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Colaboración de gobiernos con ONG para la gestión de recursos naturales renovables: enseñanzas de la India

M. Maniates

Michael Maniates es profesor auxiliar en el Departamento de Geografía de la Universidad de Radford, Virginia, EE.UU. Este articulo se basa en la Tesis de Doctorado del autor, que condensa prácticamente una década de trabajo de campo en la India en frecuente contacto con ONG y funcionarios del Gobierno.

Formas de organización apropiadas para conseguir la sostenibilidad: oportunidades, limitaciones y peligros de la colaboración del Estado con las ONG para la gestión de los recursos naturales renovables. Enseñanzas de un programa de promoción de fogones mejorados rurales en la India.

Cada vez más se acepta que para obtener éxito en los programas de desarrollo de los recursos de aguas, bosques y tierras, es esencial una genuina participación local. Un camino posible hacia esa participación el camino que explícita o implícitamente sigue gran parte de la literatura reciente sobre «desarrollo sostenible» - es intensificar la colaboración de dependencias oficiales con ONG rurales. Asociando lo pequeño con lo grande, lo nacional con lo local, lo urbano con lo rural - se dice - se logrará una más genuina participación local en los esfuerzos de fomento rural del gobierno.

Los lectores de Unasylva conocen sin duda las razones para esa colaboración. Las grandes dependencias de un gobierno, aunque pequen de burocráticas e inflexibles, cuentan con medios técnicos y económicos abundantes. Las pequeñas ONG conocen las condiciones del lugar y pueden adaptar los programas oficiales a las necesidades locales; pueden además servir de núcleo y canal para una genuina participación local. Combinemos «grande» con «pequeño» y obtendremos lo mejor de dos mundos: técnicos y fondos del gobierno; participación local y ejecución flexible de las ONG.

Esto es lo que se dice. Pero, ¿es verdad? ¿Introducirá la colaboración con las ONG mayor flexibilidad, vitalidad y participación local en las actividades oficiales de gestión de recursos? O, ¿no será esa colaboración con las ONG locales nada más que otra encarnación romántica y acrítica del método small is beautiful aplicado al desarrollo rural que probablemente dará resultados decepcionantes?

Fogón mejorado proyectado y diseminado por la ONG N° 1 del Recuadro. No tiene chimenea, pero gracias al buen rendimiento de la combustión produce poco humo

Buenas y malas noticias

Paradójicamente, la respuesta a ambas preguntas parece ser afirmativa. Al menos esa es la conclusión a que se llega analizando uno de los programas de fomento de recursos naturales que institucionaliza la colaboración del gobierno con las ONG: el programa nacional para la difusión de fogones mejorados domésticos de la India. La experiencia en este caso indica que, al asociar el gobierno con las ONG se desencadenaron fuerzas contrarias, en vez de favorables, al logro de los objetivos generales del programa; se obstaculizó, en vez de facilitarse, la modificación de una estrategia nacional con que se respondía a las necesidades locales; y se desalentó, en vez de estimularse, la participación local en la planificación nacional.

En un número limitado de casos, con la colaboración se estimularon varios aspectos del programa del gobierno: eficacia, eficiencia y sensibilidad. Por consiguiente, las buenas noticias son que las tendencias contraproducentes no son inevitables, pueden ser canalizadas e incluso eliminadas, pero sólo se logrará hacerlo si se comprende qué fuerzas entran en acción con la colaboración. Por desgracia, gran parte de lo que se escribe al respecto milita en contra de esta comprensión, porque promueve indistintamente todo lo que es «pequeño», y los beneficios que se obtienen de manera «natural», sin más que colaborar con las ONG. Es peligroso adoptar esa actitud de que small is beautiful pues tiende a conferir a los funcionarios del gobierno la idea de que con sólo crear oportunidades para la colaboración se obtienen sus beneficios, y de que no es indispensable vigilar de muy cerca y gestir los sistemas de colaboración.

EL PROGRAMA DE FOGONES DOMESTICOS DE LA INDIA

A pesar de que la colaboración con las ONG en los programas de desarrollo es una estrategia muy comentada y discutida, lo cierto es que sólo algunas de esas colaboraciones están en marcha en los países en desarrollo. Probablemente, el programa más amplio de este tipo sea el iniciado en 1983 por el Gobierno de la India para difundir en todo el país el uso de modelos perfeccionados de fogón para los hogares rurales. Este programa se conoce con el nombre de «Programa Nacional de Chulhas Mejoradas» (NPIC).

