I. Marco Estratégico global

 

 

Hacia el 2015

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En el año 2015 la FAO celebrará su 70º aniversario. ¿Qué estará haciendo entonces? ¿Qué hay que hacer desde ahora hasta entonces? Ante el cambio de siglo y de milenio, los Miembros de la FAO han decidido abordar estas cuestiones mediante la elaboración de un Marco Estratégico que sirva de orientación a la labor de la Organización durante los 15 próximos años.

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Las preguntas de hacia dónde debe ir la FAO y lo que deberá estar haciendo en el año 2015 están vinculadas de manera inevitable a la cuestión del tipo de mundo del que formará parte. Al tratar de anticipar lo que deparará el futuro, la única certeza real es la incertidumbre. Las proyecciones demográficas y económicas indican solamente una hipótesis probable basada en las tendencias presentes.

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De acuerdo con las últimas proyecciones demográficas de las Naciones Unidas, se supone que la población mundial crecerá como promedio a un ritmo aproximado de 75 millones de habitantes al año hasta el 2015, cuando se prevé que alcanzará los 7 200 millones de habitantes. Más del 90 por ciento del aumento corresponderá a la población que vive en lo que ahora es el mundo en desarrollo. Se estima que en el año 2015 la población de África será un 55 por ciento superior a la de 1995, mientras que la de las demás regiones en desarrollo en total será cerca de un tercio mayor.

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El crecimiento económico a plazo medio (hasta el 2005) se prevé que será más sostenido en el mundo en desarrollo considerado en conjunto que en los países desarrollados, aunque con diferencias notables entre los distintos países. Sin embargo, el cambio de la distribución mundial de la riqueza entre los países será probablemente lento; en la actualidad, el 78 por ciento del PIB mundial corresponde a países de ingresos elevados, que cuentan con el 15 por ciento de la población de todo el mundo, mientras que de países de bajos ingresos, que tienen el 35 por ciento de la población mundial, procede sólo el 2,5 por ciento. Además, como han demostrado los recientes acontecimientos que han llevado a la inestabilidad financiera regional/mundial de 1997/98, existe el riesgo de recesiones económicas, con los consiguientes efectos adversos para el empleo, la agricultura y la seguridad alimentaria.

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Cabe suponer que persistirá el hambre, aunque con unos niveles ligeramente atenuados. El número de personas con desnutrición crónica en los países en desarrollo se estima ahora en 791 millones para el período 1995-97. La región con el mayor número absoluto de personas desnutridas (524 millones) es Asia, mientras que la región que tiene la mayor proporción de la población desnutrida (28 por ciento) es África. A menos que se realicen grandes esfuerzos para mejorar el suministro de alimentos y superar las desigualdades, en el año 2015 la incidencia de la malnutrición en algunos países podría mantenerse aún hasta en un 30 por ciento de la población.

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Probablemente será cada vez mayor el número de personas con desnutrición crónica entre la población urbana pobre. La población actual del mundo, de 6 000 millones de habitantes, sigue siendo predominantemente rural. Sin embargo, se prevé que el número total de personas que viven en las zonas urbanas aumentará en más de 60 millones al año, y que para el año 2010 las zonas urbanas tendrán una población superior a la de las rurales. Se prevé que para el 2015 habrá 26 ciudades en el mundo, la mayoría de ellas en países clasificados ahora como en desarrollo, con una población de 10 millones de habitantes o más.

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La adopción de medidas nacionales e internacionales puede evitar o atenuar las consecuencias negativas de algunas de estas tendencias, particularmente para la seguridad alimentaria. Se espera que los sistemas políticos, económicos y sociales proporcionen las condiciones propicias necesarias para garantizar el acceso equitativo a los alimentos. La agricultura -en sentido amplio, con inclusión de la pesca y la silvicultura- tendrá que satisfacer las necesidades de una población en aumento y cada vez más urbanizada, protegiendo al mismo tiempo la base de recursos naturales en beneficio de las generaciones futuras.

