68. El Consejo tuvo ocasión de examinar un breve informe sobre el Segundo Congreso de la Alimentación 1 y la lista de las recomendaciones del Congreso dirigidas a la FAO, junto con las observaciones preliminares formuladas por la FAO 2.
69. El Director General, al presentar este tema, dijo que las dos cuestiones principales dimanantes del Congreso habían sido la necesidad de que se proporcionen recursos mucho más importantes para el desarrollo y la de que los beneficios de éste debían alcanzar a todos los niveles de la sociedad. Existían muchas similitudes entre la estrategia para el Segundo Decenio del Desarrollo adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas y las conclusiones alcanzadas por el Segundo Congreso Mundial de la Alimentación.
70. El Congreso había formulado 206 recomendaciones. Las dirigidas a la FAO se estaban estudiando en relación con los programas en curso, y a los Estados Miembros se les pedirá que envíen sus observaciones sobre los informes finales. El Director General llamó la atención respecto a las recomendaciones que pedían la creación de un Programa de Recursos para la Producción Alimentaria y un Programa Mundial de Semillas. Creía que era necesario establecer alguna forma de programa de recursos para la producción alimentaria y anunció su intención de volver a tratar de esta cuestión. Esperaba, también, que durante 1971 podría presentar propuestas definitivas sobre un estudio detallado de los cambios estructurales y dinámicos necesarios para establecer un sistema racional para la elaboración y el comercio de la producción agrícola, según propuso la Comisión IV del Congreso.
71. El Consejo expresó su agradecimiento al Director General por haber organizado el Segundo Congreso Mundial de la Alimentación, que brindó una oportunidad para un amplio diálogo sobre los problemas de la alimentación y de la agricultura en el ámbito del desarrollo general. El Consejo reconoció que una de las notas dominantes del Congreso fue su insistencia en que se robustezca la participación de las regiones, de los Gobiernos, y de las organizaciones y movimientos y grupos no gubernamentales, en los procesos para resolver el problema mundial de la alimentación, el desarrollo agrícola y el bienestar rural. Muchos miembros felicitaron al Director General por su decisión de invitar a la juventud a intervenir en el Congreso como participantes de pleno derecho.
72. En sus deliberaciones el Consejo acogió con satisfacción el documento CL 55/52 y expresó su reconocimiento por la rápida consideración prestada por la FAO a las recomendaciones dirigidas a ella. Muchos miembros se declararon de acuerdo con la insistencia del Congreso en la importancia de los aspectos sociales del desarrollo y en la reforma agraria. El Consejo apoyó asimismo al Congreso en la importancia que este último había concedido a la liberalización de las relaciones comerciales entre los países desarrollados y en desarrollo, así como en el reconocimiento del valor de la labor de la FAO en la esfera de los convenios internacionales sobre productos básicos.
73. El Consejo tomó nota de la recomendación del Congreso en la que se insistía en que la FAO saldría gananciosa de la participación efectiva de las organizaciones de agricultores, sindicatos, juventudes y otros grupos. Muchos miembros estimaron que el punto más importante que se deriva del Congreso es la necesidad de encontrar los medios que permitan ampliar la base de operaciones, tanto para los Gobiernos como para los organismos internacionales, así como las posibilidades de hacer participar a las organizaciones de productores y consumidores de productos alimenticios. Algunos opinaron que era necesario definir los medios que cabría emplear para que semejantes grupos puedan ser llevados a participar activamente en la planificación y ejecución de las políticas agrícolas mundiales. Otros manifestaron una considerable preocupación acerca de la propuesta que sugería una reestructuración de la FAO para dar efectividad a esa participación estimando que eran adecuadas las actuales disposiciones sobre la concesión de categoría oficial a los grupos internacionales no gubernamentales que la desearan, consignadas en los Textos Fundamentales y recordando que no se había denegado esa asociación a ningún grupo que hubiese tenido razones válidas para asociarse a la FAO. El Consejo estimó que podían utilizarse mejor las disposiciones existentes de los Textos Fundamentales y que, en esas circunstancias, no era necesario prever ninguna reestructuración de la Organización.
74. Algunos miembros acogieron con satisfacción el interés que el Congreso prestó a la importancia de ampliar los recursos para la capacitación de grado medio, y expresaron su apoyo a este criterio.
75. El Consejo convino en que los informes y recomendaciones del Congreso requerirán un estudio detenido, e insistió en que cada una de ellas deberá evaluarse según su valor intrínseco. Se sugirió que dentro de la FAO la función de la evaluación técnica debiera asignarse a los departamentos y direcciones pertinentes. Al mismo tiempo, varios miembros del Consejo solicitaron mayor información en cuanto al modo en que se cumplimentarían posteriormente en la FAO las medidas complementarias generales. Se convino en que el éxito del Congreso, en último término, vendría determinado por el vigor con que sus propuestas constructivas sean llevadas adelante, no sólo por la FAO sino también por todos aquellos a quienes se dirigen las recomendaciones.
76. El Consejo apoyó los términos positivos de la Declaración Final del Congreso.
77. El Consejo expresó por unanimidad su profundo agradecimiento al Gobierno de los Países Bajos por haber facilitado con toda generosidad las excelentes instalaciones y servicios que permitieron un buen funcionamiento del Congreso.
