¡Animales sanos, agricultores felices!


El papel esencial de los agricultores en la lucha contra los crecientes efectos de la resistencia a los antimicrobianos

La resistencia a los antimicrobianos constituye una grave preocupación, no solo en los hospitales, sino también en las explotaciones agrícolas y en lo que concierne a la inocuidad de los alimentos. © FAO/Hoang Dinh Nam

Cuando enfermamos, probablemente lo primero que se nos cruce por la cabeza sea acudir al médico para que nos recete antibióticos. Sin embargo, de lo que puede que no seamos conscientes es de que esta decisión aparentemente sin importancia puede tener enormes consecuencias para la salud de los que nos rodean y para el conjunto de la sociedad. El uso indebido o excesivo de antimicrobianos, incluidos los antibióticos, está ocasionando un problema cada vez mayor conocido como “resistencia a los antimicrobianos”. La resistencia a los antimicrobianos puede hacer que nuestros fármacos más importantes dejen de ser eficaces. Se calcula que las infecciones causadas por gérmenes resistentes matan a una persona cada minuto. Si no se adoptan medidas de ámbito mundial, esta cifra aumentará.

Cada vez que utilizamos antimicrobianos para tratar infecciones —en personas, animales y plantas—, estos gérmenes tienen la posibilidad de adaptarse al tratamiento, restando efectividad a dichos fármacos con el tiempo. Esto significa que, si se utilizan antimicrobianos con demasiada frecuencia, los gérmenes que causan la infección pueden volverse resistentes al tratamiento y estos antimicrobianos ya no tendrán efecto. Para agravar el problema, estos gérmenes resistentes pueden cruzar fronteras y continentes, propagándose entre las personas, entre los animales y en el medio ambiente. Esto puede tener como resultado la contaminación de nuestros sistemas alimentarios y las cadenas de suministro, pasando de las explotaciones agrícolas a nuestras mesas. Por ello, los agricultores de todo el mundo desempeñan un papel clave en la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos.

La introducción de cambios en las prácticas agrícolas es fundamental para reducir el riesgo de resistencia a los antimicrobianos. © FAO/Luis Tato

Los agricultores pueden tomar medidas sencillas y lograr así que los antimicrobianos sigan siendo efectivos, preservando de esta forma la salud de las personas y de los animales.

Reducir el riesgo de propagación de gérmenes

Una de las principales maneras de evitar que los gérmenes se propaguen es, sin duda, la limpieza. Los agricultores deben lavarse las manos, el calzado y la ropa antes y después de entrar en contacto con los animales y asegurarse de limpiar el estiércol y el lecho cada pocos días.

Cuando un animal enferma, los agricultores deberían separarlo del resto para contribuir a evitar la propagación de la infección. Los agricultores deberían emplear el método “todos dentro-todos fuera”. Este método consiste en la reproducción, el destete y la cría de animales colocándolos todos juntos en grupos, vaciando por completo el establo cuando el grupo de animales se traslada y limpiándolo y desinfectándolo a fondo antes de introducir en él otros animales.

Nutrición y salud

Una manera fundamental de ayudar a los animales a estar sanos es asegurarse de que tengan una buena nutrición. El agua debería estar siempre limpia y los piensos deberían mantenerse secos y almacenarse de forma segura, alejados de posibles fuentes de gérmenes, como roedores, aves, insectos u otros animales.

Es también muy importante que los animales de granja reciban vacunas para prevenir enfermedades. Los agricultores deberían consultar siempre a los especialistas veterinarios para asegurarse de que todos los animales estén protegidos a fin de reducir la necesidad de utilizar antimicrobianos. Si los animales enferman, es esencial que el diagnóstico y el tratamiento sean los correctos. La adquisición y utilización de medicamentos erróneos pone en riesgo la salud de los agricultores, la de sus familias y la de los animales. Asimismo, la utilización de antimicrobianos inadecuados es una pérdida de tiempo y de dinero.

¡Corra la voz, no propague los gérmenes!

Los agricultores pierden sus animales por culpa de las enfermedades, lo que pone en riesgo la seguridad alimentaria de millones de personas. A menos que actuemos ahora, en 2050 la resistencia a los antimicrobianos costará a la economía mundial aproximadamente 6 billones de USD cada año. Es esencial que esta información preventiva se comparta a todo lo largo y ancho de las comunidades de agricultores. Todo el mundo debe trabajar en común para mejorar las prácticas agrícolas.

Las acciones de los agricultores pueden contribuir a reducir el riesgo de resistencia a los antimicrobianos. © FAO/Mohammad Rakibul Hasan

Hay un incentivo más para que los agricultores adopten medidas contra la resistencia a los antimicrobianos. Frenar la resistencia a los antimicrobianos también redundará en beneficio del negocio. Una mejor higiene en la producción ganadera, la avicultura y la piscicultura se traduce en menos enfermedades. Esto significa a su vez un mayor crecimiento, una mejora de la producción, un menor gasto en medicamentos y un aumento de las ganancias.

Los agricultores pueden desempeñar un papel fundamental con vistas a limitar la resistencia a los antimicrobianos, pero corresponde asimismo a todos velar por que los antimicrobianos sigan siendo eficaces el mayor tiempo posible. Algunas de las recomendaciones pertinentes para los agricultores son importantes también para todos nosotros. Por ejemplo, lavarse bien las manos y adoptar unas buenas prácticas de higiene impide la transferencia de bacterias y virus. Y antes de tomar ningún medicamento, asegurémonos de consultar primero al médico para confirmar que: 1) realmente lo necesitamos; 2) estamos tratando la enfermedad con el medicamento adecuado.

Necesitamos antimicrobianos para protegernos y proteger el suministro de alimentos. Sin estos tratamientos, las personas, los animales y las plantas corren el riesgo de padecer infecciones y morir a causa de las mismas. Afortunadamente, aún estamos a tiempo de actuar para conseguir que los antimicrobianos sigan funcionando como deben. Siguiendo unas simples normas de higiene y poniendo más cuidado en la manera en que utilizamos los antimicrobianos, podemos proteger y garantizar la eficacia de estos medicamentos indispensables. Salud y bienestar es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible fundamentales. Frenar la resistencia a los antimicrobianos nos mantendrá en el buen camino hacia su consecución.


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3. Good health and well-being