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Silvicultura urbana: Perfiles de 13 ciudades

Farhana Haque

Farhana Haque es una periodista independiente residente en Roma que ha sido redactora de un diario nacional en inglés, y locutora y comentarista principal en lengua inglesa de la radio y televisión nacionales de Bangladesh.

1. Debre Birhan, Etiopía - Producción de arboles para leña

Población (1984): 25750 Personas

· Debre Birhan está situada en una meseta alta, a 140 km al norte de Addis Abeba. Por su única vía pavimentada, la carretera de Asmara, circula una corriente interminable de hombres y mujeres a pie, asnos con enormes cargas de heno o de ramas de eucalipto, viejos autobuses y ruidosos carros de dos ruedas arrastrados por caballos, que sirven como taxis. Los únicos árboles en la ciudad o en el campo circundante son eucaliptos, plantados por primera vez hace casi 100 años durante la masiva campaña nacional de forestación iniciada por el emperador Menelik II.

La población de la ciudad, así como los 13000 agricultores de la zona circundante, viven en un estado de pobreza y perpetua crisis. Uno de los principales problemas que comparten con la mayoría de sus connacionales es la gran escasez de leña para cocinar y para calefacción. En Etiopía, más del 90 por ciento de toda la energía consumida se destina a usos domésticos, y la leña representa el 40 por ciento del total. El resto se obtiene del estiércol animal, de residuos de cultivos y del queroseno. Hace tres generaciones, los bosques cubrían casi la mitad del país; ahora, menos del 3 por ciento. La zona circundante a Debre Birhan no es una excepción a esta alarmante tendencia nacional.

Las consecuencias de esa rápida deforestación son graves, especialmente para los centros urbanos. La leña, cuando es posible obtenerla, puede llegar a costar tanto o más que el queroseno, principal alternativa para los que pueden permitírsela El queroseno se importa, lo que representa una sangría considerable para las limitadas reservas de divisas del país. Los que no pueden permitirse ni la leña ni el queroseno, deben acudir cada vez más al estiércol o a los residuos de cultivos.

Un reciente esfuerzo para resolver el problema de los suministros urbanos de leña es el proyecto de plantaciones de la FAO en Debre Birhan, iniciado en 1966. Financiado con un donativo de 2555690 dólares EE.UU. del Organismo Danés de Fomento internacional, el principal objetivo del proyecto es aumentar a la larga los suministros de leña. También pretende aumentar la capacidad de Etiopía para planificar y administrar proyectos similares en unos 50 centros urbanos ya identificados que se enfrentan con unos niveles críticos de escasez de leña. Parte integrante del plan son la mejora de los servicios sociales comunitarios, el aumento de las oportunidades de empleo local y la promoción de medidas para la conservación de aguas y suelos.

Los estudios indican que un suministro adecuado y sostenido de leña para la ciudad requeriría al menos 3200 ha de plantaciones, la mayoría de eucaliptos de crecimiento rápido. Sin embargo, esas plantaciones ocuparían el 25 por ciento de toda la tierra de la zona, que ahora se destina a cultivos y pastos. Como un rápido cambio del USO de la tierra a esa escala tendría consecuencias económicas y sociales drásticas, sólo se ha previsto la plantación de 1100 ha en los próximos tres años. Mientras tanto, la investigación sobre las consecuencias de una ampliación de las plantaciones determinara hasta qué punto puede o debe llevarse a cabo íntegramente el plan.

Dentro de cinco años, la población de Debre Birhan comenzará a beneficiarse del aumento de los suministros de leña. Pero los beneficios serán aun mayores. Las plantaciones han dado ya a hombres y mujeres trabajo que se convertirá en una fuente permanente de ingresos. La población se beneficiará también de Un efecto secundario ya previsto: las flores de eucalipto contribuirán a la producción de miel, elemento muy apreciado en la dieta de Etiopía.

Hong Kong la plantación de árboles progresa

2. Hong Kong - Aprovechamiento máximo del espacio

Población (1983): 5313000 personas
Superficie: 105154 ha
Superficie forestal: 40000 ha

· Cuando los británicos llegaron a Hong Kong, la describieron como una isla «yerma» prácticamente sin arboles. Si bien en cierto modo el mayor bosque es la ciudad misma - un bosque de hormigón, vidrio y acero - casi el 40 por ciento de la superficie terrestre es «espacio verde». Más de la mitad de las masas de árboles y arbustos existentes las ha plantado la población en los últimos años.

El interés por las plantaciones urbanas en Hong Kong no es nuevo. En 1864 se abrió un jardín botánico, y un decenio mas tarde comenzó la forestación del Pico Victoria. Sin embargo, antes del decenio de 1950, las únicas instalaciones de recreo al aire libre en la ciudad eran un gran parque y varios clubes privados. Después de la segunda guerra mundial, se lanzó un plan que proponía el establecimiento de 30 ha de espacio verde de recreo por cada 100000 habitantes. La propuesta permaneció prácticamente en la fase de proyecto hasta 1963, cuando una nueva recomendación redujo el objetivo a 15 ha de espacio verde por cada 100000 habitantes en la ciudad, y 20 ha en las poblaciones de los Nuevos Territorios. Estos objetivos están casi realizados.

