Un jóven héroe para los animales y las personas


Un proyecto de la FAO y la UE promueve servicios veterinarios de calidad en Tayikistán para ayudar a salvaguardar los medios de vida

Abdurashid Bobojonov, un joven veterinario de Tayikistán, eligió la profesión porque los veterinarios ayudan a salvar vidas todos los días, convirtiéndolos en héroes no sólo para los animales, sino también para sus dueños.©FAO/Bunafsha Azimova

21/01/2020

Ser veterinario no siempre es fácil y sin duda conlleva desafíos singulares, pero las recompensas de esta carrera son muchas. Los veterinarios cambiarían su profesión por otra. Para ellos no hay dos días iguales. Pueden examinar diferentes tipos de animales, enfrentarse a lesiones y diferentes enfermedades y utilizar muchas herramientas de diagnóstico para determinar el mejor tratamiento. Sin embargo, conseguir experiencia puede llevar años de práctica a los veterinarios jóvenes.

En 2019, la FAO, en estrecha cooperación con la Asociación de Veterinarios de Tayikistán, organizó un curso de capacitación de 10 días centrado en el desarrollo profesional integral para veterinarios de todo el país. Este curso de formación formaba parte de un proyecto de la FAO financiado por la Unión Europea destinado a apoyar al Ministerio de Agricultura y Servicios Veterinarios en la mejora de la formulación de políticas en Tayikistán.

El curso estaba compuesto de partes teóricas y prácticas que tuvieron lugar en clínicas y granjas. La formación contribuyó a ampliar en poco tiempo los conocimientos de los veterinarios –que de otro modo podrían haber tardado años en desarrollar sobre el terreno–, proporcionándoles las aptitudes y los instrumentos necesarios para prevenir, detectar y responder con rapidez y eficacia a las enfermedades animales.

Uno de esos beneficiarios de la capacitación fue el joven veterinario Abdurashid Bobojonov. Este graduado de 24 años de la Universidad Agraria de Tayikistán trabaja en la zona septentrional del país, en el distrito de Bobojon Gafurov de la región de Sughd, donde reside con su esposa y sus tres hijos.

Con financiación de la UE, la FAO y la Asociación de Veterinarios de Tayikistán organizaron un curso de capacitación de 10 días para los veterinarios de todo el país con el objetivo de adaptar sus conocimientos profesionales a la evolución de la industria. ©FAO/Bunafsha Azimova

“¿Por qué elegí ser veterinario? Probablemente suene muy extraño, pero los veterinarios son personas muy importantes y respetadas en la sociedad tayika, en especial en las zonas rurales. La razón de ser tan importantes es porque salvan la vida de muchos animales cada día, protegiendo la salud y el bienestar tanto de los animales como de las personas. No sólo son unos héroes para los animales, sino también para las personas”, subraya Abdurashid. 

Hoy en día, los rápidos cambios y la necesidad de contar con conocimientos actualizados y muy especializados han impuesto nuevas exigencias a los veterinarios para que sus aptitudes profesionales sigan el ritmo de lo que ocurre en la industria pecuaria. Durante el curso se tuvieron en cuenta las necesidades y requisitos de los servicios veterinarios basados en contextos locales específicos, lo que hizo que la formación fuera aún más relevante para los veterinarios involucrados.

“Dado que el ganado es un activo muy valioso para los hogares rurales tayikos, las expectativas de las comunidades son muy elevadas y diversas a la vez”, añade Abdurashid.

“Al asistir a este curso –explica–, he afianzado mis conocimientos y habilidades, lo que sin duda ha mejorado el servicio que estoy prestando en este campo. Creo que esas iniciativas también pueden reducir la pobreza rural, al mejorar la inocuidad de los productos de origen animal para el consumo doméstico y el comercio, disminuyendo también las pérdidas de ganado”.

Una vez terminada la capacitación, los jóvenes profesionales recibieron equipos de base que consistían en ropa especial e instrumentos veterinarios para trabajar con animales en las zonas rurales, a fin de que su labor fuera más eficiente y productiva. También se estableció una red entre los participantes en el curso de capacitación, que ahora pueden llamarse entre sí para compartir las lecciones aprendidas y examinar los retos y oportunidades que se presentan durante su actividad.

En muchos aspectos, un veterinario es similar a un pediatra. Al igual que los bebés y los niños pequeños, los animales no pueden decirle a un médico cuál es su problema y gran parte de la historia médica debe obtenerse de adultos que están atentos a la situación. Cuando surgen problemas de salud, los veterinarios hacen su diagnostico y tratan a los animales. Los tratamientos pueden implicar diferentes procesos, incluyendo técnicas de emergencia para salvar vidas, prescribir medicamentos, curar fracturas, atender partos, cirugías o asesorar al propietario sobre la alimentación y cuidado del animal.

Abdurashid recibe llamadas telefónicas a cualquier hora del día o de la noche de los aldeanos que necesitan ayuda para sus animales enfermos. Tener acceso a servicios veterinarios de calidad es crucial para mantener al ganado sano y productivo. ©FAO/Bunafsha Azimova

Pero ser un héroe conlleva sus retos particulares. Tras años de trabajo incansable, Abdurashid se agotó. Mientras perseguía su carrera soñada, hubo mucha gente que trató de desanimarle. Aprendió que no importa lo que digan los demás o lo descabellada que pueda parecer una idea, lo más importante es creer en uno mismo y seguir adelante. Decidió que prefería intentarlo y fracasar, antes que no haberlo intentado nunca.

“Tenía muchos detractores cuando empecé mi carrera como veterinario. Algunos aldeanos y clientes dudaban de mis habilidades, conocimientos y experiencia cuando me veían tan joven, algunos incluso se burlaron de mí. Decían: “Eres demasiado joven para salvar nuestro ganado. Es difícil confiar en ti”, recuerda Abdurashid con una sonrisa. “La negatividad podría haber sido perjudicial si hubiese permitido que me arrebatase mi sueño de llegar a ser calificado y competente; por lo tanto, me negué a ser derrotado. Utilicé el rechazo como una vacuna, preparándome para todos los retos que se avecinaban. Y lentamente, paso a paso, la gente comenzó a creer en mí y a apreciar los servicios que ofrezco a los miembros de la comunidad”.

Abdurashid no tiene un horario fijo de trabajo. Recibe llamadas telefónicas a cualquier hora del día o de la noche. Los aldeanos le llaman para curar a sus animales e incluso para pedirle consejo sobre la nutrición y el régimen de alimentación adecuado, los establos y otras cuestiones generales relacionadas con los animales. Asegurar la calidad de los servicios veterinarios es crucial y tener acceso a tales servicios es muy importante para que la población de las aldeas pueda garantizar la salud y la productividad del ganado. 

“Tengo grandes expectativas respecto a la profesión que he elegido. Es muy importante para mí mantener la confianza de la comunidad y el reconocimiento del valor de los servicios veterinarios. No quiero detenerme en los progresos que he logrado, iré más allá”, añade Abdurashid.

En toda comunidad existen habilidades, destrezas y el deseo de mejorar las cosas. Al apoyar estos talentos, la FAO y sus asociados ayudan a las comunidades a mejorar sus medios de vida y a garantizar su seguridad alimentaria, dos pasos fundamentales para lograr un mundo sin hambre ni pobreza.


Más información:

1. No poverty, 15. Life on land