CL 115/2


 

Consejo

115º período de sesiones

Roma, 23-28 de noviembre de 1998

EL ESTADO MUNDIAL DE LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACIÓN



Indice


 


 

1. ÚLTIMAS NOVEDADES EN LA SEGURIDAD ALIMENTARIA MUNDIAL

1. El número total de personas que sufren desnutrición crónica en los países en desarrollo se estima actualmente en 828 millones para el período 1994-96 (Cuadro 1). Esta cifra representa un ligero descenso en la proporción de personas desnutridas desde el comienzo del decenio de 1990, pero también un ligero aumento del número de personas desnutridas, debido al crecimiento de la población total y a los cambios en la composición por edades que se tradujeron en variaciones de las necesidades mínimas.

Cuadro 1. Proporción y número de personas desnutridas en los países en desarrollo, por regiones, 1992-94 y 1994-96
[ Para el período de 1990-92,la nueva estimación es de 822 millones de personas desnutridas. Esta cifra difiere de la estimación anterior de 840 millones de personas indicada para el mismo período de 1990-92 en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación y en el documento SOFA 1997, debido principalmente a una revisión retrospectiva a la baja de las estimaciones de las Naciones Unidas sobre las cifras de la población total en algunos países de importancia decisiva. Esta revisión obligó también a estimar de nuevo el número de personas desnutridas en períodos anteriores, lo que dio lugar a un ligero ajuste de las estimaciones para algunos países.]

Región Porcentaje de personas desnutridas Número de personas desnutridas
(en millones)
  1990-92 1994-96 1990-92 1994-96
África subsahariana 40 39 196 210
Cercano Oriente y África del Norte 11 12 34 42
Asia oriental y sudoriental 17 15 289 258
Asia meridional 21 21 237 254
América Latina y el Caribe 15 13 64 63
Todas las regiones en desarrollo 20 19 822 828

Fuente: FAO

Nota: La suma de las cifras no es igual al total debido a la omisión de Oceanía.

2. El cuadro anterior confirma que, en cifras absolutas, el número mayor de personas desnutridas se encuentra en Asia, mientras que la proporción mayor de la población desnutrida corresponde al África subsahariana. Las últimas tendencias no dejan margen para el optimismo, ya que los progresos en algunas regiones han sido anulados contrarrestados con creces por el deterioro en otras. Se ha afirmado repetidamente que estas cifras son inaceptablemente altas y deben reducirse de manera drástica. El Plan de Acción de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación se está aplicando con el objetivo de reducir a la mitad el número total de personas desnutridas no más tarde del año 2015.

3. El suministro de energía alimentaria per capita (SEA), que es el indicador más importante en que se basan las estimaciones del nivel de suficiencia de los alimentos, mide los alimentos de que dispone cada persona como promedio en un país. Se expresa en kilocalorías por día. El análisis del SEA medio por países revela variaciones considerables dentro de las regiones que quedan ocultas en los totales regionales del Cuadro 1. Los países con un suministro insuficiente de alimentos, que son por lo general los que tienen proporciones más altas de personas desnutridas, se concentran principalmente en el África subsahariana, con un número relativamente alto también en Asia meridional y sudoriental.

4. Un análisis de las variaciones en la desnutrición en los distintos países de 1990-92 a 1994-96 muestra que el porcentaje de personas desnutridas disminuyó en la mayoría de los países de todas las regiones, mientras que unos pocos países experimentaron aumentos importantes como consecuencia de circunstancias excepcionales a principios del decenio de 1990.

5. En el África subsahariana, casi la mitad de los países registraron aumentos en la proporción de personas desnutridas entre 1990-92 y 1994-96. Asimismo, en muchos países con una población en rápido crecimiento, aunque la proporción de personas desnutridas fue menor, hubo un aumento en cifras absolutas.

6. Tanto en Asia como en el Cercano Oriente y África del Norte, más de dos tercios de los países consiguieron disminuir el porcentaje de personas desnutridas entre 1990-92 y 1994-96. En 21 de los 24 países de la región de América Latina y el Caribe, la proporción de personas desnutridas se redujo durante ese mismo período.

7. Un aspecto importante de la desnutrición es su estrecha relación con la capacidad financiera de la población para adquirir alimentos. Como cabía esperar, los países con unos ingresos per capita más altos son los que tienen un volumen más elevado de SEA y una proporción inferior de personas desnutridas. Suscita especial preocupación el hecho de que, si se contempla la situación desde una perspectiva más amplia (tomando como base datos correspondientes a los tres períodos de 1969-71, 1990-92 y 1994-96), los grupos de países más pobres no han experimentado ningún descenso en el número y el porcentaje de personas desnutridas, contrariamente a la tendencia general del conjunto de los países en desarrollo.


 

2. PRODUCCIÓN AGROPECUARIA

8. Se estima que en 1997 la producción agropecuaria mundial aumentó sólo un 1,2 por ciento con respecto al año anterior. Se trata de la tasa más baja de crecimiento anual desde 1993. Sin embargo, esta desaceleración se produjo después de un ejercicio agrícola especialmente favorable en 1996, cuando la producción mundial aumentó hasta un 4,5 por ciento. La desaceleración fue generalizada entre países desarrollados y en desarrollo.

9. Por lo que respecta al conjunto de los países en desarrollo, 1997 fue un año decepcionante para la producción agropecuaria. El aumento del 1,8 por ciento registrado ese año fue el más bajo desde 1979 y marcó el fin de cinco años de crecimiento firme y progresivo que para 1996 había alcanzado un nivel estimado en el 5,3 por ciento. El aumento registrado en 1997 fue prácticamente igual al crecimiento demográfico. Así pues, por vez primera desde 1987, la producción agropecuaria per cápita de los países en desarrollo en su conjunto no experimentó aumento alguno.

