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Cosecha de hongos en la VII región de Chile


Introducción

Los productos forestales no leñosos, entre los cuales, se encuentran los hongos silvestres comestibles, constituyen hoy en día un factor importante en el desarrollo de áreas rurales forestadas. Estos productos, están considerados, entre aquellos prioritarios en la labor de la Dirección de Productos Forestales, del departamento de Montes de la FAO.

Las razones que fundamentan el status alcanzado por los productos forestales no leñosos, son diversas; mas, dos se destacan para los propósitos de este estudio: económicas y sociales (sectores rurales silvícolas marginales).

La actividad forestal primaria (explotación) es altamente tecnificada y especializada, demandando además grandes esfuerzos físicos del personal que la realiza. Niños y mujeres están, por lo tanto, generalmente marginados de estas labores; deben tener alternativas que les permitan aportar ingresos al núcleo familiar, normalmente deprimido por bajos salarios y cesantía estacional.

Tres situaciones suelen presentarse en áreas rurales, o bien no existen recursos leñosos, éstos no son sustentables o, son de propiedad de empresas o personas que viven fuera de dichos lugares. Los recursos forestales privados y su derecho de uso son de dominio del propietario; sin embargo, en la mayoría de los países la legislación o las costumbres permiten a la población tener acceso al uso de otros productos que crecen en los bosques (no leñosos), sin mayores restricciones (hongos comestibles por ejemplo).

En América Latina, las plantaciones forestales suelen ser propiedad de pequeñas minorías, lo cual impide a gran parte de la población beneficiarse directamente de ellos.

Usualmente los productos forestales no leñosos tienen una baja incidencia en el presupuesto y montos de exportación de países con vocación forestal, sin embargo, su impacto en la actividad económica interna de los sectores rurales es muy significativa. En efecto, junto con crear numerosas fuentes de trabajo a personas temporal o permanentemente inactivas, en razón a limitantes en su edad, sexo, capacidad técnica o económica, posee un sentido distributivo más equitativo que los ingresos que genera el aprovechamiento del recurso madera. Por otra parte, la producción de estos bienes no implica ni involucra insumos importados o pago de patentes, lo cual se traduce en que los ingresos tengan, una mejor incidencia en los retornos netos de los valores de exportación para la economía nacional.

Entre los productos forestales no leñosos, los hongos silvestres comestibles constituyen un buen ejemplo de lo expuesto precedentemente. Deben ser considerados como productos forestales, por su íntima relación con los árboles (micorrizas), y su dependencia ecológica del bosque. Son utilizados como fuente de ingresos, alimentos, medicina o fármacos, en diferentes regiones del mundo desde épocas inmemoriables. Se caracterizan por ser un recurso sustentable, abundante y de libre dispocición, por lo cual constituyen un ejemplo ideal de producto forestal no leñoso, para ser utilizado en el desarrollo económico de sectores rurales.

La incorporación de mujeres en faenas de colecta y procesamiento de estos hongos, no presenta restricciones de ninguna especie, aún más en razón a las características del trabajo involucrado, niños y jóvenes de diferente sexo pueden igualmente participar, sin por ello alterar sus deberes escolares.

La cosecha y manipuleo básico de estos hongos, son en extremo simples y las inversiones requeridas insignificantes. Pueden sin embargo permitir el uso de tecnologías más complejas que requieren de grandes inversiones, generando productos finales de alto valor comercial. Esto último, comprende el desarrollo de Agroindustrias para el procesamiento industrial de hongos comestibles en áreas rurales forestales, con efectos y propósitos altamente convenientes: generación de empleos, reciclaje de desechos forestales con fines de producción de energía y descontaminación, minimización de costos de transporte y mejoramiento en la calidad sanitaria de los hongos a procesar.

Para este estudio se eligió la comuna de Empedrado (Vil Región - Maule), pues constituye la más antigua y representativa en la producción de hongos silvestres comestibles asociados a plantaciones de Pinus radiata. La Vil región es particularmente pobre y dicha comunidad (Empedrado), sobrevive en gran medida gracias al aprovechamiento de este recurso natural.

Es por lo tanto, en nuestra opinión, importante de analizar esta situación basada en el ejemplo de esta comunidad que constituye un caso típico al respecto.

El consumo de hongos silvestres en los países desarrollados, es día a día mayor (sobre 3 000 000 toneladas métricas por año), con lo cual la demanda por este tipo de productos está asegurada, para aquellos países en desarrollo que estén capacitados para fomentar la producción de este tipo de bienes, pudiendo, a la vez, contribuir a la solución de problemas de mal nutrición y mejorar su balanza comercial.

Este informe trata sobre un caso particular de Chile, país en el cual hay un gran potencial en la producción de hongos silvestres comestibles, por su estrecha relación con las plantaciones de Pinus radiata D. Don (pino insigne), especie forestal pilar de la economía forestal.

Esta conífera, introducida desde hace casi 100 años, ocupa un área cercana a 1 300 000 ha, preferentemente entre la V y IX Región del país.

Por último, cabe señalar que se forestan y reforestan alrededor de 70 000 ha al año de Pinus radiata, con una tasa de utilización anual de alrededor de 30 000 ha.


Metodología

Un estudio de esta naturaleza debe obligatoriamente basarse en dos tipos de actividades:

1. Una completa revisión bibliográfica de la materia a analizar, con el aporte bien entendido, de los conocimientos y experiencias de los autores de este trabajo y,

2. El conocimiento de aspectos sociales, técnicos y económicos involucrados, a través de la información obtenida de sujetos e instituciones involucradas en esta actividad, pues no siempre se cuenta con estadísticas completas y/o confiables.

Se procedió por lo tanto a entrevistar a personas de diferente oficio y nivel: empresarios, colectores, procesadores, intermediarios, exportadores; instituciones gubernamentales, y otros. Los antecedentes así logrados, fueron analizados y presentados para su posterior conclusión.


Antecedentes generales

Los principales hongos comestibles que se encuentran en la zona costera de la séptima región, se describen a continuación, constituyendo los tres primeros la casi totalidad de los procesados y comercializados (sobre 97%).

Foto 1. Suillus luteus

Suillus luteus:

Carpóforo de 4-18 cm de diámetro, al principio hemisférico o casi cóncavo, después convexo, provisto en ocaciones de un ligero mamelón; margen regular, superficie húmeda con reflejos violáceos, cutícula viscosa separable. Himenio tubular de color amarillo al principio más tarde verdoso. Tubos de pequeño diámetro que en la madurez se tornan poligonales y se oscurecen.

