Página precedente Indice Página siguiente


Reseña del programa forestal de campo de la FAO

M.K. Muthoo

Maharaj K. Muthoo es Director de Operaciones Forestales de la FAO.

La FAO pone todo su saber directamente a disposición de los países a través de su programa de campo. Lo respalda la experiencia acumulada y las actividades que lleva a cabo la Organización, tanto en la sede como en las oficinas regionales, con cargo a su programa ordinario. Este, a su vez, se integra y actualiza con lo que enseñan sus actividades de campo, de modo que en la práctica ambos programas, el ordinario y el de campo, se complementan.

El programa forestal de campo abarca en la actualidad 330 proyectos de asistencia técnica que 690 expertos y consultores llevan a cabo en 90 países. Lo respalda el mayor grupo de especialistas forestales de las organizaciones internacionales, concentrados en el Departamento de Montes y en el Centro de Inversiones de la FAO. Los responsables de los proyectos forestales pueden también solicitar cooperación de los demás departamentos técnicos de la Organización. Cada día es más necesario recurrir a esta cooperación, dado que los problemas planteados en materia forestal afectan también a otros sectores, y que los de deforestación y ordenación de los recursos naturales renovables exigen la intervención de diversas disciplinas.

Figura 1. Gastos en proyectos de campo

Figura 2. Gastos en proyectos por región, en 1990

Sin contar la contribución en efectivo y en especie que aportan los países como contrapartida, el monto actual del presupuesto en moneda extranjera del programa forestal de campo es del orden de 360 millones de dólares EE.UU. La cantidad que anualmente se repone al aprobarse nuevos proyectos alcanza ya 100 millones de dólares, cifra cinco voces mayor que la correspondiente a 1980.

La distribución geográfica de los proyectos forestales refleja la tendencia general del programa de campo de la FAO en su conjunto. En Africa se gastó más del 46 por ciento de lo erogado por el programa forestal de campo; en Asia y el Pacífico, el 24 por ciento; en el Cercano Oriente y Europa, alrededor del 17 por ciento, incluidos los proyectos interregionales; en América Latina y el Caribe, el 13 por ciento. Los primeros 20 países, en orden descendente de gastos en proyectos durante el bienio 1989-90 fueron: Zimbabwe, Senegal, Indonesia, Sudán, Nepal, Mauritania, Perú, Mozambique, Bangladesh, Viet Nam, Yemen, Uganda, India, Malawi, Bhután, Chad, Myanmar, Burkina Faso, Cabo Verde y Guinea.

ASISTENCIA TECNICA, INCLUIDAS LAS NUEVAS ESFERAS DE ACTIVIDAD

Actualmente en el mundo existe una mayor conciencia de las consecuencias que puede acarrear la deforestación tropical y de sus repercusiones socioeconómicas y ambientales. Esta situación exige intensificar la investigación científica en materia de ordenación del medio ambiente y asuntos conexos como elementos integrantes de una estrategia general del desarrollo.

Investigación y adelantos técnicos

Es indispensable intensificar la investigación de ecosistemas tan frágiles como son los bosques tropicales húmedos, las zonas áridas, las cuencas hidrográficas de montaña y los manglares, todos ellos amenazados por el crecimiento demográfico y la miseria que los circunda. Un ejemplo es el proyecto de apoyo a la investigación que se lleva a cabo en la región Asia/Pacífico en cooperación con el Banco Asiático de Desarrollo. Este último aporta 1,4 millones de dólares y el PNUD es cofinanciador del proyecto, que se destina a fortalecer las instituciones de investigación y a fomentar la cooperación entre países mediante una red de estaciones de investigación.

Otro ejemplo de creación de técnicas nuevas es el proyecto «Métodos modernos de extinción de incendios» que la FAO dirige en la India y que se ejecuta con una financiación del PNUD de 4,9 millones de dólares EE.UU. Un conjunto de técnicas nuevas ha permitido reducir espectacularmente el número y alcance de incendios forestales en las dos zonas más afectadas. Al mismo tiempo la India ha aprendido a fabricar material para apagar fuegos y está en condiciones de ayudar a otros países.