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Dentro de este panorama general, cabe identificar varias tendencias y fuerzas importantes que probablemente influirán en las actividades futuras de la FAO, que pueden resumirse como sigue:

  • Mayor hincapié en que la función principal del Estado consiste en proporcionar un marco normativo y reglamentario favorable al desarrollo sostenible
  • Continuación de la mundialización y la liberalización del comercio, incluido el comercio alimentario y agrícola
  • Crecimiento del número de países del grupo de ingresos medios y mayor importancia de las agrupaciones regionales y subregionales
  • Persistencia de la pobreza y aumento de la desigualdad: crecientes diferencias entre ricos y pobres
  • Continuidad del riesgo de emergencias complejas y relacionadas con catástrofes
  • Nuevas exigencias planteadas a la agricultura, la pesca y la silvicultura en las sociedades cada vez más urbanizadas
  • Cambios en los hábitos alimentarios y creciente sensibilización del público con respecto a las cuestiones alimentarias (inocuidad y calidad de los alimentos) y ambientales
  • Aumento de la presión sobre los recursos naturales y competencia por su utilización
  • Constantes progresos en la investigación y en el desarrollo tecnológico y persistencia de la desigualdad en el acceso a sus beneficios
  • Aumento de los efectos de la tecnología de la información y de las comunicaciones sobre las instituciones y las sociedades
  • Cambios en la naturaleza y la composición de los fondos para el desarrollo agrícola
  • Cambios en la función y en la percepción pública del sistema de las Naciones Unidas
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Cada una de las tendencias presenta tanto riesgos como oportunidades para la Organización. Un Marco Estratégico para la respuesta de la FAO a los retos implícitos en esta hipótesis debe comenzar con el examen de la finalidad de la Organización.

 

Finalidad

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La finalidad fundamental de la FAO está establecida en el Preámbulo de la Constitución de la FAO (Recuadro 1), en el que se afirma la decisión de los Miembros de "fomentar el bienestar general, intensificando, por su parte, la acción individual y colectiva a los fines de:

  • elevar los niveles de nutrición y vida de los pueblos bajo su respectiva jurisdicción;
  • mejorar el rendimiento de la producción y la eficacia de la distribución de todos los alimentos y productos alimenticios y agrícolas;
  • mejorar las condiciones de la población rural;
  • y contribuir así a la expansión de la economía mundial y a liberar del hambre a la humanidad".
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El orden de los elementos en el Preámbulo y el nombre dado a la Organización, en el que se asocian la agricultura y la alimentación, fueron significativos en el sentido de que se reconoció tanto la necesidad imperiosa de asegurar una nutrición y unos niveles de vida adecuados para todos como la importancia de la agricultura para conseguirlos. En un informe presentado a la primera conferencia, celebrada en la ciudad de Quebec, en la que se estableció la FAO el 16 de octubre de 1945, se declaraba que "si hay un principio fundamental en el que se basa la FAO, es que el bienestar de los productores y el bienestar de los consumidores son idénticos en último término." El cometido de la FAO consistiría en buscar y poner de relieve el "marco más amplio" dentro del cual se consideraba que los intereses de los consumidores de alimentos y los intereses de los productores agrícolas eran los mismos. Por otra parte, como se puso de manifiesto en el Artículo I de la Constitución, el término "agricultura" había de entenderse en un sentido amplio, con inclusión de la pesca, los productos del mar, los bosques y los productos forestales primarios.

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Con motivo de la celebración del cincuentenario de la FAO en 1995, se reafirmó que los objetivos de la FAO seguían siendo pertinentes, vitales y válidos. Esta fue una ocasión tanto para un examen de la experiencia pasada como para mirar hacia adelante. Hubo dos cosas que quedaron claras. La primera fue que se habían realizado progresos considerables en la alimentación y la agricultura en general y en la reducción de la proporción de personas con desnutrición crónica en la población del mundo en desarrollo. La segunda fue que, a pesar de todos los progresos, la población desnutrida seguía siendo un quinto del total mundial, y esto en términos absolutos significaba que había 800 millones de personas sin acceso a suficientes alimentos para satisfacer sus necesidades básicas.

