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Silvicultura de los manglares

M. A. HUBERMAN

Dirección de Montes y Productos Forestales, FAO

El trabajo que sigue a continuación es un extracto, con ligeras modificaciones, del trabajo sobre Silvicultura Tropical publicado por la FAO en la Colección de Estudios de silvicultura y productos forestales. En él se exponen los aspectos fundamentales de la silvicultura de los manglares. Trata de la distribución; los factores físicos, los factores bioecológicos talas como composición, sucesión, producción de semillas y establecimiento y desarrollo de las masas, y las prácticas silvícolas, y se hacen algunas sugestiones sobre las investigaciones futuras.

El manglar es una comunidad forestal condicionada fundamentalmente a factores edáficos. Tales comunidades edáficas se dan en los trópicos en amplia variedad y distinto grado de importancia como fases sucesionales en el desarrollo de las principales comunidades climácicas o como retrogresión a partir de éstas. Aunque estas comunidades son el resultado de gran número de factores edafológicos (como la estructura, composición, aireación, riqueza mineral del agua superficial o subterránea y movimiento hidrológico, incluidos los cambios en el nivel de las capas acuíferas), probablemente los más importantes y frecuentes son los derivados de un régimen hidrológico extremo. Como consecuencia, se reconocen diversos tipos de comunidades forestales, como los de bosque ribereño, bosque de galería o ripícola, varzea, pantano periódico, de agua dulce o turboso, bosque de playa, bosque de marea y manglar.

Los manglares alcanzan en casi todas las zonas una importancia mayor desde el punto de vista económico que las demás comunidades edáficas anteriormente enumeradas, constituyendo en todo el mundo una importante fuente de madera de construcción, leña, postes, pilotes, tanino y otros productos forestales secundarios. El efecto de la explotación comercial es más señalado y, como resultado, tales bosques costeros se conocen mejor. Además, aunque los bosques de pantano fluvial y los edáficos de otro tipo ocupan dilatadas zonas del mundo tropical, y pese a que en ciertos lugares, como en la Federación Malaya y en Indonesia, revisten, mayor importancia comercial que los manglares, estas formaciones se han explotado y estudiado con menor intensidad, formando parte casi siempre de la ordenación y explotación de otros bosques higrofíticos o caducifolios. Las comunidades de Mora y Wallaba de las Guayanas constituyen buenos ejemplos. Además, está justificado el estudio más detallado de los manglares no sólo por su importancia comercial, sino también atendiendo a su amplia distribución en las tres zonas tropicales mundiales y a la más nutrida información útil con que hoy se cuenta respecto de esta comunidad forestal edáfica, netamente diferenciada e interesante silviculturalmente.

El término «manglar» abarca dos conceptos distintos. En primer lugar se comprenden en este término de 20 a 40 especies pertenecientes a diversas familias no emparentadas, pero que poseen características fisiológicas y adaptación estructural análogas, así como una misma preferencia en cuanto a la habitación. El segundo significado se refiere a un complejo de comunidades vegetales que forman un cinturón de anchura variable a lo largo de los litorales tropicales con ensenadas abrigadas, marismas, deltas e islas que quedan cubiertas por la marea alta. Estas comunidades edáficas son el resultado del continuo cambio operado por los depósitos fluviales, formación de barras, lagunas y pantanos temporales causados por alteraciones en los cauces, márgenes lacustres y regímenes de avenamiento, movimiento de aguas salinas o salobres como resultado de las mareas (tanto en estuarios como a considerables distancias corriente arriba) e, incluso, influencia de las olas a lo largo de las costas sobre la deposición de limo, fango o arena. Si bien las especies de manglar pueden extenderse más allá del nivel a que llega la marea máxima, Schimper (1903) en su definición de «manglar» y de «bosque de marea», que consideraba como términos sinónimos, incluyó en su totalidad la formación comprendida por debajo de la línea de pleamar. Este es el sentido con que aquí se emplea.