Telepercepción y bases digitales de datos

En el ámbito del Proyecto de Evaluación de Recursos Forestales 1990 se está compilando la información actualizada sobre los recursos forestales tropicales del mundo, que la comunidad científica y los gobernantes necesitan para formular estrategias de acción en materias tan interconectadas como la deforestación, los cambios de clima y la diversidad biológica. Se están computadorizando las estadísticas para facilitar su análisis. Los datos provenientes de exámenes aéreos se analizan mediante un Sistema de Información Geográfica (SIG). El Proyecto ha ideado un procedimiento de muestreo para la vigilancia continua de los recursos forestales valiéndose de datos recibidos de satélites de muy alta resolución (LANDSAT, SPOT). Además, con datos menos precisos procedentes del satélite NOAA AVHRR se trazará un mapa actualizado de la cubierta forestal tropical del mundo. Se está ultimando un método que permitirá evaluar las repercusiones de la deforestación y de la depauperación de la biomasa forestal en el medio ambiente, en la desertificación, en la conservación biológica y biodiversidad y, finalmente, en la fijación del carbono y el cambio del clima.

Gracias al proyecto de métodos modernos de control de incendios forestales de la India, se redujo espectacularmente el número y la extensión de los incendios en la zona del proyecto

Este proyecto lo financia un fondo fiduciario de dos millones de dólares al que contribuyen Finlandia, Francia, Países Bajos, Suecia y Suiza. Su objetivo es perfeccionar los medios con que cuenta cada país para levantar un inventario forestal continuo y para recurrir a la teledetección y otras nuevas técnicas; se están ejecutando proyectos en estos campos en Brasil, China, India, Indonesia, Kenya, Malasia y Túnez.

Biotecnología y mejora del árbol

El Departamento de Montes de la FAO todavía no aprovecha los últimos adelantos de las técnicas biológicas; no obstante, ya se han colocado los cimientos para hacerlo. Un proyecto de la FAO, financiado por un fondo fiduciario, se lleva a cabo en 17 países del CILSS (Comité Permanente Interestatal para la Lucha contra la Sequía en el Sahel) y de la IGADD (Dirección Intergubernamental sobre Sequía y Desarrollo) con el objeto de mejorar los recursos genéticos de las especies leñosas polifuncionales de las regiones tropicales áridas y semiáridas de Africa, en que las difíciles condiciones ecológicas, la prolongada sequía y la escasez de leña han depauperado la vegetación leñosa. En el ámbito del proyecto se han iniciado estudios sobre la distribución, biología, ecología y variabilidad de las especies autóctonas y se ha ayudado a crear y fortalecer centros nacionales de semillas, a recolectar y distribuir semillas, y a mejorar y conservar material para la reproducción de las plantas leñosas.

Otro programa, que se ejecuta en China bajo los auspicios conjuntos de la FAO y el Gobierno de Francia, ha ayudado a mejorar algunas especies capaces de fijar nitrógeno con el fin de mejorar los suelos e incrementar la productividad. Otros proyectos persiguen finalidades tales como la elevación de la capacidad nacional en materia de genética, mejora del árbol, y aspectos biotécnicos conexos de varias especies autóctonas y aclimatadas que se usan cada vez más en programas forestales.

Ordenación del medio ambiente

La dimensión ambiental ha sido siempre un aspecto importante de la gestión científica de los bosques, pero sólo ahora empieza a ser tomada explícitamente en cuenta en los programas forestales. Además de los proyectos tradicionalmente dedicados a parques nacionales, ordenación de cuencas hidrográficas, control de la desertificación y reforestación, cuya importancia sigue siendo grande, aumenta el número de proyectos concebidos sólo, o en gran parte, para la ordenación del medio ambiente. Actualmente, un Programa de Cooperación Técnica de la FAO (PCT) presta asistencia a la secretaría interina del Tratado de Cooperación Amazónica para formular los programas y proyectos que elabora la Comisión Especial sobre el Medio Ambiente con el objeto de promover actividades para el desarrollo sostenible en la región amazónica.

Un fondo fiduciario costea un proyecto gracias al cual los campesinos de Senegal descubren la importancia de la cobertura arbórea para mantener el medio ambiente en buen estado

Con ayuda de la FAO, Chile ha intensificado la investigación y la capacitación agrícolas. En la foto, un aprendiz forestal

La FAO, en colaboración con la Unión Mundial para la Conservación (UICN), está llevando a cabo en Sri Lanka un proyecto por valor de 1,9 millones de dólares EE.UU. aportados por el PNUD, que se dedica íntegramente a la ordenación ambiental de bosques. Es probable que en el porvenir aumente el número de programas cooperativos de este tipo.