 

Recuadro 1
CONSTITUCIÓN DE LA FAO

En el Preámbulo se declara que:

"Los Estados que aceptan esta Constitución, decididos a fomentar el bienestar general, intensificando, por su parte, la acción individual y colectiva a los fines de:

  • elevar los niveles de nutrición y vida de los pueblos bajo su respectiva jurisdicción;
  • mejorar el rendimiento de la producción y la eficacia de la distribución de todos los alimentos y productos alimenticios y agrícolas;
  • mejorar las condiciones de la población rural;
  • y contribuir así a la expansión de la economía mundial y a liberar del hambre a la humanidad;

constituyen por la presente la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, que en adelante se llamará la 'Organización', por cuyo conducto los miembros se informarán recíprocamente sobre las disposiciones que adopten y el progreso logrado en los campos de actividades enunciados anteriormente".

En el Artículo I el mandato de la FAO se define del siguiente modo:

"1. La Organización reunirá, analizará, interpretará y divulgará las informaciones relativas a la nutrición, alimentación y agricultura. En esta Constitución el término 'agricultura' y sus derivados comprenden también la pesca, los productos del mar, los bosques y los productos primarios forestales.

2. La Organización fomentará y, cuando sea pertinente, recomendará una acción nacional e internacional tendiente a realizar:

a) las investigaciones científicas, tecnológicas, sociales y económicas sobre nutrición, alimentación y agricultura;

b) la mejora de la enseñanza y administración en materia de nutrición, alimentación y agricultura, y la divulgación de los conocimientos teóricos y prácticos relativos a la nutrición y agricultura;

c) la conservación de los recursos naturales y la adopción de métodos mejores de producción agrícola;

d) la mejora de los métodos de elaboración, comercialización y distribución de productos alimenticios y agrícolas;

e) la adopción de una política encaminada a facilitar el adecuado crédito agrícola, nacional e internacional;

f) la adopción de una política internacional que favorezca los convenios relativos a los productos agrícolas esenciales.

3. Serán también funciones de la Organización:

a) proporcionar la asistencia técnica que soliciten los gobiernos;

b) organizar, en cooperación con los gobiernos interesados, aquellas misiones que puedan ser necesarias para ayudarles a cumplir con las obligaciones derivadas de la aceptación, por parte de los mismos, de las recomendaciones de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Agricultura y la Alimentación y de esta Constitución; y

c) en general, adoptar todas las disposiciones necesarias y adecuadas para alcanzar los fines de la Organización enunciados en el Preámbulo."

 

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En la Declaración de Quebec, aprobada por la Reunión Ministerial convocada en la ciudad de Quebec, Canadá, y luego suscrita oficialmente por la Conferencia de la FAO, los Miembros recordaron cada uno de los elementos específicos del Preámbulo y reafirmaron su apoyo político a la Organización para llevar a cabo "su misión de contribuir a la construcción de un mundo en el que todas las personas puedan vivir con dignidad y con la garantía de una seguridad alimentaria".

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Pusieron de relieve la promoción de la agricultura, la silvicultura y la pesca como sectores fundamentales en la búsqueda del desarrollo económico sostenible, el incremento de la influencia de los productores y consumidores de alimentos, la utilización sostenible de los recursos naturales para el desarrollo y la necesidad de fomentar la solidaridad mundial en favor del desarrollo sostenible. En sustancia, la Declaración de Quebec reafirmó los principios básicos sobre los cuales se fundó la FAO. Sin embargo, se formuló de manera que quedaran plasmados los cambios de perspectiva basados en cincuenta años de experiencia y en los nuevos paradigmas surgidos o aceptados como resultado de esa experiencia.

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Los nuevos paradigmas se mostraron aún con mayor claridad en los resultados de la serie de conferencias y cumbres internacionales convocadas en los años noventa. En ellas se generó un amplio consenso internacional sobre el desarrollo, como respuesta común de la comunidad internacional a la situación existente al final del siglo XX. Se destacó en particular la necesidad de un ataque concertado contra la pobreza y la degradación del medio ambiente. Sin embargo, todavía quedaba pendiente una concentración mayor en la necesidad imperiosa de abordar el problema del hambre, por ser la manifestación más extrema e inaceptable de la pobreza, y en la doble necesidad de producir suficientes alimentos para la población y de proteger y mantener al mismo tiempo los recursos del planeta. Correspondió a la Cumbre Mundial sobre la Alimentación valerse de los acuerdos alcanzados en foros anteriores a fin de añadir el aspecto fundamental de la seguridad alimentaria al programa de acción para el siglo XXI.

