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Investigaciones sobre el rendimiento de la explotación forestal

por A. KOROLEFF,
Director de Investigaciones Forestales del Instituto Canadiense de Investigaciones sobre Pasta y Papel (Pulp and Paper Research Institute of Canada, Montreal)

Hasta ahora las operaciones de explotación forestal no se han beneficiado, en la medida que les corresponde, de los adelantos de la ciencia y de la ingeniería y, en general, carecen de eficacia.

Aunque se trata de un trabajo rudo, la explotación maderera sigue dependiendo principalmente de la potencia muscular de hombres y animales. Incluso en países industrializados, la mecanización de estos trabajos se halla todavía rezagada en muchos casos con respecto a la de otras muchas ocupaciones menos fuertes. Por ejemplo, en el Este del Canadá y en el sector Noreste de los Estados Unidos, los trabajos de extracción efectuados con arreglo al procedimiento tradicional obligan con frecuencia a manipular cada troza de cinco a siete veces, lo que equivale aproximadamente a transportar a mano de 4 a 6 toneladas de madera por cada metro cúbico de madera extraído.

Hay que recordar también que en todo el mundo se invierte en las operaciones de explotación forestal más mano de obra y dinero que en todas las demás actividades de ordenación de montes, de modo que, por lo general, el coste de los trabajos de extracción constituye la parte principal del coste de la producción maderera. El aumento de la eficacia de dichas operaciones constituiría el medio más indicado de reducir dicho coste o al menos de impedir que aumente.

Teóricamente, casi podrían calificarse de pasmosas las posibilidades que brinda la investigación consagrada al fomento de la eficacia de las operaciones de extracción. La realidad, sin embargo, es mucho menos impresionante, ya que está determinada por los fondos destinados a dichas investigaciones, por su planeamiento y ejecución y por la adecuada aplicación de los conocimientos adquiridos, y en todos estos aspectos queda todavía amplio margen de mejoras y gran necesidad de lograrlas. Como quiera que el campo de las investigaciones sobre la eficacia de las operaciones de extracción es muy extenso y los medios de que se dispone escasos, reviste especial importancia aplicar el principio de conceder supremacía a lo fundamental y estudiar con todo cuidado las cuestiones a que principalmente debe atenderse.

Categorías de investigación

Las investigaciones sobre esta materia pueden dividirse en dos categorías:

(a) perfeccionamiento de las prácticas de extracción mediante la mejor selección y aprovechamiento de los medios y métodos disponibles; y

(b) encontrar nuevos medios y métodos de eficacia considerablemente mayor que vengan a substituir a los que actualmente se emplean.

Con objeto de simplificar las referencias, la investigación sobre la eficacia de las operaciones de extracción perteneciente a la primera categoría se designará por investigación «evolutiva» o «E» y la de la segunda clase, «revolucionaria» o «R». Como quiera que no siempre es posible proceder a una distinción tajante entre estas dos clases, estableceremos también una clase «intermedia» o «I».

Existen importantes diferencias entre la investigación «E» y la investigación «R». La primera, que atañe esencialmente al perfeccionamiento de la ordenación de las operaciones de extracción, tiende a mejorar las prácticas usuales y suele traducirse en un aumento gradual y relativamente lento de la eficiencia. Por el contrario, la clase «R» de investigación atañe a perfeccionamientos, inventos y descubrimientos que pueden provocar cambios repentinos y trascendentales, y un rápido aumento de la eficiencia. Los casos positivos de esta investigación «revolucionaria» pueden parangonarse a la repentina alteración de características de una determinada especie que algunas mutaciones provocan y que revisten importancia trascendental en genética. Aunque las posibilidades de la investigación de la clase «R» son grandes, su consecución es difícil y los rápidos adelantos en esta esfera exigen la adopción de medidas y la inversión de fondos mucho más considerables que las requeridas por la investigación «E».

Podemos ilustrar esta distinción estudiando algunos de los problemas característicos de las clases de investigación «E», «I» y «R» y algunos de los factores relativos a cada una de ellas.

Investigación «E»

Una de las grandes dificultades intrínsecas de las operaciones forestales es la de que, en todas sus fases, la productividad de los obreros está afectada por muchas variables. Los factores variables que afectan el trabajo de los obreros se modifican constantemente. Aun cuando los procesos se repiten, es necesario proceder continuamente a diversos ajustes con objeto de cumplir los requisitos impuestos por la eficiencia y la seguridad.