Conservación de recursos naturales y ordenación forestal

Entre las actuales actividades forestales de la FAO sobresalen las de evaluación, ordenación y conservación de recursos forestales. Suelen asumir la forma de asesoramiento técnico especializado, evaluación y planificación de recursos. La planificación de recursos puede incluir la preparación de modelos para todo un país o la creación de planes de trabajo más detallados para una determinada actividad o región forestal del mismo. Los proyectos de ordenación de cuencas hidrográficas y los de lucha contra la desertificación pertenecen también a esta categoría, al igual que los dedicados a conservar la fauna y la flora silvestres y a crear bosques artificiales.

El Centro de capacitación en industrias forestales de la SADCC admitió su primer grupo de alumnos en 1990

La lucha contra la desertificación es una de las actividades prioritarias del Gobierno del Senegal. Con este fin se hizo un inventario de los recursos forestales de la Casamance, y actualmente se prepara un plan de ordenación para el bosque de Dabo, de la misma región, en el marco de dos proyectos sucesivos de FAO/PNUD por valor de 1,5 millones de dólares EE.UU. En otras partes del Senegal el Programa de Cooperación con Gobiernos (PCG) está realizando toda una serie de proyectos de silvicultura integral comunitaria, con participación de la población local, costeados como en cada caso se indica: Suecia, en Louga/Bakel (4,7 millones de dólares EE.UU.), Finlandia, en Fatick, en la región de los cacahuetales (3,4 millones de dólares) y Países Bajos, en el noroeste, en Tivaouane (5 millones de dólares). Varios miles de voluntarios de las organizaciones de fomento rural, junto con la población local, se consagran a la reforestación de los llanos, a la protección de los regadíos y a la ordenación de pastizales. Con estos proyectos se generaliza la conciencia de lo importantes que son los árboles para contener la degradación del ambiente.

Con un fondo fiduciario del Japón se ha iniciado en Asia un proyecto regional de investigación y desarrollo agroforestales

En el norte del Pakistán la deforestación y la erosión de los suelos son causa de la disminución de la producción agrícola y del azolve de los embalses. De los dos proyectos que la FAO y el PNUD llevan a cabo conjuntamente en Pakistán, con un costo total de 2,6 millones de dólares EE.UU., uno - administrado por el Instituto Forestal del Pakistán - está dedicado a investigación y formación en materia de cuencas hidrográficas, mientras que el otro, que se realiza cerca de Mangla Dam, se dedica a la demostración de métodos modernos de uso de la tierra, reforestación y conservación de suelos. A pesar de que se ha adelantado mucho en el fortalecimiento de las instituciones locales, es preciso prolongar los trabajos.

Algunas encuestas de la FAO han revelado que la caza es una vital fuente de proteína (hasta el 80 por ciento, y ano más) en algunas localidades, sobre todo en zonas semiáridas en que prospera más fácilmente la fauna silvestre que el ganado. Un proyecto del Programa de Cooperación Técnica de la FAO está llevando a cabo una encuesta regional del aprovechamiento de la fauna silvestre en Africa. Su objeto es idear la manera de regular el aprovechamiento de ese recurso de modo que mejore la nutrición, se diversifique el ingreso de los campesinos y no sufra el medio ambiente.

Instituciones forestales

Las políticas de conservación y desarrollo forestales necesitan el respaldo de instituciones especializadas en administración, capacitación, extensión e investigación. La creación de ese tipo de instituciones recibe la máxima atención en los programas de campo de la FAO.

Chile fue uno de los primeros países de América Latina que estableció, con ayuda de la FAO, centros de formación profesional. Ahora ya cuenta también con instalaciones para la investigación y hay expertos chilenos participando en los programas forestales de otros países.

Un ejemplo de cooperación técnica entre países es el Centro Regional de Enseñanza de Profesores Forestales de la Universidad de Filipinas en Los Baños. Se creó con ayuda de un proyecto del Programa de Cooperación con Gobiernos (FAO/Suecia) para formar maestros de materias forestales para la región Asia/Pacífico; ayuda también a preparar programas de estudio y organiza cursos de posgrado.

