FAO en Guatemala

Reservorios de agua para producir alimentos durante COVID-19

22/06/2020

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura – FAO en Guatemala ha provisto asistencia técnica durante los últimos dos años, a los grupos de familias agrícolas que conforman la Asociación de Pequeños y Medianos Agricultores de Oriente (AMEPAO), con el fin de implementar reservorios de agua para fines agrícolas, y así preparar los próximos ciclos de cultivo de granos básicos y producción de hortalizas de clima cálido en el municipio de Agua Blanca, Jutiapa.

Por su ubicación en el Corredor Seco, los reservorios de agua son indispensable para las familias que requieren producir alimentos de manera comunitaria durante la pandemia provocada por el COVID-19. Una de las ventajas del territorio es que, por el tipo de suelo, los reservorios no requieren de ningún tipo de recubrimiento.

FAO Guatemala, a través del proyecto de Integración de la Agricultura a los Planes Nacionales de Adaptación que se ejecuta conjuntamente con PNUD y financiado por la República Federal de Alemania, ha realizado reuniones comunitarias con miembros de AMEPAO con el objetivo de desarrollar capacidades para implementar prácticas de adaptación de la agricultura al cambio climático y de esta forma, conseguir la sostenibilidad de los sistemas alimentarios en esta región.

Como producto de los esfuerzos comunitarios en coordinación con FAO Guatemala y extensionistas del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación, se logró la construcción de ocho reservorios de agua con capacidad para almacenar más de 12,200 metros cúbicos (equivalente a doce millones doscientos mil litros), los cuales servirán para producir parcelas que durante la época seca no son posibles de realizar, dado que en esta área no recorre ningún río o arroyo.

El agua permitirá el cultivo de hasta tres manzanas de terreno para el cultivo de maíz y tomate, por medio de un sistema de riego por goteo, con el cual se espera una producción de 3 mil cajas de tomate (entre 40 y 50 libras) y 150 quintales de maíz destinados al mercado nacional. Este último tendrá un doble propósito, ya que se destinará a ensilaje y alimento para ganado que servirá para producir derivados como leche, queso y crema para consumo local.

Uno de los beneficios alternos es la dinamización de la economía local ya que se crean temporalmente 600 empleos rurales durante el cultivo de las tres manzanas, incluso en periodos críticos como la estación seca cuando se presenta la inseguridad alimentaria estacional en la región.