Los precios del sorgo y el mijo cultivados localmente se estabilizaron o disminuyeron ligeramente en enero, tras los fuertes aumentos a finales de 2018 debido a una fuerte devaluación de la moneda local. De manera similar, los precios del grano de trigo -principalmente importado y mayoritariamente consumido en áreas urbanas-, disminuyeron ligeramente en enero en la capital, Jartum, desde los niveles récord alcanzados en diciembre. En conjunto, los precios de los cereales en enero alcanzaron niveles récord o casi récord y entre el doble y el triple más altos que hace un año, impulsados por la depreciación significativa de la moneda local. Los precios al alza del combustible y de los insumos agrícolas elevaron los costes de transporte y producción, ejerciendo una mayor presión alcista sobre los precios de los alimentos. Esto ocurre a pesar del buen resultado de la temporada agrícola de 2018. Según los resultados preliminares de la Misión de Evaluación de los Cultivos y la Seguridad Alimentaria (MECSA) de 2018 -liderada por el Gobierno con el apoyo técnico de la FAO-, la producción total de cereales de 2018 se estima en 8,2 millones de toneladas, un 57 por ciento más que en 2017 y un 47 por ciento por encima del promedio de los cinco últimos años. La abundante cosecha es el resultado de lluvias favorables que benefician los rendimientos agrícolas y del aumento de las siembras, en especial de mijo en la zona de Darfur, tras una mejora en la situación de seguridad.