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1. Argentina

1.1. 2 776 656 km² es su extensión territorial (excluyendo Antártida e Islas del Atlántico Sur) poblada en 1991 por alrededor de 32,6 106 habitantes, de los cuales 85,7 por ciento viven en el medio urbano, siendo el país con menor proporción de población rural a nivel de la región como resultado de un fuerte proceso de migración rural-urbano desarrollado desde los últimos años de la década de los 50 hasta fines de la década de los años 60, manifestándose a partir de los años 70 una menor intensidad de dicho proceso. La modificación en las formas legales de tenencia de la tierra generaron la expulsión de un significativo número de arrendatarios y de titulares de otras formas de tenencia "no propietarias", acompañada de acelerados procesos de tractorización y cosecha mecánica sustitutivas de mano de obra. La tasa media anual de crecimiento demográfico en el lapso 1970-91, fue de 1,60 por ciento, mientras la del período 1980-91 fue 1,41 por ciento, una de las más bajas a nivel de la región.

1.2. En el año 1990 la PEA1 constituyó 38,1 por ciento de la población total, mientras en 1970 fue 38,9 por ciento, siendo esta variación un indicador de la disminución de la tasa anual de crecimiento demográfico bajo las características dominantes en el proceso de población del territorio. El 13 por ciento de la PEA de 1980 estaba en actividades agrícolas, estimándose una porción significativamente inferior en 1988 como resultado del proceso de concentración de tierra, que dio lugar a una disminución del número de pequeñas unidades de producción. La PEA en actividades industriales en 1980 fue estimada en 33,8 por ciento de la PEA total, suponiéndose, al igual que en el caso de la PEA agrícola, que en 1990 la porción debe haber disminuido. Esto no sólo por la sustitución de pequeñas y medianas unidades industriales por otras de tamaño mediano y grande, sino también por la recesión. En cambio la PEA en Servicios, como en todos los países de la región, aumentó su participación en la PEA total. En 1980 fue 53,2 por ciento y en los años posteriores se incrementó, pero no como consecuencia de exigencias generadas por el desarrollo sino como instrumento regulador de la desocupación. No obstante ello el desempleo urbano continuó creciendo (en términos porcentuales sobre la PEA urbana total) y en 1988 se estimó en alrededor de 6,3 por ciento, atenuado tanto por la metodología de medición como por el crecimiento de la "economía informal". Todos los indicadores parecieran indicar que en los próximos años la situación descripta tenderá a agudizarse.

1 Población Económicamente Activa.

1.3. Se trata de uno de los países con menor consumo per cápita de LE no sólo a nivel de los países incluidos en este informe, sino también de la región; 49 por ciento por debajo de Bolivia y 89,1 por ciento inferior a Guatemala. Además, con tendencia definidamente decreciente no obstante el potencial utilizable en usos donde podría reemplazar a otras fuentes con significativas ventajas, incluso ambientales.

1.4. El consumo per cápita de CV es de muy escasa significación y con tendencia definidamente decreciente, contrariamente a lo que ocurre en otros países de la región, como por ejemplo Brasil. El consumo en Argentina es 86,3 por ciento inferior al del citado país no obstante los cuantiosos volúmenes de LE y residuos que se dilapidan anualmente tanto en el proceso de extracción como en el de transformación de madera con fines industriales, y los no menos cuantiosos volúmenes de madera, LE y residuos de la deforestación con fines de ampliación de la frontera agrícola "externa" a las actuales unidades de producción agropecuaria, que se queman a "cielo abierto" sin aprovechamiento alguno y sí, en cambio, con los obvios impactos negativos sobre los ecosistemas intervenidos.

1.5. No existen estudios suficientes que posibiliten la realización de estimaciones que incluyan la producción total de LE y CV. Las estadísticas elaboradas a partir de la información del IFONA y aún de los Servicios Forestales de las Provincias resultan insatisfactorias ya que son el resultado de un débil poder de control de las extracciones, transporte y comercialización de la madera. Por ello, generalmente, las estimaciones de producción y consumo, en mayor grado las primeras, se encuentran subdimensionadas. Con tales restricciones, a continuación se inserta la información sobre producción y consumo de LE, CV y BZ (en 10³ bep).

