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Los logros del Codex

 

UN ÚNICO PUNTO DE REFERENCIA INTERNACIONAL

Desde que en 1961 se tomaron las primeras medidas para establecer un Codex Alimentarius, la Comisión del Codex Alimentarius, órgano encargado de la elaboración de un código alimentario, ha conseguido que el tema de la calidad e inocuidad de los alimentos sea objeto de la atención mundial. Durante los tres últimos decenios o más, todos los aspectos importantes de los alimentos relacionados con la protección de la salud de los consumidores y las prácticas equitativas en el comercio alimentario se han sometido al examen de la Comisión. De acuerdo con las mejores tradiciones de la FAO y de la OMS, la Comisión ha fomentado las investigaciones y debates científicos y tecnológicos relacionados con los alimentos, como parte de sus constantes esfuerzos por mejorar el Codex Alimentarius. De ese modo, ha aumentado en sumo grado la conciencia de la comunidad mundial acerca de la inocuidad de los alimentos y cuestiones afines, y ha pasado a ser en consecuencia el único punto de referencia internacional, de importancia decisiva para los adelantos asociados con las normas alimentarias.

AUMENTO DE LA CONCIENCIA MUNDIAL Y NACIONAL

En gran parte del mundo, un número creciente de consumidores y casi todos los gobiernos están adquiriendo conciencia de las cuestiones relacionadas con la calidad y la inocuidad de los alimentos y se están percatando de la necesidad de adoptar una actitud selectiva respecto de los alimentos que se consumen. Hoy en día es normal que los consumidores pidan a sus gobiernos que tomen medidas legislativas para asegurar que sólo se vendan alimentos inocuos y de calidad aceptable y que se reduzcan al mínimo los peligros para la salud de origen alimentario. Es justo afirmar que, mediante su elaboración de normas del Codex y su examen de todas las cuestiones afines, la Comisión del Codex Alimentarius ha contribuido considerablemente a que el tema de los alimentos se incorpore en los programas políticos. De hecho, los gobiernos son plenamente conscientes de las consecuencias políticas que cabe esperar si hacen caso omiso de las preocupaciones de los consumidores acerca de los alimentos que comen.



FOMENTAR LA PROTECCIÓN DEL CONSUMIDOR A ESCALA MUNDIAL

1985

Las Directrices de la Asamblea General de las Naciones Unidas para la Protección del Consumidor

establecieron que:

al formular políticas y planes nacionales relativos a los alimentos, los gobiernos deben tener en cuenta la necesidad de seguridad alimentaria que tienen todos los consumidores y apoyar y, en la medida de lo posible, adoptar las normas del Codex Alimentarius de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación y la Organización Mundial de la Salud...

1991

La Conferencia FAO/OMS sobre Normas Alimentarias, Sustancias Químicas en los Alimentos y Comercio Alimentario (en cooperación con el GATT)

convino en que:

... el proceso de armonización de los reglamentos alimentarios nacionales con las normas y recomendaciones internacionales representaba una cuestión urgente y era necesario acelerarlo

y en que

las disposiciones esenciales para la protección del consumidor (salud, inocuidad de los alimentos, etc.) debían constituir objeto de mayor atención en las normas del Codex...

1992

La Conferencia Internacional FAO/OMS sobre Nutrición

reconoció que:

el acceso a una alimentación nutricionalmente adecuada y sana es un derecho de cada persona

y que

los reglamentos alimentarios deberán... tener plenamente en cuenta las normas internacionales recomendadas por la Comisión del Codex Alimentarius.

1995

El Acuerdo sobre la Aplicación de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias y el Acuerdo sobre Obstáculos Técnicos al Comercio

Reconocieron oficialmente que:

las normas, directrices y recomendaciones internacionales, incluido el Codex Alimentarius, son puntos de referencia para facilitar el comercio internacional y resolver las diferencias comerciales con arreglo al derecho internacional.

1996

La Cumbre Mundial sobre la Alimentación, organizada por la FAO,

Se comprometió a:

«aplicar políticas que tengan por objeto... mejorar el acceso físico y económico de todos en todo momento a alimentos suficientes, nutricionalmente adecuados e inocuos, y su utilización efectiva»;

y a

«aplicar medidas, de conformidad con el Acuerdo sobre la Aplicación de Medidas Sanitarias y Fitosanitarias y otros acuerdos internacionales pertinentes, que garanticen la calidad e inocuidad de los suministros alimentarios...».