En 1976 se aprobó una ordenanza sobre parques, y en el plazo de dos años se establecieron 21 parques con una superficie total de más de 400 km2 bajo la competencia de la Dirección de Conservación del Departamento de Agricultura y Pesca.

Esos parques, que incluyen prácticamente todos los bosques de Hong Kong, están formados por masas naturales, muchas plantaciones y algunos matorrales. Como la finalidad de la ordenanza era promover las actividades recreativas, la educación sobre la naturaleza y la protección del suelo, no se han permitido cortas ni aclareos. La consecuencia es que toda la madera y leña para uso local se importa. Sin embargo, en los parques de los Nuevos Territorios se han mantenido los derechos tradicionales de los aldeanos sobre los bosques - recogida de forraje o de hierbas - pero ello no presenta ninguna amenaza y mas bien promueve un sentimiento local de la importancia de esos parques.

El empeño manifestado en Hong Kong en pro de los Arboles en el medio urbano y del mayor aprovechamiento posible de un espacio limitado es impresionante; un servicio de parques con una plantilla de más de 1900 personas, 20 de las cuales son profesionales; diez viveros que suministran anualmente 25000 Arboles; 200000 arbustos que producen flores y 200000 plantas para cubrir el suelo en las zonas urbanas. En cuanto a los visitantes de los parques, sólo en 1933 hubo más de nueve millones.

3. Tashkent, URSS - Un despliegue de arboles de diversos países

Población (1981): 1858000 personas
Superficie: 250 km2
Altitud: 450-480 m

· La ciudad de Tashkent, situada en el extremo occidental de la cadena montañosa Tien-Shan, en el Asia central soviética, es la capital del Uzbekistán y sede de una importante industria textil. Si bien su historia se remonta a más de 2000 años, el centro es nuevo, pues se reconstruyó después de que la mayoría de los edificios fueran destruidos por terremotos en 1966 El plan abierto del centro actual combina modernos edificios decorativos con atractivas zonas ajardinadas. Cubiertas de árboles protegen con su sombra muchas calles del intenso calor del verano. Jardines y parques con abundantes frutales añaden color en la época de la floración. Los inviernos son breves y fríos, y los veranos, secos y calientes, por lo que una amplia red de aryks o acequias de riego es esencial para el crecimiento de los Arboles.

Es sorprendente no sólo la cantidad de espacios verdes de la ciudad, sino también la variedad de los árboles de todo el mundo que crecen en ellos. Si bien los árboles del centro son nuevos, los que quedan en el resto de la ciudad son el resultado de una larga tradición de selección, tanto de especies locales como importadas. Esta variedad no se limita al Jardín Botánico de Tashkent, que esta clasificado por zonas geográficas e incluye, en la sección correspondiente a América del Norte, una plantación de cipreses calvos en una zona pantanosa artificial.

La especie mas común que se encuentra por las calles es con mucho la variedad occidental del arce (Acer negundo var. californicum), con su follaje grande y muy piloso. Otras especies frecuentes de América del Norte son el fresno blanco, la falsa acacia y la Maclura pomífera. Esta última, con sus flores fragantes en la primavera es en algunas calles el único árbol. Otras especies introducidas por sus flores y usadas mucho en el centro de la nueva ciudad son la catalpa, el algarrobo negro y ejemplares jóvenes del tulipero de Virginia. El roble ingles, con su abundante follaje, ofrece una excelente sombra.

La forma de los árboles se aprovecha debidamente. El moral de Asia, que crece lentamente, se planta en las calles bajo los cables telefónicos, mientras que las estrechas coronas cónicas del enebro y de la tuya ofrecen un contraste de formas con la textura suave del follaje de los árboles caducifolios, sobre todo a lo largo de las franjas que separan las zonas peatonales del tráfico rodado.

4. Colima, México - Acción ciudadana en pro de los arboles

Población: 130000 personas
Superficie: 28 km2 aprox.
Altitud: 472 m
Año de fundación: 1522

· El arbolado en las ciudades no tiene por qué ser responsabilidad exclusiva de los organismos oficiales. A veces, los grupos ciudadanos pueden desempeñar una función decisiva, fomentando la conciencia pública sobre el valor de los árboles en el medio urbano y enseñando a la población a cuidarlos. Ejemplo de ello es la labor reciente de Pro-Ecología de Colima, organización no gubernamental con sede en esa ciudad, que está cerca de la costa del Pacífico al oeste de México, D.F.

Desde que se fundó en 1963, Pro-Ecología de Colima se ha dedicado a atacar en varios frentes los problemas de la degradación del medio rural y urbano. Una de las acciones que más éxito ha tenido es la publicación, en julio de 1985, de una guía especial para la plantación de árboles, adaptada de modo especifico a las condiciones locales. A ella han seguido artículos en una revista regional y un programa de televisión.

Los efectos han sido considerables los políticos locales están ahora haciendo campaña por una «Colima verde»; se han aumentado las actividades de reforestación promovidas por el Gobierno, y se ha intensificado la educación ecológica en las escuelas. Actualmente todas las principales avenidas de la ciudad están bordeadas de Arboles, y la superficie urbana arbolada es del 15 al 20 por ciento.

