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Editorial

Los bosques y los árboles proporcionan una amplia gama de bienes y servicios, que de una u otra forma son utilizados por toda la población del mundo. Sin embargo, el beneficiario final sólo obtiene directamente del bosque una pequeña parte de esos bienes y servicios; en la inmensa mayoría de los casos existen particulares u organizaciones que hacen llegar los bienes o servicios a otros particulares u organizaciones con el objetivo de conseguir, en el proceso, un beneficio. Esta es la base en la que se sustenta el comercio de productos forestales.

El comercio de productos forestales constituye una parte esencial de la contribución del sector forestal al desarrollo socioeconómico global. El valor anual de la aportación de la leña y de los productos forestales madereros a la economía mundial se calcula en m s de 400 000 millones de dólares EE.UU., o el equivalente de un 2 por ciento del PIB. Sin duda, el valor de los bienes y servicios no madereros aumentaría esa cifra considerablemente.

Cuando se habla del comercio, generalmente se hace referencia al comercio internacional, que es el flujo de productos y servicios que atraviesan las fronteras nacionales. Aproximadamente una cuarta parte de la producción mundial de madera entra en el comercio internacional: en 1993, alcanzó un total de 104 000 millones de dólares EE.UU., que equivale al 3 por ciento del comercio mundial de mercancías. En los últimos años, el comercio de productos forestales ha aumentado r pidamente y también se ha hecho mucho m s complejo. Mientras que anteriormente los productos forestales se consideraban productos b sicos y se comercializaban sin elaborar, en la actualidad una gran parte de la madera es objeto de transformación; adem s, la madera y otros productos madereros son objeto de comercio en un contexto cada vez m s competitivo, caracterizado por la modificación del flujo de productos en función de los cambios acaecidos en la estructura geogr fica de la oferta y la demanda. La competencia procede también de otros productos sustitutivos. Todo ello ha tenido como consecuencia el aumento de la importancia del mercadeo en el sector forestal.

En este número de Unasylva se examinan varios conceptos importantes en el marco actual del comercio y el mercadeo de productos forestales. En el primer artículo E.B. Barbier, profesor de la Universidad de York, en el Reino Unido, examina las consecuencias del Acuerdo de la Ronda Uruguay del GATT por lo que respecta al comercio de productos forestales, centrando la atención en la reducción de los obstáculos arancelarios y no arancelarios. I.J. Bourke, Oficial forestal superior (Comercio y análisis) de la Dirección de Productos Forestales de la FAO, analiza la interacción entre el comercio de productos forestales y el medio ambiente. Dedica su artículo al comercio internacional, que está siendo objeto de un intenso debate en relación con la problem tica medioambiental y las causas de la deforestación.

H.G. Baharuddin, coautor de un importante estudio preparado en 1994 para la Organización Internacional de las Maderas Tropicales titulado Certification schemes for all timber and timber products [Certificación de toda la madera y de todos los productos madereros], presenta al lector un amplio panorama sobre el debate de la certificación y ofrece información sobre los acontecimientos más recientes. A continuación, B. Cabarle y A. Ramos de Freitas presentan la posición del Consejo de Administración Forestal, y J.-P. Kiekens pone en duda que los planes de certificación se traduzcan en una mejora de la ordenación forestal.

Los tres artículos siguientes se ocupan directamente del mercadeo. G.P. Horgan y F.M. Maplesden, economista superior de la Dirección de Elaboración de la Madera e Investigador Superior de la Dirección de Productos Madereros del Instituto de Investigación forestal de Nueva Zelandia, respectivamente, examinan el papel de la comercialización en el fomento de las exportaciones del Pinus radiata cultivado en plantaciones.

L. Lintu, Oficial forestal superior (Mercadeo de productos forestales) de la Dirección de Productos Forestales de la FAO, examina la situación actual de la comercialización de productos forestales no madereros.

I.V. Austria, que ocupa el cargo interino de jefe de la Sección de Fomento de Actividades de Sustento en los Bosques del Servicio de Ordenación forestal, Departamento de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Filipinas, analiza una experiencia piloto realizada con el apoyo del Programa bosques, arboles y población de la FAO.

Los artículos del presente número ponen de manifiesto que la relación del comercio y el mercadeo de productos forestales con el desarrollo forestal global es un tema complejo. Desde luego, es necesario dedicarle más atención, particularmente en un mundo en el que cada vez es más decisiva la influencia de las fuerzas del mercado y en que la competencia entre los productores es cada vez más fuerte. Es necesario promover de manera profesional el comercio y la comercialización de productos forestales para que los recursos arbóreos y forestales del mundo alcancen todo su valor económico.


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