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PARTE 4
Perspectivas: tendencias previstas de la oferta y la demanda

CONSIDERACIONES GENERALES1

PERSPECTIVAS A CORTO PLAZO

Es probable que la desaceleración del crecimiento de los suministros de pescado que comenzó en 1997-1998 continúe durante algunos años. La principal razón de ello es el estancamiento o la reducción de los desembarques de la pesca de captura marina y la disminución de la tasa de crecimiento de la producción acuícola con respecto a la registrada en la primera parte de los años noventa. El Niño influyó negativamente en la producción pesquera de captura ya en 1997. En 1998 es probable que los desembarques hayan disminuido ulteriormente y se prevé que la producción tardará en recuperarse. Durante los próximos dos a cuatro años el descenso de la demanda, sobre todo en Japón y otras economías de Asia, afectará a los suministros, especialmente a los procedentes de la acuicultura. Se estancarán tanto la producción como el comercio internacional de productos acuícolas de valor elevado.

PERSPECTIVAS A PLAZO MEDIO

En la edición de El estado mundial de la pesca y la acuicultura 1996 se preveía un crecimiento de los precios reales del pescado2 durante el próximo decenio y la mitad del siguiente. Dicha previsión se basó en cálculos explorativos de la oferta y la demanda de pescado en el año 2010 tomando como base datos de 1992.

Un examen de estas proyecciones en 1998 muestra que la presión al aumento de los precios reales del pescado en el próximo decenio está disminuyendo. Parece claro que la demanda no crecerá tan rápidamente como se preveía a mediados de 1995, mientras que la oferta ha ido aumentando más rápidamente de lo previsto y, tras unos pocos años de relativo estancamiento, podría reanudarse su crecimiento en la primera parte del próximo decenio. La desaceleración de la demanda se debe a un crecimiento demográfico más lento de lo previsto, proyecciones de un crecimiento económico más lento y, posiblemente, una mayor competitividad de la carne de aves y porcino. Las proyecciones de la oferta de pescado han mejorado principalmente debido a la continuación del rápido incremento de la producción acuícola, pero también a causa de la mejora de la ordenación de la pesca de captura, lo que implica una menor probabilidad de que disminuya la producción de estas pesquerías.

SUMINISTROS MUNDIALES DE ALIMENTOS Y PESCADO

El crecimiento de la producción agrícola mundial se está reduciendo. En los años sesenta fue del orden del 3 por ciento al año, mientras se mantuvo en torno al 1,6 por ciento al año durante el decenio 1986-1995 (debido principalmente a la drástica reducción de la producción en los países que formaban la USSR), y se prevé que se situará en torno al 1,8 por ciento al año en el periodo 1990-2010. Desde los años cincuenta el precio real medio de los productos agrícolas ha descendido a nivel mundial.

Con respecto al sector pesquero la evolución ha sido diferente durante los tres últimos decenios. Han aumentado tanto la producción como los precios reales. La producción creció a la tasa compuesta del 3,4 por ciento al año en el período 1960-1996; tasa que se mantuvo también durante el último decenio. En los últimos 15 años, el crecimiento se ha debido esencialmente al rápido incremento de la producción acuícola, que fue del 11,8 por ciento al año en el período 1984-1996. Aunque no se dispone de amplia información sobre los precios, hay indicaciones de que han aumentado algo en términos reales. Ha ocurrido esto paralelamente a un lento incremento de los suministros per cápita. Se deduce que el pescado entra en general en la categoría de los artículos alimenticios preferidos, junto con otros productos pecuarios, en particular las carnes de aves y porcino.

Hace tres o cuatro decenios, los países en desarrollo eran, en cuanto grupo, importantes exportadores netos de alimentos. La situación ha cambiado y se prevé que en la primera parte del próximo siglo los países en desarrollo, en cuanto grupo, se convertirán en importadores netos de alimentos. La financiación de importaciones de alimentos será la máxima prioridad para los más pobres de dichos países, la mayoría de los cuales se hallan en el África subsahariana y Asia meridional. En estos países, se ejercerá una fuerte presión sobre la pesca de captura y la acuicultura para obtener productos exportables.

DEMANDA DE PESCADO Y PRODUCTOS PESQUEROS

La demanda futura de pescado está determinada fundamentalmente por el número de consumidores futuros, sus hábitos de consumo de pescado, los ingresos de que dispondrán y los precios del pescado.