Distribución

En zonas costeras, sobre todo en playas fangosas y abrigadas y sujetas a inmersión periódica, los manglares alcanzan anchuras que pueden variar entre unos 100 metros y más de 20 Km. Estos bosques pueden desarrollarse en islas costeras de pocas hectáreas o muchos kilómetros cuadrados de extensión, en albuferas comprendidas entre estas islas y el litoral, o en fajas que penetran varios kilómetros tierra adentro siguiendo la corriente. Su distribución es mundial y suele considerarse dividida en dos zonas. La zona oriental comprende la costa este africana, así como las costas del Pakistán, la India, Birmania, Federación Malaya y Tailandia, siguiendo por las islas hasta Australia. En la zona occidental, quedan comprendidas las costas de América y del Caribe y las del oeste de Africa. Aunque en líneas generales la distribución de los manglares más ricos y exuberantes coincide con la del bosque higrofítico, se extiende muy al norte y sur del Ecuador, a veces más allá de los trópicos, a lo largo de costas cuyo clímax de vegetación continental está comprendido entre tipos mixtos caducifolios y tipos desérticos. El límite septentrional de los manglares se extiende hasta el sur del Japón, Golfo de Aqaba y el Mar Rojo, Florida (en América del Norte) y las Bermudas, alcanzando su límite meridional en el norte de Nueva Zelandia, Natal (Africa) y en el sur del Brasil (27° 30' aproximadamente), en Sudamérica.

No se cuenta con datos en cuanto a la extensión de los manglares en muchos países, pero se han dado a conocer algunas cifras. Así, por ejemplo, en los Sunderbunds (deltas del Ganges y del Brahmaputra en Bengala occidental, India y Bengala oriental y Pakistán Oriental), 1.600.000 Ha.; Federación Malaya, 129.500 a 155.500 Ha.; Puerto Rico, más de 6.500 Ha.; Islas Viti, de 18.000 a 20.000 Ha.; Kenia, 32.500 Ha., Tanganyika, 85.000 Ha.; Congo Belga, 20.000 Ha.; Zanzíbar, de 15.000 a 20.000 Ha.; e Indonesia, entre 50.000 y 100.000 Ha. Sin duda, las fotografías aéreas de las regiones costeras de los otros países interesados revelarían considerables extensiones de manglares pantanosos de gran riqueza potencial.

Factores físicos

En las condiciones edáficas extremas indicadas, el efecto del clima es menos señalado, y no parece necesario hacer un resumen especial de tales factores, excepto mencionar que la formación de manglar ocupa una dilatada zona de distribución. Aunque los efectos climáticos no son pronunciados, Stehlé (1945 - 46) observa que las intensas lluvias invernales, igual que ocurre en el Caribe, pueden disipar la salinidad del limo salobre, que es el preferido de los manglares halófilos, influyendo así sobre su distribución, a la vez que los vientos, al arrastrar las arenas de médanos cercanos, pueden contribuir al relleno del pantano, influyendo con esto sobre la composición y desarrollo. Por otra parte, las condiciones de habitación, en lo que se refiere a estación y a las resultantes condiciones edáficas e hidrológicas, influyen sensiblemente sobre la composición, sucesión y ordenación silvícola. En realidad, uno de los caracteres más notables del habitat típico de manglar es que, en todo lugar, el nivel del suelo no sólo va elevándose gradualmente, sino que al mismo tiempo se aleja cada vez más de la orilla a medida que la costa penetra en el mar como resultado de la continua deposición del limo arrastrado por las aguas de los ríos, especialmente en las zonas de elevada precipitación. En consecuencia, se producen cambios en la frecuencia y duración de la inmersión y en el grado de salinidad del agua marina, y en cualquier región que se considere es posible apreciar una amplia variación en estos factores ambientales al alejarse de las orillas limosas de reciente deposición e irse internando en terreno de gradual elevación.

Estos factores son probablemente de importancia mucho mayor que la calidad del suelo por sí misma. En su mayor parte, el suelo, en casi todas las formaciones marginales, contiene una elevada fracción arcillosa, casi siempre compacta, de color azul y con un bajo contenido de materia orgánica. En los depósitos más recientes situados frente al mar, así como en los limos depositados por los ríos en sus propias orillas, el suelo es más friable, de color pardo negruzco, y contiene cierta cantidad de arena y una importante proporción de materias orgánicas. El desarrollo óptimo del tipo de manglar coincide con la existencia de suelos profundos y bien aireados, ricos en materia orgánica y con poca arena. Se observa también un satisfactorio desarrollo cuando el suelo consiste en arcilla compacta cubierta por un horizonte delgado de limo y humus ácido. En las zonas que quedan inundadas por las mareas, el subsuelo consiste en una arcilla cruda azul, mientras que en zonas más áridas el subsuelo suele ser arenoso. Esta misma descripción sirve aproximadamente para casi todos los manglares de las zonas oriental y occidental.

