CCP 05/11 |
COMITÉ DE PROBLEMAS DE PRODUCTOS BÁSICOS |
65º período de sesiones |
Roma, Italia, 11-13 de abril de 2005 |
SEGURIDAD ALIMENTARIA EN EL MARCO DE LAS REFORMAS DE LAS POLÍTICAS ECONÓMICAS Y COMERCIALES: ELEMENTOS PARA CONOCER LAS EXPERIENCIAS DE LOS PAÍSES |
II. SÍNTESIS Y PRINCIPALES RESULTADOS
A. características estructurales de los países de la muestra y repercusiones de las reformas
B. Antecedentes y carácter de las reformas
C. Consecuencias de las reformas para la agricultura
Tendencias de los precios internos
Tendencias de la producción
El comercio
Efectos de las reformas en la seguridad alimentaria
Suministro total de alimentos en los países de la muestra
Seguridad alimentaria de los hogares
Pobreza y reforma
Seguridad alimentaria y subnutrición
Efectos diferenciados en el ámbito de los países
1. En el presente documento se resumen los resultados de los estudios monográficos realizados por la Secretaría a partir de la experiencia de 15 países con las reformas de las políticas económicas y comerciales durante los dos últimos decenios en relación con la seguridad alimentaria, así como las enseñanzas sobre políticas que se pueden extraer de ellos1. La sección II contiene una síntesis de los estudios y los principales resultados. En la sección III se examinan las repercusiones normativas desde la perspectiva de la seguridad alimentaria.
2. Las características estructurales de una economía, la existencia y funcionamiento de instituciones de mercado y el marco normativo anterior tienen una influencia importante en el resultado de las reformas y la idoneidad de los procesos de reforma alternativos en el contexto específico de cada país. En la presente sección se describen brevemente algunas de las características económicas estructurales pertinentes.
3. Los países de la muestra se encuentran en distintas etapas de desarrollo en la transformación de la economía de agraria en industrializada. Van de economías agrarias de bajos ingresos (por ejemplo, Malawi, Uganda, Tanzanía), con la mayoría de su población dedicada a las actividades agrícolas, a países fundamentalmente de ingresos medianos con una densidad de población rural relativamente baja (por ejemplo, el Perú, Chile). En estos últimos, las transformaciones estructurales ya han reducido la importancia de la agricultura para la economía nacional, los consumidores y los ingresos rurales. La India, y en particular China, son casos especiales en este contexto, debido a que tienen una población muy grande, su distribución entre zonas rurales y urbanas y las dimensiones absolutas de sus sectores industriales.
4. La mayoría de los países de la muestra se caracteriza porque el grueso de su producción agropecuaria está en manos de pequeños agricultores con escasos recursos. La agricultura representa más del 25 por ciento del PIB en nueve de los 15 países, superando el 35 por ciento en cinco de ellos. Chile y el Perú son las excepciones, con un sector agrícola que en ambos casos supone menos del 10 por ciento del PIB.
5. En general, estas características estructurales hacen que sean variables las repercusiones de la liberalización en los efectos del conjunto de la economía y el bienestar de los consumidores y las de los cambios de las políticas comerciales en la agricultura y la población rural. Es probable que para los países agrícolas de bajos ingresos el efecto del crecimiento de la agricultura, gracias a la mayor importancia de este sector en su etapa de desarrollo, sea mucho más importante para la reducción de la pobreza que en los países de ingresos medianos. Para esta última categoría de países, aunque la incidencia de la pobreza es mayor en las zonas rurales, el número absoluto de pobres es pequeño en comparación con las zonas urbanas.
6. Durante los decenios de 1950 y 1960, la mayor parte de los gobiernos de los países de la muestra intervinieron en sus economías con el objetivo de acelerar el proceso de desarrollo mediante una industrialización rápida. La estrategia clásica que se trataba de aplicar era la sustitución de las importaciones, cuya contrapartida en el sector de la agricultura era la autosuficiencia alimentaria.
