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¿Cuál es el costo real de la leña?

Philip Wardle y Massimo Palmieri

PHILIP WARDLE es Economista Forestal Superior y MASSIMO PALMIERI Auxiliar de Investigaciones del Departamento de Montes de la FAO.

Para los dos tercios de la humanidad que vive en países en desarrollo las escaseces de energía más graves son las relacionadas con los bosques. Los países en desarrollo dependen en gran parte de la energía maderera. La preparación de alimentos, la calefacción, la artesanía y los procedimientos manufactureros locales de toda clase tienen por combustible la leña y el carbón vegetal. Por tratarse de una fuente de energía tan universal y tradicional, la leña se considera barata. En realidad, el verdadero costo de la leña es difícil de evaluar, pues está compuesto de varios costos ocultos e invisibles.

En muchas regiones del mundo predomina la idea de que la leña es gratuita o, por lo menos, muy barata. La población campesina la extrae del bosque familiar, de las reservas forestales estatales o de otros bosques «gratuitos». Parte del costo oculto de la leña lo constituye la mano de obra familiar y la oportunidad que así se pierde de dedicar ese esfuerzo a labores más productivas o importantes. Para quienes comercian en leña, el costo de ésta puede ser el costo de la mano de obra, del equipo para cortarla, de su transformación en carbón vegetal, de su transporte y almacenamiento. Está claro que el precio de mercado de la leña no da más que una vaga indicación del verdadero costo de su utilidad para los consumidores. Además, la carencia de estadísticas complica la determinación de los costos, pues, en su mayor parte, la leña escapa a los registros de los mercados y a los sistemas fiscales. La subestimación o falta de conciencia del costo de la energía maderera contribuye considerablemente a sustentar la idea de que los recursos forestales son abundantes. si no ilimitados.

El costo de reemplazar los bosques no está reflejado ni por los precios de mercado de la leña ni por el costo oculto que representa para las familias la tarea de su recolección. Tampoco registran estas cifras el costo de los suministros alternativos de energía que quizás habrá que sufragar una vez que se agote el bosque o cuando éste quede erradicado permanentemente. El precio puede asimismo resultar tan bajo que no proporcione ningún aliciente para economizar en el consumo de combustible.

¿Cuál es el costo real de la leña?

El movimiento de los precios de mercado indica de forma inmediata las fluctuaciones que se verifican en la oferta y la demanda. Igualmente puede proporcionar muy valiosas señales de alarma de las escaseces en gestación, comprensibles tanto para la comunidad como para las autoridades responsables del suministro de energía. La inflación galopantes de los precios de la leña constituye en sí misma una señal de alarma de la destrucción de los bosques y el agotamiento de las disponibilidades futuras de leña. Por su puesto que ésta es una manera dolorosa de aprender, en especial para los miembros más pobres de la comunidad. Es preferible que el valor económico de los árboles y los bosques como fuentes de energía se aprecie en la medida justa y se tomen las precauciones necesarias para conservar y ampliar la silvicultura y la arboricultura en las zonas donde estas actividades son ecológicamente factibles y económicamente razonables.

A través de los gráficos se pretende dar una idea de los costos reales de una fuente de energía que, si bien es barreta, se está volviendo cada vez más valiosa.

Figura 1 ENERGIA COMERCIAL, LEÑA Y PIB

Figura 1. En este gráfico se expone una muestra de 14 países en desarrollo en los cuales el consumo de energía comercial principalmente petróleo y carbón varia del 1 al 6% del producto interno bruto (PIB). El valor del consumo de leña y de carbón vegetal se calcula en una cifra que oscila entre el 1 y el 15% del PIB. En tres países de bajos ingresos, Alto Volta, Etiopía y Rwanda, a la leña corresponde más del 10% del PIB. En estos países y en Malí y Haití, la leña, que constituye el 7 u 8% del PIB, está ya escaseando. Si bien lo que se está comparando son los combustibles fósiles con la leña, quienes a pagan N esta energía no desembolsan petrodólares. Efectivamente, en gran parte no pagan con dinero, sino con su propio trabajo y tiempo. Sin embargo, pagan la energía y es posible que tengan que pagar un precio mucho más alto si se permite que se agote, pues se verán obligados a recurrir a combustibles alternativos más onerosos.

Figura 2. DISTRIBUCION DE LOS PRECIOS DE LOS PRODUCTOS BASICOS

Figura 2. El precio de la leña es un factor importante para quienes no la recogen gratuitamente, sino que tienen que comprarla en el mercado. Dicho precio es asimismo importante para productores y plantadores, que tienen que decidir acerca de las inversiones necesarias para cortar, transportar y reponer los árboles. Los gobiernos saben que los precios de la leña pueden ser un asunto delicado y figuran como articulo normal en las estadísticas de precios al consumidor en varios países donde es uno de los principales combustibles de las zonas urbanas.

