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Madera para Pulpa de los Bosques Tropicales

por el Dr. ROBERT W. HESS
The Mengel Company

Este documento fué dado a conocer en la Quinta Reunión del Comité de la FAO sobre Química de la Madera celebrada el 17 de septiembre de 1951 en Appleton, Wisconsin, E.U.A.

CUALQUIER discusión sobre bosques tropicales pone pronto de manifiesto el enorme alcance y las infinitas ramificaciones del tema. Si so consideran la extensión de estos bosques, su composición, el volumen de madera que contienen, las exigencias forestales, y su utilización, el tema se hace amplísimo. La experiencia de la silvicultura en climas templados no es suficiente para abarcar los múltiples aspectos de todas estas regiones y es difícil hacer una generalización lógica del inmenso número de variantes. Que los bosques pueden estudiarse y clasificarse en grupos de bosques explotables, lo demuestra plenamente el excelente trabajo desarrollado en algunas regiones. El alcance de la enumeración y clasificación detalladas, es, sin embargo, lamentablemente reducido si se compara con las necesidades. Las prácticas de silvicultura y los estudios del aprovechamiento siguen un ritmo muy lento Afortunadamente los botánicos expertos en taxonomía han explorado la mayor parte de las regiones y han identificado la mayoría de las especies importantes.

Las perspectivas de obtener amplia información adicional en un futuro próximo no son prometedoras Es verdad que se están desarrollando provechosos proyectos de gran alcance en varias partes del mundo; pero no es menos cierto, sin embargo, que para casi cualquier zona forestal determinada en las regiones menos densamente pobladas de los trópicos, es muy poca la información que puede encontrarse en cuanto a las propiedades físicas, químicas o de tratamiento de las maderas, las características silvícolas de los árboles, o los métodos de silvicultura aplicables al tipo de bosque. Se necesitan más debates y publicaciones para sacar a luz la información disponible, así como también es preciso aumentar en alto grado las facilidades para llevar a cabo estudios sobre maderas y bosques tropicales que proporcionen datos básicos.

La escasez de información específica no debe ser obstáculo para el aprovechamiento de los bosques tropicales. Existe información diseminada que sirve de orientación, pueden aplicarse los principios fundamentales y llevarse a cabo una investigación bien dirigida y aplicada, la cual puede producir resultados en un tiempo relativamente corto.

Disponibilidades de Madera

Si bien la superficie cubierta de bosques tropicales de todos los tipos es muy extensa, la que puede proporcionar una producción constante de madera para pulpa es inferior a la mayoría de las cifras publicadas. En muchas zonas forestales de los trópicos vive una población mucho más numerosa de lo que generalmente se croe. Una gran proporción de estas gentes practica alguna forma de cultivo nómada, lo que da lugar a desmontes y en algunas zonas produce el agotamiento del suelo, impidiendo la repoblación de buenos bosques durante largos períodos. Un gran porcentaje de los suelos tropicales son arcillosos, otros son de arena gruesa; en ambos casos el suelo mineral está cubierto por una capa con un alto contenido de materias orgánicas. Al cabo de unos dos años de estar expuesta al sol o a fuertes lluvias, como sucede con el cultivo, la materia orgánica desaparece prácticamente. No es extraño que con frecuencia las tierras agrícolas recien abandonadas no sean capaces de producir sino una vegetación pobre de árboles de escaso o ningún valor. La extensión de estas tierras sometidas a la tala y las condiciones de las granjas repobladas se prestan a conjeturas, pero es indiscutible que el área es enorme y que la calidad de los nuevos bosques es generalmente muy pobre. Por tanto, en la búsqueda de bosques adecuados para la producción de madera para pulpa, debe tenerse en cuenta la madera, el suelo y la historia de la tierra.

