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Preparación de inventarios de plantaciones forestales en el trópico

F. LOETSCH

Funcionario de Asistencia Técnica de la FAO

Aplicación de las tarifas de árbol medio

En la última década se han plantado extensas superficies tropicales con especies de crecimiento rápido como Pinus spp., Albizzia spp., Acacia decurrens, Eucalyptus spp. y hay probabilidades de que esa tendencia continúe acentuándose en el futuro. Aún queda por resolver el problema de simplificar la ordenación de esas masas con rotaciones breves (de 8 a 30 años).

Tales bosques pueden perpetuarse mediante plantaciones artificiales o, como sucede con los manglares o bosques de bambú, por regeneración natural. El medio más sencillo de obtener rendimientos sostenidos es aplicar el bien conocido método de las clases de edad, adoptando como factores de regulación sólo clases de área y de edad, y quizá también clases de lugar. Si los bosques se tratan y aclaran regularmente y, por lo mismo, son hasta cierto punto de edad semejante y de estructura y volumen uniforme, el método resulta plenamente satisfactorio.

Pero por varias razones, la estructura de las plantaciones con frecuencia se aparta mucho de lo normal (las situaciones extremas son una total ausencia de aclareo hasta la edad madura, o un exceso de éste por efecto de talas ilícitas y excesivas). Es evidente que en esos bosques una regulación de los rendimientos por superficie daría por resultado un desequilibrio en las talas anuales que trastornaría por completo los programas de producción de las industrias dependientes de esos montes. En la mayoría de los casos, como sucede en Indonesia, los bosques se establecen para alimentar fábricas de pasta y de papel que requieren un suministro regular y constante de materia prima.

En Indonesia, el personal forestal basaba sus estimaciones del volumen que cabe esperar de las plantaciones maduras, sobre las tablas de producción, bastante fidedignas, de que afortunadamente se disponía respecto de algunas especies de crecimiento rápido. Las desviaciones de la norma (densidad de masa) se estimaban a ojo o se medían sobre la base de parcelas de muestras. Para que sea fidedigna, una estimación a ojo de la densidad de masa requiere un alto grado de capacidad. Con arreglo a la experiencia del autor en Sajonia, el volumen en pie por unidad de superficie es mucho más fácil estimarlo directamente que la densidad de masa en relación con una tabla de producción, ya que la desviación de la norma es resultado de una serie de factores. También el número de parcelas de muestra que se necesita para obtener una estimación fidedigna sobre la densidad de masa es casi igual a la que se requiere para estimar directamente el volumen sin recurrir a las tablas de producción. Otro punto de importancia todavía mayor es que la clase de lugar necesaria para utilizar la tabla de producción debe obtenerse sobre la base de la edad y la altura de la cima.1 La medición de la altura es operación que requiere tiempo, sobre todo en zonas montañosas como las de Java, donde a menudo es fuente de graves errores.

1 Bien sea el promedio de altura de los 100 árboles de mayor diámetro por Ha., o el promedio de altura de los árboles predominantes.

Todas estas consideraciones condujeron al autor a la conclusión de que se necesitaba hallar un método sencillo para hacer estimaciones volumétricas, que no requiriese medidas de altura ni el empleo de una tabla de producción y se basara únicamente en dos elementos, a saber: el diámetro a la altura del pecho (d.a.p.) y el número de árboles por unidad de superficie. El más apropiado parece ser el método de la «tarifa de árbol medio».

Krenn, que fue el primero en establecer esas tarifas de árbol medio, ha señalado los siguientes hechos en su folleto Tarife zur Massenberechnung von Beständen (Tarifas para la computación del volumen total de masas forestales): Primero, por lo que se refiere a las especies europeas, las curvas trazadas para las clases de edad y las clases de lugar respectivamente, que dan «el diámetro respecto del volumen» y el «diámetro respecto de la altura», divergen en una especie de cuña curva a medida que los diámetros aumentan; segundo, en la práctica, el grado de esta variación se puede tomar en cuenta computando una tarifa media (M) y otras dos tarifas, una superior y otra inferior, cada una de las cuales difiere en 12 por ciento de la tarifa media con respecto a determinado diámetro. Para decidir en general cuál de estas tres tarifas se va a utilizar para el árbol medio de una masa, se recurre a la estimación a ojo de la escala media de la altura.

De este modo, Krenn obvió la necesidad de contar con medidas exactas de altura o de trazar curvas de altura en conexión con las especies europeas y con períodos de rotación de 80 o más años. Pero en cambio tuvo que resolver la presencia de considerables diferencias en la altura de árboles medios de igual diámetro medio, mediante la introducción de sus tarifas superior e inferior.