INGRESOS DISPONIBLES

La crisis económica y financiera que se padece en Asia y se deja sentir también en otras partes del mundo ha obligado a revisar a la baja las proyecciones del crecimiento económico de la mayoría de los países asiáticos, pero también de un número cada vez mayor de países de otros continentes. De hecho, para los próximos dos o tres años se prevé el hundimiento de algunas de las mayores economías de Asia. Una consecuencia inevitable de ello para el futuro inmediato será la reducción de la demanda de pescado en Japón y en las economías emergentes de Asia. Lo más probable es que disminuya el volumen de las exportaciones de pescado a las economías emergentes de Asia. El sector pesquero de las economías asiáticas desarrolladas se enfrentará con la competencia de las economías en desarrollo cuyas monedas están devaluadas, lo que constituirá un problema difícil de afrontar.

También en África y en América Latina los consumidores están experimentando el estancamiento, y en algunos casos, un descenso de los ingresos que pueden gastar, lo que hará que disminuya la demanda de pescado y productos pesqueros. Sin embargo, en términos absolutos el descenso será pequeño ya que actualmente el consumo es relativamente bajo. En América del Norte, el consumo es sensible al crecimiento económico y, en un futuro inmediato, habría la posibilidad de cierta expansión, incluso con un aumento moderado de los ingresos disponibles, al menos en términos cuantitativos. La demanda europea no cambiará mucho teniendo en cuenta el lento crecimiento económico previsto.

Las proyecciones de la demanda hechas por la FAO en 1995 hasta el año 2010 suponían que el crecimiento económico no ejercería sino una ligera influencia en el consumo per cápita de pescado en África, Europa, América Latina y Oceanía: en África, la razón de ello sería que el crecimiento per cápita sería lento o nulo y, en otros lugares, porque los cambios en los ingresos no ejercerían una influencia importante en la demanda. Las hipótesis eran distintas con respecto a Asia y América del Norte. Según las proyecciones, el consumo medio per cápita crecería considerablemente porque se preveía que aumentarían los ingresos disponibles. A fines de 1998, no había ningún consenso mundial sobre cuándo mejorarán las condiciones económicas en Asia. Para elaborar un escenario de la oferta y demanda en el 2010, se supone que se reanudará el crecimiento a comienzos del próximo decenio.

DEMANDA

En los primeros años del próximo siglo es probable que en Europa y en América del Norte la demanda de pescado empiece a desviarse hacia los productos pecuarios que compiten con el pescado, especialmente las carnes de aves y cerdo, ya que resultarán notablemente más baratos. Se prevé que ocurrirá esto como consecuencia de los cambios previstos en la Política Agrícola Común (PAC) de la Unión Europea. Las modificaciones en la PAC tienen por objeto, entre otras cosas, reducir los precios de los cereales, lo que hará bajar los costos de la producción ganadera. Parece probable que, como el pollo y, en algunas zonas, el cerdo son los productos alimenticios preferidos, los consumidores de Europa y América del Norte comerán menos pescado de lo que comerían si no cambiara la PAC. Esta desviación de la demanda podría producirse gradualmente a partir de comienzos del próximo decenio.

NÚMERO DE CONSUMIDORES

En octubre de 1996, las proyecciones de las Naciones Unidas indicaban que la población mundial totalizaría en el 2010 unos 140 millones de habitantes menos de lo que se había calculado dos años antes, es decir, un 2 por ciento menos. Esto se debe a la disminución de las tasas de crecimiento, especialmente en Asia, donde la proyección revisada de la población es de 100 millones de habitantes menos.

Resumiendo, en un futuro próximo, disminuirá la demanda de productos acuáticos de alto precio. Sin embargo, parte de esta demanda podría desviarse hacia productos ícticos de precio más bajo.

Parece prudente reducir también las proyecciones a plazo medio de la demanda mundial de pescado para la alimentación. Basándose en un escenario de reducciones pequeñas de la demanda per cápita en Europa (un 6 por ciento con respecto a 1995), América del Norte (4 por ciento) y Asia (8 por ciento), e incorporando el efecto sobre la demanda de la menor población prevista en el 2010, la demanda de pescado para la alimentación en dicho año podría ser del orden de 105 a 110 millones de toneladas (equivalente de peso en vivo), mientras que la proyección de la FAO de 1995 era de 110 a 120 millones de toneladas.