La guía, publicada en colaboración con el municipio, pone de relieve la importancia de los Arboles para la comunidad. Se citan varias ventajas prácticas: los Arboles protegen del sol tórrido con una sombra agradable; absorben el ruido de un tráfico cada vez mayor; rompen el viento que barre la zona; contribuyen a purificar el aire y protegen de la erosión. La guía subraya los beneficios estéticos y psicológicos menos tangibles que ofrecen las formas, colores y texturas de los Arboles.

Para incitar a los ciudadanos a que tomen la iniciativa plantando y cuidando Arboles, la guía da consejos, acompañados de ilustraciones, sobre el lugar y el momento propicios, la preparación del suelo y el modo de efectuar la plantación para asegurar las máximas posibilidades de supervivencia, así como los cuidados necesarios para un crecimiento sano. También incluye cuadros en los que se indican las especies más apropiadas para las diversas condiciones de clima y de suelo, sus ritmos de crecimiento y el espacio que requiere cada tipo.

5. Milton Keynes, Reino Unido - Los árboles como inversión

Población: 100000 personas
Superficie: 9000 ha

MILTON KEYNES los árboles como elemento de la planificación

· En la mayoría de las ciudades donde existen programas de plantaciones urbanas, su financiación se considera únicamente como un gasto necesario, como uno de los servicios que las autoridades municipales prestan a los residentes y que, por lo tanto, es preciso pagar. Sin embargo, en Milton Keynes la plantación de Arboles en el casco urbano se considera no sólo como una inversión social, sino también comercial.

Se pretende que Milton Keynes, ciudad establecida y financiada por el Gobierno nacional, sea una de las varias comunidades modelo que reembolsarán las inversiones iniciales con un aumento de la renta de las viviendas y de los terrenos industriales.

La ciudad está formada por tres pequeñas ciudades y 13 aldeas, que ya existían antes, entre Londres y Birmingham. Es una de las «nuevas ciudades» establecidas en el decenio de 1960 para absorber el exceso de población de las grandes metrópolis y promover la actividad industrial en zonas económicamente deprimidas. Subyacente a esas razones pragmáticas, hay un idealismo que se remonta a los filántropos industriales de la Inglaterra del siglo XIX: la visión de unas ciudades bien planificadas y atractivas, con abundantes espacios verdes en vez de la clásica propagación anárquica y deprimente que caracteriza al crecimiento urbano.

Las plantaciones urbanas contribuyen de modo decisivo a la realización de ese ideal. Los Arboles son fundamentales en los planes de las nuevas ciudades, no sólo los plantados habitualmente a lo largo de las carreteras y los situados con grandes espacios intermedios en los parques con césped, sino también las plantaciones forestales bien cuidadas y adecuadamente dispersas entre las zonas residenciales. En Milton Keynes esas tierras forestales incluyen tres «parques» naturales, el mayor de los cuales tiene 40 ha y el menor 20; 1200 ha de «parques» lineales o cinturones verdes principales a lo largo de la ciudad, y unos 22 bosquecillos y sotos. Todos ellos tienen su origen en masas ya existentes, aumentadas con la plantación de especies exóticas seleccionadas y la regeneración de robles, fresnos, arces, cerezos y avellanos existentes.

Los tres parques naturales son como cuentas en el «collar» de parques lineales, todos conectados por una red de senderos, pistas para ciclistas y caminos de herradura, y en los que hay varios grandes lagos. El plano original de la plantación requería una combinación aleatoria de Arboles y arbustos nativos, pero luego se modificó por razones de mantenimiento y por motivos estéticos para lograr un estilo más efectista que distribuye las plantas en pequeños bloques, cada uno de los cuales varia según la textura y el color de los troncos y hojas. Se emplean mucho variedades de Salix y Cornus de tallos coloreados, y también rosas silvestres.

A fin de presentar una imagen favorable de la ciudad a los posibles empleadores y residentes, se ha hecho hincapié en los «efectos instantáneos», es decir, se plantan especies de crecimiento rápido, como álamos, sauces y alisos, al principio en bloques muy espesos. Una ordenación efectiva resuelve el problema causado por la mezcla de esas variedades con las especies de clímax y crecimiento lento. Lo ideal es que las primeras sirvan al comienzo como viveros, y luego que los rebrotes de cepa formen un abundante piso inferior.

De toda la plantación y mantenimiento en las calles y parques se ocupa la Dirección de Paisaje y Silvicultura de la Dependencia de Recreo de la ciudad. Esa Dependencia está encabezada por un director forestal, y en 1983 tenía una plantilla permanente de 25 empleados, y ocupaba a jornada parcial otros 25. Unos planes detallados y complejos de plantación, el uso de material de plantación bastante crecido y un cuidado intensivo, que incluye el uso generalizado de fertilizantes, hace que los gastos medios per cápita para actividades forestales sean casi el doble de la media nacional. Los técnicos forestales, los residentes y los encargados de las inversiones del sector público consideran que ese dinero está bien gustado.