Industrias y comercio forestales

Para el fomento de las industrias y el comercio se aprovecha en gran medida el asesoramiento y la información de que dispone la FAO. Incluso actualmente, la mitad de las exportaciones de madera del mundo en desarrollo se hace en forma de rollizos. Por consiguiente, es muy necesario crear nuevas industrias de elaboración de la madera para los mercados de exportación y nacionales. Así se mejorará la extracción y, por lo tanto, la conservación.

El proyecto forestal de mayor envergadura que la FAO ha ayudado a ejecutar es el que, costeado por un fondo fiduciario italiano de 27,39 millones de dólares EE.UU., está capacitando técnicos y jefes de producción para las industrias forestales de los países de la Conferencia de Coordinación del Desarrollo de Africa Meridional (SADCC). Se está instalando un moderno centro de capacitación en Zimbabwe; recientemente ha ingresado la primera promoción de estudiantes de los diez países del SADCC, que tardará dos años en diplomarse. Se está aumentando la capacidad y mejorando las posibilidades de esta institución.

Figura 3. Tendencias de la distribución de las fuentes de financiación en los gestos de los proyectos

Leña: silvicultura comunitaria y silvicultura privada

El tipo de asistencia que más rápidamente aumenta es la referente a silvicultura aplicada al desarrollo rural que, en general, incluye actividades comunitarias y la producción de leña. Se utilizan procedimientos nuevos, con participación de la población local, para incrementar la producción de leña, forraje, postes, retén, bambú, fruta, nueces, plantas medicinales, etc., así como para crear puestos de trabajo e incrementar los ingresos por medio de empresas forestales.

La madera ha sido siempre la fuente principal de energía de los seis millones de peruanos que habitan en la sierra alta. La deforestación ha dado lugar a una gran escasez de combustible. Los campesinos han tenido que recurrir a estiércol, hierbas y otras materias vegetales, con lo que han agravado el problema de la depauperación de los suelos. Con 10,8 millones de dólares EE.UU. de un proyecto del Programa de Cooperación con Gobiernos, la FAO y los Países Bajos están iniciando actividades en régimen de autosuficiencia que proporcionarán leña, elevarán la productividad agrícola y ganadera y aportarán ingresos adicionales. La evaluación del proyecto revela que el concepto de silvicultura comunitaria está ganando terreno entre los campesinos.

Una nueva política forestal prescribe que la silvicultura comunitaria se lleve a cabo a través de grupos de usuarios que administren y aprovechen sus recursos de manera sostenida. Harán falta 692 millones de dólares EE.UU. para ejecutar, en el curso del actual decenio y en el próximo, un programa de silvicultura comunitaria y privada, que abarca entre otras actividades un proyecto FAO/PNUD de silvicultura comunitaria; un proyecto de asistencia técnica FAO/CEE que se lleva a cabo en el Terai con un préstamo de 17 millones de dólares del Banco Mundial; un proyecto con fondos aportados por el SIDA, que la FAO ejecuta experimentalmente en dos zonas, para elevar el ingreso y crear puestos de trabajo diversificando las actividades forestales y un nuevo proyecto FAO/Países Bajos que, en el marco del Programa de Cooperación con Gobiernos, apoya el desarrollo forestal y forrajero con 14 millones de dólares aportados por el FIDA. Este último proyecto es de una modalidad nueva, consistente en abordar el desarrollo silvo-agro-ganadero mediante mecanismos locales autosuficientes.

En la China, un proyecto recién terminado de cooperación técnica ayudó al servicio forestal a tomar medidas urgentes para evitar la extensión de una plaga de los pinares

Procedimientos multidisciplinarios

Hay una tendencia aparente hacia proyectos que profundicen los conocimientos sobre el papel del árbol y el bosque, y enseñen a hacer pleno uso de sus productos y servicios en el contexto de un desarrollo integral y polifacético. En las actividades de campo se presta creciente atención a los enlaces intersectoriales con la agricultura, energía y conservación del ambiente. En este marco se ha iniciado un proyecto FAO/ Japón del Programa de Cooperación con Gobiernos Investigación y Desarrollo Agroforestales en Asia - que tiene por objeto promover la agrosilvicultura como medio de alcanzar una autosuficiencia permanente de los cultivos tradicionales. Un proyecto FAO/PNUD para crear instituciones y reforestar y ordenar cuencas hidrográficas en Costa Rica, combina asistencia técnica de la FAO con insumos bilaterales de la AIF que suman dos millones de dólares EE.UU.