Bosques de Coníferas

Los bosques de coníferas en los trópicos son relativamente poco extensos y la mayoría de ellos están sufriendo una excesiva tala. Los pinos de México y de América Central ofrecen en ciertas zonas posibilidades para la producción de pulpa y madera de sierra, particularmente si se empieza temprano un programa de plantación para compensar la extracción de árboles de edad madura. En la mayoría de las regiones habrá que construir gran número de ferrocarriles o de carreteras antes que la madera para pulpa pueda ser acarreada a fábricas sitas en lugar apropiado. Los grandes ríos suelen ser adecuados en los niveles bajos, pero por lo general no se sabe si sus aguas son apropiadas para la producción de pulpa. En la parte septentrional de América del Sur no se cuenta con bosques de coníferas. Las grandes talas de pino Paraná en el sur del Brasil, para la producción de madera de sierra y chapas, hace problemático el empleo de esta especie en su estado natural para la fabricación de pulpa. Es probable que los pinos mexicanos puedan crecer rápidamente en esta región, lo que ofrecería un medio para establecer una fuente permanente de aprovisionamiento.

En Chile los bosques de coníferas han sido talados en su mayoría, excepto en zonas montañosas remotas, y la plantación de estos árboles parece ser la única fuente de grandes cantidades de madera de coníferas para pulpa en la mayor parte de esta región.

Los pinares de las Antillas son de extensión limitada y sufren muchas talas. Lo mismo ocurre con los bosques de coníferas de la región del Mediterráneo. En Africa del Sur se han plantado grandes extensiones de pinos exóticos, que han alcanzado las dimensiones de trozas aserrables. Los podocarpus y cedro colorado del noroeste de Africa, ofrecen poco interés para nuevas explotaciones de madera para pulpa. En las montañas del sureste de Asia y en algunas de las islas del Pacífico suroccidental existen bosques de coníferas y es posible que puedan encontrarse ciertas zonas apropiadas para la producción de madera para pulpa.

La introducción de prácticas silvícolas mediante las cuales se logra un rendimiento constante en bosques tropicales de pino, no sería demasiado difícil para un silvicultor experto. Observaciones sobre el terreno y la adaptación de prácticas en las zonas de pinos del sur de los Estados Unidos, podrían servir de base limitada para un comienzo. La reproducción puede probablemente obtenerse de modo satisfactorio en cualquier parte donde exista un rodal normal de pinos y donde no existan demasiados árboles de maderas duras. En zonas donde se encuentran mezclados arboles de maderas duras y pinos, en particular en las más elevadas altitudes y en los lugares más húmedos a alturas menores, puede ser difícil impedir que las coníferas sean sustituidas por especies vigorosas de madera dura. Al igual que en los bosques de zona templada, es importante determinar la rapidez del crecimiento y la capacidad productiva de un bosque tropical de coníferas que haya sido elegido para posible producción de madera para pulpa. No todos los bosques tropicales crecen rápidamente y muchos dan un bajo rendimiento por acre.

Una de las futuras y más prometedores fuentes de madera para pulpa en las regiones tropicales, es la de las plantaciones de pinos. Los australianos, los neozelandeses y los sudafricanos han demostrado la posibilidad de obtener un crecimiento rápido y un alto rendimiento de los pinos exóticos plantados, y es razonable suponer que en América Central y en América del Sur ce puede lograr un éxito semejante. Un estudio minucioso del problema y una amplia investigación deben preceder a cualquier grande empresa, pero hay razones bien fundadas para creer que puede llevarse a cabo en un plazo relativamente corto. El examen individual de 109 árboles plantados y de cualesquiera pequeñas plantaciones en la región, proporcionará gran número de datos si al hacerlo se tienen en cuenta las condiciones del suelo, la elevación, el régimen de lluvias y otros factores. También se obtendrá importante información capital por medio del estudio de la reproducción natural en la localidad. Tal programa deberá incluir como parte integrante medidas necesarias para localizar y combatir las enfermedades y plagas. Aunque existe suficiente información para poder hacer una selección razonablemente sólida de especies, una buena administración exige un estudio constante de las mejores especies y variedades para aumentar los rendimientos. La localización de tipos de suelo convenientes puede resultar difícil, sobre todo en zonas donde la agricultura es extensiva. Se da por supuesto que no se intentará establecer pinares en zonas donde no se está seguro de que el clima es conveniente para su crecimiento y desarrollo.