6. Yokohama, Japón - Un plan para el siglo XXI

Población: 2821771 personas
Superficie: 421,5 km2

Japón un plan para el siglo XXI

· Situada en la bahía de Tokyo, al sur de la capital, Yokohama ha sido un puerto internacional desde que el Comodoro Perry «abrió» el Japón al occidente hace unos 130 años. Aunque su historia es mucho más antigua, físicamente es una ciudad nueva. Devastada por el gran terremoto Kanto de 1923, que destruyó más de 60000 casas, fue reconstruida como un centro industrial próspero sólo para ser devastada de nuevo por intensos bombardeos a finales de la segunda guerra mundial. Reconstruida de nuevo, es ahora la segunda ciudad del Japón y a la vez puerto, zona industrial importante y «ciudad dormitorio» para la población que se traslada diariamente a trabajar a Tokyo.

Aunque es una ciudad con un puerto activo, con industrias, con problemas de tráfico y con edificios modernos, Yokohama tiene también 1209 parques, que cubren casi 600 ha, con otras 4500 ha de terrenos forestales suburbanos. Muchas de las principales calles del centro están bordeadas de Arboles.

Esos espacios verdes, una de las características más sorprendentes del delta fluvial en que está asentada Yokohama y de las colinas circundantes, son el resultado de una política deliberada, de una planificación cuidadosa y de un esfuerzo constante. Durante años, el municipio ha venido comprando tierras en los suburbios a fin de mantener «espacios verdes de conservación» o «bosques de los ciudadanos». En 1980 se preparó un plan general para las actividades relacionadas con los espacios verdes, que se incorporó en el «Plan para Yokohama en el siglo XXI», un esquema global destinado a asegurar un medio urbano atractivo y cómodo para la población actual y futura. El plan requiere la protección y ampliación de las zonas verdes en los alrededores de la ciudad, la ordenación de los parques urbanos, la promoción de actividades agrícolas y forestales en terrenos urbanos y la protección especial de más de 1000 Arboles famosos. También establece una meta de 10 millones de Arboles plantados para el año 2000, el triple del número actual.

El centro de los espacios verdes de la ciudad es el parque. Algunos, como el parque Yamata, jardín japonés tradicional abierto al público en 1871, figuran entre los más antiguos del país; otros son muy recientes. Algunos, como el parque Yokohama con su enorme estadio de béisbol, son muy grandes; otros son pequeños terrenos de juego para los niños de los barrios. Esos parques ofrecen a los residentes en la ciudad una oportunidad para el descanso, el recreo y la apreciación de la belleza, pero tienen otra función especial: son espacios abiertos de importancia vital, donde la población puede refugiarse en caso de otro terremoto.

7. Canberra, Australia - Una ciudad inserta en un paisaje

Población (1981): 220000 personas
Superficie: 2356 km2
Fundación: 1824

· Hace 80 años, cuando se estaba eligiendo el lugar para la futura capital federal de Australia, uno de los principales criterios era que fuera una «bella ciudad, en una situación privilegiada, con amplias vistas y con características distintivas que se prestaran a un proyecto apropiado al objeto, no sólo para el presente sino para' todos los tiempos»; en breve, una ciudad inserta en un paisaje. Canberra, situada a unos 100 km al interior de la costa sudoriental entre Sidney y Melbourne, era el lugar ideal. Tenía lagos, cursos de agua y colinas onduladas como primer plano de las espectaculares montañas de la Gran Cordillera Divisoria, al sur.

Ochenta años más tarde, Canberra ha logrado, a pasar de las presiones cada vez mayores del crecimiento demográfico, seguir siendo una ciudad cuyo principal monumento es el medio natural. En un mundo en el que la mayoría de las ciudades sufren de problemas en el entorno urbano, ¿cómo ha logrado Canberra evitarlos?

Quizás la razón fundamental es que el Gobierno australiano ha defendido su visión original promulgando una legislación encaminada a esa finalidad, y ha fomentado abiertamente el uso imaginativo del medio natural existente. Ese esfuerzo se ha simplificado debido a que en 1970 el Gobierno Federal aprobó la adquisición de todas las tierras privadas que seguía habiendo en el territorio de la capital australiana. Así, todas las tierras son ahora de propiedad pública y sólo pueden dedicarse a usos urbanos o rurales mediante arrendamiento.

El desarrollo urbano se ha permitido únicamente en los valles, conservando la vegetación natural en las colinas y cumbres que los rodean. A lo largo de los ríos se mantienen espacios verdes. Cuando la tierra periférica es relativamente llana y abierta, se destina a usos que requieren amplios espacios, como pastizales para caballos y campos de golf.

En 1975, se introdujo el concepto de «paisajes de primer plano». Se ha establecido media docena de esos paisajes, ejemplos del típico campo australiano, a lo largo de las principales carreteras en las zonas urbanas periféricas del sur y del oeste, donde ofrecen una perspectiva de montañas lejanas cubiertas de nieve en la estación invernal. Aunque el espacio ocupado por esas zonas es en realidad bastante pequeño, su situación estratégica y sus efectos visuales crean la ilusión de un amplio espacio pastoral.

Si bien el medio natural en que está situada Canberra es de una belleza poco común, gran parte de esa belleza podría haberse destruido fácilmente sin unos esfuerzos administrativos firmes y persistentes y una planificación forestal imaginativa. La mayoría de los residentes permanentes de Canberra tienen conciencia de que su ciudad es mucho más hermosa que el medio urbano donde vive la mayoría de los australianos, y parecen aceptar la reglamentación que ello entraña como un precio justo de ese privilegio.