El Plan de Acción Forestal en los Trópicos (PAFT) - uno de los Programas Especiales de Acción prioritarios de la Organización es un ejemplo sobresaliente de procedimiento multidisciplinario. Aplica ese sistema para planificar y desarrollar el sector y constituye un medio sin igual de canalizar ayuda internacional de manera concertada. Un fondo fiduciario, en este momento financiado por Alemania, Austria, Bélgica, Finlandia, Francia, Italia, Japón, Países Bajos, Reino Unido, Suecia y Suiza refuerza las posibilidades de enviar misiones de la FAO sobre el terreno, y de organizar mesas redondas.

Para reducir al mínimo la depauperación de los bosques tropicales que restan es esencial vincular la explotación forestal con la agrícola. En la costa oriental de Madagascar, en el trópico húmedo, un proyecto FAO/PNUD tiene por objeto atenuar los estragos de los cultivos de corta y quema en el bosque natural. En la zona del proyecto se ha tratado de convencer a los campesinos de la importancia de no quemar la selva y de adoptar ciertas medidas de conservación. Esas actividades, junto con las de mejora del cultivo intensivo de arroz, han permitido obtener rendimientos cuatro o cinco veces mayores que los obtenidos por corta y quema. Además, se han plantado parcelas individuales y comunitarias de árboles para leña y se ha diversificado la economía introduciendo métodos modernos de carbonificación, apicultura, piscicultura y avicultura.

Cambios en la participación de expertos por períodos largos y de consultores por períodos cortos en los proyectos forestales de campo de la FAO


1980

1990


(N)

(%)

(N)

(%)

Expertos por penados largos

223

65

191

34

Consultores par períodos cortos

119

35

376

66

MODALIDADES DE LA COOPERACION

La expansión del programa forestal de campo y su diversificación gradual reflejan el orden de prioridad que atribuyen los países al mismo. Por una parte hay una demanda creciente de asistencia técnica por parte de los países, que desean llegar a ser autosuficientes en la gestión de sus recursos forestales y de promover un desarrollo socioeconómico duradero. Por otra parte, se confía en la capacidad de la Organización para canalizar los recursos que aportan los donantes, en cantidad siempre creciente, aunque menor que las demandas de ayuda que recibe la FAO.

Programa de Cooperación con Gobiernos

La expansión del programa de campo ha sido particularmente rápida en cuanto a fondos fiduciarios, que ya significan el 56 por ciento del total. El elemento de mayor consideración es el Programa de Cooperación con Gobiernos, financiado con fondos donados por diferentes países, entre ellos Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Italia, Japón, Nueva Zelandia, Noruega, Países Bajos, Reino Unido, Suecia y Suiza. Además, muchos de estos países, y algunos otros, entre los cuales figura Estados Unidos, contribuyen al programa de campo con jóvenes profesionales a través del Plan de Profesionales Asociados (PA), de los cuales hay ahora más de un centenar sólo en el ramo forestal.

La tendencia del PCG es fomentar programas a largo plazo que prevean grupos de proyectos y programas nacionales, con la formulación, gestión, supervisión y asistencia técnica de la FAO. Por ejemplo, el Programa Bosques, Arboles y Población (BAP) financiado por varios donantes, costea las actividades de la FAO de compilar, analizar y difundir conocimientos acerca de las estrategias y técnicas de las actividades forestales con participación local, y apoya actividades sobre el terreno en los países en desarrollo.

Fondos fiduciarios unilaterales

Los fondos fiduciarios unilaterales (FFU), segunda categoría de este grupo, incluyen proyectos costeados por gobiernos con créditos de los bancos de desarrollo u otras instituciones, o su de propio presupuesto. El más reciente es un proyecto en Arabia Saudita con un presupuesto de 2,1 millones de dólares, para que la FAO la asesore en materia de parques nacionales y para reforzar el Departamento de Pastizales y Bosques de ese país.

En Indonesia el elemento de asistencia técnica de un préstamo de más de 60 millones de dólares del Banco Mundial se está aplicando en el marco de un proyecto FFU (FAO/Banco Mundial) para estudios forestales por un valor de 2,34 millones de dólares, con el objeto de hacer una evaluación del sector forestal y de preparar un Plan Nacional de Acción Forestal. La FAO participa mediante disposiciones análogas en otros países: Guinea Ecuatorial, Ghana, Sri Lanka, Sudán, Túnez y Turquía.