Pie de 3-13 x 1-4 cm de diámetro, cilindrico, lleno, firme, blanquecino a amarillo pálido y pardo en la base; anillo membranoso blanco y posteriormente pardo violáceo.

Carne tierna, blanda y se embebe de agua con la lluvia, blanquecina a amarilla yema de huevo, con ligero olor y sabor dulce.

Esporada de color pardo.

Buen comestible si se consume sin cutícula.

Especie micorrízica, gregaria, bajo bosques especialmente de coníferas.

Su aparición se produce en otoño y primavera.

Boletus granulatus:

Especie muy similar a la anterior. Difiere en un color más amarillo, superficie del carpóforo más seca y ausencia de anillo en el pie.

Comestibilidad, habitat y época de aparición, semejante a S. luteus, aunque se estima de mejor aparición en Primavera.

Foto 2. Boletus granulatus

Foto 3. Lactarius deliciosus

Lactarius deliciosus:

Carpóforo de 5 - 15 cm de diámetro, color naranjo, con zonaciones de color similar pero aún más intensas, formadas por bandas dispuestas concéntricamente. Con la edad, puede teñirse intensamente de verde. Convexo algo deprimido en el centro, margen involuto. Lámelas de similar color, que pueden teñirse completamente de verde en ejemplares viejos; apretados y ligeramente decurrentes.

Pie de 3-5 x 1-3 cm de diámetro concoloro con el carpóforo.

Carne blanquecina anaranjada, blanda.

Látex anaranjado-rojizo que se oxida al aire deviniendo verdoso (explicación al cambio de color antes señalado).

Esporada blanco-crema.

Buen comestible, pero no aconsejable deshidratado.

Especie micorrízica, bajo bosques, generalmente de coníferas.

Epoca de aparición otoño y primavera.

Foto 4. Morchella conica

Morchella conica:

Carpóforo de 5 - 10 cm de alto, provisto de un sombrero cónico alveolado (apotecios), puntiagudo igual a más corto que el pie, de color gris a negro.

Pie amarillento claro, cilindrico y hueco.

Carne delgada y tenaz, blanquecina y carente de olor y sabor particular.

Esporada blanca crema.

Buen comestible, aunque poco carnoso.

Crece sobre terrenos ácidos, de preferencia quemados, al pie de coníferas y de latifoliadas.

Epoca de aparición, preferentemente en primavera.

Foto 5. Cyttaria espinosae

Cyttaria espinosae:

Carpóforo de 1 - 14 cm de diámetro, globosos, carnosos a veces pediculado al principio, blancos y más tarde amarillo-naranja.

Esporada gris olivácea. Comestible apreciado en fresco en mercados locales.

Especie parasítica, aún cuando no patógena, que se desarrolla formando hipertrofias de tronco y ramas de especies del género Nothofagus.

Comestible en fresco y de mercado local.

Fructifica en otoño y primavera.

Foto 6. Clavaria spp.

Clavaría spp.:

Carpóforos ramificados o simples, frágiles con frecuencia cespitosos, blancos o de diversos colores, de tamaño variable conforme las diferentes especies (3-15 cm alto).

Esporada blanca o rosada.

Entre las especie más abundantes se pueden citar: C. zollingeri, C. acuta y C. pumanquensis.

Comestible de uso local, en la preparación de variadas comidas, mayoritariamente cocidas.

Se desarrolla en el suelo y se preferencia en otoño y primavera.

Foto 7. Gyromitra antarctica

Gyromitra antarctica:

Carpóforo de hasta 10 cm de alto, con una mitra (sombrero), subglobosa e irregularmente lobulada de 4 - 5 cm de diámetro y de color pardo-rojizo, convoluto a cerebroide.

Pie de hasta 5 cm de alto, blanco-grisáceo, hueco.

Carne blanquecina, cérea, frágil.

Esporada blanca.

Es un comestible apreciado, siempre que haya sido cuidadosamente cocido, pues es tóxico en estado fresco.

Crece sobre humus vegetal, de preferencia ácido, bajo coníferas y latifoliadas.

Fructifica en otoño y primavera.

La composición química de algunos hongos comestibles de Chile se aprecia a continuación, destacándose su alto valor nutritivo.

Composición quimica de algunos hongos comestibles de Chile:


Proteína Total en porcentaje de peso seco

Grasas en porcentaje de peso seco

Carbohidratos en porcentaje de peso seco

Cenizas en porcentaje de peso seco

Suillus luteus

20,32

3,66

53,58

6,10

Boletus granulatus

14,02

2,04

70,39

6,42

Lactarius deliciosus

27,42

6,72

27,60

5,92

Morchella cónica

35,00

2,38

47,00

9,42-10,70

Al comparar dicho valor nutritivo, con otros alimentos conocidos, se tiene:


Proteínas %

Grasas %

Hidratos de carbono %

Sales %

Agua %

Lactarius deliciosus

3,0

0,8

3,0

0,7

88,8

Espinacas

2,2

0,3

1,7

1,9

93,4

Papa

2,0

0,1

20,9

1,1

74,9

Col

1,5

0,1

4,2

0,9

92,1

Carne de vacuno

21,0

5,5

0,5

1,0

72,0

Estos hongos micorrízicos, están íntimamente ligados al recurso bosque. En efecto, la producción de hongos micorrízicos puede ser afectada tanto por los factores ambientales, como por factores del suelo (Figura 1).

El factor escencial en todo el proceso es la cantidad de agua que se encuentre disponible en el suelo, para que sea usada por los árboles y el micelio, o para que germinen las esporas cuyas hifas invadirán las raíces más finas del árbol.

La humedad disponible en el suelo depende básicamente de la precipitación, además de variables de rodal como la cobertura del dosel, y la cobertura de hojarasca y/o pastos.

Si el monto de la precipitación es bajo, un nivel alto de cobertura provoca gran intercepción, la que se incrementa con grandes niveles de hojarasca y/o pastos.

La pendiente de la superficie del suelo también influye sobre la tasa de infiltración, la que en última instancia determina la humedad del suelo. Ligado a ese factor se encuentra, además, la textura del suelo, que regula las propiedades conductivas del agua en el perfil del suelo.

Figura N° 1. Factores de la producción de hongos micorrízicos.

La pérdida de agua desde el suelo está ligada a la evapotranspiración real, que a su vez depende de la evapotranspiración potencial y de la humedad del suelo.

La cobertura del dosel determina en definitiva el microambiente. Controla el monto de energía que llega al suelo, interactuando con la exposición y la declinación solar (época de año).

La radiación global interceptada por un cuerpo hace aumentar su propia temperatura. A su vez un cuerpo emite radiación en función de la cuarta potencia de su temperatura absoluta. Esta emisión es responsable de la temperatura del aire circundante, en el cual en CO2 y en el valor de agua impiden que esta radiación, de onda larga principalmente, escape del sistema en forma acelerada.