AÑO

LE

CV

BZ

Producción

Consumo

Producción

Consumo

Producción

Consumo

1970

7372

2161

2445

1808

3454

3301

1975

4266

1743

1391

642

5314

5137

1980

4524

1405

1738

1016

6718

6488

1985

4122

1599

1297

375

5520

5239

1990

5138

2154

1592

843

4410

4150

Como puede inferirse, en cada año el volumen de LE no consumida como tal tiene como destino la producción de CV. La baja eficiencia del proceso de carbonización utilizado se mantiene relativamente estable alrededor de 5,5 t LE: 1 t CV, siendo una producción, no obstante la magnitud de LE utilizada con tal fin, bastante marginal en las zonas en que se efectúan aprovechamientos forestales por cuanto el objetivo principal de éstos es el abastecimiento a la industria (raqueado, Laminado, Compensado, Tableros de Fibra, Tableros de Partículas, Pasta para Papel, Papeles y Cartones, Tanino, Resinas, Colofonia y Trementina), además de la provisión de durmientes y postes. Las cifras dadas en el cuadro corresponden a las del SIEE de la OLADE, que en lo concerniente a la producción de LE aparecen subdimensionadas respecto a las informadas por IFONA, también subvaluadas.

1.6. En noviembre de 1988 IFONA-SAGyP informó sobre aspectos del sector forestal. A los fines de este documento cabe destacar:

1) La participación del sector en la generación del PBI fluctúa entre 0,1 y 0,3 por ciento anual, que no incluye la recolección de LE para uso en el sector rural.

2) La superficie ocupada por bosque y/o montes abarca poco más de 37,7 106 ha, alrededor de 13 por ciento de la superficie continental. Las formaciones nativas comprenden desde selvas tropicales a montes xerofíticos y bosques templado-fríos. La superficie boscosa implantada incluye unas 720 10³ ha de bosque implantado con especies exóticas; 45 por ciento pinos, 27 por ciento eucaliptus y 26 por ciento salicáceas, estando el resto integrado por numerosas especies.

3) En lo que va del siglo XX la superficie boscosa se ha reducido a menos de la mitad por el avance de la agricultura y la ganadería en desordenado crecimiento, con las obvias consecuencias ambientales, comunes al resto de los países analizados.

4) El aprovechamiento de los bosques nativos no responden a ningún plan de ordenación que incluya entre sus consideraciones la renta del recurso en horizonte de largo plazo, así como las dimensiones y características de la industria y los sistemas de aprovechamiento más adecuados a las características de cada zona. A ello debe agregarse la falta de información cuali-cuantitativa del recurso, su dinámica y el conocimiento acerca de los métodos de manejo más adecuados a cada tipo de formación.

5) Otro factor de degradación importante es la acción del fuego. Así, entre 1985 y 1987 se quemaron alrededor de 2,4 106 ha de bosques, matorral xerofítico y pastizales, en áreas donde el uso principal del suelo es la producción pecuaria.

6) La campaña de forestación iniciada hace cuatro décadas, aunque de magros resultados, atenuó la presión sobre el bosque nativo. La implantación de bosques con especies exóticas se hizo con fuerte apoyo financiero del Estado, insuficiente control y escasa asistencia técnica.

7) Del bosque nativo se extraen anualmente unos 3,5 106 m³ de rollizos y LE y del bosque implantado alrededor de 5 106 m³, éstos últimos destinados 27 por ciento al aserrado, 60 por ciento a pastas y 13 por ciento a tableros.

8) Las áreas protegidas abarcan unas 8,5 106 ha. Los suelos disponibles con aptitud forestal de alta productividad se estiman en 18 106 ha, no competivo el potencial uso forestal con la producción de alimentos. Además, hay unas 15 106 ha de suelos que requieren la implantación de bosques con fines de protección de cuencas, localizaciones urbanas, etc.

9) Las industrias madereras, en general, no aprovechan los residuos. En los aserraderos es manifiesta la insuficiencia de la capacidad instalada para secado y preservación, y el rendimiento del aserrío está por debajo del mínimo razonable. La capacidad instalada en el conjunto de estas industrias totalizan en alrededor de 11 106 t de rollizos, operando con alta capacidad ociosa, sobre todo los establecimientos de la industria de transformación mecánica.

10) La oferta y demanda de LE y CV operan con tendencia decreciente en razón de procesos de sustitución por combustibles líquidos y gaseosos.

