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La administración del Valle del Volga

Por RAPHAEL ZON

El Nuevo Plan de Conservación de Quince Años de la U. R. S. S.

El plan de conservación de quince años recientemente anunciado por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, no se jacta de emplear métodos nuevos o revolucionarios. La rotación de los cultivos, la siembra en fajas, la captación de las aguas, la plantación de fajas forestales, la reforestación y la fijación de las arenas sueltas, son todos métodos ya bien conocidos y ensayados con éxito en muchos otros países. Lo extraordinario en este programa es la magnitud de la escala en que se ataca, el corto tiempo que se fija para llevarlo a cabo (15 años), y el propósito audaz de cambiar las condiciones climatéricas e hidrográficas de una vasta región.

El aspecto más significativo del plan es la forma integral de abordar el problema, la aceptación de que los factores que contribuyen al uso más productivo de la tierra están estrechamente relacionados y que para lograr un mejoramiento duradero del suelo, es preciso considerar y atacar el problema en su totalidad, con el auxilio de la ciencia. No se puede mantener por largo tiempo una agricultura productiva y estable si sus bosques degeneran y se convierten en terrenos estériles. Su abandono pone en libertad fuerzas destructoras. Con una densa cubierta forestal, la nieve y las lluvias penetran en la tierra y enriquecen el subsuelo humedeciéndolo. Pero en los que carecen de esta protección, el agua daña las tierras agrícolas, obstaculiza la navegación, perjudica la propiedad y pone en peligro la vida humana. Los suelos arenosos pobres que han sufrido un pastoreo excesivo o que han sido cultivados en forma inadecuada, se convierten en terrenos de arenas sueltas que, con el viento, invaden tierras valiosas para la agricultura. Como resultado de la erosión excesiva la tierra se ve cruzada por profundas torrenteras; el nivel de las aguas freáticas desciende. Sin la influencia reguladora del bosque, la tierra sufre los cambios extremos del tiempo. Las sequías son más frecuentes. El ambiente es menos hospitalario para el hombre. Fatalmente hay en el mundo demasiadas regiones así desoladas, prueba de la insensatez humana.

Planes y proyectos

La U.R.S.S. ha emprendido este gigantesco proyecto inspirada por un propósito definido y concreto. La Ukrania y la Rusia Central con sus suelos negros (chernozem), y la región del Volga y Caucasia del Norte con sus campos fértiles, comprenden las tierras agrícolas más ricas. Constituyen el granero de la población rusa. Sin embargo, toda esta región está expuesta a sequías periódicas debido a la proximidad de los desiertos de Kizel Kum y Kara Kum y los vientos secos que provienen de ellos por el este y el sudeste. En 1946 la región sufrió las consecuencias de una fuerte sequía y recientemente, en 1948, en muchos de los lugares en la cuenca del Volga se registraron también serias pérdidas en las cosechas debido a la misma causa.

La U.R.S.S. trata, por medio de su plan actual, de asegurarse contra los azares del tiempo y de crear en la región una economía rural sólida, variada y altamente productiva. La zona abarcada por este plan incluye las llanuras (estepas) y las semipraderas (praderas entremezcladas con bosquecillos naturales), que se extienden en su mayoría a lo largo del curso medio e inferior del río Volga en la región sudeste de la U.R.S.S. europea. La Rusia asiática no está incluida en el plan. Aun cuando las medidas de conservación se concentrarán en el este y en el sudeste, su propósito principal es el de formar una barrera protectora que defienda las tierras agrícolas que se encuentran más al oeste.

Este plan se divide en cinco actividades principales, cada una complemento de la otra, y todas dirigidas hacia un mismo fin: reducir la amenaza de las sequías y aumentar la producción agrícola.

Establecimiento de zonas o barreras forestales de protección

Estas zonas, diferentes a las fajas protectoras que circundan los sembrados y huertas, serán establecidas en las cordilleras, cerros, barrancas, márgenes de los ríos,. orillas de los lagos, y alrededor de los estanques y represas. En el establecimiento de estas zonas figurará en primer lugar la plantación, por el Ministerio de Silvicultura de la República Confederada, de ocho prolongadas y continuas zonas protectoras, orientadas en ángulo recto a la dirección de los vientos secos que provienen del sureste y este. Cada una de estas ocho zonas consistirá de 1 a 6 fajas forestales angostas y paralelas, de 30 a 60 metros de ancho cada una, separadas entre sí una distancia de 300 metros. La longitud total de las ocho zonas protectoras representará un total de más de 5,300 kilómetros, divididos como sigue:

De Saratov a Astrakhan, a lo largo de ambas márgenes del río Volga, se extenderá una zona forestal de 100 metros de ancho y 900 kilómetros de largo. Otra barrera abarcará desde Penza hasta Kamensk en la parte norte del Río Donetz. Esta zona que consistirá de tres fajas paralelas de árboles, cada una de 60 metros de ancho y con una distancia entre fajas de 300 metros, tendrá 600 kilómetros de largo. Una tercera zona, de 1,0 kilómetros de longitud, comprenderá desde Kamishin a Stalingrado, a lo largo de la división de vertientes entre el río Volga y uno de sus pequeños afluentes, el Ibovly, y consistirá de tres fajas paralelas de árboles cada una de 60 metros de ancho y separadas por una distancia de 300 metros. La cuarta zona, de 580 kilómetros de largo, abarcará desde Chapayevsk cerca de Kuibishev, hasta Vladimirovka, a la orilla del Volga. Esta zona protectora consistirá de cuatro fajas paralelas, cada una de 60 metros de ancho, separadas entre sí 300 metros. La quinta zona, desde Stalingrado a Cherkessk (Caucasia del Norte), que será de 570 kilómetros de largo, se compondrá de cuatro fajas angostas de 60 metros de ancho cada una y separadas por la misma distancia de 300 metros. La zona sexta, la más ancha y más larga, abarcará desde las estribaciones meridionales de los montes Urales hasta el Mar Caspio, y se establecerá a lo largo de las márgenes del Río Ural en una distancia de 1,080 kilómetros. Esta zona se compondrá de seis fajas paralelas, tres de cada lado del río. Cada faja tendrá 60 metros de ancho pero la distancia entre una y otra será solamente de 100 a 200 metros. La séptima zona protectora se extenderá 920 kilómetros a lo largo de las márgenes del río Don, entre Veronezh y Rostoy del Don, y consistirá únicamente de una faja de 60 metros de ancho. La octava zona forestal, a lo largo de las márgenes del curso superior del Río Donetz, abarcará una distancia de 500 kilómetros, desde Belgorod hasta el Río Don, y consistirá de sólo una faja de 30 metros de ancho. La zona forestal más ancha tendrá solamente un poco más de 2 kilómetros de ancho.

KAPTA

El propósito que se persigue con estas zonas forestales es el de aminorar la fuerza de los vientos cálidos y secos que provienen de los desiertos, evitar la erosión causada por el viento y el agua en los suelos fértiles de la zona del Volga y Caucasia del Norte así como de las tierras negras de la Rusia Central, mejorar las condiciones de humedad, y en general, modificar el clima de la región. Esta gigantesca empresa deberá quedar concluida para 1965.

El corolario de las medidas para la plantación de las fajas forestales protectoras es el decreto que determina los métodos especiales para la administración de los bosques naturales más o menos extensos que existen en las llanuras y semipraderas de la región. Estos macizos forestales se hallan en algunas de las zonas especialmente favorecidas y aunque no se pretende prohibir totalmente la explotación de los mismos, el corte estará sujeto a medidas restrictivas; no se permitirá la tala rasa; y los cortes y raleos deberán hacerse de acuerdo con las prácticas forestales más perfeccionadas con el fin de mejorar la parte restante del bosque y aumentar su densidad y crecimiento.

Establecimiento de cortinas de árboles o rompevientos alrededor de las tierras de cultivos y huertas de las granjas colectivas y del Estado

El establecimiento de estas fajas forestales constituye una ampliación, en escala mucho mayor, de una política puesta en práctica desde hace algún tiempo. Los agrónomos y científicos rusos dedicados al estudio de los suelos han señalado con énfasis, tomando como base los estudios efectuados y la experiencia adquirida a través de largo tiempo, la eficacia de las plantaciones de cortinas de árboles para proteger las siembras contra los vientos desecantes, para aumentar los rendimientos, conservar la humedad del suelo, y reducir el deterioro del mismo ocasionado por el viento y el agua, bajo las condiciones climatéricas de las regiones despobladas o semidespobladas de árboles. Estas plantaciones deberán extenderse en los próximos 15 años sobre una superficie de 5,709,000 hectáreas de granjas colectivas y del Estado. Las fajas protectoras en sí ocuparán en conjunto únicamente alrededor del 5 ó a lo más el 10 por ciento del área protegida. Las granjas colectivas tendrán a su cargo la plantación de fajas forestales en la mayor parte de la zona, es decir, en 3,600,000 hectáreas, así como también correrá por su cuenta el costo total que este trabajo origine. El Ministerio de Silvicultura se ocupará de la plantación en 1,500,000 hectáreas y el Ministerio de Granjas del Estado deberá plantar en las restantes 600,000 hectáreas.