10. Todas las regiones en desarrollo compartieron la desaceleración en diversos grados. El cambio negativo más acusado en los resultados agrícolas de 1997 se registró en la región del Cercano Oriente y África del Norte, donde se estima que la producción agrícola disminuyó en cerca de un 4 por ciento, después de una expansión de más del 9 por ciento en 1996. Los déficit de producción en esta región se debieron a unas condiciones atmosféricas desfavorables, especialmente en algunos países de África del Norte donde la sequía causó notables reducciones, principalmente en los cultivos de cereales, pero se estima que la producción disminuyó también en la República Islámica del Irán, Iraq y Siria.

11. En el África subsahariana la producción agrícola se redujo también un 1 por ciento en 1997. Esto entrañó un descenso del 4 por ciento de la producción agrícola per cápita que puso fin a un período de 4 años de expansión. Los resultados de la producción en 1997 variaron ampliamente entre los países de la subregión, reflejando en gran medida las anomalías meteorológicas. No obstante, una mayoría de 36 países experimentaron descensos en la producción per capita, produciéndose los déficit más acusados en el África austral.

12. En el Lejano Oriente, la producción agrícola siguió creciendo pero a una tasa considerablemente menor, estimada en sólo un 2,6 por ciento, la más baja del decenio de 1990. Fue sólo la segunda vez que el crecimiento de la producción fue inferior al 4 por ciento en ese período. El descenso se debió a unas tasas más bajas de aumento de la producción en casi todos los mayores países de la región. En particular, el crecimiento de la producción agrícola en China se desaceleró pero siguió siendo importante, mientras que las condiciones atmosféricas desfavorables en gran parte de India perjudicaron a las cosechas de ese país. Los países del Asia sudoriental sufrieron también las consecuencias de sequías asociadas en parte al fenómeno de El Niño, que causaron un descenso de la producción agrícola en Indonesia y una desaceleración del crecimiento en Myanmar, Filipinas y Tailandia. Aunque puede que los efectos de la crisis financiera influyan en las decisiones relativas a la superficie plantada en algunos países de la región, sus efectos sobre la producción no se advirtieron todavía en 1997.

13. En la región de América Latina y el Caribe, el crecimiento de la producción agrícola sólo se desaceleró ligeramente en 1997, a un nivel estimado en el 2,9 por ciento. Esta cifra sigue siendo ligeramente superior al promedio de los cinco años anteriores y un 1 por ciento mayor que el crecimiento demográfico. Sin embargo, el aumento se concentró en un número relativamente pequeño de países (entre ellos Argentina, Brasil y Perú), mientras que varios países de América Central y el Caribe, así como Colombia y Paraguay, registraron descensos en la producción per cápita. En América Latina y el Caribe, como en otras regiones, la reducción de la producción se debió en muchos casos a los efectos iniciales del fenómeno de El Niño.

14. En los países desarrollados, el crecimiento global de la producción agrícola en 1997 fue más lento, reduciéndose a un mero 0,5 por ciento tras una expansión estimada en más del 3 por ciento en 1996. El cambio más pronunciado se produjo en la UE, donde la producción se contrajo en cerca del 2 por ciento después de una expansión de 4-5 por ciento en el año anterior. La contracción afectó a casi todos los países miembros de la UE y concernió a la producción tanto agrícola como pecuaria. La producción de cereales fue ligeramente inferior a la cosecha sin precedente de 1996, ya que las demoras causadas por las lluvias afectaron al rendimiento del trigo en varios países.

15. En América del Norte, la producción agrícola siguió creciendo en 1997 a una tasa estimada en el 2,6 por ciento. Aunque la producción se redujo ligeramente en Canadá por vez primera desde 1992, los Estados Unidos de América registraron una expansión del 3 por ciento.

16. Tras unas cosechas sin precedentes en 1996, la producción agrícola de Australia disminuyó en un 1 por ciento aproximadamente en 1997, mientras que en Nueva Zelandia la producción agrícola global continuó su expansión, incrementándose un 2-3 por ciento. En el Japón, la producción agrícola en 1997 se mantuvo prácticamente en el nivel de 1996 después de dos años de descenso. Por tanto, los niveles generales de la producción siguen siendo un 7 por ciento aproximadamente menores que hace un decenio.

17. En contraposición a los resultados globales negativos de las otras regiones, en 1997 se registró un cambio positivo de tendencia para los países en transición. Fue el primer año desde el comienzo del proceso de transición en que la producción agrícola global aumentó, aunque en una tasa relativamente modesta del 1 por ciento. La producción de cereales creció considerablemente, mientras que la producción pecuaria continuó su tendencia descendente. La producción aumentó notablemente en Ucrania y algo menos en la Federación de Rusia y Kazajstán. En los países en transición de Europa central y oriental las modalidades de producción fueron desiguales entre los países, experimentando Polonia en particular un descenso causado en gran medida por las condiciones atmosféricas y Rumania un importante aumento de la producción de cereales.


 

 

3. SITUACIONES DE ESCASEZ Y URGENCIAS ALIMENTARIAS

18. El número de países en desarrollo con urgencias alimentarias ha aumentado a 40 frente a los 29 notificados a la Conferencia en su período de sesiones de noviembre de 1997.

19. En el África oriental, las dificultades en el suministro de alimentos se deben a condiciones atmosféricas adversas y/o disturbios civiles. En el Sudán, a pesar de una cosecha en general satisfactoria, se están creando condiciones de hambre en las regiones del sur afectadas por disturbios civiles y por una sequía que ha reducido las cosechas; en total unos 2,6 millones de personas necesitan asistencia alimentaria. En Somalia, la situación del suministro de alimentos suscita grave preocupación como resultado de una cosecha principal de 1998 notablemente reducida por la sequía, tras las inundaciones de la campaña anterior que fueron las peores en varios decenios. En Kenya, pese a las perspectivas de una buena cosecha de cereales, sigue siendo necesaria asistencia alimentaria para las zonas de pastoreo afectadas por las inundaciones. En Uganda, es aún necesaria asistencia alimentaria de urgencia para unas 400 000 personas desplazadas en las zonas del norte, afectadas por insurrecciones continuas, así como para 130 000 personas de las zonas orientales donde la cosecha ha sido insuficiente. En Tanzanía, a pesar de un aumento general de la producción alimentaria en 1998, unas 300 000 personas de zonas centrales, septentrionales y costeras necesitarán asistencia alimentaria en los próximos meses. En Etiopía, más de 5 millones de personas vulnerables, incluidas las afectadas por la mala cosecha de 1997, necesitan ayuda alimentaria. En Eritrea, después de dos cosechas sucesivas reducidas de cereales el suministro global de alimentos es precario y los precios de los alimentos han aumentado notablemente. En Burundi y Rwanda, a pesar de la recuperación de la producción de alimentos de este año, se requiere asistencia alimentaria para un gran número de personas desplazadas y afectadas por la inseguridad persistente en ciertas partes.

