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El futuro de los bosques: Aplicación del plan de acción forestal en los trópicos

Observaciones sobre el PAFT

Edouard Saouma

En 1985, el Comité de Desarrollo Forestal en los Trópicos, de la FAO, aprobó el Plan de Acción Forestal en los Trópicos (PAFT). En 1986, el PAFT fue refrendado por el Comité de Montes y por el Consejo de la FAO. En importantes reuniones internacionales, como el Noveno Congreso Forestal Mundial y la Conferencia Internacional sobre el Arbol y el Bosque (SILVA) se manifestó también la plena conformidad con el plan. Este cuenta hoy con el apoyo total de los países en desarrollo interesados y de la comunidad internacional participante en la cooperación para el desarrollo, como marco para intensificar y armonizar sus esfuerzos conjuntos encaminados al desarrollo del sector forestal.

Basado en gran parte en las enseñanzas obtenidas de los éxitos y fracasos anteriores, el PAFT ofrece muchas soluciones técnicas de eficacia demostrada para los problemas de los bosques tropicales. Pero tiene otros aspectos aún más importantes. En primer lugar, deseo señalar su gran insistencia en estrategias que reconocen plenamente la función del sector forestal en el desarrollo nacional y rural, en la contribución de los bosques y los árboles a la seguridad alimentaria y en la función de la cubierta forestal para la conservación de los recursos genéticos y el mantenimiento de la estabilidad ecológica. En segundo lugar, el Plan de Acción representa un alegato persuasivo para añadir a esas estrategias un nuevo ingrediente, sin el cual seria difícil traducirlas en una acción práctica: un compromiso político de alto nivel para reforzarlas con recursos humanos y financieros suficientes y con las reformas institucionales necesarias.

Por consiguiente, la ejecución del Plan de Acción Forestal en los Trópicos requiere, en primer lugar, hacer frente al problema de que los gobiernos de los países en desarrollo, los gobiernos y las organizaciones no gubernamentales participantes en la asistencia para el desarrollo y los organismos internacionales activos en el sector forestal asuman ese compromiso, cosa que aún no han hecho. Para ello, los gobiernos deben, a su vez, estar bien informados y tener planes y proyectos bien preparados de desarrollo forestal a nivel nacional, compatibles con los objetivos y prioridades nacionales de cada país.

Por eso, se concedió pronto la máxima prioridad al establecimiento de una acción concertada para la ejecución del PAFT a nivel nacional. Considerando el tiempo relativamente breve transcurrido, se han realizado progresos alentadores, que deseo señalar brevemente.

El primer paso fue informar a todos los gobiernos de las oportunidades que ofrecía el Plan de Acción. Este se envió a los ministerios pertinentes, a los jefes de los servicios forestales y a las instituciones de investigación forestal. En muchos casos, los gobiernos respondieron pidiendo consultas directas. Esas peticiones fueron atendidas por personal técnico superior de la FAO y de las organizaciones paralelas de asistencia para el desarrollo.

En la fase siguiente, se organizaron varias misiones para el examen del sector forestal, con participación de diversos donantes, a fin de establecer las bases para la preparación de planes nacionales de acción en relación con los bosques tropicales. En otros casos ya existía información suficiente para preparar inmediatamente esos planes nacionales en el marco del PAFT.

El paso siguiente fue identificar y preparar propuestas de proyectos basadas en los planes nacionales. Esa fase se ha iniciado ya en varios países con asistencia prestada en virtud del PAFT.

Edouard Saouma, Director General de la FAO

Para llevar a cabo todas esas actividades, tanto los países receptores como las organizaciones de asistencia para el desarrollo han asignado mayores recursos humanos y financieros.

Por su parte, la FAO desempeña dos funciones decisivas en ese proceso. En primer lugar, sirve como fuente de información para los gobiernos y como punto central de coordinación de las actividades. En segundo lugar, está movilizando a sus expertos técnicos para dirigir misiones del PAFT, o participar en ellas y en actividades afines, de acuerdo con su papel de organismo responsable de las cuestiones forestales en el sistema de las Naciones Unidas.

El PAFT abre también nuevas perspectivas de cooperación entre las organizaciones interesadas. Por ejemplo, una de las principales medidas tomadas en el marco del PAFT fue dar una gran difusión al informe titulado Tropical forests: a call for action bajo el patrocinio conjunto del Instituto Mundial de los Recursos, del Banco Mundial y del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Esas tres organizaciones han participado junto con la FAO, en la publicación de un folleto informativo sobre el PAFT destinado a un grupo lo más amplio posible de personas participantes en los procesos de decisión. Además, el Instituto Mundial de los Recursos, en colaboración con el Centro de Enlace para el Medio Ambiente, ha organizado tres cursillos regionales en Africa, en Asia y en América Latina - para estimular la participación de las organizaciones no gubernamentales en las actividades del PAFT.

Otra actividad de cooperación muy prometedora ha sido la reciente reunión de Bellagio sobre los bosques tropicales, patrocinada por la Fundación Rockefeller, junto con el Instituto Mundial de los Recursos, el PNUD, el Banco Mundial y la FAO; en las páginas 4-7 de este número de Unasylva aparece un informe sobre ella.

La aplicación del PAFT es un proceso nuevo y complejo, cuya fase inicial ha permitido obtener muchas enseñanzas. Se han precisado conceptos, se han ensayado procedimientos y se ha mantenido una actitud flexible, como uno de los principales elementos positivos de todo el proceso.

Pero, aunque el proceso del PAFT es flexible, los gobiernos y las organizaciones participantes colaboran para lograr un objetivo común: dedicar los recursos humanos y financieros necesarios a controlar la deforestación en el próximo decenio y asegurar un desarrollo sostenido de los recursos forestales tropicales.

No es ninguna exageración decir que el futuro de los bosques es el futuro de la humanidad. La FAO sigue manteniendo su empeño como principal organismo encargado de la ejecución del PAFT, e invita a todos cuantos comparten nuestra preocupación por el desarrollo de la humanidad a que se unan a nosotros en este esfuerzo.


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