En esta clase de trabajos, el rendimiento por hora-hombre de trabajo depende de factores tales como los productos primarios que han de fabricarse a partir de árboles, el herramental y técnicas, las condiciones físicas y destreza del obrero, la base de remuneración y el grado de su aplicación al trabajo, la facilidad de acceso al lugar de trabajo y otros muchos factores técnicos, económicos, humanos y materiales. Algunos de estos últimos son los siguientes: especie forestal, diámetro, limpieza del fuste, forma, defectuosidades, densidad del rodal, volumen de madera por unidad de superficie, sotobosque y otros obstáculos, topografía, suelo, clima, época del año y condiciones meteorológicas. Frecuentemente se registran grandes diferencias con respecto a muchos de estos factores dentro de un radio de distancia muy corto. Además, la eficacia de la explotación forestal como proceso de recolección de madera puede verse gravemente afectada por exigencias silvícolas o de protección, tales como la imposición de un determinado método de corta y las disposiciones sobre eliminación de los desechos forestales.

Se han realizado muchos estudios de carácter local o regional con el fin de determinar el efecto que ciertos factores de las condiciones y métodos de las operaciones ejercen sobre el coeficiente de rendimiento en las labores forestales. Gran parte de la investigación «E» trata de eliminar esfuerzos superfluos mediante la racionalización del trabajo, pero principalmente se encamina a procurar un adecuado punto de referencia para las estimaciones de mano de obra y costes de explotación forestal, que se necesitan en el planeamiento de las operaciones y en la fiscalización de gastos y, sobre todo, para sentar una base de partida para el cálculo de la remuneración del trabajo a destajo y para los convenios colectivos de trabajo y jornales concertados entre la mano de obra forestal y los patronos.

La investigación relativa a la correlación de los factores variables que informan las operaciones forestales con el coeficiente de producción viene a constituir, salvo algunas excepciones, una ayuda para la acertada administración de las operaciones más que un medio de lograr un rápido aumento de la eficiencia.1

[1 Cf. Unasylva, Vol. VII, N°. 2, pág 89. La Labor de la FAO: «Técnicas para la extracción de trozas y capacitación de obreros forestales».]

Investigación «I»

Buen exponente de esta clase de investigación es el análisis constructivo del «ciclo anual de extracción» en las operaciones en que las influencias estacionales constituyen un factor importante o aún restrictivo. En no pocos casos es posible aumentar considerablemente la eficiencia mediante la más acertada utilización de la mano de obra y seleccionando mejor las técnicas que deben emplearse para llevar a cabo determinadas clases de trabajo en ciertas épocas del año.

El análisis concienzudo y crítico de la «estructura» de las operaciones forestales orientado a lograr un aumento de la eficiencia constituye una esfera de investigación fecunda, pero difícil. Este problema suele tener no pocas raíces en el terreno de la selección de mano de obra y de la ordenación, de las técnicas y maquinaria de explotación y de la silvicultura. Una mayor coordinación en la administración de la mano de obra y del monte constituye un imperativo urgente. Por lo general, las mejoras requeridas no implican la adopción de disposiciones aisladas, sino conjuntos de medidas relacionadas entre sí y que es necesario implantar simultáneamente.

Las materias a que acabamos de aludir no se prestan del todo al estudio constructivo sobre una base amplia. En la investigación de la clase «I», así como en la de la clase «E», cada una de las operaciones de extracción suele requerir un estudio especial a causa de su particular conjunto de condiciones y requisitos.

Investigación «R»

Ciertas prácticas de extracción seguidas con carácter muy general son intrínsecamente ineficaces, aunque este hecho no siempre es evidente. A este respecto se plantea la clara necesidad de realizar investigaciones «revolucionarias» con objeto de diagnosticar acertadamente la situación y de hallar una solución adecuada.

Ejemplo elocuente de método de extracción ineficaz lo constituye la utilización de animales de tiro para acarrear madera por pendientes accidentadas Para el acarreo de cada una de las pequeñas cargas es necesario llevar a cabo una subida fatigosa y lenta y un descenso difícil, cuando el hecho es que este trabajo sólo exige el transporte en una dirección, cuesta abajo, lo cual puede conseguirse por la fuerza de la gravedad. Como quiera que, los lanzaderas, cablevías y otros dispositivos análogos sólo se justifican económicamente en operaciones concentradas, el Instituto Canadiense de Investigaciones sobre Pasta y Papel ha realizado en los últimos años estudios sobre las posibilidades de desarrollo de un método sencillo y barato para el transporte de madera por pendientes excesivamente pronunciadas aprovechando su propio peso sobre fuertes cables aéreos de un sólo cabo de acero, con resultado satisfactorio.

