Página precedente Indice Página siguiente


21a Conferencia de la FAO

Edouard Saouma reelegido Director General; aprobado el presupuesto de la FAO de 366,6 millones de dólares; recomendaciones sobre la seguridad alimentaria mundial

Gabriel De Sabatino

Edouard Saouma, Director General de la FAO

En su 21° período de sesiones, la Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación reeligió a Edouard Saouma, del Líbano, Director General, aprobó el programa de trabajo y el presupuesto para 1982-83 y adoptó una serie de recomendaciones sobre la seguridad alimentaria mundial.

La Conferencia integrada por 152 naciones, órgano supremo de la FAO, tuvo lugar en la sede de la FAO, Roma, durante un período de más de tres semanas (7-26 de noviembre). La primera medida de la Conferencia fue la elección del Sr. Saouma para un segundo mandato de seis años a partir de enero de 1982. El Sr. Saouma, candidato único, recibió 138 votos de los 139 depositados.

Posteriormente la Conferencia aprobó por 110 votos a favor, cinco en contra y nueve abstenciones, el Programa de Labores y Presupuesto para 1982-83 propuesto por el Director General. Prevé gastos de 366,6 millones de dólares para costear las actividades de la Organización. Significa un aumento de 86 millones de dólares sobre el presupuesto anterior, en su mayoría para compensar la inflación, y no representa más que 2,9 por ciento de aumento efectivo por año.

El período de sesiones, inaugurado el 7 de noviembre, fue presidido por Jorge Rubén Aguado, Ministro de Agricultura y Ganadería de la Argentina. Tomaron parte en sus labores más de 1 000 delegados y observadores, entre los que se contaban ministros de ochenta naciones. En la sesión inaugural, la Primer Ministro de la India, Indira Gandhi, pronunció la Disertación Conmemorativa de MacDougall, en la que afirmó «que la vida y los alimentos son inseparables», e hizo resaltar la interdependencia de los países y que todos deben ser autosuficientes en materia de alimentación.

Dirigiéndose a la sesión de clausura, el Sr. Saouma, que previamente había hecho un llamamiento en pro de una seguridad mundial basada no en armamentos sino en alimentos, hizo resaltar «la gravedad del problema alimentario mundial» de la que muchos no parecen darse bien cuenta.

Afirmó que todavía «no hay un sistema eficaz de seguridad alimentaria mundial» y advirtió que el problema de la agricultura y la alimentación «sin duda se ha de agudizar en lo que queda de este siglo» y pidió a los gobiernos que hagan algo antes de verse envueltos por «los elementos desencadenados».

El Sr. Saouma aludió a la frecuencia cada vez mayor con que se ataca al multilateralismo el. Afirmó que está francamente preocupado por el hecho de que algunos países sean reacios a aumentar sus contribuciones incluso a organismos como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, de los que antes eran muy partidarios. También ponen en duda a «la conveniencia de un aumento real de sólo el 2,9 por ciento anual» en el presupuesto de la FAO en momentos en que las necesidades agrícolas del mundo exigen desembolsos del orden de 12 000 millones de dólares anuales.

«La Organización necesita el más pleno y constante apoyo de todos sus Estados Miembros ya que, dada la gravedad de las tareas que tenemos por delante, su papel no será nada envidiable. Las responsabilidades que se han confiado a la Organización exceden, con mucho, a lo que se puede hacer con sus recursos.»

El Director General expresó su satisfacción por «la unanimidad del apoyo que encuentra la FAO», y añadió: a La Organización necesita el más pleno y constante apoyo de todos sus Estados Miembros ya que, dada la gravedad de las tareas que tenemos por delante, su papel no será nada envidiable. Las responsabilidades que se han confiado a la Organización exceden, con mucho, a lo que se puede hacer con sus recursos.

Evocó la reciente cumbre de Cancún, en México, y pidió que se inicien cuanto antes negociaciones globales orientadas a incrementar la producción de alimentos y la autosuficiencia de los países en desarrollo. Comprometió de antemano la plena cooperación de la FAO con esas finalidades.

La Conferencia examinó y aprobó el programa de la FAO para promover, catalizar y ejecutar inversiones y asistencia técnica en países del Tercer Mundo por valor de aproximadamente 3000 millones de dólares anuales. Convino en aumentar la asignación al Programa de Cooperación Técnica (PCT), que pasa de 32,6 millones de dólares en el actual bienio, a 47 millones de dólares para 1982-83. El Programa presta asistencia directa durante cortos períodos en actividades de desarrollo e incluso en estudios de perversión que permiten hacer frente con urgencia a imprevistos en materia de alimentación.