La temperatura, y la radiación directa llegada al piso forestal, condicionan la aparición de cuerpos frutales. Dado que estos seres vivos no poseen un sistema eficiente para evitar la pérdida de agua (como las plantas a través de los estomas), la mayor frecuencia de aparición se produce en donde el microambiente es moderado. Esto ocurre cuando se produce una óptima combinación de los factores que determinan la deshidratación.

A veces se observa aparición de hongos en lugares abiertos, como orillas de caminos o claros. Esto puede, sin embargo, deberse a que la seta recibe radiación directa sólo algunas horas al día, sin producir una deshidratación nociva. O bien, que la humedad ha favorecido una temperatura adecuada al hongo, por ejemplo, en primavera.

El viento, normalmente en vegetales con metabolismo C3 o C4 los cuales abren sus estomas en el día, produce un efecto desecante. Afecta la altura de la capa, límite que posee todo ser vivo. Esta es una capa de transmisión, con flujo laminar, entre la seta y el aire turbulento, que ofrece cierta resistencia a la evaporación. Es proporcional al espesor de ésta, el que disminuye al aumentar la velocidad del viento.

En sectores abiertos de baja densidad arbórea, o corta edad, la hojarasca y el pasto influyen al aumentar la resistencia a la evaporación desde el suelo, impidiendo que el micelio se deshidrate. Especialmente la profundidad de hojarasca tiende a favorecer un aislamiento del micelio, de los factores deshidratantes.

La micorriza, es una relación entre las radículas más pequeñas de raíces secundarias y un hongo en particular. Este invade el cortex de la raíz, mientras que el meristema apical y el cilindro vascular queda intacto.

De acuerdo a esto, es obvia la importancia que adquiere la raíz en relación a la producción de hongos.

La extensión lateral de la raíz es, por lo general, de dos a cinco veces el radio de la copa. Su mayor desarrollo se alcanza en sitios pobres y de condiciones más xerofíticas.

La periodicidad estacional del crecimiento radicular está dada por la actividad de la copa y por las condiciones del suelo; bajo condiciones favorables puede haber un desarrollo continuado careciendo de período de latencia, como los tallos de muchas plantas.

Los factores que limitan el desarrollo de la raíz son: el bajo potencial hídrico del suelo en verano, y las bajas temperaturas de suelo en invierno. En consecuencia la raíz presenta un patrón bimodal de crecimiento con mínima actividad a mediados de invierno y verano. En las coníferas se presenta un crecimiento más uniforme a lo largo del período vegetativo.

Las bajas temperaturas actuarían retardando el metabolismo, y por lo tanto el crecimiento y la maduración de la raíz; se verían así disminuidas: la absorción de agua y nutrientes, dado que con bajas temperaturas el agua se vuelve más viscosa y los tejidos más impermeables. Al contrario, altas temperaturas producen mayores tasas de respiración y menor crecimiento.

Los patrones estacionales de respiración de los árboles dependen en gran parte de la porción del árbol de que se trate, y la época del año, debido al desarrollo estacional específico. La respiración aumenta con la actividad metabólica, es decir, cuando raíces hojas y yemas están en desarrollo activo se producen altas tasas respiratorias.

En la raíz, la tasa respiratoria afecta la translocación basipétala (descendente). El carbohidrato se mueve desde su centro de origen hasta su centro de consumo. La fuente, puede ser la hoja madura que realiza fotosíntesis, o centros de almacén de carbohidratos en hojas, tallos o raíces. El receptor puede ser cualquier centro metabólicamente activo (yemas, cambium, frutos o raíces activas),

La intensidad lumínica, en general, afecta la translocación basipétala. Esto, dado que en plantas creciendo a bajas intensidades, se detiene la translocación. Comunmente ésta aumenta con la temperatura hasta un límite, aproximado a los 30°C, en que decrece, debido probablemente al consumo respiratorio.

Las plantaciones jóvenes, determinan las máximas de producción. La baja cobertura en el dosel, permite mayor ingreso de radiación al piso forestal, aumentando la temperatura del suelo, y una tasa respiratoria más alta en la raíz. Esto originaría un mayor flujo de translocación. Además, los árboles tienen una mayor tasa de fotosíntesis, ya que no hay limitación de luz. Unido esto, al hecho de que estas plantas destinan gran cantidad de carbohidratos a la producción de raíces, el mayor flujo de translocación permitiría la existencia de un mayor volumen de elementos disponibles para la producción de hongos.


Tenencia de la propiedad forestal

La comuna de Empedrado, área en la cual se centró este informe por las razones expuestas precedentemente, pertenece a la provincia de Talca, Vil Región. Está inserta en la Cordillera de la Costa, en la cual predominan cadenas montañosas relativamente bajas (810 m.s.n.m. punto de mayor altitud), y valles transversales.

Cubre en la actualidad, una superficie de 56 530 ha bajo el efecto de un clima mediterráneo templado con cierta influencia de neblinas costeras. Limita al Norte con la comuna de Constitución; al Sur con la de Cauquenes al Este con Cauquenes y San Javier y al Oeste con Constitución y Chanco.

La precipitación media anual es de 741 mm (abril a agosto preferentemente), y con una nubosidad de 85% de mayo a agosto siendo el resto del año 20 - 25 %. La temperatura media es de 18°C alcanzando ésta alrededor de 30°C en verano y de 5°C en épocas de invierno.

La capacidad de uso de la tierra es mayoritariamente forestal, alcanzando un 72% aquella situada en capacidad de uso Vil. Por otra parte, el 87,7% de los suelos de la comuna están bajo erosión severa a muy severa.

En algunos valles pequeños se realiza una agricultura de subsistencia, y labores ganaderas muy limitadas.

De los terrenos con aptitud forestal 39 379 ha, se encuentran bajo situación de manejo con plantaciones de Pinus radiata (P. insigne). Existen pequeñas plantaciones de Eucalyptus generalmente globulus, en muy baja proporción y relictos cada vez menores de bosque nativo.

De las 39 379 ha, antes mencionadas, y que constituyen la fuente única para colecta de hongos comestibles, 18 460 (50,75%) se encuentran bajo el dominio de tres sociedades forestales. El resto (39,24%), pertenecen a alrededor de 145 propietarios en calidad de personas jurídicas y naturales, con superficies que oscilan entre 866 ha a 4 ha.

