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Capítulo 2

El concepto de CMFAT

2.1 EL CARÁCTER MULTIFUNCIONAL DE LA AGRICULTURA Y LA TIERRA

Los enfoques adoptados anteriormente para tratar las cuestiones de la agricultura y la correspondiente utilización de la tierra han elaborado instrumentos muy valiosos para ayudar a comprender la complejidad y diversidad de las zonas rurales. Desde la Conferencia de Den Bosch en 1991 y la Cumbre de Río en 1992, los defensores de la "agricultura y desarrollo rural sostenible" (ADRS) han elaborado una visión integrada de temas como la extensión rural y la investigación, la ciencia y la tecnología, la infraestructura, el capital humano y los medios de vida sostenible. El ADRS comprende una gran variedad de cuestiones económicas, socioculturales y ambientales relacionadas con la agricultura.

El concepto de funciones múltiples trata de ampliar esos enfoques anteriores por los siguientes medios:

Así pues, este concepto facilita la comprensión de las complejas interacciones existentes entre la agricultura y la correspondiente utilización de la tierra, los múltiples bienes y servicios (alimentarios y no alimentarios) producidos por la agricultura, la contribución que estos bienes y servicios representan para el logro de los objetivos sociales más amplios y, a su vez, los impactos causados en la agricultura por factores ambientales, económicos y sociales, incluida la evolución demográfica y la creciente globalización de los mercados y el comercio.

Si bien el carácter multifuncional de la agricultura es algo intrínseco a ésta, el programa de la agricultura y la alimentación sólo ha comenzado recientemente a concentrar su atención en los desafíos en materia de políticas relacionados con el fortalecimiento de una serie de funciones.

El programa de políticas se amplió también como consecuencia de la revisión, en muchos países y regiones, del papel de la agricultura en el desarrollo económico. En diferentes contextos y por razones muy diversas, las políticas demuestran cada vez más el interés por mantener la importancia de la agricultura y la tierra para el desarrollo en los países de bajos y de altos ingresos en todas las regiones.

La creciente diferenciación regional de la agricultura y las correspondientes divergencias en los objetivos y prioridades del desarrollo son otros tantos factores que estimulan el interés en la especificación de esas funciones múltiples. El examen de los debates en varios foros internacionales demuestra que los valores y metas para la agricultura y la utilización de la tierra no son los mismos en todas las regiones ni siquiera en todos los países de una misma región. Así se observa con especial claridad en varias negociaciones relacionadas con el comercio internacional.

Las funciones múltiples de la agricultura y la tierra ofrecen diferentes beneficios específicos en distintos contextos y en diversas regiones. La combinación ideal de funciones da lugar a una ordenación óptima con fines económicos, sociales y ambientales.

En las regiones con agricultura pobre y de bajo potencial de los países en desarrollo, donde generalmente es difícil garantizar la renovación de los recursos naturales y la sostenibilidad de los ecosistemas agrícolas pero donde la agricultura de subsistencia tiene probabilidades de continuar siendo una actividad importante, las ventajas de una combinación de distintas opciones son las siguientes:

En las regiones de los países en desarrollo donde predomina actualmente la economía de mercado pero donde las condiciones no son favorables para la agricultura y el medio ambiente es frágil, la atención al CMFAT puede conseguir los siguientes resultados importantes:

En las zonas donde se practica la agricultura intensiva pero sufren problemas ambientales, el efecto de la combinación de funciones puede dar lugar a los siguientes resultados:

En las regiones de agricultura "tradicional" de los países desarrollados, donde la producción corre el riesgo de ser cada vez menos competitiva, la mayor atención a la multiplicidad de funciones puede conseguir los siguientes efectos:

En las regiones que se encuentran en la frontera agrícola de las zonas forestales o donde el medio ambiente tiene un elevado potencial de producción y donde el mercado está echando raíces con rapidez, el uso del concepto de CMFAT puede contribuir a:

En cada caso, el valor e importancia de las distintas funciones debe evaluarse antes de decidir las formas de actuación mas pertinentes. La elección de las medidas será siempre objeto de debate entre las comunidades locales, entre el gobierno local y estatal, entre los organismos técnicos y los socios externos. Luego, las medidas y actuaciones se basan en un acuerdo común, una evaluación conjunta de los logros y un nuevo proceso periódico de revisión y renegociación.

