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¿Qué es asistencia técnica?

Por SIR GERALD CLAUSON, K.C.M.G., O.B.E., Subsecretario Adjunto de Estado, Oficinas de las Colonias, Londres

La asistencia técnica no es un concepto nuevo. Es una de las ideas más antiguas del mundo.

"Asistencia técnica ", en el sentido que se le da en la frase "un programa ampliado de asistencia técnica a países insuficientemente desarrolladas", es meramente la aplicación de una actividad humana primordial, aplicación que no ha sido bien comprendida ni ano en los países insuficientemente desarrollados que esperan recibir esta nueva ayuda para resolver sus problemas.

Para iniciar la explotación de los grandes bosques tropicales se necesita la ayuda de expertos especializados.

Cortesía del Servicio Británico de Información

Así como no hay nada nuevo en el concepto de asistencia técnica, tampoco lo hay en el de asistencia técnica a los países insuficientemente desarrollados. La mayoría de los países del mundo han recibido en algún período de su historia asistencia técnica de otros países, y durante siglos, individuos y corporaciones de los países más adelantados se han movilizado deliberadamente a los países menos avanzados para ayudarles en su desarrollo. En realidad, hace muchos años que tanto los gobiernos como los ciudadanos de los países avanzados, han realizado actividades de esta naturaleza. Sin embargo, sólo recientemente han considerado los gobiernos que es su obligación prestar asistencia técnica más allá de los territorios dependientes sobre los cuales, dicho en una frase moderna, tienen responsabilidad internacional.

Lo que tiene de novedoso el programa ampliado que propugnó el Presidente Truman es el hecho de que, por primera vez en la historia, la mayoría de las naciones del mundo han aceptado públicamente la obligación financiera de tomar parte en un programa cooperativo de asistencia técnica a los países insuficientemente desarrollados, comprometiéndose a hacer todo lo posible para que tenga buen éxito.

Es demasiado conocido el curso de los acontecimientos, desde que el Presidente Truman incluyó el Punto Cuatro en su famoso discurso inaugural, que no hace falta una descripción especial, pero debe prestarse atención particular a la declaración de principios que acompaña a la resolución del Consejo Económico y Social (ECOSOC) formulada en agosto de 1949, que ya ha sido aprobada por la Asamblea de las Naciones Unidas y por la Conferencia de Asistencia Técnica celebrada en Lake Success, organismos encargados de dirigir la ejecución del programa.

Analizar a fondo estos principios ocuparía mayor espacio del que es posible disponer en este artículo, cuyo único propósito es discutir la manera de aplicarlos en la silvicultura, pero es importante hacer una observación preliminar. La "asistencia técnica" tiene límites claramente definidos y no vale la pena proporcionarla a menos que se sepa anticipadamente que existen ciertas condiciones que garantizan su utilidad. Para explicar esto con un ejemplo sencillo, supóngase que se ha descompuesto el automóvil de una persona y ésta pide ayuda para ponerlo en marcha. La asistencia técnica, en la forma aprobada por el ECOSOC, se limitaría a examinar el automóvil y a comunicar al dueño el desperfecto que existe y cómo se le podría arreglar; no entrañaría, sin embargo, la ejecución del trabajo de reparación o el suministro de los repuestos necesarios para componer el vehículo. Esto tiene que hacerlo el dueño por sí mismo y con sus propios medios, es decir, con su propio dinero, o con dinero de otras personas si hay alguien que quisiera hacerle un préstamo. De manera que es inútil dar asistencia técnica, en un caso de esa naturaleza, a un individuo que evidentemente esté en tan malas condiciones como su automóvil y a quien de antemano se sabe que nadie le hará un préstamo para verificar las reparaciones. En pocas palabras, la asistencia técnica es un procedimiento para ayudar a que los países insuficientemente desarrollados se ayuden a sí mismo, y no para darles o prestarles dinero con el fin de que lo inviertan en sus programas de fomento.

Un país poco desarrollado, o tiene bosques o no los tiene. Si los tiene, estos bosques están abandonados o más o menos explotados. En el caso de estar explotados, la explotación es científica y apropiada, o perjudicial y anticientífica. Si el país no tiene bosques, sus terrenos y condiciones físicas son apropiadas para el cultivo forestal, o no lo son. El único país para el cual es inútil una asistencia técnica en silvicultura, es el que no tiene bosques y sabe que no hay posibilidades de establecerlos. Cualquier otro país puede necesitar asistencia técnica. Aún aquél que está colocado en el extremo opuesto, es decir, aquél cuyos bosques se explotan científica y propiamente, podría necesitar asistencia técnica en forma de facilidades para que sus funcionarios forestales visiten otros países y estudien otros métodos.

Formas de Asistencia Técnica

La forma en que un país en particular podría necesitar asistencia técnica, depende naturalmente de muchas circunstancias, pero en términos generales, dicha ayuda podría estar comprendida en una de las clasificaciones siguientes:

(1) Si el país no tiene bosques, pero cree que podría establecerlos y aprovecharlos económicamente, solicitará los servicios de un experto silvicultor que examine los suelos y determine si son apropiados para la silvicultura. Por supuesto, no sería práctico sugerir esta misión aislada como la única necesaria. Es ilógico examinar una región simplemente bajo un sólo aspecto. Lo que en realidad se requiere es verificar una investigación completa de las tierras por medio de un pequeño grupo de expertos en agricultura, silvicultura y zootecnia, que examinen la región en todos sus aspectos y aconsejen el mejor uso que se le puede dar.

