Las algas son un producto precioso para los 25 000 agricultores de Zanzíbar que dependen de ellas, el 80% de los cuales son mujeres. Pero el cambio climático está causando un aumento de las temperaturas, lo que está afectando a los océanos. Las aguas más cálidas representan una amenaza real para la producción de algas marinas, inhibiendo su crecimiento y haciéndolas susceptibles a las bacterias. Las algas que estas agricultoras recolectan principalmente para la exportación han dejado de crecer.
La única opción es aventurarse a las aguas más frías y profundas, pero aquí las algas pueden resultar dañadas por corrientes más fuertes y la mayoría de los agricultores no saben nadar. Este no es el único obstáculo: una caída en el precio mundial de las algas obliga a estos agricultores a trabajar seis horas al día para ganar sólo 1 000 chelines tanzanos –o 0,44 USD– por los dos kilogramos que normalmente consiguen recolectar.
Ante estas dificultades, la FAO vio la oportunidad de introducir un nuevo medio de vida y de formar a mujeres, que ya tienen experiencia de trabajo en el océano, para criar pepinos de mar.
Pepinos de mar: un manjar lucrativo
Las especies de pepinos de mar Holothuria scabra pueden no ser bonitas, pero son lucrativas. Dependiendo de la calidad, este animal grisáceo que se alimenta por filtración genera a los agricultores hasta 100 USD por kilo una vez secado. Tienen una gran demanda en el mercado asiático porque con el aumento de la contaminación en las aguas poco profundas del este de Asia, los pepinos de mar locales están disminuyendo. En consecuencia, China está buscando importar estas exquisiteces.
Los pepinos de mar también son importantes en otros aspectos. Los científicos han descubierto que contienen compuestos bioactivos que pueden utilizarse con fines medicinales. Además, los pepinos de mar también han sido fundamentales para la investigación sobre cómo el microbioma gastrointestinal de las criaturas marinas puede promover la regeneración de las células intestinales y beneficiar al sistema inmunológico. Los microbios están formados por microbios, incluyendo bacterias, virus y hongos, que juegan un papel clave en el mantenimiento de la salud intestinal.
Estas pequeñas criaturas también reportan beneficios ambientales. Si se cultivan de manera sostenible, impulsan la biodiversidad en la zona, aspirando la materia muerta y descartada del fondo marino y defecarla, un proceso que es vital para la salud de las praderas submarinas y los arrecifes de coral. Esto reviste una importancia enorme para el ecoturismo.