Canberra importancia de la estética

8. Singapur, República de Singapur - Una corriente de aire en la jungla de Hormigon

Población: (1978): 2322000 personas
Superficie: 92 km2

· A principios del decenio de 1960 la población de Singapur aumentó vertiginosamente; también se manifestó un empeño firme de hacer de la ciudad un centro mundial de comercio y turismo, una ciudad jardín, una metrópoli verde. Como entonces había relativamente pocos Arboles dentro de la ciudad propiamente dicha, el Departamento de Parques y Recreo de Singapur tuvo que realizar un gran esfuerzo para lograr ese objetivo. Dos elementos fundamentales para su éxito son los programas en gran escala de «aireación», y de «ocultación».

Las plantas y los Arboles en un medio urbano, donde hay mucha superficie cubierta con cemento y asfalto, sufren de una distribución deficiente del agua de la lluvia y de un suministro inadecuado de aire para sus sistemas de raíces. Con el «programa de aireación» se pretende aliviar esos problemas. La norma anterior de 1,3 m2 de superficie abierta en las plazas para los Arboles se ha aumentado, cuando ha sido posible, hasta 16 m2 como mínimo, y todas las plazas deben tener por lo general un porcentaje de espacio verde que va del 30 al 40 por ciento. Las nuevas vías principales de comunicación deben tener ahora una división central de cuatro metros de anchura, y unas bandas laterales de dos metros para plantar especies vegetales, bordeadas de una senda semipavimentada de 1,50 m y una carretera de servicio, también semipavimentada. Las carreteras secundarias deben tener por lo menos bandas laterales de 1,50 m para la plantación.

Esas normas no sólo permiten disponer de más espacio para árboles y arbustos, sino que reducen también al mínimo las perturbaciones causadas al sistema de las raíces durante la instalación o reparación de cables, conducciones de agua y alcantarillas. Los parques, tanto viejos como nuevos, se plantan con Arboles para reducir las superficies asfaltadas, y muchos se han pavimentado con losas perforadas para facilitar la corriente de aire y el drenaje del agua.

El «programa de ocultación» es un gran esfuerzo destinado a usar la vegetación para camuflar los edificios de hormigón, los pasos elevados, los puentes, los moros de contención y otras estructuras urbanas. Inmediatamente después de la construcción, se plantan especies rastreras como Ficus pumila, trepadoras, arbustos y Arboles. Se hace mucho uso de «Arboles instantáneos» como Pterocarpus indicus (Angsana) y Erythrina spp. Los plantados en lugares muy oscuros, bajo los puentes o pasos elevados, se eligen por su capacidad para sobrevivir en un medio sin sol. En donde no llegan las precipitaciones naturales, se los riega artificialmente. Se plantan trepadoras para cubrir los postes del alumbrado público, especialmente en zonas donde no hay espacio suficiente para plantar Arboles, y en los edificios se instalan jardineras para que las flores puedan añadir color a los balcones.

Aunque los Arboles florales crecen bien en Singapur, muchos producen pocas flores porque no hay una estación seca pronunciada; a menudo no florecen con la suficiente frecuencia o simultáneamente para producir un efecto de color. En los últimos años, se ha intensificado la búsqueda de especies que florezcan bien en las condiciones climáticas de Singapur.

9. Bruselas, Bélgica - El bosque del sol

Población (1981): 1008715 personas

· Los galos belgas lo consideraban un lugar sagrado y le dieron el nombre del sol. Carlomagno se paseó por 61 en el 804 con León III, el papa que cuatro años antes le había coronado emperador. Más de mil años más tarde, los residentes y visitantes pueden todavía pasear por una de las 20 sendas que hay en el bosque de Soignes, en las cercanías de Bruselas. Concientes o no de ello, son los beneficiarios de la ordenación de un bosque urbano que se remonta no a decenios, sino a siglos.

El bosque de Soignes es quizás el parque público más viejo de Europa. Durante la Edad Media era una reserva de caza; a diferencia de muchos bosques feudales no estaba cerrado a la población, que lo usaba, entre otras cosas, como refugio cuando había invasiones. Su primer «ordenador» fue quizás el emperador Carlos V, quien decretó en 1543 que en las 10383 ha de la «Carbonaria Silva» como se denominaba entonces al bosque, debido a las grandes cantidades de carbón vegetal producido en 61 para las industrias siderúrgicas locales - debía practicarse una corta selectiva. Cada año solo podían talarse Arboles en 126 ha (100 bonniers), con un ciclo de rotación de 80 años, para permitir la regeneración natural, mientras que 323 hectáreas estaban reservadas al emperador para «caza y recreo».

Pero a quien Bruselas debe estar agradecida sobre todo es a los clarividentes duques borgoñones de Brabante, de los que el bosque era feudo hereditario desde el siglo XII. Sin embargo, a principios del siglo XVIII las tierras forestales de los duques hablan sido devastadas por cortas ilegales y sucesivas oleadas de soldados ocupantes. En el siglo siguiente se encomendó al personal forestal de Brabante la iniciación de un programa masivo de plantación, y en 1830 el bosque había sido restaurado a su magnífica condición actual.