7. Los desafíos (y los dilemas) fundamentales que se afrontaban eran: i) cómo incentivar a los agricultores para que produjeran (es decir, precios remunerativos y estables), asegurando al mismo tiempo a la población no agrícola (principalmente urbana/consumidores) precios bajos para los alimentos básicos y los suministros agrícolas; ii) cómo corregir las deficiencias del mercado (en particular la falta de mercados) en el suministro de servicios básicos al sector agrícola (por ejemplo, con respecto al crédito, los insumos esenciales, la información técnica y de mercado, la infraestructura de comercialización y distribución, etc.). La mayoría de los gobiernos intervino para influir en los precios, tanto de los productos como de los insumos, y para proporcionar servicios básicos al sector agrícola. En algunos casos la intervención abarcó todos los productos agrícolas y en otros se limitó sólo a los productos estratégicos, bien para el consumo interno o para la exportación.
8. Desde una perspectiva macro, muchos de los países de la muestra habían registrado períodos de crecimiento económico relativamente rápido en los decenios de 1960 y 1970, antes de que el deterioro económico impusiera la necesidad de la reforma de las políticas. Las reformas que se aplicaron fueron con frecuencia precipitadas por una crisis de la economía que se ponía de manifiesto por un crecimiento bajo y desequilibrios macroeconómicos fuertes, inflación elevada, déficit fiscal, déficit por cuenta corriente y sectores financieros con problemas importantes asociados en parte con la crisis de la deuda externa de comienzos del decenio de 1990. Estas dificultades llevaron en general a recortes presupuestarios importantes y, más en particular para la agricultura, a recortes específicos en el crédito subvencionado, los programas de comercialización y la infraestructura.
9. En general, el objetivo primario de los programas de estabilidad y liberalización del reajuste estructural era conseguir una agricultura interna más orientada a los mercados. La principal estrategia en materia de políticas adoptada para lograr este objetivo fue la reforma en varios frentes: una reducción de la protección media, desreglamentación, privatización y estabilidad macroeconómica2. Los elementos más importantes de las reformas de las políticas relativas al comercio agrícola fueron:
10. El orden y la profundidad de las reformas aplicadas variaron de un país a otro y en algunos casos hubo una inversión de las políticas. Sin embargo, a comienzos del decenio de 1990 los aranceles se habían reducido de manera sustancial en la mayoría de los países de la muestra y disminuyeron ulteriormente en 2001 (véase el Cuadro 1). En el caso específico de la agricultura, el nivel medio de los aranceles aplicados en 2001 fue inferior al 25 por ciento en todos los países de la muestra, con la excepción de tres: Nigeria, Marruecos y la India. Los obstáculos no arancelarios se habían sustituido en gran parte por aranceles. Sin embargo, una cuestión importante que quedaba pendiente era el deseo de los gobiernos de proteger sus sectores agropecuarios de las fluctuaciones de los precios mundiales y contrarrestar las subvenciones a la exportación.
11. El entorno económico externo de los 20 últimos años incluye una tendencia secular a la baja de los precios reales en los mercados internacionales de numerosos productos básicos agrícolas, en particular el maíz, el arroz, el café, el cacao, el maní y el algodón. Sin embargo, periódicamente se ha invertido esta disminución. Algunos productos registraron una mayor fluctuación de los precios que otros.
12. Las fluctuaciones de los precios internacionales se deben a numerosos factores. Para la mayoría de los productos básicos tropicales, como el café, el cacao y el té, el exceso de oferta en relación con la demanda a nivel mundial (debido a un aumento de la productividad y a la aparición de nuevos productores importantes) ha sido la causa principal de la tendencia a la baja de los precios internacionales. Sin embargo, para los productos alimenticios básicos, como los cereales, la carne, los productos lácteos y los aceites comestibles, que en los países de la muestra suelen competir con las importaciones, la disminución de los precios internacionales se ha debido principalmente a los elevados niveles de las subvenciones internas y a la exportación que aplicaban los países desarrollados. Los mercados agrícolas internacionales más distorsionados por los elevados niveles de ayuda y protección eran los de los cereales (trigo, maíz y arroz), el azúcar, los productos lácteos, la carne y las semillas oleaginosas.
13. En ausencia de políticas internas orientadas al mantenimiento de los precios agrícolas, la tendencia a la baja de los precios internacionales se traduce en una tendencia descendente en los precios reales a la salida de la explotación. Esto se puede aplicar también a los productos semicomercializables, como el sorgo, el mijo, la yuca y el ñame, cuyos precios tienden a seguir a largo plazo los de los cereales más importantes.
