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40o PERIODO
DE SESIONES

INTRODUCCION

1. El 40o período de sesiones del Consejo se celebró en Roma del 24 de junio al 3 de julio de 1963 bajo la presidencia del S . Louis Maire.

2. El programa del período de sesiones aprobado figura en el Apéndice A.

3. Los Sres. G.R. Kamat (India) y Philippe d'Otreppe (Bélgica) fueron nombrados vicepresidentes primero y segundo respectivamente.

Homenaje a la memoria de S.S. Juan XXIII

4. El Presidente del Consejo rindió homenaje a la memoria de S.S. el Papa Juan XXIII, un gran hombre cuya amplitud de miras e infinita bondad conquistaron el afecto universal y cuyo fallecimiento conmovió al mundo entero. Para conmemorarlo se observó un minuto de silencio.

Representación en el Consejo

5. El Consejo tomó nota de que el Gobierno de Panamá no había enviado un representante al Consejo, considerándose que había renunciado, de conformidad con el artículo XXII-7 del Reglamento General de la Organización, que reza como sigue:

“Se considerará que ha renunciado a su puesto el miembro del Consejo que se halle atrasado en el pago de sus cuotas a la Organización por un importe igual o superior al de las correspondientes a los dos últimos años civiles…”

6. Este asiento será cubierto en el 12o período de sesiones de la Conferencia.

PREPARATIVOS PARA EL 12o PERIODO DE SESIONES DE LA CONFERENCIA

Programa Provisional

7. El Consejo aprobó, con ciertas enmiendas y adiciones, el programa provisional para el 12o período de sesiones de la Conferencia, presentado por el Director General, y le encargó que lo enviara (C 63/1 - Primer borrador) a los Estados Miembros, junto con la invitación al período de sesiones, de conformidad con el Artículo II.l del Reglamento General de la Organización.

Organización del período de sesiones

8. Tomando como base un memorándum presentado por el Director General, el Consejo preparó propuestas relativas a la organización del período de sesiones, instruyendo al Director General que notificara estas propuestas a los Estados Miembros (C 63/4).

ASUNTOS DEL PROGRAMA

Programa de Labores y Presupuesto para 1964/65

9. El Consejo examinó el Programa de Labores y Presupuesto para 1964/65 junto con sus anexos, presentado por el Director General, felicitándolo por la clara y amplia presentación del documento (C 63/3). Acto seguido, el Consejo escuchó una exposición del Director General, explicando y justificando sus propuestas en vista de las obligaciones que imponen a la Organización, por una parte, las solicitudes de asistencia que recibe cada día en número mayor y, por otra, la creciente importancia que los gobiernos y la opinión pública dan a las actividades de la Organización, cuyo nivel técnico no sólo hay que mantener sino que mejorar.

10. Igualmente, tomó el Consejo nota de las observaciones y recomendaciones de los Comités del Programa y de Finanzas, los cuales, separada y conjuntamente, habían examinado el Programa de Labores y Presupuesto y manifestó gratitud a ambos por la ayuda prestada a su propio trabajo.

11. Veinte miembros del Consejo expresaron sus puntos de vista acerca del Programa de Labores. La mayoría de los oradores se mostraron favorables a que el aumento del Presupuesto fuera inferior al propuesto y que no excediera del 15 por ciento, más o menos, y que tal aumento se hiciera con menor rapidez de la sugerida por el Director General. Expusieron las diversas razones en que basaban este parecer y en general manifestaron su apoyo a las propuestas detalladas que formuló el delegado de los Estados Unidos de América. Otros oradores consideraron, por el contrario, que las propuestas del Director General merecían el apoyo de los miembros de la Organización y se pronunciaron en principio, por su adopción a reserva, a juicio de algunas delegaciones, de introducir ciertas modificaciones con el fin de hacer economías, las cuales podrían obtenerse sin perjudicar la eficacia del Programa de Labores, como algunas de las sugeridas por el Comité de Finanzas.

12. A fin de evitar cualquier interpretación que pudiera, en cualquier modo, tergiversas los puntos de vista de las delegaciones, y de dar a la Conferencia una imagen fiel de los debates del Consejo, éste decidió que no se resumieran en este informe los debates relativos al asunto y que se enviara a todos los Estados Miembros la versión taquigráfica.

13. Las actas de las dos sesiones celebradas por el Consejo el día 28 de junio de 1963 habrán de prepararse cuidadosamente y de reproducirse no en las distintas lenguas utilizadas por las delegaciones, sino en tres versiones correspondientes a los tres idiomas oficiales de la Organización y, en esta forma, se enviarán a los Estados Miembros con el título de “Examen por el Consejo del Programa de Labores y Presupuesto propuesto para el bienio 1964/65 (40o período de sesiones del Consejo, junio de 1963)”.

14. Las actas del Consejo presentadas en esta forma serán un documento de la Conferencia, que el Consejo recomendó particularmente a la atención de los gobiernos.

Problemas de Productos Básicos

15. El Consejo recibió el informe del 36o período de sesiones del Comité de Problemas de Productos Básicos (CPPB); al aceptarlo, agradeció vivamente la labor del Comité y puso de relieve su valor como contribución a la búsqueda de soluciones a los problemas internacionales de los productos básicos y de su comercio. Convino en que el informe se señalara a la atención de la Conferencia.

Situación mundial de los productos básicos agrícolas

16. El Consejo coincidió, en general, con la evaluación hecha por el Comité de la situación mundial de los productos básicos agrícolas, cuyas características más destacadas eran las siguientes:

  1. barreras persistentes al comercio de productos agrícolas;
  2. continuado interés por las agrupaciones económicas regionales;
  3. detención de la baja de precios;
  4. preocupación por los sucedáneos sintéticos de productos naturales;
  5. incremento de las exportaciones en condiciones de favor;
  6. ampliación de los convenios y consultas sobre productos básicos.

17. Aunque en esta apreciación se advertían, en lo esencial, pocas variaciones con respecto a la situación del pasado año, dos de sus aspectos podían considerarse satisfactorios a saber, la detención de la baja de precios y de los esfuerzos más intensos que están desarrollando los gobiernos para tratar de remediar los problemas comerciales mediante acuerdos y consultas internacionales. Se indicó que, a pesar de que la interrupción de la caída de precios podía considerarse satisfactoria, era demasiado pronto para creer que la tendencia descendente de los últimos años se había ya invertido. El Consejo acogió igualmente con satisfacción la determinación de los gobiernos de abordar con decisión los problemas del comercio internacional, como evidenciada por las intensas consultas internacionales en marcha o en preparación. Insistió en la necesidad de concentrar los esfuerzos para reducir las barreras comerciales, proteger la relación de intercambio de los países cuyas economías dependían en gran parte de la exportación de productos agrícolas, y asegurar que las políticas nacionales y regionales se formulen de manera tal que se eviten los efectos perjudiciales sobre las economías de otros países.

Medidas adoptadas por el CPPB sobre los diferentes productos básicos

18. El Consejo observó que el CPPB había emprendido una revisión general de los grupos de estudio de productos básicos de la FAO y de las propuestas de consultas para otros productos básicos. El Comité había realizado este análisis teniendo en cuenta los criterios y procedimientos seguidos para el establecimiento, supervisión, suspensión y cancelación de los grupos de estudio creados en su 33o período de sesiones. El propósito de la revisión era examinar las actividades de cada uno de los grupos existentes con objeto de tomar una decisión sobre su futuro y de determinar las medidas que habrían de adoptarse acerca de las propuestas de consultas sobre otros productos básicos. El Consejo encomendó al Comité este examen, insistiendo en la necesidad de proceder con cautela en la creación de nuevos grupos.

Principios rectores de las políticas de sustentación y estabilización de precios agrícolas

19. El Consejo tomó nota de que cincuenta gobiernos que figuran en la relación del Apéndice B del Informe del CPPB habían aceptado los Principios rectores de las políticas de sustentación y estabilización de precios agrícolas, al clausurarse el 11o período de sesiones de la Conferencia. Al afirmar de nuevo la utilidad de estos principios orientadores, el Consejo expresó su esperanza de que otros gobiernos pudieran aceptarlos.

Políticas regionales de integración económica

20. Se hizo referencia a los esfuerzos que se hacían en diferentes regiones en pro de la integración económica de ciertos grupos de países. El Consejo, aun admitiendo que mediante estos grupos se podría lograr una evolución económica más rápida y equilibrada, insistió de nuevo en que en los países que en ellos participaran deberían tener en cuenta las necesidades de las demás naciones y procurar reducir las barreras comerciales y las medidas proteccionistas, no sólo las establecidas entre ellos mismos sino también las que han establecido para otros países, especialmente para los que se encuentran en proceso de desarrollo.

Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo

21. El Consejo escuchó una exposición sobre los preparativos para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo que se celebrará a principios de 1964. Consideró digno de elogio que el Director General previera una estrecha cooperación de la FAO en los trabajos preliminares, ya que por su capacidad y su experiencia la Organización podría aportar una valiosa contribución a sus tareas. También se dieron a conocer al Consejo las principales conclusiones del Informe del Grupo de Expertos nombrado por el Secretario General de las Naciones Unidas para estudiar las disposiciones de carácter institucional relativas a cuestiones comerciales y de productos básicos. A juicio del Consejo, las cuestiones que la Conferencia de las Naciones Unidas ha de tomar en consideración merecen ser examinadas por la Conferencia de la FAO en su 12o período de sesiones y acogió con satisfacción la intención del Director General de presentar una nueva declaración sobre estas cuestiones, basada en las normas indicadas en el párrafo 55 del informe del CPPB.

Utilización y colocación de excedentes

22. El Consejo tomó nota del estudio efectuado por el CPPB sobre las actividades del Subcomité Consultivo de Colocación de Excedentes, y coincidió con el CPPB en que dicho Subcomité estaba realizando una útil tarea.

23. El CPPB había anexado a su informe un estudio acerca de la evolución de los criterios sobre los excedentes agrícolas, preparado por un grupo especial creado por el Subcomité Consultivo de Colocación de Excedentes. Según el informe de este grupo, los recientes hechos y las declaraciones formuladas en las organizaciones intergubernamentales indicaban que las actitudes de algunos países respecto a la producción, utilización y colocación de excedentes estaban experimentando algunos cambios.

El Consejo advirtió el carácter enteramente preliminar del informe y la circunstancia de que aún no había sido estudiado a fondo por los gobiernos, razón por la cual estimó que quizás la Conferencia deseara examinarlo junto con las cuestiones que planteaba.

24. Con respecto a los estudios sugeridos por el grupo especial, el Consejo observó que el CPPB había sugerido que algunos de ellos se incluyeran en el programa de estudios que estaba examinando el Comité Intergubernamental del Programa Mundial de Alimentos Naciones Unidas/FAO.

25. El Consejo refrendó las medidas adoptadas por el CPPB, incluída la decisión de considerar nuevamente estas materias en su próximo período de sesiones, teniendo en cuenta los respectivos debates del Consejo y la Conferencia y los resultados de los estudios que para entonces pueda utilizar.

El papel de la Organización en el fomento del consumo

26. El Consejo tomó nota de que el CPPB había considerado la cuestión de política general del papel que la FAO debía representar en el fomento del consumo de los distintos productos. De conformidad con el Director General, el CPPB estimaba que por lo común no era conveniente que la Organización participara directamente en la ejecución de planes de propaganda, algunos de los cuales podrían significar una competencia entre productos o ir asociados a campañas o programas publicitarios que podrían ser motivo de controversia. El CPPB decidió que, aparte sus programas de mejora de la nutrición, del rendimiento de la productividad y de la comercialización, el papel de la Organización debía seguir limitándose a servir de tribuna para el intercambio de ideas y experiencias adquiridas con los planes nacionales de fomento del consumo, tanto en el mercado interior como en el exterior. El Consejo refrendó en general esta decisión.

El “Año Internacional del Arroz”

27. El Consejo tomó nota de que el Subcomité Consultivo del CPPB sobre los Aspectos Económicos del Arroz había recomendado que el Director General proclamara el 1965 como “Año Internacional del Arroz”. Los objetivos declarados eran inducir a los gobiernos o industrias arroceras a desplegar un esfuerzo concertado para promover, cuando procediera, la producción, el consumo y el comercio del arroz, así como las investigaciones económicas y técnicas; centrar la atención mundial en el papel que el arroz podría desempeñar en impulsar los fines de la Campaña Mundial contra el Hambre y mejorar el conocimiento internacional de la economía arrocera.

28. El CPPB respaldó en general la propuesta e hizo observar la importante función del arroz como alimento básico y como fuente principal de divisas para muchos países en vías de desarrollo. Reconoció que toda acción emprendida bajo los auspicios de la FAO tendría que estar en armonía con las conclusiones anteriormente expuestas, sobre los programas de propaganda, pero hizo observar que la propuesta del Subcomité entrañaba conceptos más amplios que el de una campaña de fomento del consumo propiamente dicha. El Comité apoyó, por tanto, en general, la propuesta, supeditándola al acuerdo del Consejo y la Conferencia en el sentido de que no estaba en pugna con los principios y políticas que la Organización debe adoptar en tales asuntos, y de que todo desembolso por parte de la FAO se mantendrá dentro de los recursos y el presupuesto de la Organización.

29. El Consejo acogió cordialmente los objetivos de esta propuesta y subrayó la necesidad urgente de enfocar la atención mundial sobre los medios de mejorar el rendimiento de la producción, distribución y usos nutricionales del arroz, que es el principal sustento para más de la mitad de la población del mundo. Varias delegaciones apoyaron la propuesta proclamación de un “Ano Internacional del Arroz”, estimando que estaba absolutamente en la línea de los principios y políticas de la Organización, pero otras pusieron en duda que fuese éste el medio más eficaz para alcanzar los objetivos. Se convino en general que no se podía llegar a ninguna conclusión definitiva sobre tal propuesta hasta que se tuvieran detalles más concretos sobre los métodos funcionales y financieros de semejante plan. Algunos delegados sugirieron que a los gastos a cargo de la Organización podría hacerse frente con contribuciones voluntarias de los países interesados.

30. El Consejo pidió, por consiguiente, al Director General, que consultara extraoficialmente con los gobiernos interesados las disposiciones de trabajo necesarias para la ejecución del plan, los gastos que supondría a la Organización y la forma de costearlos. Esta información, junto con una evaluación de cualquier problema especial que pudiera surgir, deberá ser transmitida a la Conferencia, para ayudarla a decidir si la proclamación de un “Año Internacional del Arroz” es procedente.

Definición del concepto “Grupo de estudio sobre productos

31. El Consejo tomó nota de que la Conferencia, en su 11o período de sesiones, había resuelto que, “a la luz de la definición formulada por el Comité de Asuntos Constitucionales y Jurídicos (CACJ) y del parecer expresado por el CPPB, el Consejo adoptara una definición del concepto ‘grupos de estudio sobre productos’, sin tener que volver a someter la cuestión a la Conferencia”. (Informe del 11o período de sesiones de la Conferencia, párrafo 438). En el informe de su 36o período de sesiones, el CPPB expresó la opinión de que, sujeta a dos enmiendas, la definición formulada por el CACJ llenaba las necesidades presentes en el momento en que se decidió a estudiar esta cuestión. El Consejo aprobó la definición propuesta por el CACJ, con las dos modificaciones sugeridas por el CPPB. Esta definición enmendada dice así:

“La expresión ‘grupos de estudios sobre productos’ se aplica a los grupos que tengan las características siguientes:

  1. grupos que traten los problemas económicos de la producción, el consumo y el comercio internacional de un producto agrícola determinado - o productos estrechamente relacionados entre sí - y no los problemas tecnológicos de dicho producto o productos.

  2. grupos de que podrán ser miembros todos los Estados Miembros y Miembros Asociados de la Organización, y los países que, no siendo Estados Miembros de la Organización, lo sean de las Naciones Unidas y se consideren sustancialmente interesados en la producción, el consumo o el comercio del producto en cuestión, y en los cuales puedan tener representación conjunta o separada los territorios no autónomos, como lo dispone el artículo 69 de la Carta de La Habana.

  3. grupos cuyas funciones sean tratar las dificultades especiales que existan o que pueda esperarse que surjan con respecto a un producto determinado, grupos de éstos que pueden ser de carácter temporal o permanente.

  4. grupos que al tratar esas dificultades especiales puedan considerar, cuando sea apropiado, la posibilidad y la conveniencia de que se concierte un convenio internacional sobre productos básicos”.

Decenio de las Naciones Unidas para el Desarrollo

32. El Consejo tomó nota de los nuevos progresos que, en relación con el Decenio de las Naciones Unidas para el Desarrollo, se habían logrado desde el 39o período de sesiones (CL/40/4) y, en particular, de la participación de la FAO en la preparación del informe sobre la marcha de los trabajos que ha de presentar el Secretario General, a solicitud del Consejo Económico y Social, en su 34o período de sesiones, en relación con el tema del Decenio de las Naciones Unidas para el Desarrollo: Actividades de las Naciones Unidas y organismos afines en un futuro inmediato, tema que había de ser examinado por el ECOSOC en su 36o período de sesiones, en julio de 1963.

33. El Consejo, en su 39o período de sesiones, había ya apoyado plenamente las metas y objetivos del Decenio de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Consideró, sin embargo, que el principal objetivo del Decenio -un ritmo mínimo anual de crecimiento del 5 por ciento en el ingreso nacional global al finalizar el Decenio, tal como se había propuesto en la Resolución 1710 (XVI) de la Asamblea General, de 19 de diciembre de 1961, en virtud de la cual se designó el Decenio - resultaba bastante bajo para muchos de los países en vías de desarrollo, si bien éstos quedaron en libertad de fijar sus propias metas, tal como se indicaba en la mencionada Resolución.

34. El Consejo coincidió con el Comité del Programa en que, dado que el sector agrícola representaba una parte destacadísima de la renta nacional en la mayoría de los países en desarrollo, la meta de una tasa anual de aumento del 5 por ciento en la renta nacional al final del Decenio, sólo podría lograrse si se conseguía una aceleración verdaderamente considerable en la tasa de expansión de la producción agrícola en dichos países.