Al igual que otros muchos adoptados en los países en desarrollo, se trató sólo de una iniciativa del gobierno central para aplicar una ciencia y una técnica «apropiadas» a la resolución de problemas de degradación del ambiente rural. No obstante, ese programa se organizó de manera radicalmente distinta. Con el fin de evitar un fracaso semejante al de otros programas ideados y aplicados «desde arriba», los arquitectos de este programa buscaron la forma de que en su ejecución hubiera más flexibilidad y control local de lo acostumbrado. La experiencia demostraba que esos elementos eran importantes en programas de difusión de fogones mejorados rurales. La experiencia llevada a cabo en la India y en otros lugares, enseña que la aceptación de los modelos nuevos depende en muy gran medida de la participación local, sobre todo de las mujeres, en el momento de determinar el tipo de fogón y su emplazamiento en la casa.

Después de muchos debates, en los que colaboraron de manera importante ONG locales y regionales, los planificadores del gobierno adoptaron una estrategia que institucionaliza la participación de las ONG locales. Los gobiernos de los estados y el gobierno nacional por una parte, y las ONG locales por otra, coexisten en una especie de sociedad, contribuyendo cada parte con sus habilidades y talentos. El gobierno de los estados y el nacional suministran fondos, capacitación, coordinación y expertos, mientras que las ONG se encargan de facilitar la participación local en la producción y difusión de los fogones; de modificar el programa adaptándolo a las costumbres y preferencias locales; y de comunicar a los planificadores los defectos que pudiera tener su programación. Se exige a las ONG que insistan en la participación de las mujeres en todos los aspectos, incluso en la enseñanza a los constructores de fogones, en la construcción propiamente dicha, y en el seguimiento y control de calidad. En resumen, el programa es, al menos en el papel, lo que muchos teóricos del desarrollo considerarían ideal: elimina la burocracia en las actividades de desarrollo rural reforzándolas con participación local efectiva.

Fogón mejorado de dos cuerpos. Detrás, obsérvese la chimenea

La colaboración entre el gobierno y las ONG se basaba en varios supuestos: que el costo adicional de los trabajos administrativos realizados en colaboración quedaría compensado por una mayor eficacia; que la colaboración se establecería automática y selectivamente, es decir, que las ONG comprometidas a reducir la presión sobre los recursos renovables y a estimular la participación popular se sentirían atraídas por el programa, mientras que el resto permanecería indiferente; y lo que es más importante, que las ONG que ya estuvieran llevando a cabo con éxito proyectos de gestión de recursos, lo harían con mayor eficacia al incorporarse a un sistema múltiple de colaboración y coordinación.

Conviene hacer notar que hipótesis de esa índole no son exclusivas de la India; las menciona gran parte de la literatura sobre el desarrollo sostenible de recursos naturales en los países en desarrollo. En realidad, los planificadores de la India no hicieron más que construir un programa alrededor de todo lo bueno que se decía acerca de la colaboración del gobierno con las ONG locales. Por lo tanto, el programa de fogones mejorados puede considerarse una prueba empírica de lo que tan fácilmente se estaba dando por supuesto. Comprendiéndolo, puede percibirse la fortaleza y la debilidad de las ideas que guían las políticas.

Dinámica de la colaboración: la experiencia de Gujarat

Con el fin de evaluar los desafíos que se plantean en la colaboración del gobierno con las ONG, el autor llevó a cabo un estudio del programa de fogones mejorados (NPIC) en el Estado de Gujarat, India, en 1987-88, seguido de verificaciones en 1989. Se eligió este Estado por varias razones: es, tal vez, el que tiene más, mejores y más activas ONG de toda la India; tiene también fama de poseer una empresa energética estatal excelente, con personal bien capacitado. Además, el gobierno del Estado comprende bien todo lo relacionado con la gestión de los recursos naturales y la necesidad de participación local. El ambiente político y social de Gujarat es, por consiguiente, muy favorable para la colaboración. Si la colaboración en general puede dar resultados positivos, así serán probablemente los que se obtengan en Gujarat, y si en este Estado se plantean problemas, probablemente los mismos se plantearían en otras partes con igual o mayor intensidad.