RECUADRO 3: EL CMFAT EN ACCIÓN

Gran Bretaña

En 1939 "había casi medio millón de explotaciones agrícolas en Gran Bretaña, incluidas las que se trabajaban a tiempo parcial. En su mayoría, se trataba de pequeñas unidades (menos de 20 hectáreas) de producción mixta: ganado vacuno, ovino y porcino, aves de corral y diversos cultivos. Antes de la era de la protección estatal, los agricultores tenían que diversificar su producción para gozar de cierta seguridad financiera. Si el precio de uno de los productos se hundía, otros le permitirían evitar la ruina. Económicamente, esta estructura mixta era sumamente estable. Además, ello daba a la zona rural un ambiente dinámico y atractivo, con abundante fauna y flora silvestre y muy poca contaminación.

Al mismo tiempo, casi un millón de trabajadores estaban empleados total o parcialmente en las explotaciones agrícolas. De esa manera, casi 1,5 millones de familias podían ganarse la vida, al menos en parte, gracias a la explotación de la tierra, al mismo tiempo que producían beneficios ambientales como complemento "gratuito". Las zonas rurales de Gran Bretaña nunca han gozado de una situación tan favorable. Nunca han conocido una mayor diversidad de hábitat y especies silvestres..." (Harvey, 1997: 9)

Indonesia

En la actualidad, los huertos familiares o domésticos están especialmente bien desarrollados en la isla de Java (Indonesia), donde reciben el nombre de pekarangan... En uno de estos huertos de Java se encontraron más de 56 especies diferentes de plantas: unas se utilizaban como alimentos, otras como condimentos y especias, otras como medicinas y otras como pienso para el ganado... Gran parte de la producción se destina al consumo familiar, pero parte de ella se intercambia con los vecinos y parte se vende... La plantación es tan densa que para un observador el huerto parece como un bosque en miniatura... Un análisis más atento revela que además de la diversidad se consiguen altos niveles de productividad, estabilidad, sostenibilidad y equidad... (Conway, 1997: 177)

Kenya

"Los resultados positivos de una densidad de población rural creciente en Machakos (con una población de 1,3 millones) son, entre otros, la estabilización e inversión de la degradación de la tierra, el aumento de la inversión en actividades de mejoramiento de la tierra, el cambio tecnológico, una mayor producción por hectárea y por persona, la diversificación de la producción agrícola y de los ingresos y la disminución de la vulnerabilidad a las crisis alimentarias..." (Mortimore, 1998: 196)

Japón

"Los arrozales tienen una estructura que les permite retener grandes cantidades de agua. Por ello, contribuyen a reducir el riesgo de corrimientos de tierras e inundaciones... La capacidad de protección ejercida por los arrozales del Japón, calculada en función de la capacidad de retención de agua, sería de aproximadamente 5.000 millones de m3, es decir, más de ocho veces superior a la capacidad de embalse de la mayor presa del Japón... Un estudio indica que el valor monetario del carácter multifuncional, como la conservación de la tierra por los arrozales del Japón, asciende a más de 4,6 billones de yenes al año, cifra muy superior al valor total de la producción de arroz, que es de aproximadamente 3 billones de yenes anuales" (Gobierno del Japón, 1999).

2.2 FUNCIONES CLAVE DE LA AGRICULTURA

La agricultura es la actividad que ocupa la mayor parte de la tierra "humanizada" en todos los países y, por lo tanto, desempeña un papel importante en la transformación del medio ambiente por el hombre. Estas transformaciones han modificado el paisaje y los sistemas naturales de la vida rural a lo largo de los siglos. En la mayor parte de los países, la agricultura representa todavía la base directa e indirecta de los medios de vida económicos para la mayor parte de la población. Por ello, no es de extrañar que, además de producir alimentos y fibra, la agricultura contribuya de muchas maneras a las actividades de las distintas sociedades. Suministra bienes y servicios que se pueden clasificar como "funciones" distintas. En vez de distinguir sencillamente entre productos alimentarios y no alimentarios, el concepto de CMFAT implica la producción conjunta e integrada de una multiplicidad de resultados, que pueden ser importantes tanto para la sociedad como para el medio ambiente.

Las funciones clave a las que contribuye la agricultura son las siguientes:

Los efectos conjuntos de las cuatro funciones contribuyen al logro del desarrollo rural.

2.2.1. Seguridad alimentaria

Existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos a fin de llevar una vida activa y sana (Plan de Acción de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación). La seguridad alimentaria está interrelacionada con una variedad de factores, entre los que cabe citar la ordenación sostenible de los recursos naturales (agricultura, pesca y silvicultura), el aumento de la producción, las políticas en sus diferentes niveles, el comercio internacional, el mantenimiento de la biodiversidad, la protección del medio ambiente, la inversión, la paz y la estabilidad.

