El término “diáspora”, que proviene de una palabra antigua griega que significa “dispersión”, se refiere a los individuos o miembros de redes que han dejado sus países de origen pero que mantienen vínculos con ellos. Muchos países, e incluso continentes, tienen una larga trayectoria de migración interna e internacional. En África, en el período comprendido entre 1990 y 2015, unos 32 millones de migrantes aproximadamente se desplazaron dentro y fuera del continente.
Si bien viven en el extranjero, las comunidades de la diáspora pueden ser en realidad una potente fuerza de desarrollo para sus países de origen, no solo a través de las remesas, sino también mediante la promoción del comercio, las inversiones, la investigación, la innovación y la transferencia de conocimientos o tecnología entre sus actuales países de acogida y sus países de origen.
Mediante el programa de fortalecimiento de la capacidad para aprovechar los efectos positivos de la migración, la FAO trabaja en Uganda para incrementar los beneficios de la migración en la agricultura y el desarrollo rural. El programa ofrece capacitación en dirección de empresas adecuada a la diáspora que desea invertir en negocios en su país de origen, fomentando la transferencia de conocimientos y el empleo local en el sistema agroalimentario. Uno de los empresarios que participa en este proyecto es el Sr. Andrew Bamugye, un ciudadano ugandés que ahora vive en Zimbabwe.
La historia de Andrew
En 2008, Andrew dejó Uganda y se trasladó primero a Sudáfrica, luego a Zambia y ahora a Zimbabwe para trabajar en el Banco de Comercio y Desarrollo. Sin embargo, siempre sintió un anhelo por su país de origen, y después de tres años de estancia en el extranjero, quiso utilizar algunas de las habilidades que aprendió para establecer un nuevo negocio en Uganda, proporcionando oportunidades de empleo y conocimientos a los jóvenes. Actualmente es el Director General de Destiny Farms Limited, una granja avícola en Buloba, a las afueras de la capital de Kampala.