14. En algunos casos, las reformas estaban asociadas con el aumento de la mayoría de los precios reales al productor nacional (por ejemplo, Guyana, Nigeria, Tanzanía y Uganda) en cada período de reforma. En otros casos, hubo períodos de aumento de los precios reales al productor y otros en los cuales se redujeron (por ejemplo, Kenya y Camerún). En otros, los períodos de reforma se caracterizaron por una disminución de los precios reales (por ejemplo, Malawi y Guatemala).
15. Los motivos de esta heterogeneidad en la respuesta de los precios internos son complejos, pero en los estudios se observan varios factores determinantes fundamentales. Éstos se pueden clasificar a grandes rasgos como los que afectan a los precios en la frontera y los que modifican el precio en el ámbito de la economía interna, ya sea como resultado de intervenciones directas en los precios o bien debido a factores institucionales. Los períodos de elevación de los precios reales internos estaban asociados en general con devaluaciones de los tipos de cambio efectivos. En algunos casos, la supresión del control de los gobiernos sobre los precios y los sistemas de comercialización también se plasmó en el incremento de los precios al productor (en particular para los cultivos de exportación). Por otra parte, la liberalización de las importaciones parece haber contribuido a una disminución de los precios reales internos de algunos productos básicos.
16. Hay dos ejemplos ilustrativos:
17. Hay algunas pruebas de una respuesta positiva de la producción al aumento de los precios reales y negativa a su disminución; sin embargo, no siempre fue así. Se observó que la pauta de la respuesta a la producción era casi idéntica para los cultivos de exportación y los de productos alimenticios. De los 150 casos para los cuales se han presentado datos relativos a los cambios tanto de los precios como de la producción, sólo en el 66 por ciento de ellos sigue la respuesta la dirección esperada, registrándose en un 34 por ciento de los casos un aumento de la producción al disminuir los precios o una caída de la producción al aumentar. En Kenya y Tanzanía, la producción sectorial se redujo a pesar del aumento de los precios reales. Malawi y el Perú mostraron el efecto contrario, de aumento de la producción de una serie de productos a pesar de la disminución de los precios.
18. Así pues, en general, hay un panorama desigual con respecto a la respuesta aparente de la producción ante un cambio en los precios. Esto hace pensar en el hecho de que, aunque los productores respondan a una combinación de incentivos en los precios (determinados a nivel tanto internacional como nacional), las dificultades no asociadas con los precios o su atenuación parecen esenciales a la hora de determinar si una respuesta se produce en el período de la reforma (reconociendo que la falta de respuesta puede explicar en parte estas reacciones imprevistas) y también su amplitud.
19. Al igual que con los cambios en los precios, hay numerosos motivos para la heterogeneidad de la respuesta de la producción. Algunos guardan relación con las condiciones de los mercados mundiales en evolución, como ya se ha mencionado. Cuando aumentan las oportunidades de exportación como consecuencia de la apertura de mercados previamente protegidos, se puede producir un crecimiento de las exportaciones a pesar de que la disminución de los precios internacionales repercuta más plenamente en los productores nacionales, debido a la reducción simultánea de las restricciones internas a las exportaciones. De igual manera, el aumento de los precios nacionales puede no reflejar el incremento de los precios en la explotación, debido a que los principales protagonistas de la cadena de suministro obtienen mayores beneficios con la elevación de los precios mundiales. En otros casos, las políticas internas y los cambios institucionales pueden contribuir a explicar la respuesta de la producción. Por ejemplo, un aumento sustancial del precio de los insumos dificulta el posible estímulo del aumento de los precios de producción; en otros casos, la producción se ha visto afectada negativamente por la retirada del apoyo al crédito rural.