La computación del volumen con ayuda de la tarifa se efectúa mediante esta sencilla fórmula:

,

lo que expresado en palabras Significa lo siguiente: El volumen de madera por Ha. de una masa (Vha) es el producto del número de árboles por Ha. (Nha) y la tarifa volumétrica del área basal del árbol medio (V-Dg).

Con esta sencilla fórmula es innecesario medir las alturas. Se supone que, independientemente de la clase de edad o de lugar, una cierta altura media, y por consiguiente un determinado volumen, está estrictamente relacionada con un diámetro dado del área basal del árbol medio. Sin embargo, este supuesto es aplicable únicamente a las especies europeas dentro de un límite de variación de más o menos 12 por ciento. En cuanto a especies de crecimiento rápido como Pinus merkusii, Agathis loranthifolia, Acacia decurrens, y Antocephalus cadamba, para las cuales se han computado tablas de producción, se comprobó que las curvas «diámetro respecto de la altura»divergen poco según las clases de edad y de lugar. La primera evaluación resultante del empleo de una tabla de producción, reveló que era suficiente una sola tarifa para el volumen total de madera, sin introducir variaciones de ±12 por ciento.

Por otra parte, se comprobó que la relación entre el «diámetro del área basal del árbol medio» (D) y el «volumen» (V) seguía la función exponencial V = a. Db, donde a y b son constantes. En forma logarítmica, la ecuación podría expresarse como log V=log a+b log D.

Esta conversión simplifica mucho el método para computar una tarifa. Con ayuda del método de los mínimos cuadrados, se estableció la línea recta óptima para cada especie maderera, en papel logarítmico doble, mediante la computación de los dos coeficientes de regresión, log a y b. En el Informe FAO/PAAT N° 1281, Application of mean tree tariffs for the further development of forest management of the plantation forests (Indonesia), se dan más detalles acerca de los antecedentes teóricos de las tarifas de árbol medio.

Para computar tarifas válidas de árbol medio hay que basarse en gran cantidad de investigaciones. Indonesia se encuentra en una situación favorable, ya que el Instituto de Investigaciones Forestales de Bogor ha tenido en observación durante 20 ó 30 años centenares de parcelas permanentes de muestra. Miles de árboles apeados se han medido y cubicado en secciones de dos metros. Se han preparado tablas de producción y de volumen para varias especies.

Gracias a este material, el autor pudo computar respecto de las especies más importantes, tarifas de árbol medio cuyos coeficientes de regresión son los siguientes:

Especies

log a

log b

Pinus merkusii

-4,65698

+2,94761

Agathis loranthifolia (Java occidental)

-4,18010

+2,72423

Agathis loranthifolia (Java oriental)

-3,93669

+2,47980

Acacia decurrens

-3,49500

+2,21496

Albizzia falcata

-3,65761

+2,41198

Antocephalus cadamba

-4,31180

+2,83100

En la Figura 1 aparecen las curvas de tarifa del «volumen respecto del diámetro del área basal del árbol medio». Las tarifas dan el volumen de madera sólida bajo la corteza, hasta un diámetro mínimo de 7 cm. sin ramas. Para la utilización práctica se deben preparar tablas de tarifas que den el volumen hasta tres cifras decimales por cada milímetro del diámetro, como en el ejemplo siguiente:

FIGURA 1.- Tarifas de árbol medio de varias especies de crecimiento rápido en Indonesia.

Pinus merkusii

D/V

0

1

2

3

4

5

6

7

8

9

31

0,548

0,543

0,559

0,564

0,569

0,575

0,580

0,586

0,59l

0,597

32

0,602

0,608

0,613

0,619

0,626

0,630

0,636

0,642

0,648

0,653

Antes de entregar una tarifa a una administración forestal, se habrá de comprobar rigurosamente su utilidad. El citado Informe de la FAO se refería en gran parte a los resultados de tales pruebas en Indonesia, que confirmaban satisfactoriamente los supuestos teóricos en cuanto a Pinus merkusii, Agathis loranthifolia (Oeste y Este) y Acacia decurrens, mientras que las tarifas para Albizzia falcata y Antoeephalus cadamba tienen todavía un carácter provisional.

Instrumentos para leer directamente el área basal

El volumen total de una unidad de superficie se computa mediante el método del árbol medio sin dividir los árboles en clases diamétricas. Respecto de la mayoría de las especies de crecimiento rápido bastará esta estimación de volumen total, puesto que la madera se destina sobre todo a las fábricas de pasta y papel.

