CFS 99/3


 

COMITÉ DE SEGURIDAD ALIMENTARIA MUNDIAL

25º período de sesiones

Roma, 31 de mayo - 3 de junio de 1999

IMPORTANCIA DE LA CALIDAD E INOCUIDAD DE LOS ALIMENTOS PARA LOS PAÍSES EN DESARROLLO

I. RESUMEN

II. INTRODUCCIÓN

III. EL CONTROL DE LA CALIDAD Y LA INOCUIDAD DE LOS ALIMENTOS Y LA SEGURIDAD ALIMENTARIA

IV. EL CONTROL DE LA CALIDAD Y LA INOCUIDAD DE LOS ALIMENTOS Y EL COMERCIO ALIMENTARIO

V. MEJORAR LA CALIDAD Y LA INOCUIDAD DE LOS ALIMENTOS ES ECONÓMICAMENTE RENTABLE

VI. MEDIDAS QUE SE REQUIEREN EN LOS PAÍSES EN DESARROLLO

VII. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES


1. En la Declaración de Roma sobre la Seguridad Alimentaria Mundial se reafirma el derecho de toda persona a tener acceso a alimentos sanos y nutritivos, en consonancia con el derecho a una alimentación apropiada y el derecho fundamental de toda persona a no padecer hambre. En la Cumbre Mundial sobre la Alimentación (CMA) se reconoció así el vínculo intrínseco que existe entre seguridad alimentaria y control de la calidad e inocuidad de los alimentos. Los aumentos que se proyectan en general en las poblaciones de los países en desarrollo, y en particular en las poblaciones urbanas, sumados a problemas de higiene del medio ambiente y de los alimentos, ejercerán una mayor presión sobre los sistemas de producción, manipulación y distribución de alimentos en los países en desarrollo. Esto podría dar lugar a problemas de calidad e inocuidad de los alimentos potencialmente graves. Además, como consecuencia de los recientes Acuerdos de la Ronda Uruguay sobre la Aplicación de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias (MSF) y sobre Obstáculos Técnicos al Comercio (OTC), el acceso a los mercados de exportación de alimentos por parte de los países en desarrollo dependerá en gran medida de su capacidad de ajustarse a las normas internacionalmente aceptadas en materia de calidad e inocuidad de los alimentos. En vista de esto se pide al Comité de Seguridad Alimentaria Mundial que analice los puntos siguientes:

2. Hay un viejo proverbio que dice que "Somos lo que comemos". Nuestro estado nutricional, nuestra salud, y nuestras facultades físicas y mentales dependen de los alimentos que consumimos y de cómo lo hacemos. El acceso a alimentos de buena calidad ha sido el que hacer principal del hombre desde los primerísimos días de la existencia humana. La inocuidad de los alimentos es un requisito básico de la calidad de los mismos. La "inocuidad de los alimentos" entraña la ausencia de contaminantes, adulterantes, toxinas que se dan en la naturaleza y cualquier otra sustancia que pueda hacer nocivo el alimento para la salud con carácter agudo o crónico, o unos niveles inocuos y aceptables de los mismos. La calidad de los alimentos puede considerarse como una característica compleja de los alimentos que determina su valor o aceptabilidad para el consumidor. Además de la inocuidad, las características de calidad incluyen: el valor nutricional, las propiedades organolépticas como el aspecto, el color, la textura y el gusto, y propiedades funcionales.

3. La Conferencia Internacional FAO/OMS sobre Nutrición (CIN), celebrada en Roma en 1992, reconoció que el acceso normal a cantidades suficientes de alimentos de buena calidad e inocuos es esencial para una nutrición apropiada. La CIN apoyó firmemente la intervención de los gobiernos para fortalecer los sistemas de control de los alimentos y educar a los consumidores. Destacó la importancia de la industria para asegurar la calidad e inocuidad de los alimentos partiendo de su producción en el campo y pasando por el almacenamiento, la elaboración y la distribución, con el empleo de unas buenas prácticas de fabricación y de manipulación adecuada de los alimentos. Los gobiernos, la industria alimentaria y los consumidores tienen que desempeñar sus respectivas funciones eficazmente y de forma concertada para asegurar que la calidad e inocuidad de los suministros alimentarios no se vean comprometidas y que se reduzcan al mínimo las pérdidas dentro del sistema alimentario. Además, el Plan de Acción de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación (CMA) reconoce que: "Existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos a fin de llevar una vida activa y sana".

4. Los sistemas alimentarios en los países en desarrollo no siempre están tan bien organizados y desarrollados como en el mundo industrializado. Por otro lado, los problemas del crecimiento demográfico, la urbanización, la falta de recursos para afrontar las pérdidas de alimentos previas y posteriores a las cosechas y los problemas de higiene medioambiental y alimentaria significan que los sistemas alimentarios en los países en desarrollo siguen estando sujetos a tensión, lo que perjudica la calidad e inocuidad de los suministros alimentarios. La población de los países en desarrollo se haya, así pues, expuesta a toda una serie de riesgos potenciales por lo que respecta a la calidad e inocuidad de los alimentos. En este documento se analizan los problemas especiales que plantean la calidad e inocuidad de los alimentos en los países en desarrollo así como sus repercusiones en la seguridad alimentaria y se exponen formas y medios de afrontarlos.