Fogón mejorado y el molde usado para construirlo

De un análisis del programa del período 1987 - 1988 - consistente en una serie de entrevistas con funcionarios estatales y nacionales, una revisión de los archivos y en la observación detenida de ocho ONG que colaboran con el Estado (Véase Recuadro en las páginas 24 y 25) se deduce claramente que todo sistema de colaboración que se base en la capacidad y líneas de conducta que en la actualidad se dan por supuestas en las ONG puede conducir a un tipo de relaciones entre las organizaciones incompatible con los medios y las finalidades del desarrollo sostenible de los recursos naturales. Cinco son las causas más importantes de este sorprendente tipo de relaciones:

Resumen del estudio de ocho ONG participantes en el Programa Nacional de Chulhas Mejoradas (NPIC)


N°1

N°2

N°3

N°4

N°5

N°6

N°7

N°8

Cómo es la ONG?

Pequeña, de inspiración gandhiana. Se concentra en técnicas campesinas y relacionadas con energía. Presupuesto anual de 90 000 rupias.

Grupo constituido a fines del decenio de 1970 para promover el desarrollo rural integral. Su presupuesto acumulado para el periodo 19851988 fue de 900 000 rupias.

Unión cooperativa a nivel de distrito. Ayuda a las cooperativas locales y ejecuta programas cooperativos estatales. La mayor parte de estos programas promueven la enseñanza de los jóvenes y la capacitación en tareas prácticas de las mujeres. El presupuesto de 1987 fue de 870 000 rupias.

Centro sanitario integrado para atender la salud y la nutrición de mujeres y niños del campo. Presupuesto anual de 6 970 000 rupias.

Estación experimental del Consejo Indio de Investigaciones Médicas para la promoción de medios de lucha contra el paludismo y los mosquitos entre 350000 campesinos. Presupuesto de 3 millones de rupias en 1986

Proyecto de fomento rural de una gran empresa petroquímica centrado en las aldeas próximas a la sede de la compañía. Presupuesto de 1987-88: 30 000 rupias.

Oficina de fomento rural de una gran empresa agroquímica. Su presupuesto de 1987 fue de 80 000 rupias.

Club social y de asistencia para estudiantes urbanos.

Razones para participar al NPIC

Es una oportunidad para ensayar y difundir un modelo propio de fogón y obtener fondos para cursos de fabricación de fogones destinados a mujeres que necesitan capacitarse y trabajar

Varias relacionadas entre si: obtener fondos del programa, oportunidad para trabajar en nuevas aldeas y posibilidad de obtener posteriormente fondos del gobierno.

Al principio se pensó que este programa se concentraba sólo en enseñanza y capacitación. Más adelante pasó a ser la principal fuente de fondos para la cooperativa.

El programa de mejoramiento de fogones colmaba una laguna de los programas del Centro que desde tiempo atrás aspiraba a introducir «tecnología apropiada» sin haber llegado a hacerlo.

Necesitaba mantenerse presente en las aldeas durante los períodos de escasa incidencia del paludismo y de pocos mosquitos

Diversas: trabajó anteriormente para la Gujarat Energy Development Agency (GEDA), de energía rural.

La familia fundadora de la compañía lucha desde mucho tiempo atrás contra la deforestación y promueve la remunerativas, especialmente experimentos previos de difusión de fogones mejorados.

Proporcionar a los miembros oportunidades de trabajo en aldeas. Aporta asimismo ingresos muy necesarios y abre la puerta a otras colaboraciones remunerativas especialmente con GEDA

Competencia técnica

Muy competente. Organiza, por ejemplo, cursillos prácticos para la capacitación técnica de funcionarios del gobierno.

Moderada. Alguna experiencia en materia de tecnologías rurales y en la capacitación de mujeres del campo.

Muy limitada. El más importante constructor de fogones admite que era muy poco instruido y que tenía conocimientos limitados acerca de los diferentes modelos de fogón.

Está mejorando. Tropezó con demasiados problemas cuando anteriormente intentó difundir fogones domésticos. Ahora, después de una evaluación y de contratar personal técnico, la competencia es mayor.

Escasa. El programa de fogones representa el primer contacto con actividades relacionadas con energía en el campo. Le sorprendió la complejidad técnica de los fogones y la magnitud de la supervisión y del mantenimiento que exigían

Suficiente. Los coordinadores no tenían experiencia directa en la construcción de fogones pero se daban cuenta de la complejidad por haber trabajado en un proyecto para construcción de hornos de alfarería.

Significativa. Inventó un modelo propio de fogón, y fabricó y distribuyó docenas de moldes que facilitaban su construcción.

Ninguna. Se capacitaron en construcción de fogones en una ONG vecina que participa en el programa.

¿Tiene programas integrados, concentrados en la mujer y en los recursos naturales?