El apoyo político para el logro de la seguridad alimentaria ocupa un lugar importante, como revela el hecho de que 112 Jefes de Estado y de Gobierno, o sus representantes, y más de 70 altos cargos de otros países adoptaran la Declaración de Roma sobre la Seguridad Alimentaria Mundial y el Plan de Acción de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación en 1996.

Seguridad alimentaria y medio ambiente

En muchas partes del mundo, las políticas y programas insostenibles o mal concebidos, las tecnologías inadecuadas, las infraestructuras e instituciones rurales insuficientes, así como las plagas y las enfermedades, provocan ineficiencia y pérdida de recursos naturales y humanos, insumos y productos. La base de recursos para la alimentación, la agricultura, la pesca y la silvicultura está sometida a fuertes dificultades y se ve amenazada por problemas como la desertificación, la deforestación, la sobrepesca, el exceso de capacidad y los descartes de la pesca, las pérdidas de biodiversidad así como una utilización insuficiente del agua, el cambio climático y el agotamiento de la capa de ozono. Estos efectos negativos sobre el medio ambiente representan una amenaza para la seguridad alimentaria a largo plazo.

Seguridad alimentaria y desarrollo económico y social

El desarrollo económico y social del sector rural es un requisito fundamental para el logro de la seguridad alimentaria para todos. La pobreza, el hambre y la malnutrición son algunas de las principales causas de migración acelerada desde las zonas rurales a las urbanas en los países en desarrollo. La erradicación de la pobreza es fundamental para mejorar el acceso a la alimentación. La inmensa mayoría de las personas desnutridas, no pueden producir o no tienen los medios para adquirir alimentación suficiente. Las zonas rurales de los países en desarrollo están en general mal equipadas en lo que se refiere a los recursos técnicos y financieros y a la infraestructura educativa. En estas esferas, la falta de oportunidades de generación de ingresos, el abandono de las cosechas, el mantenimiento inadecuado de los sistemas de producción, la insuficiencia de las redes de distribución, el limitado acceso a los servicios públicos y la mala calidad de éstos son aspectos fundamentales que deben considerarse en relación con la seguridad alimentaria de los medios rurales.

El aumento de la producción en los países de bajos ingresos y con déficit de alimentos es frecuentemente uno de los principales medios de aumentar la disponibilidad de alimentos e ingresos para quienes viven en la pobreza. Ello debe complementarse con la generación de empleo y de ingreso, que incrementará la demanda efectiva en esas áreas, lo que a su vez estimulará también la producción, la diversificación económica y el desarrollo rural y, por lo tanto, la seguridad alimentaria a largo plazo.

Seguridad alimentaria y comercio

El comercio es un elemento clave para el logro de la seguridad alimentaria mundial. El comercio genera una utilización eficaz de los recursos y estimula el crecimiento económico, que es imprescindible para mejorar la seguridad alimentaria. El comercio hace posible que el consumo de alimentos sea superior a la producción de los mismos, ayuda a reducir las fluctuaciones de la producción y el consumo y alivia parte de la carga del mantenimiento de las existencias. Tiene importantes repercusiones en el acceso a los alimentos, debido a sus efectos positivos en el crecimiento económico, los ingresos y el empleo. Unas políticas económicas y sociales internas adecuadas permitirán conseguir que todos, incluso los pobres, se beneficien del crecimiento económico. Esas medidas, con el complemento de las políticas comerciales, contribuyen a garantizar los objetivos del crecimiento sostenible y la seguridad alimentaria para todos.

Si los gobiernos nacionales y la comunidad internacional no se ocupan de las distintas causas que motivan la inseguridad alimentaria, el número de personas hambrientas y malnutridas continuará siendo muy elevado en los países en desarrollo, y será imposible alcanzar la seguridad alimentaria sostenible. La comunidad internacional debe desempeñar un papel importante en la adopción de políticas nacionales acertadas y, en caso necesario, en la prestación de asistencia técnica y financiera para ayudar a los países en desarrollo y a las economías en transición a incrementar la seguridad alimentaria.