OFERTA DE PESCADO Y PRODUCTOS PESQUEROS

ACUICULTURA

La oferta de pescados, crustáceos y moluscos cultivados ha continuado creciendo con rapidez mucho mayor a la prevista incluso hace unos pocos años (Figura 43). Asia continúa predominando y su parte en la producción mundial sigue creciendo, ya que representó el 55 por ciento (en volumen) en 1996, frente al 51 por ciento en 1994. China es con mucho el mayor productor de Asia. En volumen, la producción de pescados de China es la mayor del mundo. Sin embargo, se consume casi en su totalidad dentro del país. En cuanto a los ingresos que se obtienen de las exportaciones, el cultivo de camarones peneidos es la actividad acuícola más importante de Asia. En 1996 los camarones representaron el 26 por ciento del valor de las exportaciones pesqueras de Asia3

 

La producción acuícola de China comenzó a crecer rápidamente a mediados de los años ochenta. Esto se produjo respondiendo a medidas de política muy precisas destinadas a estimular la producción: se permitió a los hogares gestionar su propia producción acuícola, se liberalizaron los precios de las especies acuícolas de valor elevado y el Gobierno apoyó a los granjeros mediante actividades de investigación y extensión. Se cree en general que la producción seguirá aumentando. En algunas regiones cambiarán sus características, puesto que los granjeros intentan obtener productos de mayor valor añadido, posiblemente mediante la selección de especies de precio más alto. En las zonas del norte y del interior del país el aumento de la producción se deberá principalmente a la expansión del cultivo de carpas.

Se considera que la acuicultura china resistirá la actual desaceleración de la economía mundial. Las exportaciones tienen una importancia relativamente pequeña ya que la mayor parte de la producción se consume en el país. Las pautas del consumo registradas durante el reciente crecimiento económico indican que el pescado -y los productos pecuarios- son los alimentos preferidos. La acuicultura es autosuficiente tecnológicamente y utiliza pocos insumos importados. Aunque China ha llegado a ser un notable importador de harina de pescado, una parte de la cual se utiliza en la acuicultura, no es probable que la falta de este producto suponga un obstáculo para la acuicultura china a plazo medio. Por ello, lo más probable es que el volumen de la producción acuícola china siga creciendo y que se desarrollen también productos marinos de precio más elevado.

Carpas

La producción de carpas, más del 90 por ciento de la cual procede del cultivo, representa un 14 por ciento de todos los pescados obtenidos tanto del cultivo como de la pesca de captura. China produce más de los cuatro quintos de todas las carpas y, lo mismo que en otros países, la producción se consume internamente. Salvo pocas excepciones, los productores de carpas tanto de China como de la India no han encontrado mercados fuera de Asia. De hecho, no existe un mercado mundial de carpas, como lo hay de camarón y salmón.

El cultivo de carpas seguirá probablemente en expansión continua tanto en China como en la India y los países de la CEI, al menos, en un futuro próximo, en respuesta al crecimiento demográfico. A largo plazo, las dimensiones del crecimiento del cultivo de carpas en la India y China dependerán de la promoción de los productos de carpa en los mercados mundiales.

Tilapia

La tilapia es uno de los peces que por sus características puede tener un futuro en la acuicultura. En primer lugar, existen ya varias tecnologías de cultivo diferentes, algunas de las cuales permiten producir tilapias a costo relativamente bajo. En segundo lugar, la carne de tilapia es en general blanca y puede utilizarse para preparar filetes de pescado blanco, que constituyen los productos básicos en el comercio pesquero internacional. En tercer lugar, se han difundido las tilapias fuera de África y son comunes en Asia, América Latina y el Caribe.

En los Estados Unidos existe ya para la tilapia un mercado establecido y en rápida expansión y este pescado se vende también en Japón y Europa. La producción mundial de pescado cultivado ha ido creciendo constantemente (a un promedio del 12 por ciento al año4) en los últimos 12 años (Figura 44).

 

Hay varias razones para prever que continuará aumentando la producción de tilapia:

Estos argumentos se aplican no sólo a los actuales principales productores de tilapia de Asia, sino también a los futuros productores de África, donde la producción podría crecer rápidamente, ya que el entorno macroeconómico es favorable. La producción tendría mercados tanto en economías en desarrollo como desarrolladas. En 1996 la producción de tilapia representó alrededor del 5 por ciento de toda la obtenida de peces cultivados. Lo más probable es que esta proporción siga creciendo notablemente durante el próximo bienio.

Salmónidos

El cultivo de salmones y truchas se practica sobre todo en Europa y América, y su volumen es actualmente casi equiparable al de los desembarques de la pesca de captura, si bien se está registrando una desaceleración de la tasa de expansión del mismo. La industria utiliza tecnología y sistemas comerciales avanzados y, en muchos países, trabaja metódicamente para abrir nuevos mercados y estimular la demanda en los existentes. Parece probable que la industria seguirá reduciendo los costos de producción y podrá desarrollar nuevos productos para nuevos mercados.