5. En el año 2020, la población mundial alcanzará con toda probabilidad los 7 600 millones de habitantes, lo que significa un aumento del 31 por ciento con respecto a la población de mediados de 1996, que se cifraba en 5 800 millonesi. Aproximadamente el 98 por ciento del crecimiento demográfico previsto durante ese período se verificará en los países en desarrollo. Se ha estimado asimismo que entre los años 1995 y 2020 la población urbana del mundo en desarrollo se duplicará llegando a los 3 400 millonesii. Este aumento general de la población y en particular de la población urbana plantea grandes retos a los sistemas alimentarios. Para aumentar la disponibilidad de alimentos a fin de cubrir las necesidades de esas poblaciones crecientes habrá que explotar toda una serie de medios como la intensificación de la agricultura y la ganadería; unos sistemas más eficientes de manipulación, elaboración y distribución de los alimentos; y la introducción de tecnologías más recientes, incluida la aplicación adecuada de la biotecnología. Algunas de estas prácticas y técnicas pueden también plantear en potencia problemas para la inocuidad de los alimentos y la calidad nutricional y exigen una atención especial con objeto de asegurar la protección de los consumidores.

6. La rápida urbanización ha hecho que los servicios urbanos se vean sometidos a una demanda excesiva, lo que ha dado lugar a que los suministros de agua potable, la eliminación de residuos y otros servicios de primera necesidad sean insuficientes. Esta situación complica aún más los sistemas de distribución de alimentos al haber aumentado considerablemente las cantidades de alimentos que hay que transportar desde el campo a las zonas urbanas en un entorno que no se presta a la higiene y la sanidad. La venta callejera de alimentos merece especial atención. Este sector ha registrado recientemente un crecimiento fenomenal, con repercusiones económicas y nutricionales importantes en el contexto urbano. Los alimentos de venta callejera son de fácil acceso y están al alcance de las poblaciones urbanas, aportando la energía y las necesidades de nutrientes a grandes sectores de trabajadores y sus familias en los centros urbanos. Unos alimentos callejeros limpios y nutritivos tienen repercusiones positivas en la seguridad alimentaria; mientras que la mala calidad y la falta de seguridad de esos alimentos pueden tener efectos negativos. Las autoridades nacionales y locales han de tomar conciencia del potencial de este sector no estructurado para mejorar la seguridad alimentaria. En muchos casos habrá que proporcionar servicios y capacitación para la manipulación higiénica de estos alimentos a fin de asegurar su inocuidad y su calidad.

7. A menudo se afirma que los pobres consumirán "cualquier cosa" para mitigar su hambre. Esto puede ser verdad o no. En la medida en que ocurre este fenómeno, indica sólo los inconvenientes con los que han de enfrentarse la gente en situaciones difíciles. Por una parte, la supervivencia puede depender sobre todo del acceso a una cantidad mínima de alimentos. Por otra parte, el consumo de alimentos que no cumplen las normas mínimas de inocuidad puede también poner en peligro esa supervivencia. Los gobiernos han de tomar las medidas necesarias mediante sus políticas, sistemas y programas nacionales de seguridad alimentaria para procurar que las consideraciones de calidad e inocuidad de los alimentos formen parte integrante de su sistema de seguridad alimentaria. En la actualidad, muchos países carecen de normas nacionales completas en materia de calidad e inocuidad de los alimentos. Al ponderar los beneficios frente al costo de unas normas completas de calidad e inocuidad de los alimentos, los países pueden llegar a la conclusión de que, dado su nivel social y económico de desarrollo, el costo de algunas normas es elevado en comparación con los beneficios, especialmente si esos costos más altos han de ser sufragados por los pobres. Sin embargo, algunos países en desarrollo, con ayuda técnica de la FAO, han adoptado y aplicado normas nacionales completas sobre calidad e inocuidad de los alimentos basadas en las normas, directrices y códigos de prácticas internacionales recomendados de la Comisión del Codex Alimentarius. Dichos países se han beneficiado inmediatamente de unos niveles superiores de inversión en el sector alimentario, de una mejor aceptación, por parte de los consumidores, de materias primas producidas y alimentos elaborados en el país de más calidad y más seguros, así como de un acceso mucho mejor a mercados exteriores para exportar sus productos alimentarios. El cumplimiento de tales normas basadas en el Codex ha incrementado también su eficacia en cuanto a producción, elaboración y distribución de alimentos, ha fomentado un suministro nacional más barato de alimentos de buena calidad e inocuos, ha reducido los problemas de pérdida de alimentos y ha aumentado considerablemente los ingresos por exportación.

8. La esencia de todas las leyes nacionales de alimentación en los países tanto industrializados como en desarrollo se basa en el siguiente enunciado básico, que puede redactarse de distintas formas pero que tiene un significado análogo: "Cualquier persona que venda en perjuicio del comprador un producto alimenticio que no se corresponda con el tipo o con la sustancia o con la calidad del alimento pedido por el comprador, será culpable de delito...". Una legislación de esté género establece la voluntad de los gobiernos de proteger a sus poblaciones contra alimentos nocivos y adulterados. Esto se consigue mediante unas medidas apropiadas de control de los alimentos basadas en normas alimentarias bien definidas que comprendan la calidad e inocuidad de los alimentos y su presentación sin engaño al consumidor. Las medidas que adopten los gobiernos para reforzar estas actividades contribuirán considerablemente a satisfacer las exigencias de la seguridad alimentaria y los compromisos por ellos asumidos en la CMA.