11) Si los bosques nativos fueran aprovechados según normas básicas de conservación, extrayendo solamente la renta forestal mediante turnos de corte coincidentes con los ritmos de crecimiento de cada especie forestal, los volúmenes resultantes serían superiores a los actualmente extraídos (véase punto 7); estimándose que podrían estar en el orden de 4,7 106 m³.

1.7. En el marco del Proyecto Biomasa Forestal (IFONA) se dio a conocer una estimación sobre el recurso dendroenergético en el año 1987. En el mismo se destaca:

1) Las estimaciones se basaron en la existencia de unas 36 106 ha de bosques productivos, 2 por ciento de ellos corresponde a bosques implantados.

2) Las aproximadamente 36 106 ha de bosques nativos podrían proporcionar unas 12 106 t de dendroproducto. De este total 2,8 106 t corresponden a la producción de bosques energéticos y 9,2 106 t a la producción de bosques maderables. A la vez, las 9,2 106 t están compuestas por 5,2 106 t sin destino establecido, 3 106 t de residuos forestales y 1 106 t de rollizos industrializables. El proceso industrial, suponiendo una eficiencia de 50 por ciento, que en la práctica es inferior, genera unas 500 000 t de residuos.

3) De las aproximadamente 700 000 ha de bosques implantados, sólo unas 10 000 ha son de bosques energéticos y producen alrededor de 200 000 t La superficie restante produce unas 10 106 t, de ellas 6 106 se desaprovechan (residuos forestales) y las restantes se procesan en la industria como rollizos que generan 1,5 106 t de residuos.

4) En síntesis, la producción de los bosques nativos genera 2,8 106 t de LE (en los bosques dendroenergéticos) y 3,5 106 t de residuos mientras que los bosques implantados generan 7,5 106 t de residuos.

1.8. En septiembre de 1974 la SE² dio a conocer el BE de los años 1960 a 1972. Los resultados del BE (en 10³ tep) en cuanto al uso de LE y RV como fuentes energéticas y a su relación con el total de energía primaria (EP) fueron los siguientes:

² SE: Secretaría de Energía de la Nación.

AÑOS

LE

RV

TOTAL

TOTAL EP

(3)/(4)

(1)

(2)

(3)

(4)

(%)

1960

1164

1292

2456

13933

17,6

1964

955

1337

2292

22029

10,4

1968

1051

1076

2127

26425

8,0

1972

907

1112

2019

31847

6,3

Como puede inferirse del cuadro anterior, tanto la producción de LE como de RV y la participación del conjunto respecto a la producción total de energía primaria muestran una tendencia definidamente decreciente. Lo mismo sucede con el consumo (en 10³ tep) como puede observarse en el cuadro siguiente:

AÑOS

LE

RV

CV

TOTAL (1)

CONSUMO TOTAL (2)

(1)/(2) (%)

1960

540

1292

241

2073

13471

15,4

1964

390

1337

231

1958

16556

11,8

1968

357

1076

236

1669

19757

8,4

1972

289

1112

139

1540

23209

6,6

1.9. Dado que las informaciones disponibles para la elaboración de los BE respecto a la LE fueron parciales y no exentos de contradicciones, no es posible presentar un cuadro analítico sobre su estructura. El documento plantea la necesidad de una encuesta tendiente a la superación de los interrogantes existentes acerca de esta fuente. La información parcial sobre el consumo fue obtenido de la manera siguiente:

1) El consumo de los ferrocarriles, así como el de los Altos Hornos de Zapla y los ingenios azucareros fueron suministrados por dichas actividades.

2) El consumo de la industria tabacalera fue estimado en base a series de producción de tabaco y algunos indicadores provistos por el sector. A partir de 1973 se inició un proceso de sustitución de LE por gas natural en Salta y Jujuy.

3) El consumo de las panaderías fue estimado combinando métodos e indicadores no siempre totalmente satisfactorios. Las únicas series razonablemente confiables son las de producción de harina total, habiéndose tomado la serie de consumo de pan elaborada por el INDEC a partir de aquella, y con ella se estimó el consumo de LE pero no se pudo calcular la sustitución de ésta por GN u otros combustibles. Esto último se realizó utilizando estimaciones e indicadores correspondientes a otras industrias.

