, una declaración en que expusiera las relaciones que mantiene la FAO con cada uno de esos organismos y describiera los problemas que se le plantean a la FAO en esta esfera de actividad.

El Consejo sugirió también que al preparar esa declaración, el Director General se mantuviera en contacto con el Secretario General de las Naciones Unidas, que ha sido encargado por el Consejo Económico y Social de emprender un estudio con el fin de idear un procedimiento apropiado para la convocación de conferencias y de grupos de estudio especializados en productos esenciales.

La Conferencia resolvió en su Período Extraordinario de Sesiones que continuara funcionando el Comité de Productos Esenciales y definió el cometido del mismo, pidiendo al mismo tiempo, al Consejo y al Comité, que estudiaran la mejor forma posible de organizar las labores del Comité y el lugar en que debería desarrollar sus actividades.

En consecuencia, en su Décimoprimer Período de Sesiones, el Consejo --

-- Convino en invitar a los siguientes gobiernos, que ya habían tenido representantes en el Comité, a que continuaran siendo miembros del nuevamente constituído Comité: Australia, Brasil, Canadá, Cuba, Egipto, Estados Unidos de América, Francia, India, Indonesia, Italia, Países Bajos, Pakistán, Reino Unido y Uruguay.

El Consejo discutió dónde emplazar las oficinas del comité, y --

-- Convino en que, por razón del presupuesto, las oficinas deberían trasladarse a Roma al mismo tiempo que las de la Organización, ya que sólo de esa forma será posible dotar de los necesarios servicios al Comité.

3. ASISTENCIA TECNICA PARA EL DESARROLLO ECONOMICO

En su Décimo Período de Sesiones, el Comité escuchó y discutió un informe del Director General sobre las novedades ocurridas en cuanto a la participación de la FAO en el Programa Ampliado de Asistencia Técnica. También tuvo ante sí un informe del Comité de Control Financiero, en el que se indicaba que los arreglos financieros relacionados con el programa iban adelantando satisfactoriamente.

A este respecto, el Consejo presentó a la Conferencia, en su Período Extraordinario de Sesiones, las siguientes observaciones:

1. Los progresos que se van logrando en cuanto a la Asistencia Técnica han estado limitados por dos factores. El primero es que el Secretario General de las Naciones Unidas no ha recibido todavía la gran mayoría de las diferentes contribuciones que han prometido los gobiernos miembros al Fondo de Asistencia Técnica. El segundo es que muchos de los países beneficiarios no están todavía bien informados sobre las condiciones en que se les puede prestar asistencia técnica y sobre las obligaciones que los propios gobiernos tienen que asumir con arreglo a los términos de la resolución de la Asamblea General [No. 304 (iv)].

No obstante, se están tomando muchas disposiciones satisfactorias. En algunos casos se han firmado acuerdos entre países beneficiarios y la FAO, en los que se estipula la iniciación de obras concretas, y ya se están contratando expertos. En un número de casos mucho mayor se han recibido solicitudes concebidas en términos muy generales, que están ahore siendo estudiadas por la Organización.

2. El mecanismo establecido para coordinar la labor de las Naciones Unidas y de los organismos especializados a través de la Junta de Asistencia Técnica está siendo muy útil, de modo que el trabajo de los diferentes organismos parece estar bastante bien coordinado. Esto es particularmente importante en las primeras partes del Programa, en que muchos de los países solicitantes no están bien informados de los procedimientos con arreglo a los cuales se puede solicitar y conceder asistencia técnica. También se está logrando una coordinación bastante buena con los programas bilaterales de asistencia técnica.

3. El Consejo atribuye la mayor importancia al Programa de Asistencia Técnica como complemento de las actividades ordinarias de la FAO, y sobre todo durante el año próximo en que gran parte de los trabajos de campo de la FAO se verán restringidos por las limitaciones del presupuesto. Espera el Consejo que este programa sirva para reforzar la actividad práctica de la FAO y su autoridad general en el dominio de la alimentación y de la agricultura.