Factores bioecológicos

Los factores propios de la habitación para cada lugar peculiar y especial tienen también un señalado efecto sobre los caracteres bioecológicos. En su mayor parte, los manglares están compuestos por arbustos y árboles que forman una característica masa densa siempreverde de aspecto impenetrable y poca altura (desde uno hasta 30 o más metros). En cuanto a su fisonomía y relaciones ecológicas, las formaciones de la zona oriental y occidental son fundamentalmente semejantes. Por ejemplo, las especies típicas poseen caracteres fisiológicos especiales y una adaptación estructural para soportar las inundaciones periódicas, la salinidad del agua y la consiguiente «aridez fisiológica»; las especies de Rhizophora poseen raíces zanco y las de Bruguiera y Heritiera raíces con excrecencias cónicas, mientras que las de Sonneratia, Carapa, Avicennia y Armora echan neumatóforos puntiagudos semejantes a los turiones de espárrago. Las especies típicas se caracterizan también por una tendencia general hacia la viviparidad. Casi todas poseen frutos o semillas grandes y flotantes y hojas gruesas, coriáceas, de color verde oscuro y con estructura xerofítica. Como Richards (1952) hace observar, los manglares constituyen probablemente el ejemplo más notable de plantas con señaladas analogías que se desarrollan en ambientes parecidos, pero muy alejados entre sí.

FIGURA 1. - Plantación de claros con Rizophora mucronata en manglares malayos.

Fotografía: Malayan Forest Service

COMPOSICIÓN APROXIMADA DE LA FORMACIÓN DE: MANGLAR EN EL PAKISTÁN, LA INDIA Y BIRMANIA (TROUP, 1921)

Especie

Sind

Península Indica

Sunderbunds

Chittagong

Birmania

Islas Andamán

Delta del Indo

Costa Occidental

Costa oriental

Rhizophora mucronata

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R. conjugata

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Ceriops candolleana (= C. tagal)

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C. roxburghiana

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Kandelia rheedii

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Bruguiera gymnorrhiza

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B. eriopetala

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B. caryophylloides (= B. cylindrica)

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B. parviflora

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Carapa obovata (= Xylocarpus granatum)

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C. moluccensis (= X. gangeticus in Sundarbans)

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Cynometra ramiflora

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Lumnitzera racemosa (= L. litorea)

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L. coccinea

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Sonneratia acida (S. caseolaris)

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S. apetala

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S. alba

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S. griffithii

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Scyphiphora hydrophyllacea

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Aegicera majus

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Achantus ilicifolius

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Avicennia officinalis

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Excaecaria agallocha

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Nipa fruticans

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Phoenix paludosa

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Composición

Fundamentalmente, la composición es igual en la zona oriental que en la occidental. En ambas se observan los mismos géneros, aunque todas las especies son distintas. La formación alcanza su máxima exuberancia y riqueza florística en los trópicos húmedos de la zona oriental, sobre todo en la Federación Malaya y en los Sunderbunds, si bien la formación es relativamente pobre en especies comparada con floras más tropicales. Su homogeneidad fundamental queda ilustrada por la lista de especies que figura a continuación para varios de los países de cada zona. Para la zona oriental, Troup (1921) da a conocer la composición aproximada para el Pakistán, la India y Birmania.

En Indonesia se han registrado las siguientes especies: Rhizophora mucronata, R. apiculata, Bruguiera gymnorhiza, B. sexangula, B. parviflora, Ceriops tagal (= C. candolleana), Xylocarpus granatum y Sonneratia caseolaris. En la Federación Malaya, las principales especies son: Rhizophora conjugata, R. mucronata, Bruguiera parvifora, B. cylindrica (= B. cargophylloides), gymnorrhiza, B. gymnorrhiza, B. hainesii, B. eriopetala y Ceriops tagal.

En la zona occidental se conoce la composición de los bosques de Puerto Rico y Nigeria. En Puerto Rico, las cuatro especies principales son: Rhizophora mangle, Laguncularia racemosa, Conocarpus erecta y Avicennia nítida. En Nigeria y en el Congo Belga, los manglares están formados por Rhizophora racemosa (alrededor del 99 por ciento), Avicennia nítida, Laguncularia racemosa y Conocarpus erecta (en las orillas pantanosas más áridas), y Acrostichum aureum.