9. En todos los países, compete al sector alimentario cumplir los requisitos reglamentarios en materia de calidad e inocuidad de los alimentos. El sector alimentario abarca las actividades de los pequeños agricultores y de la pesca artesanal y los productores de escala media grande, el almacenamiento de los alimentos, su elaboración y su venta al por mayor y al por menor. Las cadenas alimentarias pueden ser tan breves como la distancia que va del huerto doméstico a la mesa de la familia, o tener miles de kilómetros de longitud, con muchos intermediarios. Los sistemas de conservación, elaboración y envasado de los alimentos pueden ser mínimos o muy complejos, pero la garantía de la calidad e inocuidad de los alimentos en todas las situaciones ha de ser una constante. El sector debe cumplir su tarea de garantizar la calidad e inocuidad de los alimentos mediante la aplicación de sistemas de garantía de la calidad y de control de la inocuidad de los alimentos basado en los riesgos, empleando los conocimientos científicos actuales. La aplicación de esos controles a través de la producción, manipulación, elaboración y comercialización se traduce en una mejora de la calidad e inocuidad de los alimentos, un aumento de la competitividad y una reducción de los costos de producción y de los desechos. A través de sistemas nacionales de control de los alimentos, los gobiernos deben ofrecer una infraestructura de apoyo y asumir una función asesora y reglamentaria.

10. El valor del comercio mundial de alimentos en 1997 fue de unos 458 000 millones de dólaresiii, y va en aumento cada año, gracias a la expansión de la economía mundial, a la liberalización del comercio alimentario, al crecimiento de la demanda de bienes de consumo y a la evolución de la bromatología, la tecnología, el transporte y las comunicaciones.

11. Los avances científicos han permitido también conocer mejor las características nutricionales de los alimentos y sus efectos en la salud. Esto ha hecho que los consumidores se comporten con más discernimiento en cuestiones alimentarias y exijan que se les proteja contra alimentos de calidad inferior o nocivos. Los consumidores esperan que los alimentos tanto del país como importados respondan a las normas básicas de calidad e inocuidad y cumplan los requisitos relativos a higiene alimentaria, etiquetado y certificación, empleo de aditivos alimentarios, límites para residuos de plaguicidas, etc.

12. El acceso de los países en desarrollo a los mercados de exportación de alimentos en general y del mundo industrializado en particular dependerá de su capacidad de satisfacer los requisitos reglamentarios de los países importadores. Para la mayoría de los países en desarrollo, la agricultura ocupa el centro de sus economías y las exportaciones de alimentos constituyen una fuente importante de entrada de divisas y de generación de ingresos para los trabajadores del campo y de la ciudad en los sectores agrícola y agroindustrial. La solución a largo plazo para que los países en desarrollo puedan sostener la demanda de sus productos en los mercados mundiales estriba en acrecentar la confianza de los importadores en la calidad e inocuidad de sus sistemas de suministro de alimentos. Para ello se requieren mejoras tanto en el ámbito de los sistemas nacionales de control de alimentos como dentro de los programas industriales de calidad e inocuidad de los mismos. Estos esfuerzos contribuirán notablemente a aumentar la cuota relativamente pequeña de los países en desarrollo en el comercio internacional de alimentos.

13. Para hacerse una mejor idea de los problemas actuales que plantean la calidad e inocuidad de los alimentos en las exportaciones internacionales procedentes de países en desarrollo, es útil hacer una reseña de las importaciones retenidas por la Administración Estadounidense de Alimentos y Medicamentos, único organismo que hace públicos estos datos mediante una lista mensual de importaciones retenidas. Dicha Administración regula la importación de toda clase de alimentos en los Estados Unidos fuera de los productos cárnicos y de aves de corral. En el Cuadro 1 pueden verse los datos tomados de las listas de retenciones de dicha Administración para el período comprendido entre julio de 1996 y junio de 1997. La mayoría de los casos de retención y rechazo de alimentos procedentes de países en desarrollo no tienen que ver con exigencias muy técnicas o complejas. A la cabeza de la lista figuran problemas de higiene alimentaria representados por la contaminación de los alimentos con insectos e inmundicias de roedores. Viene detrás la contaminación microbiológica, seguida del incumplimiento de los requisitos de los Estados Unidos sobre registro de alimentos envasados, poco ácidos, y luego el etiquetado. Más del 50 por ciento de los casos de rechazo son atribuibles a la falta de higiene alimentaria básica y al incumplimiento de los requisitos de etiquetado. Afrontar estos problemas está perfectamente dentro de los medios de la mayoría de los países en desarrollo y contribuiría mucho a fomentar el comercio de exportación.