4. Algunos de los países participantes están creando dentro de sus propios servicios gubernamentales el aparato necesario para coordinar las solicitudes recibidas, sobre todo en conexión con el empleo de expertos. Este procedimiento puede ser de interés para otros países. Se están planteando algunos problemas, tanto a los países participantes como a los organismos especializados, con motivo del empleo de especialistas de los servicios gubernamentales. Es importante que la contratación de expertos se realice de la manera más ordenada posible y que no se soliciten los servicios de técnicos cuya ausencia pudiera perjudicar seriamente a los servicios gubernamentales en que trabajan. Deben seleccionarse los técnicos sobre una base geográfica tan amplia como sea compatible con la eficacia del Programa de Asistencia Técnica.

5. Debe recordarse que las necesidades de asistencia técnica no están limitadas a la contratación de expertos. Se necesita también equipo y programas de capacitación. La Asistencia Técnica que preste la FAO ha de servir de fundamento a un desarrollo ulterior más amplio y debe estar proyectada en forma que el país beneficiario pueda continuar luego la labor.

El Programa de Asistencia Técnica no proporciona por sí mismo la ayuda económica directa en forma de la inversión de capitales que exigirán muchos proyectos de desarrollo. La inversión de capitales será esencial para que la asistencia técnica estimule el desarrollo económico y eleve el nivel de vida.

6. Sobre los países beneficiarios recae una gran responsabilidad en conexión con el Programa de Asistencia Técnica. Sólo el país beneficiario puede determinar la dirección que deba tomar su economía. La FAO puede darle orientaciones en los campos que sean de su competencia, pero de todos modos es imposible imponer desde el exterior, por ejemplo, la prioridad del desarrollo agrícola o del industrial. Puesto que todo el concepto del Programa de Asistencia Técnica se basa en las solicitudes de los gobiernos, deben éstas fundarse en la determinación que hagan los propios gobiernos acerca de sus necesidades primordiales.

El Consejo adoptó la siguiente resolución con respecto a la asistencia técnica:

EL CONSEJO --

-- Toma nota de lo ocurrido desde su Noveno Período de Sesiones a propósito de la participación de la FAO en el Programa Ampliado de Asistencia Técnica;

-- Suscribe las disposiciones tomadas por el Director General en el seno de la Organización para el tratamiento de las solicitudes de los países miembros y para negociar los detalles de cada proyecto concreto;

-- Expresa la esperanza de que no se retrasen indebidamente las contribuciones al Fondo de Asistencia Técnica, y de que los países beneficiarios se impongan mejor de las condiciones en que puede prestárseles la asistencia técnica; y

-- Recomienda que la Conferencia

  1. Tome nota del informe presentado por el Director General (C50/9) y del Informe del Comité de Control Financiero sobre los aspectos financieros de la asistencia técnica (C50/13).

  2. Suscriba las observaciones del Consejo, e

  3. Insta a los gobiernos miembros para que presten toda la ayuda posible en la ejecución del programa.

En su Décimoprimer Período de Sesiones, el Consejo observó que la Conferencia ha bía suscrito las anteriores recomendaciones y solicitado del Director General que presentara al Consejo, en los períodos de sesiones que corresponda, más información sobre el Programa Ampliado de Asistencia Técnica, con objeto de evaluarlo en relación con el programa ordinario de labores.

4. OBRAS DE SOCORRO Y REHABILITACION EN COREA

El Consejo fué informado de las disposiciones tomadas por el Director General en respuesta a la petición que hicieran el Consejo de Seguridad y el Consejo Económico y Social para que se preste auxilio y apoyo a la población civil de Corea. El Consejo --

-- Decidió incluir este asunto en la agenda del Período Extraordinario de Sesiones de la Conferencia y pidió al Director General que informara a la Conferencia de las demás medidas que puedan estar tomando el Consejo Económico y Social y la Asamblea General en sus actuales sesiones.