Otra notable característica de los manglares que influye sobre la composición es que las diferentes comunidades vegetales están zonadas, formando fajas más o menos paralelas a la costa con una definida segregación o zonación de la especie dominante. Por ejemplo, en la Federación Malaya, las masas de la banda más próxima al mar suelen estar compuestas por Avicennia intermedia, A. Alba o Sonneratia alba con Rhizophora spp. en terrenos algo más elevados, seguida por Bruguiera, que a veces continúa hasta el extremo límite del pantano a que llegan las mareas.

Sucesión

La sucesión, salvo algunas diferencias en las especies colonizadoras, es virtualmente idéntica en ambas zonas. Por ejemplo, en el territorio malayo, las riberas limosas deben quedar libres de inundación dos días al mes antes de que se produzca la colonización (por encima del nivel máximo a que llega la marea muerta). Las especies de Avicennia entre las que existe predominio de A. alba, son colonizadoras de las zonas formadas por depósitos arcillosos frente al mar, mientras que Sonneratia alba es la especie colonizadora típica de las riberas limosas de los estuarios. En las arcillas densas bañadas por el mar, Bruguiera cylindrica sucede a Avicennia, y el nivel del suelo se eleva rápidamente hasta el límite extremo alcanzado por las mareas. En los sedimentos de estuario, Rhizophora mucronata sustituye a Sonneratia alba, pero el nivel del suelo no se eleva tan rápidamente.

A medida que va estando mejor aireado el suelo y es mayor su contenido de humus, se produce el desarrollo máximo del bosque de Rhizophora, sobre todo de R. conjugaba (considerado a veces el «clímax» de la sucesión de manglar). El bosque de Rhizophora es sensiblemente menos vigoroso en suelos de arcilla compacta o en aquellos sujetos a inundación fluvial y deposición de sedimentos arenosos. Las condiciones óptimas de inundación las representan los parajes que quedan cubiertos por las mareas medias, con períodos secos de cuatro a ocho días dos veces por mes durante la marea muerta. Se estima que más de dos tercios de todos los manglares malayos están formados por masas de Rhizophora caracterizadas por una abundancia de cursos de agua secundarios. Las especies asociadas suelen ser Bruguiera parvifora y el helecho Acrostichum speciosum, con manchas dispersas de Xylocarpus granatum y Ceriops tagal. A medida que se eleva el nivel del suelo y que las inundaciones son menos frecuentes, pueden establecerse otras especies de Bruguiera. Estas últimas (probablemente B. gymnorhiza, B. hainesii y B. eriopetala) alcanzan mayor predominio a medida que el terreno se vuelve más seco, formando la transición hacia las formas continentales de bosque de marea y representando la fase final en la sucesión. Aunque Rhizophora puede desarrollarse hasta el límite máximo de inundación por las mareas, la regeneración de estas especies, así como la de especies de Bruguiera, es poco segura. En este caso, Acrostichum aureum se desarrolla densamente y constituye sin duda un grave factor que impide el establecimiento de la masa regenerada y en último término de especies de bosque de mareas de Xylocarpus, Heritiera, Intsia y Lumnitzera (Watson, 1928).

Tal es fundamentalmente, y sólo con ligeras variaciones, el esquema de sucesión en casi todas las zonas de manglares, tanto orientales como occidentales. Por ejemplo, en Nigeria, los arbustos de Laguncularia se desarrollan en las orillas de reciente formación en la desembocadura de riachuelos que afluyen al mar. Más hacia el interior se observan árboles de Avicennia de 5 m. de altura y por último, en terreno limoso, puede establecerse Rhizophora Tanto Avicennia como Rhizophora, por razones no del todo conocidas, pueden resultar achaparrados. En las márgenes de los pantanos se encuentran arbustos de especies como Hibiscus, Drepanocarpus y Ecastaphyllum y hierbas como Ipomea y Telanthera. En los médanos situados detrás de las masas de Avicennia crecen Xylocarpus (= Carapa), Cathormion, Phoenix reclinaba, Raphia y Elaeis. Cuando el terreno queda inundado por corrientes de agua dulce se observa Mitragyna ciliata y en las fases finales de Rhizophora enano se da el helecho Acrostichum.

Sin embargo, a pesar de la existencia de semejanzas muy notables, no debe suponerse que todos los manglares atraviesan todas las fases del desarrollo y que existen todos los tipos. A este propósito, nunca se insistirá bastante en la importancia del estudio de las variaciones locales en la sucesión, en relación con el tratamiento silvícola y la ordenación de los manglares, producida por la acción mutua de factores tales como la frecuencia de sumersión, salinidad, naturaleza del substrato, y la acción erosiva o agresiva del mar.