Cuadro 1. Número de contravenciones aplicadas a importaciones retenidas por la Administración Estadounidense de Alimentos y Medicamentos y su importancia relativa en el período comprendido entre julio de 1996 y junio de 1997

Origen
Motivos de la contravención
África América Latina y el Caribe Europa Asia Total
Aditivos alimentarios 2 (0,7 %) 57 (1,5 %) 69 (5,8 %) 426 (7,4 %) 554 (5,0 %)
Residuos de plaguicidas 0 (0,0) 821 (21,1 %) 20 (1,7 %) 23 (0,4 %) 864 (7,7 %)
Metales pesados 1 (0,3) 426 (10,9 %) 26 (2,2 %) 84 (1,5 %) 537 (4,8 %)
Moho 19 (6,3 %) 475 (12,2 %) 27 (2,3%) 49 (0,8 %) 570 (5,1 %)
Contaminación microbiológica 125 (41,3 %) 246 (6,3 %) 159 (13,4 %) 895 (15,5 %) 1425 (12,8 %)
Descomposición 9 (3,0 %) 206 (5,3 %) 7 (0,6 %) 668 (11,5 %) 890 (8,0 %)
Inmundicias 54 (17,8 %) 1253 (32,2 %) 175 (14,8 %) 2037 (35,2 %) 3519 (31,5 %)
Alimentos envasados con bajo punto de acidez 4 (1,3 %) 142 (3,6 %) 425 (35,9 %) 829 (14,3 %) 1400 (12,5 %)
Etiquetado 38 (12,5%) 201 (5,2%) 237 (20,0%) 622 (10,8%) 1098 (9,8%)
Otros 51 (16,8 %) 68 (1,7 %) 39 (3,3. %) 151 (2,6 %) 309 (2,8 %)
Total 303 (100 %) 3895 (100 %) 1184 (100 %) 5784 (100 %) 11166 (100 %)

14. El entorno comercial internacional se ha modificado considerablemente en vista de los acuerdos alcanzados bajo los auspicios del GATT y el posterior establecimiento de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Hay dos acuerdos de especial interés, pues introducen cierta disciplina en el comercio internacional y son especialmente pertinentes por lo que respecta a cuestiones de inocuidad y calidad de los alimentos. Son:

15. El primer Acuerdo se refiere a la protección de la salud y la vida de los seres humanos, los animales y las plantas. El Acuerdo abarca todas las leyes, decretos y reglamentos aplicables; la experimentación; los procedimientos de certificación, inspección y aprobación; las exigencias de envasado y etiquetado que guardan relación directa con la inocuidad de los alimentos. Sólo se pide a los países que apliquen medidas basadas en principios científicos y únicamente en la medida en que son necesarias y no constituyen restricciones encubiertas al comercio internacional. El Acuerdo fomenta el empleo de normas internacionales donde las hay y señala la concordancia de las normas alimentarias, directrices y otras recomendaciones de la Comisión del Codex Alimentarius (CCA), con lo dispuesto en las MSF. Cuando un miembro de la OMC estime que es necesario un nivel de protección sanitaria superior al otorgado por el Codex, tendrá que presentar pruebas científicas basadas en técnicas válidas de evaluación de riesgos.

16. El Acuerdo sobre OTC reconoce asimismo las normas internacionales, cuando existen. Exige que los reglamentos técnicos sobre factores tradicionales de calidad, prácticas fraudulentas, envasado, etiquetado, etc. (distintos de las normas abarcadas por las MSF) impuestas por países no podrán ser más restrictivas para los productos importados de lo que lo son para los productos producidos en el país. Las medidas técnicas aplicadas no deben crear barreras innecesarias al comercio internacional, han de tener un objetivo legítimo y el costo de su aplicación debe ser proporcional a la finalidad de la medida. Si se considera que la medida propuesta viola las disposiciones de cualquiera de los dos Acuerdos, puede impugnarse y someterse al mecanismo de solución de controversias de la OMC.

17. El reconocimiento de las normas alimentarias internacionales en el comercio internacional de alimentos constituye un elemento importante de los Acuerdos de la OMC. Permite a los países en desarrollo competir en condiciones de igualdad. Antes de esos Acuerdos, los países exportadores en desarrollo tenían que atenerse a las reglamentaciones de los países importadores. Ahora la situación ha cambiado algo. En primer lugar, los países que comercian deben aplicar normas internacionales y, en segundo término, en caso de controversia, pueden valerse del mecanismo de solución de controversias de la OMC, en el que los datos científicos serán el principal elemento determinante para resolver controversias de regulación de los alimentos al amparo de las MSF o de los OTC. Por lo tanto, redundaría en interés de los países exportadores insistir en la aceptación y utilización de las normas internacionales.

18. El Objetivo 4.1 del Plan de Acción de la CMA dice así: "Afrontar los retos del nuevo marco comercial internacional establecido en las recientes negociaciones comerciales a nivel mundial y regional, y utilizar las oportunidades que de él se derivan" y pide a la comunidad internacional "continuar ayudando a los países a ajustar sus instituciones y sus normas, en lo que respecta al comercio exterior e interior, a los requisitos de inocuidad y salubridad de los alimentos". El Comité podría examinar posibles medidas complementarias a la vista de la información que se ofrece en este documento.

19. Más de 800 millones de personas, muchas de ellas niños, padecen hoy día hambre y están malnutridos con graves consecuencias para el desarrollo y la capacidad de aprendizaje de los niños y la capacidad de los adultos de vivir en condiciones plenamente productivas. Por otro lado, la mayor parte de estas personas se hallan en aquellas partes del mundo en que los alimentos de que disponen están a menudo contaminados o adulterados, reduciendo así su calidad nutricional y perjudicando gravemente a su bienestar nutricional y sus economías domésticas.