35. El Consejo estuvo también de acuerdo con el Comité del Programa en que todas las actividades de la Organización (incluída en particular la Campaña Mundial contra el Hambre, mientras dure), serían la contribución de la FAO al Decenio para el Desarrollo. Esta labor requeriría la reorientación o la organización de las actividades ordinarias de la FAO siguiendo los lineamientos básicos aprobados ya por la Conferencia y el Consejo, con objeto de prestar el máximo servicio posible a los países en desarrollo en lo que concierne a la expansión de su economía agrícola y alimentaria, como parte esencial de su desarrollo económico general.

36. El Consejo, a este respecto, consideró que los sectores de prioridad fijados para la concentración de las actividades ordinarias de la FAO en los próximos años, tal como se sugerían en el capítulo referente a la FAO en el informe del Secretario General. “Actividades de las Naciones Unidas y organizaciones afines en un futuro inmediato” (cuyo resumen se presentó en el Documento CL/40/4), constituían medidas iniciales apropiadas en relación con la necesaria reorientación de las actividades de la FAO.

Desarrollo del Programa Mundial de Alimentos (PMA)

a) Informe del Comité Intergubernamental Naciones Unidas/FAO al Consejo

37. El Consejo tuvo ante sí el primer informe del Comité Intergubernamental al Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas y al Consejo (CL/40/5). Al presentar el informe, el Director Ejecutivo del PMA llamó la atención sobre las novedades registradas desde que presentó su informe ante el 39o período de sesiones del Consejo. Se explicó brevemente el procedimiento administrativo adoptado para celebrar acuerdos sobre proyectos.

38. Cincuenta y dos países, dos tercios de los cuales se hallan en vías de desarrollo, habían aportado al Programa 89,85 millones de dólares en productos, servicios y numerario. Se habíansatisfecho, o estaban en vías de ejecución, ocho peticiones oficiales de ayuda alimentaria de urgencia, con un total de compromisos para el Programa de 4,5 millones de dólares, aproximadamente. Se presentaron 41 peticiones concernientes al desarrollo económico y social o a proyectos especiales de ayuda alimentaria. Si se aprueban, estas peticiones requerirán un desembolso de 30 a 35 millones de dólares. En conjunto, se han aprobado 7 proyectos que suponen un gasto de cerca de 9 millones de dólares. Se ha firmado recientemente con el Gobierno del Sudán el primer acuerdo de operaciones.

39. En varias reuniones internacionales recientes se había examinado el futuro del Programa, siendo evidente que había que dedicar creciente atención a la posibilidad de continuarlo y ampliarlo una vez terminado el período experimental de tres años. Los estudios generales que había de preparar el PMA serían un elemento esencial de la información fundamental necesaria para adoptar decisiones definitivas sobre la cuestión. Por el momento, convenía, pues, que el PMA prosiguiera sus actividades experimentales con arreglo a las directrices actuales, con objeto de establecer una selección equilibrada de proyectos bien realizados y evaluados para someterlos al examen de los Estados Miembros. Hasta ahora, el interés general demostrado por los gobiernos y el apoyo que le han brindado en el Programa pueden considerarse como muy satisfactorios, y permiten enfrentarse confiadamente al futuro inmediato.

40. El Consejo hizo constar su satisfacción por las actividades del PMA en sus primeros seis meses, particularmente por lo que se refiere a su papel en las actividades de ayuda en casos de urgencia. Se subrayó con particular vigor la importancia fundamental de estimular la ayuda a sí mismo mediante la prestación de asistencia alimentaria para el desarrollo económico y social.

41. Se manifestó la opinión de que, dado el carácter esencialmente experimental del Programa, una de las principales finalidades era acopiar y sistematizar la experiencia de que se dispone acerca de los medios más eficaces para ayudar a los países a recuperarse en casos de urgencia y a ejecutar planes de desarrollo económico y social.

42. Varias delegaciones llamaron la atención sobre el déficit permanente de las contribuciones, sobre todo por lo que se refiere al numerario, e instaron a los Estados Miembros a que traten con todo empeño de alcanzar el total de 100 millones de dólares, con un tercio de esta suma en dinero, según lo recomendado.

43. Varias delegaciones manifestaron la esperanza de que, a su debido tiempo, se simplifiquen los procedimientos administrativos en la medida compatible con la necesidad de preparar, ejecutar y evaluar cuidadosamente los proyectos.

b) Enmienda de la parte A(4)(c)(iii) de las Normas Generales del Programa Mundial de Alimentos.

44. El Consejo aceptó la recomendación del Comité Intergubernamental en el sentido de que se enmendara el inciso (iii) del apartado (c) del párrafo (4) de la parte A de las Normas Generales del Programa Mundial de Alimentos, contenida en el Documento CL 40/29. El nuevo texto es el siguiente:

“Todo transporte marítimo (incluído el seguro) que tenga carácter de contribución al PMA deberá ser dispuesto por el país contribuyente a solicitud del Director Ejecutivo, de acuerdo con lo convenido, pero todo el que haya de pagar el PMA deberá disponerlo el Director Ejecutivo. El Director Ejecutivo, sin embargo, podrá pedir al país que contribuye con los productos, al país que los recibe o a cualquier otro país, que se encargue del transporte de los mismos”.

Actividades del Programa

45. A fin de familiarizarse más con las actividades fundamentales de la Organización así comode mantenerse al corriente de las novedades registradas en los diversos campos de trabajo y sentar las bases para los planes futuros, el Consejo decidió en su 35o período de sesiones efectuar en cada una de sus asambleas principales un examen general de la labor de algunas direcciones, subdirecciones y servicios.

46. En el actual período de sesiones, el Consejo tuvo ante sí documentos presentados por el Director General que resumían el desenvolvimiento de la labor en las Direcciones de Zootecnia y Sanidad Animal, Fitotecnia y Protección Fitosanitaria y Fomento de Tierras y Aguas, así como en la Subdirección de Energía Atómica. También se benefició de las observaciones al respecto hechas por el Comité del Programa (CL 40/2).

47. El Consejo decidió que en su 44o período de sesiones, que se celebrará en 1964, examinará la labor de las Direcciones de Pesca, Montes y Productos Forestales y Nutrición.

48. Al examinar el programa de actividades se tomó nota de la gran amplitud de la colaboración productiva y satisfactoria entre la FAO y otros organismos especializados. Sin embargo, al mismo tiempo, el Consejo llamó la atención y manifestó su preocupación ante diversos casos de superposición y duplicación de tareas entre la FAO y otros organismos.

49. El Consejo recomendó que la Conferencia y específicamente los Comités Técnicos definieran sin equívocos la firme posición de la FAO respecto de la división del trabajo entre ésta y otros organismos especializados y especificaran el cometido de la FAO dentro de los límites de las funciones fijadas en el Artículo I de la Constitución, en apoyo de los esfuerzos del Director General por lograr una más clara diferenciación de funciones entre los diversos organismos en las discusiones que se celebren con el Comité Administrativo de Coordinación (CAA) y el Consejo Económico y Social (ECOSOC).

50. El Consejo recomendó también que todos los países dieran instrucciones coordinadas a las delegaciones que envían a los distintos organismos de las Naciones Unidas, a los organismos especializados y al Organismo Internacional de Energía Atómica, para conseguir un enfoque coherente y una expresión de opiniones análogas sobre las mismas materias discutidas en tales organizaciones.

a) Dirección de Zootecnia y Sanidad Animal.

51. El Consejo examinó en detalle los objetivos y programas de la Dirección reconociendo que la finalidad primordial es incrementar las provisiones de proteínas de elevado valor biológico. Esto reviste importancia particular en relación tanto con la Campaña Mundial contra el Hambre como con el Programa Mundial de Alimentos. Se hizo además referencia a los debates celebrados sobre este tema en el Congreso Mundial de la Alimentación, en Wáshington, en junio de 1963, y al apoyo evidenciado en dicho Congreso que recibe la labor de la Organización en el sector de la zootecnia y sanidad animal.

52. El Consejo observó que la labor era tal que se producía una considerable coincidencia entre las esferas de las Subdirecciones de Zootecnica, Sanidad Animal y Lechería y también que se había conseguido un notable grado de cooperación entre estas dependencias. Existía también una cooperación parecida, respecto de otras esferas concretas de actividad, con otras Direcciones (Fitotecnia y Protección Fitosanitaria y Fomentos de Tierras y Aguas), a la vez que intereses comunes conotras organizaciones internacionales como las OMS y la Oficina Internacional de Epiozootias. Esta variada cooperación exigía una precisa coordinación de los programas para conseguir la máxima eficiencia.