20. En el África occidental, a pesar de una cosecha superior a la media en 1997 en los países costeros, se notifican dificultades en el suministro de alimentos en varios países. En Liberia y Sierra Leona, el sector agrícola está mejorando, gracias a los programas de rehabilitación en curso, pero ambos países siguen dependiendo en gran medida de la asistencia alimentaria internacional. En Sierra Leona, la situación precaria de la seguridad en el norte y el este del país está causando importantes desplazamientos de la población y está perturbando todas las actividades agrícolas. En Guinea Bissau, los disturbios civiles han obstaculizado las actividades agrícolas y la producción alimentaria se reducirá probablemente. La situación general del suministro de alimentos se ha deteriorado como consecuencia del desplazamiento de un gran número de personas. En el Sahel, varios países se enfrentan con dificultades localizadas en el suministro de alimentos después de las malas cosechas de finales de 1997, especialmente en el norte de Senegal, Mauritania, Gambia y partes de Burkina Faso y Níger.

21. En el África central, la intensificación de los disturbios civiles en la República Democrática del Congo desde comienzos de agosto perturbará las actividades agrícolas y de comercialización en la región de Kivu, en el este, y son probables nuevos desplazamientos de la población.

22. En el África austral se prevé que, aunque los efectos de El Niño sobre la producción agrícola han sido relativamente limitados, la situación de los suministros alimentarios en la subregión durante el ejercicio comercial de 1998/99 será más difícil que en el año anterior. En Zambia, la producción de cereales será muy inferior a la media como resultado de las lluvias incesantes y de las amplias inundaciones en zonas del norte, mientras que el sur ha sufrido condiciones de sequía. En Angola y Mozambique se prevé que la producción de los cultivos alimentarios mejorará este año, pero se necesitará asistencia de socorro para la población desplazada en el interior del país, las personas vulnerables y la población afectada por la sequía o las inundaciones.

23. En Asia, las persistentes lluvias caídas desde finales de junio, atribuidas al fenómeno de La Niña, y las consiguientes inundaciones han causado numerosas víctimas y graves daños en cultivos y bienes. Se prevén dificultades en el suministro de alimentos en algunos países. En Bangladesh, las inundaciones destruyeron las cosechas de arroz de verano (Aus) por recoger y retrasaron la plantación de la cosecha de arroz de otoño (Amán). El Gobierno ha solicitado asistencia internacional. Las recientes inundaciones registradas en zonas del sur y el este de la República Popular Democrática de Corea han causado daños en los cultivos que empeorarán aún más la situación ya grave de los suministros alimentarios en el país. En Indonesia, la situación alimentaria tras la prolongada sequía del año pasado y la continua crisis financiera podría agravarse como consecuencia de amplias inundaciones en algunas partes y de la prosecución de las lluvias intensas pronosticada en varias zonas del país. Asimismo, en Nepal las intensas lluvias monzónicas han causado daños a los cultivos. Aunque la producción de cereales de 1998 en Afganistán es la más alta desde 1978, es probable que la situación alimentaria siga siendo precaria en las zonas afectadas por los disturbios civiles y los recientes terremotos. En Iraq, a pesar de que la situación general de los suministros alimentarios ha mejorado algo tras la aplicación del acuerdo "petróleo por alimentos", la malnutrición sigue siendo un grave problema en todo el país. En Laos, las condiciones atmosféricas desfavorables han causado daños en los cultivos en algunas regiones, lo que ha agravado los problemas del suministro de alimentos. En Mongolia, a pesar de las condiciones atmosféricas por lo general favorables para las cosechas de verano de este año, la situación de la seguridad alimentaria de los grupos vulnerables sigue siendo precaria a causa de los efectos de la transición económica. En Papua Nueva Guinea, en la cuenca del Pacífico, se prevé que la situación alimentaria será difícil para los grupos vulnerables, a pesar de las perspectivas favorables de la cosecha de productos alimenticios.

24. En América Latina, las condiciones atmosféricas anormalmente secas asociadas con El Niño han afectado a la plantación de los cultivos de cereales de la primera campaña de 1998/99 en varios países de América Central y el Caribe. Se está proporcionando asistencia alimentaria de urgencia en Cuba, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Nicaragua y Panamá.

25. En la Comunidad de Estados Independientes (CEI), la necesidad de ayuda alimentaria selectiva ha aumentado en Tayikistán como consecuencia de los cuantiosos daños causados por inundaciones y desprendimientos de tierras. La población vulnerable de Armenia, Azerbaiyán y Georgia sigue necesitando asistencia alimentaria de socorro. En otras partes, personas desplazadas de Albania, Bosnia, Herzegovina y Kosovo están recibiendo asistencia alimentaria.