5. RELACIONES CON LAS NACIONES UNIDAS, LOS ORGANISMOS ESPECIALIZADOS Y OTRAS ORGANIZACIONES IN TERNACIONALES

El Consejo examinó el informe del Comité que él mismo creara para el estudio de las relaciones con otras organizaciones internacionales (Véase “Composición de los Comités,” página 34) y tomó nota de los progresos realizados durante el pasado año en cuanto a las relaciones de trabajo con las Naciones Unidas, los organismos especializados y otras entidades internacionales.

Resolución sobre Empleo Total

En su Décimo Período de Sesiones, el Consejo se ocupó muy particularmente de la Resolución 290(XI), adoptada el 15 de agosto de 1950 por el Consejo Económico y Social. Esta resolución trata de la necesidad de que los gobiernos miembros y los órganos y organismos especializados de las Naciones Unidas continúen trabajando por cumplir la obligación que les señala la Carta de las Naciones Unidas con respecto al empleo total. El Consejo --

-- Pidió al Director General que informara ante el Décimoprimer Período de Sesiones sobre la mejor forma en que podría la Organización, con el desempeño de sus responsabilidades, cooperar en lo que esta resolución se refiere.

El Consejo, sobre la base del informe que le fué presentado en su Décimoprimero Períodos de Sesiones, convino en que la FAO debe cooperar plenamente con las Naciones Unidas en el cumplimiento de la Resolución 290(XI) y decidió dirigir al Consejo Económico y Social una resolución haciendo constar el interés de la FAO en este asunto desde el punto de vista de la agricultura y la alimentación. El Director General debe, entre tanto, analizar el material que reciba de los gobiernos miembros sobre sus programas, objetivos y pronósticos con el fin de poner esta información a disposición de las Nanes Unidas. Se pidió también al Director General que informara ante el próximo período de sesiones del Consejo sobre el material que le ha sido posible reunir y sobre la participación de la FAO en la labor deseada por el Consejo Económico y Social.

En consecuencia, el Consejo aprobó la siguiente resolución;

EL CONSEJO --

-- Habiendo examinado la Resolución 290(XI) del Consejo Económico y Social sobre Empleo Total;

-- Hace constar el gran interés que atribuye la FAO a la información que ha de reunirse y a los informes que han de prepararse en cumplimiento de esta resolución, dada la responsabilidad general de la FAO por la expansión de la producción agrícola y la importancia que el empleo total en la agricultura tiene para la consecución de este fin, así como la interdependencia de la prosperidad urbana resultante de la intensa producción industrial y el bienestar de las comunidades rurales;

-- Ofrece la plena colaboración de la FAO para la recolección y el análisis de la información relacionada con la alimentación y la agricultura (incluyendo pesca y silvicultura), necesaria para los estudios que se han de emprender y para los informes que se han de redactar sobre este asunto;

-- Sugiere que el Director General ponga a disposición del Secretario General de las Naciones Unidas el material que, como parte de las labores ordinarias de la Organización, obtenga de los gobiernos miembros sobre sus programas, objetivos y pronósticos;

-- Autoriza al Director General a responder en la mayor medida posible a las peticiones de colaboración dentro del campo de la FAO que pueda recibir del Secretario General, con respecto a esta empresa, como la propia resolución prevé; y

-- Solicita al Director General que prepare un breve informe sobre el empleo total en sus relaciones particulares con la agricultura, y sobre el material que se presente al Consejo Económico y Social, para que sirva como base de deliberaciones en el próximo período de sesiones del Consejo.

El Consejo dirigió también la siguiente resolución al Consejo Económico y Social:

EL CONSEJO --

-- Habiendo examinado cuidadosamente la Resolución 290 (XI) del Consejo Económico y Social sobre Empleo Total,

-- Hace notar el vital interés que tiene la FAO en los aspectos agrícolas y sociales de este proyecto;

-- Hace ver que las dos terceras partes de la población del mundo trabajan en la agricultura, y lo señala a la atención del Consejo Económico y Social;

La gran influencia que ejercen los niveles de empleo industrial sobre la demanda de productos agrícolas y, por consiguiente, sobre los niveles de nutrición y de vida de las poblaciones rurales, sobre la sanidad rural y sobre la educación en el campo;