53. Respecto de las actividades en el terreno de las investigaciones, se dio por sentado que el papel de la FAO era estimular, coordinar y ayudar a los gobiernos en su desarrollo, más bien que llevar a la práctica programas de investigación. Las diversas líneas de la investigación fundamental deben ser objeto de un continuo examen, si bien interesaba más a la Dirección la investigación aplicada que la teórica, ya que es la primera de éstas la que mayor importancia reviste en los países en desarrollo, sobre todo cuando la investigación va asociada con otras actividades de enseñanza y extensión. La tarea primordial de la Dirección en todas estas actividades es facilitar la asistencia y orientación necesarias a los Estados Miembros y evitar una duplicación de esfuerzos.

54. El Consejo consideró el aspecto de las consecuencias e influencia de la asistencia técnica en el Programa Ordinario. Se reconoció que en todos los aspectos del trabajo de la Dirección había habido un incremento, pero se advirtió que era necesario prevenirse contra la inflación tanto de personal como de trabajo. El Consejo quedó informado de la creciente demanda de asistencia en todos los terrenos y consideró que, ante esta situación, era esencial un racional equilibrio entre los diversos temas y la asignación de prioridades según las necesidades. La competencia técnica de la Dirección en cuestiones como prestación de asistencia a los gobiernos en la lucha contra enfermedades epizoóticas, por ejemplo la peste equina y la fiebre aftosa SAT-l en el Cercano Oriente, había conducido a un notable aumento en los programas de operaciones solicitados por los gobiernos. Se reconoció el peligro inherente a una sobrecarga de la Dirección con programas de campo.

55. Al considerar la importancia relativa de diferentes aspectos de los trabajos de la Dirección, el Consejo admitió la relación y dependencia recíprocas entre una mejor nutrición, el mejoramiento zoogenético y el combate contra las enfermedades del ganado. Sin embargo, se estimó que en ciertas regiones existían circunstancias especiales que exigían en primer término combatir las enfermedades como premisa de mayores adelantos en terrenos afines de la zootecnia. Esto se refería especialmente al combate y erradicación de las grandes epizootias, como la peste bovina y la fiebre aftosa. Pero, incluso en tales zonas no podrían obtenerse todos los beneficios que cabía esperar de la lucha contra las enfermedades sin mejoras paralelas en lospiensos, la administración y la cría. El Consejo expresó su reconocimiento por la asistencia que la Dirección había sido capaz de prestar en situaciones de urgencia en los últimos años, sobre todo durante la reciente epizootia de fiebre aftosa SAT-l en el Cercano Oriente, y por el apoyo notable recibido tanto de los gobiernos como de la Comunidad Económica Europea. Se tomó nota de que la mayor parte de esta asistencia la coordinaba satisfactoriamente la Dirección, y también de que esta enfermedad se había dominado en Grecia. La grave amenaza que pesaba sobre la industria pecuaria europea se había reducido en grado muy notable en los últimos meses, y existía la posibilidad de poderla eliminar por completo.

56. El Consejo convino en que el empleo liberal por la Dirección de cuadros de expertos era un procedimiento útil para obtener apoyo técnico en proyectos de investigación o de otro tipo con el menor desembolso posible para la Organización. No obstante, se vio con agrado que la mayor parte de los trabajos de estos cuadros de expertos se desarrolle por medio de correspondencia regular y que el número de reuniones necesarias se reduzca al mínimo. Esta cuestión del empleo de cuadros de expertos se trata con más detalle en los párrafos 91 a 95.

57. Se aprobó la política de la Dirección respecto del mejoramiento de las razas indígenas de ganado. Se hizo observar que, en muchos casos, la casual importación de razas exóticas daba un resultado contrario al perseguido. Debería atenderse primordialmente al cruzamiento absorbente del ganado indígena, considerando sólo la oportunidad de importar razas exóticas en vista de las condiciones ambientales y primordialmente con el objeto de mejorar el ganado indígena mediante juiciosos cruzamientos. El Consejo subrayó la necesidad de eliminar los animales no productivos como uno de los aspectos vitales para un incremento de la productividad y recalcó asimismo la importancia de la mejora de los pastos y de la nutrición en relación con la lucha contra las enfermedades del ganado.

b) Dirección de Fitotecnia y Protección Fitosanitaria

58. El Consejo expresó su satisfacción por los resultados logrados por la Dirección y observó con aprobación las líneas principales del programa de labores, al parecer bien equilibrado. En particular, se juzgó atinada la propuesta concentración de las actividades en sectores bien seleccionados.

59. El Consejo acogió con agrado la creación de equipos de trabajos formados por oficiales seleccionados de las distintas subdirecciones con la misión de encargarse de problemas concretos de interés común. Era éste un excelente procedimiento para lograr una coordinación más efectiva de las actividades y resolver en modo inmejorable cada problema particular.

60. El Consejo observó con satisfacción el propósito de conceder una atención mayor a la producción de alimentos protectores, y también a la de frutas, hortalizas y legumbres. A este respecto apoyó la propuesta de establecer una Subdirección de cultivos frutícolas y hortícolas. Asimismo, el Consejo observó con aprobación el robustecimiento de las actividades encaminadas a una mayor producción proteínica: de origen vegetal, gracias a la introducción y mejoramiento de especies ricas en proteínas, y de origen animal, merced a la ordenación y mejoramiento de especies pratícolas y forrajeras. La estrecha colaboración establecida con la Dirección de Zootecnica y Sanidad Animal en este segundo aspecto fue encomiada.

61. El Consejo subrayó la necesidad de ampliar las actividades en el terreno de la protección de plantas e hizo suya la idea de abordar de manera integrada este problema. Asimismo, el Consejo concedió su apoyo a las propuestas de intensificar la cooperación internacional en aspectos como cuarentenas de plantas, almacenamiento de cereales y lucha contra plagas y enfermedades mediante el adecuado empleo de plaguicidas y de métodos biológicos.

62. El Consejo reconoció que la ampliación de actividades en terrenos como la ecología, como base para el desarrollo agrícola, la introducción de especies vegetales, frutas y hortalizas, legumbres y especies pratícolas y forrajeras, y la protección fitosanitaria, estaba bastante justificada. El Director General estimó que esto reclamaba un mayor apoyo.

c) Dirección de Fomento de Tierras y Aguas

63. El Consejo expresó su satisfacción por la amplia variedad de actividades desarrolladas por esta Dirección, haciendo comentarios sobre algunas de ellas y sobre las tendencias del desarrollo. Observó la rápida expansión registrada en los dos o tres años últimos, que había alterado el equilibrio de las actividades de la Dirección, así como la atención concedida a cada una de ellas. Este cambio se apreciaba en modo particular en el rápido incremento del programa de campo, sobre todo el costeado con el Fondo Especial de las Naciones Unidas, en relaciôn con el programa ordinario, situación que refleja la acuciante demanda de los países en desarrollo en cuanto a proyectos de preinversión. Sin embargo, quedó plenamente reconocido que, si bien la responsabilidad de la FAO estribaba en satisfacer las demandas de asistencia de los Estados Miembros en la medida de lo posible, los objetivos a más largo plazo del programa ordinario eran de igual importancia no sólo en sus aspectos tradicionales, sino también como respaldo y orientación técnicos para el creciente programa de campo. De aquí que este último no invalidara en modo alguno los objetivos del Programa Ordinario, sino que, por el contrario, realzara su importancia. El Director General consideró que la única forma de restituir el equilibrio era un proporcionado aumento de personal y de fondos.

64. Al discutir la importancia y responsabilidad de la Dirección en el planeamiento del aprovechamiento de tierras, el Consejo observó con satisfacción la detenida atención que se presta al trabajo en equipo y a la coordinación. La Dirección era responsable en gran medida de la integración de los factores técnicos implicados en la adecuada explotación de los recursos naturales. Entre estos factores figuran los reconocimientos, la evaluación y fomento de los recursos de tierras y aguas, las diversas ayudas a la producción, a la elaboración y al almacenamiento de los productos agrícolas, y la evaluación económica de los sistemas agrícolas y de aprovechamiento de tierras, así como a los proyectos de fomento de tierras y aguas. El adecuado funcionamiento de la Dirección exigía no sólo una estrecha coordinación entre sus componentes, sino también un íntimo enlace con otras direcciones y organismos. Las medidas propuestas para estimular el enfoque en equipo merecieron un vigoroso apoyo.

65. Junto con los datos sobre suelos se consideraron en este contexto los factores climáticos, hidrológicos, topográficos, de ecología vegetal y otros factores ambientales, en estrecha cooperación, de modo especial, con la Dirección de Fitotecnia y Protección Fitosanitaria, como continuación de la labor iniciada por ésta en la esfera internacional en el dominio de la agroclimatología. La importancia de estos estudios, en lo concerniente a la transmisión de conocimientos de una región del mundo a otra de similar ambiente, merecía mucha mayor atención que la concedida hasta ahora. El proyecto acerca de los recursos mundiales de suelos estaba destinado a aportar una contribución básica en este campo, tan esencial para dar efectividad a la asistencia técnica.