Una original e interesante modalidad es la gratificación que se dará a los miembros de las granjas colectivas de acuerdo con el éxito que obtengan en la plantación. Si durante el primer año sobrevive una cantidad no menor del 80 por ciento de los árboles o arbustos plantados, se pagarán diez días extra por hectárea, además de lo que regularmente se pague por este trabajo. Si la supervivencia después del primer año excede del 85 por ciento, se contarán 15 días más de trabajo por cada hectárea plantada. Si en las plantaciones de dos o tres años vive cuando menos el 80 por ciento de los árboles y arbustos, incluyendo los árboles de la plantación original y los que se sembraron más tarde en los claros, se contarán 8 días de trabajo adicionales. Esto tiene como fin estimular tanto el cultivo de especies resistentes en los viveros como una plantación cuidadosa y la subsiguiente atención esmerada.

Se proporcionan instrucciones específicas respecto a las especies de árboles y arbustos que deberán plantarse en las 19 clases diferentes de suelos y bajo las diversas condiciones climatéricas. El ancho de las fajas deberá determinarse de acuerdo con la topografía del terreno y la finalidad a que estas plantaciones sean destinadas. Por ejemplo, para proteger terrenos planos, principalmente contra los vientos secos, las fajas deberán tener solamente de 10 a 20 metros de ancho; para proteger los campos contra la erosión producida al ser deslavados los suelos de la capa vegetal, la plantación deberá hacerse siguiendo las líneas de contorno, en fajes de 20 a 60 metros de ancho; y así sucesivamente, según las condiciones especiales de cada caso. El número de especies de árboles y arbustos apropiados para plantarse en las regiones despobladas o semipobladas de árboles es grande y variado, pero se señala la conveniencia de utilizar roble, siempre que sea posible, como la especie principal. Para obtener un resultado rápido y duradero, las fajes forestales deberán estar combinadas de forma que contengan una cantidad proporcionada de especies de rápido crecimiento así como de especies de crecimiento lento. Se ha establecido como regla general que las fajas forestales deberán contener de un 10 a un 15 por ciento de arbustos y árboles frutales. Mientras tiene lugar la plantación de las nuevas zonas protectoras a través del extenso territorio, las granjas colectivas y del Estado deberán restablecer por completo, con sus propios medios y trabajo, todas las fajas rompevientos anteriormente establecidas que fueron taladas o quemadas, o que sufrieron otros grandes daños como consecuencia de la guerra. Este trabajo deberá efectuarse en el curso de 1949 y 1950.

Fijación de las arenas sueltas por medio de la reforestación

Para proteger las tierras fértiles de la región del Volga, Caucasia del Norte, Ukrania y la Rusia Central, contra la invasión de arenas que provienen de las llanuras secas y semidesérticas cercanas hacia el este y sudeste, el plan exige que todas las tierras de donde provienen las arenas sueltas se estabilicen tan pronto como sea posible mediante la reforestación y la revegetación En los próximos seis años 1949 - 55 se plantarán aproximadamente 322,000 hectáreas con árboles de floresta resistentes a las sequías y arbustos adaptados suelos arenosos, de la manera siguiente: 22,400 hectáreas en 1949; 43,110 en 1950, y 256,500 entre 1951 y 1955. Para acelerar este proceso de estabilización se sembrará inmediatamente una extensa superficie con sorgo híbrido y ciertos pastos, convirtiendo las zonas arenosas en terrenos de pastoreo y campos de heno. Se ha dispuesto lo necesario para obtener suficiente semilla de sorgo de forma que se puedan sembrar 300 hectáreas en 1949; 20,000 hectáreas en 1950 y 100,000 hectáreas en 1951.

La plantación de las zonas forestales protectoras en perspectiva, el establecimiento de las cortinas de árboles alrededor de campos y huertas, y la forestación de los suelos de arenas sueltas fácilmente arrastradas por el viento, representan un vasto proyecto de reforestación. Una empresa de tal magnitud requerirá la recolección y almacenamiento de miles de toneladas de semillas de árboles y arbustos, el establecimiento de numerosos viveros forestales, una cantidad considerable de herramientas y equipos mecánicos, y un personal técnico numeroso. Por ejemplo, este plan demanda la siembra de cerca de 34,000 millones de arbolillos durante los próximos 6 años. Durante 1949 deberá poder disponerse de unos 3,000 millones de éstos, 4,000 millones en 1950, y el resto entre 1951 y 1955. Para poder contar con este número de arbolillos, el gobierno establecerá en 1949 - 50 alrededor de 230 viveros forestales adicionales; también existe el propósito de establecer viveros forestales especiales para que las granjas colectivas dispongan del material de plantación requerido para satisfacer sus propias necesidades. Un vivero forestal será establecido por cada 5 a 10 granjas colectivas; todos los demás aspectos del trabajo están proyectados en una escala de magnitud semejante.