Camarones

Los camarones son una fuente importante de beneficios y de ingresos en moneda fuerte en muchas economías en desarrollo; lo son menos en cuanto fuente de alimentos. El volumen total del cultivo de camarones peneidos se aproxima actualmente a la mitad del de los desembarques de la pesca de captura. El incremento del volumen de producción se está reduciendo en Asia y América Latina, mientras que está creciendo con rapidez en África, si bien sus cifras absolutas son todavía pequeñas. Sin embargo, hay razones para creer que en un futuro inmediato el crecimiento disminuirá sensiblemente, y que incluso llegará a interrumpirse. Ello se debe a las perspectivas de estancamiento del crecimiento económico en el Japón, que es el mayor mercado mundial de los camarones, y a la probable desaceleración del crecimiento económico en el resto de las economías desarrolladas. Tampoco existe un nivel uniformemente alto en la gestión del cultivo del camarón. Parece probable que durante cierto tiempo la pauta será que el aumento que se registre en las zonas donde la producción se recupera de las enfermedades quede compensado por descensos registrados en otras zonas donde se están padeciendo problemas de enfermedades. Además, la promulgación de reglamentos ambientales más rigurosos frenará la expansión de este cultivo. No obstante, la producción debería recuperarse y entrar en una fase de notable expansión en los primeros años del próximo decenio.

Moluscos

El cultivo de moluscos está destinado casi siempre a la venta de los productos; en muy raras ocasiones se practica para satisfacer las necesidades del hogar. Sin embargo, una gran parte de la producción se vende en mercados cercanos. Algunos productores (Canadá, Nueva Zelandia, España) dependen de los mercados internacionales, por lo que está creciendo el comercio internacional de productos de moluscos. Sin embargo, para su cultivo, lo mismo que para el de la carpa, son importantes las condiciones económicas internas del país productor. Parecería que la actual fase descendente de la economía en Asia no va a influir mucho en el cultivo de moluscos, sino que seguirá creciendo la producción.

Conclusión

Parece probable que en un futuro cercano la actual crisis económica frenará el crecimiento de la acuicultura en todo el mundo. De hecho, esto constituye la continuación de tendencias ya establecidas, con exclusión de China. La producción asiática crecerá moderadamente en lo que respecta a los productos consumidos en los mercados internos, los cuales provocarán la mayor parte del aumento del volumen total. El estancamiento, e incluso el descenso, que indican las proyecciones para algunos productos acuícolas exportados tradicionalmente a países desarrollados afectará al valor de la producción acuícola mundial más que a su volumen.

A fines de 1998, se ve como más probable que continúe el crecimiento sostenido de la acuicultura a plazo medio. A la luz de estudios anteriores5 y teniendo en cuenta las tendencias recientes, es mayor la probabilidad de que la producción acuícola total mundial alcance en el 2010 un nivel entre 35 y 40 millones de toneladas de peces, crustáceos y moluscos.

PESCA DE CAPTURA

La producción mundial de la pesca de captura fue en 1996 algo mayor (1,6 millones de toneladas) que en 1995. En cambio, las estimaciones preliminares para 1997 indican una reducción de unos 0,9 millones de toneladas (véase el Cuadro 1), la mayor parte de la cual se debe a la disminución de las poblaciones de pequeñas especies pelágicas frente a la costa occidental de América del Sur (véase el Recuadro 15). La reducción atribuible exclusivamente al fenómeno El Niño representó probablemente entre el 3 y el 5 por ciento de los desembarques mundiales de las capturas marinas. Sin embargo, como la mayor parte de dicha reducción será absorbida por la industria de la harina de pescado, se espera que el suministro para consumo humano habrá aumentado en más de 3 millones de toneladas, lo que significa que el suministro medio per cápita en el conjunto mundial habría aumentado a unos 16 kg en 1997 (incluida la acuicultura), lo que representa una nueva cota máxima. No se habría alcanzado este nivel a no ser por el rápido crecimiento de la producción pesquera notificado por China. La producción mundial de la pesca de captura probablemente ha vuelto a disminuir en 1998, debido a la persistencia del fenómeno El Niño.


Recuadro 15
El Niño: sus repercusiones en las pesquerías

Se considera que el fenómeno El Niño de 1997-1998 es el segundo más fuerte calentamiento registrado en este siglo en el océano Pacífico tropical y subtropical. Durante el período de máxima intensidad no fue tan fuerte como el de 1982-1983, pero duró algo más y tuvo dos períodos de máximo calentamiento, uno casi inmediatamente después de su comienzo, durante mayo-septiembre de 1997, y el otro en enero-abril de 1998. Estuvo precedido de un período frío en el Pacífico oriental que duró desde fines de 1995 hasta comienzos de 1997. En cierta medida, estas variaciones extremas de un período frío a otro cálido podrían haber acentuado los efectos negativos de este último El Niño sobre algunos recursos ícticos.