66. El Director General aludió a la necesidad de una representación más nutrida en el plano regional. Este robustecimiento contribuiría a reducir la presión que pesaba sobre el personal de las oficinas centrales y permitiría un análisis y evaluación más detenidos de determinados problemas de fomento. El Consejo aprobó el enfoque en equipo de los problemas de fomento de tierras y aguas, gracias al cual podrían ponerse a disposición de los Estados Miembros los servicios de especialistas de base regional en pequeños y bien equilibrados equipos de trabajo. Por consiguiente, se aceptó que, si bien los expertos seguían teniendo oportunidades individualmente, era también necesario organizar tales equipos, cuando fuera posible, en un plano nacional o regional, e incluso con representación en los mismos de más de una Dirección. Esta coordinación de disciplinas sería de enorme ayuda para los Estados Miembros en la evaluación de sus recursos de tierras y aguas y en la formulación de planes para su fomento y para su utilización más económica y eficiente.

67. El Consejo examinó las relaciones entra la FAO y otros organismos de las Naciones Unidas, atendiendo en especial a los trabajos de esta Dirección. Se mostró preocupado por el hecho de que la coordinación y diferenciación de funciones entre la FAO y otros organismos no siempre eran satisfactorias, haciéndose asimismo observar la intrusión de otros miembros del grupo de las Naciones Unidas en el terreno de competencia de la FAO. En particular, los debates se centraron en torno al decenio de hidrología científica patrocinado por la UNESCO, esfera de actividad en la cual corresponde evidentemente a la FAO el papel predominante. Asimismo, se observó con inquietud que en los últimos tiempos la competencia de la FAO en hidrología y otros sectores afines no se había reconocido al escoger organismos de ejecución para los proyectos del FENU. Se discutió la necesidad de enviar un oficial de enlace al Centro de fomento de recursos de aguas, de las Naciones Unidas, en Nueva York, al menos durante parte del año, con el fin de que se reconozcan los intereses de la FAO. Se sostuvo que, si bien esto podría ser necesario para remediar la situación, la solución definitiva habría de buscarse por otros medios. Sin una diferenciación neta de funciones y de mandatos, se producirían una duplicación y unos roces que tenderían a ser obstáculo para un enlace y coordinación expeditos entre los organismos de las Naciones Unidas, necesarios para servir a los Estados Miembros en grado suficiente. El Consejo subrayó que en el problema de las relaciones entre organismos entraban en juego más o menos todas las direcciones de la FAO, y al encomiar los esfuerzos del Director General para promover la coordinación entre todos los organismos de las Naciones Unidas, subrayó la necesidad de una incesante vigilancia.

68. Observó el Consejo que en la FAO, algunas actividades rozaban la frontera entre disciplinas distintas y se señaló una aparente duplicación de actividades entre las direcciones. Quedó aceptado que con frecuencia estas dificultades eran más aparentes que reales, reconociéndose el notable grado de entendimiento conseguido entre las direcciones. Esto podría apreciarse, por ejemplo, en las relaciones entre las encargadas de las principales categorías de planificación del aprovechamiento de tierras (agricultura, tierras de pastoreo y montes) en las que incumbía a la Dirección de Fomentos de Tierras y Aguas la evaluación económica global de estos grandes sistemas de aprovechamiento, basada en los informes técnicos proporcionados por las respectivas direcciones, en especial la de Montes y Productos Forestales y la de Fitotecnia y Protección Fitosanitaria. Existían también otras relaciones de trabajo menos definidas, pero bastante efectivas, con las direcciones de Análisis Económicos, Instituciones y Servicios Rurales y Nutrición.

69. Varias delegaciones hicieron observaciones acerca de la utilidad de un mapa mundial de suelos a escala tan reducida como 1:5.000.000. El Jefe de la Dirección explicó que la correlación de suelos era el principio en que descansaba todo el proceso del trazado de mapas regionales a escala 1:2.000.000, en los cuales, y en último término, se basaría el mapa mundial. A su juicio era ésta una forma efectiva de llegar a un método unificado de clasificación de suelos y de evaluar sus posibilidades de aprovechamiento: estaban enmarcha reconocimientos semidetallados de suelos en los cuales se utilizaban los métodos unificados de clasificación convenidos por los principales edafólogos de los diversos países. El Consejo reconoció que la transmisión de conocimientos de una región a otra requería una comprensión de los problemas prácticos envueltos y un conocimiento detallado del medio ambiente del cual tales suelos son uno de los principales componentes, que los mapas a una escala relativamente reducida podían tener un valor práctico preliminar para elegir las comarcas mas prometedoras para estudios de preinversión, y que tenían también un valor educativo.

d) Subdirección de Energía Atómica

70. El Consejo, lo mismo que el Comité del Programa, reconoció la importancia de la labor que en lo que respecta a difusión e intercambio de información y a la capacitación sobre utilización de la energía atómica en la agricultura, ha venido desarrollando la Subdirección, en cooperación con las Direcciones de la FAO y con otros organismos internacionales. El programa de la FAO comprende las aplicaciones de los radioisótopos, las radiaciones y las fuerzas derivadas de las fuentes de energía atómica en las actividades de investigación y fomento de las tierras, las aguas y los recursos vegetales y animales. También comprende la protección de los intereses agrícolas y alimentarios contra los posibles efectos adversos de la contaminación radiactiva a que da lugar la creciente utilización de la energía atómica.

71. La Subdirección proporcionaba un buen ejemplo de coordinación dentro de la Organización, habiéndose logrado un progreso considerable en lo que respecta a coordinación y cooperación con otras organizaciones internacionales. Si bien, tomando nota de los persistentes esfuerzos que se han venido haciendo en diversas formas para consolidar la cooperación y la coordinación entre los diferentes organismos, el Consejo, sin embargo, expresó su preocupación porque, a pesar de los acuerdos sobre relaciones concertados con otros organismos que actúan en este campo, era evidente aún la necesidad de una delineación y un reconocimiento más claros de las diversas funciones y una determinación del papel que corresponde a cada uno de ellos. En este aspecto, se ha de reconocer debidamente el hecho de que la FAO se había constituído como el principal miembro del grupo de organizaciones de las Naciones Unidas con la misión de prestar servicio a los gobiernos, en forma completa y a largo plazo, en el desarrollo de sus recursos agrícolas y alimentarios y que, por ello, le interesaba primordialmente la índole y la coordinación de las actividades de todo el programa internacional de este campo.

72. El Consejo, aun reconociendo el papel destacado de la OIEA en los aspectos básicos de los usos pacíficos de la energía atómica, hizo hincapié en que a la FAO le incumbía una función definida tocante a la energía atómica como instrumento de investigación y como técnica relacionada concretamente con las aplicaciones en el campo de la agricultura y la alimentación, según se ha indicado más arriba. Sin embargo, las técnicas de la energía atómica aplicables a la agricultura no podían considerarse en forma aislada, siendo preciso estudiarlas en estrecha relación y plenamente integradas en los programas de investigación y desarrollo agrícolas que competen a la FAO en el plano internacional. Por tales razones, era indispensable establecer acuerdos de trabajo con el fin de asegurar la necesaria cooperación entre los dos organismo en todos los proyectos relativos al empleo y aplicación de la energía atómica en la alimentación y en la agricultura y establecer una adecuada delimitación de funciones basada en los criterios mencionados.

73. Se aprobó la forma en que se ha venido desarrollando el programa y se reconoció la necesidad de extenderlo aún más con objeto de incluir en él a las regiones en vías de desarrollo. La FAO tiene un importante papel que desempeñar en la asistencia a los países en proceso de desarrollo para que puedan poner en marcha programas bien concebidos tocante a la aplicación de la energía atómica, a la agricultura y a la alimentación, proporcionándoles la asistencia técnica solicitada por conducto del PAAT y del Fondo Especial y la instrucción práctica pertinente y convocando reuniones técnicas, algunas de las cuales tendrán que irse organizando cada vez en mayor medida con carácter regional. El Director General estimó que era menester contar con más fondos y personal si se quería que la FAO estuviese en condiciones de proporcionar la ayuda que le pedían los servicios agrícolas de los países en vías de desarrollo y de cooperar eficazmente en las actividades, cada vez más amplias, que desarrollan los organismos internacionales en campos de interés común.

Campaña Mundial contra el Hambre

74. Al presentar el informe sobre la marcha de la Campaña Mundial contra el Hambre (CL 40/13/Rev.1 y Supl. 1) el Coordinador de aquélla llamó la atención sobre los siguientes hechos significativos ocurridos después del 39o período de sesiones del Consejo.

75. Los comités nacionales para la CMCH habían ascendido a 62 - 14 más - habiéndose constituído todos ellos, excepto uno, en países en desarrollo. Sin embargo, más de la tercera parte de los Estados Miembros de la FAO no tenían aún comités y muchos de los existentes necesitaban ser reforzados, aunque se tenía la esperanza de que la resolución del Congreso Mundial de la Alimentación sobre este asunto tendría efectos saludables.

76. Había aumentado considerablemente en los últimos meses la ayuda de otros organismos del grupo de las Naciones Unidas, correspondiendo a la imaginación e iniciativa de algunos de ellos muchos actos importantes realizados durante la Semana Mundial contra el Hambre.

77. Las repercusiones sin precedentes de la Semana habían venido a aumentar en gran manera el radio de acción y la profundidad de la Campaña demostrando, sin lugar a dudas, el valor de la acción mundial simultánea.

