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ACTIVIDADES FORESTALES DE LA FAO

In memoriam
RenéFontaine
(1911-2000)

Un gran especialista forestal, René Fontaine, murió el 22 de marzo de 2000, a la edad de 88 años, en Évian-les-Bains, Francia.

Había nacido el 30 de agosto de 1911 en la misma población. Después de destacar durante los años en que cursó sus estudios de enseñanza secundaria, en 1933 ingresó en el Institut National Agronomique de París, donde obtuvo una licenciatura en agricultura. A continuación, ingresó en la École Nationale des Eaux et Forêts de Nancy, donde obtuvo la licenciatura en silvicultura.

Fue designado oficial forestal subalterno en Wissembourg, Alsacia, pero dos años más tarde, con el estallido de la segunda guerra mundial, fue reclutado para formar parte de un batallón de ingeniería militar y fue capturado en el norte de Francia. Tras ser liberado en 1941, se le asignó un puesto en Beaune (Borgoña) y participó en la liberación de su país por los ejércitos aliados, iniciada en 1944.

En 1946, después de la guerra, el Ministerio Francés de Agricultura le envió a trabajar a la FAO, que se había fundado hacía sólo unos meses, el 16 de octubre de 1945, en Quebec (Canadá). De 1946 a 1951, la Dirección de Montes y Productos Forestales (una de las seis direcciones técnicas de la FAO en ese momento) le asignó a la Oficina Regional Europea en Ginebra. Una de las tareas que desempeñó durante esos cinco años fue organizar y repatriar los archivos del Centro Internacional de Montes, una dependencia autónoma del Instituto Internacional de Agricultura establecido en Berlín (Alemania) en los últimos años del decenio de 1930.

Junto con dos de sus compatriotas (Marcel Leloup, que fue el primer Director de la Dirección, de 1946 a 1958, y Tony François) y otros especialistas forestales (los más conocidos de los cuales eran Egon Glesinger y Jack Westoby), René Fontaine formó parte del reducido grupo de «padres fundadores» que introdujo la actividad forestal en el sistema de las Naciones Unidas en 1946.

Cuando en 1951 se trasladó la sede de la FAO de Washington, D.C. (Estados Unidos) a Roma, René Fontaine se unió a sus colegas del Departamento de Montes y comenzó a ascender en la escala jerárquica. Sucedió a Tony François como Jefe de la Subdirección de Política Forestal en 1962 y más tarde fue nombrado jefe de la Subdirección de Ordenación Forestal. En 1970 se convirtió en el primer Director de la Dirección de Recursos Forestales, en esa época, una de las dos direcciones técnicas del Departamento de Montes (anteriormente la Dirección de Montes y Productos Forestales). Se jubiló en 1973, a los 62 años, edad de la jubilación obligatoria en la FAO.

Durante los 27 años de su carrera en la FAO, René Fontaine sentó las bases del diálogo internacional en las esferas de la política y ordenación forestales, particularmente a través de una serie de órganos intergubernamentales que contribuyó a establecer (la Comisión Forestal para Europa y sus órganos subsidiarios, el Comité sobre Cuestiones Forestales del Mediterráneo (Silva Mediterranea), la Comisión Internacional del Álamo, el Comité de Desarrollo Forestal en los Trópicos, etc.). Era un hombre de ideas y de diálogo que a lo largo de toda su existencia promovió un enfoque multifuncional de la gestión forestal, en el marco de un concepto de desarrollo rural integrado que desborda los límites de una visión sectorial orientada a la producción. Desempeñó una función importante en los preparativos de la Conferencia sobre el Hombre y la Biosfera de la UNESCO, en 1968, y de la primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano (Estocolmo, Suecia, 1972), que puso los problemas ambientales en el primer plano de la atención mundial.

Durante más de 10 años después de su jubilación siguió contribuyendo a la formulación de ideas para la ordenación del medio forestal y natural, por ejemplo, contribuyendo a la redacción de un informe de la UNESCO sobre los ecosistemas forestales tropicales y participando en las actividades de las sociedades y comités ilustrados de los que era un miembro respetado, particularmente la Academia Agrícola Francesa, la Academia Italiana de Ciencias Forestales y el Comité Científico del Parque Nacional Vanoise, en los Alpes franceses.