4) En cuanto al consumo doméstico rural y aún al urbano, se estima que los mismos son bastante superiores a los supuestos en el BE, pero la información disponible no posibilita elaborar una serie mínimamente coherente. Por ello se optó por no incluir en el BE el consumo de LE en el doméstico urbano, destacándose además la necesidad de realizar una encuesta tendiente a precisar el mismo.

5) En lo referente al consumo de CV, los valores detectados indican que sólo es significativo en los sectores doméstico e industrial, pero en éste último sólo en el subsector siderurgia. La serie correspondiente al consumo doméstico fue construida a partir del estudio realizado por Gas del Estado en 1972, del BE de 1961 y del Balance de Shell de 1966. El consumo en la industria siderúrgica fue tomado de Altos Hornos de Zapla.

6) En cuanto al consumo de RV se computaron sólo los de la industria manufacturera, lo que no implica desconocer la existencia de otros no captados en la elaboración de este BE.

7) En consecuencia, se asume que los consumos de LE, CV y RV se encuentran subestimados en magnitudes no conocidas.

1.10. En el documento del Plan Energético Nacional 1986-2000, dado a conocer por la entonces SE³, hoy SSE4, se informa sobre la estructura del consumo energético por sector (en por ciento sobre el consumo energético total) y los requerimientos por formas de energía (10³ tep) en el año 1984. Ellos son los siguientes:

ESTRUCTURA DEL CONSUMO


(%)

· Residencial Comercial y Público


27,2

· Industria


30,9

· Agropecuario y Forestal


6,0

· Transporte


35,9

TOTAL


100,0

REQUERIMIENTOS POR FORMA DE ENERGIA*



· Petróleo

22452

49,2

· Gas Natural

14922

32,7

· Carbón

617

1,4

· Hidroelectricidad

4668

10,2

· Energía Nuclear

1090

4,1

· Combustibles Vegetales

1858

4,1

TOTALES

45607

100,0

³ SE: Secretaría de Energía de la Nación.

4 Subsecretaría de Energía de la Nación. Fue dividida en Subsecretaría de Energía Eléctrica y Subsecretaría de Combustibles.

* Las unidades energéticas corresponden a energía primaria.

1.11. La información contenida en el Plan 1986-2000 posibilitó construir la serie de oferta interna y consumo (en 10³ tep) de LE, CV y RV pudiendo observarse que las bioenergías disminuyeron su participación sobre la oferta interna total, al igual que en términos absolutos.

1.12. En el estudio Energético Integral de la región del NEA5 O Noroeste, recientemente finalizado, se estimaron los consumos por uso y sector al año 1985. Comparando sus resultados, que se explicitan a continuación, con los citados en el punto anterior, puede inferirse una fuerte subestimación de los consumos de LE, CV y RV, por cuanto las magnitudes de éstos constituyen sólo una porción del total de los respectivos consumos nacionales, y si bien importantes no por ello dominantes en cuanto a participación. Lo mismo sucede en cuanto a la participación de las fuentes bioenergéticas en la satisfacción de las necesidades energéticas totales.

5 Integrado por las Provincias: Corrientes, Chaco, Entre Ríos, Formosa, Misiones y Santa Fe.

EVOLUCION DEL CONSUMO DE LE, CV y RV (en 10³ tep). AÑOS SELECCIONADOS DEL PERIODO 1970-1984

AÑO

 

OFERTA INTERNA

CENTROS DE TRANSFORMACION

CONSUMO POR SECTORES

OFERTA INTERNA

CEE

AH

CARBON

RESID.

TRANSP.

INDUST.

TOTAL

BIOENER.

1972

LE

1023

2


721

252

47

1

30485*

2236°

CV

339


88


251



29582**

339°

RV

1213

39





1174



1974

LE

999

3


740

225

16

15

35290*

2161°

CV

348


53


295



34686**

348

RV

1162

40





1122



1978

LE

762

3


573

179

2

5

28291*

1900

CV

324


87


237



36965**

324

RB

1138

43





1095



1982

LE

502

11


268

223



43041*

1721°

CV

151


100


51



38059**

151

RB

1219

70





1149



1984

LE

537



332

205



44208*

1858°

CV

188


139


49



39619**


RB

1321

61





1260



* Oferta interna en términos de energía primaria
** Oferta interna en términos de energía secundaria
° Es la suma de LE + RV

· Consumo en la región NEA (en 10³ Tep) de LE + CV + RV en el año 1985

674,6


De éstos, corresponde


a LE


479,3


a CV


36,5


a RV


158,8

· Consumo Total en la región

4667,9


· Participación (SS) de LE + CV + RV en el Consumo Total

14,5


Cabe agregar que el mayor consumo de RV en usos energéticos en el país está concentrado fuera de la región NEA, en la que sólo es importante el consumo de LE.

