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Editorial

Es necesario mover montañas

Las montañas y las tierras altas han desempeñado siempre un importante papel en la historia de la humanidad como fuente de recursos valiosos, tales como agua dulce, refugios, barreras naturales, santuarios espirituales, etc. Sin embargo, la mayor parte de las veces han sido consideradas como un elemento secundario del ecosistema mundial, y ello ha llevado a prestar escasa atención a su desarrollo sostenible. La explotación de los frágiles recursos naturales de las montañas en beneficio de las tierras llanas ha primado sobre su ordenación, y las personas que obtienen su sustento directamente de las montañas (la décima parte de la población del mundo) se han contado habitualmente entre las más pobres del planeta.

En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD), que tuvo lugar en Rio de Janeiro, Brasil, en 1992, los dirigentes del mundo aprobaron el Programa 21, un plan de acción mundial sobre el medio ambiente y el desarrollo. El Capítulo 13 de dicho documento, titulado Ordenación de los ecosistemas frágiles: desarrollo sostenible de las zonas de montaña, contribuyó a situar a las montañas entre las prioridades importantes de las iniciativas sobre el medio ambiente y el desarrollo. El Capítulo 13 tiene dos áreas programáticas: generar y fortalecer los conocimientos sobre la ecología y el desarrollo sostenible de los ecosistemas de montaña; y promover el desarrollo integrado de las cuencas hidrográficas y oportunidades alternativas de conseguir un medio de vida.

En el Capítulo 13 se afirma: «Las montañas son una fuente importante de agua, energía y diversidad biológica. Además, son fuente de recursos vitales, como minerales, productos forestales y agrícolas, y medios de esparcimiento. Al ser un ecosistema importante en que está representada la ecología compleja e interdependiente de nuestro planeta, el medio montano es esencial para la supervivencia del ecosistema mundial.»

La redacción de un capítulo específico sobre el desarrollo de las zonas de montaña en el Programa 21 fue en sí misma un logro importante, pues hubo quien propuso que todos los elementos del desarrollo de las montañas fueran incluidos en otros capítulos o convenciones del Programa 21. La importante labor realizada por muchas organizaciones - y coordinada por la FAO - llevó a considerar que el desarrollo sostenible de las zonas de montaña requería un enfoque mundial y holístico.

La FAO recibió el encargo de coordinar la aplicación del capítulo del Programa 21 sobre las zonas de montaña, a través de sus departamentos de Montes y Desarrollo Sostenible. Desde la celebración de la CNUMAD, se dispone de un mayor acervo de conocimientos e información sobre distintos aspectos del desarrollo de las montañas, así como de las oportunidades, limitaciones y desafíos que debe afrontar este sector.

El presente número de Unasylva se centra en la problemática del desarrollo de las zonas de montaña en el siglo XXI. El interés que suscita este tema provocó una respuesta tan entusiasta a la petición de artículos para la revista que ha sido imposible incluirlos todos ellos en un mismo número, por lo cual algunos figurarán en el próximo número.

El artículo principal, de M.F. Price, presenta una visión general de la importancia de las montañas para el desarrollo sostenible y su lugar en el programa político mundial.

E.A. Byers se ocupa del Foro de las zonas de montaña, una red de redes establecida en 1996 con la finalidad de poner en contacto a las poblaciones de las montañas. En un artículo complementario, K. Pradhan examina la labor de la Red sobre las montañas de la región de Asia y el Pacífico, organización asociada del Foro de las zonas de montaña.

O. Bennett presenta fragmentos de testimonios orales de la población local de las tierras altas, fruto de más de 300 entrevistas realizadas por conducto del Instituto Panos, una organización con sede en Londres especializada en la información y comunicación para el desarrollo rural.

J. Pratt y L. Preston examinan diversas opciones para la introducción de mecanismos financieros innovadores que propicien la conservación y el desarrollo sostenible de las zonas de montaña, sobre la base de los resultados de una conferencia electrónica titulada «Fondos para las montañas: mecanismos innovadores y ejemplos prometedores para financiar la conservación y el desarrollo sostenible», organizada por el Foro de las zonas de montaña en 1996.

H. Liniger y R. Weingartner establecen el vínculo esencial entre las montañas, los bosques y los recursos hídricos.

A. Chaverri-Polini examina los factores que explican la gran diversidad biológica y de especies de las montañas, centrando la atención en las tierras altas de América Latina.

P.-C. Zingari documenta la evolución y los acontecimientos institucionales recientes en la ordenación de los recursos forestales de las montañas como recursos comunales en Francia.

Concluye el número con el artículo de J.D. Ives, que presenta una reflexión personal sobre su labor - de casi dos decenios - como fundador y editor de Mountain Research and Development, una importante publicación académica que se centra en la investigación sobre las montañas.

Desde la celebración de la CNUMAD, las tierras de montaña han pasado de ocupar un lugar secundario a ser uno de los elementos centrales del debate mundial sobre el desarrollo y el medio ambiente. Pero será preciso mover muchas otras montañas todavía para conseguir el objetivo del desarrollo sostenible de las tierras altas del planeta.


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