Hombre culto, de gran humanidad, durante los decenios que permaneció el sistema de las Naciones Unidas y en otras organizaciones internacionales, René Fontaine personificó la tradición, el conocimiento y la continuidad de una disciplina forestal con múltiples objetivos y abierta a otros sectores, otras profesiones y otros usos de la tierra.

J.-P. Lanly

La prohibición de la explotación maderera: una solución para afrontar los problemas de la conservación de los bosques

En respuesta a la rápida disminución de los recursos forestales y, algunas veces, como reacción a las catástrofes naturales que se cree que resultan potenciadas por la destrucción de bosques (por ejemplo, las inundaciones en China y los desprendimientos de tierras en Tailandia), varios países de la región de Asia y el Pacífico han impuesto la prohibición total o parcial de la explotación maderera en el intento de fomentar la conservación de los bosques. Otros países de la región han indicado su intención de imponer similares prohibiciones o restricciones.

Un estudio de la FAO ha puesto de manifiesto que, si bien es cierto que las prohibiciones de la explotación maderera son un instrumento importante para evitar o reducir las consecuencias negativas de un aprovechamiento inadecuado de los bosques, pocas veces corrigen los problemas subyacentes de la utilización inapropiada y los métodos convencionales de extracción.

El estudio sobre la eficacia de suprimir la producción de madera en los bosques naturales como estrategia para su conservación se presentó en la 18ª reunión de la Comisión Forestal para Asia y el Pacífico, que tuvo lugar en Noosaville, Queensland (Australia), del 15 al 19 de mayo de 2000. Este trabajo, preparado a petición de la Comisión, comprende seis estudios de casos nacionales (en China, Nueva Zelandia, Filipinas, Sri Lanka, Tailandia y Vietnam) y un resumen regional.

El estudio revela que la experiencia en la aplicación de prohibiciones de la explotación maderera y de restricciones a la extracción no ha sido igual en todas partes: se han alcanzado los objetivos propuestos en algunas zonas y ha habido decepciones (y en ocasiones efectos y resultados inesperados) en otras. En todas partes, la interrupción de la explotación maderera en los bosques naturales ha tenido consecuencias importantes (y a veces traumáticas) desde el punto de vista social, económico y ambiental. El sector de los productos forestales se ha visto afectado negativamente y los efectos sobre los países vecinos como consecuencia del comercio legal e ilegal, del contrabando de madera y de las distorsiones del mercado también han sido negativos en algunos casos.

Todos los estudios de casos muestran la gran complejidad y variabilidad de las cuestiones relacionadas con la aplicación de las prohibiciones y de otras restricciones. La mayoría de las veces las prohibiciones se han impuesto para promover la conservación de los bosques, pero en casi todos los países apenas se han analizado muy superficialmente los efectos sociales y económicos de esas prohibiciones antes de imponerlas. Además, la evaluación de las políticas de apoyo necesarias para su aplicación satisfactoria ha sido en general inadecuada.

Los estudios de casos resaltan la gran diversidad de enfoques y métodos que se han utilizado en la formulación y aplicación de las restricciones de explotación de los bosques naturales, con un grado diverso de eficacia. Se señala que no se han obtenido resultados positivos cuando las metas y objetivos de las prohibiciones no se han formulado en la forma adecuada y cuando no se han elaborado en la forma debida la legislación y las directrices normativas y operacionales conexas.

Sin una política de conservación y protección adecuada y sin la necesaria capacidad de gestión, la imposibilidad de acceder a bosques que antes estaban abiertos a las comunidades tradicionales y a la explotación comercial provoca desigualdades y problemas. La falta de atención a los problemas de tenencia de la tierra, a las opciones alternativas para la subsistencia de las personas, a mercados inadecuados para los productos comerciales y a los desincentivos económicos que tienen la comunidad y el sector privado para participar en la conservación y en la protección contribuyen a una sucesión constante de abusos y de actividades forestales ilegales.