Para medir el área basal del árbol medio de una masa es mejor anotar en la hoja dasométrica el área basal bidimensional en vez del diámetro unidimensional o la circunferencia, como se tiene por costumbre. Uno de los instrumentos más convenientes para leer directamente el área basal es el Visiermesswinkel de Bitterlich. En él se utilizan como escala los llamados coeficientes de Wanner (Wanner weights). La clase 1 en los coeficientes de Wanner equivale a 1/40 m.2, o sea, 0,025 m.2, la clase 2 corresponde a 2/40, o sea, 0,05 m.2, etc. Multiplicando el área basal de un árbol, en fracciones de metro cuadrado, por el factor 40, Wanner establece clases de áreas basales iguales indicadas por números redondos 1, 2, 3, etc., cada uno de los cuales equivale a un sector de 0,025 m 2 (Esto significa que la escala del área basal está calibrada en unidades de 0,025 m.2, de tal manera que la clase 1 corresponde a un área basal de 0,025 m.2, la clase 2 a un área basal de 0,05 m.2, etc., etc.)

Los principios de la división en clases por los coeficientes de Wanner han mostrado su validez con respecto a una variedad de diámetros de 30 a 80 cm. Para algunas especies tropicales, como Acacia decurrens o los mangles, el área basal del árbol medio generalmente está entre 15 y 30 cm. d.a.p. Por lo tanto, es necesario un instrumento adicional para estas especies de diámetro menor. El Kreisflächenstufenkluppe disonado por el autor [Figura 2 (c)] utiliza 160, en lugar de 40, como factor de multiplicación. La escala de diámetros de 6,3 a 30 cm. d.a.p. se divide en 12 intervalos iguales de 0,00625 m 2 En el Informe FAO/PAAT N° 1281 se dan las bases matemáticas para la construcción de este instrumento.

Una ventaja práctica de dicho instrumento es la posibilidad de sujetar a un lado la hoja dasométrica, con lo que se economiza el costo de un ayudante que transcriba los datos.

Otra manera fácil de leer directamente las clases de coeficientes de Wanner, es utilizar una cinta de medir con una escala de coeficientes de Wanner [Figura 2 (b)]. Esta cinta se recomienda al personal forestal sobre todo para árboles de diámetros mayores, pues cuando superan los 80 cm. d.a.p. la lectura con el Visiermesswinkel es incómoda.

Práctica de campo

Cuando el método del árbol medio se utiliza para una masa más pequeña, con objeto de comprobar las pérdidas por apeo o de fijar las tasas de madera en pie, conviene medir todos los árboles. Pero, para formular planes de trabajo, la enumeración completa resulta excesivamente costosa y además innecesaria. Basta un muestreo escrupuloso. Como resultado de su labor en bosques europeos y en el Asia Sudoriental, el autor ha comprobado repetidamente que los resultados más seguros y al menor costo se obtienen mediante pequeñas parcelas circulares de muestra, de 0,05 Ha. a 0,01 Ha. establecidas tan sistemáticamente como sea posible.

Por lo general, se pueden tolerar errores de hasta 15 por ciento en las respectivas plantaciones, pero tratándose del total de todas las masas destinadas a la corta durante el próximo período de ordenación, se requiere un cálculo con una aproximación de ±5 por ciento, para que los funcionarios forestales puedan decidir el total de la corta anual.

El autor efectuó cálculos estadísticos sobre masas de Pinus merkusii, así como de AgatLis lorantLifolia, para descubrir el número de parcelas de muestra que se necesitaba en los dos casos mencionados. He aquí los resultados generales de esta investigación, cuyos detalles aparecen en el Informe FAO/PAAT N° 1281:

Debido al mayor número de troncos por hectárea, las condiciones estadísticas son más favorables para Agathis loranthifolia que para Pinus merkusii. Con 50 parcelas de muestra de 0,02 Ha. en las masas de Agathis, en general no se excederá el margen t. Sv del ±15 por ciento, mientras que con Pinus merkusii. se necesitan 100 parcelas de muestra para conseguir la misma exactitud. Para obtener resultados con relación al total de masas maduras en un distrito forestal, bastan 500 parcelas de muestra.

FIGURA 2. - a) «Bitterlich Tarifmesswinkel» con clasificación de coeficientes de Wanner.

FIGURA 2. - b) Cinta con la Clasificación de Wanner.

