Congreso mundial sobre la flora y fauna silvestres
A fin de poner de relieve un aspecto de la conservación a nivel mundial, se prevé celebrar en septiembre de 1987 el cuarto Congreso Mundial sobre la Flora y Fauna Silvestres, en el que participarán más de 3000 especialistas en conservación.
Intervendrán en esta reunión internacional, que se celebrará en Denver y Estes Park, Colorado, destacados ecologistas, industriales, ambientalistas, deportistas, artistas, escritores, psicólogos, políticos y jefes de tribu, además de especialistas en conservación.
El propósito de la reunión es poner en contacto a personas con opiniones muy diversas sobre los problemas de la conservación con miras a promover una mayor conciencia de las necesidades de la flora y fauna silvestres y de la protección del medio ambiente.
En el congreso de Colorado se examinarán cuestiones como la conservación de los bosques hidrofíticos tropicales y los parques oceánicos, y se trabajará en la formulación de normas internacionales para combatir la lluvia ácida y otros problemas atmosféricos del mundo.
Expertos en recursos naturales darán breves cursos de tres a cuatro semanas sobre tecnología de la conservación. Entre otros, figurará uno sobre administración de los recursos silvestres, planificación y ordenación integradas de los recursos.
Otras actividades serán reuniones técnicas, debates, viajes sobre el terreno, actos culturales y alocuciones de destacados políticos y ambientalistas, un festival cinematográfico y una exposición internacional de carteles.
Vance Martin, dirigente del congreso, dijo: «En términos generales, el congreso trata de estimular la adopción de medidas de conservación para lograr una administración equilibrada de los recursos naturales y humanos.»
Vance Martin es Presidente de la Fundación Internacional para la Protección de la Flora y Fauna Silvestres, entidad sin fines de lucro formada por un grupo de educadores e investigadores que patrocina esa reunión cada tres cuatro años.
Martin añadió que muchos delegados asistirán para conocer los esfuerzos de protección de la flora y fauna silvestres que se llevan a cabo en los Estados Unidos. Más de 400 millones de hectáreas en 120 países son parques nacionales u otras zonas naturales reservadas, pese a lo cual sólo un pequeño grupo de esos países han promulgado legislación destinada concretamente a proteger la flora y fauna silvestres.
Técnicas de fijación del nitrógeno
Según un informe sobre el estado del medio ambiente publicado recientemente por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), los trabajos que se están llevando a cabo en materia de fijación biológica del nitrógeno son la avanzada de las asombrosas tecnologías nuevas.
El nitrógeno, que es un factor determinante de la productividad de los cultivos, constituye la base de muchos fertilizantes. La mayor parte de las plantas no pueden absorber el nitrógeno directamente del aire, y dependen de fertilizantes o de bacterias capaces de fijar el nitrógeno atmosférico. Si las plantas pudieran asimilar el 70% de la atmósfera que está formada por nitrógeno, la productividad agrícola podría aumentar de manera espectacular y desaparecería la necesidad de fertilizantes que requieren mucha energía.
Pocas personas se atreverían a predecir cuál sería la repercusión del uso de nuevos «supercereales» en la producción de alimentos. Los científicos adoptan una actitud prudente al evaluar los efectos de técnicas tan completamente nuevas como las de ingeniería genética. Se han dado algunos pasos decisivos, como la fijación biológica del nitrógeno, y parece que. sus efectos son sumamente positivos.
El resultado más destacado de esa técnica sería la alteración del equilibrio de nitrógeno en los suelos después de la cosecha. Los suelos en los que se cultivan cereales quedan generalmente sin reservas de nitrógeno tras la cosecha, re o duciéndose así su fertilidad y obligando a una rotación de cultivos o al abandono de la tierra. Sin embargo, la utilización de variedades fijadoras de nitrógeno reduciría o eliminaría esos períodos improductivos y no dejaría el terreno menos fértil que antes del cultivo.
No obstante, otras tecnologías prometedoras podrían tener efectos menos previsibles o beneficiosos. Se cree que la introducción de nuevos organismos en el medio ambiente podría tener efectos negativos. La hibridación y la utilización de técnicas de ingeniería genética en cultivares resistentes a la sequía podrían llevar al cultivo de regiones cada vez más secas, en las que las precipitaciones varían enormemente de un año a otro. La erosión eólica e hídrica en esas zonas podría provocar enormes daños en los cultivos y una degradación irreversible del suelo.