Adopción de un sistema de rotación de cultivos apropiados a las condiciones de las llanuras y semipraderas

Aun cuando la plantación de zonas protectoras y fajes forestales está destinada a producir condiciones más favorables para la agricultura y asegurar la estabilidad de la misma, la adopción general de las prácticas agrícolas más perfeccionadas, especialmente las de rotación adecuada de cultivos, se considera esencial para obtener mayores rendimientos, para desarrollar la industria ganadera, la cría de ganado, y otras fases de la agricultura diversificada, aumentando de esta manera la producción agrícola en general. Por lo tanto, el plan trata detalladamente sobre la necesidad de introducir la rotación de cultivos en todas las granjas colectivas y del Estado situadas en las regiones despobladas o semipobladas de árboles, dejando descansar durante el verano el terreno barbechado y sembrándolo durante dos o más años con legumbres y pastos perennes, o de cinco a siete años con estos mismos, seguidos por unos dos años de granos y otros cultivos.

Aun cuando de acuerdo con las disposiciones dictadas la rotación de cultivos en las granjas del Estado deberá iniciarse para 1949 y en las granjas colectivas para 1950, la adopción del sistema por todas estas granjas situadas en la región de las llanuras deberá llevarse a cabo gradualmente. Se carece de semillas de leguminosas y otras semillas forrajeras y hasta en tanto se cuente con una cantidad considerable de estas semillas el progreso tendrá forzosamente que ser lento. No obstante, se espera que para 1955 la transición habrá sido totalmente efectuada en todas las granjas del Estado así como también en las 77,509 granjas colectivas. Una vez que el sistema de rotación de cultivos se aplique en toda su amplitud en las granjas situadas en las llanuras y semipraderas en la zona europea de la U.R.S.S., abarcará una superficie aproximada de 120 millones de hectáreas.

A la par que la introducción del sistema de rotación de cultivos, se recomiendan medidas precisas para la conservación de los suelos tales como arar, sembrar y cultivar siguiendo las líneas de contorno (a través de las laderas), el uso de fajas amortiguadoras en contorno de pastos perennes, también conocidas como cultivos en faja, etc. Se hace hincapié igualmente sobre el uso de semillas seleccionadas de buena calidad para la siembra, aplicación de abonos minerales y orgánicos adecuados, y medidas para eliminar las enfermedades, insectos nocivos, malezas, tazas y ratas de campo. Puesto que la dificultad actual es la escasez de semillas, deberán hacerse esfuerzos para aumentar los abastecimientos de las mismas, especialmente leguminosas y pastos. Se están almacenando grandes cantidades de semillas de pastos perennes, y se han organizado más de 116 granjas especiales destinadas al cultivo de semillas seleccionadas de esta clase de pastos.

Conservación de aparas

Con el fin de utilizar en grado máximo toda el agua desperdiciada localmente, el plan requiere que se establezcan numerosos estanques y represas en las granjas colectivas y del Estado en las depresiones naturales del terreno, cabeceras de los ríos, zanjas y cañadas. El agua acumulada se utilizará para fines de irrigación, pesquerías, y la generación de fuerza hidroeléctrica para las necesidades agrícolas. En total, serán unos 44,230 estanques y represas los que se establecerán en las granjas colectivas y del Estado. El gobierno se hará cargo del estudio diseño y dirección técnica de estas obras, pero la construcción en sí deberá correr por cuenta, de los propios agricultores.

Ejecución del plan

Se establecerá una Administración Central para la Plantación de Bosques Protectores supeditada al Consejo de Ministros para coordinar, dirigir y con. trotar las actividades de los tres ministerios (Silvicultura, Agricultura y Granjas del Estado) responsa. bies de la completa y efectiva realización del plan. Esta Administración Central se hará cargo igualmente de coordinar la recopilación de datos científicos y de la información sobre los resultados obtenidos interpretando su significado. Deberá asimismo encargarse de formar el crecido cuerpo de técnicos preparados necesario para llevar a cabo la tarea. Finalmente, deberá encargarse de publicar una revista técnica mensual, destinada a tratar sobre cuestiones relacionadas con el mejoramiento agrícola.