Seguridad alimentaria y CMFAT

Indudablemente, el logro de la seguridad alimentaria es una tarea compleja que requiere un entorno y políticas favorables que garanticen la paz, así como la equidad y la estabilidad social, política y económica. La combinación de funciones económicas (condiciones favorables al crédito, la inversión y el comercio) y sociales (atención a los servicios públicos, los recursos humanos y la equidad) relacionadas con la agricultura puede ayudar a conseguir esa meta. El concepto de CMAT puede ofrecer una perspectiva útil y los instrumentos necesarios para especificar las distintas medidas que podrían adoptar las autoridades con el fin de conseguir la seguridad alimentaria.

2.2.2 La función ambiental

En cuanto parte activa y guardián, la humanidad desempeña una función dinámica en el mantenimiento y viabilidad de cualquier ecosistema. El medio ambiente contribuye en forma decisiva al sostenimiento de toda la vida, así como a satisfacer la mayor parte de los requisitos para la prestación de servicios fundamentales, como el reciclado del aire y el agua, el suministro de materias básicas, energía y otros recursos, y en otras áreas, como las actividades de esparcimiento. Los sistemas sostenibles de agricultura y aprovechamiento de la tierra repercuten directamente en los componentes y operaciones de las ecologías locales. Casi todos los ecosistemas han dado cada vez más importancia a los sistemas de ordenación, aunque los resultados varían enormemente.

La agricultura y la correspondiente utilización de la tierra pueden tener efectos benéficos o nocivos. En la práctica, los efectos de los sistemas agrícolas se han integrado íntimamente con el funcionamiento normal de la mayor parte de los ecosistemas. La agricultura puede condicionar el volumen y calidad del suministro de agua para las actividades industriales y la vida urbana, mediante el mantenimiento de las cuencas hidrográficas, la infiltración y un nivel estable de fluctuación en la capa freática. Puede ayudar también a combatir la erosión y, por lo tanto, las escorrentías excesivas que producen daños aguas abajo. En este último caso, el efecto económico es indirecto y prolongado.

Los beneficios ambientales directos de la agricultura son los siguientes: reducción de la contaminación como consecuencia de la ordenación de los suelos y de la vegetación; crecimiento de la biomasa y de la fijación de los nutrientes gracias a los cultivos mixtos, la explotación de la tierra y la aplicación de fertilizantes; mayor capacidad de recuperación del ecosistema, mediante técnicas que combaten la erosión.

La agricultura puede tener también efectos negativos en los ecosistemas y en la renovación de los recursos naturales. Como ejemplos cabe citar las partidas agrícolas con utilización excesiva de insumos químicos, riego y sistemas de labranza mecanizados. En la mayor parte de los casos estos sistemas son muy especializados y utilizan sistemas de producción con funciones múltiples pero con desventajas significativas. Los principales efectos negativos son la contaminación, la pérdida de resistencia y de diversidad de los ecosistemas cultivados y la ausencia de renovación de la estructura de los suelos, que hace que la tierra sea mucho más vulnerable a las conmociones externas y reduce su capacidad de recuperación después de esas crisis. Así ocurre, por ejemplo, durante la estación seca, cuando el suelo ha perdido la capacidad de almacenamiento del agua o cuando las fuertes precipitaciones han provocado una fuerte erosión debida a la pérdida de la estabilidad estructural de la tierra cultivable.

Los cambios en el medio ambiente resultan preocupantes en muchos niveles. La negociación y aplicación de los acuerdos internacionales ha adquirido gran importancia como mecanismo de influencia en las prácticas adoptadas en la utilización y ordenación del medio ambiente. La serie de convenios y convenciones establecidos desde la Cumbre de Río, en particular los relacionados con la biodiversidad, el cambio climático y la desertificación, tienen repercusiones directas en la agricultura. En ellos se establecen directrices y objetivos para conservar algunos recursos fundamentales. Se ha prestado particular atención a los peligros de la reducción de la biodiversidad, que representa una pérdida definitiva de material genético, y al nivel de emisiones, que puede contribuir al cambio climático mundial.

En recuadro que se adjunta más adelante puede observarse la validez del concepto de CMFAT para ayudar al sector agrícola a responder a los problemas mundiales concretos del cambio climático, la desertificación, la biodiversidad, la calidad y disponibilidad del agua y la contaminación, a alentar los efectos beneficiosos, limitar las consecuencias nocivas en el entorno circundante, aumentar la capacidad de resistencia de los recursos renovables y tener en cuenta los posibles efectos acumulativos