En Tailandia y en Filipinas, a pesar de las prohibiciones de explotar los bosques naturales, no se han conseguido resultados satisfactorios en materia de protección y conservación. Ambos países se han convertido en importadores netos de madera desde que se impusieron las restricciones de explotar los bosques naturales y ello ha suscitado preocupación acerca de las prácticas de extracción y de su sostenibilidad en los países de los que procede la madera importada.

La conservación y protección de los bosques exigen muchas otras medidas, además de suprimir o reducir la explotación maderera. La prohibición total, si se aplica con eficacia, permite ganar tiempo para evaluar metas y objetivos a largo plazo, formular criterios y poner en práctica una ordenación forestal sostenible. Las prohibiciones temporales permiten también que los bosques degradados no sufran nuevos daños y puedan recuperarse.

Sin embargo, es difícil establecer un conjunto único de condiciones para que las prohibiciones de la explotación maderera puedan servir como estrategia de conservación de los bosques. Por consiguiente, la FAO ha enumerado una serie de condiciones previas para conseguir la conservación de los bosques naturales.

Sin duda, se pueden extraer importantes enseñanzas de las experiencias de los países que aplican prohibiciones de explotación de la madera desde hace varios años. Cabe pensar que el estudio de la Comisión Forestal para Asia y el Pacífico seguirá despertando gran interés y será de utilidad para muchos países que deben afrontar los problemas de la conservación de los bosques.

Los recursos forestales de los pa'ses templados y boreales

Recientemente se ha terminado una evaluación de los recursos forestales de los países templados y boreales industrializados, como contribución a la Evaluación de los Recursos Forestales Mundiales 2000 (ERF 2000), y se ha presentado a la Mesa Conjunta del Comité de la Madera de la Comisión Económica para Europa (CEPE) de las Naciones Unidas y a la Comisión Forestal Europea de la FAO. El informe, titulado Forest resources of Europe, CIS, North America, Australia, Japan and New Zeeland (Los recursos forestales de Europa, la CEI, América del Norte, Australia, el Japón y Nueva Zelandia), que se va a publicar como un documento de estudio del Comité de la Madera, ofrece la información más reciente, mejor y más completa que se haya presentado nunca sobre los recursos forestales de los 55 países templados y boreales industrializados, abarcando prácticamente todos los aspectos y funciones de los bosques. El informe está también disponible en el sitio Internet del Comité de la Madera (www.unece.org/trade/timber).

El informe presenta datos estadísticos nacionales validados, ajustados a las normas de la ERF 2000, así como gráficos, información tabular y textual y análisis de los siguientes aspectos temáticos: los bosques y otros espacios arbolados, la situación de la propiedad y la ordenación, el suministro de madera y el secuestro de carbono, la diversidad biológica y la protección ambiental, la condición y daños de los bosques y las funciones de protección y socioeconómicas. Incluye también un análisis de la fiabilidad y comparabilidad de los datos.

Se indican a continuación algunos de los hechos que se desprenden del estudio:

Este trabajo es el fruto de una ingente labor de equipo que ha comportado la cooperación de centenares de personas y que ha sido coordinado por la secretaría de la CEPE/FAO en Ginebra. La estrecha colaboración con los países en todas las fases de la evaluación ha sido indispensable para la ejecución satisfactoria de la ERF 2000.

La publicación del informe principal no supone en modo alguno el fin del proceso. En efecto, ya se ha iniciado la siguiente fase de la evaluación: el suministro de los datos sobre los recursos forestales templados y boreales a la base de datos de la ERF 2000. Los datos se integrarán plenamente en el conjunto de datos mundiales, con las notas y observaciones facilitadas por los países y, asimismo, se publicarán en forma electrónica (CD-ROM e Internet) y, previsiblemente, se elaborarán también algunos documentos complementarios.

La conclusión satisfactoria de la evaluación de los recursos forestales templados y boreales ha permitido determinar zonas que deben ser objeto de un análisis más detallado con el fin de conseguir un conocimiento más exacto de los bosques del mundo, por ejemplo, los espacios forestales protegidos. Los datos se facilitarán al mayor número posible de usuarios, a fin de que se puedan difundir a otros muchos usuarios de un gran número de países. Se está considerando la posibilidad de difundir los resultados en muchos idiomas para que puedan ser de utilidad en los diversos países.


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