 

4. SITUACIÓN Y PERSPECTIVAS DEL SUMINISTRO MUNDIAL DE CEREALES

26. La producción mundial de cereales alcanzó en 1997 un volumen sin precedentes de 1 911 millones de toneladas (incluido el arroz elaborado), es decir un 1 por ciento aproximadamente o 15 millones de toneladas más que en 1996. La producción mundial de trigo aumentó hasta alcanzar un nuevo récord de 615 millones de toneladas, volumen superior en un 4  por ciento o 25 millones de toneladas a la buena cosecha de 1996. La producción de trigo aumentó en casi todas las regiones con la excepción de África del Norte, donde se redujo en varios países a causa de una grave sequía. En cambio, la producción mundial de cereales secundarios en 1997 se redujo en un 2 por ciento aproximadamente, o 15 millones de toneladas, hasta 908 millones de toneladas, aunque siguió estando por encima de la tendencia. El descenso de la producción de cereales secundarios se debió principalmente a la reducción de las cosechas de maíz en China, América del Norte y África, mientras que se recogieron cosechas mucho mayores en América del Norte, Europa y la CEI. La producción mundial de arroz en 1997 ascendió a 578 millones de toneladas, un 1 por ciento por encima del nivel superior a la media del año anterior. Una producción de arroz ligeramente mayor en Australia, China, Egipto, Pakistán, Nigeria y los Estados Unidos compensó con creces la reducción del volumen en Brasil, la República Democrática de Corea, Indonesia y Myanmar.

27. Las existencias mundiales de cereales para los ejercicios agrícolas que terminan en 1998 se estiman en 329 millones de toneladas, un 10 por ciento o 29 millones de toneladas por encima de su nivel inicial. Se prevé que la mayor parte de esta reposición se deberá a unas existencias mayores de trigo y cereales secundarios, gracias a las buenas cosechas y un crecimiento más lento de la utilización de piensos, a pesar de los precios más bajos de los cereales durante la campaña. Los remanentes totales de cereales en poder de los principales exportadores aumentarán por segundo año consecutivo, aproximándose al 40 por ciento del total mundial, frente al 34 por ciento a comienzo de la campaña y a sólo un 29 por ciento en 1996. A nivel mundial, la relación entre las existencias al final de la campaña y la utilización prevista en 1998/99 se estima en un 17,4 por ciento, cifra que supera en un 1 por ciento a la del año anterior y que está comprendida dentro del margen del 17-18 por ciento que la Secretaría de la FAO considera el mínimo necesario para salvaguardar la seguridad alimentaria mundial.

28. Las perspectivas de los cultivos de cereales de 1998 indican para este año otra cosecha superior a la tendencia, pero ligeramente inferior al volumen sin precedentes del año pasado. Teniendo en cuenta la situación de los cultivos en agosto de 1998 y suponiendo que las condiciones climatológicas sigan siendo normales durante el resto de las campañas de 1998, la producción mundial de cereales en este año se cifra provisionalmente en 1 892 millones de toneladas, un 1 por ciento menos que en 1997. La producción mundial de cereales secundarios, de 907 millones de toneladas, se mantendría casi sin cambios con respecto a 1997 y sería superior a la tendencia por tercer año consecutivo. Sin embargo, se pronostica que la producción de trigo disminuirá ligeramente, situándose en 606 millones de toneladas, mientras que la producción mundial de arroz se reducirá ligeramente a 566 millones de toneladas, tras las cosechas excepcionales de los dos años anteriores.

29. Si se cumplen los pronósticos actuales, los suministros de cereales serían suficientes para cubrir la demanda prevista en 1998/99 y posibilitar un pequeño incremento de las reservas mundiales de cereales. Según las primeras indicaciones, los remanentes de cereales para los ejercicios agrícolas que terminan en 1999 podrían aumentar por tercer año consecutivo, llegando a 330 millones de toneladas, 1 millón de toneladas más que su volumen inicial estimado. En tal caso, se prevé que la relación entre las existencias mundiales de cereales y su utilización tendencial en 1999/2000 ascenderá al 17,3 por ciento, manteniéndose por consiguiente dentro del margen del 17-18 por ciento.

30. Se pronostica que la utilización mundial de cereales en 1998/99 aumentará a 1 890 millones de toneladas, cifra ligeramente superior a la tendencia a largo plazo. A este nivel, la utilización mundial aumentaría sólo un 0,7 por ciento con respecto a 1997/98, frente a un incremento del 1,3 por ciento estimado para el año precedente y casi un 3 por ciento hace dos años. El ritmo más lento de la utilización de piensos sería la causa principal de la reducción del crecimiento de la utilización mundial de cereales prevista para este año. El descenso gradual pero casi continuo de los precios de los cereales desde que alcanzaron su punto máximo en 1995/96 había activado un aumento de la utilización mundial de piensos, especialmente en 1996/97. Sin embargo, con el estallido de la crisis financiera en Asia el año pasado, el rápido crecimiento de la utilización de piensos empezó a esfumarse a pesar del descenso aún más acusado de los precios internacionales. Aunque los precios de los cereales han seguido bajando en los últimos meses, es probable que el margen para un fuerte crecimiento de la utilización en 1998/99 siga siendo limitado, dado el deterioro de los mercados financieros mundiales y las continuas dificultades económicas con que se enfrentan las economías de varios países de Asia y más recientemente también la Federación de Rusia.


 

5. ASISTENCIA EXTERIOR A LA AGRICULTURA

31. Los compromisos totales para la agricultura (entendida en sentido amplio) asumidos en 1996 por donantes bilaterales y multilaterales en concepto de asistencia oficial para el desarrollo (AOD) se estimaron en 10 985 millones de dólares EE.UU. a precios corrientes, sin incluir los Estados Unidos de América (país del que no se conoce todavía el desglose por sectores para 1996). Una comparación con 1995 (excluidos también los compromisos de los Estados Unidos de América, de 373 millones de dólares EE.UU.) muestra un ligero incremento frente a los 10 909 millones de ese año.

32. Medidos en precios constantes de 1990, los compromisos totales en 1996 (con exclusión de los Estados Unidos de América) ascendieron a 10 363 millones de dólares EE.UU., en comparación con 10 101 millones de dólares EE.UU. en 1995 (10 446 millones si se incluye a los EE.UU.). Sin embargo, difícilmente puede decirse que esto representa un cambio radical en la tendencia descendente de la asistencia externa para la agricultura durante el decenio de 1990, en el curso del cual los compromisos totales medidos en precios constantes de 1990 pasaron de un importe de 12 200 millones de dólares EE.UU. en 1991 a 10 400 millones en 1995.