No obstante, en lo que se refiere a la función ambiental en general, el concepto de CMAT puede contribuir a intensificar los vínculos existentes entre la agricultura y las propiedades biológicas y físicas del entorno natural. El fortalecimiento de las capacidades de las instituciones locales para garantizar la ordenación sostenible de los recursos locales es fundamental. A fin de estimular la inversión y la planificación a más largo plazo, los agricultores deben tener la confianza de que pueden tener cierta seguridad en la tenencia de las tierras, bien mediante unos derechos de propiedad adecuados, sistemas de acceso controlado, u otros procedimientos. Cuando los derechos de acceso a los recursos son poco claros, están desfasados o han quedado relegados por otras formas de derecho, o sencillamente no se cumplen, es más probable que los usuarios utilicen los recursos para conseguir sus propios objetivos inmediatos. Los recursos no se administran tal vez en forma sostenible ni se renuevan, y acaban agotándose. Ello vale igualmente en el caso de los bosques, las tierras de pastos, los recursos hídricos, las pesquerías y la fauna y flora silvestres. Estas condiciones dan lugar inevitablemente a conflictos. La resolución duradera de diferencias exige el respeto a las normas, independientemente de que éstas se hayan establecido en un nuevo contrato entre los nuevos usuarios o en relación con el Estado y otros partes interesadas. En todas estas circunstancias, se necesita un sistema de supervisión e imposición de sanciones en caso de incumplimiento de las normas.

RECUADRO 4: EJEMPLOS DE VALIDEZ DEL CONCEPTO CMFAT EN RELACIÓN CON ALGUNOS PROBLEMAS ESPECÍFICOS DEL MEDIO AMBIENTE MUNDIAL

Cambio climático

En lo que respeta al calentamiento de la atmósfera en los veinte próximos años, las emisiones de la agricultura representarán, según las emisiones, aproximadamente un tercio del total. La deforestación con fines agrícolas y las prácticas de roza y quema contribuyen en manera importante a las emisiones de carbono. La agrosilvicultura y los medios de vida sostenibles basados en los bosques, incluidos los productos no madereros, son alternativas excelentes.

La agricultura puede ayudar a combatir el efecto invernadero, sobre todo mediante una mejor ordenación del uso de fertilizantes nitrogenados y sustituyendo el carbono mediante el uso de biocombustibles. La reducción significativa de la combustión y de la exposición superficial con formas de labranza especiales puede reducir las emisiones de CO2. Además, la utilización más intensiva de materia orgánica puede contribuir a la retención del carbono en los suelos, que es una de las principales funciones de los ecosistemas cultivados.

Éste es uno de los aspectos en que más directamente se puede aprovechar el concepto de CMFAT y algunos de sus posibles beneficios paralelos. Las políticas encaminadas a estimular nuevas prácticas podrían combinar la capacitación de los productores con la prestación de incentivos financieros. Las negociaciones de Kioto y Buenos Aires a cerca de la convención sobre el clima están orientando las políticas hacia ese tipo de medidas. Entre ellas cabe citar el "mecanismo para un desarrollo limpio" y las propuestas sobre un mercado de "derechos de emisión". Cualquiera que sea el instrumento elegido, la disponibilidad de financiamiento permitirá alentar la difusión de actividades de fijación, sustitución y reducción de las emisiones de carbono.

Desertificación

La agricultura y la silvicultura pueden contribuir a limitar la desertificación. (ver el FAO/Netherlands Background Paper 3: Drylands, 1999). Muchas técnicas se han comprobado y utilizado ya, en particular la ordenación de cuencas

hidrográficas utilizando técnicas de almacenamiento de agua, prácticas para evitar la escorrentía, plantación de árboles y de especies que contribuyan a la fijación del suelo y obras de desmonte para controlar el agua. Para laaplicación se requiere una detallada coordinación técnica que permita una coherencia en la ejecución y la producción de efectos sinérgicos Para lograr sus objetivos, los propietarios y usuarios de tierras y recursos naturales deben ponerse de acuerdo en cómo se deben realizar, financiar y programar las actividades. Las comunidades locales pueden beneficiarse en su conjunto de estos progresos, pero los individuos y los grupos sociales pueden perder y ganar en diverso grado.

Estas medidas presuponen una importante capacidad institucional de negociación y mediación. Los éxitos conseguidos demuestran que la población muchas veces es muy consciente de los problemas implicados y está dispuesta a aceptar soluciones que requieren gran esfuerzo, tanto en lo que respecta a la inversión física como a la demostración de buena voluntad en la negociación y ejecución. Las negociaciones deben abarcar todas las dimensiones de las transformaciones propuestas, y una detallada definición de la responsabilidades, tareas y beneficiarios. La ayuda -sea financiera o material- debe orientarse en forma muy cuidadosa con el fin de alentar las inversiones necesarias.