20. Entre los países de la muestra se han registrado diferencias significativas en el crecimiento relativo de las exportaciones y las importaciones agrícolas y, por consiguiente, en la dirección que ha seguido el cambio de la razón de las importaciones de alimentos sobre exportaciones agrícolas (Cuadro 2). Tras un período de fuerte crecimiento en la primera y/o la segunda mitad del decenio de 1980, el ritmo de crecimiento de las exportaciones disminuyó en el decenio de 1990, reduciéndose bruscamente para todos los países en el período de 1992-97, con la excepción del Senegal y Chile. En la mayor parte de los casos, ello estuvo asociado con la disminución de los precios de importación más que con la reducción de su volumen. En algunos casos no sólo aumentó el volumen total de las exportaciones, sino que la liberalización del comercio parecía haber alentado una diversificación de los productos de exportación. Si bien se mantenía la importancia económica de las exportaciones tropicales tradicionales, se registró un notable crecimiento de cultivos no tradicionales (por ejemplo, frutas de Chile y Guatemala, flores cortadas y frijoles verdes de Kenya o espárragos del Perú). En cambio, las importaciones de alimentos generalmente aumentaron como promedio de manera más rápida que las exportaciones agrícolas en la mayoría de los casos. El efecto neto sobre la balanza comercial agrícola varió de unos países a otros.
21. En muchos países africanos, las importaciones de alimentos aumentaron no sólo debido a la reducción de las medidas en la frontera y las fluctuaciones de los tipos de cambio, sino también porque la producción de alimentos por habitante en el decenio de 1990 disminuyó en varios países (por ejemplo, Kenya, Senegal, Tanzanía y Marruecos); véase el Cuadro 3.
22. Las repercusiones de las reformas en la seguridad alimentaria son difíciles de calibrar directamente y como mejor se detectan es mediante una serie de indicadores que abarcan características tanto macroeconómicas (conjunto nacional) como microeconómicas (hogares). Tales indicadores se pueden clasificar con arreglo a los tres aspectos principales de la seguridad alimentaria: disponibilidad, estabilidad y accesibilidad.
23. La disponibilidad total de calorías y proteínas por habitante (suministradas mediante la producción interna y las importaciones), con inclusión de los cambios registrados desde el decenio de 1980, figura en el Cuadro 4. Para todos los países, con la excepción de Guatemala, Marruecos, Tanzanía y quizás el Senegal, la disponibilidad por habitante de estos nutrientes parecía haber mejorado durante el decenio de 1990. En Ghana y el Perú se observó un aumento de más del 25 por ciento. Los aumentos registrados en Chile, China, Guyana y Malawi durante el decenio de 1990 fueron del 10 por ciento o más.
24. La asociación de la producción de alimentos por habitante con la disponibilidad de nutrientes por habitante en el decenio de 1990 parece ser bastante firme. El índice de la producción de alimentos por habitante aumentó en 11 de los países de la muestra, incluso con mejoras muy significativas; sin embargo, para Kenya, Marruecos, el Senegal y Tanzanía se observó un empeoramiento de este indicador, que fue particularmente grave en el caso de Marruecos y Tanzanía (véase el Cuadro 3). Entre los países que registraron una disminución del índice de producción, sólo Kenya se libró de sufrir también una reducción de la disponibilidad de nutrientes. En otras palabras, aun cuando las divisas en sí no constituyan un factor limitante, evidentemente había otros factores en juego que impedían que las importaciones de alimentos compensaran el déficit de la producción. Una vinculación probable a este respecto se produce a través del efecto de la producción en los ingresos rurales y la dependencia de la nutrición de los niveles de ingresos. La falta de ingresos suficientes se traduce en la carencia de suficiente poder adquisitivo para lograr que el sistema de comercialización introduzca el volumen necesario de importaciones.
25. La proporción de las importaciones de alimentos con respecto al total de las importaciones se elevó en el período posterior a 1995 en todos los países de la muestra, con la excepción de China, la India y el Perú (véase el Cuadro 5). La tendencia ascendente de esta proporción obedece a numerosos factores, entre ellos el crecimiento demográfico y económico, la liberalización cambiaria y la flexibilización de los obstáculos comerciales. Sin embargo, el aumento de la razón de las importaciones de alimentos sobre los ingresos totales por exportación (bienes y servicios) menos el servicio de la deuda indica que la seguridad alimentaria a nivel nacional (evidenciada por la capacidad de importación) se encuentra cada vez más comprometida. En el período posterior a 1995, esta razón aumentó en ocho países de la muestra, pero se redujo en otros seis. Fue particularmente elevada (más del 20 por ciento) en el Senegal, Tanzanía y Uganda.
