Comercio y mercados
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Resumen de un documento que fue contribuido por la UNCTAD a la 26a sesión del Grupo Intergubernamental sobre Cereales en mayo de 1995.

La cuestión del uso de instrumentos de prevención del riesgo por parte de los importadores de cereals no es nueva para el Grupo Intergubernamental sobre Cereales de la FAO, que examinó estos aspectos en su 21a reunión, celebrada en ocutbre de 1982. El propósito de este documento fue de informar el Grupo sobre los posibles mecanismos que reducen o alivian los riesgos en los precios en el sector de cereales y que son compatibles con las condiciones del comercio en un sistema de mercado abierto y de particular interés para los países en desarrollo importadores de cereales.

Durante los últimos años ha ido en aumento la tendencia a la liberalización de los mercados de productos básicos, tanto nacionales como mundiales. El impulso hacia tales cambios se derivaba de los programas de reajuste estructural y los compromisos adquiridos por los gobiernos de aplicar unas políticas comerciales más abiertas en el marco de la Ronda Uruguay de Negociaciones Comerciales Multilaterales. Muchos gobiernos de países desarrollados y en desarrollo han suprimido las estructuras y los mecanismos institucionales que regían la comercialización de los productos básicos y los precios de mercado en el pasado. Sobre todo en los países en desarrollo, con frecuencia se han adoptado medidas drásticas para asignar una función más importante al sector privado.

Sin embargo, la reducción de las intervenciones del gobierno en los mercados de los productos básicos también ha dejado huecos importantes. Uno de éstos se refiere a la función que antes desempeñaba el Estado en la fijación de los precios al productor y al consumidor para los productos alimenticios, mejorando la imagen y la fiabilidad de los regímenes de exportación y dando garantías de contrapartida a los importadores de otros países. El segundo se refiere al desplazamiento considerable de la exposición al riesgo de la inestabilidad de los precios del mercado mundial, que ha pasado del Estado a los agricultores, los comerciantes privados y los elaboradores. En general, el grado de su exposición a los riesgos derivados de los precios y su capacidad de prevenir tales riesgos no se han tenido plenamente en cuenta en las nuevas condiciones de liberalización.

Para una proproción importante de los productos agrícolas destinados al comercio internacional los riesgos se pueden eliminar en principio del mercado utilizando instrumentos de prevención apropiados. Los dos tipos generales de instrumentos de mercado de prevención del riesgo en los precios de los productos son los contratos normalizados y los personalizados. En los primeros (contratos de futuros y de opciones de productos básicos) se estipula el precio que se ha de pagar por un volumen especificado del producto, su calidad exacta y el período de entrega. Los segundos son contratos no oficiales (contratos a término, créditos recíprocos y bonos y préstamos de productos) ofrecidos por las sociedades comerciales de productos y las instituciones financieras y se ajustan a las necisadades del cliente.

Los dos beneficios principales que los importadores de cereales pueden obtener del uso de los sistemas de prevención del riesgo son una mayor flexibilidad de la comercialización y una seguirdad mayor de los precios en un ejercicio económico o durante varios años, y los consumidores también pueden beneficiarse de ello. Utilizando los mercados de futuros y de opciones, los comerciantes de cereales pueden fijar de manera efectiva loso precios de sus compras en el momento en que lo deseen, independientemente de la compra material; de manera análoga, pueden comprar opciones de almacenamiento de "cereales sobre el papel" con unos costos de almacenamiento relativamente bajos, sustituyendo así las costosas existencias materiales. Los organismos importadores también pueden asegurar el mantenimiento dentro del presupuesto a unos precios de compra a largo plazo al alcance de sus medios.

Los importadores de cereales tienen en último término sus propias responsabilidades a la hora de determinar si se han de beneficiar o no de una utilización mayor de los mercados de prevención del riesgo. Esto dependerá de factores objetivos, como el volumen de las operaciones y la rigidez de los presupuestos, per también de otros subjetivos, como la flexibilidad permitida al personal encargado de las compras y el conocimiento de los mercados de prevención del riesgo entre las autoridades políticas. También hay que tener en cuenta la "absorción del riesgo" internacional existente, por medio de la ayuda alimentaria y la financiación compensatoria. Al parecer, los países que organizan mejor sus importaciones pueden tener menos necesidad de ayuda alimentaria y financiación compensatoria, por lo que los donantes pueden estudiar la posibilidad de prestar apoyo directo a tales actividades de prevención del riesgo.

Hay dos novedades que podrían haber inducido a los importadores que todavía no utilizan de manera normal los sistemas de prevención del riesgo a examinar de nuevo sus políticas. En primer lugar, con la conclusión de la Ronda Uruguay, una parte cada vez mayor del comercio de los cereales probablemente se ajustará a las condiciones del mercado mundial más que a un sistema preferencial. Los importadores se verán presionados para adoptar sus políticas de compras a estas nuevas condiciones, incluso con el uso de instrumentos comerciales. En segundo lugar, los mercados de prevención del riesgo se han diversificado much más y peuden ajustarse mejor a las necesidades particulares de los distintos exportadores e importadores de cereales. Mientras que a comienzos de los años ochenta los importadores se limitaban básicamente a bloquear los precios a un plazo hasta un año, ahora se puede hacer durante períodos más larges, y en lugar de verse obligados a fijar un precio determinado (con el riesgo de que a posteriori ese precio sea desfavorable), pueden elegir la obtención de un "seguro" frente a los aumentos de los precios.

Sin embargo, hay determinados sectores en los que la prevención del riesgo tiene un valor limitado. Los mercados de prevención del riesgo no protegen frente a los que se derivan del volumen ni cambian las tendencias de los precios del mercado mundial. No son fácilmente accesibles a los pequeños comerciantes, e incluso los mayores tienen que superar una serie de obstáculos de planteamiento de organización y normativos a fin de establecer las condiciones apropriadas para una utilización racional de esos mercados en la práctica. Una compañía mal administrada o que funcione desde un país cuyas políticas oficiales limiten considerablemente su flexibilidad, tal vez sea preferible que evite utilizar esos mercados. Los controles de supervisión inadecuados también pueden exponer a los importadores a pérdidas especulativas en los mercados de los productos básicos.