Para establecer con mayor claridad la distribución de la tenencia de estas plantaciones, se puede concluir que 10 propietarios (naturales y jurídicos), poseen el 72% de éstas, considerando el límite mínimo de 100 ha y que alrededor de 140 propietarios con una superficie que varía entre 99 y 4 ha, poseen el 28% de la superficie restante.

REGION DEL MAULE
CAPITAL: TALCA (CROQUIS)

Mapa regional, indicando la zona Empedrado.


Estructura social

La población total de la Vil Región estimada en diciembre de 1989 era de 778 300 personas. Esto representa alrededor de 6,12% de la población de Chile. La densidad era de 25,7 habitantes por km2.

En esa misma fecha la fuerza laboral (15 o más años de edad) era de 298 600. La tasa de desocupación alcanzaba un 6,7%, significativamente superior a 5,3%, considerada la tasa promedio de desocupación del país.

La actividad silvoagropecuaria para la región, emplea al 42,4% de la fuerza laboral, seguido de servicios (17,8%) y de comercio (16,3%).

Conforme al censo de 1982, el 76,8% de los hombres mayores de 15 años pertenecían a la fuerza laboral activa, en tanto solo el 19,8% representaba a la población femenina, estas últimas ocupadas en las industrias de la región.

El ingreso mínimo en Chile era hasta el primer trimestre de 1990 equivalente a $13 380 mensual.

En 1982, el 14,2% de la población de Chile vivía en la extrema pobreza; un 75% de ellos pertenecía a sectores rurales y el resto a sectores urbanos. En la Vil región el nivel de extrema pobreza era de 16,3%, compartido entre los sectores rurales y urbanos. Se desprende de esto que, la población de la Vil Región en extrema pobreza, constituía el 7,4% de la gente más pobre de Chile.

Con esa misma fecha, se estableció que en la región considerada, la tasa de alfabetismo era de un 85%, valor 30% superior que aquella existente en 1970.

La falta de escolaridad de la población (1982), con edades superiores a los 5 años se distribuía de acuerdo a esta tabla:

Edad(años)

No escolaridad %

5-9

38,5

10-14

2,5

15-19

2,2

20-24

2,8

25-29

4,2

30-39

9,0

40-49

15,9

50+

26,3

La familia, según dicho censo, estaba constituida por un número promedio de 4,76 personas; en áreas rurales de la región 48% de las familias poseían TV, 80% radio, 4,4% máquinas de lavar ropa, 12,2% refrigerador, 0,6% teléfono y 7,4% automóvil.


Colecta de hongos

La colecta de los hongos micorrizicos, es realizada en su totalidad, como actividad lucrativa, por residentes rurales o urbanos de dicha comuna, sin distinción de sexos ni edad.

Es notorio incluso, el retorno a la comuna de familiares que habían migrado temporalmente a ciudades de la región (Talca, Linares y principalmente Constitución), en busca de trabajo (mano de obra, servicios menores y ocupaciones domésticas, en general).

En efecto, y tal como se verá posteriormente, la época de aparición de los hongos constituye cada día más, un evento trascendente pues permite a los que colectan, incrementar sus haberes en forma muy significativa.

La fructificación de los hongos es función del clima y del sitio (análisis ecológico), y como estos factores son variables, no es posible presisar una fecha de aparición; sin embargo, casi invariablemente se inicia 7 a 10 días después de las primeras lluvias de fines de verano o inicio de otoño, pero siempre y cuando estas sean abundantes de manera que logren infiltrar convenientemente la capa vegetal y horizonte inmediato (Aoo y Ao).

La época de colecta, que parte en otoño, puede desplazarse tanto más hacia Primavera en regiones más hacia el Norte; es decir, Vil, VI y V Región. Hacia el Sur de la Vil Región (VIII, IX y X), prácticamente no hay producción de hongos en Primavera. Para la totalidad de las regiones señaladas, la fructificación se detiene durante la época de invierno.

Para ejemplarizar lo precedente, se puede establecer de acuerdo a la experiencia y antecedentes recogidos, que los días/año hábiles para colectar hongos son aproximadamente de 100 (VI Región), 90 (Vil Región) y no sobrepasan los 60 a 70, para las regiones más sureñas (VIII y IX).

Para la VI y VII regiones, entre el 60 a 70% de la producción anual, se colecta en Otoño; para la VIII y IX regiones este porcentaje es de 100% o muy cercano, para dicha estación del año.

Esta variación en la fructificación es también dependiente de las especies fungosas en cuestión; L. deliciosus y S. luteus son casi exclusivamente de Otoño, en tanto que B. granulatus, M. cónica y G. antarctica en particular, son preferentemente de Primavera, lo que explica su baja producción actual.

Para la región en estudio (VII), los meses en los cuales se concentra la colecta son Marzo a Julio (Otoño) y de Septiembre a Octubre (Primavera).

Tal como se estableció anteriormente (Tenencia de la tierra), las plantaciones en la Comuna de Empedrado, son en su mayoría, propiedad de grandes empresas forestales. En el pasado, cuando se inició la colecta de hongos (alrededor de 1950), la realidad era completamente diferente: pequeños propietarios radicados todo el año en sus predios y que por lo tanto mantenían estrechos vínculos con los lugareños.

Actualmente, la concentración de la propiedad en grandes empresas, administradas desde lugares muy lejanos, lógicamente, ha hecho desaparecer dichos vínculos. Es común por lo tanto, que los guarda bosques o encargados de los predios, establezcan al inicio de la temporada de colecta, listas limitadas de personas autorizadas a colectar en base a amistad, confiabilidad o en bases a acuerdos de otra índole.

Para dichas empresas, el riesgo mayor que puede significar la presencia de colectores es aquel que implica el posible daño a cercos y plantaciones, pues los incendios están limitados por el clima imperante en la época de fructificación.

Es posible que en un futuro no lejano, las restricciones puedan ser mayores, en la medida de que el aprovechamiento de este recurso forestal no leñoso, tal como ha venido sucediendo estos últimos 5 años, llegue a constituir un recurso económico que pueda interesar a estas empresas forestales.

Multiples factores influyen en la producción de hongos, asociados a plantaciones de P. Insigne (análisis ecológico).

Indicadores de sitio mediocres, de plantaciones jóvenes (4-12 años), generan una mayor fructificación de hongos que aquellos de edad similar, situadas en sitios de mejores índices; este fenómeno se explica por la necesidad de la fanerógama de absorver los nutrientes del suelo, y a los cuales el grado de intensidad de esta asociación satisface.

Unido lo anterior a las variaciones de clima, ocurre como consecuencia, que las producción de hongos tenga tal dispersión, que explica porqué algunos autores señalan un volumen equivalente a 3 500 kg/ha/año, y otros 300 kg/ha/año (hongos peso fresco).