1.13. Los BE de la OLADE contienen subestimaciones aún mayores del consumo de bioenergéticos en el país, razón por la cual no se usaron en este estudio.

1.14. Cabe destacar la muy escasa preocupación o atención prestada al tema de la LE y de los bioenergéticos en general, no obstante el potencial de los bosques aprovechables con fines energéticos y la alta disponibilidad de residuos generados en la industria de la madera y en la extracción primaria de la misma.

1.15. La Ley Nacional N° 13273 de Defensa de la Riqueza Forestal rige la actividad en todo el país. La Ley confiere a los bosques el carácter de interés público y por lo tanto su uso queda sujeto a normas de aprovechamiento, aún cuando se trate de bosques en tierras privadas. Data de 1948 y está complementada por otras Leyes, Decretos y Resoluciones de carácter nacional y provinciales. Pero en la práctica ha resultado inoperante. En el orden nacional cabe también destacar la Ley N° 20531 de creación del IFONA (Instituto Forestal Nacional), la N° 21695 que promueve la implantación de bosques, la N° 22211 que tiende a promover el incremento de la productividad de tierras poco productivas y la N° 22428 sobre protección de suelos, pero el saldo de la aplicación de ellas no es muy diferente al mencionado en relación a la Ley de fondo.

1.16. Cabe señalar que al mes de junio de 1992 el IFONA se encuentra en proceso de "liquidación" y que la Ley N° 21695 fue derogada, estando en trámite el dictado de un Decreto que dé continuidad al fomento a la implantación de bosques, dotando como Autoridad de Aplicación a la SAGyP. La promoción está dirigida a productores medianos y grandes.

PODER CALORIFICO Y DENSIDADES MEDIAS UTILIZADAS

 

Unidades

DENSIDAD

PODER CALORIFICO INFERIOR

PODER CALORIFICO SUPERIOR

kg/l

Cal/l

Cal/kg

Cal/l

Cal/kg

· Carbón mineral (Nacional)






· Base húmeda

-

-

5900

-

6200

· Carbón Mineral (Nacional)






· Base seca

-

-

6340

-

6600

· Carbón mineral (Importado)

-

-

7200

-

7500

· Coque (Importado)

-

-

6800

-

7500

· Petróleo Crudo

0,885

-

10000

9250

10500

· Aeronaftas

0,709

7374

10400

8012

11300

· Motonafta

0,735

7607

10350

8232

11200

· Kerosene

0,808

8322

10300

8945

11070

· Agricol

0,810

-

-

8971

11075

· Gas oil

0,845

8619

10200

9211

10900

· Diesel oil

0,880 (1)

8800

10000

9416

10700

· Fuel oil

0,932 (2)

9134

9800

10080

10500

· Carbón residual (3)

1,000

-

7600

-

7900

· Coque de carbón residual

-

-

7200

-

7800

· Gas residual

-

11800/m³

-

12500/m³

-

· Gas natural

-

8300/m³

-

9300/m³

-

· Propano

0,508

5588

11000

6102

12013

· Butano

0,567

6180

10900

6735

11878

· Gas licuado

0,537

-

10950

6418


· Leña

-

-

2300

-

3500

· Carbón de leña

-

-

6500

-

7500

· Residuos






· Marlo de maíz

-

-

2300

-

3000

· Bagazo y cascara de arroz

-

-

1500

-

2000

Hidroelectricidad 1 kWh - 2.360 calorías
Gas de Coquería - 4.800/m³
Gas de Alto Horno de Carbón de Leña - 950/m³
(1) Desde 1971 a 1973: 0,860
(2) Desde 1960 a 1970: 0,960
(3) Base húmeda

BIBLIOGRAFIA

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* SECRETARIA TECNICA DE PLANIFICACION. DIVISION ENERGIA/OLADE. "Estudio de precios de los energéticos. Primer Borrador". Argentina, 1989. 71 págs.

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