Si. Hincapié en capacitación práctica de la mujer del campo, agricultura alternativa y técnicas rurales de autoayuda. Comprometida desde hace mucho tiempo en asuntos agrícolas, energía y pobreza rural.

Sólo para pocas comunidades. En muchas aldeas elegidos para introducir fogones modernos no había programas complementarios ni se había hecho investigación social. En muchos casos el programa de fogones fue el primero en iniciar actividades integradas relacionadas con los recursos naturales y generación de empleo.

La cooperativa tenía muchos contactos y habla llevado a la práctica varios programas de fomento de recursos naturales especialmente orientados a la mujer. La actual era la primera tentativa de diseminar técnicas relacionadas con energía por y para mujeres.

Si, casi por definición. Los programas de salud son integrales y los de nutrición se ligan con los de vacunación, planificación familiar y campañas de creación de empleos. Se concentran en la mujer, especialmente en las más pobres.

Si, muchos. Esta organización lucha contra el paludismo enseñando a los campesinos a destruir el hábitat de los mosquitos. Esa capacitación se complementa con visitas domiciliarias de control. Sostiene organizados programas urbanos actividades integradas para mantener la presencia en períodos de escasa incidencia de la enfermedad. Mucha experiencia en trabajo con mujeres

No tiene experiencia en trabajo con mujeres, pero si con fuentes de energía rural debido al trabajo con los hornos de alfarería.

Si, desde hace varios años lleva a cabo con mucho éxito en varias aldeas programas intensivos en materia de recursos naturales. Su programa actual incluye la propagación de fogones a centenares de comunidades casi desconocidas para la misma organización.

No, ninguna experiencia previa, ni programas actuales de gestión de recursos de capacitación femenina que pudieran complementar el de fogones. Anteriormente había organizados programas urbanos como recolección de sangre, apoyo a escuelas de sordos, etc.

Conocimiento de las condiciones locales.

Muy bueno. Actúa en la región desde hace varios decenios y se concentra en una zona limitada.

Muy limitado. Inicia algunos contactos en la comunidad por lo general a partir de las escuelas, y utiliza esos contactos maestros casi siempre para organizar la difusión masiva.

Sumamente limitado. Los dirigentes de las cooperativas estaban demasiado alejados de las aldeas para poder darse cuenta de los problemas y sutilidades de la construcción de fogones y los albañiles estaban bajo presión para construir un gran número de éstos.

Muy bueno. El personal sanitario institucionaliza la comunicación del centro con las aldeas circundantes.

Bueno, por las mismas razones

Bueno. La organización había limitado sus actividades a unas cuantas aldeas y resistió enérgicamente a tentativas de obligarla a extenderlas a aldeas con las que no estaba familiarizada

Alarmantemente escaso, por razones relacionadas con la reciente ampliación del programa

Aparentemente muy organización elegía las aldeas en las que construir fogones a invitación de alguien, o más frecuentemente si un miembro tiene conocidos en ella.

Preparación de la materia prima para la construcción de los fogones mejorados, consistente en una mezcla de barro con estiércol y paja

· Se evidenciaron fuertes tensiones, incluso conflictos potenciales, entre las ONG y la agencia coordinadora del Estado. Esas tensiones, originadas por una distinta percepción de cuáles eran, a nivel local, los requisitos técnicos para construir fogones, impidieron mantener relaciones prácticas de colaboración entre el Estado y las ONG competentes. Como consecuencia decayó el interés de dichas ONG por colaborar con el Estado, resultado contrario al que habían esperado los planificadores del programa de fogones.

· Ocurrió algo parecido con las organizaciones locales que previamente habían llevado a cabo programas propios de desarrollo comunitario. Los planificadores habían dado preferencia a éstas en la idea de que su intervención sería particularmente eficaz cuando se tratara de incorporar fogones nuevos al modo de vida local; en cambio, el resultado fue que las ONG que ejecutaban programas independientes encontraron la colaboración demasiado onerosa. Para colaborar con el Estado tenían que comprometer fondos adicionales, llenar formularios, asistir a reuniones, justificar gastos, hacer compromisos, etc. Frecuentemente, encontraban esa carga demasiado pesada. En resumen, muchas ONG que estaban ejecutando programas en otros ramos no aceptaron participar en el de fogones.