La relación entre el empleo y la tenencia de tierras y la mecanización agrícola;

El problema del empleo parcial y temporal en las zonas rurales;

El problema que plantea el exceso de brazos para la agricultura en algunos países, mientras que en otros hay escasez;

Los problemas que tienen su origen en la diversidad de niveles de pericia agrícola;

El siempre cambiante equilibrio del empleo en los diferentes campos económicos, tanto rurales como urbanos, y la importancia de la movilidad de la mano de obra;

-- En consecuencia aprueba plenamente las disposiciones ya tomadas por el Director General de la FAO en respuesta a la solicitud hecha por el Secretario General, en nombre del Consejo Económico y Social, de que se les preste la más completa colaboración y ayuda para emprender el estudio sobre empleo total; y

-- Resuelve volver a examinar el problema del empleo total en la agricultura en su próximo período de sesiones.

6. POLITICAS A LARGO PLAZO Y OBJETIVOS DE LA FAO

El Consejo había decidido en su Noveno Período de Sesiones que, estando la Organización próxima a cumplir sus primeros cinco años de vida y a punto de fijar su residencia permanente en Roma, el momento era oportuno para pasar revista a las políticas y tendencias fundamentales de la FAO, con objeto de aumentar la efectividad de la Organización y obtener los máximos beneficios de los recursos de que probablemente se haya de disponer.

Como consecuencia de esta decisión, el Director General presentó al Consejo, reunido en su Décimo Período de Sesiones, algunas propuestas para hacer ese estudio. Presentó también los planes que había para reorganizar la estructura general del secretario, que fueron aprobados en principio por el Consejo.

Los problemas que dependen de las políticas a largo plazo fueron cuidadosamente examinados por el Consejo en sus Décimo y Décimoprimero Períodos de Sesiones. Se convino en que los fines y objetivos básicos de la Organización, tal como se fijan en la Constitución, no necesiatan ser modificados, por ser tan válidos hoy día y en el porvenir previsible, como lo eran el día en que fueron propuestos. Se consideró que la tarea que queda por delante es la de dar expresión concreta y básica a esos objetivos mediante una selección acertada de los problemas a los que la Organización deba dar preferencia, y mediante el análisis minucioso de los medios a través de los cuales deba la FAO procurar el desempeño de las tareas que ha aceptado.

El Consejo no se preocupó en esos momentos de llegar a conclusiones finales, sino más bien de plantear los asuntos para su ulterior estudio por parte del Director General y del Grupo de Trabajo para Estudiar el Programa de Labores y los Problemas a largo Plazo con él relacionados, designado este último por el Consejo en cumplimiento de la recomendación formulada por la Conferencia en su Período Extraordinario de Sesiones (véase la página 18).

Las deliberaciones hicieron resaltar la necesidad de discutir más a fondo el papel de la FAO en los siguientes dominios:

  1. La acumulación del caudal de datos necesarios para poder pasar como es debido revista a la situación mundial de la agricultura y la alimentación.

  2. La prestación de asistencia técnica a las naciones miembros.

  3. La ayuda a los países y grupos de países para que formulen sus planes técnicos y económicos a largo plazo en lo referente a la agricultura, y para poner en relación esos planes con los más amplios objetivos económicos de las naciones miembros.

  4. El reconocimiento y la previsión de los efectos sociales de las tareas que pueda emprender la FAO.

Se reconoció que al examinar esas diferentes funciones, se plantea también un problema fundamental: dados los recursos financieros y de otra índole que las naciones miembros puedan poner a disposición de la FAO, ¿sería preferible que ésta concentre sus actividades en un número relativamente reducido de tareas de importancia, o no sería por el contrario, mejor que la Organización trate de proporcionar a las naciones miembros una gama más ancha, aunque menos intensa de servicios? Cualquiera que sea la futura decisión sobre la política general de la FAO, es evidente que este problema hace resaltar a su vez la necesidad de un programa de trabajo que, teniendo fundamentos sólidos, sea los suficientemente flexible como para permitir su adaptación a las cambiantes necesidades de un mundo que evoluciona.