Entre otros fondos fiduciarios con donantes del sistema de las Naciones Unidas pueden citarse trabajos llevados a cabo conjuntamente con el Fondo de las Naciones Unidas para el Desarrollo de la Capitalización para estabilizar donas y construir represas en Mauritania, y con la Oficina Sudano-Saheliana de las Naciones Unidas en el Sudán y otros países, para desarrollar la silvicultura de zonas y la lucha contra la desertificación.

Programa de Cooperación Técnica

El Programa de Cooperación Técnica de la FAO, iniciado hace 15 años, cuenta con fondos del programa ordinario para llevar a cabo rápidamente pequeños proyectos «catalíticos». Desde 1976 se han ejecutado 390 proyectos forestales por un valor total de 30 millones de dólares EE.UU. Correspondió a Africa la proporción más elevada (154 proyectos); después Asia y el Pacífico (95), América Latina y el Caribe (93), y el Cercano Oriente y Europa (47).

La capacitación a nivel popular es la categoría más numerosa de asistencia del PCT, seguida por la promoción de inversiones. Así, un proyecto instruyó a 30 directores de estaciones agrícolas en el extremo norte del Camerún. A su vez, ellos están enseñando técnicas agrosilvícolas a los campesinos de la región. En el Brasil se ejecutó un proyecto de nuevo tipo, de Capacitación y Preparación de Inversiones para el Desarrollo Forestal del Amazonas. El proyecto mostró cuáles son los aspectos de los planes de gestión que toman explícitamente en cuenta los efectos sobre el medio ambiente y armonizan los aspectos técnicos, ecológicos y económicos. Las 600 000 ha del proyecto, situadas en Tapajos, en el bajo Amazonas, han sido posteriormente declaradas Bosque Nacional y, como tal, reciben fondos para su protección y desarrollo.

Otro ramo que ha sido objeto de mucha atención por parte del PCT es la lucha contra plagas y enfermedades, incendios, inundaciones y huracanes. Un proyecto recién acabado consistió en ayudar al servicio forestal de China a tomar medidas urgentes para contener la difusión de una plaga de los pinares.

Otro elemento esencial del PCT es el asesoramiento en condiciones particularmente difíciles, como en la actualidad se hace ayudando al Instituto Polaco de Investigaciones Forestales a adoptar las medidas necesarias para determinar y evaluar los efectos de la contaminación en los bosques. Con el fin de prolongar esas actividades se cuenta ya con asistencia bilateral.

Programa del PNUD por países

Casi todos los 203 proyectos forestales costeados por el PNUD (por un valor total de 206 millones de dólares) y ejecutados durante el Cuarto Ciclo de Programas por Países (1987-91) estuvieron a cargo de la FAO. De ellos, 140 proyectos están en vías de realización; representan casi el 40 por ciento de los programas de campo de la FAO.

En vista del mayor alcance del próximo ciclo de Programas por Países (1992-96) se podría prever una ampliación del programa forestal de campo de la FAO, sobre todo en los países menos desarrollados, en que la conservación y desarrollo de los bosques requieren más atención multilateral para promover el desarrollo sostenible. No obstante, reina cierta inquietud acerca de las repercusiones que los cambios inminentes en las modalidades de ejecución de los proyectos del PNUD puedan tener en el futuro programa de campo.

Promoción de inversiones

Además de encargarse de los elementos de asistencia técnica de los proyectos de inversión, la FAO coopera con el Banco Mundial, con los bancos regionales de desarrollo y con otras instituciones financiadoras, en la preparación de inversiones. En la FAO estas actividades se concentran en el Centro de Inversiones. Entre 1975 y 1985 se hicieron inversiones por valor de 2 307 millones de dólares, en proyectos preparados por el Centro; esa cifra incluye 885 millones en préstamos del Banco Mundial y otras agencias multilaterales. Entre 1986 y 1990 el Banco Mundial financió 26 proyectos forestales por un total de 200 millones de dólares; 17 fueron preparados por el Centro de Inversiones de la FAO.

El Programa Mundial de Alimentos Naciones Unidas/FAO también aporta considerable capital para financiar proyectos forestales; son aportaciones en forma de alimentos a cambio de trabajo, sobre todo en los programas de desarrollo rural. De un total de 328 proyectos en 1990, un centenar fueron forestales, por un valor de 566 millones de dólares; la cifra correspondiente en 1980 fue de 230 millones. La FAO contribuye a formular dichos proyectos y les presta respaldo técnico durante su ejecución.