Si bien en los casos en que se ha aplicado eficazmente la mecanización de las operaciones de extracción ha aumentado en gran medida el rendimiento total, se impone seguir realizando una gran labor de investigación del tipo «R» con el fin de perfeccionar la maquinaria y técnicas de extracción. Por ejemplo, el acarreo mediante tractores de oruga suele hacerse arrastrando la madera inmediatamente detrás del tractor, a pesar de la gran resistencia de la carga, o bien remolcando cargas semisuspendidas de un puente de arrastre detrás del tractor, con lo que se añade un peso muerto considerable y se produce una pérdida de facilidad de maniobra. Ambos procedimientos presentan considerables inconvenientes intrínsecos. Si la semi-suspensión de la carga se lograra no mediante un puente de arrastre, sino introduciendo la oportuna modificación en la construcción del tractor, la disminución de la resistencia de la carga se combinaría felizmente con un aumento considerable en la potencia de tracción de la máquina. Refuerzan la solidez de este sencillo razonamiento las investigaciones practicadas hace ocho o nueve años en los Estados Unidos (tractor Tomcat del Servicio Forestal de los Estados Unidos) y los recientes experimentos hechos en Rusia con estos tractores especiales de arrastre (modelos KT-12 y ETT-1). El invento y perfeccionamiento del «bulldozer» en los Estados Unidos y su extendida aceptación en muchos países para la construcción de vías forestales constituye un caso de cambio «revolucionario» que se tradujo no sólo en un gran aumento de eficacia de las operaciones forestales, sino también en mayores beneficios para la ordenación de montes.

Las ventajas obtenidas con la investigación «R» suelen ser mucho mayores que las derivadas de las clases «E» o aun «I», no sólo por provocar cambios más beneficiosos, sino también por ser mucho mayor el grado de aplicación práctica de tales cambios. Sin embargo, la labor que la investigación «revolucionaria» supone suele ser más difícil y exigir mayor inversión de fondos para la adquisición de medios y la labor de perfeccionamiento.

Disposiciones sobre investigación

Podría formularse una larga lista de considerables aumentos de eficacia de los trabajos de extracción que son fruto de la investigación «R», y otra lista más larga todavía de problemas importantes que esperan solución. El alcance de los progresos que se logren en el futuro dependerá del planeamiento y de las medidas que se adopten para la realización de las investigaciones, no sólo en cuanto atañe a la totalidad de fondos que en ella deban invertirse y a las energías que deban consagrársele, sino también a su distribución.2

[2 Cf. Unasylva, Vol. VII, N°. 2, pág. 105. Reseña Bibliográfica: «Mecanización de las operaciones forestales en la URSS», por A. Koroleff.]

Examinemos a este respecto dos clases distintas de disposiciones o medidas relativas ala labor investigadora:

a) la adecuada organización de los trabajos mediante su centralización (organizaciones de investigaciones forestales dedicadas a aumentar la eficiencia de la extracción maderera), que cabe denominar disposiciones de investigación de la clase «C» («centralizadas»); y

b) trabajos de carácter relativamente ocasional, que pueden denominarse «dispersos» o «D».

Estas dos clases de disposiciones relativas a la labor investigadora difieren en gran medida en cuanto a sus posibilidades. Con las disposiciones de clase «C», las investigaciones suelen realizarse de acuerdo a un programa bien establecido a cargo de personal capacitado, que trabaja constantemente con buena dotación de medios. Por el contrario, las investigaciones «dispersas» sobre la eficacia de la explotación forestal dependen principalmente de personal forestal cuya función principal no es la investigación, efectuándose frecuentemente con carácter bastante ocasional, de un modo esporádico y estorbado por no pocos impedimentos. La eficacia de la labor realizada con arreglo a disposiciones «C» - bien sea por horas o por tanto alzado - es probablemente mucho mayor, pero debido a la falta de organización y cooperación y a la gran superioridad numérica de los investigadores de la clase «D», la mayor parte del tiempo, de las energías y de los fondos invertidos en toda la labor de investigación revisten tan escasa consistencia, que gran parte de la misma se malogra.

Ocioso es decir que ambas clases de investigación son necesarias, pero la clase «D» no se presta en medida suficiente a los difíciles estudios que suelen requerirse para hallar soluciones concretas a los más importantes problemas que se plantean en materia de eficacia de las operaciones de extracción.

Conclusiones

A juicio del autor, las principales medidas que deben adoptarse son las siguientes:

1. Examinar y definir los problemas concretos de investigación cuya solución contribuiría más al aumento de la eficacia de la explotación forestal en el respectivo país.

2. Tratar de aumentar y de perfeccionar aún más las disposiciones encaminadas a la organización y centralización de las investigaciones.

3. Hacer más hincapié en la investigación de tipo revolucionario que llevan a cabo las organizaciones de investigación forestal, aún cuando sea a costa de la investigación «evolutiva» (por lo general es más eficaz la combinación «RC» que la «RD»). Por estar en condiciones de evaluarlas y desarrollarlas, tales organizaciones pueden actuar a modo de imán para atraer de las más distintas procedencias ideas constructivas, «revolucionarias», sobre el fomento de la eficacia de la explotación forestal

4. Alentar a los dedicados a la investigación «dispersa» a trabajar directamente en la investigación de tipo «evolutivo» y a empeñarse en las otras clases de labor investigadora en cooperación con las organizaciones de investigación forestal o a través de ellas (ya que la fórmula «ED» tiende a ser más eficaz que la «EC» en cuanto se refiere a determinadas condiciones locales importantes).

FIGURA 1. - Gráfico de una operación de saca de trozas por medio de una grúa de cable aéreo.


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