26. Cualquier repercusión de las políticas en la disponibilidad, accesibilidad y estabilidad del suministro de alimentos a nivel nacional dependerá de una serie de parámetros institucionales y regionales que influyen en lo que sucede a nivel familiar. Las tendencias de la seguridad alimentaria de los hogares se pueden calibrar a partir de los datos sobre la pobreza y las estimaciones de la subnutrición.
27. Los países que han experimentado un ritmo de crecimiento relativamente intenso del PIB real por habitante y/o del valor añadido real de la agricultura por habitante (con inclusión de la producción de alimentos) durante el pasado decenio tienden a notificar resultados positivos con respecto al número de personas que viven por debajo del umbral nacional de pobreza (véase el Cuadro 3). Sin embargo, hay que señalar que la reducción de la pobreza no ha sido a menudo uniforme en todas las regiones o en todas las categorías de agricultores de estos países. En los países para los cuales se disponía de datos de antes y después de las reformas sobre la pobreza extrema o alimentaria (es decir, la proporción de hogares que no pueden satisfacer las necesidades nutricionales mínimas incluso dedicando la totalidad de su presupuesto de consumo a los alimentos) (por ejemplo, Ghana, Tanzanía, Marruecos, Chile y el Perú), los cambios de la pobreza alimentaria tienen la misma orientación que la pobreza general.
28. En los países que han registrado un aumento relativamente pequeño del PIB real durante el pasado decenio, los indicadores para la población pobre son en general menos alentadores. Así pues, los estudios monográficos parecen indicar que los efectos de las reformas de las políticas en los ingresos de los hogares rurales tienden a depender fuertemente del rendimiento del sector agrícola, con inclusión de la producción de alimentos, y de la respuesta general de la economía. Esta vinculación refleja la importancia relativa de la agricultura, las actividades no agrícolas y las remesas en los ingresos de los hogares rurales. En los países en los cuales los indicadores de crecimiento después de la reforma eran inadecuados, había una mayor posibilidad de agravamiento de la pobreza.
29. La seguridad alimentaria, además de estar estrechamente relacionada con la pobreza, se refleja en los datos sobre la subnutrición. En el Cuadro 3 se resumen las estimaciones de la subnutrición y sus tendencias. Para la mayor parte de los países de la muestra, los efectos de las reformas se hicieron sentir entre 1990 y 2001. Entre 2000 y 2002 Tanzanía ostentaba el índice más elevado de subnutrición, con un 44 por ciento de la población, pero este era inferior al 10 por ciento en Guyana, Nigeria y Marruecos y menor del 5 por ciento en el caso de Chile.
30. Durante el período de 1990/92 a 1999/02, las estimaciones de la FAO sobre la proporción de población subnutrida disminuyó en 11 de los 15 países. Los únicos países para los cuales el índice de subnutrición aumentó de manera significativa fueron Tanzanía y Guatemala. Hay una fuerte correlación entre los cambios relativos a la prevalencia de la subnutrición durante el decenio de 1990 y los cambios en la disponibilidad media de alimentos, y en particular en la producción de alimentos por habitante (véanse la Figura 2 y el Cuadro 3).
31. En el sector agrícola de cada país, las reformas afectaron a los productores de manera diferente en función de los sistemas de cultivo. Los productores de cultivos de exportación en general mejoraron, así como los asalariados de la producción y elaboración de dicho sector. En cambio, los productores que competían con las importaciones y que perdieron parte de su protección se vieron afectados negativamente a corto plazo. Sin embargo, su bienestar a largo plazo depende de su capacidad para aumentar la productividad y/o cambiar los sistemas de cultivo. En muchos casos, los agricultores tenían poca flexibilidad para ajustar su producción y los resultados fueron desiguales y, en consecuencia, las pérdidas de este grupo de agricultores probablemente tenían lugar a largo plazo. El tercer grupo– productores de bienes no comercializables– resultaba en general menos directamente afectado por la reforma del comercio, aunque podría haberse visto perjudicado indirectamente por un cambio de orientación de los consumidores hacia bienes importados de precio más bajo o beneficiado indirectamente por los precios más elevados de los bienes exportables cuando era esto lo que ocurría. Los pequeños agricultores tienden a ser productores de bienes no comercializables y los miembros de sus hogares suelen participar algo más en tareas rurales no agrícolas. En la medida en que se podía disponer de mayores oportunidades de empleo en la economía rural no agrícola, los pequeños hogares agrícolas se beneficiaban por el proceso de reforma. Sin embargo, no está claro si el mayor empleo se debió directamente o no a la liberalización del comercio.