33. La parte correspondiente a la asistencia en condiciones de favor en los compromisos totales osciló en torno al 70 por ciento durante el decenio de 1990 y se mantuvo en el 72 por ciento del total en 1996, mientras que la proporción de donaciones fue del 47 por ciento. La mayor parte de la asistencia bilateral (de hecho, más del 95 por ciento) se realiza en forma de donaciones, mientras que para la asistencia multilateral la proporción de las donaciones es sólo del 20 por ciento.

34. Se estima que la asistencia multilateral ha disminuido ligeramente. Entre los donantes multilaterales, los compromisos del Banco Mundial en 1996 descendieron en unos 1 200 millones de dólares EE.UU. El FIDA amplió sus compromisos de 276 millones de dólares EE.UU. en 1995 a 405 millones en 1996, con lo que su nivel volvió a aproximarse al de 1994, tras la acusada reducción de 1995. Los compromisos de las Bancos Regionales de Desarrollo aumentaron también en 869 millones de dólares EE.UU. hasta alcanzar la cifra de 1 987 millones, casi igual en términos reales a la de 1994, tras un fuerte descenso en 1995 similar al registrado por el FIDA.

35. Los datos provisionales relativos a los compromisos del grupo del Banco Mundial en 1997 indican que las contribuciones del BIRF excederán en unos 1 000 millones de dólares EE.UU. a las de 1996, mientras que las de la AIF se mantendrán en el mismo nivel.


 

6. CORRIENTES DE AYUDA ALIMENTARIA

36. La información disponible del PMA en agosto de 1998 indica que el volumen total de los cereales enviados en 1997/98 (julio/junio) como ayuda alimentaria de emergencia o en el marco de programas y proyectos sería de 5,3 millones de toneladas, es decir el mismo volumen de la estimación revisada para 1996/97 e inferior al máximo de 15,1 millones de toneladas alcanzado en 1992/93. Se estima que la ayuda alimentaria en cereales enviada a países de bajos ingresos y con déficit de alimentos (PBIDA) en 1997/98 aumentó un 4,5 por ciento hasta unos 4,6 millones de toneladas con respecto a 1996/97, debido principalmente a unos envíos ligeramente superiores como resultado del aumento de las emergencias alimentarias.

37. Las estimaciones de los envíos de ayuda alimentaria en productos distintos de los cereales, es decir sobre todo legumbres y aceites vegetales, indican un ulterior descenso de un 20 por ciento aproximadamente en 1997 (enero-diciembre) a aproximadamente 688 000 toneladas, frente a 864 000 toneladas estimadas para 1996 . Esta reducción afecta a casi todas las regiones y también a los PBIDA.

38. En diciembre de 1997, las contribuciones de los cereales a la Reserva Alimentaria Internacional de Emergencia (RAIE), administrada por el Programa Mundial de Alimentos (PMA), habían aumentado casi un 12 por ciento en 1997 (enero-diciembre) hasta alcanzar 993 000 toneladas, frente a 887 000 toneladas en 1996. Esas contribuciones son considerablemente superiores al objetivo anual mínimo de 500 000 toneladas establecido por la Conferencia Mundial de la Alimentación en 1975. Para los productos distintos de los cereales, las contribuciones se redujeron de 225 000 toneladas en 1996 a 167 000 toneladas en 1997. Además, las contribuciones en cereales para situaciones prolongadas de refugiados, administradas también por el PMA, de 529 000 toneladas en 1997, fueron ligeramente mayores que en 1996. Las contribuciones para situaciones prolongadas de refugiados en productos distintos de los cereales descendió en unas 20 000 toneladas, cifrándose en 70 000 toneladas en 1997.


 

7. PRECIOS AGRÍCOLAS INTERNACIONALES

39. Las cosechas excepcionales de cereales recogidas en la campaña de 1997/98 hicieron que los precios de los cereales se mantuvieran considerablemente por encima de los niveles del año anterior. Al no haberse registrado variaciones fundamentales en los mercados internacionales del trigo y dadas las perspectivas favorables de las cosechas y la presión de la recolección estacional, los precios del trigo siguieron bajando durante la segunda mitad de la campaña de 1997/98 y para el final de junio eran un 20-25 por ciento inferiores a los del mismo período del año anterior. Los precios del maíz, la cebada y el sorgo descendieron también ulteriormente, en cerca de un 10-15 por ciento. La reducción de los precios de los cereales secundarios se explica en parte por la menor demanda de importación, especialmente de Asia, mientras que las perspectivas favorables de las cosechas en todas las regiones, con excepción del África austral, han ejercido una presión descendente aún mayor sobre los precios. Desde el comienzo de la campaña actual en julio, los precios de exportación de todos los tipos de cereales han bajado considerablemente, dadas las perspectivas de un aumento de los suministros y una reducción de la demanda de exportación, especialmente para el trigo.

40. A diferencia de la reciente evolución de los mercados de cereales, los precios internacionales del arroz de casi todas las procedencias prosiguieron su tendencia al alza en los últimos meses hasta agosto de 1998. Como resultado de ello, el índice de precios de exportación de la FAO para el arroz (1982-84), que había venido aumentando desde diciembre de 1997, fue de 131 puntos como promedio en agosto y julio, frente a 130 puntos en junio. El aumento de los precios es atribuible en parte al fortalecimiento del baht tailandés frente al dólar EE.UU. y en parte a las preocupaciones por la disponibilidad de suministros para la exportación, especialmente en Viet Nam y Pakistán, tras las grandes compras de Indonesia y Filipinas.