Una solución razonable al factor tiempo que afecta a la producción de madera para pulpa de plantaciones de coníferas tropicales, sería conseguir una zona forestal suficientemente grande para suministrar la cantidad requerida de esta madera y para cubrir los gastos de plantación hasta que los bosques empiecen a producir. Como es natural, surgirán en el futuro complicaciones a medida que se vayan repoblando los terrenos talados y que vayan alcanzando su madurez los árboles de la misma edad. Podría remediarse este desajuste del primer ciclo de corte combinando el crecimiento de los árboles naturales con los plantados, la edad y tamaño de los mismos en el momento de la corta, por la práctica de aclareos durante el tiempo en que crece un rodal de madera aserrable en parte de la zona, por la compra de maderas para pulpa durante una parte do este período, y por otros métodos semejantes. Sería preciso ajustarse cuidadosamente a los planes a largo plazo bienel aborados.

En zonas muy favorables pueden esperarse promedios de crecimiento rápido y al cabo de doce años obtenerse grandes rendimientos de madera para pulpa, aunque esta edad puede no ser la de mayor rendimiento por acre.

Bosques de Maderas Duras

La mayor parte de los bosques de las regiones tropicales se componen de árboles de maderas duras mezclados en diversos grados. A lo largo de la costa se encuentra comunmente un tipo ribereño, predominando a menudo el mangle, que por lo regular forma una faja estrecha adyacente al agua salada y en parte dentro de ella. A éste siguen tipos más o menos semejantes que crecen en terrenos pantanosos profundos y a lo largo de los grandes ríos, en especial una o más especies de árboles de raíces aéreas, y otros cuyas raíces presentan protuberancias anormales que toman a veces formas grotescas.

Estas vastas áreas de mangle, mangle negro y bosques pantanosos, constituyen un reto a la iniciativa del hombre. Además del gran volúmen de madera y el número relativamente corto de las especies que comprenden, existe el alto e interesante contenido de tanino en la corteza de algunas especies. La reproducción por semillas y vástagos será probablemente muy buena, al menos en la segunda generación. Suponiendo que la madera pueda recibir un tratamiento adecuado, queda todavía por poner en práctica un método eficaz, probablemente desde el agua misma, para extraer los árboles de la maraña de sus raíces. El acondicionamiento de una balsa para el acarreo y carga combinados, usando un cable de arrastre fijado a un árbol permitiría el corte y el arrastre de las trozas a bajo coste. Los costes y salarios que ocasiona esta madera en pie, actualmente sin valor, resultarían sumamente reducidos.

Tierra adentro, más allá de los bosques pantanosos, se encuentran bosques tropicales perennes de maderas duras.1 Estos varían desde los que se encuentran en terrenos ribereños que se inundan periódicamente, hasta los de las depresiones situadas en lo alto de las faldas de las montañas, e incluso hasta los bosques en las cumbres casi perpetuamente cubiertas de nubes. Los bosques están siempre verdes, aunque algunos de los árboles pierden periódicamente sus hojas. Esta es la clase de selva que cubre enormes extensiones del este de la América Central; parte septentrional de América del Sur; cuenca del Amazonas; Africa Occidental; cuenca del Río Congo; Malasia; Borneo y Filipinas. Es principalmente la extremada heterogeneidad de este tipo de bosques la que hasta ahora ha impedido la explotación extensiva de las muchas maderas valiosas que contiene.

[1 Este término se usa aquí libremente para designar los bosques de zonas de lluvia y los bosques perennes de zonas húmedas. No incluye A los bosques caducos, ni húmedos ni secos.]

Contra la que comunmente se cree, son relativamente pocas las regiones donde la cantidad de tipos forestales en los bosques tropicales perennes es excesiva. En realidad, en cientos de kilómetros cuadrados los bosques pueden clasificarse en doce tipos principales, mientras que una sola área del este de los Estados Unidos puede contener otras tantas especies. Aquí, sin embargo, interviene un factor desfavorable. Las especies ocasionales o raras en la mayoría de los tipos de bosques tropicales de zonas de lluvias representan un importante porcentaje del conjunto. No sólo hay muchas de estas especies raras, sino que también se producen, con frecuencia variable en distintas partes del mismo tipo de bosque o semejante. Por ello, se acostumbra a considerar la frecuencia y el valor de las especies predominantes solamente, excepto en el caso de unas cuantas clases raras que son particularmente valiosas (por ejemplo la caoba y el palo de rosa). Este sistema reduce considerablemente la cantidad utilizable por acre.