Conforme a lo anterior, y por la experiencia de los autores, es posible estimar un promedio de 1 000 kg/ha/año.

Considerando que, en el país no menos de 600 000 ha de plantaciones pueden situarse dentro de este promedio, el potencial productivo no puede menos que estimarse como auspicioso.

Técnicas

La técnica de colecta en si misma es simple, consiste básicamente en tomar el hongo por el pie o estipete, girarlo para desprenderlo del sustrato y con un cuchillo pequeño cortar la parte basal del pie, para liberarlo de partículas de suelo u hojarasca adheridas a esta porción. El corte debe dejar un pie no superior a 2 a 3 cm de largo; posteriormente se van depositando en un canasto para luego ir llenando un cajón con un peso neto de alrededor de 7 kg, situado en las cercanías.

Es necesario sin embargo, establecer algunas consideraciones. Las diferentes especies de hongos, no aparecen en el mismo sitio; S. luteus y B. granulatus se encuentran en plantaciones jóvenes (4-12 años de edad) y de preferencia más asoleadas. Estos hongos no presentan problemas de fragilidad que impliquen un manipuleo cuidadoso.

L. deliciosus en tanto, se desarrolla en bosques más adultos, con mayor cobertura y menor luminosidad en el suelo, inclusive suele presentarse bajo residuos de poda; es frágil y por lo tanto debe colectarse cuidando de no romper su cutícula o superficie, inclusive laminar, pues exuda un látex que se oxida al aire, adquiriendo a las pocas horas una tonalidad marcadamente verde, que suele ser factor de rechazo o castigo de su valor comercial.

Los ejemplares maduros, que se caracterizan por su gran diámetro, no suelen colectarse pues por lo general presentan un mal estado sanitario (mohos, insectos o consistencia blanda).

Para el caso de S. luteus y B. granulatus, los colectores suelen diferenciar en función del diámetro, productos distintos. Aquellos hongos pequeños, marcadamente cóncavos y con diámetros del carpóforo o píleo inferior a 5 cm son considerados "champiñones" y alcanzan un mayor valor pues se destinan a conservas e incluso a congelados.

Aquellos superiores a dicho diámetro y hasta un límite no mayor a 10 cm (máximo diámetro colectable), son destinados a salmuerado y deshidratado, por lo tanto de menor valor agregado.

Por último, cabe considerar que si bien el colector los agrupa sin distinción en el canasto, debe posteriormente seleccionar por especie y tamaño en los cajones que va completando. Una vez realizada esta operación, entrega los cajones sea en la tarde o a primera hora del día siguiente a recolectores, que se movilizan en camionetas o camiones, o a intermediarios en general, para su procesamiento lo antes posible.

Colectores

Cuando se inició la colecta de hongos en la Comuna de Empedrado, alrededor de 1950 (la más antigua del país), se consideraba esta actividad como de categoría inferior a otros trabajos tradicionales, al igual que la colecta de Rosa Mosqueta la que normalmente la realizaban las mismas personas: ancianos, mujeres y niños.

No era raro ver que una familia de colectores saliera junta al bosque y que posterior a la colecta, al llegar al lugar de venta del producto, el adulto del grupo, normalmente la madre, enviara a los menores a realizar la venta, esperando ella cerca del local para no ser vista con un canasto de hongos,

Hoy en día la situación es distinta, aún cuando predominan las mujeres y los niños, hombres adultos se han incorporado a esta faena, en razón a los ingresos involucrados, que son generalmente superiores al de otras labores más sacrificadas.

La Comuna de Empedrado, con una población de alrededor de 5 500 personas (urbana 2 000 y rural 3 500), esta constituida en partes iguales por hombres y mujeres.

De encuesta realizada a 75 colectores tradicionales, se pudo comprobar lo siguiente:

Proporción de Hombres y Mujeres por edad


Mayores de 18 años

%

Menores de 18 años

%

Hombres

8

26,7

22

73,3

Mujeres

26

57,8

19

42,2

Del total de los colectores, sólo 5 eran jefes de hogar, 22 dueñas de casa y 40 hijos, sobrinos o nietos. El nivel de educación que presentaban es bastante bajo; la mitad sólo 3° básico o menos y más del 80%, 6° básico o menos, existiendo alrededor de un 5-7% de analfabetos (la mayor parte por desuso). Esto es un indicador de que es un trabajo que ocupa mano de obra que no necesita calificación para su ejecución, pero que este bajo nivel cultural los hace más sensibles a ser explotados por los intermediarios y elaboradores (procesadores).

Dentro de la comuna, los colectores viven mayoritariamente en los margenes de los centros poblados o son de origen rural.

Las casas en su totalidad son de adobe (las más antiguas) o de madera, muchas con paredes sin forro y frecuentemente sin piso de madera (sector rural). El núcleo familiar promedio es de 4,8 personas.

Las condiciones sanitarias de dichos hogares son inaceptables; carencia significativa de agua potable, instalaciones eléctricas precarias en el mejor de los casos (sector urbano) a inexistente (sector rural) y baños de escasa a ninguna higiene.

Gran parte de las casas que poseen son propias, no así los terrenos, los cuales normalmente no tienen los títulos legalizados.

Lo anterior responde principalmente al bajo desarrollo cultural, que se origina en la pobreza en la cual estuvo inmersa la comuna, desde tiempos inmemoriados.

El impacto económico que ha tenido el aprovechamiento de los hongos, es sin embargo evidente, aún cuando no se refleja como se desprende de lo anterior, en mejora cultural, de viviendas o de higiene de estas; se aprecia si, en productos eléctricos y electrónicos, invariablemente presentes en casi todos los hogares: radios y TV, principalmente; prendas de vestir; bicicleta y/o motocicletas; caballos y/o animales y situación alimenticia segura.

De acuerdo a antecedentes recogidos, el ingreso familiar promedio anual alcanza a $70 000 mensuales; cifra muy elevada para el ingreso que se obtiene de labores agrícolas y forestales ($30 000 mensuales), con una tasa de cesantía permanente o estacional elevada.

Se pudo constatar en efecto, que existen colectores que durante el período de los hongos (60 a 90 días hábiles al año), acumulaban ingresos incluso superiores individualmente a los $500 000/temporada.

En el pasado, los ingresos eran significativamente menores sea, por el menor volumen colectado sea, por que entregaban los hongos en pago de mercancías que requerían durante el año, por lo tanto eran totalmente dependientes de precios no negociables, como también de compradores únicos (monopsonio).

Hoy, los hongos se transan en dinero al contado, lo cual los habilita a tener una mejor opción de mercado y negociación.