La Conferencia concurrió con el parecer del Director General de que el estado mundial de la alimentación sigue siendo poco satisfactorio a pesar de que este ano son mayores las disponibilidades de alimentos. Los países más necesitados y particularmente los de Africa, se dijo, continuarán necesitando ayuda internacional.

En su informe, la Conferencia pone de relieve «la sombría situación económica mundial caracterizada por la recesión económica, el menor ritmo de crecimiento del comercio, la continuación de las presiones y medidas proteccionistas, y la inflación y el desempleo generalizado, todo lo cual, unido a la falta de un sistema plenamente eficaz de seguridad alimentaria mundial, contribuye a que el período actual sea uno de los económicamente más difíciles desde la segunda guerra mundial».

La crisis de la leña: lo que hay que hacer

En la actualidad, aproximadamente 100 millones de personas viven en zonas donde la leña escasea gravemente. A fines del siglo, si no se hace nada para remediarlo, la escasez afectará a más de 2 000 millones de personas, o sea, la tercera parte de la población total del globo.

Las principales líneas de acción son claras aunque las soluciones no serán fáciles ni rápidas. La productividad de los actuales recursos de leña debe mejorarse mediante medidas de conservación y ordenación; el nivel de plantación debe por término medio aumentarse cinco veces para crear nuevos recursos. La distribución de leña, inclusive el transporte a larga distancia de madera en forma de carbón vegetal, debe organizarse racional y económicamente, es preciso aumentar la eficiencia del uso de la leña con el fin de aprovechar mejor las disponibilidades; y en caso necesario, hay que proporcionar sustitutos de la leña. Es verdaderamente desolador ver la desequilibrada y disparatada marcha que lleva un mundo donde, mientras unas regiones están pasando de las calculadoras de bolsillo a las computadoras personales, otras son cada vez menos capaces de encontrar leña con que cocinar y calentarse, como han podido venir haciendo desde los primeros días de la civilización. La FAO debe desempeñar un papel de gula en el ataque internacional contra este problema tan sencillo y a la vez tan complejo.

Edouard Saouma
Director General de la FAO
en su declaración al
21° periodo de sesiones
de la Conferencia de la FAO

Renovó su apoyo al Plan de Acción de la FAO sobre Seguridad Alimentaria Mundial que exige la creación y el mantenimiento de reservas nacionales y regionales de alimentos como protección contra escaseces y situaciones imprevistas. Entre otras cosas la Conferencia pidió que se perfeccionen los sistemas de alarma que avisen de la inminencia de carestías alimentarias a los países en desarrollo; información más completa sobre el nivel de las reservas existentes en dichos países; más ayuda en el marco del Plan de Socorro para la Seguridad Alimentaria de la FAO; medidas que aseguren la mejor distribución de los alimentos; y mayor poder adquisitivo para los pobres.

La Conferencia recomendó que los países en desarrollo tengan asegurada la satisfacción de sus necesidades energéticas, haciendo mejor uso de fertilizantes y otros insumos y aprovechando más eficazmente fuentes nacionales renovables de energía y entre éstas el reciclado de materia orgánica, otras formas de biogás, el uso de animales de tiro, y la energía solar y eólica.

La Conferencia pidió a los países miembros de la FAO y de las Naciones Unidas que ofrezcan alimentos, dinero y servicios por valor de 1 200 millones de dólares para su Programa Mundial de Alimentos en 1983-84.

La Conferencia también:

Cuidando plantones de pino chir en un vivero de Pakistán: la reforestación en el mundo en desarrollo debe quintuplicarse

· Admitió como nuevos miembros de la FAO a Bhután, Guinea Ecuatorial, San Vicente y las Granadinas, Tonga y Zimbabwe.

· Aprobó las medidas adoptadas por el Director General para ejecutar propuestas hechas en 1979 por la Conferencia Mundial de Reforma Agraria y Desarrollo Rural (CMRADR)

· Adoptó la resolución de celebrar mundialmente todos los años el 16 de octubre como Día Mundial de la Alimentación.

· Adoptó una resolución en que se exhorta a los gobiernos a conservar sus recursos forestales y de leña y a asegurar la participación de los montes en el desarrollo agrícola y rural.