Holdridge (1940) da a conocer los siguientes cambios en la composición después de las cortas:

Especies

Porcentaje actual

Porcentaje antes de la intervención humana

Laguncularia

50

30

Avicennia

25

30

Rhizophora

20

30

Conocarpus

5

10

 

100

100

En realidad, las cortas definitivas casi siempre conducen a una degradación de la masa, por retrasar la sucesión en las primeras fases, acelerarla en las ultimas o estimular el desarrollo de especies inferiores en la fase de clímax. Las medidas encaminadas a acelerar la sucesión mediante la corta de especies colonizadoras de Avicennia parecen conducir a una prolífica regeneración y a chirpiales abundantes como consecuencia de haberse eliminado la sombra, a la que estas especies son muy intolerantes. Por otra parte, en zonas más áridas, las cortas pueden estimular la invasión de Bruguiera en las masas de Rhizophora, y en las zonas netamente áridas Acrostichum aureum se desarrolla con densidad después de las cortas y puede impedir la sucesión del manglar. Es preciso un estudio más profundo de la sucesión que sigue a la apertura de los manglares.

Producción de semillas y establecimiento

La producción de semillas es anual, y va de abundante a prolífica. Las semillas pueden ser vivíparas o no; y poseen una elevada capacidad germinativa, pudiendo permanecer viables durante largos períodos. Rhizophora y Bruguiera son vivíparas (sus semillas germinan antes de caer) y Avicennia es semivivípara; otras no. La dispersión de las «semillas» es de ordinario mediante el agua. Se ha observado el acodo natural en Laguncularia, y los chirpiales son comunes en Avicennia y Rhizophora, aunque para este segundo género sólo con brinzales jóvenes (Stehlé, 1945-46; Noakes, 1954). Algunas especies de manglar producen buenos brotes de cepa, sobre todo en su juventud.

La germinación y enraizamiento suelen ser rápidos y de éxito positivo para todas las especies importantes. Las especies comunes de manglar, con pocas excepciones, son intensamente fotófilas, y la cubierta natural de vuelo es durante gran parte de su existencia densa y regular, con escaso sotobosque. Esta misma densidad impide la supervivencia de los brinzales de especies valiosas. Las únicas excepciones de importancia en la zona malaya son Bruguiera parviflora y B. gymnorrhiza, ninguna de las cuales es apreciada, aunque la segunda se considera de valor comercial en las Islas Andamán (Banerji, 1954). Sin embargo, a medida que la cubierta de vuelo se va aclarando como resultado de la edad o de tratamientos silvícolas, casi siempre se produce la regeneración natural en las zonas malayas, y en los Sunderbunds, si bien en forma más incierta en casi toda la zona occidental. Aunque gran parte de la masa regenerada queda a veces casi por completo destruida al extraer el piso superior, de ordinario se consigue la plena repoblación natural. Una abundante regeneración natural no constituye casi nunca un problema en los manglares.

En algunos lugares, como en Puerto Rico, el contenido salino puede ser tan elevado en las extensas zonas conocidas como «salitrales» que la luz solar produce una reverberación brillante al incidir sobre los cristales de sal. Este factor impide el establecimiento de la regeneración natural, a menos que las lluvias o el agua dulce de corrientes interiores disuelvan la sal. Los estudios practicados en Puerto Rico han revelado también que la magnitud de las aperturas en la cubierta de vuelo, al igual que otros factores, pueden determinar que la regeneración sea o no de las especies buscadas. Los niveles freáticos son, al parecer, factores determinantes de importancia en tal establecimiento, pero no se conocen lo suficiente las razones a que ello obedece.

FIGURA 2. - Rizophora mangle regenerada naturalmente en un claro de una masa. Manglares de la región centro americana. - Fotografía: O. Jurgenson

En algunos lugares en que las condiciones hidrológicas favorables permiten el asentamiento de las semillas, la regeneración natural puede establecerse con todo éxito en menos de un año. Las mareas altas ordinarias pueden cubrir sólo parte de la superficie, mientras que la combinación de las mareas mayores en septiembre y octubre, que de ordinario cubren dilatadas zonas, junto con la abundancia de semillas desprendidas, puede conducir a una excelente regeneración. Sin embargo, el movimiento de las aguas puede no sólo depositar las semillas, sino también arrastrarlas consigo antes de que enraícen. En los períodos de marea menor suelen existir abundantes albuferas y esteros que no siempre son los mejores lugares para el buen establecimiento. Esto ha tratado de explicarse por varias razones: la elevada temperatura del agua debida a la radiación solar o la concentración salina de las aguas pueden ser lo suficientemente elevadas para redundar en perjuicio de los pies de semilla. Se ha obtenido un éxito positivo en la plantación de tales zonas con Rhizophora, pero no así con otras especies de manglar.