Desde el punto de vista de la pesca, el Pac ífico oriental, y en especial el área del oeste de América del Sur, es la zona más negativamente afectada por los efectos de calentamiento de El Niño y en este caso no ha habido ninguna excepción. La subida de las temperaturas del mar costero y el debilitamiento en el proceso de enriquecimiento del afloramiento causaron una grave reducción de la biomasa y de la producción total de pelágicos gregarios pequeños y otros recursos costeros que, en otras condiciones, pueden pescarse fácilmente frente a costa occidental de América del Sur y en el Pacífico oriental. A fines de 1998, este fenómeno seguía causando, grandes pérdidas a los sectores pesqueros de la zona, así como una escasez mundial de harina y aceite de pescado.

Las poblaciones de anchoveta se han reducido a niveles muy bajos en Per ú y Chile. La falta de reclutamiento, por la ausencia de las generaciones de dos años sucesivos, o la abundancia mucho menor, el escaso crecimiento somático con una notable pérdida de peso medio, y el posible incremento de la mortalidad natural y por pesca, son las principales causas directas de este descenso. Las poblaciones de anchoveta de la región podrían tardar varios años en recuperarse. En la misma zona, las importantes poblaciones de sardina estaban ya en descenso antes del comienzo de los últimos acontecimientos y, aunque se sabe que condiciones de temperatura superior a la normal favorecen a las sardinas en esta zona, es posible que la recuperación de esta especie haya quedado contrarrestada o incluso reducida a causa de la extrema fortaleza del actual El Niño.

La producci ón total de jurel ha sido también mucho menor en 1997-1998 que en años anteriores. Esto se debe probablemente al desplazamiento hacia mar adentro y hacia los polos de las concentraciones existentes, pero no se puede excluir que el descenso de la biomasa total de jurel se deba a la intensidad de la pesca y a las condiciones ambientales creadas por El Niño.

Hasta el momento, El Ni ño de 1997-1998 ha causado una reducción de entre el 10 por ciento, y el 20 por ciento en la producción total de esta zona durante 1997. Se trata de una cifra importante, ya que la región produce normalmente cerca del 20 por ciento de los desembarques totales mundiales de pescado. Se prevé un descenso aún mayor para 1998. Las capturas de otros peces pelágicos de tamaño pequeño y medio, demersales costeros y otras especies, incluidos salmones, túnidos y algunos invertebrados, han resultado también afectadas en todo el Pacífico oriental, desde Canadá hasta Chile. Aunque El Niño ha provocado una reducción de los desembarques de especies que eran comunes y, en otras condiciones, abundantes, así como la disminución de las actividades de cultivo de camarón a causa de las intensas lluvias e inundaciones padecidas en algunas zonas, las capturas de otras especies pelágicas más tropicales, como delfines, tiburones tropicales y túnidos, han aumentado en las zonas tropical y subtropical del Pacífico oriental, ya que tales poblaciones estaban experimentando un desplazamiento hacia el polo al comienzo del fenómeno El Niño. Estos efectos han disminuido o se espera que disminuyan más rápidamente al ir desapareciendo el fenómeno.

En algunas zonas, la producci ón total de algunas poblaciones silvestres de camarón y mariscos ha aumentado también a causa del calentamiento. En otras regiones del mundo se han señalado otros efectos negativos, aunque menos importantes, del fenómeno El Niño, tales como el blanqueamiento de los corales en el océano Índico y en el Pacífico tropical y occidental. Aunque el descenso de la producción de algunas poblaciones tropicales podría compensarse con el incremento de la producción en otras zonas, es posible que se deba atribuir al fenómeno El Niño de 1997-1998 una reducción entre el 5 y el 10 por ciento de la producción total de la pesca de captura marina en 1998.

Fuente:J. Csirke y A. Bakun, Departamento de Pesca, FAO.


El crecimiento de la capacidad pesquera, medida por el número de barcos y pescadores, se redujo durante la primera parte de los años noventa (véase la sección Pescadores y flotas pesqueras). El cambio ha sido más notable en Asia, con excepción de China, país en el que la capacidad pesquera ha aumentado rápidamente también en la primera parte de los años noventa. La desaceleración en la creación de capacidad pesquera en Asia fuera de China se debe al rápido crecimiento económico que ha creado oportunidades de empleo fuera de los sectores pesquero y agrícola; a que el exceso de pesca está reduciendo también las poblaciones silvestres disponibles en Asia; y al esfuerzo desplegado por los gobiernos para ofrecer marcos apropiados de ordenación de la pesca de captura (véase la sección Gestión de las pesquerías nacionales).