· A la inversa, para las ONG que tenían escasa experiencia técnica y pocos o ningún programa de desarrollo rural en marcha, la oportunidad de colaborar era atractiva. A estas organizaciones de «segunda fila» el programa de fogones ofrecía la posibilidad de capacitarse, de obtener fondos de otras fuentes, así como de entrar en las comunidades locales. El costo de colaborar era bajo para estas organizaciones que, por su inexperiencia, escasez de recursos y búsqueda de buenos proyectos tenían mucho que ganar con la colaboración. Estaban mal equipadas para promover actividades conducentes a la difusión de los fogones pero podían y querían dedicar tiempo y recursos a la tarea de mantener buenas relaciones con el Estado.

Un enojoso problema para las ONG más pequeñas es la necesidad de adquirir, transportar y almacenar tubos para chimeneas en elevada cantidad

· Se originó así en el Estado una línea de conducta para con las ONG locales con el fin de influir en la difusión de los fogones. El programa acogió organizaciones poco preparadas pero entusiastas, deseosas de aprender y dispuestas a satisfacer los requisitos del Estado por lo que se refiere a documentación, presentación de informes, asistencia a reuniones, etc. Lejos de ser irresponsable, esta actitud del Estado era perfectamente racional; al igual que cualquier otra organización en su caso, optó por favorecer a las ONG dispuestas a cumplir con las exigencias administrativas de la colaboración.

· Finalmente, cuando las ONG locales demostraron su competencia en la difusión de fogones, el Estado las animó a ampliar sus programas. También esto fue racional (la agencia estatal procuró ampliar la función de las ONG eficaces, reduciendo así su propia vulnerabilidad ante incompetencias de las ONG). No obstante, a la vez inducía a muchas ONG a extenderse más allá de sus posibilidades y áreas de trabajo, dando lugar a resultados mediocres del programa.

Concretamente, el resultado en el Estado de Gujarat en 1987 - 1988 fue de escasa participación de la mujer en el programa de fogones, poco o ningún control local sobre el modelo de los fogones o sobre el ritmo a que se difundían, e irregular atención a la eficacia técnica de los fogones. No parece que el rendimiento de los esfuerzos del Estado por difundir el uso de modelos mejorados de fogones haya sido superior al que hubieran tenido actividades centralmente dirigidas de tipo tradicional, y en algunos casos fue inferior.

Implicaciones más amplias

¿Qué enseña esta experiencia? Se puede interpretar a la luz de la teoría de organizaciones. Esta teoría postula que toda organización procura reducir la incertidumbre en su ambiente y que todas las organizaciones tratan siempre de limitar su vulnerabilidad a la acción de otras organizaciones. Cuando una organización entra en colaboración con otras, aumenta la complejidad de su ambiente. Gracias a ello aumentan considerablemente las oportunidades para capturar recursos y prosperar, pero también aumentan para ella la incertidumbre y la vulnerabilidad. Por consiguiente, dado que las organizaciones de un sistema de colaboración tratan de balancear los beneficios con los riesgos y costos de esa colaboración, ellas actúan de manera que los beneficios sean máximos, los riesgos mínimos y, además, se satisfagan las necesidades de la organización. En el caso de Gujarat, el balance de los beneficios, riesgos y necesidades conduce, según la teoría, a la dinámica observada.

Por consiguiente, aunque no sea justificado generalizar la experiencia de la India, puede decirse que la teoría de organizaciones predice un resultado análogo para todo intento de combinar la acción de ONG y gobiernos. Esto es inquietante porque esa convergencia de teoría y realidad sugiere que, si otros planificadores adoptaran estrategias e hipótesis de colaboración del mismo género que la del programa de fogones de la India (como parece que están haciendo) y si las organizaciones siguieran tratando de crecer y protegerse (como también parece que están haciendo) obtendrían resultados igualmente ineficaces.

En la India, esta convergencia negativa para el programa tuvo lugar a pesar de los más concienzudos esfuerzos por parte de los planificadores y de las ONG. Además, los planificadores y directores del programa, firmemente convencidos de que con la participación de las ONG mejoraría el rendimiento, estaban mal preparados conceptual y logísticamente para darse cuenta de lo que pasaba y tardaron en buscarle remedio. Ellos reaccionaron a menudo culpando a las ONG, cuando un análisis de las fuerzas más poderosas, endémicas en la estructura de la colaboración, hubiera dado otros resultados. También adoptaron medidas para aplicar un programa de seguimiento y ejecución que, aunque necesario, hubiera podido ser menos draconiano si se hubiera tenido cuidado desde el principio de organizar la colaboración de manera más atractiva para las ONG locales competentes y diligentes.