Al mismo tiempo que la comunidad científica adopta una actitud prudente en relación con esta espinosa cuestión, previendo graves consecuencias de una comercialización rápida, el PNUMA hace en su informe un llamamiento perentorio para que se tomen medidas urgentes.
El desarrollo sostenido sólo es posible cuando el suministro de los alimentos no sólo crece por lo menos al mismo ritmo que la población, sino que además deja la capacidad productiva de la tierra disponible para un crecimiento y desarrollo constantes. Las nuevas tecnologías deben permitir la preservación de la fertilidad vivificadora de los suelos, y al mismo tiempo la obtención de los rendimientos necesarios para una población mundial en rápido crecimiento.
En el informe se indica que los planificadores del desarrollo no deben confiar ciegamente en el progreso de la ciencia, sino canalizar sus recursos para llevar las nuevas tecnologías del laboratorio a los campos de cereales a la mayor brevedad.
El PNUMA ha propuesto un plan de acción nacional e internacional de 19 puntos. Dicho plan, en el que se pretende combinar la planificación racional del medio ambiente, la evaluación de la repercusión y el desarrollo de tecnologías comprobadas, marca una tenue línea divisoria entre el optimismo y la desesperación.
Por una parte, en el informe se considera que una nueva revolución agraria permitiría realizar la esperanza de alimentar a una población mundial que, según las previsiones, será superior a 10000 millones de personas a mediados del siglo próximo. Por otra parte, sin embargo, se alerta contra el peligro de la auto-complacencia, y se advierte a los encargados de las decisiones que el fantasma de Malthus les sigue de cerca.
Reunión de ONG en Nairobi
La participación de la UICN en la Conferencia de organizaciones no gubernamentales sobre medio ambiente y desarrollo celebrada del 4 al 8 de febrero de 1985 en Nairobi, permitió elevar el nivel de los contactos y establecer otros nuevos con las ONG que se ocupan de las cuestiones relacionadas con la conservación y el desarrollo en el mundo.
La Conferencia, que estuvo patrocinada por el Centro de Enlace para el Medio Ambiente y financiada por el PNUMA, reunió por primera vez a unas 150 ONG de 55 países que se ocupan del medio ambiente, el desarrollo, o ambos temas a la vez.
Asistieron a las sesiones muchos altos funcionarios de las Naciones Unidas, como el Dr. Mostafa Tolba, Director Ejecutivo del PNUMA, y representantes de organismos internacionales de asistencia, lo que demuestra el interés cada vez mayor de las organizaciones internacionales en establecer contactos más estrechos con las ONG, pues se considera que las mismas están más en contacto con las personas que intervienen en las actividades de conservación a nivel de base.
El Dr. Tolba dijo a los participantes que, a pesar de que las diferencias entre los organismos dedicados al medio ambiente y al desarrollo se reducían constantemente, seguirían produciéndose conflictos políticos en relación con los recursos mundiales cada vez menores de petróleo, bosques, pesca, tierras cultivables y agua potable, si bien había aumentado la cooperación entre los diversos organismos.
Dijo que las ONG podían dar un buen ejemplo esforzándose en combinar proyectos de ayuda alimentaria de urgencia con otros de plantación de árboles y conservación de recursos de suelos y aguas, y desarrollando y aplicando modelos de desarrollo «alternativos», como planes de lucha contra las plagas que redujeran la dependencia de los plaguicidas. Añadió que esas organizaciones podían esforzarse por hacer comprender mejor la interrelación entre la población, el medio ambiente y el desarrollo.
Animó a las ONG a que fijaran plazos concretos para reducir la desertificación en Africa, detener la destrucción de los bosques tropicales en Asia sudoriental, hallar mejores métodos para deshacerse de los productos químicos tóxicos, formular estrategias viables de utilización de las aguas a nivel de las comunidades, y hallar los medios de reducir el peligro de accidentes ambientales, como por ejemplo el desastre de Bhopal.
Muchos participantes consideraron que la importancia de la Conferencia estribaba sobre todo en las oportunidades que ofrecía de establecer nuevos contactos para ampliar el sistema de redes, el intercambio de información y la acción conjunta de muchas ONG.
Después de la Conferencia, el delegado de la UICN/Fondo Mundial para la Naturaleza dijo: «Ha habido menos retórica de confrontación abierta en ésta que en la mayor parte de las reuniones. En general, ha prevalecido un espíritu de entusiasmo contagioso, una búsqueda de soluciones prácticas para establecer vínculos a fin de lograr mayor fuerza y compartir los conocimientos, y una disposición a escuchar a los demás.»
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