NUEVAS TENDENCIAS Y CAPACITACION

Años atrás la FAO se encargaba de movilizar, organizar y respaldar los proyectos de campo en todos sus aspectos. Ya no es así. La mayor parte de los proyectos forestales están coordinados por un director nacional y es posible contratar expertos de otros países en desarrollo. A esta categoría pertenece la mitad de los expertos de campo.

Aunque los proyectos forestales se realizan en muy distintas condiciones, tanto los países en desarrollo como los gobiernos donantes y las organizaciones, tienden a coincidir en cuanto a cuáles deben ser los objetivos del programa forestal de campo: alcanzar la autosuficiencia mitigando la pobreza; promover la participación popular; elevar el ingreso y crear empleo y, por último, incrementar la contribución forestal a la me jora del medio ambiente.

Reflejando esta orientación, en varios aspectos ha aumentado la complejidad de los proyectos. En lugar de grandes proyectos, se aprueban proyectos de duración relativamente corta y de carácter multidisciplinario. Las exigencias técnicas son cada vez mayores, dado que hay más conocimientos técnicos en los países en desarrollo. Se recurre en creciente medida a consultores por períodos cortos, así como a directores del propio país. Esto exige que sean de categoría más elevada y más especializados quienes los respaldan desde la sede de la FAO.

Estos proyectos exigen, al menos en las fases iniciales, supervisión más intensa y más respaldo que los proyectos de viejo tipo. Estas tendencias reflejan el adelanto de los países, que merece toda clase de estímulos.

Los proyectos forestales de campo, que antes eran sobre todo de asistencia técnica, tienden a ser más bien de cooperación técnica, para lograr que los países sean autosuficientes, es decir para que sean capaces de asumir la responsabilidad de dirigir, administrar, etc. algunas o todas las actividades del proyecto. Con ese fin los gobiernos y las organizaciones que aportan fondos deberán comprometerse a intensificar la preparación de personal nacional en materia de formulación, gestión y evaluación de proyectos. En consecuencia, la capacitación es actualmente un componente más predominante que nunca en el programa de campo de la FAO.

Desde 1983, la FAO organiza todos los años, en Roma, cursos para el personal de campo - incluidos los directores y otro personal local - que trabaja en los proyectos. Con estos cursos se procura establecer también desde el campo a la sede, un flujo de información y experiencia sobre temas técnicos de importancia creciente, y al mismo tiempo explicar políticas y procedimientos para comprender mejor la cooperación técnica, fomentar esta cooperación entre países en desarrollo y capacitar al personal de campo para que pase en revista cada proyecto conjuntamente con los directores, técnicos y administradores que respaldan sus actividades.

Además, se ha iniciado un ciclo análogo de cursos regionales para personal forestal nacional e internacional. Ya se han celebrado tres cursos: uno en Bangkok para la región Asia/Pacífico, otro en Kampala para Africa y otro en Concepción (Chile) para América Latina y el Caribe. El ciclo se repetirá para los países árabes.

Al mismo tiempo la FAO está formando oficiales para que dirijan proyectos en sus respectivos países. Con este fin se han organizado seminarios con ayuda del Grupo de Perfeccionamiento del Personal y otros departamentos técnicos de la FAO.

Las becas constituyen un importante vehículo para el perfeccionamiento técnico del personal en universidades especializadas, centros de investigación y otras instituciones del extranjero. Se trata del tipo más intensivo de capacitación institucional proporcionada, para la cual en el último decenio se concedieron un total de 2 035 becas. Cerca de la mitad de ellas se conceden para una institución hospedante de otro país en desarrollo, preferiblemente dentro de la misma región.

A otro nivel, los proyectos forestales de campo han generado más de 600 viajes de estudio, sobre todo para el personal de contraparte que pudo así viajar al extranjero por períodos cortos para mejorar sus conocimientos especializados asistiendo a reuniones técnicas, seminarios y conferencias, u observando directamente actividades compatibles con la situación de sus respectivos países. Además de los cursos de capacitación organizados, a los miles de personas que trabajan con los expertos y consultores de la FAO se imparte un caudal considerable de conocimientos.