Se concede prioridad a la manufactura de maquinaria agrícola especial y otras clases de equipo e implementos necesarios para facilitar y acelerar la ejecución del plan. Durante los próximos dos años se establecerán unas 570 estaciones destinadas a llevar a cabo el trabajo mecánico relacionado con las obras de ingeniería, plantación, cultivo y demás aspectos del programa.

Campos de remolacha azucarera en California a resguardo de los vientos - adversos por medio de cortinas de abrigo, contravientos o rompevientos (barreras de árboles al fondo).

Para realizar con éxito un plan tan gigantesco, es preciso contar con un elevado número de técnicos preparados, por lo que se han emprendido cursos de adiestramiento en gran escala en las escuelas superiores, escuelas de agricultura y silvicultura y universidades tanto a un nivel profesional, como a un nivel puramente práctico para agricultores. Durante el invierno se patrocinaron cursos de dos y tres semanas para aproximadamente 100,000 dirigentes de los más preparados en cuestiones de plantación de árboles y rotación de pastos y cultivos. Muchas escuelas superiores han aumentado el número de sus matrículas para estudiantes de administración forestal y agrícola y se espera que en 1949 se gradúen más de 4,000 especialistas.

Consecuencias más amplias

Este plan será observado con gran interés en Norteamérica debido a que las llanuras y planicies de Canadá y los Estados Unidos presentan condiciones semejantes y tienen por lo tanto problemas similares, aunque posiblemente en menor grado. La solución de éstos también radica en métodos parecidos.

Si se compara un mapa de los Estados Unidos orientado en ángulo recto con respecto al de la U.R.S.S. se observará la semejanza evidente en la sucesión de condiciones climatéricas y de vegetación. En los Estados Unidos esta sucesión ocurre de este a oeste, en la U.R.S.S. de norte a sur.

En la costa del Atlántico de los Estados Unidos existen zonas pantanosas cercanas a la orilla del mar. Más adentro aparecen los terrenos forestales, primero en forma de fajas de abetos y pinos y después, hacia el oeste, en la región de los Montes Alleghanys y Apalaches, en forma de bosques densos de robles, arces, abedules y otras maderas duras similares. Más hacia el oeste, estos bosques de especies hojosas empiezan gradualmente a ser menos poblados dejando ver campos al descubierto, hasta que aparece la extensa región de llanos y praderas carentes de árboles. Al principio, las praderas se ven cubiertas de pasto alto pero conforme se avanza hacia el oeste y el clima se vuelve más seco este pasto va desapareciendo y en su lugar aparece uno más bajo, hasta que las praderas se transforman en llanos, los cuales se extienden en dirección al oeste hasta el pie de las Montañas Rocosas, y las cordilleras Cascadas y Sierras. Las laderas y cumbres de las montañas se encuentran cubiertas de bosques densos de pinos, abetos y pinabetes. Los bosques se vuelven en realidad exuberantes en las laderas que dan hacia el Océano Pacífico.

En la región ártica de la U.R.S.S. existe una zona pantanosa eternamente congelada, conocida por el nombre de tundra Al sur de ella se encuentra una ancha faja forestal designada taiga, compuesta por pinos, abetos y pinabetes y a continuación otra faja forestal formada por robles, arces y hayas. Más al sur empiezan a desaparecer gradualmente estos bosques de maderas duras y finalmente se convierten en las llanuras de pasto bajo llamadas estepas. Estas estepas se vuelven más áridas conforme se avanza hacia el sur, extendiéndose hasta las estribaciones del Cáucaso. Las laderas y las cumbres de estas montañas se encuentran cubiertas de espesos bosques de pinabetes, parecidos al pino Douglas, abetos y pinos de los Montañas Rocosas, las Cascadas y las Sierras. Más allá de las montañas se encuentran el Mar Azov y el Mar Negro.

Las estepas rusas, al igual que las praderas de Norteamérica, constituyen el granero del país. Sin embargo, tanto unas como otras son en gran parte regiones planas que carecen de suficiente precipitación pluvial, variando de 350 mm. a 525 mm. al año (14 a 21 pulgadas). Ambas sufren con frecuencia 106 daños causados por las sequías y están continuamente expuestas a fuertes vientos. En Rusia, 106 vientos predominantes más perjudiciales provienen del este, mientras que en 106 Estados Unidos por lo general vienen en dirección del sur y del suroeste. Ambas regiones poseen tierras negras sumamente fértiles, conocidas en Rusia por el nombre de chernozem. Es lógico que los habitantes de estas dos regiones traten de encontrar los medios para contrarrestar las condiciones climatéricas desfavorables y mejorar las condiciones de vida. Uno de los métodos utilizados ha sido la plantación de árboles, fajas forestales protectoras y cortinas rompevientos, alrededor de las granjas y tierras cultivadas.

