FAO en El Salvador

Una sola Tierra, un solo hogar

07/06/2018

Alan González Figueroa, Representante de la FAO en El Salvador

Cuando pensamos en el medio ambiente, es difícil no imaginar los árboles, los océanos, las montañas, los animales y todos los ecosistemas complejos que interactúan en equilibrio entre sí, en un equilibrio tan perfecto, pero a la vez tan frágil que romperlo es muy sencillo.

Nuestro medio ambiente es un sistema de elementos bióticos, abióticos, socio económicos, culturales y estéticos que interactúan entre sí, con los individuos y con la comunidad en la que viven, determinando su relación y sobrevivencia, en el tiempo y el espacio. (Art. 5 Ley del Medio Ambiente).

Y es la interacción de todos estos elementos que integran el planeta, conformando a la vez ese entorno que compartimos y en el cual nos desenvolvemos cada día, que en la actualidad se ve amenazado por el estilo de vida actual de nuestras sociedades.

En este punto se vuelve necesario recordar que estamos en un planeta compartido con límites que no debemos sobrepasar, y debido a esto es que cada 5 de junio los Estados del mundo conmemoran el Día Mundial del Medio Ambiente, con el propósito de reflexionar sobre los patrones de comportamiento y problemas que amenazan la fragilidad del medio ambiente y del mundo en general. Es necesario tomar conciencia sobre la necesidad de transitar hacia un desarrollo sostenible que preserve el medio ambiente.

Particularmente, el Día Mundial del Medio Ambiente 2018, se hace un llamado para reducir la producción y consumo de plásticos en el mundo.

El Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, en su mensaje señala que “…es fundamental tener un planeta sano para que el futuro sea próspero y pacífico. Todos debemos contribuir a proteger nuestro único hogar. Pero quizás sea difícil saber qué hacer o por dónde empezar. Por eso, en este Día Mundial del Medio Ambiente, tenemos un único pedido: eliminemos la contaminación por plásticos”.

Y es que la contaminación por plásticos es cada vez un problema que va adquiriendo mayores dimensiones, representando un grave problema de contaminación ambiental por la cantidad que se acumula y por la persistencia de estos residuos en el tiempo. Siendo los ecosistemas marinos uno de los más amenazados.

Algunos datos estadísticos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) señalan que, del total de plástico producido, el 9% es reciclado, el 12% es incinerado y el 79% restante se acumula en vertederos o en el entorno natural. Solo basta una mirada a nuestro alrededor para comprobarlo. Esta misma fuente indica que del total del plástico que es utilizado en nuestro planeta, un 3% corresponde a usos en la agricultura, un porcentaje pequeño pero representativo que podemos reducir tomando acción desde hoy, mediante prácticas amigables con nuestro entorno ambiental.

Los plásticos en los océanos se han convertido en basura marina que afecta los ecosistemas, los hábitats, y la biodiversidad. Afectando a su vez importantes actividades económicas como: la pesca, la acuicultura, la recreación, entre otros.

En la encíclica “Laudato Sí”, el Papa Francisco utiliza la frase “nuestra casa común” para referirse al planeta en que vivimos: “El desafío urgente de proteger nuestra casa común incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral”.

Es preciso que recordemos que es nuestra responsabilidad cuidar nuestro medio ambiente. Protejámoslo como una sola Tierra, un solo hogar.