78. El manifiesto sobre el Derecho del Hombre a liberarse del Hambre, redactado por la Asamblea Especial de personalidades mundiales, reunida en Roma inmediatamente antes de la Semana Mundial, había constituído un estímulo significativo para la conciencia pública, y era de esperar que se utilizara con mayor amplitud aún, particularmente con ocasión del 15o aniversario de la Declaración de Derechos del Hombre, que se celebró el mes de diciembre de 1963.

79. Durante dicho período habían emitido sellos de la CMCH las 146 administraciones postales participantes. Por lo menos 122 de ellas aportaban contribuciones para los proyectos de la CMCH. Aunque había habido dificultades en uno o dos países, la emisión de sellos había sido un enorme éxito en cuanto a la difusión universal de la Campaña.

80. El volumen de los proyectos de la CMCH había seguido aumentando y el valor de las solicitudes rebasó los 25 millones de dólares. Los grupos no gubernamentales habían adoptado proyectos por valor de 7 millones de dólares solamente, y la creciente rapidez con que se presentan los nuevos planes pone en primer plano el problema de la falta de dinero. Los esfuerzos de la FAO por que las organizaciones no gubernamentales compartan los costos centrales de la Campaña han tenido también resultados desalentadores, lo cual ha reducido mucho la eficacia de la Organización en lo que al suministro de material y servicios se refiere.

81. Muchos delegados dieron cuenta del progreso realizado en sus respectivos países. Por ejemplo, en el Reino Unido, se habían establecido unos 900 comités locales de la CMCH que efectuaban una labor valiosa al atraer la atención sobre los problemas de los países insuficientemente desarrollados; habían sido aprobados 176 proyectos y se habían iniciado algunos por valor de unos 12 ó 13 millones de dólares. De conformidad con el Programa de Alimentos para la Paz, asociado a la Campaña, los Estados Unidos esperaban aumentar su ayuda en alimentos, piensos y fibras de 1.500 millones de dólares en 1962, a unos 2.000 millones de dólares en 1963; y el Cuerpo de la Paz, que ya contaba con 5.000 voluntarios que trabajaban en 40 países, esperaba que este número se elevara a 8.000 a mediados de agosto de 1963. Se indicó también que a finales de 1963 habría más de 100 voluntarios del Cuerpo de la Paz trabajando juntamente con los expertos de la FAO sobre el terreno. Varias delegaciones dieron cuenta de la considerable repercusión de la Campaña en sus países, especialmente durante la Semana Mundial de la CMCH. Algunas delegaciones manifestaron que, en la medida de lo posible, los Comités Nacionales de la CMCH en los países donantes debían normalmente emprender su labor en los países en vías de desarrollo sólo mediante la coordinación de los apropiados Comités de la CMCH en dichos países, donde existieran, y que la FAO debía facilitar reuniones entre los comités de los países desarrollados y de los que están en vías de desarrollo. Varias delegaciones manifestaron la resistencia de sus Comités a financiar todo lo que no fuera proyectos de campo, y se sugirió que los costos centrales de la Campaña fueran considerados como una partida del presupuesto general de la FAO (véase párrafo 123).

82. El Consejo subrayó que el objetivo esencial de la Campaña era despertar la conciencia de la gente y, a través de la opinión pública, hacer presión sobre los gobiernos y otros organismos a fin de que adoptaran a la mayor brevedad las medidas necesarias para resolver el problema del hambre. Al mismo tiempo, el Consejo reconoció que en los dos últimos años se habían tomado medidas para establecer el mecanismo y métodos necesarios para la Campaña, gracias a los cuales se había logrado ya un ritmo sostenido de acción en las esferas nacional e internacional. Se expresó la esperanza de que la FAO se encontraría en condiciones de mantener el impulso logrado hasta ahora en la marcha hacia la consecución de los objetivos de la Campaña. La Campaña debe ir acompañada de proyectos concretos que formen parte de su fase activa. Estos proyectos, además de producir beneficios inmediatos, contribuirían a despertar más la conciencia del público y conducirían a una más amplia participación de las asociaciones cívicas además de confirmar la impresión de que los gobiernos están dispuestos, tan pronto como sea posible, a adoptar medidas adecuadas para resolver el problema del hambre. Se convino en general en que la FAO tendría que seguir desempeñando la función rectora en cualquier programa internacional para la supresión del hambre.

Congreso Mundial de la Alimentación, Wáshington D.C., 4–18 junio 1963

83. El Director General, al presentar un informe preliminar sobre el Congreso, recordó que éste había sido autorizado con el fin de que diera oportunidad, mediada la Campaña Mundial contra el Hambre, de valorar lo hecho y señalar orientaciones para la labor futura. El Congreso había sido convocado no para trazar un “plan maestro” encaminado a erradicar el hambre, sino para ofrecer a los que participaban en el mismo a título personal una tribuna para el libre intercambio de ideas. Se habían inscrito 1.330 personas, de las cuales un número considerable procedía de los países en desarrollo.

84. El éxito del Congreso se debió tanto a la selección de los oradores de todas las partes del mundo como a la elevación de los debates. Se debió igualmente al discurso inaugural del Presidente de los Estados Unidos, quien declaró que por primera vez en la historia se sabía lo que había que hacer para erradicar el hambre, que lo que se requería era la voluntad de llevarlo a cabo y que la opinión mundial debía concentrarse en el esfuerzo internacional para eliminar el hambre, como tarea primordial de la presente generación. Este discurso del Presidente podía muy bien sentar las bases de la labor futura de la FAO.

85. Entre los principales temas discutidos figuran la relación entre población y recursos, tomando como base los datos de la Tercera Encuesta Alimentaria Mundial; las perspectivas de nuevas fuentes de alimentos y de energía que pueden revolucionar la producción; la estrategia del desarrollo, que indicaba la necesidad de un adecuado equilibrio entre la agricultura y la industria, conforme a las circunstancias de cada país; la importancia de la planificación para conseguir este equilibrio; la necesidad de establecer un instituto mundial de planificación del desarrollo agrícola; el amplio margen de mejora de los rendimientos en las zonas ya cultivadas que puede lograrse con el empleo de fertilizantes; la conveniencia de constituir una reserva internacional de fertilizantes y de otros materiales necesarios para aumentar la producción, patrocinada por la industria privada y los gobiernos.

86. El Congreso convino en que mucho podría lograrse por los países en vías de desarrollo mediante la reorientación de sus sistemas de enseñanza, la estabilización de precios, orientada al productor rural más bien que al consumidor urbano, la utilización de las cooperativas de agricultores por los gobiernos, conforme al modelo japonés, y el reforzamiento de los servicios agrícolas, especialmente las facilidades nacionales de crédito, respaldadas por un fondo internacional de crédito agropecuario.

87. En la esfera internacional, el Congreso subrayó el papel vital desempeñado por el comercio y las exportaciones en la economía de los países en desarrollo. Se sugirió un plan mundial para equilibrar los suministros de exportación con las demandas de importación, tomando para ello como base las tendencias futuras. El Congreso reconoció que la ayuda, o “inversión en el bienestar mutuo”, debería vincularse con los planes nacionales de desarrollo y con las investigaciones sobre los recursos. Consideró asimismo que una tasa anual de crecimiento del 5 por ciento en el ingreso nacional era insuficiente para satisfacer las aspiraciones de los países en vías de desarrollo.

88. En conclusión, el Congreso aprobó una declaración instando a los países en desarrollo y a los desarrollados, así como a la comunidad mundial, a emprender una acción concreta, comprometiéndose los participantes a recoger el reto de eliminar el hambre y la malnutrición, como tarea primordial de la época, y dando su entusiasta apoyo a la Campaña Mundial contra el Hambre hasta lograr su objetivo final. El Congreso recomendó asimismo que se establecieran Comités de la CMCH en todos los países, con carácter permanente, y que se celebrara un Congreso Mundial de la Alimentación periódicamente para examinar la situación.

89. El Director General anunció su propósito de enviar a los Estados Miembros dentro de pocos días un resumen de las principales conclusiones y recomendaciones del Congreso, a lo que seguiría en octubre una memoria con sus observaciones y propuestas para su examen por la Conferencia en su 12o período de sesiones. El Director General se encargaría también de publicar los informes de las Comisiones y los importantes mensajes enviados al Congreso y de enviarlos a todos los Estados Miembros del grupo de organizaciones de las Naciones Unidas, a los Comités de la CMCH y a todos los organismos no gubernamentales que apoyan la Campaña.

90. Algunos representantes de los miembros del Consejo que habían asistido al Congreso convinieron en que los debates de las Comisiones habían tenido un alto nivel y que el libre intercambio de opiniones expresadas en esta asamblea de pueblos había sido de inmenso valor. Se sugirió que un resultado inmediato podría ser la adopción en futuras reuniones de la FAO de una actitud más empeñada por parte de las organizaciones no gubernamentales.