20. Las enfermedades transmitidas por los alimentos constituyen un gran problema a nivel mundial, tanto por lo que se refiere a los sufrimientos humanos como a los costos económicos que originan. La tarea de estimar con cierta precisión la frecuencia de enfermedades transmitidas por los alimentos es en general verdaderamente enorme ya que en la mayoría de los países esa realidad no se registra bien. Se estima que casi un 70 por ciento de los 1 500 millones de casos aproximadamente de diarrea que se dan en el mundo al año están causados directamente por la contaminación biológica o química de los alimentosiv. Aun cuando esas enfermedades no sean fatales, multiplican gravemente los efectos de una alimentación deficiente debido a la reducción de la cantidad de alimentos ingeridos, a las pérdidas de nutrientes y a una mala absorción, lo cual puede dar lugar a condiciones de retraso mental y a minusvalías físicasv.

21. No está demostrado que los aditivos alimentarios o plaguicidas evaluados que se emplean de acuerdo con las recomendaciones internacionales hayan sido la causa de daño alguno para los seres humanos. No obstante, existe el riesgo de que el empleo inapropiado de esos productos químicos pueda provocar problemas de salud. En los problemas de inocuidad de los alimentos se incluyen también los de las toxinas de origen vegetal. Un ejemplo es el de la adulteración por Lathyrus Sativus de algunos cereales de consumo humano que han dado lugar a brotes de enfermedades transmitidas por alimentos. Ha habido otros brotes debidos a contaminantes como plomo, mercurio, cadmio; mezclas de semillas de mostaza con semillas de adormidera; adulteración del aceite de oliva con aceite mineral. También se han atribuido a las biotoxinas marinas varios casos de envenenamiento. Proliferan por doquier subproductos de la formación de mohos denominados micotoxinas. Algunos son potentes carcinógenos y pueden provocar también otros problemas de salud a los seres humanos y a los animales. Hay varios casos comprobados de contaminación por micotoxinas que han dado lugar a graves brotes de enfermedades.

22. La estimación de las consecuencias económicas debidas a alimentos nocivos o contaminados es una labor compleja. Supone tener en cuenta el valor de los cultivos y productos animales deteriorados o destruidos como consecuencia de esa contaminación, el valor de los rechazos/retenciones en el comercio de exportación, los gastos de tratamiento médico, la pérdida de producción o de ingresos como consecuencia de la morbilidad, invalidez o muerte prematura. La última de estas consecuencias económicas es la más difícil de medir, aunque a nivel mundial es probablemente el elemento que contribuye en mayor medida al costo total de los alimentos no sanos. Además, la muerte o la invalidez del asalariado pueden tener consecuencias desastrosas para la calidad de vida de sus supérstites.

23. Se han realizado algunos estudios para evaluar los costos totales que acarrean a la sociedad las enfermedades transmitidas por alimentos. En un estudio de 1977 se demuestra que la pérdida anual total imputable a Salmonellosis en la República Federal de Alemania es de 240 millones de marcos6, de cuya cantidad un 45 por ciento representaba pérdidas debidas a enfermedades humanas transmitidas por los alimentos y gran parte del resto correspondía a infecciones del ganado y de aves de corral. En un estudio realizado en 1987 en los Estados Unidos de Américavi en que se analizaban los costos médicos y las pérdidas de productividad debidos a la Salmonellosis se daba la cifra de 1 400 millones de dólares como costo total. En el mismo estudio estadounidense se avanzaba la cifra de una pérdida total de 256 millones de dólares como consecuencia de enfermedades y muertes producidas por Listeriosis. Sólo en los Estados Unidos, los gastos por pérdidas de productividad debidas a siete patógenos específicos han oscilado, según estimaciones, entre 6 500 millones de dólares y 13 300 millones de dólares cada añovii.

24. Del análisis de las repercusiones económicas de un brote de Staphylococcus aureus en la Indiaviii resultaba que el 41 por ciento del costo total de dicho brote lo asumían las personas damnificadas, costos que incluían la pérdida de sueldos o de productividad y otros gastos. Sobre la base del porcentaje de los ingresos per cápita, la carga económica para las personas afectadas en la India fue superior al del caso de un brote análogo en los EE.UU.

25. Los sistemas de abastecimiento alimentario en los países en desarrollo se hallan a menudo fragmentados en numerosos intermediarios. Están expuestos así a diversos tipos de prácticas fraudulentas, que pueden consistir en simples adulteraciones de los alimentos con algo de menor valor o de ningún valor en absoluto, o en un etiquetado no correcto del producto hecho con el propósito de engañar al consumidor. Además de sus consecuencias para la salud pública debidas a la reducción del contenido nutricional de los alimentos o la contaminación de los mismos, se defrauda al consumidor. Considerando que en los países en desarrollo la gente gasta casi el 50 por ciento de sus ingresos en comprar alimentos, cifra que entre los hogares de ingresos inferiores puede elevarse a más del 70 por ciento, se infiere que las consecuencias de esas prácticas fraudulentas pueden ser enormemente devastadorasix.

