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Las comunas forestales francesas y la ordenación sostenible en las zonas de montaña

P.-C. Zingari

P.-C. Zingari es Director del Observatoire Européen de la Forêt de Montagne, Saint-Jean-d'Arvey, Francia.

La evolución y los recientes desarrollos institucionales de la ordenación de los recursos forestales de las tierras altas consideradas como propiedad comunal en Francia.

Las diferentes formas de propiedad comunitaria están bien representadas, histórica y geográficamente, en las regiones montañosas de Europa. A causa de las duras condiciones del medio, los regímenes de propiedad comunitaria, las prácticas de ordenación de los recursos y los modelos culturales tienen gran importancia en esas zonas y se caracterizan por una interacción muy marcada. Las investigaciones en la esfera de la antropología social han puesto de manifiesto la importancia esencial de los mecanismos culturales, por ejemplo, las formas de propiedad y su transmisión, en los equilibrios y desequilibrios entre los recursos, las comunidades locales, la demografía y la economía de las montañas (Colé y Wolf, 1974; Netting, 1981; y Viazzo, 1989).

Las regiones de montaña, con sus ecosistemas frágiles y complejos, exigen que sus habitantes muestren capacidad de adaptación y desarrollen modelos y tradiciones culturales sostenibles, que son también frágiles y complejos (Zingari, 1997 y 1998). Pese a la desaparición de numerosos sistemas comunitarios como consecuencia de las decisiones políticas adoptadas por las autoridades centrales a lo largo de este siglo, los ejemplos exitosos de desarrollo sostenible en el transcurso de casi un milenio ponen de relieve la validez de esos sistemas (Morandini, 1996).

La importancia de los regímenes de propiedad comunitaria para la ordenación sostenible de los recursos forestales fue objeto de análisis en un número especial de Unasylva, en el que se examinaron los argumentos teóricos y se aportaron ejemplos prácticos (FAO, 1995). En esos trabajos se puso de relieve que «existen circunstancias en las que los regímenes de propiedad común son la modalidad más adecuada para una ordenación forestal - un enfoque autosuficiente, participativo, que proporciona beneficios duraderos y asegura la conservación de los recursos».

En este artículo se pretende proseguir el análisis planteado por la FAO, aportando el ejemplo de las comunas forestales francesas, con la finalidad de comprender mejor las potencialidades e implicaciones de la participación activa de las instancias locales - en particular los habitantes de las tierras altas y sus representantes - en el logro de los objetivos del desarrollo sostenible establecidos en el Programa 21 de la CNUMAD

LAS COMUNAS FORESTALES FRANCESAS

El análisis que se propone se refiere a la posición y al papel institucional de las comunas forestales francesas, así como a las iniciativas que han adoptado a nivel nacional e internacional para obtener el reconocimiento de sus competencias directas en la política medioambiental y en la mejora de las condiciones socioeconómicas.

En conjunto, existen en Francia 11 000 comunas forestales locales, que suponen el 30 por ciento de todas las comunas existentes en el país y poseen alrededor de 3 millones de hectáreas de bosques (un millón de ha a finales del siglo XIX), es decir, el 20 por ciento de los bosques de Francia (Delong, 1996).

El estatuto jurídico de los bosques comunales franceses, que forman parte del dominio privado de las comunidades, se basa en los derechos de uso que se remontan a la época romana y a la edad media (Lacroix, 1998). En Francia, la mayor parte de los bosques comunales se encuentran situados en las regiones de montaña. Actualmente, estos bosques tienen una importancia crucial en el desarrollo local vinculado a las actividades de las pequeñas empresas y al turismo y son una fuente de empleo; desempeñan una función polivalente de interés general.

Una zona de bosques de propiedad privada en el Jura, Francia

Aunque se atribuye al consejo municipal, órgano decisorio de las comunas francesas, la principal responsabilidad en la aplicación de la política ambiental en el plano local (Ministère de l'Agriculture, 1990) y pese a que las comunas tienen la propiedad de la tierra y de los recursos, la descentralización, decidida por el Parlamento francés en 1983, no se ha traducido en la transferencia a las colectividades locales de las facultades del Estado en materia de política forestal.

Por consiguiente, el Estado se encarga de la gestión de los bosques comunales en virtud del régimen forestal aplicable a todos los bosques públicos desde 1827. La Oficina Nacional de los Bosques, creada en 1964, se ocupa de la gestión de esos bosques, que es su atribución principal. El incremento biológico anual es de 11 millones de m3 y la extracción de productos madereros asciende a 7,5 millones de m3, con unos ingresos anuales de 1 700 millones de francos franceses. Los buenos resultados de la gestión y la calidad de los recursos forestales han modificado profundamente la relación entre las comunidades locales y el órgano encargado de la gestión. Los alcaldes intervienen en la ordenación de los bosques para garantizar que la gestión del espacio natural y económico que les compete revierta en beneficio de todos (Communes Forestières, 1990).

En 1993, las comunas forestales se agruparon en una asociación voluntaria (la Federación de Comunas Forestales de Francia), cuya importancia ha aumentado progresivamente, de manera que en el momento presente representa democráticamente al conjunto de propietarios de bosques comunales y hace llegar sus puntos de vista a las instancias políticas nacionales; se ocupa de la capacitación continua de los participantes locales, los alcaldes y los representantes de los consejos municipales; y participa activamente en la conservación y desarrollo sostenible del patrimonio forestal local.