Existen otros varios factores que tienden asimismo a retrasar o impedir la adecuada regeneración. En el territorio malayo, los monos pueden ocasionar daños de menor cuantía desarraigando los brinzales, sobre todo en las plantaciones, y la acción destructiva de los cangrejos puede ser de tal magnitud que impida por completo la regeneración natural e incluso la plantación. En los claros amplios, el helecho Acrostichum aureum encuentra excelentes condiciones para su desarrollo pudiendo ocupar dilatados espacios. Los frondes pueden alcanzar alturas de 1,8 a 3,7 m., y las grandes masas de rizomas y raíces, así como los frondes muertos y desprendidos, dificultan el asentamiento y germinación de las semillas; en cambio, otras veces este helecho puede ofrecer una protección a los brinzales establecidos contra el perjuicio que pudieran causarles las ramas desprendidas y el movimiento de los desechos flotantes de explotación forestal, con frecuencia muy perniciosos para el establecimiento inicial de las semillas transportadas por el agua. En la zona occidental, la invasión de zonas más áridas por la planta gigante A. aureum puede ser lo suficientemente grave para exigir la quema de los helechos durante los meses más secos de enero a abril, seguida por dos cortas con machetes, distanciadas varios meses entre sí, para preparar el terreno para la plantación o para la diseminación natural durante las mareas altas en septiembre y octubre.

FIGURA 3. - Regeneración natural de Avicennia nítida y Rizophora mangle. Manglar de la región centroamericana formado en su mayor parte por A. nítida. - Fotografía: O. Jurgenson

Los desechos de explotación forestal pueden ser tan voluminosos que impidan el establecimiento de la regeneración natural o causen daños graves a los brinzales establecidos al flotar tales desechos arrastrados por las mareas. En el territorio malayo, la destrucción de desechos mediante quemas ha resultado ser imposible. Quizá la solución consista en aprovechar al máximo posible todos los materiales explotados con vistas, por ejemplo, a la carbonización cuando las condiciones económicas lo permitan.

La inundación profunda hasta distancias considerables corriente arriba y la velocidad de las aguas en la bajamar, impiden con frecuencia el establecimiento natural de los brinzales, llegando incluso las mareas altas a arrastrar las plantaciones ya establecidas. Las transgresiones por parte del hombre en las comarcas muy pobladas crean también un grave problema.

Desarrollo de las masas

Una vez establecidas, las principales especies de manglar se desarrollan bien, con fustes cilíndricos, erectos y limpios que a veces son múltiples, pocas ramas laterales y copa compacta. En los bosques cerrados, Rhizophora presenta estos caracteres y puede alcanzar alturas de 21 a 37 m., con perímetros de 1 a 2 m. En el territorio malayo, por ejemplo, el tamaño normal de corta a una edad de 20 a 30 años, es de 15 a 18 m. de altura y 46 a 76 cm. de perímetro. En Puerto Rico, el tamaño es algo menor, y un recuento efectuado en una zona dio una cifra de 43.500 pies de Laguncularia por hectárea, de los cuales el 60 por ciento presentaba un diámetro normal de 13 mm., siendo el diámetro mayor registrado de sólo 94 mm. a la altura del pecho.

FIGURA 4. - Masa joven de Laguncularia racemosa regenerada naturalmente. Manglar de la región centroamericana. Obsérvese la buena conformación de los fustes. - Fotografía: O. Jurgenson

Respecto del desarrollo y rendimiento, los planes de ordenación en los territorios de la zona oriental, como la Federación Malaya y los Sunderbunds, ofrecen datos preliminares sobre el incremento medio anual como guía para las rotaciones y ciclos de corta. El incremento medio anual del bosque mixto de Rhizophora en el territorio malayo, por ejemplo, culmina a los 25 años, previendo en esta cifra un período de regeneración de tres años. En una tabla provisional de rendimientos que se ha preparado para los mejores manglares de la Federación Malaya, en Perak se advierte un incremento medio anual culminante de 9 a 10 m.3 por hectárea, con un rendimiento final de unos 210 m.3 por hectárea. Sin embargo, no es tan elevado el rendimiento del manglar medio de la Federación Malaya.