Con respecto a los medios que deba preferir la FAO para ejecutar su trabajo, el Consejo hace resaltar dos puntos:

Primero, que es esencial que la Organización consiga y conserve los servicios de personal competente y de mucha visión, capaz de inspirar el entusiasmo y de atraer la cooperación de hombres de ciencia, técnicos, instituciones y organizaciones del mundo entero; sin su ayuda la labor de la FAO tendería a estereotiparse.

Segundo, es imperativo en un mundo tan cambiando como el de hoy en día, contar con un sistema adecuado de contactos locales o regionales, equilibrado de talmanera que la Organización pueda estar en relación efectiva con las naciones miembros sin por ello dejar de mantener el sistema de dirección unificada y de vigilancia centralizada de todas sus actividades.

El problema de cómo lograr esa organización regional de la FAO de tal manera que se adapte a esa dualidad de objetivos quedó pendiente de ulterior consideración.

Grupo de Trabajo para Estudiar el Programa de Labores y los Problemas a Largo Plazo con él Relacionados

La Conferencia, en su Período Extraordinario de Sesiones, recomendó que el Consejo designase un pequeño grupo de trabajo que emprendiera un cuidadoso estudio de ciertos problemas básicos relacionados con las actividades futuras de la Organización, y sugirió que dicho grupo de trabajo estuviera compuesto por “representantes de las naciones miembros de la FAO, elegidos individualmente en razón de su especial competencia en los asuntos que se hayan de estudiar.”

En su Décimoprimer Período de Sesiones, el Consejo --

-- Adoptó la recomendación de la Conferencia, y decidió que las personas que se designen sean de las siguientes naciones miembros: Australia, Bélgica, Ceilán, Dinamarca, Estados Unidos de América, Francia, Líbano, Reino Unido y Uruguay.

El Consejo dió instrucciones al Grupo de Trabajo para que emprendiera un cuidadoso estudio de los siguientes problemas, junto con los problemas a largo plazo con ellos relacionados:

  1. Hasta qué punto puede llevarse a cabo una descentralización efectiva del trabajo de la Organización, sin reducir su eficacia y sin que haya duplicidad.

  2. Hasta dónde puede hacerse uso en mayor grado de las facilidades que proporcionan las universidades, institutos de investigación y otras organizaciones, en la ejecución del programa de la Organización, y la posibilidad de utilizar consultores temporales en mayor escala conservando menos personal técnico permanente.

  3. El planeamiento de las actividades de la FAO de manera tal que se logre la máxima coordinación con las Naciones Unidas, sus Comisiones Económicas Regionales (para Europa, Asia y el Lejano Oriente, y América Latina) y los demás organismos especializados en campos en que la FAO tiene particular interés.

  4. La recolección de información entre los países miembros, especialmente los informes anuales que pide el Artículo XI de la Constitución (véase “Informes del Artículo XI,” página 20), y el uso de ese material para estructurar el Programa de Labores, para llevar a la práctica los proyectos de trabajo de la FAO y para aconsejar a los gobiernos miembros.

  5. El orden de importancia que ha de darse a las actividades de la FAO en las distintas esferas que le incumben, las políticas a largo plazo que han de adoptarse en cada una de estas esferas de actividad, y las prioridades que han de observarse al decidir entre los diferentes proyectos de cada uno de ellas, con especial referencia a las consideraciones expuestas en la Introducción al Programa de Labores.

El Consejo decidió que el grupo de trabajo se reuniera en la primera oportunidad, se asesorara del Comité de Control Financiero y de otras comisiones e individuos expertos en los asuntos pertinentes, aconsejase al Director General en la formulación de los programas de labores y presupuestos para los años 1952 y 1953, e informara al Consejo en el próximo período de sesiones.

Presupuestos para 1952 y 1953

El Consejo, en su Décimoprimer Péríodo de Sesiones, consideró la petición de la Conferencia en el sentido de que se orientara al Director General acerca del total de gastos que debe adoptarse como base para proyectar los presupuestos y programas de labores para 1952 y 1953.