41. El descenso de los precios internacionales de los aceites desde la campaña de 1994/95 se interrumpió en 1997/98. El índice de precios de la FAO para las grasas y aceites comestibles y saponificables aumentó un 15 por ciento aproximadamente en comparación con la campaña de 1996/97. El aumento medio mensual de los precios ponderados de todos los tipos de aceites y grasas entre agosto de 1997 y julio de 1998 fue de un 1,6 por ciento aproximadamente, como consecuencia de un mercado poco flexible para los productos en cuestión, y especialmente para los aceites fluidos cuyos precios registraron un aumento aún más acusado. Al mismo tiempo, la subida de los precios internacionales de las harinas oleaginosas desde la campaña de 1994/95 concluyó también en 1997/98, y el índice de precios de la FAO para las tortas y harinas oleaginosas disminuyó un 10 por ciento aproximadamente en 1997/98 con respecto a la campaña precedente. Los movimientos desiguales de los precios, es decir el aumento de los precios internacionales de los aceites y el descenso de los precios internacionales de las harinas, unidos a otras variaciones en los elementos fundamentales del mercado, dieron lugar a un descenso del 2,5 por ciento en los precios internacionales de las semillas oleaginosas en ese mismo período, que se recogió en el índice de precios de la FAO para las semillas oleaginosas. Hay indicios de que la producción mundial de semillas oleaginosas aumentará de nuevo en 1998/99. Por consiguiente, podría continuar la tendencia descendente de los precios de las semillas, tortas y harinas oleaginosas hasta bien entrada la próxima campaña, estabilizándose o incluso invirtiéndose con el tiempo el alza de los precios de los aceites y las grasas.

42. En enero de 1997, el precio medio mensual de la ICCO para el cacao era de 65 centavos EE.UU. por libra, con lo que llegaba a su fin el ciclo de movimientos descendentes de los precios que había comenzado en 1996. En marzo de 1997, se inició una tendencia ascendente de los precios cuando resurgieron los temores por la continuación del déficit en el mercado mundial del cacao y se manifestaron preocupaciones por los efectos climatológicos sobre la cosechas en Indonesia. En septiembre de 1997, el precio medio de la ICCO llegó a 80 centavos EE.UU. por libra, el más alto en diez años, lo que fue también el resultado del aumento de las compras como reacción al fenómeno de El Niño. En el último trimestre de 1997, cuando se dispuso de un análisis de las consecuencias de El Niño, las preocupaciones del mercado se disiparon y los precios empezaron a estabilizarse. En diciembre de 1997, el precio medio mensual de la ICCO cerró el año a 78 centavos EE.UU. En la primera mitad de 1998, los precios oscilaron entre los 75 y los 80 centavos EE.UU. por libra. El precio medio mensual de la ICCO para 1997 fue de 73 centavos EE.UU. por libra, frente a 66 centavos EE.UU. en 1996, lo que representó un aumento medio anual de 8 centavos EE.UU. por libra, o un 12 por ciento.

43. Los precios mundiales del café aumentaron espectacularmente en 1997, incrementándose el precio compuesto del Convenio Internacional del Café de 100 centavos EE.UU. por libra en enero de 1997 a 130 centavos en diciembre de 1997, es decir un aumento del 30 por ciento. El punto máximo se alcanzó en mayo de 1997, cuando el precio compuesto del Convenio llegó a 180 centavos EE.UU. por libra, su nivel más alto desde 1986. A diferencia de los acusados aumentos anteriores de los precios en 1986 y 1995, causados por las heladas en Brasil, el aumento de los precios de 1997 estuvo impulsado por la fuerte demanda y la escasez de suministros de café arábica, en particular colombiano y otros cafés suaves. Como consecuencia de esta restricción, el precio del café arábica en grano aumentó más de un 100 por ciento entre enero y mayo de 1997, frente a un aumento de sólo el 39 por ciento para el café robusta. A partir de mayo de 1997, el precio compuesto empezó a bajar en la medida en que la producción y las exportaciones lograban satisfacer las necesidades de consumo. En diciembre de 1997, el precio había descendido a 130 centavos EE.UU. por libra y se mantuvo en torno a este nivel en el primer trimestre de 1998, empezando a bajar de nuevo a partir de entonces dado que las perspectivas de las cosechas para la campaña de 1998 parecen ser favorables, especialmente en Brasil. En agosto de 1998, el precio compuesto del Convenio Internacional del Café era de 101 centavos EE.UU. por libra.

44. Los precios mundiales del algodón, con arreglo al índice Cotlook-A, han tendido a bajar desde julio de 1997, de 81,3 centavos EE.UU. por libra en esa fecha a 68 centavos en agosto de 1998. Se prevé que la producción mundial en 1997/98 (el ejercicio comercial comienza el 1º de agosto) se mantendrá en un nivel similar al de 1996/97. Sin embargo, el consumo será probablemente inferior al del año pasado, debido en gran medida a un importante descenso del consumo en varios países del Asia sudoriental. Por consiguiente, para finales de 1997/98 se prevé que las existencias mundiales serán ligeramente superiores a las del mismo período del año anterior. El comercio mundial se reducirá un 6 por ciento aproximadamente en 1997/98. Se prevé que las importaciones de China, el Asia sudoriental y la República de Corea disminuirán un 45, un 20 y un 21 por ciento, respectivamente, respecto de sus niveles de 1996/97. Aunque la sequía en los Estados Unidos y las inundaciones en China darán lugar a un considerable descenso de la producción, se prevé que en el próximo futuro la escasa demanda y la ausencia de aumentos apreciables de los precios limitarán la subida de los precios mundiales.

45. Los precios mundiales del azúcar se mantuvieron relativamente estables en 1997. El precio medio del Convenio Internacional del Azúcar en 1997 fue de 11,37 centavos EE.UU. por libra, frente a 11,96 en 1996. El precio de este Convenio aumentó ligeramente en el curso de 1997 y al término del último trimestre era de 12,33 centavos EE.UU. por libra. En el primer trimestre de 1998, los precios mundiales del azúcar empezaron a descender de nuevo, hasta 8,00 centavos EE.UU. por libra en agosto de 1998. Teniendo en cuenta que pronto llegará al mercado la nueva cosecha del hemisferio austral, no es probable que se produzca una recuperación importante de los precios a corto plazo.