FIGURA 2. - c) «Kreisflächenstufenkluppe» para Acacia decurrens y manglares, en el que se utiliza el «Cuarto de coeficiente de Wanner».

Suponiendo un tamaño mínimo de unas 50 Ha. para cada unidad de evaluación (= masa o grupo de masas de edad semejante), es conveniente, tratándose de Agathis loranthifolia, utilizar una parcela de muestra por hectárea (cubicación al 2 por ciento), y tratándose de Pinus merkusii. dos parcelas de muestra por hectárea (cubicación al 4 por ciento).

En las regiones montañosas la mayor parte del tiempo se empleó en caminar de una parcela de muestra a otra. Con una distribución absolutamente sistemática de las parcelas de muestra se requeriría mucho tiempo de recorrido, pero por otra parte se obtendría un máximo de eficiencia estadística. Por consiguiente, hay que buscar una solución intermedia que satisfaga las exigencias tanto prácticas como estadísticas. A este fin, el autor ha propuesto para Agathis loranthifolia una distribución completamente sistemática de parcelas de muestra a una distancia de 100 metros, mientras que para Pinus merkusii. la distancia entre dos líneas adyacentes de cubicación debería ser de 100 metros con solo 50 metros de intervalo entre las parcelas de muestra.

Respecto de casi todas las regiones de Indonesia se dispone de mapas forestales aprovechables, a escala 1:10.000. Para asegurar la distribución al azar de las parcelas de muestra, la línea básica se escoge al azar y no deliberadamente (por ejemplo, dejando caer una regla sobre el mapa). A lo largo de esta línea de base y sobre una hoja del mapa forestal se dibuja el sistema entero de las parcelas de muestra proyectadas. Las parcelas de muestra se numeran de nuevo para cada unidad de evaluación.

Los grupos encargados de practicar el inventario se componen de un jefe (que puede ser un guardia forestal, pero debe estar suficientemente capacitado para manejar una brújula y hacer anotaciones precisas en un formulario impreso), un hombre que maneje el Visiermesswinkel y la cinta para medir el radio de la parcela y, según sea el terreno, uno o dos hombres para abrir un sendero y prestar la ayuda que haga falta. En primer lugar, el jefe localiza, con ayuda del mapa forestal preparado por el sistema de muestreo lineal, los puntos de partida de las líneas en el bosque. Estos puntos de partida suelen ser mojones de lindero, o bien senderos y caminos ya medidos. Previamente se habrá establecido el rumbo que debe seguir el grupo. Luego se procede al inventario por el método corriente, localizando los centros de las parcelas circulares de muestra con ayuda de una brújula y una cinta para medir las distancias.

Es más importante evitar toda selección subjetiva que conseguir una gran exactitud en la localización de los centros de las muestras. En Indonesia se sigue el principio general de que la superficie de los valles fluviales muy excavados por la corriente (y que en su mayor parte están poblados de bambú) no se registra si es inferior a menos de 4 Ha. Cuando tales superficies se encuentran en una plantación, el jefe debe comprobar el número de parcelas de muestra que quedan dentro de estos valles y declararlas como parcelas cero. Si no lo hace, se producirán errores y la cifra de volumen será demasiado alta.

Una vez determinado el centro de una parcela circular de muestra, se procede a contar los árboles que contiene y determinar sus superficies basales utilizando los coeficientes de Wanner. (Véase una hoja dasométrica en esta página.) No hay necesidad de hacer mediciones de la altura, que llevan demasiado tiempo. La parcela (7,98 m. de radio) se mide con la cinta sólo en los casos realmente dudosos, que generalmente se encuentran a una distancia de 6,5 a 9,5 m. del centro de la superficie circular. Los grupos experimentados, por lo común, sólo tienen que tomar medida del radio correspondiente al círculo de la parcela. Si un árbol está situado exactamente en el límite de la parcela, se incluye en la muestra si la distancia exacta del centro de la parcela circular al meollo del árbol es de 7,98 m. o menos. En las laderas es menester sostener horizontalmente la cinta. Raros son los casos dudosos que requieren una medición absolutamente exacta del radio. La experiencia ha mostrado que con el sistema de «una parcela de muestreo por hectárea el rendimiento del grupo es de 20 a 25 superficies circulares de muestra al día, mientras» con el sistema de «dos parcelas de muestreo por hectárea» es de 30 parcelas circulares diarias.