26. Los alimentos constituyen un buen indicador de la situación del medio ambiente en el que se producen. El seguimiento de los contaminantes ambientales en los alimentos no sólo ayuda, por lo tanto, a asegurar la inocuidad de los alimentos sino que puede alertar también prontamente sobre el estado del medio ambiente, por ejemplo en cuanto al nivel de contaminación con metales pesados, de tal suerte que permita la adopción de medidas apropiadas para mantener su productividad.

27. Casi todos los países tienen un sistema de control de los alimentos, por poco desarrollado que esté, para proteger a sus habitantes contra alimentos nocivos, adulterados o de mala calidad. Ello presupone también que existe una legislación alimentaria que denota una política gubernamental para la protección del consumidor.¿Por qué entonces grandes sectores de la población de muchos países en desarrollo siguen todavía sufriendo estragos a causa de unos alimentos nocivos, antihigiénicos o adulterados, y cada año se producen graves pérdidas en el comercio de exportación de alimentos porque esos alimentos no cumplen los requisitos básicos de inocuidad y calidad? Son varias las razones de esa situación insatisfactoria que reclaman la atención del sector industrial alimentario y de los respectivos gobiernos. A continuación se enumeran algunas de ellas:

Tal vez convenga referirnos brevemente a algunos de los requisitos básicos de los sistemas de control alimentario para ayudar al Comité en sus deliberaciones y a los Estados Miembros a revisar sus servicios, a fin de hacerlos más eficaces y efectivos.

28. Estrategia nacional de control de los alimentos: Es necesario asegurar la calidad y la inocuidad de los alimentos a través de toda la cadena de producción, elaboración, almacenamiento y distribución de los mismos. Se trata de una actividad multisectorial, cuyos objetivos no pueden lograrse sin la cooperación activa de productores, comerciantes, industria y gobierno y también la participación de la comunidad científica. La participación de diversos sectores de la economía en la organización y el funcionamiento del sistema de control alimentario es indispensable para su éxito. Esto puede conseguirse con una estrategia nacional de control alimentario bien formulada y que se organice con el apoyo de los distintos participantes. En esta estrategia se fija claramente la función de los organismos gubernamentales, de los diversos sectores de la economía y de los consumidores y se establecen mecanismos de cooperación, así como los medios para hacer frente a los retos más recientes o a los que comienzan a aparecer por lo que respecta a la salud humana y la economía nacional. Se asegura también que se empleen de forma coordinada los recursos de personal y financieros disponibles para alcanzar unos resultados óptimos. Merece que se dé prioridad a la formulación de esa estrategia a nivel nacional.

29. Legislación alimentaria: En muchos países, la actual legislación en materia de alimentos se ha quedado anticuada por lo que requiere una revisión general. El Modelo de Ley Alimentaria FAO/OMS puede servir de guía en caso necesario. Se trata de una ley marco que formula los principios básicos sin complicaciones como reglamentos alimentarios detallados, que pueden luego redactarse y promulgarse por separado. La ventaja es que los reglamentos detallados, que pueden requerir una revisión periódica, pueden modificarse fácilmente, de ser necesario, sin tener que pasar por el órgano legislativo nacional, cosa que en cambio habría sido necesario si estuviesen incorporadas en la ley. En el modelo de ley alimentaria se establecen amplios principios generales, definiciones básicas, responsabilidades respecto de su aplicación, inspección y requisitos analíticos, sanciones, facultades para dictar normas, etc. Son varios los gobiernos que han revisado ya sus leyes ajustándose a los requisitos del modelo de ley alimentaria. Quienes no lo han hecho todavía, tal vez deseen estudiar la aplicabilidad de las disposiciones de dicho modelo en sus sistemas jurídicos.

30. Servicio de control de los alimentos: Un servicio nacional de control de los alimentos está integrado por tres componentes principales: órganos de inspección de los alimentos; laboratorios y analistas, además de personal directivo y supervisor, que no sólo desempeña las funciones administrativas cotidianas, sino que ejerce también la competencia científica y jurídica necesaria. Los inspectores de alimentos, que son los ojos y los oídos del servicio, deben poseer la formación apropiada. Asimismo, los analistas han de estar bien capacitados para mantener la credibilidad del sistema. El Modelo de Ley Alimentaria FAO/OMS prevé el establecimiento de un comité u órgano asesor central que coordine las aportaciones de diferentes sectores, de la industria y los consumidores, y formule también recomendaciones sobre normas alimentarias y otros reglamentos. Como ese comité desempeñaría una función clave en el funcionamiento del sistema de control de los alimentos, muchos gobiernos han establecido ya esos órganos asesores. No obstante, queda mucho margen para mejorar su competencia, efectividad y eficiencia. Además, con objeto de abordar la actual situación internacional del comercio alimentario y proteger los intereses del consumidor nacional así como los de la economía del país, la FAO/OMS han recomendado que los gobiernos creen también comités nacionales del Codex. Son muchos los gobiernos que han adoptado ya medidas a este respecto.