Parece que en los tipos más heterogéneos de bosques tropicales perennes hay poca probabilidad de obtener con éxito madera para pulpa. Mientras no se introduzca un método universal para utilizar toda clase de maderas en la producción de pulpa, la posibilidad de obtener una cosecha suficiente por acre parece remota. El mejor sistema a seguir en bosques de este tipo implicaría la necesidad de arrancar por completo el rodal existente y plantar en su lugar una o dos especies. La práctica tradicional de cultivos migratorios se sigue hasta cierto límite para lograr ese aclareo y replantación. Como la duración de casi todos estos cultivos es de uno o dos años, la proporción de madera arrancada en zonas pobladas es bastante grande.

Otro factor que va en detrimento del uso del bosque mixto de maderas duras para la producción de pulpa es el aspecto dasonómico con relación a una reproducción continua. En la mayoría de los bosques, hay una o dos hileras de árboles pequeños debajo de los que predominan. Incluso en bosques compuestos principalmente de una sola especie se encuentran aquí y allá ejemplares - a veces grandes - de otras especies. Por ello, la segunda generación suele ser difícil de determinar y, por lo general, imposible de controlar como es debido.

Una solución para la explotación de bosques mixtos perennes es su utilización para múltiples fines. Entre las especies se encuentran representadas maderas de muy variadas propiedades, por lo que la manufactura de una diversidad de productos permitiría el máximo aprovechamiento del bosque. No falta razón cuando se supone que un bosque tropical de maderas duras puede ser explotado para la producción de pulpa, madera de sierra, trozas para enchapado, pilotes y durmientes. Una explotación combinada de esta clase repartiría los costos de los medios de transporte y reduciría los de la explotación propiamente dicha de bosques que contienen una cantidad relativamente pequeña de madera por acre. Por desgracia, la mayor parte de las compañias no están interesadas en una empresa tan diversificada y pocas son capaces de encontrar usos provechosos para gran número de maderas duras tropicales. Existen ciertos tipos naturales dentro de los bosques tropicales perennes en los que una sola especie constituye la mayor parte de la madera que contienen. Unos cuantos de esos bosques ofrecen posibilidades interesantes para la producción de pulpa. Las maderas de algunos se han sometido a ensayo pero por lo general los resultados han sido desalentadores. A pesar de esto, cualquiera que se interese en la explotación de bosques tropicales de maderas duras para pulpa, haría bien en tratar de vencer el problema de las deficiencias de las especies, que son muy abundantes en la localidad, más que de buscar otras especies relativamente raras que ofrezcan buenas posibilidades para la producción de pulpa.

En las barras y deltas de algunos grandes ríos tropicales se forman grandes extensiones de tierras nuevas. Los árboles que en ellas crecen han sido indicados como fuente de madera para pulpa, aunque no se sabe a ciencia cierta si existen en cantidad suficiente y si las maderas son apropiadas para pulpa.

En la mayoría de las regiones tropicales húmedas, los terrenos aclarados que se abandonan o descuidan se cubren rápidamente de árboles, malezas y plantas rastreras en proporciones que varían. Las más de estas plantas crecen muy rápidamente, pero salvo raras excepciones, non alcanzan por regla general un gran tamaño. La rapidez de crecimiento y la capacidad que tienen para desarrollarse al descubierto hacen pensar que estas zonas pudieran ser objeto de un corte a mata rasa para la producción de pulpa. Por desgracia, suele haber una mezcla de especies que varían mucho en cuanto a las propiedades de la madera. Algunas de ellas son ligeras y blandas, lo que es indicio de un bajo rendimiento por unidad, y, a menudo de fibras cortas, incluso cuando sus propiedades son satisfactorias. Es más, existe el peligro de que pueda inutilizarse la superficie aclarada por la invasión de plantas adventicias que en muchas zonas sofocan el crecimiento, especialmente en las de suelo pobre o que han sido sometidas a aclareos y quemas repetidas, o bien que para combatir dichas yerbas haya que incurrir en grandes gastos. En pocas zonas resultará posible cuidar o cosechar para la producción de pulpa los brotes que se producen naturalmente después de los cultivos u otras operaciones de corte total.