Cuando trabajan dos o tres grupos, deben hacerlo bajo la dirección de un funcionario forestal con preparación universitaria, que será responsable de todo el planeamiento de las parcelas de muestra, el trazado de mapas, la inspección del trabajo (visitas diarias a los grupos en el bosque) y las descripciones de las masas. En el caso de Pinus y Agathis se hace el inventario únicamente de las masas con más de 15 anos de edad, pues las más jóvenes sólo requieren unas cuantas mediciones complementarias de estimación a ojo. El método produce resultados estadísticamente correctos para estimar el volumen de las existencias en formación, lo que, si se organiza bien, se puede hacer en un tiempo muy breve.

La evaluación aritmética es muy sencilla: como se ve en el ejemplo que sigue, para cada unidad de evaluación se determina el coeficiente medio de Wanner añadiendo las cifras medidas de los coeficientes de Wanner y dividiendo la suma por el número de árboles medidos.

El número de troncos por hectárea (N/Ha.) se obtiene con ayuda de la sencilla fórmula siguiente:

si 0,02 es el tamaño de la parcela de muestra. Como ya se ha dicho, el volumen por hectárea que se desea conocer se calcula según la siguiente fórmula:

HOJA DASOMÉTRICA

Por tanto, para determinar la tarifa es necesario convertir en Dg.

Para este fin se ha establecido la siguiente tabla de conversión:

0

1

2

3

4

5

6

7

8

9

31

3,02

3,04

3,06

3,08

3,10

3,12

3,14

3,16

3,18

3,20


32

3,22

3,24

3,26

3,28

3,30

3,32

3,34

3,36

3,38

3,40


La cifra 3,04 significa que para un diámetro de 31,1 cm. el coeficiente de Wanner es 3,04, o más exactamente, que un coeficiente de Wanner de 3,04 corresponde a un diámetro de 31,1 cm. Según el ejemplo que aparece en la hoja dasométrica, =3,40 el diámetro del área basal del árbol medio es 32,9 cm. Con este diámetro, el volumen v es 0,653 m.3. Por consiguiente

m3/ha.

Por ejemplo, un inventario con sólo cinco parcelas carece de valor práctico. Para ilustrar las existencias en formación de Pinus merkusii en Java se dan en la siguiente tabla algunos resultados de las masas cubicadas (tamaño de la parcela de muestra=0,02 Ha.):

Localidad

Edad

N/ha

Lembang





1

30e

10

584

23,4

0,239

139,6

2

30a

17

268

33,4

0,683

183,0

3

30b

18

229

33,4

0,683

156,4

4

30c

21

196

36,7

0,902

176,8

5

30d

22

150

37,3

0,946

141,9


2-5 Total

17-22

206

35.3

0,804

165,6

Tijremai







6

IX

19

372

28,3

0,419

155,8

7

VIII

20

244

32,3

0,619

166,1

8

VII

21

218

33,7

0,701

152,8

9

V, VI

22

243

36,3

0,873

212,1

10

I/VI,

23

233

34,3

0,739

173,2

11

XVIII, XX

?

266

34,1

0,726

193,1


6-11 Total

19-23

281

31,9

0,597

167,7

Tarifas de árbol medio para el peso de la corteza de Acacia decurrens

Acacia decurrens se administra con una rotación de 6 a 8 años a fin de extraer el tanino de su corteza. La madera descortezada se vende como leña y es considerada como un mero subproducto. El autor ha tratado de combinar la correlación existente entre la producción de corteza por árbol y el d.a.p. en una tarifa para la corteza, según el método del árbol medio. También se ha computado la tarifa para el rendimiento de leña.2

2 Como fuente de información se puede recurrir a la tabla de producción de W. v. Wülffing (Medelingen van het Boshouwproofstation, No. 28, 1945). Se consultó con fines de comparación el cuadro de Hellinga (1939, Tectona Parte XXXII). Hellinga pronunció una conferencia en Bogor, el 3 de mayo de 1952, Boshouw en Voodsolpruductie, en que discutió detalladamente el tema de Acacia decurrens el autor del presento trabajo ha utilizado osa conferencia.

De las tres clases de lugar de la tabla de producción, se extrajeron los valores del «diámetro medio respecto del peso medio de la corteza (húmeda) de un árbol». El resultado, en papel logarítmico doble, fue que dentro de la escala de diámetros de 14-35 cm. los valores quedan muy bien cubiertos con una línea recta. La ecuación computada fue:

log y=1,8409 + 2,6591 log × donde

y = peso de la corteza por árbol
x = diámetro del árbol medio.

