FAO en Guatemala

Por: Rubí López

Jutiapa es un departamento de Guatemala que se ubica en el Corredor Seco. La población rural del departamento depende de la producción de granos básicos: maíz y frijol.

“El frijol de oriente y el de nuestra zona se caracteriza por ser un frijol de calidad. Los suelos y la altura (700 y 900 msnm) son condiciones que contribuyen con la calidad de nuestro producto. Y no solo lo digo yo, lo dice la mayoría de personas que lo prueban dentro o fuera del país” explica Leonel Osorio, presidente del Consejo de la Cooperativa Atescatel RL.

La Cooperativa está ubicada en Atescatempa, municipio de Jutiapa, y cuenta con 84 asociados y alrededor de unas mil familias vinculadas. Esta cooperativa acopia, limpia, selecciona, empaca y comercializa tanto grano para consumo como para semilla de frijol que producen sus asociados y productores locales. El producto se comercializa bajo la marca “Pal Caldo”, que es una manera coloquial de decir para la sopa o caldo, forma en la que tradicionalmente se consumen los frijoles en Guatemala.

La producción y el consumo de estas legumbres están muy arraigadas en la cultura productiva, económica y gastronómica de la población guatemalteca.

La producción de frijol para el año agrícola 2016/2017 se estimó en 5,460.4 miles de quintales, siendo el departamento de Jutiapa el segundo de mayor producción (13 por ciento) solamente superado por El Petén (27 por ciento). Mientras que el consumo, según el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), se eleva a 453.16 miles de quintales en promedio al mes para el último año.

Los asociados de la cooperativa producen distintas variedades de frijol, entre ellos el ICTA Chortí que es tolerante a la sequía –que frecuentemente afecta al Corredor Seco–  y es una variedad considerada biofortificada ya que posee alto contenido de Hierro y Zinc, elementos esenciales para la población infantil y mujeres embarazadas.

Debido a la producción de ICTA Chortí y la importancia socioeconómica del frijol en general, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) por medio del proyecto Desarrollo de Capacidades para los Sistemas de Innovación Agrícola (CDAIS por sus siglas en inglés), están desarrollando capacidades para la mejora de procesos de producción, de mercadeo y fortalecimiento empresarial y administrativo de los miembros de la cooperativa.

La Cooperativa Atescatel, en el último ciclo de cosecha (mayo a agosto 2017) produjo y comercializó unos 1,500 quintales de frijol.   En temporada alta (de junio a agosto y octubre a diciembre) emplea a entre 25 y 30 personas.

“Al año exportamos entre 1,500 y 2,000 quintales de frijol negro” cita de don Leonel.

Solamente en el primer trimestre de 2017, el 87% de las exportaciones nacionales de frijol negro se destinaron a El Salvador, y el resto, hacia los Estados Unidos. Es precisamente hacia este último país donde no solamente dichas legumbre atraviesan la frontera, también lo hacen muchos guatemaltecos. Según datos de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) poco menos del 10% de la población guatemalteca reside en Estados Unidos (1 millón aproximadamente).

“Estando bien joven (22 años) me salió la oportunidad de irme para los Estados Unidos” cuenta don Leonel, quien a esa edad ya había contraído matrimonio y tenía una hija. 

Son muchas las familias guatemaltecas las que se separan, cuyas razones varían desde situaciones políticas, conflictos, fenómenos naturales o condiciones de pobreza. Lo cierto es que la fuerza de trabajo guatemalteca que trabaja en Estados Unidos (97.1% de las personas guatemaltecas en el exterior se encuentra en ese país) aporta a la economía un flujo importante de ingresos.

Según el Banco de Guatemala, en 2016, Guatemala recibió en concepto de remesas un total de US$ 7,159,967 millones de dólares, cifra récord de los últimos 10 años. La mayor parte de las personas que mandan remesas son originarias de Guatemala (21.0%), San Marcos (9.3%), Huehuetenango (7.9%) y Quetzaltenango (7.1%). En menor proporción, provienen de Escuintla (5.3%), Jutiapa (4.3%), Alta Verapaz (4.1%), Chiquimula (3.8%) e Izabal (4.4%). El resto de los 22 departamentos tiene un porcentaje de expulsión que oscila entre 1.3% y 3.4%, según la “Encuesta sobre migración internacional de las personas guatemaltecas y remesas 2016”, publicado por OIM.

Después de un año me llevé a mi esposa y mi hija, por allá nació mi segundo hijo” comenta. El productor no se sintió del todo cómodo con el estilo de vida que llevaba él y su familia. Después de siete años y medio de vivir en el país del norte de América, don Leonel y su familia decidieron regresar.

Mejor nos regresamos porque aquí ya teníamos casa y en Guatemala estaba la familia. Uno debe de vivir en donde se siente bien y donde están sus raíces. Extrañamos la vida de campo que es sana y bonita” explica el presidente del Consejo administrativo de Atescatel, quien desde su regreso se dedicó a producir café, maíz y frijol. Agrega que “igual que allá, también aquí se puede salir adelante, siempre y cuando, se trabaje. Lo que se necesita es tener una mente positiva y ser emprendedor y buscar las oportunidades porque no llegan a la casa, esas hay que buscarlas”.

Y con ese espíritu emprendedor y luchador es que hoy en día está al frente de la cooperativa.

La Cooperativa Atescatel RL es una de las cooperativas que el proyecto CDAIS, que se ejecuta en conjunto entre FAO, Agrinatura y el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA) con fondos de Unión Europea, apoya dentro del nicho de frijol.  

“Este apoyo de CDAIS nos viene a fortalecer y mentalizarnos más en el enfoque que perseguimos. La idea es crecer como organización y como empresa y poder aportar principalmente al pueblo donde vivimos”, finaliza el entrevistado.

Los frijoles, sean rojos o negros, biofortificados o no, son pequeños grandes aliados contra el hambre y la pobreza en Jutiapa y otras localidades.

Multimedia:

 

Video: https://youtu.be/bIPviHGs-9Y