 

La Cumbre Mundial sobre la Alimentación - un nuevo punto de referencia

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En el mismo período de sesiones de 1995 en el que aprobó la Declaración de Quebec, la Conferencia de la FAO decidió convocar la Cumbre Mundial sobre la Alimentación. La Cumbre, que tuvo lugar un año más tarde, fue la primera reunión mundial al más alto nivel político que se centró exclusivamente en la seguridad alimentaria, y al aprobar la Declaración de Roma sobre la Seguridad Alimentaria Mundial y el Plan de Acción de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación renovó el compromiso de la comunidad internacional de garantizar alimentos para todos. La Declaración enuncia la meta última y el objetivo inmediato: "Prometemos consagrar nuestra voluntad política y nuestra dedicación común y nacional a conseguir la seguridad alimentaria para todos y a realizar un esfuerzo constante para erradicar el hambre de todos los países, con el objetivo inmediato de reducir el número de personas desnutridas a la mitad de su nivel actual no más tarde del año 2015."

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Un elemento común a todas las declaraciones y planes de acción aprobados por las conferencias mundiales es el relativo a la responsabilidad nacional y a la solidaridad internacional. Las metas establecidas sólo pueden alcanzarlas los Estados, pero se hace un llamamiento a las instituciones multilaterales para que, cada una con arreglo a su mandato y dentro de su esfera de competencia, les presten asistencia y apoyo en ese empeño.

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Por consiguiente, la FAO debe cumplir la importante función de prestar asistencia a los países para aplicar las disposiciones del Plan de Acción de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación que corresponden a la esfera de su mandato, y de supervisar, a través de su Comité de Seguridad alimentaria Mundial (CSA), los progresos realizados en la consecución de los objetivos de la Cumbre. El Plan de Acción es, pues, fundamental para definir los objetivos de la FAO.

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Al mismo tiempo, la Organización tiene importantes responsabilidades, dentro del sistema de las Naciones Unidas, tanto por lo que respecta a la ayuda para aplicar determinadas partes del Programa 21, aprobado por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD) como a aspectos de otras conferencias de las Naciones Unidas referentes, entre otras cosas, a la mujer, la infancia, la población y el desarrollo social.

 

Metas mundiales

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A la luz de los Textos Fundamentales de la FAO, es posible determinar tres metas de alcance mundial relacionadas entre sí para cuya consecución la Organización presta asistencia a sus Estados Miembros:

  • Acceso de todas las personas en todo momento a alimentos suficientes, nutricionalmente adecuados e inocuos para asegurar la reducción del número de personas desnutridas a la mitad de su nivel actual no más tarde del año 2015.
  • La contribución ininterrumpida de la agricultura y el desarrollo rural sostenibles, con inclusión de la pesca y la silvicultura, al progreso económico y social y al bienestar de todos.
  • La conservación, el mejoramiento y la utilización sostenible de los recursos naturales, con inclusión de la tierra, el agua, los bosques, las pesquerías y los recursos genéticos para la alimentación y la agricultura.
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Para formular estas metas se han tenido en cuenta diversos textos acordados en otras tantas conferencias internacionales, y en particular la Cumbre Mundial sobre la Alimentación y la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo. Es necesario subrayar que al establecerlas no se ha pretendido reiniciar los debates que tuvieron lugar en esos foros y que esas metas no abarcan todos los aspectos debatidos en ellos. La finalidad, más bien, consiste en señalar aquellos aspectos de los problemas en los que se espera una contribución de la FAO, a la luz de su mandato y su esfera de competencia.

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Para el logro de esas metas, la FAO debe basarse en un sólido conjunto de valores que definen su esencia como institución (Recuadro 2). Además, la Organización debe tener una idea clara de su misión y una visión de lo que constituye el éxito.