La muestra de precios reunida por la FAO indica variaciones dentro de un margen muy amplio: desde un mínimo de 3 a 4 dólares EE.UU. por m³ por la leña en el bosque a un máximo de 40 a 50 dólares por la leña entregada en la ciudad. Las fluctuaciones también son amplias en el caso del carbón vegetal: en 1978, la tonelada se pagaba menos de 50. dólares y hasta 350 dólares. El carbón que proviene directamente del horno tiene un precio diferente del carbón que ha sido clasificado, embalado y entregado en el mercado. Las fluctuaciones de los precios reflejan asimismo las diferencias de salarios en diversos países y la existencia de subsidios o de precios controlados En 1975, los precios oficiales de la leña procedente de los bosques estatales de Nepal equivalían a 1 dólar el m³ (madera recolectada por los campesinas en el bosque), y a 3 dólares el m³ (madera recolectada para la industria local).

El precio de entrega en las poblaciones cercanas al bosque era de 8 dólares y, en Katmandú, de 16 dólares. En cambio, en el mismo año el precio al por mayor en Europa fue de 20 a 30 dólares el m³. Una estimación realizada últimamente indicó que el costo de mano de obra para producir carbón vegetal en la República Dominicana equivalía a 50 dólares la tonelada. El precio al productor era de 72 dólares la tonelada, el promedio del precio de mercado en las zonas rurales era de 128 dólares la tonelada y el precio de mercado en Santo Domingo era de 200 dólares la tonelada.

Figura 3 INDICE DE PRECIOS: CORRIENTES Y PRECIOS REALES

Figura 3. Los anos setenta han sido un decenio de inflación y de rápida variación de los precios de los productos básicos. Como en muchos de los otros productos forestales, el precio en dólares corrientes de la leña y el carbón vegetal permaneció relativamente estable hasta 1970, para aumentar rápidamente en los años setenta. En la Figura 3 se puede ver que el índice (con los precios de 1970 como 100%) fluctúa entre el 99 y el 104% en el periodo 1963-1970, habiendo llegado al 277% en 1978. El índice de las Naciones Unidas del valor unitario de las exportaciones o manufacturas, el cual da una indicación de la inflación internacional, fue de 225 en 1978. Por consiguiente, desde 1970, la leña y el carbón vegetal han aumentado de precio en relación con otros bienes a razón del 1,5 al 2% al año aproximadamente. En el periodo 1963-1970, los precios bajaron en un porcentaje aproximadamente igual en relación con los demás productos básicos. En ambos períodos, el cambio del precio real siguió la dirección del precio del petróleo, pero fue menor.

ENERGIA EQUIVALENTE: VALORES DE ALGUNOS COMBUSTIBLES CORRIENTES

COMBUSTIBLE

UNIDAD

EQUIVALENTE EN CARBON (t)

EQUIVALENTE EN PETROLEO (barriles)

CONTENIDO ENERGETICO (gigajulios)

LEÑA

0,33

1,6

9,4

CARBON VEGETAL

t

1,0

5,0

28,9

PETROLEO CRUDO

BARIL

0,2

1,0

5,8

1 gigajulio = 109 julios

El precio de una tonelada de carbón vegetal es, en promedio, seis veces superior al precio del metro cúbico de leña, lo que parecería aceptable si se considera que para fabricar una tonelada de carbón de leña se necesitan unos 6 m³ de leña. No obstante, cabria esperar que el precio de mercado reflejara el costo más bajo del transporte del carbón vegetal, por lo menos en el caso de los mercados más lejanos. El precio por gigajulio de contenido de energía bruta es en promedio unas dos veces superior al de la leña seca, lo cual sugiere que el precio de mercado refleja asimismo la mayor comodidad y eficacia de utilización y la mayor recuperación de energía de la leña en el uso doméstico normal. La eficacia de costo de un combustible constituye un elemento de importancia para determinar la elección de uno determinado y, por consiguiente, su demanda. Sin embargo, intervienen también otros elementos, como la tradición, el grado de aceptación, el aroma, el modo en que se quema el combustible y las exigencias de la estufa tradicional. Estos factores influyen además en la fijación de los precios de determinadas clases de leña

Figura 4. VALOR EN DOLARES POR UNIDAD DE CONTENIDO DE ENERGIA

Figura 4. La leña y el carbón vegetal compiten entre si y con otros combustibles. ¿Qué relación hay entre sus precios?

En la Figura 4 se consignan los precios relativos de la leña y el carbón vegetal, comparados con el valor en dólares por gigajulio de su contenido de energía y asimismo con su valor por metro cúbico o tonelada métrica. La curva inferior del gráfico indica la evolución del precio del petróleo crudo en el mismo periodo. En 1978 el índice en dólares corrientes, de la leña y el carbón era igual a más de tres voces su valor en 1970 y el índice del petróleo crudo unas diez veces superior. Por consiguiente, se pasó de una situación en la cual el precio de mercado del julio de energía proveniente de la leña era en promedio seis veces superior al del petróleo crudo, a otra situación en la cual dicho precio era superior solamente en un 20 a un 40 por ciento.


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