Con el fin de traducir en acuerdos concretos las responsabilidades de los propietarios comunales y los cometidos encomendados a la Oficina Nacional de los Bosques, en 1991 se adoptó una Carta de los Bosques Comunales (FNCFF y ONF, 1991). El principio central de la Carta es una cooperación estrecha, basada en el intercambio de información y en un diálogo permanente, y su objetivo consiste en trabajar conjuntamente para «salvaguardar el futuro de los bosques comunales, conseguir que participen activamente en la vida económica y preservar el equilibrio en el medio rural, en pro de una mejor calidad de vida para las generaciones actuales y futuras».

HACIA UNA PERSPECTIVA EUROPEA DE LOS BOSQUES DE MONTAÑA

La actuación de las comunas forestales ha adquirido una importancia determinante en la ordenación sostenible de los bosques de montaña, sobre la base del respeto pleno de los derechos de los propietarios comunales, la identidad cultural local y el equilibrio socioeconómico en el marco de un enfoque integrado del desarrollo rural.

Para conseguir esos objetivos, la Federación de Comunas Forestales de Francia ha adoptado múltiples iniciativas. En el plano nacional, ha movilizado, por ejemplo, a los asociados políticos en el seno del Consejo Superior de los Bosques para definir 15 propuestas relativas a la armonización y promoción de la investigación, la capacitación, la protección, las actividades y productos forestales y la ordenación integrada de los bosques de montaña en el medio rural (Ministère de l'Agriculture, 1995). Estas propuestas constituyen un auténtico programa nacional de acción para el desarrollo sostenible de los bosques de montaña.

En el plano europeo, ha propuesto a todas las instancias pertinentes la adopción de una Carta Europea de los Bosques de Montaña (Fédération Européenne des Communes Forestières, 1995). Con su iniciativa de reunir a los representantes de los países de Europa y de la FAO, la Federación ha intervenido también en el nacimiento del Observatorio Europeo de los Bosques de Montaña, que tuvo lugar con motivo de una conferencia internacional celebrada en 1996 (Zingari, 1996). El Observatorio es un foro permanente para el intercambio de información, el dialogo y la interacción entre todas las partes que intervienen en la conservación y el desarrollo sostenible de los bosques de montaña. Se ocupa de la aplicación de recomendaciones internacionales, el seguimiento de los cambios ambientales y socioeconómicos, la evaluación de las medidas adoptadas y la determinación de soluciones operativas en coordinación con las redes de organizaciones existentes.

CONCLUSIÓN

Reforzadas por los vínculos de cooperación y por la participación de todos sus miembros, las comunas forestales francesas, participantes directos y esenciales en la ordenación sostenible, contribuyen desde 1933 a las tareas de conservación y desarrollo. Al igual que muchas otras instituciones forestales europeas, han de ser objeto de atención y de un examen pormenorizado de sus experiencias y resultados que permita reorientar los esfuerzos para asegurar el desarrollo sostenible de las regiones de montaña en todo el mundo. El programa de investigación de los recursos e instituciones forestales de la FAO constituye el marco ideal para alcanzar este objetivo (McKean y Ostrom, 1995).

Bibliografía

Cole, J.W. y Wolf, E.R. 1974. The hidden frontier. Ecology and ethnicity in an alpine valley. Nueva York, Estados Unidos, Academic Press. 350 pp.

Communes forestières. 1990. Livre blanc de la foret communale. Communes forestières de France. 3(90): 1-40.

Delong, J.-R. 1996. La gestión durable de la forêt communale. Revue forestière française, XLVIII (n° spécial): 187-190.

FAO. 1995. Ordenación de recursos forestales de propiedad común. Unasylva, 46(180): 2-63.

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Lacroix, Ph. 1998. Deux siècles d'aménagement des forêts communales. La forêt française. Lettre de la gestion durable 3/98. Paris.

McKean, M. y Ostrom, E. 1995. Bosques en régimen de propiedad común: ¿Sólo un vestigio del pasado? Unasylva. 46(180): 3-15.

Ministère de l'agriculture. 1990. Orientations nationales pour l'aménagement des forêts appartenant aux collectivités publiques, p. 1-5. París.

Ministère de l'Agriculture. 1995. Propositions pour une politique en faveur de la forêt de montagne, p. 1-28. Conseil supérieur de la forêt. Cahiers de la DERF 5/96. París.

Morandini, R. 1996. Una comunidad moderna que depende del bosque: la Magnifica Comunità di Fiemme de Italia. Unasylva, 47(186): 47-52.

Netting, R. McC. 1981. Balancing on an Alp. Ecological change and continuity in a Swiss mountain community. Cambridge, Reino Unido, Cambridge University Press. 350 pp.

Viazzo, P.P. 1989. Upland communities: environment, population and social structure in the Alps since the sixteenth century. Cambridge, Reino Unido, Cambridge University Press. 375 pp.

Zingari, P.C. 1996. Un projet européen pour la forêt de montagne. Actas de una conferencia internacional, Saint-Jean-d'Arvey, 11-13 de septiembre de 1996. Communes forestières de France, 3(96): 2-20.

Zingari, V. 1997. Les représentations de la forêt de montagne: pour une recherche européenne. En A. Corvol, P. Arnould y M. Hotyat, eds. La forêt: perceptions et représentations, p. 181-190. París, Editions l'Harmattan.

Zingari, P.C. 1998. La forêt de montagne dans le débat international. Revue forestière française, XLX (n° spécial).


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