32. Hubo también diferencias en los efectos de los ingresos reales sobre los consumidores urbanos y rurales. Es bien conocido que los hogares de bajos ingresos, urbanos y rurales, dedican una gran proporción de sus ingresos a los alimentos. En la medida en que la liberalización del comercio haga bajar los precios de los alimentos, los ingresos de los hogares pobres que son consumidores netos pueden aumentar en términos reales. Ciertamente los consumidores de bajos ingresos (los pequeños agricultores también son con frecuencia consumidores netos) se beneficiaron de la liberalización del comercio, porque la menor protección redujo el precio de los alimentos en relación con el nivel de los salarios. Éste es claramente el caso de algunos de los países de la muestra, cuyos agricultores son una pequeña proporción de la población (por ejemplo Chile) y/o la mayoría de los agricultores son asalariados. Sin embargo, si la agricultura representa una proporción elevada del empleo y los agricultores son autónomos, la pérdida de ingresos para los agricultores de bajos ingresos puede ser superior a cualquier efecto sobre los ingresos reales mediante los bienes importables en sus cestas de consumo.
33. Han surgido varios temas que parecen ser razonablemente uniformes en la mayor parte de los estudios monográficos y que merece la pena examinar e investigar más a fondo. Esos temas son en resumen los siguientes:
Figura 1: Evolución de los precios reales internos y del tipo de cambio efectivo real, Chile y Ghana |
|
Chile |
|
Precios reales internos de los productos básicos fundamentales | Tipo de cambio efectivo real |
|
|
Fuente: Cálculo basado en los datos del estudio en el país. | Fuente: Cálculo basado en los datos del FMI, 2004 |
Ghana |
|
Precios reales internos de los productos básicos fundamentales | Tipo de cambio efectivo real |
Fuente: Cálculo basado en los datos del estudio en el país. | Fuente: Cálculo basado en los datos del FMI, 2004 |
Figura 2: Cambio de la disponibilidad media de alimentos frente al cambio de la prevalencia de la subnutrición durante el decenio de 1990 | |
Cuadro 1: Aranceles medios NMF aplicados y consolidados
|
ARANCELES NMF APLICADOS (%) |
ARANCELES NMF CONSOLIDADOS (%) | ||||||
Año |
Productos agrícolas |
Todos los productos |
Año |
Productos agrícolas |
Todos los productos | |||
ÁFRICA |
||||||||
Camerún |
1994 |
24 |
19 |
|||||
2002 |
24 |
18 |
1998 |
80 |
- | |||
Ghana |
1993 |
20 |
15 |
1995 |
97 |
92 | ||
2000 |
20 |
15 |
|
| ||||
Kenya |
1994 |
43 |
35 |
1996 |
97 |
96 | ||
2001 |
23 |
19 |
|
| ||||
Malawi |
1994 |
31 |
31 |
1996 |
111 |
76 | ||
2001 |
16 |
13 |
|
| ||||
Nigeria |
1988 |
37 |
34 |
|
| |||
2002 |
53 |
30 |
1995 |
150 |
119 | |||
Senegal |
2001 |
15 |
12 |
1996 |
30 |
30 | ||
Tanzanía |
1993 |
28 |
20 |
1995 |
120 |
120 | ||