Biodiversidad

La agricultura produce importantes efectos en la biodiversidad, tanto en las explotaciones como fuera de ellas. Por otro lado, la biodiversidad, incluidas las especies domesticadas y silvestres, es, de distintas formas y en distintos niveles, la base de la agricultura. (ver el FAO/Netherlands Background Paper 1: Agricultural Bidiversity, 1999). Los recursos genéticos agrícolas y ganaderos constituyen los principales elementos productivos de la agricultura, y la diversidad genética de los cultivos y animales permite una constante mejora y adaptación a las nuevas necesidades, mediante la evolución y la selección genética deliberada. En un plano diferente, otros componentes de la biodiversidad ofrecen servicios ecológicos fundamentales para los sistemas de producción agrícola: los organismos del suelo garantizan el ciclo de los nutrientes, y los depredadores naturales son un medio de combatir las plagas, por ejemplo. La diversidad en el plano de los ecosistemas o los paisajes es también muy importante, ya que proporciona estabilidad en los sistemas de producción.

Las distintas prácticas agrícolas pueden repercutir en la diversidad biológica de forma positiva o negativa. El manejo integrado de las plagas, por ejemplo, puede ofrecer una protección frente a los depredadores naturales. La conservación de la materia orgánica del suelo puede tener efectos sinérgicos, estabilizando las poblaciones enemigas naturales mediante el apoyo a sus fuentes alternativas de alimentación. El uso de especies autóctonas tradicionales puede conservar recursos genéticos agrícolas de importancia mundial. Los cambios en las prácticas agrícolas, y las nuevas tecnologías, pueden incrementar o mermar la diversidad biológica agrícola.

Calidad y disponibilidad del agua

La mayor demanda de agua para la agricultura, la industria y las zonas urbanas está intensificando la competencia y los posibles conflictos en muchas regiones (ver el FAO/Netherlands Background Paper 6: Water,

1999). La agricultura puede contribuir en forma decisiva al almacenamiento de agua mediante técnicas de conservación en la tierra. Los progresos individuales y locales están vinculados a los beneficios sociales comunes. El mantenimiento de los bosques puede facilitar la infiltración de agua, con beneficios de alcance general. Las negociaciones, contratos e incentivos estimulan el interés de los usuarios de la tierra, que de lo contrario quizá preferirían eliminar los árboles y practicar la agricultura en vez de mantener o replantar el bosque. Existen también nuevas técnicas que pueden compaginar el uso agrícola de la tierra con la infiltración del agua, por ejemplo utilizando una cubierta vegetal que reduzca la escorrentía, y mediante combinaciones de energía hidroeléctrica, abastecimiento de agua potable y riego por gravedad.

En el plano nacional y regional, los organismos públicos de ordenación de cuencas hidrológicas pueden diseñar y adoptar medidas e instrumentos que sirvan de incentivo. En el plano internacional, la promoción de mejoras conjuntas en la ordenación de las aguas internacionales está basada en convenios y en mecanismos financieros, como el Fondo para el Medio Ambiente Mundial.

Contaminación

Son muchas las soluciones existentes para reducir la contaminación, entre ellas la aplicación del principio "quien contamina, paga", las negociaciones de contratos para reducir la contaminación y los incentivos públicos para combatirla. La mayor parte de los países están adoptando y aplicando una legislación ambiental que establezca un marco para la resolución de diferencias. Hay también muchas soluciones técnicas que se pueden aplicar en la agricultura. Se pueden introducir cambios, por ejemplo, en las técnicas de producción agrícola para el manejo integrado de plagas, la limitación del uso de fertilizantes y la utilización de cultivos y árboles para reciclar los nutrientes perdidos por lixiviación. Pueden ser también útiles las innovaciones industriales, como el tratamiento de los desechos animales para su transformación en energía y fertilizantes comercializables, la encapsulación múltiple de fertilizantes con el fin de liberar los nutrientes sólo en cantidades limitadas y en condiciones específicas de humedad y temperatura, y la producción de moléculas químicas inocuas.

2.2.3 La función económica

La principal función de la agricultura y la silvicultura es la producción física de bienes. Estos son principalmente alimentos destinados al consumo humano o al comercio (en forma de productos básicos). La producción primaria permite obtener también piensos y forrajes para el consumo animal, materias primas destinadas a la producción de energía (por ejemplo, para la cogeneración de calor y energía utilizando alcohol), biogás, (ver el FAO/Netherlands Background Paper 2: Bioenergy, 1999), sustancias farmacéuticas, y otros productos útiles en relación con el vestido, el hábitat y otros usos.