En el caso de Bruguiera cylindrica, las mediciones indican que esta especie de crecimiento lento, puede exigir al menos 40 años para alcanzar tamaño comercial. No se cuenta con datos sobre el rendimiento real de esta especie, y los datos análogos para otros lugares son bastante incompletos. Troup (1921) da a conocer una localidad en Arakan (Birmania) que produjo 63 Tm./Ha. de madera, y 8 Tm./Ha. de corteza, en su madurez. Los planes de ordenación en la zona occidental no han evolucionado lo bastante para ofrecer cifras fidedignas de rendimiento.

Rara vez son precisas las limpias o escamondas, aunque pueden efectuarse siempre que exista un mercado para los pies extraídos. Las claras se realizan generalmente según el método del «bastón» esto es, con un espaciado uniforme que se obtiene usando bastones de distinta longitud según la edad de los pies. El clareo definitivo suele ser lo suficientemente intenso para estimular la regeneración. Se desconocen enfermedades o insectos de importancia que ataquen a los manglares, aunque en Nigeria los teredos han creado una situación de cierta gravedad y en la zona occidental los termes figuran como una de las plagas principales de los árboles vivos. También se han denunciado ataques por bupréstidos y lepidópteros.

Prácticas silvícolas

Se comprende que en estas circunstancias se haya aplicado a los manglares una amplia variedad de tratamientos de regeneración natural, incluidos los de monte bajo. En la zona asiática, donde ha podido adquirirse mucha y muy variada experiencia, se han ensayado varios tratamientos, como el de cortas por entresaca, normalmente con un límite perimétrico mínimo, de corta rasa bajo cubierta de árboles padre y de cortas a clareo sucesivo uniforme bajo cubierta. Tales sistemas se encaminaban fundamentalmente a la reproducción de las mejores especies, casi siempre Rhizophora (o Bruguiera) en masas puras. El tratamiento de monte bajo ha resultado satisfactorio en algunos lugares, por ejemplo, en la India y el Caribe, y para algunas especies (Krishnaswamy, 1952; Stehlé, 1945-46), pero como ya se indicó, no todas las especies principales de manglar producen chirpiales en grado satisfactorio y, por consiguiente, tal tratamiento es de limitada aplicación. En su mayor parte, los tratamientos silvícolas se encaminaban a un aprovechamiento máximo de la frecuente y abundante producción de semillas. Las cortas por entresaca con un límite perimétrico mínimo, si bien no completamente satisfactorias, han permitido obtener excelentes masas en muchos lugares. Las cortas diseminatorias, algo más flexibles, combinadas con cortas intermedias para inducir la regeneración avanzada, se han aplicado también, aunque no siempre han sido satisfactorios los resultados, habiéndose observado un aumento en la masa de las especies menos convenientes y marras que exigían la plantación.

FIGURA 5. - Ejemplo de los métodos de extracción en un bosque de manglares malayos. - Fotografía: Malayan Forest Service

Al presente, el sistema malayo exige cortas intermedias para inducir la regeneración en las clases de edad inferiores, y la corta definitiva es a hecho (Noakes 1954). Según se manifiesta, los resultados son más satisfactorios desde el punto de vista del rendimiento en volumen, y en la zona desmontada se consigue una adecuada masa regenerada con mayor uniformidad. La plantación en la zona restante no ofrece grandes dificultades. Persiste, sin embargo, el inconveniente de que Bruguiera parviflora se regenera más fácilmente, convirtiéndose en especie dominante entre los brinzales que quedan en pie después de la corta definitiva. Se han ensayado rotaciones de 20, 25 y hasta 40 años, pero el máximo volumen de árboles de 38 a 76 cm. de perímetro se consigue con rotaciones de 30 años, sobre todo para el bosque mixto de Rhizophora.

En la India se han aplicado diversos sistemas. Troup (1921) observa que la rotación en Madrás es de duración mucho menor que la del territorio malayo, en algunos casos, de sólo 5 a 10 años. En las Islas Andamán, el método más satisfactorio consiste en la corta rasa y en la plantación. No se reponen marcas, ya que todos los claros quedan ocupados por los pies nacidos de semillas procedentes de masas o pies próximos, y transportados por las mareas. Este método de regeneración artificial y natural combinadas produce siempre los mismos resultados satisfactorios (Banerji, 1954). En los Sunderbunds, que durante varios decenios ha sido la más extensa zona sometida a tratamiento, el sistema prescrito es el de cortas de entresaca y cortas de mejora, con clareos (Curtís, 1932).