(2) Si se llega a la conclusión de que el método más económico para el desarrollo de la zona es probablemente la plantación de bosques, el siguiente paso deberá ser la ejecución de un proyecto "piloto", es decir, la plantación experimental de un bosque pequeño para confirmar si dicha conclusión es correcta. Esta actividad requerirá los servicios de varios expertos durante algunos años para realizar el experimento.

(3) Si el experimento tiene buen éxito, la próxima etapa consistirá en plantar los bosques y crear un servicio forestal, y en este caso, el tipo de asistencia técnica será muy parecido al que requiere un país que tiene bosques inexplotados.

(4) Si el país posee bosques sin explotar, necesita primero de los servicios de un pequeño grupo compuesto, digamos, de un silvicultor, un técnico en suelos, y un experto en administración forestal, para que determinen si tales bosques pueden explotarse sin perjuicio. No siempre sucede así. Si los suelos son muy pobres puede ser imposible cultivarlos de nuevo si se les quita su cubierta arbórea y entonces el único resultado de la explotación sería acelerar grandemente la erosión. Si, en cambio, la opinión de los técnicos es favorable, la misión deberá formular un plan de explotación racional.

(5) Este plan no será de inmediata ejecución. La pi linera medida esencial consistirá en formar un grupo de técnicos forestales y de guardabosques que inspeccionen el trabajo de explotación. Han pasado los tiempos en que se consideraba conveniente efectuar concesiones para la explotación de bosques, sin una vigilancia adecuada, a organizaciones privadas que tenían fines meramente comerciales. La silvicultura es una actividad de duración tan prolongada que no es razonable esperar que cualquier organización cuyo fin primordial es obtener utilidades inmediatas reinvierta, sin tener otros estímulos, parte de sus ganancias en árboles que en ningún caso estarán listos para el corte sino después de muchas décadas, y que En realidad sólo estarán en plena producción después de centenares de años. Además, aun cuando en principio un bosque sea explotable, puede ser esencial dejarle partes sin tocar, especialmente las situadas en los nacimientos de los ríos y arroyuelos, si es que se quiere que la economía agrícola del país en general no se perjudique. En este caso, será en primer lugar necesario obtener la colaboración de algunos expertos extranjeros, mediante contratos de mediana o larga duración, para dar comienzo al establecimiento de los servicios forestales y a la preparación del personal local. Simultáneamente, se necesitará crear facilidades para que el personal local que tenga una preparación adecuada pueda ser enviado a establecimientos extranjeros a recibir instrucción relacionada con su trabajo futuro en el servicio forestal. El tamaño de los grupos de estudiantes dependerá no solamente de la superficie de los bosques, sino también de que el país haya decidido encargar la explotación a organizaciones privadas o efectuarla como empresa del gobierno. En el primer caso, sólo se necesitará de un número limitado de inspectores científicamente preparados y un grupo conveniente de guardabosques. En el último caso, se necesitará de un gran número de silvicultores, expertos en administración forestal, lo mismo que en explotación y conversión de la madera, así como también trabajadores forestales hábiles, y entonces la tarea de seleccionar y preparar este personal será relativamente una de las mayores de la empresa.

(6) Si el país tiene bosques que ya están en explotación, el tipo y alcance de la ayuda que se requiera dependerá del grado en que se haya controlado la explotación. Si el país tiene ya establecido un servicio forestal completo, probablemente no necesite más que crear facilidades para enviar a los miembros de éste a estudiar métodos de administración y explotación forestales en otros países, lo mismo que para enviar a los nuevos empleados a que se capaciten en los establecimientos del extranjero, y a los personeros del servicio a que estudien el proceso de exportación de la madera en dichos países y aprendan nuevos métodos de extracción y conversión que hagan posible aumentar los ingresos de divisas. Por otro lado, si la explotación no está bien controlada, o no se la controla de ningún modo, el país necesitará de la misma clase de ayuda que aquél que posee bosques inexplotados.

En algunas regiones apartadas de la India, donde la producción podría aumentar mucho si se dispusiera de mejores caminos y de equipo moderno, se usan todavía carretas de ruedas grandes, tiradas por cebú para el transporte de las trozas de Shorea robusta. Este medio de transporte es tan lento que hace necesario llevar pienso pera alimentar a los bueyes en el camino.

Cortesía del Instituto de Investigación Forestal, Dehra Dun, India

Desde luego, este artículo no pretende ser un tratado completo sobre la aplicación de la asistencia técnica a la silvicultura en todos sus aspectos, ni tampoco está escrito por un técnico en asuntos de silvicultura. Es simplemente una exposición general de la materia con el fin de ayudar a los funcionarios gubernamentales, a la administración general, o a los departamentos de silvicultura de los países poco desarrollados, a determinar la clase de asistencia técnica que deberían solicitar a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación.

Es necesario hacer una última advertencia. Los expertos en silvicultura son raros y casi todos están ocupados en sus propios países con trabajos de responsabilidad. No se debe creer, pues, que se los puede obtener en gran número con sólo pedirlos.


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