El 10 de junio de 2020 entró en vigor un aumento de los derechos aduaneros de importación para una amplia gama de productos, incluidos los productos alimentarios. Entre ellas las importaciones de cordero y cabras vivas -que antes estaban libres de impuestos-, que están ahora sujetas a un derecho del 7 por ciento. Los impuestos a la importación de otras carnes aumentaron del 20 al 25 por ciento, los del pescado del 3 al 6 por ciento, mientras que los productos lácteos y sus derivados lo hicieron del 5 al 10 por ciento. El incremento de los derechos de importación va acompañado de la suspensión del subsidio por el coste de la vida para los empleados públicos a partir del 1 de junio y un aumento del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) del 5 al 15 por ciento, vigente a partir del 1 de julio de 2020. Estas medidas buscan reducir el déficit presupuestario actual, después de que la caída de los precios mundiales del petróleo haya puesto presión sobre el presupuesto nacional, ya que el sector petrolero contribuye en torno al 50 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) y los ingresos del petróleo cubren alrededor del 80 por ciento de los gastos presupuestarios.