· Nombró al Dr. Monkombu Sambasivan Swaminathan, de la India, Presidente Independiente del Consejo que, integrado por 49 naciones, es el órgano rector de la FAO más importante después de la Conferencia. El Dr. Swaminathan, conocido hombre de ciencia e investigador, sucede al Dr. Bukar Shaib, de Nigeria. Permanecerá en ese cargo hasta noviembre de 1983.

· Encargó a la FAO que redacte un convenio internacional que garantice la conservación y uso para beneficio de toda la humanidad de los recursos genéticos vegetales de interés agrícola del globo.

· Fijó el período 5-24 de noviembre de 1983 como fecha del 22° período de sesiones de la Conferencia.

La Conferencia de la FAO adoptó una resolución sobre la importancia de la silvicultura

En el 21° período de sesiones, la Conferencia de la FAO adoptó una resolución sobre la «Importancia esencial de la silvicultura para el desarrollo rural y sus aspectos a largo plazo». La resolución puso en evidencia el interés general en la silvicultura, interés manifestado por un gran número de delegaciones durante toda la Conferencia. La resolución fue presentada por las delegaciones del Canadá, Indonesia, Costa de Marfil, Países Bajos, Noruega y Zambia.

Este es su texto integral:

Resolución: Importancia esencial de la silvicultura para el desarrollo rural y sus aspectos a largo plazo

Reconociendo los diversos usos de los bosques, como por ejemplo, el suministro de madera para combustible y materiales de construcción, cobijo, estabilización de la tierra, mejoramiento de la calidad del agua y reservas ecológicas forestales,

Observando que el consumo de madera en el mundo aumenta rápidamente,

Reconociendo que la desolación forestales en curso, sobre todo en las zonas tropicales, amenaza con destruir la capacidad productiva de los suelos y, en general, el equilibrio ecológico,

Observando con preocupación que los recursos forestales disponibles en el mundo disminuyen rápidamente,

Recalcando el hecho de que una planificación oportuna de los objetivos a largo plazo es esencial para que la silvicultura pueda satisfacer las necesidades futuras,

Observando que muchas comunidades ya se ven afectadas por la falta de los productos más fundamentales y otros beneficios de los bosques,

Observando que pueden obtenerse muchos beneficios mediante la ordenación de zonas forestales comunitarias y la realización de programas forestales en las aldeas,

Considerando la importancia socioeconómica de la participación de la población local en la solución de los problemas del suministro de madera, y en particular de leña,

Observando que en las directrices establecidas por la Conferencia Mundial sobre Reforma Agraria y Desarrollo Rural se hace hincapié en la importancia esencial de la silvicultura para el desarrollo rural,

Observando que «habrá comida mientras haya bosques»,

Reconociendo la función rectora que desempeña la FAO dentro del sistema de las Naciones Unidas en lo relativo a la silvicultura, las industrias forestales primarias y el desarrollo rural:

1. Pide a los Gobiernos que tengan en cuenta la importancia esencial de la silvicultura para el desarrollo rural, y que elaboren y adapten políticas destinadas a conservar el patrimonio ambiental y ecológico, de manera que los recursos de la naturaleza sean utilizados juiciosamente por la generación actual y se transmitan a la posteridad.

2. Apoya la Estrategia Forestal para el Desarrollo propuesta por el Director General, que tiene por objeto ayudar a los Estados Miembros a tener plenamente en cuenta la importancia esencial de la silvicultura para el desarrollo rural, con especial referencia a la conservación y regeneración de especies importantes para todos.

La agricultura necesita de los bosques

Explicación de la fotografía. Los agricultores itinerantes pasaron de Java, excesivamente poblada, a Sumatra. En el plazo de quince años se taló y quemó la vegetación arbórea que cabria las colinas, para disponer de tierras de labranza. La erosión y la disminución de la fertilidad obligaron a interrumpir el cultivo; la imperatoria romana pasó a ser la única vegetación que cubre esas tierras, y los agricultores se vieron obligados a desplazarse de nuevo en busca de otras colinas y otros montes. Las zonas más claras son las colinas deforestadas cubiertas de hierba. Las zonas oscuras son aquellas en que se han quemado recientemente las malezas para intentar cultivar productos comestibles. Pero la imperatoria retorna siempre. Esta fotografía aérea ha sido tomada por encargo del Gobierno de Indonesia en el marco de un proyecto a gran escala de rehabilitación de los recursos de tierras y aguas del sudeste de Sumatra.


Página precedente Inicìo de página Página siguiente