FAO en Guatemala

Yepocapa semilla de corazón, suelo del volcán

03/12/2019

Al pie del volcán de Fuego se encuentra el municipio de Yepocapa, en el departamento de Chimaltenango. La población habla del volcán con respeto, ya que regularmente les recuerda su presencia con retumbos continuos.

Su población mayoritariamente vive de la agricultura, anteriormente las comunidades se dedicaban a la siembra de café y maíz, limitando su productividad y acceso a recursos para la sostenibilidad de sus familias.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura -FAO- brinda asistencia de emergencia para recuperar la capacidad productiva y buscar la Seguridad Alimentaria y Nutricional -SAN- de las familias afectadas por la erupción del volcán Fuego en Yepocapa.

Marta pertenece a la comunidad de emprendimientos de mujeres en Yepocapa, nuestro principal orgullo es ver crecer nuestras semillas, indica. Usamos macrotúneles en el suelo que está cubierto de arena del volcán, debemos perforar un agujero de más de 40 centímetros para colocar la semilla. Ver crecer la planta es mi orgullo.

Al caminar hacia la parcela en la que trabaja Marta, es notorio el sonido que producen los pies al caminar por los surcos de arena, es una sensación distinta, es inevitable pensar que en ese tipo de suelo sea posible producir. Pero al llegar al final del camino próximo a entrar a la parcela, sorpresa produce ver un terreno diversificado en el cual se cultiva chile dulce, cebolla, chipilín, coliflor, bledo, cilantro, tomate, maíz, y hasta café orgánico. Tres macrotúneles destacan en el paisaje, dentro de ellos se siembra y cosecha la esperanza.

El producto del esfuerzo de la comunidad de mujeres, garantiza la seguridad alimentaria y nutricional comunitaria y el excedente es comercializado en el mercado local y se ha formado un fondo de ahorro. El producir su propio alimento y dinero es una satisfacción incomparable para el grupo de mujeres que trabajan el suelo volcánico. Trabajan sus sueños, trabajan con el corazón.

En la comunidad también se tiene el apoyo de varones que aportan con su trabajo igual que las demás mujeres y comparten su conocimiento y buenas prácticas agrícolas. Marta indica que parte del conocimiento recibido es para la fabricación de insecticida orgánico, el cual todas sabemos hacer para proteger nuestros los cultivos de plagas, esto hace que el producto que cosechamos sea cien por ciento orgánico, libre de químicos y pesticidas. Indica con orgullo.

El programa implementado por la FAO brinda asistencia técnica a mujeres y hombres de la comunidad, haciendo que la capacidad productiva del municipio se recupere además de implementar la igualdad de género en todas las prácticas desarrolladas cerrando las brechas en el trabajo y el hogar.

Casi todas coinciden en que antes de formar parte de este proyecto, nunca habían trabajado la tierra lo que consideraban trabajo propio de los hombres. Ahora, se sienten capaces de trabajar en igualdad de condiciones, y sus esposos han cambiado actitudes dentro del hogar, ya que ahora ellas trabajan también fuera, ellos han empezado a colaborar más con las tareas domésticas y el cuidado de los niños.

En ese sentido, con el apoyo que han recibido la comunidad de mujeres, perciben que sus opiniones y aportes agrícolas son tomados en serio, y que están en igualdad de condiciones para llevar el hogar adelante.