Cada colector inclusive los niños, administran el dinero obtenido, sin embargo es muy frecuente que la madre, dentro del núcleo familiar, sea la administradora y disponga ella el uso de éste. Este último aspecto, ha sido en extremo positivo para detener o al menos aminorar un fenómeno altamente negativo y desgraciadamente generalizado en áreas rurales: el alcoholismo, particularmente del sexo masculino (jóvenes y adultos).

En cuanto al rendimiento promedio, que los colectores pueden alcanzar en una jornada de 8 horas diarias, considerando sexo, edad (mayores o menores de 15 años), y si la faena la realizan a pie o en algún tipo de movilización, se consolida lo siguiente:

Rendimiento diaria en kg fresco


Promedio

Mayores de 15 años

Menores de 15 años

Pie

Vehículo

Hombres

33,9

50,2

22,2

20,9

52,1

Mujeres

30,3

34,6

19,4

27,6

41,4

Aquellos que colectan a pie, deben caminar un promedio de 5 km diarios (1.5 hora en desplazamiento); en vehículo, para el mismo tiempo, se pueden desplazar 35 km.

Las cifras anteriores aún cuando constituyen promedios, tienen variaciones altísimas en función del clima más o menos propicio; en algunos casos (inicios de la temporada), se puede colectar en una jornada 10 cajones (70-80 kg).

El precio de venta de la unidad establecida (cajón), fue en 1990, de $350 (los 7 kg frescos) de S. luteus y B. granulatus y de $450 el cajón de L. deliciosus. En los inicios de la temporada de 1991 (Junio), dichos valores eran de $500 el cajón, para las dos primeras especies y de $700 el cajón de L. deliciosus.


Procesamiento de hongos

La industrialización de hongos indica varias alternativas, entre las cuales destacan:

· Deshidratados (enteros, trozados o transformados en sémola o polvo de hongos).
· Encurtidos (en sal, azúcar y vinagre).
· Fermentados (en sal).
· En aceite de oliva o aceite comestible (más sal).
· Congelados.
· Enlatados.
· Extractos y concentrados (con sal).
· Concentrados de hongos deshidratados (con sal).
· Salmuerados (Concentración de sal 15-18%).

Todas las posibilidades anteriores, no son por lo general empleadas en el país en forma masiva; en efecto, aquellos encurtidos, fermentados, en aceite, extractos y concentrados, se preparan más bien en forma artesanal y/o casera, para el disfrute de la familia o de mercados nacionales muy limitados, en razón a su elevado costo.

Los demás, son para el mercado de exportación, y sobre los cuales se centra este informe.

Dentro de las especies fúngicas, en las cuales se basa la cosecha industrial de los hongos micorrízicos (S. luteus; B. granulatus y L. deliciosus), es conveniente destacar que esta última especie, L. deliciosus, no se recomienda deshidratada, salvo para fabricación de sémola o polvo, pues en trozos es demasiado coriácea (dura).

Por último, como regla general, cualquier hongo que se requiera procesar debe cumplir ciertos requisitos, entre los cuales están:

· Libres de basuras o impurezas.

· No presentar estados evolutivos de insectos (larvas).

· Ser especies reconocidamente comestibles (aspecto principal).

· Tener el color y apariencia típica de la especie.

· Aditivos, conservantes y anti-oxidantes, deben emplearse bajo normas nacionales e internacionales, en cuanto a permisibilidad y dosis.

· Cutículas duras y desprendibles, particularmente en S. luteus y B. granulatus, deben ser sacadas (pelado), para ciertos procesos (deshidratado en particular).

· Constituir volumen o unidades de producción, con una sola especie.

· Poseer los calibres (tamaños), exigidos según normas.

· No emplear hongos en deficiente estado sanitario (putrefactos).

Técnicas

Las técnicas a emplear, para los diferentes productos factibles de presentar industrialmente, pueden agruparse en: deshidratados, salmuerados, congelados y enlatados.

Deshidratado. Una vez realizada la cosecha, deben ser llevados a la unidad deshidratadora dentro de las 24 horas, como máximo, de la colecta.

En esta, se procede a cortar el pie a la longitud deseada (previa selección de calidad), separar la piel o cutícula que recubre el sombrero o píleo, raspar el himenio en aquellos ejemplares muy viejos o maduros (pues este tejido suele dar un sabor acre), y rebanarlo horizontalmente en espesores no superiores a 1 cm.

Se estima que una persona (mujer), con experiencia puede procesar 30 kg frescos por hora (percibe una remuneración de $156 por hora). Como promedio, se aprovecha un 40% del peso del cajón; el resto es desecho.

Posteriormente se disponen en bandejas dentro de un secador que puede ser de compartimiento o de túnel. Las bandejas se cargan con una relación 5 kg de hongos cortados frescos por m2, en una sola capa.

Las temperaturas de secado se recomiendan entre 40-70°C en túneles con flujo de aire horizontal en contra-corriente, o de 35-60°C en túneles con aire transversal.

En secadores artesanales (de compartimiento), calentados por tubos de humo, se prefieren temperaturas de bulbo húmedo de 30°C y de 80°C para el bulbo seco. El proceso de deshidratado no debe ser superior a las 8-10 horas, y debe entregar un producto de color amarillo-dorado, con un contenido de humedad de alrededor de 8% (95% C.H. original).

Salmuerado. Para este proceso, es necesario que los hongos sean colectados con un pie no mayor de 2-3 cm y con un diámetro de sombrero de 5-12 cm como máximo, aún cuando el trabajar con diámetros más estrechos y menores, originan un mejor precio (calibración). Deben ser liberados de su piel o cutícula (a excepción de L. deliciosus).

Aquellos hongos que no cumplen la selección, pueden ser destinados a deshidratado. Una vez realizada esta operación, son lavados en agua; se introducen en tambores, previo a introducir dentro de estos una bolsa de plástico, en la cual se encuentra una solución salina de NaCl en agua, a una concentración de 15-18%. El uso de concentraciones mayores (20-22%), aunque posee un mejor control de microorganismos, puede generar un fenómeno de plasmólisis en los tejidos fúngicos (presión osmótica).

Algunos productores, prefieren transvasijar paulatinamente los hongos en concentración cada vez mayores, iniciando el proceso en 6% hasta llegar al 15-18% final.

A través de este proceso, los hongos pueden ser almacenados axénicos por varios meses. Para ser consumidos, deben lavarse en agua reiteradas veces, para desprender la sal.

Los tambores llenos, deben ser verificados periódicamente, para observar crecimiento de mohos superficiales, turbidez del líquido y verificación de la concentración salina; en algunos casos se suele agregar ácido cítrico al 0.1%.