Estudios que deben efectuarse

Resulta evidente que, en la asociación de manglares, debe concederse una atención especial al área de distribución de una especie o asociación, y la delimitación de un cinturón óptimo dentro de este área podría contribuir en grado notable a simplificar los problemas que plantea la regeneración. La silvicultura y la ordenación deben perseguir la regeneración, sea natural o artificial, de una especie o tipo determinados y para diversas clases de inundación. Además, la complicada sucesión secundaria que sigue a la corta, o a los daños naturales causados por las tormentas, debe investigarse más a fondo para ampliar el fundamento de una práctica silvícola. Conviene igualmente un estudio más detenido de la producción de semillas y de las condiciones exigidas para la germinación, y pruebas sistemáticas, entre ellas los análisis de costos, de los distintos métodos de efectuar las cortas de explotación o las cortas orientadas al satisfactorio establecimiento de la regeneración natural.

De todas formas, aunque los métodos de regeneración natural son comunes y, en general, de éxito satisfactorio en los manglares, estos bosques sirven de claro ejemplo de la necesidad de adaptar las prácticas silvícolas a las condiciones locales. Esto deberá basarse en un adecuado conocimiento de los caracteres bioecológicos pertinentes, incluso en una formación que presenta amplias y evidentes analogías fisonómicas y ecológicas en un ámbito mundial.

Bibliografía

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CERTIFICADO DE CALIDAD

Especie: Nombre vulgar (en el idioma del país exportador):

Nombre latino:

Nombre y dirección del remitente de la muestra:

Descripción de la muestra por el remitente:

Fecha de llegada de la muestra a la estación de inspección de semillas:

Resultado del ensayo*:

Grado de pureza:

Peso de 1.000 semillas:

Sección de semillas completas, porcentaje de semillas inútiles:

Poder germinativo:

Otras observaciones:

* Se ruega utilizar las normas adoptadas en Dublín en Mayo de 1953 por el «International Seed Testing Association»

Certificado:

Certifico que los datos anteriores son exactos.

El Director de la Estación de Ensayo de Semillas

CERTIFICADO DE ORIGEN

Especie: Nombre vulgar (en el idioma del país exportador):

Nombre latino:

Fecha en que se recogió:

Situación del rodal productor de la semilla:

País:

Localidad:

Número del rodal en el registro nacional (si es posible):

Latitud:

Altitud: metros sobre el nivel del mar

Zona:

Distrito:

Designación del lugar:

Longitud:

Exposición:

Inclinación:

Especies forestales que constituyen el bosque natural (nombre latino) - si es posible - o referencia a la zona fitoclimática:

Condiciones geológicas y tipos de suelo:

Descripción del rodal productor de la semilla:

Especie: Nombre vulgar (en el idioma del país exportador):

Nombre latino:

Forma de originarse:

Edad actual:

Tratamiento aplicado actualmente:

Arboles - padres:

Diámetro:

Altura:

Naturaleza de las ramas, tamaño e inclinación:

Forma del tronco:

Edad:

Observaciones (Fecha media de foliación, etc.):

Certificado:

El funcionario forestal competente certifica que los datos anteriores son exactos:

firma:

sello

Los datos anteriores han sido sometidos a:

HOJA DE ENVIO FAO

Impreso para el intercambio internacional de semillas y demás material botánico destinado a fines científicos

Nombre y dirección del consignatario:

Nombre y dirección del remitente:

Peso bruto del paquete:

Naturaleza del contenido:

Especie botánica:

Nombre vulgar:

Nombre latino:

Fecha, lugar y naturaleza del tratamiento de desinfección (si lo ha habido) al que ha sido sometido el material:

El poso del paquete no debe exceder de 1 kilogramo (35 onzas aproximadamente) y en él deben figurar el sello en tinta o en seco (si es posible) de la institución y la firma del funcionario responsable del envío.

NOTA: Este impreso, destinado a facilitar el intercambio de semillas forestales y material botánico para uso científico, ha sido aprobado por la Conferencia de la FAO en su Sexto Período de Sesiones con la siguiente recomendación:

«1. que los Estados Miembros tomen las medidas necesarias para adoptar los Certificados de Calidad y Origen...con el fin de asegurar la autenticidad del material respectivo; y

2. que, con el fin de facilitar el intercambio de semillas y plantas para fines científicos, los Estados Miembros hagan reconocer por los organismos nacionales pertinentes la Hoja de Envío...»


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