2003 |
20 |
14 |
|
| ||||
Uganda |
1994 |
25 |
17 |
1996 |
77 |
73 | ||
2003 |
13 |
9 |
|
| ||||
Marruecos |
1993 |
29 |
25 |
1997 |
66 |
43 | ||
2003 |
52 |
33 |
|
| ||||
ASIA |
||||||||
China |
1992 |
46 |
43 |
|
| |||
2001 |
19 |
16 |
2001 |
14 |
10 | |||
India |
1990 |
66 |
66 |
|
| |||
2001 |
42 |
32 |
1996 |
115 |
49 | |||
AMÉRICA LATINA |
||||||||
Chile |
1992 |
11 |
11 |
|
| |||
2002 |
7 |
7 |
1999 |
26 |
25 | |||
Guatemala |
1995 |
14 |
10 |
|
| |||
2002 |
11 |
7 |
1999 |
51 |
38 | |||
Guyana |
1996 |
23 |
12 |
1998 |
93 |
58 | ||
2003 |
23 |
12 |
|
| ||||
Perú |
1993 |
18 |
18 |
|
| |||
2000 |
17 |
14 |
1998 |
31 |
30 | |||
|
Cuadro 2: Razón del valor total de las importaciones de alimentos sobre el valor total de las exportaciones agrícolas
PAÍS |
RAZÓN MEDIA |
||
1970-84 |
1985-94 |
1995-2002 |
|
ÁFRICA |
|||
Camerún |
0,2 |
0,3 |
0,3 |
Ghana |
0,2 |
0,4 |
0,6 |
Kenya |
0,2 |
0,2 |
0,4 |
Malawi |
0,1 |
0,2 |
0,2 |
Nigeria |
2,2 |
2,5 |
3,0 |
Senegal |
1,2 |
2,1 |
3,7 |
Tanzanía |
0,2 |
0,3 |
0,5 |
Uganda |
0,1 |
0,2 |
0,4 |
Marruecos |
1,3 |
1,1 |
1,6 |
ASIA |
|||
China |
0,8 |
0,5 |
0,7 |
India |
0,6 |
0,4 |
0,5 |
AMÉRICA LATINA |
|||
Chile |
2,8 |
0,2 |
0,3 |
Guatemala |
0,1 |
0,2 |
0,3 |
Guyana |
0,3 |
0,2 |
0,3 |
Perú |
1,2 |
1,9 |
1,4 |
|
Cuadro 3: Cambio en la proporción de la población subnutrida, la producción de alimentos, la pobreza rural y el crecimiento económico
|
Porcentaje de población subnutrida |
Cambio en el porcentaje de personas subnutri-das |
Crecimiento real de la producción de alimentos por habitante (%)a/ |
Incidencia de la pobreza rural (%)b/ |
Crecimiento real por habitante
| ||||
PIB |
Valor añadido total | ||||||||
1979-198 |
1990-1992 |
2000-02 |
1990/92-2000/02 |
1989/91-200 |
Comienzos de 1990’s |
Final de 1990’s |
1990-2002 |
1990-2002 | |
ÁFRICA |
|||||||||
Camerún |
22 |
33 |
25 |
-8 |
6 |
59,6 |
49,9 |
-1,2 |
2,0 |
Ghana |
64 |
35 |
13 |
-22 |
48 |
63,0 |
49,0 |
1,9 |
0,7 |
Kenya |
24 |
44 |
33 |
-11 |
-6 |
46,3 |
59,6 |
-0,7 |
-1,5 |
Malawi |
26 |
49 |
33 |
-16 |
67 |
- |
66,5 |
1,1 |
5,1 |
Nigeria |
39 |
13 |
9 |
-4 |
18 |
48,0 |
76,0 |
0,3 |
0,9 |
Senegal |
23 |
23 |
24 |
1 |
-3 |
- |
- |
1,0 |
-1,1 |
Tanzanía |
28 |
35 |
44 |
9 |
-22 |
41,0 |
39,0 |
1,1 |
0,8 |
Uganda |
33 |
23 |
19 |
-4 |
1 |
59,4 |
39,0 |
3,6 |
1,0 |
Marruecos |
10 |
6 |
7 |
1 |
-17 |
18,0 |
27,0 |
1,1 |
3,8 |
ASIA |
|||||||||
China |
30 |
17 |
11 |
-6 |
74 |
32,9 |
3,2 |
8,2 |
2,9 |
India |
38 |
25 |
21 |
-4 |
13 |
30,1 |
21,0 |
3,7 |
0,6 |
AMÉRICA LATINA |
|||||||||
Chile |
7 |
8 |
4 |
-4 |
25 |
39,5 |
23,8 |
4,2 |
1,6 |
Guatemala |
18 |
16 |
24 |
8 |
3 |
- |
- |
1,2 |
0,1 |
Guyana |
13 |
21 |
9 |
-12 |
84 |
45 |
40 |
3,5 |
3,8 |
Perú |
28 |
40 |
13 |
-27 |
51 |
70,8 |
64,8 |
1,3 |
2,0 |