Congelado. Es un proceso de alto costo, que solo se justifica para aquellos hongos pequeños (champiñones), o trozos de ellos, severamente clasificados y seleccionados.

Consiste, una vez limpios y clasificados, en bajarles la temperatura en forma rápida a -24°C (sistema I.Q.F.), para detener toda acción enzimática, microbiológica y química. Es sin duda, el método ideal, siempre y cuando durante su proceso de exportación, no se corte la cadena de frío. Los hongos de esta forma, conservan su color, sabor y aroma.

Para cumplir con este propósito de congelado rápido e individual, existen dos posibilidades: son sumergidos en el refrigerante o, se utiliza el sistema de lecho fluidizante.

Appertización o enlatado. Se basa en la temperatura como inhibidora y destructora de gérmenes indeseados, junto con inhibir la actividad enzimática (lisis).

Al igual que en procesos anteriores, previo es realizar: selección, pelado y corte de hongos.

Posteriormente se debe efectuar un escaldado o blanqueado (1 a 2 minutos sumergidos en agua caliente a 100°C, o vapor), en seguida enfriarlos en flujos de agua fría, hasta completo enfriamiento. Con los dos procesos anteriores se logra, inhibir la acción enzimática y devolver al hongo (entero o trozado) su turgencia o textura.

Se procede a introducirlos en recipientes de vidrio, hojalata, aluminio o plástico termo resistente, en una solución de sal (NaCl), al 1.5-2%, para disminuir el pH, con adición de preservantes tolerados (ácido cítrico 0.1-0.2% p. ej.).

Se recomienda que esta adición de líquidos sea en caliente, para desplazar el aire del envase, lo cual favorece el vacío posterior. Una vez sellados los envases, se procede a una esterilización comercial en autoclave a 115°C por 30 minutos.

Las conservas deben ser rápidamente enfriadas, para evitar la germinación de esporas o conídias de microorganismos termófilos.

Procesadores

Hace algunos años atrás (10-15) era normal que los propios colectores incursionaran en el procesamiento de los hongos; la mayor parte de las familias que los recogían, procedían a secarlos, previamente pelándolos y cortándolos. El principal proceso que realizaban era el deshidratado; aprovechaban los días de sol para disponer los hongos sobre planchas de zinc (techos), o mas comunmente en el suelo arcilloso barrido. El contenido final de humedad no era inferior a 25% y las impurezas (tierra y residuos orgánicos), como la sanidad del producto final, determinaban un producto de mala calidad. Sin embargo, esta alternativa les permitía acopiar ciertos volúmenes por mayor tiempo. Posteriormente, eran entregados a intermediarios, los cuales a su vez los vendían a plantas de deshidratado de frutas (zona central), temporalmente inactivas. Allí se seleccionaban y se procedía a secarlas a 8-10% de contenido de humedad, para luego exportarlas a granel como un producto de baja calidad y reducido valor comercial. Volúmenes muy pequeños se salmueraban, pero esta última era una práctica que se difundió muy poco.

Con el tiempo, el mercado al exigir calidad y asegurar una demanda de productos frescos, terminó con esas actividades a nivel de colectores.

Existen actualmente dos categorías de procesadores: pequeñas y grandes. Los pequeños, con un difícil acceso al mercado de exportación, suelen dedicarse preferentemente al deshidratado y solo ocasionalmente y sobre pedido al salmuerado; se encuentran situados muy próximos a los sitios de cosecha, lo cual les permite disminuir sus mayores costos de procesamiento (por las economías a escala involucradas), al minimizar aquellos por concepto de transporte de hongo fresco; compran el hongo directamente al colector, puesto en su planta.

Los grandes procesadores están en centros urbanos importantes y lejanos de las fuentes de materia prima; para abastecerse de ésta, recurren a intermediarios que acopian cubriendo superficies importantes. Realizan todos los procesos (deshidratado, congelado y salmuerado), en gran escala lo cual les permite acceso directo a la exportación. Algunos están asociados entre sí (6 a 7), constituyendo entidades que tienen acceso a la información técnica, de mercado y control de calidad. Según los antecedentes disponibles controlan el 80-90% del mercado de hongos en Chile.

Estos últimos se diferencian además, de los pequeños, pues procesan diferentes tipos de verduras y frutales mayores y menores, de manera de amortizar adecuadamente los capitales involucrados.

Los pequeños, al disponer de técnicas e infraestructuras cuasi artesanales, unido a su situación geográfica, sólo funcionan en la época de los hongos; algunos, cercanos a la costa han incursionado sin mayor éxito en el deshidratado de productos del mar (algas, particularmente).


Mercados

Las principales modalidades a través de las cuales se comercializan los hongos silvestres son, como se ha señalado en el texto: deshidratado, salmuerado y congelado. En el mercado interno suelen transarse al natural, deshidratados y en conserva, pero todos en volúmenes muy reducidos. Se estima que no más de un 20-30%, del total de hongos silvestres producidos anualmente, son consumidos en el país; por lo tanto, el 70-80% es exportado.

Esta dependencia de la exportación implica fluctuaciones de precios ajenos a la ingerencia nacional, factor utilizado por los intermediarios para influir en los bajos precios pagados a los colectores; esta anomalía detectada es, sin embargo, incorrecta pues, los contratos de exportación son suscritos previos a la temporada de producción, pero no son transmitidos por razones especulativas.

La exportación va dirigida a numerosos países de variados continentes (excepto Asia y Africa). El mayor volumen es destinado a Alemania y Estados Unidos.

La tendencia parece indicar que existe una marcada disminución en aquellos productos deshidratados y un aumento creciente en los salmuerados.

El factor precio es muy fluctuante, e independiente de los volúmenes involucrados, pues lo que el país produce es marginal frente al mercado internacional.

Esto se desprende de las estadísticas que se señalan a continuación.

Exportación

Chile exportó en total, alrededor de 3 000 toneladas el año recién pasado (1990), detallados en forma siguiente (Valores FOB/Valparaíso).

Hongos Salmuerados


Volumen

Precio Promedio

Año

(t)

(US$/t)

1980

400,7

731

1981

741,5

797

1982

1235,8

824

1983

791,3

510

1984

1303,1

510

1985

962,4

444

1986

1338,3

672

1987

895,9

598

1988

1286,5

537

1989

1611,3

506

1990

2111,2

738

Hongos Deshidratados


Volumen

Precio Promedio

Año

(t)

(US$/t)

1980

412,4

2,800

1981

379,2

3,750

1982

422,1

3,680

1983

343,6

3,160

1984

325,5

2,390

1985

463,1

1,820

1986

376,4

1,890

1987

391,4

3,020

1988

310,5

2,880

1989

406,3

2,976

1990

379,2

3,294

Hongos Congelados

Solo se dispone de las cifras de 1990; 500 toneladas a US$ 1 200 la tonelada. Como antecedente complementario, en dicho año se exportaron 500 kg deshidratados de Morchella conica a US$ 120 el kg.