La agricultura continúa siendo una fuerza importante para sustentar el funcionamiento y crecimiento de toda la economía, incluso en sociedades altamente industrializadas con pequeñas poblaciones rurales. La inversión o alguna nueva actividad, vinculada por ejemplo a la diversificación de la producción o a un mayor nivel de actividad, puede conseguir que la agricultura y la utilización correspondiente de la tierra generen efectos económicos tanto en las actividades iniciales como finales del ciclo productivo. En lo que respecta a la demanda, la agricultura requiere insumos en forma de mano de obra, diversos servicios y capital financiero. En cuanto a los resultados, la agricultura suministra productos y servicios que se elaboran, transportan, comercializan y distribuyen. Existen muchas vinculaciones con otros sectores. Todos estos efectos económicos se pueden estimar utilizando cálculos económicos y contables.

La evaluación de los beneficios y efectos de la agricultura va más allá de la función de producción primaria. La valoración de las distintas funciones incluye la proyección de los posibles beneficios a corto, medio y largo plazo. La complejidad y madurez del desarrollo de los mercados es fundamental para la función económica. (ver el FAO/Netherlands Background Paper 4: Environment and Trade, 1999). El nivel de desarrollo institucional es decisivo, y lo mismo cabe decir de las posibilidades de la base de recursos naturales sostenibles para la producción de bienes y servicios.

2.2.4 La función social

Las funciones sociales de la agricultura incluyen consideraciones importantes para todas las naciones, desde las más industrializadas a las menos desarrolladas. El CMFAT reconoce los efectos negativos de las actuales prácticas agrícolas una vez que se han detectado y permite a las partes interesadas buscar medidas que no sólo los corrijan o mitiguen sino que permitan utilizar también las posibles sinergias. Los objetivos inmediatos son aumentar la viabilidad de las zonas rurales y sus comunidades y sustentar los valores culturales relacionados con la agricultura y la tierra tanto en las sociedades urbanas como rurales. No obstante, estos objetivos se consiguen de diferentes maneras, y con diferentes resultados.

Las zonas rurales están asociadas con los conceptos de "cultura", "tradición" e "identidad", que se consideran como realidades positivas, o incluso fundamentales. No obstante, las comunidades agrarias han sufrido transformaciones dramáticas. Por ejemplo, la migración de la mano de obra a las ciudades y los contactos con estos centros tienen grandes repercusiones en los ingresos y recursos rurales. En las zonas agrícolas más marginales, las poblaciones residentes dependen ahora del intercambio permanente con el exterior y de la llegada de remesas. Los vínculos con los mercados urbanos y, en muchos casos, internacionales son características habituales de las economías rurales. La dinámica tradicional y más reciente entre las zonas rurales y urbanas puede tenerse en cuenta en los análisis basados en el concepto CMFAT.

Este concepto tiene la ventaja de que no se centra exclusivamente en la producción, pues considera que ésta no es la función única ni, necesariamente, la más importante de la agricultura para las sociedades rurales contemporáneas. Este planteamiento comprende una gran variedad de actividades en relación con la tierra y la base de recursos, incluida la atención a algunas características naturales vitales, el mantenimiento de las actividades secundarias y terciarias relacionadas con la agricultura y la tierra, la conservación del patrimonio histórico y cultural, el esparcimiento y la migración de retorno de las personas retiradas. La integridad de las culturas locales y nacionales está muchas veces arraigada en sistemas de creencias e ideas que han aparecido gradualmente en las zonas rurales. Por ello, la viabilidad social no depende únicamente de la "función alimentaria".

La importancia de la función social resulta evidente cuando se tienen en cuenta las zonas rurales de las naciones más industrializadas, que tienen sólo una modesta importancia directa para el empleo y los ingresos nacionales. No obstante, las funciones socioculturales de la agricultura y la tierra se aplican igualmente a muchos países con ingresos medios, así como a otras sociedades rurales vinculadas a las zonas urbanas o a otras formas de actividad generadora de ingresos. Los aspectos sociales de la urbanización y de la emigración deben tenerse también en cuenta, sin adoptar medidas preconcebidas sobre las ventajas o desventajas relativas de estos procesos.