Las estepas rusas fueron colonizadas mucho antes que las praderas de Norteamérica. Aun cuando la plantación de árboles en ellas data de principios del siglo diecinueve (1830), no fué mucho el progreso que se alcanzó sino hasta fines del siglo. En 1891, después de una tremenda sequía que ocasionó hambre, el Gobierno ruso nombró una comisión de expertos en suelos encabezada por el Profesor V. V. Dokuchayev, iniciador de la clasificación genética de los suelos hoy día aceptada universalmente, para que llevara a cabo estudios con el fin de determinar las causas que originaban los fracasos periódicos ocurridos en los cultivos de las estepas y para que recomendara las medidas que habría que tomar para mejorar estas condiciones. La comisión recomendó, entre otras cosas, la plantación de fajas forestales protectoras o cortinas rompevientos que según su opinión (1) protegerían las granjas resguardándolas del viento; (2) ayudarían a que el grano madurara; (3) reducirían la evaporización; (4) servirían para una mejor retención y distribución de la nieve; (5) provocarían la elevación del nivel de las aguas freáticas; (6) disminuirían las grandes fluctuaciones de temperatura; (7) atraerían lluvias; (8) aumentarían la productividad de las tierras baldías e incultas, y (9) controlarían la erosión del suelo y la amenaza de las arenas sueltas.

Como resultado de estas recomendaciones, la primera estación forestal de experimentación en Rusia fué establecida paradójicamente, en la región despoblada de árboles. Las plantaciones experimentales que se hicieron fueron extensas y numerosas, llegando algunas de ellas a alcanzar renombre mundial. Entre éstas figuran las plantaciones de las estepas de Kammenaya, y las de Derkul y Mariupol, situadas en el sur de la región central de Rusia, al norte del Mar de Azov. Estas plantaciones fueron mantenidas constantemente hasta que la región fué invadida por 106 alemanes y sirvieron para proporcionar información de gran valor científico y práctico en lo que respecta al efecto que las fajas protectoras ejercen sobre 106 cultivos, las especies más apropiadas para plantarse y los métodos adecuados para hacerlo. Los resultados obtenidos fueron tan alentadores que el gobierno soviético, especialmente después del hambre que se registró en 1921, estimuló la plantación de cortinas rompevientos, en particular en las regiones centrales y bajes del Volga. De 1928 a 1932 la superficie plantada con fajas protectoras se elevó de 2,000 a cerca de 14,000 hectáreas (5,000 a 35,000 acres), y el Segundo Plan Quinquenal dispuso la plantación de 350,000 hectáreas (865,000 acres) alrededor de huertos y tierras de cultivo.

Los campesinos y terratenientes utilizan la plantación de arboledas

Los campesinos y terratenientes utilizan la plantación de arboledas para proteger sus casas y ganados contra los vientos helados o cálidos, así como para contrarrestar los efectos de la erosión que los fuertes vientos ocasionan en los campos de cultivo. En los Estados Unidos de América, cuando el costado norte de las casas de campo está protegido por un buen contraviento como el que se muestra en este croquis, es posible ahorrar un 25 por ciento de combustible necesario para calefacción durante el invierno. Si la cortina de abrigo resguarda la construcción tanto por el norte como por el oeste, puede confiarse en que el ahorro será de un 34 por ciento. Las cortinas de 5 a 10 hileras de árboles para protección de los campos de cultivo contribuyen muchísimo a evitar la erosión eólica conservar la humedad de la tierra y poner las siembras a cubierto de los estragos producidos por los vientos huracanados. El ganado vacuno y caballar protegido por cortinas te abrigo consume menos forraje y aumenta de peso con más rapidez. Según una encuesta que se higo en el Estado de Iowa, los cebadores de ganado están con vencidos de que con el uso de cortinas de abrigo pueden llegar a ahorrar de 5.00 a 10.00 dólares por cada novillo en el costo de su alimentación y engorde.