46. Los precios mundiales del mercado de té prosiguieron su tendencia ascendente en 1997, siendo como promedio de 2 200 dólares EE.UU. por tonelada en el mercado de Londres, es decir un 19 por ciento más que en 1996, debido principalmente a una nueva mejora de la demanda en la Federación de Rusia y en los países de la CEI, y a una producción reducida por la sequía en Kenya. Los precios se mantuvieron firmes a principios de 1998, llegando a 3 118 dólares EE.UU. por tonelada en enero. Después de que los informes iniciales de 1998 indicaran que la producción en los principales países exportadores, entre ellos Sri Lanka, Kenya e India, era considerablemente superior a la del año pasado, los precios del té bajaron rápidamente a 1 660 dólares EE.UU. en agosto de 1998. Hay firmes indicios de que durante el resto de 1998 podría mantenerse la presión descendente sobre los precios.


 

8. PESCA: PRODUCCIÓN, DESTINO Y COMERCIO

47. La producción de pescado, marisco y otros animales acuáticos alcanzó un volumen sin precedentes de 121 millones de toneladas en 1996, lo que representó un aumento del 3,2 por ciento con respecto a 1995. Las capturas, que ascendieron a 94,6 millones de toneladas, aumentaron un 1,7 por ciento y representaron el 78 por ciento del volumen total. El 22 por ciento restante correspondió a la acuicultura que, con 26,4 millones de toneladas, registró un aumento del 8,2 por ciento con respecto a 1995. Además, se recogieron 9 millones de toneladas de plantas acuáticas (peso en húmedo), de las que casi el 90 por ciento procedió de la acuicultura.

48. La pesca continental aumentó un 2,3 por ciento en todo el mundo, llegando a 7,6 millones de toneladas; el aumento se produjo íntegramente en Asia, mientras que en África, América del Sur y Europa se registraron descensos.

49. Las capturas mundiales en aguas del mar aumentaron un 1,7 por ciento en volumen y alcanzaron un valor estimado en unos 80 000 millones de dólares EE.UU., como resultado de un aumento de los desembarques del Pacífico noroccidental, que representa casi el 30 por ciento del total de la pesca marítima, y en menor grado del Atlántico centrooriental y del Océano Índico. Estos aumentos compensaron sobradamente la reducción de los desembarques notificada para las pesquerías de otras zonas marítimas como por ejemplo el Mediterráneo y el Mar Negro (donde los desembarques se redujeron un 11 por ciento), el Pacífico centrooccidental (menos 2 por ciento) y el Pacífico nororiental (menos 5 por ciento).

50. La producción de la acuicultura continuó creciendo a un ritmo más rápido que cualquier otro sector de la producción alimentaria. Entre 1986 y 1996 la producción mundial de la acuicultura se incrementó a una tasa media anual del 10 por ciento, tanto en cantidad como en valor, y en 1996 el valor de la producción mundial del sector alcanzó un total de 46 600 millones de dólares EE.UU. (incluidas las plantas acuáticas).

51. Las exportaciones totales de productos pesqueros ascendieron a 52 500 millones de dólares EE.UU. en 1996, cifra prácticamente igual que en 1995. El volumen del comercio aumentó, pero dado que los precios fueron inferiores para los productos pesqueros más importantes, la variación en el valor mundial fue insignificante. Por lo que respecta al valor, algo menos de la mitad de las exportaciones totales en 1996 procedió de países en desarrollo, frente a una proporción del 51 por ciento en 1995.

52. La mayor parte de las exportaciones de productos pesqueros tienen como destino las economías desarrolladas. Los países industrializados representaron más del 80 por ciento del valor de las importaciones, y Japón por sí sólo (con unas importaciones por un valor de 17 000 millones de dólares EE.UU.) cerca del 30 por ciento del total mundial. Los Estados Unidos de América ocuparon el segundo lugar entre los importadores, con unas importaciones de 7 000 millones de dólares EE.UU., seguidos de Francia y España con algo más de 3 000 millones de dólares EE.UU. cada uno. Sin embargo, en 1996 las importaciones de estos tres países registraron un descenso con respecto a 1995. Las importaciones de los países en desarrollo crecieron un 7,5 por ciento hasta alcanzar una cifra superior a 9 000 millones de dólares EE.UU., es decir el 16 por ciento del total mundial, una cuarta parte de las cuales correspondió a países de bajos ingresos y con déficit de alimentos. Sin embargo, parte de estas importaciones consistió en harina de pescado para aves de corral y piensos para la acuicultura de especies de alto valor destinadas a la exportación.

53. La mayor parte de la producción mundial de pescado y mariscos (el 75 por ciento en 1996) se destina al consumo humano directo. Como resultado del aumento de la producción pesquera y del volumen inalterado de la producción de harina, la disponibilidad mundial de pescado para el consumo humano aumentó de 15,2 kg per capita en 1995 a 15,7 en 1996.

54. Las estimaciones iniciales indican que las capturas mundiales de pescado en 1997 serán de 122 millones de toneladas, cifra prácticamente igual al volumen sin precedentes de 1996. Se prevé que un notable aumento en China, que es el principal productor mundial de pescado, quedará compensado casi en su totalidad por un descenso de las capturas en América del Sur debido a los efectos negativos de El Niño. La contribución de la acuicultura en general a las capturas pesqueras mundiales sigue aumentando, pero las tasas de crecimiento del cultivo del camarón se están estabilizando.

55. A pesar del volumen todavía en aumento de las capturas, en muchas partes del mundo persiste el complejo problema de las poblaciones de peces sometidas a sobreexplotación, a menudo como resultado de una capacidad pesquera excesiva que suele tener por origen unas subvenciones contraproducentes. Sigue siendo urgente una ordenación eficaz para estabilizar y/o posibilitar la recuperación de las biomasas de poblaciones y mejorar los resultados económicos. Para que esto sea posible, es importante que los Estados Miembros establezcan la infraestructura necesaria para evaluar y ordenar sus pesquerías y armonizar su capacidad y sus actividades de gestión con las que se recogen en el Código de Conducta de la FAO para la Pesca Responsable y en otros instrumentos internacionales.