EVALUACION Y SOSTENIBILIDAD

Sistemáticamente se revisa y evalúa la marcha de los proyectos con el fin de asegurar buenos resultados. Cada bienio se evalúa un diez por ciento de los proyectos forestales, además de revisar con regularidad todos los proyectos de mayor envergadura, en estrecha cooperación con el país beneficiario y con los donantes.

Esas evaluaciones muestran que, si bien los proyectos forestales han dado en general buenos resultados, todavía es posible mejorarlos si se hacen los reajustes que pueden ser necesarios en el curso de su ejecución. Esto es particularmente importante porque la situación de cada proyecto evoluciona durante su ejecución; por lo tanto, es aconsejable intensificar la vigilancia y el apoyo.

La necesidad de aprovechar los resultados una vez terminado el proyecto y de asegurar la sostenibilidad de la ayuda prestada, crearon la demanda de una evaluación posterior al proyecto. El anteproyecto no suele preverla, pero es importante hacerla para acumular datos sobre los aspectos de sostenibilidad de la cooperación técnica en materia forestal.

En muchos proyectos forestales la sostenibilidad se alcanza a través del fuerte efecto de demostración involucrado en las actividades, sobre todo en las tareas forestales comunitarias y en las de ordenación de cuencas. La transferencia de tecnología y la capacitación por sí solas no garantizan la sostenibilidad; se requiere un equilibrio adecuado entre las actividades de capacitación y otras de apoyo directamente relacionadas con la producción y la protección.

La creciente orientación multidisciplinaria de los proyectos forestales exige un mayor perfeccionamiento en el diseño de los proyectos, especialmente por lo que se refiere a la necesidad de tomar más explícitamente en cuenta el ambiente y la interrelación de las actividades forestales con otros sectores de la economía, y en particular de la agricultura. Es más, desde el principio deben adoptarse criterios de sostenibilidad aplicándolos con cierta flexibilidad de adaptación mientras se ejecuta el proyecto. Al mismo tiempo, durante la ejecución, es preciso intensificar las medidas de evaluación y vigilancia, y asegurar un mayor uso de la retroinformación procedente de las experiencias de otros proyectos, insistiendo sobre todo en temas relacionados con el medio ambiente, la participación y la sostenibilidad.

CONCLUSION

El programa forestal de campo de la FAO ha crecido espectacularmente en el curso del último decenio, tanto en volumen como en diversidad. Más importante que el cambio cuantitativo es, sin embargo, la nueva perspectiva con la que se entra en el siglo próximo.

La creciente presión demográfica sobre los recursos de tierras y aguas, que no aumentan, ha llevado a un mejor entendimiento de la relación existente entre desarrollo socioeconómico sostenido y gestión del medio ambiente. El programa de campo está evolucionando en el contexto de una amplia estrategia global de desarrollo. Los proyectos tienen el doble objeto de atenuar la pobreza en el campo y mejorar el ambiente. No se circunscriben a los temas tradicionales de silvicultura y producción de madera, sino que abarcan también actividades multidisciplinarias para la ordenación integral del bosque y de los recursos naturales renovables conexos. Esto exige innovar al enfrentarse con aspectos nuevos, como participación popular, repercusiones sobre el ambiente, ordenación de ecosistemas, tecnologías que mejoren el rendimiento y no dañen el ambiente, empleo de computadoras, teledetección, genética y biotecnología, la mujer en el desarrollo, creación de empleos y aumento del ingreso, y planificación de energías renovables.

La mayoría de los gobiernos no tienen los medios para introducir esas y otras innovaciones, para descubrir y aprovechar las técnicas y conocimientos locales, para combatir la deforestación y la desertificación, para conservar y rehabilitar las cuencas hidrográficas y la fauna, y para crear bosques artificiales. La cooperación internacional es, por consiguiente, esencial y en su contexto, el programa de campo de la FAO es cada día más pertinente para armonizarla provisión de fondos donados con las prioridades y necesidades de los países en desarrollo.

Como ha enseñado la experiencia, la FAO seguirá procurando, en unión con los gobiernos, organizaciones e instituciones, percibir y satisfacer las necesidades y preferencias de cada país en la ejecución de los proyectos que se ha comprometido a llevar a cabo, con arreglo a las más altas normas de entrega de los programas de campo.


Página precedente Inicìo de página Página siguiente