31. Políticas de observancia: La falta de políticas de observancia en la mayoría de los países en desarrollo constituye un grave inconveniente. Por política de observancia se entiende una declaración o conjunto de declaraciones oficiales en que se establecen los límites específicos o generales a los que tienen que ajustarse los productos, procesos o condiciones, de acuerdo con las leyes y los reglamentos vigentes. Una política de ese tipo ayuda a administrar, interpretar y cumplir la legislación vigente. Favorece la aplicación uniforme de la ley, la transparencia en las decisiones, imparte instrucciones específicas al personal competente, así como orientaciones sobre aspectos de observancia para la industria. La formulación de una política de observancia supone el establecimiento de una autoridad legal, así como la disponibilidad de recursos, conocimientos científicos, apoyo comunitario y un proceso de revisión periódica.

32. Desarrollo de infraestructuras: Para potenciar los servicios de control de los alimentos se requiere un desarrollo infraestructural considerable. Para el establecimiento, dotación y mantenimiento de los laboratorios se requieren grandes inversiones. Han de mejorarse periódicamente las capacidades de los sistemas y para ello hacen falta recursos. Los gobiernos proporcionarán esos recursos sólo cuando hayan reconocido las repercusiones tanto económicas como de salud que derivan del control de los alimentos. Sobre todo los ministerios económicos suelen tener un mejor historial de movilización de recursos para un desarrollo adecuado de las infraestructuras y de las capacidades de control de los alimentos. Puede obtenerse ayuda de los organismos internacionales como la FAO, la OMS, el Banco Mundial y otras instituciones con ese fin. Sin embargo, todo esto dependerá de la prioridad que las autoridades de cada país atribuyan al control de alimentos.

33. Ha habido ejemplos satisfactorios en que las posibilidades de un país en desarrollo se han acoplado con las necesidades de otro con el consiguiente beneficio mutuo para los dos. El sistema de las Naciones Unidas ha venido fomentando este enfoque de Cooperación Técnica entre Países en Desarrollo (CTPD). El control de los alimentos puede beneficiarse de ese planteamiento, especialmente para la formación de personal y la creación de capacidad. La presencia de varias agrupaciones económicas regionales, el incremento de las necesidades de seguridad alimentaria y los intereses comerciales de muchos países en desarrollo han mejorado el alcance de la CTPD. Es algo que hace falta fomentar aún más.

34. En 1962 se creó la Comisión Mixta FAO/OMS del Codex Alimentarius, que tiene como objetivos importantes proteger la salud de los consumidores y asegurar unas prácticas leales en el comercio alimentario. Es un organismo intergubernamental que se ocupa de preparar normas alimentarias internacionales y otras recomendaciones pertinentes para fomentar la calidad de los alimentos y su inocuidad. En su seno reúne a científicos, expertos técnicos, autoridades gubernamentales y organizaciones internacionales de consumidores y de la industria. A lo largo de los 37 años transcurridos desde su creación, la Comisión ha producido más de 200 normas alimentarias; casi 3 000 límites máximos para residuos de plaguicidas, medicamentos veterinarios, micotoxinas, contaminantes ambientales; códigos de prácticas de higiene; una norma general para el etiquetado de alimentos; un código de ética para el comercio internacional de alimentos y toda una serie de directrices y recomendaciones para los gobiernos y la industria. El Codex se ha demostrado uno de los programas de mayor éxito de los organismos especializados de las Naciones Unidas, al contribuir a la armonización internacional del importante sector de la calidad e inocuidad de los alimentos. En virtud del Acuerdo sobre MSF, las normas del Codex, sus directrices y demás recomendaciones se han reconocido como puntos de referencia para la armonización internacional. Dichas normas sirven también de textos básicos para la solución de controversias en materia de comercio. El Acuerdo sobre OTC también reconoce las normas internacionales. La labor desarrollada por el Codex en los sectores de la calidad e inocuidad de los alimentos, la protección del consumidor y las cuestiones relativas al comercio internacional de productos alimenticios es tan completa y fundamentada científicamente que cabe aconsejar a los gobiernos de los países en desarrollo que se aprovechen plenamente de ella en sus respectivos esfuerzos por mejorar el control de los alimentos. Los países en desarrollo deberían participar más activamente en la labor de la Comisión para asegurar que se tengan suficientemente en cuenta los intereses de sus consumidores y sus intereses económicos nacionales.

35. Durante casi tres decenios, la FAO ha sido el organismo internacional principal en prestar asistencia técnica para el control de los alimentos. Esta ayuda ha abarcado muchos aspectos del problema, en particular: asesoramiento sobre estudio y redacción de leyes y reglamentos sobre alimentos; establecimiento y reforzamiento de laboratorios; ayuda a programas nacionales de vigilancia de la contaminación de los alimentos; talleres para la elaboración de estrategias nacionales de control de los alimentos; capacitación y desarrollo de personal en varios sectores; ayuda para mejorar los programas industriales de calidad e inocuidad de los alimentos; potenciamiento de las infraestructuras nacionales de control de los alimentos; estudios sobre problemas específicos de inocuidad de los alimentos y protección del consumidor como los relativos a los alimentos de venta callejera; fomento de centros de excelencia para la capacitación; suministro de materiales de referencia para los laboratorios; control e inspección de la calidad para las exportaciones; sistemas de certificación para las exportaciones de alimentos; armonización de los reglamentos alimentarios a nivel regional; fomento de la CTPD, y refuerzo de los comités nacionales del Codex.