Aun cuando en este trabajo no se han tenido en cuenta todas las variantes y posibilidades, es evidente que sólo un número limitado de tipos de bosques tropicales perennes de maderas duras son adecuados para la producción de pulpa con los métodos que se utilizan actualmente. En aquellos lugares en que en un área limitada se producen grandes cantidades de una o más especies que ofrecen propiedades técnicas adecuadas, puede utilizarse el bosque natural en la producción de madera para pulpa, para una cosecha por lo menos. Hay la alternativa de establecer plantaciones de una o más especies de maderas duras. Probablemente se producirán tipos crecimiento rápido, como los que invaden las tierras abandonadas. En suelos relativamente buenos con especies seleccionadas, no resulta exagerado esperar un promedio de crecimiento anual de una pulgada de diámetro y la productividad teórica por acre será muy elevada. El suelo pobre o cuyo contenido de humedad no sea adecuado disminuirá enormemente el promedio de crecimiento tanto en los trópicos como en los demás lugares.

Cuando se han seleccionado las especies se tropezará posiblemente con el programa de crear un vivero, de cultivar árboles para el trasplante y de realizar operaciones de plantación y cultivo con poca o ninguna información ni experiencia que sirvan de guía. La lucha contra las enfermedades, los insectos y las plantas competidoras serán problemas del momento; por fortuna algunos productos químicos, recientemente descubiertos ofrecen ayuda material en esta fase del trabajo. Asimismo. el crecimiento extremadamente rápido permitirá sacar conclusiones en seguida y por tanto acumular experiencia más rápidamente. La producción de celulosa o de pulpa por medio de la plantación de maderas duras tropicales, ofrece grandes posibilidades y entre los cientos de especies prometedoras que no han sido sometidas todavía a prueba. existen varias que probablemente son excelentes productoras.

Un factor importante lo constituirá la labor de aclareo de áreas o fajas para la plantación y protección do árboles va existentes, durante los dos primeros años. Probablemente, pueden aconsejarse iguales tareas de cultivo para asegurar la supervivencia y para estimular el crecimiento de posturas en bosques repoblados naturalmente. Bien que este tipo de trabajo no es costoso en las regiones tropicales, la extensión de las áreas en cuestión y la frecuencia de los aclareos necesarios hacen que esta operación sea entre las relacionadas con el cultivo de árboles de maderas duras tropicales, una de las más caras por acre. La pulverización u otros tratamientos de productos químicos pueden ser métodos económicos para combatir en algunos casos la vegetación invasora; pero a menudo, pueden resultar más caros que las operaciones manuales con el machete.

Hay una manera práctica de utilizar los bosques tropicales de maderas duras para obtener pulpa y lograr cortas sucesivas en la misma área. A medida que se efectúan las primeras cortas, toda la extensión se va aclarando de vegetación; seguidamente deberá procederse a una quema minuciosa. Quizás parte de esta operación de aclareo y de quema pueda hacerse sin originar gastos directos, permitiendo a los habitantes del lugar que siembren una cosecha de maíz en el terreno limpio. (Este procedimiento puede causar el agotamiento del suelo ya pobre o acortar bastante la vida de la explotación). Después del aclareo. los arbolillos deben plantarse después del aclareo y ser protegidos durante dos años lo que exige el establecimiento de un vivero antes de la corta. Para asegurar el éxito, tal vez seria necesario dedicar un período a la investigación de las prácticas de vivero y de plantación.

Se deberá, entonces, seleccionar las especies para la plantación y las semillas o esquejes, conseguidos un año antes de empezar la corta de madera para pulpa. Sin embargo, con un plan cuidadosamente estudiado y organizado, una operación combinada de corte de los árboles de edad madura y replantación completa deberán dar buen resultado en las regiones tropicales de maderas duras.