INCREMENTO DE LA PROTECCIÓN DE LOS CONSUMIDORES

La labor de la Comisión del Codex Alimentarius se ha inspirado en el principio, actualmente aceptado de manera universal, de que las personas tienen derecho a esperar que los alimentos que comen sean inocuos, de buena calidad y aptos para el consumo. Las enfermedades de origen alimentario son, en el mejor de los casos, desagradables, y en el peor de ellos pueden resultar fatales. Pero tienen también otras consecuencias. Los brotes de enfermedades transmitidas por los alimentos pueden perjudicar al comercio y el turismo y ocasionar pérdidas de ingresos, desempleo y litigios.

Los alimentos de mala calidad pueden destruir la credibilidad comercial de los proveedores, tanto a nivel nacional como internacional, mientras que el deterioro de los alimentos es antieconómico y costoso y puede tener efectos adversos sobre el comercio y la confianza de los consumidores.

Las declaraciones de conferencias y reuniones internacionales, en las que han influido, a su vez, las actividades de la Comisión, han acrecentado el efecto positivo de la labor de ésta. En los últimos años, representantes nacionales ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, la Conferencia FAO/OMS sobre Normas Alimentarias, Sustancias Químicas en los Alimentos y Comercio Alimentario (en cooperación con el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio), la Conferencia Internacional FAO/OMS sobre Nutrición y la Cumbre Mundial sobre la Alimentación, organizada por la FAO, han alentado a sus países a que adopten medidas que aseguren la inocuidad y calidad de los alimentos, o se han comprometido a hacerlo.

AMPLIA PARTICIPACIÓN DE LA COMUNIDAD

La función de la Comisión del Codex Alimentarius ha evolucionado en consonancia con el desarrollo del propio Codex. La tarea de crear un código alimentario es inmensa y, debido a la labor constante de investigación y desarrollo de productos, prácticamente inacabable. La finalización de las normas ali-mentarias y su compilación en un código creíble y autorizado exigen amplias consultas, así como la recogida y evaluación de información, seguidas de una confirmación de los resultados finales y en ocasiones de una fórmula de compromiso objetiva que satisfaga diferentes opiniones racionales y basadas en principios científicos. Crear normas que, a la vez, protejan a los consumidores, aseguren prácticas equitativas en la venta de alimentos y faciliten el comercio es un proceso en el que intervienen especialistas en numerosas disciplinas científicas relacionadas con los alimentos, junto con organizaciones de consumidores, industrias de la producción y la elaboración, responsables del control de los alimentos y comerciantes. A medida que aumenta el número de personas que intervienen en la formulación de las normas y que el Codex Alimentarius -incluidos los códigos y recomendaciones afines- abarca más terreno, se conocen mejor las actividades de la Comisión y se intensifica y amplía su influencia.



El Codex Alimentarius comprende:

- Normas alimentarias para productos (237)
- Códigos de prácticas de higiene o tecnológicas (41)
- Plaguicidas evaluados (185)
- Límites para residuos de plaguicidas (3 274)
- Directrices para contaminantes (25)
- Aditivos alimentarios evaluados (1 005)
- Medicamentos veterinarios evaluados (54)


 

UN CÓDIGO DE NORMAS CIENTÍFICAMENTE RACIONALES

El Codex Alimentarius, tal como se presenta actualmente, es un logro notable, pero sería erróneo considerarlo como el único producto de la Comisión del Codex Alimentarius, si bien es el más importante. Otra consecución notable, como resultado de la creación del Codex, ha sido la sensibilización de la comunidad mundial acerca del peligro que representan los riesgos para la salud, así como de la importancia de la calidad de los alimentos y por consiguiente de la necesidad de las normas alimentarias. Al constituir un centro de coordinación y un foro de carácter internacional para mantener un diálogo documentado sobre cuestiones relacionadas con los alimentos, la Comisión del Codex Alimentarius desempeña un papel fundamental. Para apoyar su labor sobre normas alimentarias y códigos de prácticas, prepara textos científicos acreditados y convoca numerosos comités y consultas de expertos, así como reuniones internacionales, a los que asisten las personas mejor informadas y las organizaciones que se ocupan de la alimentación y esferas afines. Los países han respondido introduciendo una legislación alimentaria que era necesaria desde hacía tiempo y normas basadas en el Codex y estableciendo o reforzando los organismos de control de los alimentos para vigilar el cumplimiento de tales reglamentaciones.

El Codex Alimentarius goza actualmente de una reputación tan sólida como punto de referencia internacional que es habitual que autoridades sanitarias, responsables gubernamentales del control de los alimentos, fabricantes, científicos y defensores de los consumidores se pregunten en primer lugar: ¿Qué tiene que decir el Codex Alimentarius? Es ciertamente un logro notable.

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