Otra serie de cuestiones está relacionada con el bienestar general de las poblaciones rurales. Las descripciones en múltiples escalas y niveles pueden registrar la considerable variación local en las condiciones sociales, además de especificar los vínculos fundamentales con los niveles subregionales y de otro rango. Al documentar la experiencia, la evaluación puede considerar también la importancia de las cuestiones relacionadas con la diferencia entre el hombre y la mujer, la edad, la estratificación, las categorías sociales, la equidad, el acceso diferencial a los recursos y la igualdad de oportunidades. El resultado del análisis se puede utilizar para evaluar y condicionar la dirección de las futuras intervenciones en la agricultura, teniendo en cuenta la necesidad de mantener los servicios básicos y las oportunidades económicas necesarias para que las zonas rurales continúen siendo atractivas para los miembros de la comunidad. En este contexto, conviene señalar la necesidad de escuelas, dispensarios y otros servicios de salud, la seguridad, las comunicaciones, las carreteras y el transporte.

La disponibilidad de información y educación puede considerarse también dentro de la función social, aunque estas cuestiones se entremezclan con las otras funciones. Especial importancia reviste la valoración de los conocimientos locales y el establecimiento de relaciones entre las comunidades locales y las fuentes externas de conocimientos técnicos, información y asesoramiento. La eficacia de las políticas sobre información pública depende de la existencia de una expresión de voluntad colectiva de la población local para conseguir que la sociedad pueda continuar viviendo de manera sostenible. Ello se manifiesta a veces de forma expresa, cuando lo dirigentes locales se convierten en portavoces, o implícita, cuando el crecimiento y el desarrollo de las actividades locales crean una actitud favorable dentro de la comunidad.

En los casos en que la agricultura ha alcanzado un grado notable de especialización y hace una utilización más bien intensiva de los insumos producidos por la industria química, el paisaje ha cambiado de forma notable y, en algunos casos, la contaminación se ha generalizado. La población de algunas sociedades, sobre todo en las que tienen un alto nivel de industrialización y de ingresos, ha manifestado gradualmente su preferencia por formas de agricultura que conservan al menos en parte los paisajes históricos y reducen la contaminación. La demanda se expresa de diferentes maneras: en la política, mediante la aparición de partidos y programas "verdes", grupos o asociaciones de conservación de la naturaleza; en el mercado, por la aparición de una demanda de turismo rural y de productos de alta calidad, que transmiten una visión positiva -y hasta idealizada, en muchos casos- de los paisajes y culturas rurales. Esta demanda se puede manifestar en forma tanto pública como privada. Hay una demanda cada vez más clara de productos agrícolas "tradicionales" y artesanales. Para poder atenderla, la calidad debe certificarse mediante una denominación de origen controlada, la observancia de las especificaciones técnicas y un control eficaz de la calidad. A fin de obtener estos productos, los consumidores están dispuestos a pagar un precio más alto que por un artículo estándar equivalente. Los productores deben atenerse a reglamentos más estrictos en el caso de algunos productos (por ejemplo, en lo que se refiere al cuidado y alimentación de los animales).

Pero la demanda de conservación de los paisajes y culturas rurales no se agota con la demanda de los productos de la tierra. Hay también una demanda que tiene todas las características de la demanda pública: la de lugares de esparcimiento a los que todos tienen acceso (carácter no exclusivo). Así ocurre con los paisajes rurales. Algunos de estos atractivos se pueden expresar en forma de demanda de turismo y de ocio (hoteles, restaurantes, visitas a los museos, espectáculos). El mantenimiento de la demanda requiere la conservación de los aspectos visuales del paisaje original (terraplenes o infraestructuras preexistentes, setos, árboles y arboledas, uso de materiales locales para la construcción, técnicas, etc.). Incluso los paisajes fuertemente transformados como consecuencia de una intensa presión demográfica, por ejemplo, las zonas costeras y otras regiones del litoral, se están modificando cada vez más para recuperar su carácter original.

Finalmente, muchas partes interesadas -en diferentes niveles y escalas- son la clave para el futuro de la agricultura y la tierra. Las preferencias y acciones de las partes interesadas en relación a los bienes y servicios se expresan directamente a través de los mercados, e indirectamente mediante las instituciones públicas (locales, estatales o de otro tipo). Estas están al centro de cuestiones de liderazgo efectivo, toma de decisiones y potenciamiento en el nivel local, subregional y nacional. En lo que se refiere al alcance local, las partes interesadas son los agricultores y otros grupos directamente relacionados con la producción, así como los grupos de gestión y propiedad de las tierras. Intervienen también servicios rurales no agrícolas, con la banca y la administración.

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