El interés de los belgas por conservar su patrimonio forestal se consagró formalmente en 1822 con la fundación de la Sociedad para la Promoción de la industria Nacional. a la que se encargó la ordenación de 40000 hectáreas de bosques, incluido el de Soignes. Si bien la compañía tenla «la mayor libertad posible en la administración de sus tierras», debía mantener un tercio del bosque de Soignes como reserva. La Sociedad vendió parte de su activo en 1843 pero el Gobierno insistió en que se mantuviera la mitad del bosque del sol. Sus 4359 hectáreas han permanecido intactas hasta ahora.

En el siglo XX se intensificaron los esfuerzos para hacer el mejor uso posible de sus recursos. En 1902 el Bosque de los Capuchinos (100 ha), que limita con el parque, se añadió a 61. Poco después se iniciaron obras de ajardinamiento con lo cual se obtuvo un paisaje natural aún más hermoso y variado. Se abrieron sendas para peatones, 20 kilómetros de pistas para ciclistas y 40 kilómetros de caminos de herradura, así como más de 200 kilómetros da carreteras. Sin embargo, a medida que el uso del bosque ha aumentado hansido necesarias medidas para limitar la circulación, y ahora sólo están abiertos a los vehículos 52 kilómetros de carreteras. En 1954 se creó la primera reserva para peatones en tomo al histérico «Claustro rojo», y en 958 se abrió el arboreto de Tervueren en el Bosque de los Capuchinos. En 1959 la Administración Nacional de Aguas y Bosques añadió mesas para meriendas, bancos y otros servicios para los excursionistas. Los duques de Brabante verían con satisfacción que su legado no ha caído en el olvido.

BRUSELAS el bosque de Soignes

10. Windsor, Ontario (Canadá) - Importancia de la ordenación

Población (1971): 258643 personas
Superficie: 13200 ha

· La ciudad de Windsor, situada en la frontera con los Estados Unidos frente a Detroit, Michigan, incorpora siete comunidades mas pequeñas entre las que hay huertos y tierras agrícolas abandonadas., Antes de que el municipio contratara en 1970 a su primer especialista en árboles urbanos, la cubierta forestal de la zona, compuesta sobre todo de olmos y arces, estaba mal atendida y era vulnerable a los ataques de enfermedades e insectos. Sin embargo, Windsor tiene ahora un sistema de 600 ha de bosques urbanos cuidadosamente proyectado y bien administrado, y una cubierta cerrada de árboles adultos a lo largo de 1000 kilómetros de vías urbanas. Los árboles ocupan casi el 20 por ciento del espacio total de la ciudad.

Mientras el programa de masas forestales urbanas está destinado principalmente a promover el microclima y los atractivos de la ciudad, los árboles proporcionan además algunos pequeños ingresos. Desde 1976 los troncos de los árboles abatidos se han vendido en pública subasta para leña en vez de usarse para relleno en tierras del municipio. Todas las astillas producidas en las operaciones de poda se usan para cubrir senderos naturales, superficies forestales y algunos macizos de arbustos en el parque Ojibway, que tiene una superficie de 44 hectáreas.

Quizás el problema más importante con que inicialmente tropezó el Departamento Municipal de Parques fue la lucha contra las enfermedades. Como la mayor parte de América del Norte, Canadá fue gravemente afectada por la grafiosis del olmo. Desde que la enfermedad apareció en 1957, Windsor ha perdido más de 10000 olmos. La tasa de mortalidad de los 900 olmos restantes se ha reducido a un 2 por ciento al año aproximadamente con inyecciones de fosfato M.B.C., suplementadas rociando los troncos con metoxcloro. Sin embargo, los insectos y las enfermedades siguen amenazando periódicamente a otras especies. Como un programa de rociado preventivo para todos los árboles de la ciudad es prohibitivo desde el punto de vista económico y nocivo para el medio ambiente, las pequeñas infestaciones no se tratan; cuando están localizadas y son graves, se procede al rociamiento con un pulverizador portátil montado sobre una estructura aérea. Sin embargo, la mejor defensa ha resultado la plantación de una gran variedad de especies.

De hecho, una de las características más notables de la actual cubierta verde de Windsor es la diversidad de árboles, algunos locales y otros exóticos. Entre ellos figuran, además de los magníficos olmos blancos restantes, una gran variedad de arces (blanco, duro, rojo, acirón y de Manitoba), algarrobo negro y cultivares de falsa acacia, fresno rojo y verde, árbol del cielo, castaño de Indias, moral blanco, álamo, manzano silvestre, abeto azul y diversas variedades de roble (blanco de las marismas, rojo, negro y espinoso) y de falso nogal americano.

