El Gobierno sudanés ha eliminado las subvenciones a la importación de trigo en los nuevos presupuestos para 2018, aprobados en enero. La mayoría del trigo consumido en el país es importado y, dado que se trata de un alimento básico clave en el país –en especial en las zonas urbanas-, el Gobierno ha estado subvencionando de manera continua las importaciones en el pasado. Las principales empresas de molienda importaban a un tipo de cambio preferencial y luego distribuían harina de trigo subsidiada a las panaderías, que vendían pan a un precio fijo. El Gobierno eliminó este mecanismo dentro de una serie de reformas económicas en línea con las indicaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI). Esto llevó a una mayor presión alcista sobre los precios de la harina de trigo y del pan, ya reforzados por la fuerte depreciación de la moneda nacional en el mercado paralelo.