El Consejo --

-- Dió instrucciones al Director General para que planeara los programas para 1952 y 1953 sobre la base de un presupuesto de egresos de 5.000.000 de dólares.

Asimismo, el Consejo --

-- Pidió al Director General que informara, en uno de los próximos períodos de sesiones, sobre las responsabilidades y obligaciones de la FAO en relación con sus ingresos. El Consejo consideró que, a la luz de este examen, pudiera ser nesario que se haga ver a los gobiernos miembros la insuficiencia del nivel de ingresos de la Organización en relación con el trabajo que de ella esperan los gobiernos miembros.

Como resultado de esta discusión, el Consejo convino en que tal vez sería útil que el Director General publique un informe completo sobre la labor realizada por la FAO durante los últimos cinco años.

7. INFORMES DEL ARTICULO XI

En su Décimoprimer Período de Sesiones, el Consejo tomó nota de las medidas adoptadas en cumplimiento de la recomendación que él mismo hiciera en su Noveno Período de Sesiones sobre la solicitud y sobre la presentación de los informes de los gobiernos que estipula el Artículo XI de la Constitución. Dicha recomendación había fijado el 1o de octubre de 1950 como fecha final para la recepción de los mencionados informes, y había enumerado los temas que habrían de constituir la base de los informes del siguiente modo:

Parte A:Estado general e importancia de la agricultura y la alimentación.
Parte B:Adelantos y acontecimientos importantes registrados en los ramos de la agricultura y la alimentación.
Parte C: Providencias tomadas por los gobiernos miembros sobre algunas de las recomendaciones hechas por la Conferencia en su Quinto Período de Sesiones sobre (a) servicios de extensión y asesoría, (b) programas nacionales de conservación y aprovechamiento de tierras y aguas, (c) la nutrición en los países miembros, y (d) comités nacionales.

Había indicado el Consejo que renunciaba en 1950 a la Parte D de los informes (asuntos especiales sobre los cuales los gobiernos deben informar detalladamente). En su lugar, el Consejo designó los siguientes temas para la Parte D de los informes de 1951.

  1. Medidas para fomentar el más amplio aprovechamiento del equipo y los abastecimientos agrícolas y forestales;

  2. Programas prácticos de nutrición.

El Director General comunicó al Consejo, reunido en su Décimoprimer Período de Sesiones, que el 1o de octubre sólo se había recibido uno de los informes del Artículo XI y que para el 13 de noviembre, fecha del Décimoprimer Período de Sesiones del Consejo, habían llegado informes de 22 países miembros y de 7 terrirotios no autónomos.

Con respecto a la publicación de esos informes, el Consejo --

-- Convino en que se hiciera un breve resumen de las Partes A y B y un análisis e interpretación detallada de la Parte C.

Con respecto al párrafo de la recomendación que hiciera en su Noveno Período de Sesiones sobre los temas a tratarse en la Parte D de los Informes del Artículo XI correspondientes a 1951, el Consejo --

-- Reafirmó la selección hecha por él mismo.

En vista de que la Conferencia no había tratado de asuntos que fuera pertinente considerar en los Informes del Artículo XI, el Consejo --

-- Convino en que no se tratara de la Parte C.

Con respecto a los Informes de 1952 (Parte D), el Consejo --

-- Decidió que se pidiera a los gobiernos que informaran sobre cuestiones sociales en los campos de la agricultura, la pesca y la silvicultura. Este asunto volverá a ser tratado más a fondo en un período futuro de sesiones del Consejo. (Véase la parte de este Informe que trata de la Situación Mundial de la Agricultura y la Alimentación en 1949/50 y Perspectivas para 1950/51, página 4).

Se decidió que en el porvenir la FAO publique en dos tomos el Informe sobre el Estado Mundial de la Agricultura y la Alimentación. En el primero se debe hacer la última evaluación posible de la situación económica de la agricultura y la alimentación en relación con la situación económica general. El segundo tomo se deberá basar en los Informes del Artículo XI, tratará de temas más amplios (incluso los aspectos sociales de la agricultura) y no se publicará hasta que se hayan recibido informes de un número suficiente de países como para justificar la redacción de un análisis completo.

