Palabras pronunciadas por Jos van Aggelen, Encargado de Negocios de la Embajada Real de los Países Bajos
La lucha contra la pobreza y la desigualdad social, étnica y de género, es el eje central de la política neerlandesa de cooperación para el desarrollo. La meta es conseguir una sociedad donde las relaciones sean más equitativas, donde la libertad de un grupo no se adquiera a costa de la de los otros. Eso sólo puede lograrse poniendo fin a las desigualdades existentes entre hombres y mujeres.
Hay un número desproporcionado de mujeres entre los grupos más pobres de la población, como consecuencia de la desigual distribución de poder entre géneros, del restringido acceso de las mujeres a los recursos y al control de los beneficios, de su también limitado acceso a la educación, y de la cantidad, cada vez mayor, de hogares encabezados por ellas.
Es necesario poner énfasis en el mejoramiento de la posición de las mujeres. Para ello, el concepto de autonomía es considerado por el gobierno de los Países Bajos como principio básico y orientador de su política de desarrollo.
El tema que nos convoca hoy es la integración del enfoque de género en los proyectos forestales. Sabemos que la deforestación, la desertificación, la contaminación y la erosión amenazan seriamente la vida de los habitantes rurales pobres y que las mujeres sufren aún más las consecuencias de esta degradación ecológica. Eso significa para ellas, más horas de trabajo diario, menos ingresos, mayores problemas de nutrición y seguridad. En esta situación, las mujeres tienen menos posibilidades de participación en la toma de decisiones sobre la vida comunitaria, sobre la afirmación de sus derechos como personas y sobre los beneficios que podrían captar del desarrollo.
Debido a la emigración masculina de las zonas rurales, ha aumentado el número de hogares encabezados por mujeres. Es así como ellas deben asumir más responsabilidades, sin que por esto se les reconozcan más derechos, oportunidades o que establezcan relaciones que les deparen beneficios a largo plazo. Estos son sólo algunos aspectos, que ustedes conocen mucho más en su vida profesional y cotidiana, y que seguramente serán profundizados en este encuentro.
Si bien las mujeres campesinas están interesadas en la conservación del medio ambiente del cual dependen, sus necesidades son inmediatas, a corto plazo, mientras que los beneficios de los proyectos forestales aparecen a largo plazo. Para resolver este problema es muy importante el enfoque de género, puesto que garantiza que las mujeres aportarán los elementos socioculturales que deben acompañar a los técnicos, con el fin de construir un medio productivo y seguro para las siguientes generaciones.
La agroforestería multiproducto integrada a los sistemas agrícolas locales y adaptada a los diferentes intereses y situaciones de las mujeres, puede ser una alternativa válida. Ellas quieren conseguir beneficios duraderos de las actividades que emprenden, desean afirmar sus derechos, fortalecer su organización y lograr un reconocimiento del rol activo que juegan en la comunidad.
Para la cooperación técnica de los Países Bajos y para su embajada en Ecuador, es un gran honor poder apoyar iniciativas como este seminario. Fortalecer los contactos entre funcionarios y proyectos involucrados en integrar el enfoque de género en el desarrollo forestal participativo, nos parece sumamente importante.
Les deseamos el mayor de los éxitos en sus reflexiones y esperamos que sus conclusiones aporten al trabajo práctico y diario que ustedes realizan.