La plantación de árboles ha sido una actividad importante. Desde 1968 se han plantado más de 20000, sólo en las calles. La mayoría de los municipios de Ontario usan un método sencillo con brinzales de 2 a 3 metros de altura. Aunque este método permite plantar en las calles muchos árboles a poco precio, en Windsor unos métodos poco apropiados y el vandalismo han causado pérdidas estimadas en el 30 por ciento. La alternativa de usar plantines con cepellón y con el tronco cubierto de lona y cavar los hoyos con azada se usa solo en zonas especiales debido al elevado precio de los arboles con cepellón y al lento proceso de localizar las conducciones subterráneas cuando se emplea la azada. Un nuevo sistema ha sido comprar árboles de 1 a 2 metros que se instalan en viveros temporales en solares no edificados. En un plazo de dos a cuatro años su valor se duplica o cuadruplica. Un cuidado atento permite que las raíces dañadas se recuperen antes de transplantarlos a las calles, y que haya siempre disponible un suministro de árboles para las plantaciones de primavera.

El Departamento de Parques ha concentrado sus esfuerzos en actividades de relaciones públicas y educación forestal, y los resultados han compensado esos esfuerzos. El Día del Arbol se ha ampliado hasta llegar a convertirse en un Mes del Arbol, como respuesta al interés de los ciudadanos por el valor de los árboles en el medio urbano y como medio de fomentar ese interés.

11. Kampala, Uganda - Especies para leña y especies ornamentales

Población (1980) 458423 personas
Altitud: 1190 m

· La ordenación de las masas arbóreas en Kampala, capital de Uganda, se centra sobre todo en el aumento y el mantenimiento de las plantaciones para leña a fin de satisfacer la demanda cada vez mayor de ese producto y de carbón vegetal, a medida que crece la población urbana y el queroseno importado aumenta de precio. Una actividad importante, aunque secundaria, es la plantación de arboles ornamentales.

La mayoría de los árboles usados en las plantaciones para leña en la ciudad son especies de eucaliptos introducidos de Australia y Nueva Zelandia, aunque también se emplea Cassia siamea Lam, de crecimiento más lento. Dispersas por la ciudad y en su periferia, esas plantaciones o bosquecillos suministran no sólo leña sino también postes para la construcción y estacas para cercas. Del establecimiento y mantenimiento de todas las plantaciones se encarga el Departamento de Bosques, en representación del Gobierno central. Los viveros del Departamento producen brinzales para las plantaciones, que además se distribuyen gratuitamente a los agricultores para arboledas domésticas.

También se producen para la venta al público plantas destinadas a setos, en particular de la especie ciprés. El Departamento de Bosques se ocupa de la venta de toda la leña y postes de esas plantaciones.

De la introducción y mantenimiento de los árboles frutales y ornamentales se encarga el Municipio de Kampala, que ha establecido un Departamento de Parques dirigido por un superintendente. Algunas de las especies exóticas plantadas por sus frutos además del valor ornamental, son el mango, la papaya, el aguacate, la guayaba y el anacardo. Se usan más de un centenar de especies ornamentales, entre ellas varios tipos de cipreses y pinos, Grevillea robusta. Callistemon citrinus. Sterculia acerifolia, jacarandá, Delonix regia (flamboyant) y Araucaria.

En las actividades relacionadas con los árboles en la ciudad de Kampala participan particulares, generalmente personal forestal retirado. Cuatro viveros privados en la ciudad y en sus alrededores, que en conjunto emplean a más de 50 personas, suministran al Departamento de Parques, así como a los particulares, una gran variedad de plantas para setos y fines ornamentales.

La plantación de árboles

12. Dunedin, Nueva Zelandia - Crédito para la promoción forestal

Población: 84000 personas
Altitud: nivel del mar
Año de fundación: 1848

· Pocas ciudades de Nueva Zelandia tienen grandes zonas forestales dentro de sus límites o en las inmediaciones, y cuando las tienen no se preocupan en general de su ordenación. Una notable excepción es la ciudad de Dunedin, en la costa sudoriental de la isla Sur. Dunedin tiene más de 8300 ha de reservas forestales dentro de los limites urbanos. Una zona de 200 ha es única, pues casi rodea la ciudad a sólo un kilómetro del centro. La ordenación forestal ha tenido tanto éxito desde el punto de vista ecológico y financiero que el Concejo Municipal ha decidido recientemente aumentar a 12000 ha la superficie dedicada a bosques.

La acción concertada para la ordenación forestal comenzó en Dunedin en 1906, cuando se estableció una gran plantación en tierras de captación de aguas compradas por la ciudad. Los primeros esfuerzos para introducir 22 especies caducifolias nativas del Reino Unido no lograron detener el crecimiento de las malezas, por lo que se plantaron otras especies, sobre todo pino de Monterrey, pino austríaco, pino ponderosa, abeto de Douglas, Larix spp. y Picea spp. Los soldados licenciados después de las dos guerras mundiales y los participantes en los planes para aliviar el desempleo durante la depresión aportaron gran parte de la mano de obra para las plantaciones a lo largo de los años; en 1969 habla grandes masas forestales adultas y sin cuidar.

Afortunadamente, la demanda de trozas por parte del Japón y más tarde de la República de Corea, junto con la facilidad de acceso a la bahía de Dunedin en Port Chalmers, permitieron a la ciudad aprovechar el potencial de los bosques para producir ingresos. Se inició una labor seria de ordenación y forestación intensiva y en 1979 se obtuvieron unos ingresos netos de 1,6 millones de dólares EE.UU., dos tercios de los cuales se invirtieron en el desarrollo de bosques futuros. Ese ingreso retenido, junto con los préstamos recibidos en virtud de la Ley de Promoción de la Silvicultura en Nueva Zelandia, han permitido a Dunedin ampliar y ordenar sus zonas forestales urbanas sin cargas fiscales excesivas para sus residentes. El vivero del Departamento de Parques y Recreo suministra anualmente 1800 brinzales para plantarlos dentro de la ciudad; el 25 por ciento son de especies nativas.