Los Estados Unidos de América también han tenido una experiencia considerable sobre esta materia. La plantación de cortinas rompevientos se inició con la colonización de las praderas. Los primeros colonos plantaron bosquecillos alrededor de sus casas, habiéndose obtenido gran éxito en algunas de estas plantaciones. En 1873 el Congreso de los Estados Unidos aprobó la Ley para el Cultivo de Bosques, de acuerdo con la cual el colono que plantara 16 hectáreas de árboles (40 acres) en las 65 hectáreas (160 acres) de su parcela se convertiría en dueño de la tierra. La gran extensión del territorio, la escasa densidad de población y la falta de un control administrativo efectivo así como de experiencia impidieron que en muchos casos se hicieran cumplir estos requisitos. Sin embargo, como resultado de esta Ley, las praderas están hoy día salpicadas con fajas protectoras alrededor de los predios rurales. Los colonos americanos, al contrario de los colonos rusos, no se establecían en aldeas sino que cada agricultor lo hacía en su propio predio, algunas veces situados a una distancia de varias millas unos de otros En esa época los suelos del país estaban todavía vírgenes en su mayoría y sólo una pequeña porción había sido abierta al cultivo. La necesidad de plantar fajas protectoras alrededor de los campos era menos urgente que el establecer plantaciones para la protección de casas y demás construcciones de la granja.

Barreras de eucaliptos utilizadas para romper los vientos en el sur de California, cuya excelente distribución protege de Zas fuertes corrientes eólicas en esta región los cultivos de auranciáceas.

Las condiciones en los Estados Unidos, sin embargo, han cambiado radicalmente en los últimos años. El alza de precios registrada durante la Primera Guerra Mundial estimuló el cultivo de miles de acres de terrenos pastales, ano cuando era evidente que vastas áreas no eran adecuadas en lo absoluto para la agricultura. El aumento del área sometida a cultivo obligó a miles de hatos de ganado vacuno y lanar a emigrar a tierras más pobres. Esto originó un agotamiento de la tierra - por exceso de pastoreo y trajo por consiguiente la destrucción de la cubierta herbácea protectora de los suelos. El escenario quedo de esta manera preparado para una calamidad nacional de grandes proporciones.

Como resultado de las tremendas sequías sufridas en los Estados Unidos en la primera parte del decenio 1930 - 1940, extensas zonas, desprovistas de la capa vegetal protectora y expuestas a los efectos secantes del sol y del viento, se vieron convertidas en terrenos propicios para la formación de destructoras tempestades de polvo que invadieron casi la mitad de la parte este de los Estados Unidos arruinando miles de granjas. Con este motivo surgió un clamor público insistente pidiendo que se adoptaran las medidas necesarias para remediar la situación. Entre las medidas propuestas figuró la plantación de cortinas rompevientos alrededor de los terrenos y huertas situadas en las regiones de las praderas y llanos.

Sin embargo, no fué sino hasta 1934 que la plantación de fajas protectoras asumió importancia nacional en los Estados Unidos, al formar parte del enorme programa iniciado ese año para la rehabilitación de la tierra y socorro a los habitantes de las praderas y llanos afectados tan severamente por la sequía. En junio de 1934, el Gobierno manifestó públicamente el propósito de plantar fajas protectoras en aproximadamente 512,800 hect. (1,282,000 acres) de tierras agrícolas dentro de una zona de 160 kilómetros de ancho (100 millas), extendiéndose a través de la región de praderas y llanos desde la frontera canadiense hasta el sur de Texas, aproximadamente a lo largo del meridiano 100° O. La superficie destinada a plantarse durante los diez años que abarca este plan, se aproxima bastante a las 350,000 hectáreas (865,000 acres) comprendidas en el período de 5 años del programa ruso. Dado que la plantación de árboles fué emprendida como un medio de socorro, el Gobierno al principio se hizo cargo del costo total originado por la plantación de las fajas protectoras, pero más adelante los agricultores, en cuyas tierras se habían efectuado plantaciones, tuvieron que sufragar la mitad de los gastos ya fuese mediante trabajo, mantenimiento y cuidado. Al estallar la Segunda Guerra Mundial hubo necesidad de interrumpir el proyecto de cortinas rompevientos, el que ano se encuentra paralizado. De 1935 a 1942 se plantaron, en aproximadamente 33,185 granjas, 96,400 hectáreas (238,200 acres) de fajes protectoras, o sea, 29,900 kilómetros (18,600 millas lineales).