Bambúes y Palmeras

El uso del bambú, come fuente de madera para pulpa, tiene muchos partidarios. Entre sus ventajas se encuentra la constante producción de vástagos para cosechar, lo que suprime la necesidad de replantación. Una grave dificultad es obtener el número suficiente de plantas para empezar la operación en gran escala. Otro obstáculo es el plazo de cinco años, que deberán transcurrir antes de la primera corta. La gran cantidad de vástagos por unidad de peso o volumen de celulosa puede aumentar los costos de producción. A posar de los factores desfavorables, el bambú debe siempre tenerse en cuenta en cualquier programa para le producción de madera para pulpa en las regiones tropicales.

En los trópicos, suelen producirse cientos de especies de palmeras. Algunas de éstas crecen rápidamente, a veces en rodales densos. aisladas, pueden alcanzar grandes dimensiones. Su madera varía desde la blanda y esponjosa hasta la más dura y pesada. en ocasiones con una densidad mayor que la del agua. Como característica, las trozas tienen una médula blanda y una corteza exterior más dura. La madera se compone de cordones de fibras muy duros y largos, embutidos en un tejido de células cortas parenquimatosas. La abundancia y el espacio que media entre estos cordones son las causas de la mayor parte de las diferencias en la densidad de la troza y las que existen entre las especies de palmeras. En maderas de densidades más bajas, la cantidad de material de fibra larga que se obtenga será sólo un pequeño porcentaje del volumen total del material. Se podrían, probablemente. cultivar ciertas especies de palmeras solamente por su madera, como se cultivan ahora algunas de ellas para obtener aceite, dátiles y coco.

Deterioro de la Madera para Pulpa

En regiones tropicales, especialmente durante las épocas de lluvias, el promedio de deterioro de albura causado por las manchas de savia, la pudrición y los insectos es extraordinariamente grande. Una solución parcial pudiera ser el embalse del agua, evitando el agua salobre. Las pulverizaciones con agua, no son, probablemente, bastante eficaces. Para combatir los insectos y reducir las manchas puede recurrirse a la pulverización o baños con ciertas sustancias químicas, si este procedimiento no es demasiado euro; pero la mejor solución parece ser utilizar la madera en un plazo muy corto, después de cortada.

Factores de Temporada

En los trópicos, existe generalmente la creencia de que la explotación de un bosque no puede efectuarse durante la estación de las lluvias. Las lluvias torrenciales, la falta de caminos que puedan utilizarse en todo tiempo y el carácter blando de algunos tipos de suelo. hacen que la temporada de lluvias constituya un tremendo obstáculo. Sin embargo. con los recientes progresos obtenidos en los medios de comunicación y de transporte, van aumentando las operaciones durante todo el año. Para el acarreo por carretera, se necesitan mejores caminos, puentes adecuados. buenas vías de desagüe, y abrir caminos para que entre la luz del día, etc. Bajo ciertas condiciones es económico el empleo de ferrocarriles ligeros. Debería utilizarse en mayor grado el sistema de arrastre por cables. Suelen usarse tractores, pero no se saca todo el partido debido de la grúa-remolque para amontonar los troncos antes del arrastre. En algunos casos podrían utilizarse vehículos con llantas de grandes dimensiones para las trozas de madera para pulpa de un diámetro relativamente pequeño. En general, la explotación durante la estación de lluvias una preparación previa, el uso de material especial y, también, ingeniosidad. Pocos bosques tropicales de maderas duras ofrecerán tantas dificultades para su explotación durante la temporada de lluvias como ofrecieron los pantanos de nisa, del sur de los Estados Unidos.

Situación de las Fábricas de Pulpa

Existen muchos factores en favor de la instalación en los países tropicales de las fábricas de pulpa en lugares próximos al bosque. No cabe duda de que el volumen y el peso que hay que transportar resulta así menor; disminuye, también, el deterioro de la madera para pulpa, y se eliminan, por lo menos en parte, los costosos tratamientos de pulverización y baños químicos; se pueden hacer cálculos más aproximados de las operaciones en los bosques; los gastos de mano de obra son más bajos; las tarifas de impuestos, más favorables. Es más, se crea una mejor situación política local, lo que constituye un factor muy importante. (En la mayoría de los países existe un fuerte sentimiento adverso a la exportación de materias primas que no hayan sido objeto por lo menos de una manufactura preliminar en el país de origen, aversión que va en aumento así como las causas que lo originan. En casi todos los países se fomentan y protegen las inversiones extranjeras en fábricas de pulpa y, si se pueden incluir como accionistas o subconcesionarios a uno o más residentes del país, cuidadosamente seleccionados, la posición de la compañía puede ser muy sólida.