Existe la posibilidad de que la actual crisis económica haga que la pesca vuelva a ser una fuente de empleo para quienes han quedado sin trabajo, así como la fuente lógica de medios de subsistencia para los jóvenes de las comunidades pesqueras. Si la crisis económica se prolonga en el próximo siglo, aumentará cada vez más la presión sobre los responsables y las estructuras de la ordenación para que permitan y faciliten una expansión de la capacidad pesquera. No se puede excluir que a largo plazo dicha expansión, tras un pequeño incremento inicial de la producción, provoque la reducción de los desembarques de la pesca de captura en las economías en desarrollo al finas del próximo decenio.


Recuadro 16
Efectos de las telecomunicaciones en la pesca de captura

Lo mismo que en muchas otras industrias, la mayor eficiencia de las telecomunicaciones ejerce una gran influencia en la industria pesquera. La comunidad internacional ha reconocido desde el comienzo que las comunicaciones por satélite surtirían un efecto radical en las comunicaciones marinas y creó la Organización Internacional de Telecomunicaciones Marítimas por Satélite (INMARSAT). Los beneficios se dejaron sentir lentamente en la industria pesquera, pero en los últimos años se ha registrado un crecimiento exponencial del número de barcos pesqueros con equipo de comunicación por satélite. Uno de los proveedores de servicios señala que en 1996 había 2 000 instalaciones y en 1998, 7 500. Los beneficios que se derivan para la industria pesquera son múltiples:

- Mayor seguridad gracias al Sistema mundial de socorro y seguridad marítimos que garantiza casi una respuesta a cualquier mensaje de socorro procedente de un barco, muy superior a la eficacia de los sistemas convencionales de comunicación por radio que dependen mucho de las condiciones atmosféricas. Incluso después de que se ha hundido el barco, el mensaje de socorro puede seguir transmitiéndose por medio de la radio baliza de localización de siniestros que flota independientemente del barco cuando éste se hunde.
-Mejor seguimiento de la posición de los barcos pesqueros para perfeccionar la ordenación pesquera mediante el empleo de sistemas de vigilancia de buques. La comunicación periódica de la posición del barco ayuda al control y vigilancia de los barcos pesqueros en un punto central de control. En el futuro, es posible que los sistemas incorporen la notificación de las capturas en formato electrónico, lo que permitiría adoptar casi en tiempo real decisiones de ordenación pesquera.
- La información sobre el mercado facilitada a través de los sistemas de información vinculan a los barcos pesqueros con los mercados, lo que permitirá adoptar decisiones más informadas sobre cuándo y dónde desembarcar el pescado. Esto contribuirá a su vez a incrementar los ingresos del barco y evitará que cualquier puerto pesquero tenga más desembarques que los que pueda manipular en un determinado día.
- Los Sistemas universales de determinación de la situación (GPS), que son un componente de la mayoría de los sistemas de comunicación por satélite, permitirán destinar específicamente los mensajes de información (por ejemplo, recibirán la información sólo los barcos que estén dentro de una determinada zona). Al nivel de cada barco, el barco patrulla podrá preguntar a un barco que se halle en un determinado lugar y el sistema de comunicaciones por satélite instalado en dicho barco responderá automáticamente con detalles sobre el barco y sus autorizaciones pesqueras. Se evitarán así inspecciones que exigen mucho tiempo por tener que realizarse mediante abordajes en el mar que a veces resultan peligrosos. Están ya funcionando estos tipos de sistemas en la flota mercante a efectos de los sistemas de separación del tráfico y se denominan sistemas de identificación automática. La utilización de GPS autónomos se halla ya bien establecida en los barcos más grandes, pero la introducción de GPS manuales permitirá emplear esta importante ayuda de navegación en barcos mucho menores.

Fuente:A. Smith, Departamento de Pesca, FAO.



En las economías desarrolladas mejorará la gestión de la pesca y resultará posible mantener las dimensiones de las poblaciones cerca del nivel que permita obtener el máximo rendimiento sostenible. El mejoramiento se derivará de una mejor ordenación pesquera y del progreso tecnológico en general (véase el Recuadro 16). En algunas economías desarrolladas, es probable que importaciones de pescado baratas contribuyan a reducir el esfuerzo de pesca. Tales importaciones procederán de economías en desarrollo cuyas monedas están perdiendo valor frente a las de los países de la OCDE. Sin embargo, al final del próximo decenio, la mejora de la ordenación debería dar lugar a una actividad pesquera económicamente más racional y niveles de captura más altos en las economías desarrolladas. Esto podría causar, por una parte, fuertes presiones que ejercerían las industrias nacionales para controlar las importaciones de pescado mediante medidas comerciales. Por otra parte, varios países están realizando esfuerzos paralelos para fomentar un mercado más libre de pescado y productos pesqueros (véase el Recuadro 17).