Después de más de 50 años de experimentación y observación de las fajas forestales plantadas alrededor de los campos de cultivo, los científicos rusos han llegado a conclusiones muy firmes y concretas acerca de la eficacia de tales plantaciones para reducir al mínimo los estragos ocasionados por el viento y las sequías, aumentar el rendimiento de los cultivos, evitar la erosión, y elevar el contenido de humedad de los 1½ suelos. Encontraron, por ejemplo, que en los campos circundados por los cuatro costados por fajas forestales de 16 a 20 metros de ancho (52 a 65 pies), o sea, el 10 por ciento del área abarcada, la velocidad del viento disminuyó del 35 al 40 por ciento y la pérdida de agua por las plantas se redujo un 30 por ciento. El espesor de la nieve fué de 1½ a 2 veces mayor dentro de las fajas forestales que en las estepas desprovistas de protección; y el escurrimiento en la superficie, cuando las fajas forestales se encontraban en las mejores condiciones, se redujo a cero. Esta mejoría en las condiciones se refleja en los mayores rendimientos obtenidos. Por ejemplo, en las estepas, en campos que no están protegidos por fajas forestales pero que anteriormente se habían utilizado para el cultivo de legumbres o pastos, el rendimiento del trigo de primavera (con abono) fué aproximadamente de 21.2 quintales por hectárea; otro terreno sembrado de este trigo y cultivado exactamente en la misma forma, pero protegido por fajas forestales rindió alrededor de 30.5 quintales por hectárea. La avena cultivada en estepas sin protección, anteriormente cubiertas de pasto, rindió alrededor de 18.6 quintales por hectárea, mientras que sembrados semejantes resguardados por una faja forestal, rindieron 21.7 quintales por hectárea. El trigo de invierno cultivado bajo condiciones similares en la estepa a campo abierto rindió 18.2 quintales por hectárea, pero en el área protegida el rendimiento fué de 23.4 quintales por hectárea.

En términos generales, estos descubrimientos están confirmados por las múltiples observaciones hechas sobre las fajes protectoras plantadas en los Estados Unidos de América. Cuando los rusos hablan del valor que representa la plantación de zonas protectoras, lo hacen sobre bases científicas sólidas y respaldados por una larga experiencia. Durante la tremenda sequía que tuvo lugar en 1946 - considerada como la peor en 50 años - pudo comprobarse en forma concreta y notable la eficacia de las fajas protectoras. Aun cuando el rendimiento de granos obtenido en la Estación Experimental de la Estepa Kammenaya, donde los campos están bien protegidos por fajas forestales, fué solamente la mitad de lo normal, aun así resultó de 3 a 4 veces mayor que el rendimiento obtenido en los terrenos contiguos carentes de protección. El promedio anual de producción en una granja del Estado que cuenta con unas 600 hectáreas de cortinas rompevientos bien desarrolladas, es más de 25 quintales de trigo de invierno por hectárea.

La plantación de fajas forestales alrededor de los campos representa sólo una parte, aunque importante, del plan ruso. También en el Río Volga y sus tributarios se están llevando a cabo trabajos que tienen como objetivo mejorar las condiciones para la navegación, desarrollar fuerza hidroeléctrica, mantener el nivel de las aguas del Mar Caspio y, mediante la irrigación, convertir en terrenos cultivables millones de hectáreas actualmente áridas. Desde cierto punto de vista, estos proyectos constituyen una "Administración del Río Volga" parecida, aunque de mayor alcance a la Administración del Valle del Tennessee o las Administraciones del Río Columbia o Missouri en proyecto en los Estados Unidos.

En el esquema del proyecto no se dan las estimaciones específicas del costo que originará esta empresa. El proyecto, en su mayor parte, está todavía en la etapa de preparación y por cuidadosamente que éste se elabore generalmente existe una gran diferencia entre el plan ideado y su realización. En el plan figuran tantos factores esenciales para el éxito y la armonía del mismo, que cualquier fracaso que ocurra en alguno de ellos puede poner en peligro gran parte del propio plan. Por ejemplo, un ciclo de años secos o húmedos, podría retardar o acelerar las operaciones. Un fracaso en las cosechas de semillas de árboles, una enfermedad epidémica en los arbolillos para la plantación de las fajas - calamidades que los silvicultores saben de sobra que suelen ocurrir - podrían trastornar el plan considerablemente, por lo menos en lo que se refiere al término fijado para su realización.

No obstante, ya sea que el plan de conservación ruso pueda o no llevarse a cabo en el período fijado de 15 años, que el éxito que se logre sea completo o sólo parcial, que los beneficios que aporte sean todos los que se esperan o no' este plan es un estímulo que inspira la idea de que el hombre no necesita ser siempre un destructor y despojador de las riquezas que ofrece la naturaleza sino que también puede ser el edificador y amo de su propio ambiente.


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