 

Recuadro 2
VALORES

El campo de acción de la FAO se refiere al más fundamental de los derechos y necesidades humanos, la superación del hambre, así como a unos sectores cruciales de la economía mundial: la agricultura, la actividad forestal y la pesca.

Hay una serie de valores fundamentales que se hallan en la base de la Constitución que los miembros aceptan al ingresar en la Organización, y que se enuncian en el juramento del cargo por el que se comprometen los funcionarios de la Secretaría:

  • Compromiso. Con una composición casi universal, la Organización se dedica a promover el bienestar común mediante la cooperación entre las naciones; a quienes prestan servicios en la Secretaría se les exige integridad y entrega a este ideal.
  • Independencia. La FAO constituye un foro en el que los Miembros tratan de alcanzar un amplio consenso, y una Secretaría imparcial es decisiva para ayudarles a conseguirlo.
  • Asociaciones. La FAO pertenece a una familia mundial de instituciones del sistema de las Naciones Unidas dedicadas a promover la cooperación económica y social internacional y que se relacionan con las mismas Naciones Unidas en virtud de lo dispuesto en el Artículo 57 de la Carta, y su personal pertenece a una Administración Pública Internacional fiel a principios comunes.
  • Competencia. Se espera que la FAO sea un centro de excelencia en su campo, con una Secretaría dedicada a conseguir los niveles más altos de eficiencia y competencia técnica.
  • Igualdad. La FAO está empeñada en promover la participación plena e igual de las mujeres en el desarrollo y el logro de una paridad entre hombres y mujeres en el personal de la Secretaría.
  • Diversidad. La fortaleza de la FAO se deriva también del respeto de distintos métodos y caminos para llegar a un destino común. Por ello, su Secretaría contrata personal de una base geográfica lo más amplia posible.
  • Unidad. Al unirse en la Organización, las naciones afirman su creencia en la necesidad de una acción colectiva y su voluntad de llevarla a cabo, y la Secretaría acepta lealmente aplicar las decisiones de los Miembros.

 

Misión

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En cumplimiento de los fines para los que se estableció la Organización (Preámbulo de la Constitución de la FAO) y respetando plenamente su mandato (Artículo I de la Constitución), la misión de la FAO es contribuir a construir para las generaciones presentes y futuras un mundo en el que impere la seguridad alimentaria.

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Durante los próximos 15 años ayudará a sus Miembros a: reducir la inseguridad alimentaria y la pobreza rural; garantizar un marco normativo y reglamentario favorable para la alimentación y la agricultura, la pesca y la actividad forestal; garantizar incrementos sostenibles del suministro y la disponibilidad de alimentos; conservar y fortalecer la base de recursos naturales; y generar conocimientos sobre la alimentación y la agricultura, la pesca y la actividad forestal.

 

Visión

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La visión de lo que constituye el éxito de la Organización radica en responder siempre a los ideales y necesidades de los Miembros y en ser reconocida por su función de dirección y por su cooperación para ayudar a construir un mundo en el que impere la seguridad alimentaria.

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Durante los próximos 15 años, la Organización será: un centro de excelencia y un proveedor autorizado de conocimientos y asesoramiento en sus esferas de competencia; un depositario y proveedor eminente de capacidades y servicios multidisciplinarios en sus esferas de competencia; un asociado activo de organizaciones de dentro y fuera del sistema de las Naciones Unidas que comparten sus metas y sus valores; una institución bien administrada, eficiente y eficaz en función de los costos; un agente movilizador de la voluntad y los recursos internacionales para prestar asistencia a sus Miembros, así como un administrador responsable de los recursos que se le encomienden; y un comunicador y defensor eficaz de sus propios objetivos y de los de sus Miembros.

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En la Parte II del presente documento se abordan las distintas formas en que la FAO traducirá esa orientación estratégica en estrategias concretas de actuación. Se subraya el desafío con el que se enfrenta la Organización, que no es otro que el de conjugar la continuidad de la finalidad con la flexibilidad en el enfoque en un mundo en evolución.