Recuadro 17
Acuerdos que regulan el comercio internacional del pescado

El pescado y los productos pesqueros son el más internacional de todos los productos alimenticios. Anualmente se distribuye en el comercio internacional entre el 35 y el 40 por ciento de la producción pesquera con un valor comercial de alrededor de 50 000 millones de dólares EE.UU. Actualmente corresponde a los países en desarrollo la mitad de este intercambio comercial y, en 1996, obtuvieron de él un superávit neto (valor de las exportaciones menos el de las importaciones) de unos 17 000 millones de dólares.

Las normas y reglamentos que rigen el comercio internacional del pescado revisten gran importancia, especialmente para las econom ías en desarrollo. Cabe mencionar dos acuerdos internacionales adoptados recientemente: el Acuerdo sobre la aplicación de medidas sanitarias y fitosanitarias (SFS) y el Acuerdo sobre obstáculos técnicos al comercio (OTC), que se concertaron en la Ronda Uruguay de negociaciones comerciales multilaterales y son vinculantes para todos los miembros de la OMC.

- El Acuerdo SFS especifica cuándo la necesidad de protección del consumidor e inocuidad del producto son razones válidas para eximir de la aplicación del principio de no discriminación en el comercio internacional. Por consiguiente, el requisito de que los productos pesqueros comercializados internacionalmente deben fabricarse de forma que se incorpore el análisis de riesgos en puntos críticos de control (HACCP) puede y debe aplicarse solamente de forma que se respeten las normas del Acuerdo SFS.
- El Acuerdo OTC establece lo mismo para los reglamentos técnicos y normas sobre productos. Tiene por objeto garantizar que las disposiciones de calidad, etiquetado, métodos de análisis, etc. protejan a los consumidores contra el fraude económico, pero no se apliquen a las mercancías comercializadas internacionalmente de forma que se cree una discriminación en favor de los productos nacionales. Por consiguiente, un Estado puede imponer solamente el uso de «ecoetiquetas» en los productos pesqueros comercializados internacionalmente si se cumplen las normas del Acuerdo OTC.

Han empezado las conversaciones sobre el posible alcance de las futuras negociaciones comerciales multilaterales que podr ían empezar en la OMC en 1999. No se sabe si tales debates, que se espera se refieran al acuerdo sobre la agricultura, incluirán el pescado y los productos pesqueros. Para prepararse a dicha posibilidad, varios países han estudiado subvenciones canalizadas al sector pesquero. Actualmente, los efectos de tales subvenciones en el comercio pueden abordarse en la OMC en el ámbito del Acuerdo sobre subvenciones y medidas compensatorias, ya que el pescado y los productos pesqueros no están incluidos en el acuerdo sobre la agricultura de la OMC.

La reducci ón general de los aranceles para los productos pesqueros en virtud de la Ronda Uruguay ha provocado una disminución de las correspondientes concesiones arancelarias hechas por la UE en virtud de la Convención de Lomé IV a un gran número de países en desarrollo en el ámbito del Sistema generalizado de preferencias. Han comenzado los debates entre la UE y los países interesados sobre si deben remediarse y cómo los efectos de esta erosión de los beneficios.

Fuente:E. Ruckes, Departamento de Pesca, FAO.



Resulta evidente la divergencia de las tendencias en la pesca de captura continental en las distintas regiones. Con respecto a la pesca destinada a la alimentación, es probable que continúe la rápida expansión en Asia, mientras que en otros continentes será más lenta, por ejemplo, en la CEI y los Estados báticos, debido a las dificultades políticas y económicas, en América Latina por falta de demanda y en África a causa de las dificultades financieras, administrativas y logísticas. La pesca deportiva está cobrando una importancia cada vez mayor principalmente en América del Norte y Europa. En la mayoría de las regiones, probablemente se incrementarán las actividades de intensificación de poblaciones. En todas las regiones la degradación ambiental está influyendo negativamente en los rendimientos de la pesca continental, mientras que en Europa y América del Norte se han registrado ya notables impactos negativos en el pasado.