91. Los miembros del Consejo convinieron en que el Congreso había logrado éxito en su principal objetivo de enfrentar a la opinión pública mundial con el problema más importante de la época. Al felicitar al Director General y al personal a sus órdenes por el éxito del Congreso, los miembros del Consejo expresaron la esperanza de que éste conduciría a una acción más intensa por parte de los grupos que en los distintos países participan en la batalla mundial contra el hambre.

Cuadros de expertos y comités consultivos

92. En 1961 la Conferencia pidió al Consejo que examinara la situación respecto de los cuadros de expertos y comités consultivos integrados por personas nombradas a título personal y establecidos de acuerdo con los párrafos 2 y 4 del Artículo VI de la Constitución (Informe del 11o período de sesiones de la Conferencia, párrafo 107). El Consejo remitió este asunto al Comité del Programa y, después que este último, en su sexto período de sesiones examinó un estudio preliminar presentado por el Director General, el Consejo convino con el Comité del Programa en que esta cuestión había de explorarse con mayor detenimiento.

93. El Consejo tuvo pues ante sí en este período de sesiones un informe más completo del Director General (CL 40/15), así como las observaciones, conclusiones y recomendaciones del Comité del Programa, consecuencia de su estudio de ese documento en el 7o período de sesiones celebrado por este último (CL 40/2, párrafos 209–216).

94. El Consejo tomó nota del estudio presentado por el Director General. Asimismo, observó que, si bien el Comité del Programa había informado con cierto detalle, consideraba que el estudio, en su conjunto, aún había de ser complementado como consecuencia de las nuevas medidas que recomendaba fuesen adoptadas por el Director General.

95. El Consejo aprobó las conclusiones y recomendaciones formuladas por el Comité del Programa. En consecuencia, pidió al Director General que diera efecto a las recomendaciones relativas a nomenclatura, contenidas en el párrafo 209 del documento CL 40/2, a fin de presentar proyectos de enmiendas al Reglamento General de la Organización para su consideración por el Comité del Programa, según se recomienda en el párrafo 212 de dicho documento, y de examinar el mecanismo interno que ha de inspeccionar la organización de reuniones, atendiendo en particular a las de los comités consultivos, grupos de trabajo y cuadros de expertos, y reforzarlo, cuando sea necesario, informando al Comité del Programa en su octavo período de sesiones, tal como se recomienda en el párrafo 216 del informe del Comité del Programa.

96. En modo particular, el Consejo apoyó la recomendación de que el número de reuniones de expertos se mantenga en un mínimo absoluto, coherente con la eficiencia y recurriendo en grado creciente a la correspondencia con los expertos. Se decidió asimismo que, en tanto se llevan a la práctica las nuevas medidas pedidas ahora por el Consejo al Director General y al Comité del Programa, debía señalarse a la atención de la Conferencia, y en particular, de sus comités técnicos, la importancia que reviste el problema de utilizar los grupos consultivos y los cuadros de expertos, transmitiéndoles el documento CL 40/15 y el informe pertinente del Comité del Programa, de suerte que toda propuesta de creación de tales comités, grupos de trabajo o cuadros técnicos se someta a un minucioso escrutinio a la luz de tales documentos y facilitándose al Director General y al Comité del Programa, para una posterior consideración de la cuestión, las opiniones que los Comités Técnicos deseen expresar sobre la materia en general.

Consecuencias a largo plazo de la reorientación de las actividades de la FAO

97. El Consejo examinó el documento CL 40/16 “Consecuencias a largo plazo de la reorientación de las actividades de la FAO”, preparado por el Director General de conformidad con la petición de un programa concreto, con sus consecuencias presupuestarias, y propuestas sobre posibles fuentes de financiamiento, formulada por el 39o período de sesiones del Consejo.

98. Se informó al Consejo de que una parte considerable de las propuestas relativas a la reorientación de las actividades se había puesto en práctica en 1962/63 o se había incluído en el proyecto del Programa de Labores y Presupuesto para 1964/65.

99. Entre las propuestas ya realizadas figuran las siguientes: a) estudios nacionales sobre la programación más eficaz de la asistencia técnica prestada en varios países (Colombia, Etiopía, Siria, Sudán y Tailandia); b) establecimiento, encuadrada en la asistencia técnica del Programa Ordinario, de una fuerza de operaciones compuesta por tres economistas especializados en planificación para encargarse de las solicitudes a corto plazo, sobre todo en Africa; c) un cursillo de capacitación en planificación de fomento agrícola, con duración de cinco meses, que está celebrándose en 1963 y para el cual se cursaron invitaciones a 57 países poco desarrollados de Africa, Asia y el Cercano Oriente; d) estacionamiento en el Cercano Oriente de un economista especializado en planificación agrícola, habilitación de los servicios de un funcionario para suplementar el personal dedicado a la planificación agrícola en el Instituto Latinoamericano de Planificación Económica y Social y otro funcionario que ayude a elaborar el programa para el Instituto Africano de Desarrollo Económico y Planificación.

100. También había expertos en planificación agrícola encuadrados en el PAAT y en proyectos del Fondo Especial, y desde octubre de 1962 está destacada en Nigeria una misión encargada de asesorar al obierno sobre formulación de orientaciones de política a largo plazo y sobre proyectos dentro de su actual plan de seis años. Se espera que empiece a trabajar una misión análoga destinada a Indonesia.

101. El Programa de Labores para 1964/65 reflejaba los principios expuestos en el documento sobre reorientación, particularmente por lo que respecta a la mayor atención prestada a la planificación del fomento, que constituye el primero de los principales temas expuestos en el preámbulo del Director General. De este tema emanan algunas de las principales directrices de actividad.

102. El Consejo tomó nota de las propuestas del Director General para realizar un limitado programa de estudio y de evaluación de los recursos de Africa al Sur del Sáhara, siguiendo el acertado criterio de dividir la zona en amplias regiones ecológicas, programa que se financiaría con fondos externos. Sin embargo, por razones presupuestarias, no se le pudo incluir en el Programa de Labores y Presupuesto para 1964/65. El Consejo tomó nota de la opinión del Director General de que un programa coordinado de la FAO para evaluar, sobre una base ecológica, los factores básicos que deben tenerse en cuenta al formular el plan a largo plazo del desarrollo económico, podría ser de inmensa utilidad para los países de Africa y, por consiguiente, aprobó en principio las propuestas del Director General y manifestó el deseo de que pudieran llevarse a efecto, a reserva de la disponibilidad de financiación externa, y consideró deseable la colaboración de los países africanos interesados.

Sexto Congreso Forestal Mundial

103. El Consejo, en su 39o período de sesiones, decidió aplazar la decisión acerca del lugar y la fecha del Sexto Congreso Forestal Mundial para dar ocasión a los gobiernos a responder a la invitación del Director General de ofrecer albergue al mismo.

104. Posteriormente, el Director General recibió de los gobiernos del Líbano y Rumania más detalles acerca de las nuevas facilidades que podían ofrecerse al Congreso. El Gobierno de España confirmó también formalmente la invitación ya formulada por su representante con motivo del Quinto Congreso Forestal Mundial.

105. Se informó al Consejo de todo esto y de que el Gobierno de Rumania había anulado hacía poco su invitación porque sus servicios estaban completamente empeñados durante el bienio próximo. El Delegado del Líbano indicó seguidamente que su gobierno había decidido también retirar su invitación convencido de las ventajas de la anterior oferta de España en lo tocante a la fecha.

106. El Consejo aceptó por tanto con gratitud la oferta del Gobierno de España para organizar el Sexto Congreso Forestal Mundial. En la inteligencia de que se invitaría a participar a todos los Estados Miembros de la FAO y de las Naciones Unidas. Se hizo constar el agradecimiento a los gobiernos de Rumania y el Líbano por sus generosos ofrecimientos anteriores.

107. El Consejo tomó nota de que el Congreso podía perfectamente celebrarse a finales de 1965 o a principios de 1966, de que el Gobierno de España se comprometía a mantener en toda su plenitud el alto nivel de los congresos anteriores, de que estaba dispuesto a contratar el personal extranjero que se juzgara necesario para preparar y llevar a cabo el Congreso y que asimismo trataría de organizar algunos de los viajes del Congreso a otros países de la región mediterránea. Tomó nota además de que temas destacados del programa del Congreso serían la evaluación hecha por la FAO de los futuros recursos y necesidades madereros mundiales, y la dasonomía mediterránea.

108. El Consejo acogió con interés el anuncio del Delegado de Chile de que su país esperaba poder albergar el Séptimo Congreso Forestal Mundial.