8. COMITES CONSULTIVOS PERMANENTES

En su Noveno Período de Sesiones el Consejo había pedido al Director General que presentara un informe sobre los principios y los procedimientos que sirven de base para determinar la composición de los Comités Consultivos Permanentes, las condiciones de los nombramientos de los miembros de estos comités, y la mayor manera de lograr una estrecha cooperación entre esos comités y la Secretaría de la Organización.

Como resultado, el Consejo examinó en su Décimoprimer Período de Sesiones un ínforme sobre este asunto (CL 11/3). El Comité observó que se había inaugurado un nuevo sistema de correspondencia con los miembros de los Comités Consultivos Permanentes que resultará muy útil para la Organización, sobre todo si se tiene en cuenta que la situación económica no permite que los comités se reunan con frecuencia. El Consejo sugirió que las cartas dirigidas a los hombres de ciencia y a los técnicos que integran los comités fueran también remitidas al Grupo de Trabajo del Programa de Labores y Problemas a Largo Plazo con él Relacionados, que el Consejo ha dispuesto crear acatando la recomendación que la Conferencia hiciera en su Período Extraordinario de Sesiones. (Véase “Políticas a Largo Plazo y Objetivos de la FAO.”. página 17).

El Consejo --

-- Aprobó los siguientes nombramientos propuestos por el Director General para integrar los Comités Consultivos Permanentes:

Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Nutrición

El Comité se compone de diez miembros, cinco de ellos invitados por la FAO y otros cinco por la OMS. Por consiguiente, los miembros que se enumeran más adelante, que no constituyen sin la mitad del Comité, serán invitados por la FAO a la reunión del Comité Conjunto FAO/OMS de Expertos en Nutrición que se celebrará en Ginebra del 17 al 24 de abril de 1951. Con objeto de asegurar la representación de las diferentes regiones, se ha discutido con la OMS la distribución geográfica de la totalidad del Comité:

Dr. Alí Hassan Bey
Asesor Técnico de la Comisión Permanente de Nutrición
El Cairo, Egipto

Dr. V. N. Patwardhan
Director de los Laboratorios de Investigaciones de la Nutrición
Coonoor, India

B. S. Platt
Director de la Sección de Investigaciones de la Nutrición Humana
Consejo de Investigaciones Médicas Londres, Inglaterra

Hazel K. Stiebeling
Jefe de la Oficina de Nutrición Humana y Economía Doméstica
Secretaría de Agricultura de los E.U.A.
Wáshington, D. C., E.U.A.

E. F. Terroine
Director del Centro Nacional de Coordinación de Estudios e
Investigaciones Alimentarias y Nutricionarias
Centro Nacional de Investigaciones Científicas
París, Francia

Comité Consultivo Permanente de Agricultura

Designado para el Grupo Permanente:

C. Staf
Director General de Agricultura
Gobierno de los Países Bajos
La Haya, Países Bajos

Miembros designados en su calidad de presidentes de organizaciones científicas internacionales:

André Leroy(Esta organización no estaba antes representada en el Comité)
Presidente de la Federación Europea de Zootecnia
París, Francia
  
R. Mork(Para suceder a R. Burri)
Presidente de la Federación Internacional de la Industria Lechera
Real Colegio de Agricultura
Vollebekk, Noruega
  
R. J. Tavernier(Para suceder a C.H.Edelman)
Presidente de la Asociación Internacional de Ciencias del Suelo
Universidad de Gante
Gante, Bélgica
  
A. Blanc(Para suceder a G. Bouckaert)
Presidente de la Comisión Internacional de Ingeniería Agronómica
París, Francia
  
H. A. Lafferty(Para sucedera W.J. Franck)
Presidente de la Asociación Internacional de Ensayo de Semillas
Secretaría de Agricultura
Dublín, Irlanda

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