Partiendo de esta ecuación se calculó la tarifa, de la cual se da el siguiente ejemplo:

ACACIA DECURRENS PESO DE EA CORTEZA VERDE EN ÁRBOL POR KILOGRAMO

D en cm.

0

1

2

3

4

5

6

7

8

9

17 18 19

31,4

31,9

32,4

32,8

33,3

33,8

34,3

34,8

35,3

35;8

Esta tarifa se comprobó cuidadosamente y resultó apta sólo para la acacia de Java occidental, mientras que para la de Java oriental el poso en húmedo de la corteza que se obtiene con la tarifa ha de reducirse en 20 por ciento. La razón de esta discrepancia es que la corteza de la acacia de Java oriental es más delgada. No fue posible averiguar con exactitud si esto se debe al clima o a factores del suelo, o a que se trata de subespecies diversas. Los cuadros de producción se basan sobre todo en las parcelas experimentales más viejas de Java occidental. Este estudio sobre la acacia de Indonesia muestra que las tarifas referentes al peso de la corteza sólo son válidas para zonas limitadas.

El valor práctico de la tarifa del árbol medio reside en la posibilidad que ofrece de vender en el lugar de la tala, evitando así el tener que pesar la corteza ya extraída, con todos los inconvenientes de ello (pérdida de tiempo y pérdidas de material por desecación si la pesada no se hace inmediatamente después del descortezamiento).

Se construyó un Kreisilächenstufenkluppe, instrumento para calcular la superficie basal del árbol medio [Figura 2 (c)]. La conversión del «Cuarto de coeficiente de Wanner» (Quarter Wanner Weight) en diámetro requiere una tabla de conversión diferente de la tabla de los coeficientes normales de Wanner. En el Informe FAO/PAAT N° 1281 se dan datos concretos al respecto.

Tarifa para inventariar bambú

El rendimiento del bambú se expresa en peso. La Brigada Planológica de Java oriental (Malang) investigó en 1955 las evaluaciones de peso de la especie más importante, Gigantochloa apus, en una faja de muestra de 20 m. de anchura con una superficie total de 13,5 Ha. También se registró el d.a.p. en centímetros de cada caña que se pesó.

El autor ha efectuado estudios a base de esta información. Clasificados según los tres nombres locales del bambú, Apus, Batu y Ulet, se formaron grupos diametrales de 0,5 cm., empezando con 3,5 cm. y terminando con 11 cm. d.a.p. Para cada grupo se computó el diámetro medio en milímetros y el peso medio del grupo diametral en 0,2 Kg.

Estos valores inscriptos en papel milimétrico normal dieron por resultado curvas parabólicas. En lugar del diámetro, se utilizó luego en la abscisa el valor correspondiente para la superficie basal (ría). Los puntos resultantes seguían claramente una línea recta, y no se pudieron descubrir diferencias significativas entre las subespecies locales. Con ayuda del método de los cuadrados mínimos se computó la línea recta más apropiada para el material preparado. Resultaron las siguientes relaciones:

y = 1,71297 + 5001,71428 × x, donde

y = el peso en kilogramos
x = la superficie basal en metros cuadrados

La tarifa de los pesos medios de Gigantochloa indonesa se computó con arreglo a esta fórmula utilizando como valor inicial el d.a.p.

A causa del gran número de cañas por hectárea (2.000 a 7.000) y a su crecimiento en densos cañaverales de tamaño variable (5 a 300 cañas) hubo necesidad de determinar un sistema especial de submuestras cuya descripción detallada excedería los límites de este artículo, por lo que el lector habrá de consultar el mencionado informe FAO/PAAT. Pero convendría señalar que el autor recomendó un sencillo instrumento especial para la lectura directa de la superficie basal de las cañas fundado en el coeficiente de Wanner 1/20 (véase la Figura 3).

FIGURA 3.- Instrumento para medir diámetros de caña de bambú en el que se utiliza 1/20 de los coeficientes de Wanner para la clasificación.

Conclusión

Los países tropicales en vías de desarrollo necesitan para sus inventarios forestales métodos sencillos pero estadísticamente válidos. El método de la tarifa del árbol medio parece ser prometedor para las plantaciones forestales con rotaciones breves. Se puede utilizar también para especies con un período largo de rotación (por ejemplo, la teca) y aun ampliarlo para que incluya una evaluación de las clases de calidad de la madera, así como del volumen total.

Los resultados obtenidos en Indonesia parecen bastante significativos para justificar un examen más amplio del referido método, pues el autor estima que con modificaciones apropiadas podría ser útil en otros países tropicales.


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