a/ Crecimiento total de la producción de alimentos por habitante entre 1989/91 y 2001 en precios constantes de 1989/91. b/ Porcentaje de la población por debajo del umbral nacional de pobreza. El año inicial y final difieren en el cuadro según los países, pero en general son de 1990 a 2001, excepto para China, donde la incidencia inicial de la pobreza es de 1978. |
Cuadro 4. Disponibilidad de calorías y proteínas por habitante 1980/80-1999/01
Calorías (cal/día) |
Proteínas (g/día) | |||||
80-82 |
90-92 |
99-0 |
80-82 |
90-92 |
99-0 | |
África |
||||||
Camerún |
2 260 |
2 123 |
2 240 |
57 |
51 |
56 |
Ghana |
1 661 |
2 094 |
2 621 |
38 |
46 |
54 |
Kenya |
2 164 |
1 924 |
2 044 |
56 |
51 |
53 |
Malawi |
2 269 |
1 886 |
2 164 |
66 |
51 |
54 |
Nigeria |
2 065 |
2 559 |
2 768 |
49 |
57 |
63 |
Senegal |
2 343 |
2 283 |
2 275 |
67 |
67 |
63 |
Tanzanía |
2 186 |
2 078 |
1 970 |
54 |
51 |
48 |
Uganda |
2 139 |
2 291 |
2 371 |
49 |
55 |
57 |
Marruecos |
2 772 |
3 017 |
3 002 |
73 |
84 |
81 |
Asia |
||||||
China |
2 400 |
2 708 |
2 974 |
56 |
66 |
85 |
India |
2 067 |
2 368 |
2 492 |
51 |
57 |
59 |
América Latina | ||||||
Chile |
2 646 |
2 612 |
2 851 |
71 |
73 |
78 |
Guatemala |
2 332 |
2 352 |
2 160 |
59 |
60 |
55 |
Guyana |
2 517 |
2 350 |
2 536 |
61 |
61 |
73 |
Perú |
2 143 |
1 979 |
2 602 |
55 |
49 |
64 |
|
Cuadro 5: Indicadores de la dependencia de las importaciones de alimentos
|
Importaciones de alimentos como % del total de importaciones de mercancías |
Cambio entre 1985-89 y 1995-2001 |
Importaciones de alimentos como % del total de exportaciones de bienes y servicios menos el servicio de la deuda |
Cambio entre 1985-89 y 1995-200 | ||
1985-89 |
1995-200 |
1985-89 |
1995-200 | |||
ÁFRICA |
||||||
Camerún |
11 |
12 |
1 |
8 |
8 |
0 |
Ghana |
9 |
10 |
1 |
19 |
14 |
-5 |
Kenya |
4 |
9 |
5 |
9 |
17 |
8 |
Malawi |
7 |
9 |
2 |
15 |
16 |
1 |
Nigeria |
12 |
13 |
1 |
19 |
9 |
-10 |
Senegal |
22 |
26 |
4 |
29 |
33 |
4 |
Tanzanía |
5 |
14 |
9 |
23* |
26 |
3 |
Uganda |
4 |
7 |
3 |
11 |
23 |
12 |
Marruecos |
11 |
12 |
1 |
19 |
18 |
-1 |
ASIA |
||||||
China |
4 |
2 |
-2 |
13 |
5 |
-8 |
India |
4 |
2 |
-2 |
11 |
6 |
-5 |
AMÉRICA LATINA |
||||||
Chile |
4 |
5 |
1 |
3 |
5 |
2 |
Guatemala |
7 |
11 |
4 |
12 |
15 |
3 |
Guyana |
8 |
13 |
5 |
9* |
11 |
2 |
Perú |
16 |
13 |
-3 |
20 |
17 |
-3 |
*Datos para 1990-94. |
________________________
1 Los estudios monográficos comprendían los países siguientes: en Asia: China, India; en América Latina y el Caribe: Chile, Guatemala, Guyana, Perú; en el África del Norte /Cercano Oriente: Marruecos; y en el África subsahariana: Camerún, Ghana, Kenya, Malawi, Nigeria, Senegal, Tanzanía, Uganda. Para el examen de la metodología utilizada, véase: FAO, Trade reforms and food security: Conceptualizing the linkages, FAO, Roma, 2003, capítulo 11.
2 Para un examen más completo de esta política, véase FAO, 2003, capítulo 6.