Un elemento fundamental del éxito de las actividades de Dunedin ha sido la Ley de Promoción de la Silvicultura, aprobada en 1962, cuyos beneficios están restringidos desde 1970 a las autoridades locales. En virtud de la ley, los municipios pueden conseguir préstamos de hasta 450 dólares EE.UU. por hectárea (ahora bastante menos de la mitad del costo) para contribuir a la promoción de proyectos forestales, tanto urbanos como rurales. Los préstamos se conceden por un plazo de 30 años o hasta que puedan conseguirse ingresos importantes de la madera, si ello se produce antes (el periodo típico de rotación del pino de Monterrey es de 25 a 30 años). La Junta de Préstamos a las Autoridades Locales fija un interés compuesto, que se acumula hasta que se inicia el pago, y entonces, si se han satisfecho todos los plazos y condiciones, el monto total de la deuda (principal mas intereses) se reduce en un 50 por ciento. Al pago del resto se asigna con carácter preferencial y hasta completar el reembolso, cualquier ingreso obtenido, aunque se autoriza la retención de una parte, que puede llegar hasta el 20 por ciento de los ingresos netos, para financiar nuevas plantaciones. Los planes de fomento de la silvicultura están a cargo del departamento del Servicio Forestal de Nueva Zelandia, que se ocupa de la extensión.

13. Beijing, República Popular de China - Continua una vieja tradición

Población (1980): 9860000 personas
Superficie: 16807 km2

· El viajero que recorre los 25 km entre el aeropuerto y la ciudad de Beijing quena inmediatamente sorprendido por los árboles - pinos, sauces y álamos en bandas de tres filas o mas - que ofrecen sombra a lo largo de toda la ruta. Una vez dentro de la ciudad, los árboles siguen presentes, pues bordean prácticamente todas las calles, florecen en todas las zonas residenciales, rodean la mayoría de los edificios oficiales y cubren los muchos jardines y parques públicos.

Si se mira con atención, se ve que, excepto en los terrenos de los templos, en los jardines de los palacios o en otros lugares históricos, la mayoría de los arboles son jóvenes, de menos de 30 años. La segunda guerra mundial causó grandes estragos, y en 1949 quedaban en Pekín menos de 80000 árboles. En 1981 habla más de ocho millones, y cada año sigue plantándose más de un millón, ritmo que igualan otras varias ciudades chinas importantes. Aunque se eligen sobre todo por su sombra y su valor estético, los árboles de Beijing han servido como fuente importante de madera al menos una vez, ya que suministraron materiales para la construcción de alojamientos temporales después de los desastrosos terremotos de 1976.

Se ha dicho que los chinos son el pueblo que más conciencia tiene de los árboles en el mundo, y sus acciones, pasadas y presentes, demuestran lo acertado de esa afirmación. El emperador Qin (Ch'in) más conocido por haber construido la Gran Muralla hace más de 2000 años, hizo construir también más de 1600 km (1000 millas) de caminos, bordeados, como la carretera del aeropuerto a Beijing, por triples filas de árboles de muchos tipos.

No fue éste el primer gobernante que comprendió la importancia de los árboles, ni tampoco el último. En el siglo XIII, el gran Kublai Khan impresionó al joven Marco Polo con su decreto según el cual «a ambos lados de los caminos públicos deben plantarse árboles de una especie que llegue a ser grande y alta... Ello debe hacerse a lo largo de todos los caminos importantes en donde la naturaleza del suelo permita esa plantación». En los primeros años del siglo XVII se imprimieron libros sobre proyectos paisajísticos, y antes del siglo XVIII se había llegado a un sistema generalizado de parques.

La jardinería paisajística tradicional no ha desaparecido. Muchos de los antiguos jardines de los. templos y palacios de Beijing perduran, la mayoría de ellos transformados en viveros, jardines de té y parques públicos. En 1958, el Colegio Forestal de la Universidad de Beijing estableció un Departamento de jardinería paisajística que en 1963 tenía más de 400 alumnos, más de un tercio de los cuales eran mujeres.

Esa tradición ha continuado. En la China moderna todo el mundo se ocupa de la plantación de árboles. El objetivo nacional de las «Cinco tareas» incluye como una de ellas el que cada persona plante 100 árboles. El lema nacional de «Plantar en cuatro lugares» exhorta a la población a plantar árboles 1) alrededor de las casas; 2) de las aldeas; 3) a lo largo de los caminos; 4) junto a ríos y canales para la producción, la protección y el disfrute estético. La plantación de árboles en el medio urbano se enseña en las escuelas como parte de la educación laboral y del movimiento en pro de la salud nacional. Sin embargo, la responsabilidad de la plantación de árboles en el medio urbano esta descentralizada, y es la población, y no los «expertos forestales», quienes mantienen los árboles en Beijing y en otros centros urbanos.


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