Conservación de los recursos atuneros del Océano Atlántico

109. El Consejo tuvo ante sí un informe del Director General (CL 40/12) en el que se llama la atención sobre la preocupación provocada por el rápido aumento de las operaciones de pesca del atún en el Atlántico, sin que por otra parte se tomen medidas coordinadas para estudiar los recursos y los efectos de las actividades de pesca sobre los mismos. Como ninguno de los actuales organismos regionales tiene capacidad para estudiar adecuadamente la pesca atunera en el Atlántico en su conjunto, el 16o período de sesiones de la Comisión de Cooperación Técnica en Africa (CCTA) había sugerido que se crease una comisión internacional para fomentar la investigación de los recursos atuneros del Océano Atlántico, propuesta que había sido apoyada por la Reunión Científica Mundial sobre Biología del Atún, celebrada bajo los auspicios de la FAO. A la luz de esa sugerencia, así como de otras recibidas extraoficialmente, el Director General había llegado a la conclusión de que existía el deseo general de que se tomaran medidas para la conservación y explotación racional de los recursos atuneros del Atlántico y que sería oportuno adoptar disposiciones a tal fin. Sin embargo, estimó que no debía tomarse una decisión respecto a la convocación de una Conferencia de plenipotenciarios, tal como había sugerido la CCTA, hasta que los directamente interesados en la cuestión no hubiesen tratado de llegar a un acuerdo sobre ciertas cuestiones preliminares. En vista de todo esto, sometió a la consideración del Consejo la propuesta de que éste, al amparo del Artículo VI.2 de la Constitución, estableciera un grupo de trabajo preparatorio, compuesto por Estados Miembros seleccionados, para que estudiara la necesidad de tomar medidas a este respecto y formular recomendaciones.

110. El Consejo aceptó la sugerencia del Director General y adoptó la siguiente resolución que incorpora las propuestas del Director General y las modificaciones indicadas por varias delegaciones.

Resolución No. 1/40

GRUPO DE TRABAJO SOBRE APROVECHAMIENTO RACIONAL DE LOS RECURSOS ATUNEROS DEL OCEANO ATLANTICO

EL CONSEJO

Habiendo considerado:

  1. que las operaciones de pesca del atún en el Atlántico están aumentando rápidamente, y que no se están tomando medidas coordinadas para estudiar sus efectos sobre los recursos atuneros, de forma que no hay posibilidad de considerar la necesidad de que se tomen medidas para conservar estos recursos y explotarlos racionalmente;

  2. que, debido a la amplia distribución de las poblaciones de atún y a la considerable participación de países lejanos en la pesquería, ninguno de los órganos regionales existentes puede estudiar adecuadamente la pesquería del atún en el Atlántico, considerada en su conjunto;

  3. que el 16o período de sesiones de la Comisión de Cooperación Técnica en Africa (CCTA), la Reunión Científica Mundial sobre Biología del Atún, el Comité Asesor de la FAO sobre Investigaciones de los Recursos Marinos y otros han expresado todos su preocupación y el deseo general de que se tomen medidas para la conservación y explotación racional de los recursos atuneros del Atlántico;

  4. que, antes de tomar una decisión respecto a las medidas necesarias, tales como la convocación de una conferencia de plenipotenciarios según sugirió la CCTA, sería conveniente que los que estén inmediatamente interesados traten de llegar a un acuerdo sobre ciertas cuestiones preliminares;

Reconociendo el deseo general de que se tomen medidas para la conservación y aprovechamiento racional de los recursos atuneros del Océano Atlántico;

Por la presente, establece en virtud del párrafo 2 del Artículo VI de la Constitución de la Organización, un grupo de trabajo que se denominará “Grupo de Trabajo sobre Aprovechamiento Racional de los Recursos Atuneros del Océano Atlántico”, cuyos Estatutos serán los siguientes:

  1. Objetivo

    El objetivo (y las funciones) del Grupo de Trabajo consistirán en estudiar, en consulta con las comisiones oportunas e interesadas y otros órganos internacionales, la necesidad de que se tomen medidas para conservar y explotar racionalmente los recursos atuneros del Océano Atlántico y formular recomendaciones al respecto.

  2. Funciones

    Las funciones consistirán en particular en hacer recomendaciones sobre los extremos siguientes:

    1. las zonas y recursos atuneros que requieren atención urgente, inclusive la información que debe reunirse respecto a los recursos y a su explotación;
    2. la naturaleza y el alcance de las investigaciones que han de llevarse a cabo; la ejecución de tales investigaciones por los organismos de investigación ya existentes o que se creen; y la financiación de tales investigaciones;
    3. el tipo de órgano u órganos que deban hacerse cargo de las funciones de investigación, reguladoras o de cualquier otro orden que pudieran establecerse para favorecer la conservación y la explotación racional de los recursos atuneros;
    4. los objetivos precisos de cualesquiera órganos de este tipo que se establezcan;
    5. la relación de estos organismos entre sí y con la FAO, las comisiones y consejos regionales de pesca existentes;
    6. las futuras medidas que deban tomarse posteriormente, inclusive la posible convocación de una conferencia de plenipotenciarios.

  3. Composición

    El Grupo de Trabajo estará integrado por representantes de los siguientes Estados Miembros de la FAO: Brasil, España, Estados Unidos, Francia, Japón, Nigeria, Portugal, Senegal y Turquía.

  4. Mesa y representación

    El Grupo de Trabajo elegirá de entre los representantes que lo componen un presidente y dos vicepresidentes, los cuales desempeñarán su cargo hasta que se elijan nuevos presidente y vicepresidentes. Las delegaciones de los Estados Miembros del Grupo de Trabajo deberán estar integradas, en la medida de lo posible, por expertos y administradores, a fin de que el Grupo de Trabajo pueda desempeñar adecuadamente sus funciones.

  5. Períodos de sesiones

    El Director General de la Organización determinará el lugar y la fecha del primer período de sesiones del Grupo de Trabajo. El lugar y la fecha de los siguientes períodos de sesiones serán determinados por el presidente del Grupo de Trabajo, en consulta con el Director General, con sujeción a las disposiciones pertinentes del Reglamento General de la Organización.

  6. Observadores

    1. La asistencia de los Estados que no sean miembros del Grupo de Trabajo se regirá por las disposiciones pertinentes de la Declaración de principios acerca de la concesión de la calidad de observador a los Estados, adoptada por la Conferencia.

    2. La participación de los organismos internacionales en las tareas del Grupo de Trabajo y las relaciones entre éste y tales organismos, se regirán por las disposiciones pertinentes de la Constitución y del Reglamento General de la Organización, así como por las disposiciones sobre las relaciones con los organismos internacionales, aprobadas por la Conferencia o el Consejo de la Organización. Todo lo concerniente a estas relaciones será de competencia del Director General de la Organización.

  7. Secretario

    El Director General de la Organización designará de entre el personal de ésta el Secretario del Grupo de Trabajo.

  8. Presentación de informes

    El Grupo de Trabajo transmitirá sus informes y recomendaciones al Director General.

    El Director General someterá a la atención de la Conferencia, por intermedio del Consejo, cualesquiera recomendaciones que pudieran tener consecuencias de política o que pudieran afectar al programa o a las finanzas de la Organización. A reserva de tal acción formal, el Director General distribuirá los informes y recomendaciones del Grupo de Trabajo a todos los miembros de éste y a todos los Estados Miembros y Miembros Asociados de la Organización, así como a los organismos internacionales interesados. Teniendo presente que algunas recomendaciones podrán requerir la aprobación de la Conferencia, el Consejo pide que el Grupo de Trabajo haga todo lo posible por formular sus recomendaciones a la mayor brevedad y con tiempo suficiente para presentarlas al Consejo, de manera que puedan ser sometidas, si es necesario, a la atención del 13o período de sesiones de la Conferencia de la FAO.

  9. Organos auxiliares

    El Grupo de Trabajo podrá crear los órganos auxiliares que estime necesarios para el desempeño de sus funciones, a reserva de la disponibilidad de los fondos necesarios en el capítulo correspondiente del Presupuesto aprobado de la Organización. El Director General determinará si hay o no fondos disponibles. Antes de adoptar decisión alguna sobre la creación de órganos auxiliares que entrañe gastos, el Grupo de Trabajo examinará un informe del Director General acerca de las consecuencias administrativas y financieras que dimanen de la proyectada decisión.

  10. Reglamento

    El Grupo de Trabajo podrá aprobar y enmendar su propio Reglamento si decide que ello es necesario para la mejor realización de sus tareas; dicho Reglamento estará de acuerdo con la Constitución y el Reglamento General de la Organización y con la Declaración de principios que rigen las comisiones y comités, aprobada por la Conferencia. El Reglamento y las reformas al mismo entrarán en vigor una vez que hayan sido aprobadas por el Director General, a reserva de su confirmación por el Consejo.

  11. Disolución

    El Grupo de Trabajo cesará en sus funciones en el momento en que sus recomendaciones definitivas hayan sido transmitidas a los Estados Miembros y Miembros Asociados de la Organización.

Comisión Europea para la Lucha contra la Fiebre Aftosa

111. El Consejo aprobó el informe del décimo período de sesiones de la Comisión Europea para la Lucha contra la Fiebre Aftosa.

Fondo de emergencia para la lucha contra las enfermedades del ganado

112. El Director General rogó al Consejo que estudiara la conveniencia de establecer un fondo para hacer frente con toda prontitud a los brotes repentinos de enfermedades epizoóticas. El Consejo reconoció la importancia de acudir con toda la rapidez posible en tales casos y encargó al Director General que preparara propuestas concretas para su examen por el Comité de Finanzas antes del 12o período de sesiones de la Conferencia.

113. El Consejo convino en que este tema figurara en el programa provisional de la mencionada reunión de la Conferencia.


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