En contra del establecimiento de una fábrica de pulpa en las regiones tropicales posan factores de igual importancia. Existe siempre una cierta resistencia a invertir mayores capitales que los necesarios en un país extranjero. El poco conocimiento del idioma y de las costumbres de los habitantes constituyen un verdadero obstáculo. Para trabajar en los países tropicales, los técnicos y superintendentes exigen salarias y obvenciones especiales. (Estos pueden ser compensados en parte por los costos de vida más bajos y por ciertas ventajas en materia de impuestos; además, el rápido transporte aéreo a tarifas módicas ha reducido las objeciones a aceptar dichos trabajos). No se conocen bastante las propiedades de las maderas, los métodos de tratamiento que convienen mejor a cada especie, las características de la vida de los árboles y los mejores métodos de ordenación forestal. El temor a los trastornos políticos o a las complicaciones que resulten en costos exagerados, o, incluso, en la expropiación, es sin duda, el factor que por sí solo más retrasa el desenvolvimiento de los recursos tropicales.

El orden lógico que se siga en el desarrollo de una fuente productora de maderas tropicales para pulpa puede ser el siguiente: Primero, el estudio de los distintos lugares, bosques y tipos de tierra y la elección de uno de ellos. Segundo, obtener una concesión para la explotación de la madera o la compra del área. Simultáneamente, llegar a un acuerdo con el gobierno en lo que respecta a impuestos y obligaciones - y una vez establecida la fábrica de pulpa, devengar los beneficias adicionales fijados. Tercero - y en caso de plantaciones - debe instalarse un vivero y comenzarse los experimentos correspondientes. En un área debidamente equilibrada, el vivero deberá ponerse en marcha cinco años antes de la primera plantación. Cuarto, instalación de maquinaria e instrumentos, medios de transporte, etc. Quinto, comienzo de las operaciones. Al principio, la madera para pulpa se enviaría a una fábrica, ya instalada, y, eventualmente, si todo marchase bien, se construiría una a proximadad de las fuentes mismas de aprovisionamiento.

Los problemas económicos y técnicos del aprovechamiento de maderas tropicales son grandes, pero no insuperables. La manufactura de pulpa, procedente de estas fuentes, es enteramente factible si se ponen en práctica planes de conjunto, cuidadosamente estudiados, un control técnico y una prudente diplomacia.

Unión internacional de organizaciones de la investigación forestal

El Comité Bibliográfico Mixto de la Unión Internacional de Organizaciones para la Investigación Forestal y de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación celebró su Cuarta Reunión en Wageningen, Países Bajos, del 30 de agosto al 4 de septiembre de 1951, bajo la presidencia del Profesor E. Saari, de Helsinki, Finlandia.

El Comité pasó revista a los progresos conseguidos para adoptar el sistema Oxford, propuesto para la clasificación de las publicaciones sobre silvicultura, adoptado ahora oficialmente por la FAO y la Unión con este fin. El Comité examinó asimismo con detenimiento la organización de la documentación internacional sobre silvicultura, analizando la labor actual de los centros existentes, las lagunas que aún existen en dichos servicios y sus posibles remedios. Sus recomendaciones serán presentadas a las correspondientes organizaciones para que tomen las medidas del caso.

Posteriormente se reunió el Comité Permanente de la Unión Internacional de Organizaciones para la Investigación Forestal, del 4 al 8 de septiembre. Asistieron siete miembros, más un número igual de dirigentes de las secciones de investigación técnica. Presidió el Profesor H. Burger. El Comité revisó con algún detalle las actividades generales de la Unión y el progreso conseguido en las diversas secciones de investigación en lo que se refiere a facilitar el contacto entre los investigadores técnicos y a formular los problemas de investigación de trascendencia internacional. Asimismo, el Comité trazó planes provisionales para su próximo Congreso, que se propone celebrar en Roma en 1953.


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