La parte positiva

La parte positiva de esta historia que, por cierto, merece ser investigada más a fondo, es que se puede evitar que la colaboración del gobierno con las ONG produzca resultados decepcionantes. De las ocho organizaciones estudiadas, dos - las N° 2 y 4 en el Recuadro - tuvieron éxito en satisfacer las necesidades del Estado y de la población local. Los fogones mejorados encontraron mucha más aceptación en las aldeas en que trabajaron dichas organizaciones que en el programa en su conjunto. Hubo más participación local, sobre todo por parte de las mujeres; mostrando claramente que la colaboración del Estado con las ONG puede ser muy fructífera.

La causa del éxito de aquellas organizaciones parece ser que éstas no encajan en el arquetipo de la pequeña y diligente ONG local, de la que tanto y tan líricamente se ha escrito. Ambas tienen una estructura compleja para separar las labores que requieren las necesidades locales de las tareas que exigen las organizaciones exteriores, en este caso el Estado.

Si se estimulara la creación de más organizaciones de este tipo en los países en desarrollo, la colaboración gobierno ONG podría dar buenos resultados. Requisito previo para establecerla sería, por consiguiente, empezar por investigar la estructura y la dinámica de cada organización local.

Dos posibles direcciones para el futuro

Esta idea de que la colaboración entre organizaciones diferentes puede ser la clave para un «mejor desarrollo», no es nueva; hace diez anos David Leonard en la obra Institutions of Rural Development for the Poor: descentralization and organizational linkages hacía notar que:

«El desarrollo rural exige un nuevo tipo de descentralización. Lo que hace falta no es reforzar el gobierno central, ni las organizaciones locales, sino hacer que complementándose, se refuercen. Las agencias del gobierno central, las organizaciones intermedias y los grupos locales poseen recursos y facultades que otros necesitan. La cuestión es enlazar a todas esas instituciones entre sí de manera que sus debilidades se contrarresten y sus ventajas se sumen. Haciendo esto contribuirán al desarrollo más de lo que podrían contribuir separadamente organizaciones nacionales o locales. El proceso de desarrollo rural depende de que se sepan combinar debidamente los recursos y los conocimientos dispersos entre las organizaciones de diferentes tipos y tamaños» (Leonard, 1982).

La colaboración del Estado con las ONG es una tentativa necesaria de adoptar el «nuevo tipo de descentralización» que propone Leonard. Al enfrentarnos con las dificultades que se plantean para hacer efectiva la colaboración se presentan dos posibles direcciones que seguir.

La primera plantea un continuo empuje político hacia sistemas de colaboración análogos al intentado en Gujarat. El resultado sería decepcionante; se acabaría por dejar de lado, como experimento fracasado, la tentativa de obtener lo mejor de cada organización. Se perdería tiempo, los recursos seguirían degradándose y los esfuerzos para democratizar el proceso de desarrollo se suprimirían. En el mundo caprichoso de la planificación para el desarrollo, en donde a una década de voluntad de colaboración sigue una década de prudencia convencional, se relegaría a la obscuridad la idea de hacer participar a las ONG en la gestión de los recursos naturales.

La segunda dirección implica una investigación a fondo de la dinámica de la colaboración por parte de los que se interesan en los programas del gobierno de gestión de los recursos naturales, y desean fomentar una más genuina participación y control local en esos programas. Implica también analizar más refinadamente las formas locales de organización, y fomentar tipos locales de ONG suficientemente pequeñas como para actuar eficazmente en la comunidad aldeana, pero suficientemente grandes como para ser capaces de satisfacer las exigencias de la colaboración con el Estado. Se da por supuesta la colaboración entre el mundo académico y los gobernantes para saber prever embarazosas sorpresas, siempre posibles en la colaboración, antes de que se presenten; y se hacen esfuerzos por estructurar la colaboración a la medida de las ONG capaces y diligentes, sobre todo de aquellas que trabajan en las áreas rurales de los países en desarrollo.

En esta yuxtaposición de posibles direcciones se perciben claramente las oportunidades, las limitaciones y los peligros de la colaboración. La planificación «desde arriba», desprovista de sensibilidad local, no es vehículo eficaz para fomentar la sostenibilidad en el campo. Podrá ser necesario hacer que participen ONG en los programas del Estado, lo cual es ciertamente deseable y posible. No menos evidentes son las limitaciones de la participación. No puede darse por supuesta, sin arriesgar el fracaso, la aptitud innata de las ONG locales. En la obra de reducir este peligro al mínimo e introducir nuevas formas de organización para el desarrollo sostenible corresponden papeles igualmente importantes a los planificadores, a los gobernantes y al mundo académico.

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