 

9. PRODUCCIÓN Y COMERCIO DE PRODUCTOS FORESTALES

56. La producción mundial de madera en rollo aumentó un 1,6 por ciento en 1997 hasta llegar a 3 410 millones de metros cúbicos. En los países en desarrollo, que representan casi dos tercios del total (el 64 por ciento en 1997), la producción de madera en rollo aumentó un 2,3 por ciento, mientras que en los países desarrollados el crecimiento de la producción se limitó a un modesto 0,5 por ciento. La producción de madera en rollo industrial (que no incluye la leña y representa el 45 por ciento del total, con un 86 por ciento en los países desarrollados, pero sólo un 21 por ciento en los países en desarrollo) aumentó a su vez un 1,9 por ciento, hasta llegar a 1 520 millones de metros cúbicos. El aumento de la proporción de la madera en rollo industrial (70 por ciento) y el crecimiento de la producción en un 2,2 por ciento hasta 1 060 millones de metros cúbicos son atribuibles a los países desarrollados, mientras que la producción de los países en desarrollo aumentó de modo más limitado en un 1,5 por ciento hasta 460 millones de metros cúbicos.

57. La producción mundial de productos de madera maciza (madera aserrada y durmientes y tableros a base de madera) aumentó en 1997, estimándose que la producción de madera aserrada y durmientes se incrementó un 2,3 por ciento hasta 439 millones de metros cúbicos y la de tableros a base de madera en un 2-3 por ciento hasta 153 millones de metros cúbicos. También en este caso, la mayor parte del crecimiento tuvo lugar en los países desarrollados, que representan más de dos tercios de la producción total de ambos tipos de productos.

58. En 1997 se registró un importante crecimiento de la producción mundial de pasta y papel tras el pequeño descenso experimentado por el sector en 1996. La producción de papel y cartón se incrementó un 6,3 por ciento. El crecimiento más acusado se registró en los países desarrollados, con un 6,8 por ciento. La situación fue menos favorable en los países en desarrollo, donde el fuerte crecimiento anterior de algunos productores importantes de Asia se desaceleró considerablemente. Al igual que en el caso de los productos de papel, la producción de pasta creció considerablemente, a un ritmo del 5,7 por ciento, recuperándose lentamente los precios internacionales tras el acusado descenso sufrido en 1996. Teniendo en cuenta la crisis financiera de Asia, los analistas han pronosticado un descenso del consumo asiático en 1998, lo que probablemente reducirá la demanda mundial de pasta y papel y hará que bajen los precios.

59. Los mercados de otros productos forestales fueron especialmente favorables en Europa, donde se reforzaron la demanda y el consumo de casi todos los productos forestales. Sin embargo, debido a unos mercados fuertemente competitivos, los precios europeos de los productos madereros no registraron ningún aumento en 1997. La demanda en América del Norte fue favorable durante la mayor parte de 1997. En Canadá, la construcción de nuevas viviendas, que es el principal indicador económico para la industria mecánica de la madera, aumentó un 20 por ciento aproximadamente. Sin embargo, en los Estados Unidos los precios internos de la madera aserrada sufrieron un acusado descenso en la segunda mitad del año, debido a la fuerte reducción de los precios de las trozas a causa de la demanda decreciente en los mercados asiáticos. En 1997 la construcción de nuevas viviendas de madera en el Japón experimentó un fuerte descenso, de un 20 por ciento aproximadamente. Como resultado de ello se redujeron notablemente sus importaciones de productos elaborados de madera tanto de países tropicales como templados.

60. Los precios de casi todos los productos forestales de países tropicales, como trozas, madera aserrada y contrachapados, bajaron considerablemente en 1997 como consecuencia de la demanda restringida de los principales importadores de Asia. Por otra parte, los precios internacionales de la pasta y el papel aumentaron ligeramente con respecto a sus niveles reducidos de 1996.

61. Debido al aumento de los precios de la pasta y el papel, en 1997 se observó un aumento del valor total de las exportaciones de productos forestales estimado en un 2,2 por ciento. Este aumento se limitó principalmente a los países desarrollados, que son los principales productores y comerciantes de pasta y papel. Por el contrario, la reducción de los precios de los productos a base de maderas tropicales dio lugar a un descenso del 5 por ciento de las exportaciones forestales de los países en desarrollo y a una disminución del peso específico de estos países en el valor total del comercio de productos forestales, al bajar su proporción del 18,0 por ciento en 1996 al 16,5 por ciento estimado en 1997.

62. De acuerdo con las últimas estimaciones de la FAO, entre 1990 y 1995 se produjo en todo el mundo una pérdida de 56 millones de hectáreas de bosques como resultado de una disminución de 65 millones de hectáreas en los países en desarrollo y un aumento de 9 millones de hectáreas en los países desarrollados. Sin embargo, si se consideran sólo los países en desarrollo, la pérdida anual de bosques naturales fue ligeramente menor en el período de 1990-95 que en el de 1980-90 (13,7 millones de ha frente a 15,5 millones). Por consiguiente, aunque la deforestación sigue siendo importante en los países en desarrollo, puede que la tasa de pérdida de bosques naturales se esté desacelerando.


 

10. CUESTIONES PRINCIPALES QUE HAN DE EXAMINARSE

63. Se señalan a la atención de los delegados, con miras a su examen en el marco de este tema del programa, los principales aspectos del informe anterior que se indican a continuación:

64. En los últimos años la situación económica global ha mejorado enormemente en un gran número en países en desarrollo, pero los efectos de la crisis financiera que ha afectado inicialmente a Asia amenazan con poner fin a este período favorable. De hecho, la crisis ha causado ya situaciones de profunda depresión económica en muchos países y amenaza con agravarse y difundirse. Una recesión mundial se traduciría inevitablemente en un aumento de la inseguridad alimentaria para millones de personas, debido a sus efectos negativos sobre los ingresos, el empleo y las perspectivas de producción y comercio agrícolas de los hogares. Una crisis económica mermaría también la capacidad financiera de los gobiernos para apoyar el desarrollo agrícola y rural e influiría negativamente en el entorno para la asistencia internacional.