En resumen, el mercado muestra cierta dinámica, la cual no ha sido más evidente por la sequía que ha azotado al país, en los últimos 3 a 4 años.

Dado el régimen normal de lluvias en la actualidad, se estima que estos volúmenes serán largamente sobrepasados en 1991.

Normas de Calidad

La calidad de los hongos producidos, ha sido sin duda, la principal variable que explica, junto a fluctuaciones de precios en el mercado internacional, el bajo valor obtenido en las exportaciones.

La normalización en este sentido permite definir la calidad en términos objetivos, de tal modo que ésta pueda ser certificada, o bien controlada; de esta forma la calidad puede ser establecida o referida de manera de satisfacer las transacciones entre productor y consumidor, en una relación transparente y conocida.

Estas consideraciones anteriores han sido afortunadamente comprendidas por los sectores nacionales involucrados. Tal como se expresa precedentemente, un conjunto de 6 a 7 grandes procesadores (80 a 90% del mercado), bajo la asistencia de organismos fiscales (Instituto de Normas y Pro-Chile) y privados (Empresas de certificación de Calidad), han puesto en uso etiquetas (ANEXO 1) que se pretende sean de aceptación generalizada.

A través de esto, tienden a autocontrolar la buena calidad de los productos a exportar creando una atmosfera de serenidad, la cual lógicamente se traduce en asegurar los mercados internacionales en cuanto a volúmenes y precios.

La Norma Chilena sobre hongos comestibles actualmente vigente (NCh. 530), se estableció en 1969 y considera especificaciones únicamente sobre deshidratado. Debiera, para cumplir con las necesidades que se han creado, ser complementada y actualizada, tomando en consideración aquellos de carácter internacional o de uso generalizado.

Entre estas últimas cabe mencionar:

CODEX STAN 38-1981 (FAO/OMS)
CODEX STAN 39-1981 (FAO/OMS)
CODEX STAN 40-1981 (FAO/OMS)
CODEX STAN 55-1981 (FAO/OMS)
United States Standards for Grades of Mushrooms for Processing (USDA)
YCAC/RCP 5-1981

Para terminar, a continuación se establecen las características generales, que en la actualidad se exigen en la mayoría de los contratos de exportación, para los diferentes productos transados:

· Hongos Deshidratados

Criterios de calidad: color y sabor propios de la especie (6-13% contenido de humedad).

Defectos permitidos: impurezas minerales (máximo 2%); impurezas de origen vegetal (0.02-10%).

Hongos dañados por larvas: máximo 20%.

· Hongos Salmuerados

Concentración salina: 15-18% Cloruro de Sodio en el líquido.

Defectos permitidos: impurezas minerales (máximo 0.3%); impurezas de origen vegetal (máximo 0.05%).

Hongos dañados por larvas: máximo 6%.

· Hongos Congelados

Defectos permitidos: impurezas minerales (máximo 0.2%); impurezas de origen vegetal (máximo 0.02%).

Hongos dañados por larvas: máximo 6%.


Discusión y conclusiones

La actividad que se ha analizado, genera una cantidad importante de empleos en sectores de áreas forestales, produciendo ingresos directos a los que en ello participan, que constituyen aportes significativos al sustento familiar. Participan personas que en razón a los esfuerzos que demanda la actividad forestal primaria (explotación), están permanentemente cesantes (ancianos, mujeres y niños).

Integra verticalmente a otros sectores de la economía forestal, derivando finalmente en beneficios para la economía nacional (exportaciones).

La potencialidad futura del aprovechamiento de este recurso forestal no-leñoso, es inmensa; hoy se colecta y elabora una ínfima parte de los hongos que crecen en las plantaciones, cada día más abundantes. Para optimizar y concretar esta potencialidad, es necesario mejorar diversas fases del proceso, que se discuten a continuación.

Acceso a los bosques

La propiedad forestal esta concentrada en manos de grandes empresas, que no han fijado políticas claras frente a la accesibilidad de colectores a dicho producto forestal. Será necesario pues, clarificar esta situación, para solucionar problemas que cada día devendrán más conflictivos. En el pasado han surgido controversias respecto a esta materia, las cuales han sido falladas favorablemente para los colectores, por la instancia jurídica.

Acceso a la asistencia técnica

La productividad del sitio, en relación a las características bioclimáticas y ecológicas, ha sido estudiada en los últimos años y se cuenta con información abundante. Sin embargo, existen deficiencias en el traspaso de esta información hacia aquellas personas involucradas, particularmente colectores, que deberán ser mejoradas a través de programas de extensión.

Deficiencias similares son notorias respecto a calidad y manipuleo de los hongos frescos, aspecto básico para mejorar la relación hongo/precio, para mayor beneficio de todos aquellos involucrados en su comercialización.

El apoyo que entregan los organismos de Gobierno a los distintos actores del proceso es escasa.

Notorios defectos se detectan igualmente a nivel de los procesadores, particularmente de los pequeños. Se requiere fortalecer a este importante sector tanto en los aspectos técnicos del proceso mismo (secadores, particularmente), como en el manejo de productos comestibles (sanitarios).

Acceso a información económica

Carencia absoluta de conocimientos e información de precios y mercados, se aprecia a nivel de colectores. Están sometidos a los precios que les determinan los exportadores, a través de los intermediarios. Prácticamente el valor pagado por su producto (hongos frescos), se ha mantenido casi invariable y deprimido durante los últimos años; suceden pequeñas alzas en el valor comercial pero muy temporales, producto de inicio de temporada o debido a que algún exportador debe completar algún contrato de exportación.

Este es un aspecto que debiera ser mejorado.

Mercado externo

Ultimamente algunos exportadores (grandes procesadores), han acordado establecer etiquetas de calidad para sus productos. Es fundamental que esto sea implementado lo antes posible. Será necesario, por lo tanto, completar y actualizar las Normas Nacionales, generar instancias independientes y confiables que controlen dicha calidad y consolidar en forma eficiente y responsable las relaciones con los mercados internacionales, principalmente aquellos de U.S.A. y Europa, que son, sin duda, los más promisorios.

Las ventajas comparativas que esta actividad presenta en Chile, permiten asegurar un auspicioso futuro, que se fortalece por la creciente demanda por este tipo de alimentos en el mercado internacional.


Bibliografía consultada

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