Para el final del próximo decenio, aumentará ligeramente la producción de la pesca de captura, debido a que en las economías desarrolladas se explotarán de forma más sostenible las poblaciones recuperadas y se utilizarán más las especies pelágicas pequeñas, tanto para consumo humano como para la fabricación de harina de pescado. Los adelantos en los sistemas de tecnología electrónica e inteligencia artificial permitirán identificar los tamaños y las especies de los peces que son objeto de la pesca, detectándolos con ecosondas y sonares, lo que mejorará la fiabilidad de la identificación de las especies. Estos sistemas permitirán a los patrones de pesca evaluar la captura prevista, las capturas incidentales y los descartes, así como calcular la rentabilidad de la pesca en una zona determinada antes de comenzar a faenar. Esto contribuiría a reducir los desperdicios.

Por consiguiente, parece razonable esperar que, para el año 2010, se consiga un modesto incremento de la pesca de captura en aguas marinas y continentales que alcanzará un nivel entre 95 y 100 millones de toneladas.

Durante los años noventa se han transformado en harina y aceite de pescado unos 30 millones de toneladas al año de peces de escama. Durante 1997/98, se redujeron los suministros debido principalmente a la dificultad de obtener materia prima. El descenso actual de la economía mundial reducirá el crecimiento de la producción ganadera (principal usuario de la harina de pescado) y la producción de harina de pescado podría disminuir durante algunos años. A comienzos del próximo decenio los productores ganaderos de Europa utilizarán cantidades algo mayores de cereales, ya que se espera que bajen sus precios reales. Es probable que la producción de harina y aceite de pescado se recupere cuando vuelvan a ser abundantes las poblaciones de pequeños peces pelágicos frente a la costa occidental de América del Sur, y los precios de la harina de pescado resultarán competitivos. A plazo medio, se supone que cada año se convertirán en harina y aceite de pescado unos 30 millones de toneladas de pescado.

SUMINISTROS TOTALES

Durante los próximos tres a cuatro años es probable que los suministros totales de pescado se mantengan en un nivel igual o inferior a 125 millones de toneladas, para comenzar después a aumentar hacia fines del próximo decenio. En ese momento podrían ascender a unos 135 millones de toneladas, de los que 105 millones se destinarían a la alimentación y los 30 restantes, a la producción de harina y aceite de pescado.

CONCLUSIÓN

Tanto la demanda como la oferta se mantendrán estancadas en un futuro próximo. La oferta está limitada por la baja abundancia de las principales poblaciones pelágicas. En un futuro próximo, algunas de las industria acuícolas orientadas a la exportación reducirán también su producción ante la debilidad de los mercados.

Las perspectivas a plazo medio son algo mejores tanto para la producción como para la demanda. Se estima que la demanda total ascenderá a un nivel entre 105 y 110 millones de toneladas en el 2010. Como los suministros se estiman en 105 millones de toneladas, la presión al alza de los precios inducida por la demanda será débil. Una oferta de 105 millones de toneladas de pescado en el año 2010 implicaría de hecho un estancamiento del suministro per cápita en unos 15 kg/año. En cambio, se prevé que la población mundial ascenderá a algo menos de 7 000 millones de habitantes en el 2010.

Este escenario depende de varias hipótesis decisivas. La principal se refiere al desarrollo de la economía mundial. Se supone que la crisis se prolongará al siglo próximo y afectará también a más economías desarrolladas. Otra hipótesis importante se relaciona con la tecnología. Aunque se ha supuesto que la pesca de captura, especialmente en las economías desarrolladas, se beneficiará de los progresos en las tecnologías modernas de comunicación y electrónica, no se hacen las mismas hipótesis para la acuicultura. Esto podría ser excesivamente pesimista. Por ejemplo, las mejoras genéticas introducidas en salmones, tilapias, bagres, carpas y ostras han tenido éxito para incrementar la producción, y es probable que los trabajos en este sector sigan dando buenos resultados. Mejorará también la gestión de la explotación de las granjas tanto en lo que respecta a los aspectos empresariales como tecnológicos. Por ello, no cabe excluir que los progresos en las tecnologías de la acuicultura sean tales que permitan incrementar la producción incluso sin el estímulo de precios reales más elevados.

1 Autor principal: U. Wijkström, Departamento de Pesca, FAO.
2 Se trata de peces propiamente dichos, crustáceos y moluscos.
3 Incluido el comercio dentro de Asia.
4 Tilapias y otros cíclidos en cuanto grupo.
5 J.F. Muir. 1995. Tendencias del desarrollo de la acuicultura. Perspectivas para la seguridad alimentaria. Documento presentado en la Conferencia internacional organizada por el Gobierno del Japón y la FAO sobre la Contribución sostenible de la pesca a la seguridad alimentaria, Kyoto, Japón, 4-9 de diciembre de 1995; y FAO. 1997. Examen del estado de la acuicultura mundial. FAO: Circular de Pesca, No 886, Rev. 1. Roma.

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