36. La necesidad de ayuda es evidente y en realidad se ha multiplicado como resultado de los acuerdos de la OMC. El problema fundamental es, sin embargo, la escasez de recursos. Habida cuenta de la importancia del tema en términos de seguridad alimentaria, debería ser posible contar con la cooperación y el apoyo de instituciones financieras como el Banco Mundial, los bancos regionales de desarrollo y donantes bilaterales. El Acuerdo sobre MSF hace referencia al principio de "equivalencia" entre las medidas de protección de un país y las de otro. Alienta el recurso a acuerdos de reconocimiento mutuo entre países. El acuerdo pide también a los países importadores de alimentos que presten asistencia técnica a los países en desarrollo exportadores que les permita exportar a esos países. Conviene tal vez examinar la forma de institucionalizar y coordinar las medidas de esa ayuda para bien general de los países en desarrollo y para sus sistemas de control de alimentos en particular.

37. Sólo existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias al respecto a fin de llevar una vida activa y sana. Las proyecciones actuales indican un aumento del 31 por ciento de la población mundial entre 1996 y el año 2020, produciéndose casi el 98 por ciento de ese incremento en los países en desarrollo. También se pronostica que en el período 1995-2020 se duplicará la población urbana de los países en desarrollo. Este crecimiento de la población mundial en general y de la población urbana en particular ejercerá una mayor presión sobre los sistemas de producción, manipulación y distribución de los alimentos y también sobre el entorno general en los países en desarrollo. Esto podría dar lugar a problemas potencialmente graves en materia de calidad e inocuidad de los alimentos. La falta de recursos técnicos y financieros en los países en desarrollo agravará la inseguridad alimentaria, a menos que se emprendan iniciativas oportunas para afrontar esos problemas. Los sistemas nacionales de control de los alimentos protegen a los consumidores nacionales de alimentos nocivos, adulterados o de mala calidad por cualquier otra causa. Mejorando la eficiencia del sistema alimentario se incrementa la disponibilidad de alimentos y se fomenta la confianza de los compradores extranjeros en la calidad e inocuidad de las exportaciones de alimentos procedentes del país.

38. Los recientes Acuerdos de la OMS sobre MSF y OTC han modificado ampliamente el panorama actual del comercio internacional de alimentos. Estos Acuerdos aceptan las normas alimentarias internacionales del Codex y sus otras recomendaciones como puntos de referencia para la introducción de medidas nacionales de protección de los alimentos. Las naciones que impongan unos requisitos más estrictos para las importaciones de alimentos a sus países han de hacerlo sobre la base de criterios científicos válidos. Dado que los Acuerdos de la OMC proporcionan la posibilidad de competir en igualdad de condiciones en el comercio internacional de alimentos, sería de interés de los países en desarrollo aceptar y aplicar las normas del Codex. Esto requiere también una mayor participación de los mismos en la labor del Codex. La información que se genera dentro del Codex es de gran importancia para mejorar la seguridad alimentaria a nivel nacional y local.

39. Los cambios constantes que se producen en los sistemas de producción y distribución de alimentos, los problemas que van surgiendo en materia de inocuidad y calidad de los alimentos, los cambios en la demanda de los consumidores y la industria, así como las exigencias de los mercados internacionales y las de la seguridad alimentaria nacional, requieren un estudio y autorización periódicos de los sistemas nacionales de control de los alimentos. Los gobiernos han de reconocer la necesidad urgente de potenciar esos sistemas y la infraestructura pertinente y adoptar las medidas adecuadas para proteger al consumidor nacional, reforzar la seguridad alimentaria nacional y defender los intereses de exportación de alimentos que tiene el país.

40. Para apoyar la pronta consecución de los objetivos y metas de la CMA, el Comité de Seguridad Alimentaria podrá examinar tal vez la conveniencia de formular las siguientes recomendaciones a los gobiernos y organizaciones internacionales interesadas.

 

Referencias

i  División de Población de las Naciones Unidas 1998. World Population Prospects: The 1996 Revision. New York.

ii  División de Población de las Naciones Unidas 1998. World Urbanisation Prospects- The 1996 Revision. New York.

iii OMC 1998. Informe anual de la OMC, 1998.

iv  OMS, 1998. Food Safety- a world-wide public health issue. Página de Internet de la OMS http//www.who.ch/.

v  FAO/OMS 1984. "Importancia de la inocuidad de los alimentos para la salud y el desarrollo". Informe del un Comité Mixto FAO/OMS de Expertos en Inocuidad de los Alimentos.

vi   Roberts T. 1989. "Human illness costs of foodborne bacteria". American Journal of Agricultural Economics, 71:2, 468-474.

vii  Buzby J.C., y Roberts T. 1996. ERS Updates US Foodborne Disease Costs for Seven Pathogens. Food Review, 19:3 20-25.

viii Sudhakar P.;Nageswara Rao R; Ramesh Bhat y Gupta C.P.1988. The economic impact of a foodborne disease outbreak due to Staphylococcus aureus. Journal of Food Protection. Vol. 51 No. 11 .

ix   Malik R.K. 1981. "Los alimentos: objetivo prioritario para la protección del consumidor en la región de Asia y el Pacífico". Alimentación y nutrición, 7:2.